Elaborar un discurso es una técnica y un arte intencional, similar a la puesta en
práctica de cualquier deporte. Siendo así, no es tan deseable alcanzar en un primer momento el llamado buen discurso, debido a que este requiere de un proceso significativo, que lo ha de conducir a la excelencia del mismo. EI discurso para que llegue a ser efectivo y excelente, depende de la técnica discursal que lo impulse al logro del objetivo deseado. El empeño se explica en la voluntad de querer avanzar en el camino discursal, aunque el técnico encuentre dificultades de variadísimas jerarquías, pero debe saber actuar con sapiencia y elocuencia. Estas se logran, a través de pausadas perseverancias, que tienen como objetivo el aprendizaje vía el mensaje y la información emitida. Aprender a ser un buen o excelente orador no requiere de mucho esfuerzo, le basta al técnico, desarrollar los dos aspectos relevantes: la teoría y la praxis. Eso implica que la práctica desarrollada a corto, mediano y largo plazo no necesariamente conduce a la perfección. El llamado perfeccionista estaría al margen de la realidad, si es que pretende ser tal. Contrario sensu, si abraza la realidad, estará. en la cima del progreso, que se origina del conocimiento, de lo que realmente debe hacerse; comparando entre lo que recibe y de lo que debería recibir. La técnica del discurso es relevante e importante, en la medida que se va robusteciendo en la transmisión de los conocimientos. En esa línea de acción discursal, es necesario conducirse con las siguientes etapas o pasos, sin pretender tenerlos como rígidos: - Identificar los fundamentos del discurso. El arte de la oratoria tiene su basamento en los siguientes elementos imprescindibles. • El orador. • El mensaje del orador o discursista. • La audiencia (la respetable). • La ocasión o circunstancia. - Persuadir a aquellas personas que están recibiendo el mensaje informativo del orador, posibilitando que se convierta en conocimientos adquiridos, a partir de la aprehensión, asimilación y retención. Habiendo identificado los fundamentos del discurso y luego de cumplir con el proceso de la persuasi6n, es necesario amalgamar estos dos juicios de raciocinio. Esto es procedente cuando en forma anticipada se observa, que la clave de hablar bien en público consiste en llegar a dominar los ingredientes básicos del discurso. Estos ingredientes no son los mismos en cada actuación discursal, varían en relación al tema, al tamaño y nivel sociocultural de los participantes en el auditorio.
“ORATORIA FORENSE EN EL PROCESO”, RAMOS SUYO J.A. Edit. San Marcos, Primera Edición 2005, COMPILADO POR MARIO MERCHAN GORDILLO