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SISTEMA DE UNIVERSIDAD ABIERTA
CENTRO DE ULADECH:
HUARAZ
FACULTAD:
ESCUELA PROFESIONAL:
DERECHO
APELLIDOS Y NOMBRES:
ASIGNATURA:
DERECHOS DE CONTRATOS
CICLO:
VIII
DOCENTE:
TEMA:
2019
INTRODUCCION
Más tarde en la compraventa consensual se incluía una cláusula accesoria por la cual
se establecía que el vendedor es responsable por los vicios jurídicos que presente la
cosa vendida. La cantidad que el vendedor se obligaba a pagar al comprador en caso
de evicción, podía variar del simple al cuádruplo, pero generalmente el vendedor se
obligaba a pagar el doble del precio recibido. Posteriormente el Derecho romano
consideró la obligación de sanear como un elemento de la compraventa que operaba
aun cuando no hubiera pacto.
La obligación de sanear por evicción, por vicios redhibitorios y por hechos propios del
transferente tiene lugar por ministerio de la ley, aunque las partes no la hayan
estipulado expresamente. Las partes contratantes pueden convenir que la obligación
de sanear sea aumentada, disminuida o suprimida totalmente. Pero la convención no
funciona cuando se pretenda liberar o limitar la obligación de saneamiento del
transferente por un hecho voluntario suyo o cuando éste, en la celebración del
contrato, ha actuado con dolo o culpa inexcusable, porque no se puede tolerar que el
transferente se aproveche de su propio fraude, ni se puede admitir que el adquirente
haya querido que lo engañen impunemente.
La obligación de saneamiento del transferente por sus hechos propios, por evicción y
por vicios ocultos es objetiva, puesto que responde prescindiendo de su culpabilidad,
por el solo hecho de que el adquirente no puede destinar el bien a la finalidad de la
adquisición. El dolo o la culpa del transferente solamente agrava su responsabilidad
haciéndola extensiva al resarcimiento de los daños por haber conocido o estado en la
posibilidad de conocer que no le pertenece el derecho que transfiere o que el bien
cuyo derecho transfiere adolece de vicios ocultos.
El art. 1484, al igual que los arts. 1.461 y 1.474 del Código civil español, denomina
saneamiento a lo que un gran sector de la doctrina y del Derecho comparado conoce
como garantía.
El saneamiento es regulado por el art. 1484 como una institución de aplicación general
a todos los contratos, onerosos o gratuitos, traslativos de la propiedad, uso o posesión
de un bien. Se trata de una obligación impuesta por la ley, pero de esencia contractual.
El art. 1485 define al saneamiento en los siguientes términos: “En virtud del
saneamiento el transferente está obligado a responder frente al adquirente por la
evicción, por los vicios ocultos del bien o por sus hechos propios, que no permitan
destinar el bien transferido a la finalidad para la cual fue adquirido o que disminuyan
su valor”. Es decir, el saneamiento es la institución destinada exclusivamente a que el
transferente compense (indemnice, resarza) al adquirente por la privación de su
derecho a destinar el bien a la finalidad para la cual fue adquirido o que disminuya su
valor para ese efecto como consecuencia de la evicción, los vicios ocultos del bien o
los hechos propios del transferente.
Del art. 1485 se desprende que el fundamento del saneamiento por evicción, por vicios
ocultos o por hechos propios del transferente se encuentra en la obligación que tiene
el transferente de compensar al adquirente por haber sido privado de su derecho a
destinar el bien a la finalidad para la cual lo adquirió o que el bien disminuya su valor,
o sea el saneamiento tiene carácter indemnizatorio; el transferente debe resarcir al
adquirente pagándole el valor del bien, los intereses, gastos, costas, entre otros
conceptos.
Procede la obligación de sanear tanto en los contratos a título oneroso como en los a
título gratuito por los que se transfiere la propiedad, uso o posesión de un bien. Si la
naturaleza jurídica, explicación o fundamente del saneamiento no consiste en
asegurar la equivalencia entre lo que se da como prestación y lo que se recibe como
contraprestación, sino que el adquirente pueda destinar el bien adquirido a la finalidad
de la adquisición prevista en el contrato, y, a falta de previsión, a su destino normal, y
que si no puede darle ese destino por efecto de la evicción o de los vicios ocultos, sea
indemnizado por todos los perjuicios sufridos, lo mismo da que el contrato traslativo
sea a título oneroso o gratuito.
CONCLUSIONES
1. Manuel Jesús Miranda Canales, Derecho de los contratos, Lima: Eds. Jurídicas,
2006, 7ma edición.
2. Manuel Jesús Miranda Canales, Derecho de los contratos, Lima: Eds. Jurídicas,
2010,.
3. Manuel de la Puente y Lavalle, El Contrato en General, Op. Cit., p.428.
4. Rómulo Morales Hervías, Código Civil Comentado, Tomo VIII, Gaceta Jurídica,
Lima 2007, p. 526.
5. De la Puente y Lavalle, Manuel, El Contrato en General, Op. Cit. p.430.
6. De la Puente y Lavalle, Manuel, El Contrato en General, Op. Cit. p.432.