La esclavitud es por definición una situación en la que una persona, llamada
esclavo es propiedad de otra, que es el amo, donde este último vulnera la libertad y los derechos humanos de su esclavo, obligándolo a hacer todo lo que él desee; realizar tareas exhaustivas y hasta denigrantes sin la posibilidad de negarse por los castigos tan severos que esto implica. Es una práctica que se remonta a la antigüedad, donde a menudo se privaba de la libertad a las personas ya fuera por su etnicidad o condición de pobreza, que se suponía una inferioridad y se les trataba como ‘cosas’ para aprovecharlos como mano de obra. Desde la época de la Roma clásica, ya se implementaba una economía basada en el trabajo esclavo, e incluso desde civilizaciones anteriores la esclavitud ya era una realidad.
A pesar de que la esclavitud está supuestamente abolida al día de hoy, el hombre
urbano moderno puede considerarse una clase de esclavo por diversas razones.
La esclavitud en la antigüedad era una esclavitud física, en donde el esclavo no
recibe pago o gratificación alguna, mas se presume que el esclavizador le proporciona alimento y vestido al sometido para que pueda seguir viviendo a su servicio. Ahora, viéndolo desde el punto de vista de la organización del sistema económico actual, ¿no se sigue siendo esclavo? Se es esclavo con la diferencia de que en la modernidad, se convence al individuo de la falsa idea de que es libre, sin embargo este individuo se ve en la necesidad de trabajar para subsistir y en muchas ocasiones el salario es tan mísero que apenas es suficiente para alimentarse.
El esclavo moderno desperdicia su tiempo de vida trabajando, no sólo para
subsistir dentro del sistema, sino también para pagar las deudas de una vida consumista. Los bienes materiales, las adicciones y el entretenimiento son usados para llenar los huecos causados por una realidad agotadora, y la búsqueda de un estatus social alto lo lleva a sacrificar lo más preciado que tiene: su tiempo y su libertad. Por otro lado, existen personas realmente necesitadas que son explotadas, aprovechándose de sus condiciones de vida, haciéndoles trabajar
ÉTICA Daniela Hernández Vázquez
jornadas exhaustivas por salarios extremadamente pobres, a veces incluso en condiciones ilegales o peligrosas que atentan contra su integridad.
Nuestro sistema económico necesita personas con un cierto poder adquisitivo
para consumir, haciendo crecer proporcionalmente la cantidad de consumidores y la necesidad de trabajo, esta última creando nuevos consumidores, para originar un círculo vicioso que se supone es “progreso”.
A pesar de todo esto, y aunque se trate de un trabajo explotador, perjudicial para
la salud, humillante, asqueroso, monótono, peligroso, estresante, repetitivo u obsoleto, el esclavo moderno siempre deberá estar agradecido de tener un trabajo dentro de una sociedad con escasas oportunidades incluso para aquellos bien preparados académicamente, que se rige por el poder socioeconómico y condena a las personas por la clase en la que les haya tocado nacer, y que alega que el trabajo dignifica y que hay que ‘ganarse la vida’, la vida que es derecho del ser humano y que no tendría por qué ser algo por lo que se deba trabajar en un sistema esclavizador, en una esclavitud disfrazada de sistema económico y político.
Desde el momento en que una persona rige el pensamiento, la emoción, la
voluntad o el físico de otra persona está ejerciendo un tipo de esclavitud. Desde este punto de vista podría considerarse la religión como un tipo de esclavitud mental y voluntaria en la que se impone una creencia para que la persona sea aceptada en determinada comunidad o que sea digna de alcanzar dones espirituales que en realidad no se pueden asegurar mediante eso.
La creencia y el consumo son el principio de la esclavitud moderna. Se tiene que
entender que la felicidad no se mide por la cantidad, ni por el desarrollo, sino por la intensidad con la que la humanidad vive comunitariamente una buena vida, que no necesita tantos bienes a ser destruidos, ni tantas almas a ser esclavizadas.
“Sí, bueno… Trabajar para ganarse la vida, claro. ¿Pero por qué esa vida que uno se gana tiene que desperdiciarla en trabajar para ganarse la vida?” (Joaquín Salvador Lavado, “Quino”).
ÉTICA Daniela Hernández Vázquez
Referencias:
Álvarez, J. M. A. (Productor y director). (2014). Liberación Mental: un
documental para cambiar el mundo. [Documental]. Argentina: JMA Álvarez.
Thompson, C. E. (2017). Esclavitud moderna [Msj. #292783048]. Mensaje
publicado en https://es.quora.com/Qu%C3%A9-opinas-de-la-esclavitud- moderna-En-qu%C3%A9-te-parece-diferente-de-la-esclavitud-abolida-en-el- siglo-XIX-Se-podr%C3%A1-abolir-pronto
El Pensante. (2016). Reflexiones sobre la libertad y la esclavitud. Bogotá:
E-Cultura Group. Recuperado de: https://educacion.elpensante.com/reflexiones-sobre-la-libertad-y-la- esclavitud/