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Capitulo 3

LOS DIENTES DE LA ABUELITA


£Hay evidencia biològica de una
capacidad innata para el lenguaje?

«jAbuelita, abuelita, qué dientes tan grandes tienes!», dijo


Caperucita.
«jSon para comerte mejor, querida!», replicò el lobo.

Si un animai està programado de nacimiento para desarrollar alguna


forma de conducta, es probable que encontremos algùn indicio biològico
que dé cuenta de elio. N o es un accidente el que los peces tengan un
cuerpo estilizado y suave, con aletas y una cola poderosa. Su organismo
està estructuralmente adaptado al ràpido desplazamiento en un medio
acuàtico. L o mismo sucede con las ballenas y los delfines, aun cuando
estas especies evolucionaran independientemente de los peces. Asimis-
mo, al contemplar el cadàver de un pàjaro o de un mosquito, se deduce
de sus alas que el vuelo era su medio naturai de transporte.
Con todo, no debemos caer en un excesivo optimismo. Los indicios
biológicos no son esenciales. L a cantidad de información que suministran
varia de unas especies a otras y de una actividad a otra. Por ejemplo,
viendo el organismo de un pàjaro es imposible adivinar que los pàjaros
hacen nidos. A veces, los animales se comportan de un modo exacta-
mente opuesto a lo que cabria esperar de su morfologia fisica: las aranas
«fantasma» tienen las patas muy largas, y sin embargo tejen unas tela-
ranas de hilos muy cortos. Para el observador fiumano, las largufsimas
patas le deben parecer un gran obstàculo a los giros y desplazamientos
del animai. E n cambio, la arana «orbe», que tiene unas patas muy cor-
tas, construye sus telaranas con hilos muy largos y, segùn parece, dedica
una cantidad desproporcionada de esfuerzo a desplazarse de un extremo
al otro de la tela (Duncan, 1949, citado en Lenneberg, 1967, p. 75). Por
otra parte, en ocasiones se registran diferencias inexplicables entre cier-
tas especies sin que haya divergencias aparentes en su comportamiento.

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72 El mamlfero articulado Los dientes de la abueliia 73

Las zonas visibles de la oreja difieren en los chimpancés, los babuinos vertical, y no inclinados hacia fuera, y las filas superior e inferior se
y el hombre, y no parece haber razón alguna para elio. D e todos modos, acoplan. Està regularidad es sorprendente, y ciertamente no se explica
està aleatoriedad no es universal, y no debe hacernos desistir de buscar por nécesidades alimentarias. Sin embargo, unos dientes distribuidos re-
indicios biológicos relacionados con el lenguaje, si bien hay que consi- gularmente, de un tamano semejante, y que a d e m à s se tocan unos con
derar altamente improbable que se llegue a descubrir algo parecido a otros son muy utiles para articular determinados sonidos, corno /s/ o lil,
una caja con la etiqueta de «lenguaje». ademàs de /t$/ (corno en cható), /8/ (corno en zorro) y algunos otros.
Los cambios en la morfologia del organismo o cambios estructurales Los labios humanos tienen unos mùsculos sensiblemente mas desarrolla-
son los indicios mas directos de una programación innata. Sin embargo, dos y entrelazados que los de otras especies de primates. L a boca es
también hay que tornar en consideración las adaptaciones fisiológicas, o relativamente pequena y se puede abrir y cerrar con rapidez. Esto per-
cambios en las funciones corporales, tales corno la tasa cardiaca o la mite a los humanos pronunciar sonidos corno /p/ o Ibi, que requieren la
respiración. L a primera parte de este capitulo està dedicada a analizar interrupción total del flujo de aire por medio de los labios, seguida de
las partes del cuerpo humano de las que cabe sospechar sean adaptacio- un sùbito relajamiento de la presión cuando se abre la boca. L a lengua
nes relacionadas con el lenguaje. E n ella se examinan los órganos que humana es gruesa, muscular y móvil, en comparación con la lengua fina
se emplean para producir y pianificar el lenguaje, esto es, la boca, las y alargada de los monos. L a ventaja de una lengua de este tipo radica
cuerdas vocales, los pulmones y el cerebro. en que permite alterar el tamano de la cavidad bucai, lo que a su vez
L a segunda parte del capitulo es ligeramente diferente. E n ella se hace posible la pronunciación de una amplia gama de vocales.
estudian aspectos del lenguaje que requieren una sincronización neuro- A s i pues, parece que los seres humanos estàn preparados de forma
muscular compleja. U n hecho bastante claro es que la coordinación que naturai a articular una serie de sonidos con gran rapidez y de manera
estas actividades exigen probablemente no podria darse sin adaptaciones controlada. L a boca humana posee unos rasgos que bien difieren de los
biológicas. de los grandes simios o bien se hallan ausentes en ellos. Viendo esto,
uno no puede por menos que estar de acuerdo con el siguiente comen-
tario de un escritor decimonónico:
Boca, pulmones y materia gris
,Qué cosa tan curiosa es el habla! La lengua es un miembro muy servicial
Contemplando los órganos empleados en el lenguaje, se puede situar (pues adopta todas las formas que se le pidan); los dientes, los labios, el
a los humanos a mitad de camino entre la adaptación estructural eviden- cielo del paladar, todos estàn prestos a ayudar; y asi, amasan el sonido
te de los pàjaros para el vuelo y la falta de relación aparente entre la de la voz para formar esas piezas sólidas que Uamamos consonantes, y
morfologia de estos animales y su actividad de construcción de nidos. E l abren espacio a esos movimientos respiratorios tan peculiares que Uama-
mos palabras. [OLIVER W E N D E L L H O L M E S , citado en Critchley, 1970]
cerebro y el tracto vocal humanos presentan una serie de rasgos poco
habituales. Estos rasgos no permiten, por si solos, adivinar que las per-
sonas hablan. Pero si se asume de entrada que los humanos hablan un Otra diferencia importante entre los humanos y los primates reside
lenguaje, cobra sentido todo un conjunto de hechos biológicos aparen- en la laringe, que contiene la «caja de la voz» o «cuerdas vocales».
temente gratuitos. Tales hechos se contemplan entonces corno adapta- Curiosamente, la laringe de los humanos presenta una estructura mas
ciones parciales del organismo a la producción del lenguaje (Lenneberg, sencilla que la de los d e m à s primates. Sin embargo, esto es una ventaja,
1967; Lieberman, 1975, 1984). toda vez que el aire puede pasar sin obstàculos por ella para salir por la
Por ejemplo, los dientes de la especie humana son bastante raros si nariz y la boca, sin que se interponga en su camino ningùn apéndice.
se los compara con los de otras especies animales. Todos tienen un ta- Desde el punto de vista biològico, la estilización y la simplificación se
mano parecido y forman una b a r r e r à compacta. Se sitùan en posición interpretan corno indicios de especialización para un determinado p r ò -
74 El mamifero articulado Los dientes de la abuelita 75

pósito. Por ejemplo, los animales con pezunas tienen un menor n ù m e r o tiene un aspecto muy distinto al de otros animales. Es mas pesado, tiene
de dedos en sus extremidades y los peces carecen por completo de ellas. una superficie mayor y con mas pliegues en el cortex, y la capa exterior
Por consiguiente, la estilización de la laringe humana puede ser un signo de «materia gris» rodea al nùcleo interno de fibras nerviosas. Por su-
de adaptación al lenguaje. N o obstante, hemos tenido que pagar un puesto, el tamano por si solo no es particularmente importante. Los
precio por està adaptación. U n mono puede cerrar el acceso desde la elefantes y las ballenas tienen un cerebro mayor que el del hombre y no
boca a sus vias respiratorias y respirar mientras come, mientras que los hablan. Sin embargo, e l hecho de que los elefantes y las ballenas tengan
humanos no podemos hacerlo, con la consecuencia de que el alimento también un cuerpo mas grande ha Uevado a algunos a sugerir que lo que
puede alojarse en la tràquea impidiendo la respiración y provocando, en importa es la relación cerebro-cuerpo. A primera vista, este enfoque
ocasiones, una asfixia mortai (Lieberman, 1972). parece prometedor. Parece razonable pensar que un mayor coeficiente
Sigamos con los pulmones. Aunque la estructura de nuestros pulmo- cerebro-cuerpo vaya asociado a una mayor inteligencia, lo que a su vez
nes no revela ninguna peculiaridad, la respiración humana si parece estar puede considerarse un prerrequisito para el lenguaje, sobre todo si te-
adaptada al ritmo del habla. E n l a mayor parte de los animales, el sis- nemos en cuenta que en el adulto humano, el peso del cerebro supera
tema respiratorio es un mecanismo con un equilibrio muy delicado. S i a el 2 por ciento del peso de todo el cuerpo, mientras que la cifra descien-
una persona se la sumerge en agua por un periodo superior a dos minu- de al 1 por ciento en el chimpancé. Sin embargo, este tipo de coeficien-
tos, tiene grandes probabilidades de ahogarse. Si uno se pone a jadear tes puede ser un dato muy enganoso. Algunos animales estàn disenados
a un ritmo muy ràpido y durante un periodo mas o menos prolongado, para almacenar grandes reservas de energia, lo que hace que sus cuerpos
puede Uegar a desmayarse e incluso a perecer. Sin embargo, durante la pesen mas. Por ejemplo, los camellos no tienen por q u é ser mas estùpi-
emisión del habla, el ritmo de nuestra respiración se altera notablemente dos que los caballos por el hecho de tener jorobas.
sin que el hablante experimente ninguna incomodidad. E l n ù m e r o de Pero al margen de problemas corno este, la relación cerebro-cuerpo
movimientos repirarorios por minuto se reduce, las inspiraciones se ace- no puede ser un factor decisivo en lo que concierne al lenguaje, ya que
leran y las espiraciones se hacen mas lentas. Y pese a elio, las personas es posible encontrar chimpancés jóvenes y ninos humanos cuyos coefi-
pueden hablar durante mas de una hora sin que se registren efectos cientes cerebro-cuerpo son similares, y en cambio, el nino habla mientras
daninos. U n nino que aprende a tocar la flauta o la trompeta tiene que que el chimpancé no. U n a comparación mas convincente, si cabe, es la
ser cuidadosamente entrenado en técnicas de respiración, y en cambio, que se ha establecido entre un chimpancé de tres anos y un enano na-
nadie le ensena al nino de dos anos cuàles han de ser las adaptaciones nocefàlico de doce anos de edad, es decir, un ser humano que, a causa
respiratorias necesarias para hablar. E s imposible discernir q u é apareció de una deficiencia genètica, sólo alcanza una estatura aproximada de 760
antes, si el habla o las adaptaciones respiratorias. Lenneberg (1967, milimetros. Aunque el chimpancé y el enano tengan exactamente los
p. 81), por ejemplo, se pregunta si el rebuzno del asno està tan bien mismos pesos cerebral y corporal (y, por consiguiente, el mismo coefi-
ajustado a los movimientos de inspiración y espiración a causa de la ciente cerebro-cuerpo), los enanos hablan, aunque con limitaciones,
organización previa de sus mecanismos respiratorios o si éstos son una mientras que los chimpancés no.
consecuencia de aquél. L a respuesta es irrelevante. L o ùnico que impor-
ta es que cualquier nino nacido en nuestra època posee mecanismos
respiratorios que en apariencia se hallan «biològicamente organizados»
Cerebro (kg) Cuerpo (kg) Coeficiente
para articular el habla.
Humano normal, edad 13 /» 1,35 45 1 : 34
A s i pues, los datos que nos proporcionan la boca, la laringe y los 1

Enano humano, edad 12 0,4 13,5 1 : 34


pulmones parecen indicar que el habla es un fenòmeno naturai. Sin em-
Chimpancé, edad 3 0,4 13,5 1 : 34
bargo, también hay que tornar en consideración el cerebro. ^Hasta q u é
punto està programado este ò r g a n o para el lenguaje? E l cerebro humano (Lenneberg, 1967, p. 70)
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76 El mamifero articulado

Estas cifras muestran claramente que la diferencia entre el cerebro hu-


mano y el del chimpancé son, ante todo, cualitativas y no cuantitativas.
Superficialmente, el cerebro del chimpancé y el cerebro humano pre-
sentan ciertas semejanzas. Como ocurre en otras especies, el cerebro
humano està dividido en una parte inferior, llamada el tronco del encè-
falo y una parte superior denominada encèfalo. E l tronco del encèfalo
controia ciertas funciones vitales del organismo, tales corno la respiración
o la tasa cardiaca. U n gato al que se le extirpa la parte superior del
cerebro mientras se mantiene intacta su parte inferior puede tragar le-
che, ronronear y retirar la pata cuando se le pincha. L a parte superior
o encèfalo no es, pues, esencial para las funciones vitales. Su cometido
es integrar al animai en su entorno. Es la parte del cerebro en la que
està representada el lenguaje.
E l encèfalo se divide en dos mitades, los hemisferios cerebrales, que
estàn unidas entre si por varios puentes. E l hemisferio izquierdo controia
la parte derecha del cuerpo y el hemisferio derecho la parte izquierda.

Sin embargo, los dos hemisferios no funcionan de forma idéntica.


Este hecho se descubrió hace mas de un siglo. M a r c D a x , un investigador
francés, presentò una comunicación en Montpellier en el ano 1836, en
la que senalaba que la paràlisis de la parte derecha del cuerpo solia venir
asociada a la pérdida de la palabra, mientras que los pacientes con pa-
ràlisis en la parte izquierda normalmente hablaban bien. Esto venia a
* El encèfalo ocupa en realidad una región algo mas amplia de la que se muestra en el indicar que el hemisferio izquierdo controia no sólo la parte derecha del
diagrama.
Los dientes de la abuelita 79
78 El mamifero articulado

cuerpo, sino también el habla. L a hipótesis de Dax resultò ser correcta.


E n la mayorfa de los individuos humanos, el habla està localizada en el
hemisferio izquierdo, y no en el derecho. Sin embargo, hubo de trans-
currir mucho tiempo basta que està hipótesis se viera confirmada defi-
nitivamente. Hasta hace relativamente poco, sólo se podian tornar datos
estadisticos a partir de observaciones casuales, en las que aparecian pa-
cientes desprovistos de habla que también presentaban una hemiparàlisis
derecha. Sin embargo, en este siglo se han empezado a utilizar mé todos
mas sofisticados. U n o de ellos es la prueba del «amital sòdico», desarro-
llada por Wada en los anos 40. A l paciente sometido a està prueba se
le pide que cuente en voz alta mientras se le inyecta un barbiturico (el
amital sòdico) en una arteria que transporta sangre hacia un hemisferio
del cerebro. Si se trata del hemisferio empleado en el lenguaje, el pa-
ciente pierde la cuenta y experimenta problemas muy severos de lengua-
je durante unos minutos. E n caso contrario, el paciente puede reanudar
normalmente la cuenta casi inmediatamente después de administrada la
inyecciòn. Aunque està prueba es muy eficaz, presenta algunos riesgos, U n a tercera tecnica que aùn se halla en periodo de prueba es el
por lo que sólo se utiliza en casos que requieran neurocirugia (corno en electrodiagnóstico (Rosenfield, 1978). Se aplican electrodos en el cràneo
liuepilepsia severa) y cuando el cirujano necesita averiguar si hay riesgo con el fin de medir la magnitud de la actividad eléctrica en el àrea de
ile danar zonas del cerebro vitales para el lenguaje. Si existe este riesgo, la corteza que le subyace. E n varios experimentos se ha observado que
no se realiza la operación. las palabras habladas producen una respuesta mas intensa en el hemis-
U n m è t o d o mas sencillo que ha sido desarrollado mas recientemente ferio izquierdo, en tanto que ciertos ruidos, corno unos chasquidos me-
para descubrir cuàl de los hemisferios controia el lenguaje consiste en el cànicos, producen mayores niveles de respuesta en el derecho.
empieo de tareas de escucha dicótica (Kimura, 1967). Se le colocan al Los resultados de las pruebas y observaciones descritas en los ùltimos
sujcto unos auriculares por los que se le presentan dos palabras distintas, pàrrafos muestran una coherencia digna de atención. L a mayoria de los
una a cada oido. Por ejemplo, seìs en un oido y dos en el otro. L a seres humanos normales, en una cifra próxima al 90 por ciento, tienen
mayoria de las personas identifican la palabra que les Uega al oido de- el lenguaje localizado fundamentalmente en el hemisferio izquierdo. Esto
recho (directamente vinculado al hemisferio izquierdo) mejor que la que no puede ser una mera coincidencia.
oyen por el izquierdo (vinculado al hemisferio derecho). Se ha demos- Otro hallazgo sumamente interesante relacionado con el anterior es
trado que esto no obedece simplemente a una preferencia general por que la localización de los centros del lenguaje en el hemisferio izquierdo
los sonidos percibidos por el oido derecho, ya que en los sonidos no està asociada con el hecho de ser diestro. Casi todo el mundo es diestro
lingùisticos, la ventaja es del oido izquierdo. Si se tocan dos melodias y el lenguaje està controlado en la mayor parte de las personas por el
diferentes simultàneamente en cada oido, los sujetos identifican mejor hemisferio izquierdo. E n el siglo x i x se daba por sentado que los zurdos
la que reciben por el oido izquierdo que la que les llega al oido derecho. tenian el lenguaje localizado en el hemisferio derecho. Este supuesto se
Esto permite concluir que el hemisferio izquierdo està especializado en vio confirmado en un articulo del influyente neuròlogo John Hughlings
el procesamiento de senales lingùfsticas, por lo que normalmente es el Jackson aparecido en 1868, en el que se relataba el hallazgo de un zurdo
dominante en materia de lenguaje. con alteraciones del lenguaje causadas por una lesión localizada en la
parte derecha de su cerebro. Sin embargo, està generalización es falsa.
80 El mamifero articulado Los dientes de la abuelita 81

Sorprendentemente, en casi todos los zurdos el lenguaje està controlado pacientes que sufren lesiones en este hemisferio presentan dificultades
también por el hemisferio izquierdo, aunque también hay excepciones. relacionadas con la entonación y con la comprensión de chistes y metà-
Entre las escasas personas que no presentan los centros del habla en el foras (Moscovitch, 1983; Caplan, 1987).
hemisferio izquierdo, hay mas zurdos que diestros. Posiblemente, los experimentos mas conocidos en està materia son
los realizados con pacientes con el «cerebro dividido» (Gazzaniga, 1970,
1983; Levy, 1979). E n los casos mas graves de epilepsia se hace necesario
Localización de los
Diestros Zurdos seccionar las principales fibras nerviosas que unen los dos hemisferios.
centros del habla
Esto hace que el paciente tenga pràcticamente dos cerebros, cada uno
Hemisferio izquierdo 90% o mas 70-90% de los cuales controia una parte del cuerpo con entera independencia del
Hemisferio derecho 10% o menos 10-30% otro. E n estas circunstancias, se puede evaluar el lenguaje del paciente
en cada hemisferio por separado. A l presentar un objeto al hemicampo
Cifras calculadas a partir de Penfield y Roberts, 1959; Zangwill, 1973; y Milner, Branch y Rasmussen,
1964. visual izquierdo, la imagen de éste es proyectada exclusivamente hacia
el hemisferio derecho (el hemisferio sin lenguaje). Sin embargo, a veces
Estas cifras indican dos cosas: en primer lugar, lo normal es que el el paciente es capaz de nombrarlo. Esto indica que el hemisferio derecho
habla y la «manualidad» estén controladas por el mismo hemisferio (de puede realizar tareas sencillas corno la de nombrar objetos. L o que no
acuerdo con esto, se ha sugerido que los problemas de lenguaje y escri- es capaz de hacer, en cambio, son operaciones de sintaxis. C o n todo,
tura se dan con mas frecuencia en ninos que presentan asimetrfas hemis- los resultados de estos experimentos son controvertidos. Para algunos
féricas en estas dos funciones). E n segundo lugar, hay una fuerte ten- autores, aunque las vias de union entre los hemisferios estàn cortadas,
dencia a que el habla se halle localizada en el hemisferio izquierdo, aun la información es tansferida de uno a otro por «rutas colaterales».
cuando esto pueda perjudicar los vinculos que existen normalmente en- L a lateralización o localización del lenguaje en una de las dos mitades
tre el lenguaje y la «manualidad». del cerebro es una caracteristica biològica incuestionable de la raza hu-
Otros trabajos mas recientes estaban orientados a descubrir si todos mana. E n un principio, se pensaba que està caracteristica evolucionaba
los aspectos del procesamiento linguistico se hallan localizados en un solo gradualmente (vg. Lenneberg, 1967). Sin embargo, en investigaciones
hemisferio o si, por el contrario, algunas habilidades lingùisticas subsi- posteriores se ha comprobado que puede estar presente desde el naci-
diarias residen en el hemisferio no dominante. U n grupo de investiga- miento (Kinsbourne y Hiscock, 1987). Incluso se ha llegado a afirmar
dores de Montreal (Canada) detectaron diez pacientes con habilidades que hay indicios de lateralización en el feto, en el que ciertas àreas del
lingùisticas en ambos hemisferios. E n estos pacientes, una inyección de hemisferio izquierdo presentan un tamano mayor que las correspondien-
amital sòdico originaba alteraciones en cualquiera de los hemisferios en tes àreas del hemisferio derecho (Buffery, 1978). Este asunto tiene un
los que se aplicara. U n dato interesante es que todos estos pacientes eran indudable interés para la psicolinguistica, ya que a veces se sostiene que
zurdos o ambidextros (Milner, Branch y Rasmussen, 1964). el periodo de lateralización coincide con el «periodo critico» de adqui-
E n otros estudios, se ha podido observar que el hemisferio derecho sición del lenguaje (del que hablaremos en el capitulo 4).
posee capacidades de lenguaje que normalmente se hallan en estado Aunque la mayoria de los neurólogos consideren que el lenguaje se
latente pero que pueden ser activadas si es necesario. Los pacientes que halla representado en su mayor parte en un hemisferio, la localización
han sufrido la ablación del hemisferio izquierdo pierden el habla por precisa de las àreas del lenguaje sigue siendo objeto de vivas polémicas.
completo. Sin embargo, pasado un tiempo, pueden llegar a adquirir un L a dificultad esencial es que las ùnicas pruebas disponibles proceden del
vocabulario limitado y a desarrollar habilidades limitadas de compren- estudio de pacientes con dano cerebral, y es posible que un cerebro
sión, aunque no mejoran en sus habilidades de producción (Kinsbourne, dahado no sea comparable a un cerebro sano. Es dificil localizar la zona
1975). N o obstante, el hemisferio derecho no es del todo inùtil. Los danada a raiz de un ataque cerebral o de otro suceso traumàtico. L a
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herida produce normalmente un coàgulo que, a su vez, bloquea el su- abertura en el cràneo y aplicaban una pequena corriente eléctrica a di-
ministro de sangre a las zonas posteriores y produce un aumento de la fcrentes partes del cerebro expuesto. L a estimulación eléctrica de este
presión en las zonas anteriores. Por està razón, en la mayoria de los tipo^uele originar interferencias temporales. A s i , si el àrea estimulada
casos no es posible establecer una correlación exacta entre la zona da- controia el movimiento de las piernas, el paciente se veia impedido de
nada y las alteraciones del lenguaje asociadas. D e este modo, una misma mover este miembro. A l aplicar la corriente a la zona que controia la
lesión puede acarrear graves problemas de lenguaje a una persona y producción del habla, el paciente quedaba m o m e n t à n e a m e n t e privado
simples efectos marginales a otra. Algunos neurólogos consideran que el de habla.
lenguaje puede ser «realojado» en regiones distintas a la afectada por la Este m è t o d o presenta obvios inconvenientes. Sólo permite examinar
lesión, e incluso otros han llegado a sostener la controvertida opinion de la superficie del cerebro, y no lo que sucede en estratos mas profundos.
que existen zonas de «reserva» para el lenguaje que sólo se utilizan en Por otra parte, el cerebro no se halla normalmente expuesto al aire o a
casos de emergencia. Todo esto nos da una imagen extremadamente choques eléctricos, por lo que sus respuestas a estos agentes pueden ser
compleja de la localización, en la que el lenguaje aparece corno un fan- poco representativas de su funcionamiento normal. Sin embargo, pese a
tasma que se desplaza hacia otras àreas cuando uno creia tenerlo por fin estos problemas, este m è t o d o ha permitido aclarar algunos hechos.
ubicado. Sin embargo, estos problemas no han impedido que los n e u r ó - E n primer lugar, ya se sabe cuàl es el àrea del cerebro responsable
logos hayan seguido investigando y obteniendo progresos. de la articulación del habla. L a llamada «àrea motora somàtica prima-
Los dos métodos principales de investigación son la observación y la ria», situada justo delante de una profunda grieta o «fisura» que corta
experimentación. L a observación depende de la ocurrencia de desafor- de forma oblicua cada hemisferio, controia todos los movimientos cor-
tunados accidentes y de exàmenes post-mortem. U n hombre llamado porales voluntarios. E l control de los diferentes miembros se dispone de
Phineas Gage sufrió un accidente en 1847 en el que una barra de hierro forma invertida: asf, la zona que controia los pies y las piernas se halla
de mas de un metro de larga se le incrustó en la parte frontal izquierda en el extremo superior de la cabeza, mientras que la que controia la cara
de la cabeza. L a barra permaneció incrustada en el mismo lugar hasta y la boca se encuentra en la parte inferior.
su muerte, ocurrida veinte anos después del accidente, y hoy se conserva E l sistema de control del movimiento funciona de un modo muy
unida al cràneo del infortunado en el museo de la Harvard Medicai similar en los demàs animales, aunque hay una diferencia importante.
School. Aunque la personalidad de Gage sufrió graves perturbaciones, Los humanos tenemos una región mucho mas extensa destinada al con-
haciéndose mas voluble e impredecible, su lenguaje permaneció inalte- trol de las manos y la boca.
rado. Esto nos indica que la parte frontal del cerebro no interviene en N o obstante, las zonas del cerebro implicadas en la articulación del
el lenguaje. E n cambio, un cirujano francés llamado Paul Broca observó habla no son las mismas que las responsables de su planificación y com-
en una autopsia llevada a cabo en 1861 que dos pacientes que en vida prensión. ^.Dónde se hallan entonces estas ùltimas? Las opiniones de los
habi'an sufrido graves alteraciones del lenguaje (hasta el punto de que expertos en este punto difieren, a veces de forma radicai (Caplan, 1987,
uno de ellos sólo podfa decir tan y sacre nom de Dieu) presentaban 1988). De todos modos, buena parte de los neurólogos consideran que
lesiones en la zona situada justo por delante y por encima de la oreja hay ciertas àreas del cerebro que guardan una mayor correlación con la
izquierda, lo que viene a sugerir que està àrea, que hoy se conoce corno planificación y la comprensión del lenguaje. E n concreto, hay dos àreas
«àrea de Broca», desempena un papel importante en el lenguaje. particularmente relevantes: el àrea de Broca y sus alrededores (situada
E l m è t o d o experimental fue utilizado por vez primera por dos neu- por delante y por encima de la oreja izquierda), y una zona que rodea
rocirujanos canadienses, Penfield y Roberts (1959). Su propòsito originai la oreja izquierda por su parte infero-posterior, denominada àrea de Wer-
era extirpar células enfermas del cerebro de pacientes epilépticos. Pero nicke en honor del neuròlogo que en 1874 descubrió la importancia de
para elio tenfan que asegurarse de que no destruian células de las àreas este àrea para el lenguaje. U n a lesión en el àrea de Wernicke suele
del lenguaje. C o n el paciente pienamente consciente, practicaban una provocar trastornos en la comprensión del lenguaje, mientras que una
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1 El àrea de Broca abarca aproximadamente el espacio que queda por debajo de la


palabra de y de la B de Broca.
lesión en el àrea de Broca suele alterar la producción del lenguaje. Està 2 El àrea de Wernicke ocupa a grandes rasgos el espacio situado por encima de las
descripción, sin embargo, es demasiado simplista, toda vez que las lesio- palabras Area de.
nes que afectan a cualquiera de estas dos àreas suelen llevar aparejadas
perturbaciones de ambas modalidades del lenguaje (MacKay et al., 1987). Por otra parte, es muy probable que haya interconexiones en estratos
E n algunos casos excepcionales, una lesión en las àreas de Broca o mas profundos del cerebro de las que apenas se tiene información. A l -
Wernicke no aparece asociada a trastornos del lenguaje. Y a la inversa, gunos neurólogos han sugerido que estas interconexiones son tan impor-
también puede suceder que un paciente con severas alteraciones del len- tantes corno las propias àreas, y afirman que las principales perturbacio-
guaje originadas por dano cerebral no tenga ninguna lesión localizada nes del lenguaje se producen a raiz de alteraciones en estas vias nerviosas
en las «àreas del lenguaje». A s i pues, es posible que haya un mayor (Geschwind, 1979; Penfield y Roberts, 1959).
margen de variación en la localización de las àreas del cerebro que en ^Permite la investigación del cerebro arrojar alguna luz sobre las
la posición de otros órganos c o m ò el corazón o el higado. Puede que relaciones entre el lenguaje y la inteligencia? Por ahora, parece que no.
una determinada función se halle «localizada con precisión en un àrea L a noción de inteligencia abarca un complejo entramado de habilidades
especifica en un individuo localizada también con precisión, aunque de diversa indole, y es sumamente arriesgado aventurar cuàl es la loca-
en un àrea distinta, en otro individuo, y representada en un àrea mucho lización de cada una de ellas (suponiendo que sean realmente localiza-
mas amplia... en un tercer individuo. L a ùnica restricción que se debe bles). L o mas que se puede decir es que ciertos aspectos de la inteligen-
cumplir es que los procesos nucleares del lenguaje se realicen en està cia, en particular los tocantes a la inteligencia espacio-temporal (es decir,
región del neocórtex» (Caplan, 1988, p. 248). la relacionada con juicios acerca del espacio y el tiempo) son en gran
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medida independientes del lenguaje, y aparecen asociados al hemisferio al mismo tiempo. Si uno intenta hacer estas dos cosas y se pone a d e m à s
derecho. A s i , pacientes que presentan problemas de lenguaje debidos a a mover la lengua de un lado a otro y a cruzar y descruzar las piernas,
lesiones en el hemisferio izquierdo pueden resolver problemas de caràc- todo a*la vez, la tarea se hace poco menos que imposible. E l malabarista
ter espacio-temporal, aunque Io hacen con un nivel de ejecución algo se las puede ingeniar para mantener una botella en equilibrio sobre la
inferior al que presentaban antes de la lesión (Zangwill, 1964). Resu- nariz, hacer girar un aro con el tobillo y mantener siete platos en el aire
miendo, todas estas cuestiones siguen siendo bastante confusas y es pre- sin que se rompan, pero para adquirir semejante habilidad ha de pasarse
ciso investigarlas mas a fondo. sus buenos anos practicando. jSi sera dificil que hasta se puede ganar
Otro problema sin resolver es el de la herencia. ^Se transmiten las mucho dinero con elio!
alteraciones del lenguaje de una generación a otra? Hasta el momento, Sin embargo, el lenguaje depende de la integración simultànea de un
la evidencia disponible es fragmentaria. Probablemente, el trastorno que buen n ù m e r o de procesos, y en muchos aspectos la actividad linguistica
aparece mas vinculado a factores hereditarios es la dislexia o «ceguera es bastante mas complicada que los juegos malabares con botellas, platos
de palabras», ya que presenta mayor incidencia en grupos familiares. Sin y aros.
embargo, también es necesario investigar mas en este campo. E n la producción del lenguaje hay, corno minimo, tres procesos en
A s i pues, y a modo de conclusión, podemos decir que los pulmones, marcha simultàneamente: primero, se emiten sonidos; segundo, se acti-
los dientes, los labios y las cuerdas vocales han evolucionado de manera van sintagmas en un formato de codificación fonètico listos para su emi-
tal que facilitan la articulación del habla. Y mas importante a ù n , el sión; y tercero, se pianifica el resto del enunciado. Cada uno de estos
cerebro humano parece hallarse pre-programado para el lenguaje. L a
lateralización, o localización del lenguaje en una de las dos mitades del
cerebro, es un fenòmeno naturai con base biològica. L a localización mas
precisa dentro del hemisferio dominante es, sin embargo, una cuestión
todavia sin aclarar, aunque hay constancia de que las àreas del cerebro
conocidas con los nombres de Broca y Wernicke desempenan un papel
mas relevante que otras àreas.
No obstante, sea cual fuere la validez de los diversos argumentos
relacionados con el lenguaje y el cerebro, està claro que el cerebro hu-
mano està «sintonizado» con el lenguaje de un modo en el que no lo
estàn los cerebros de los chimpancés o de los saltamontes.

Darse golpecitos en la cabeza y frotarse el estómago

Otra clase de adaptación biològica que quizà no es tan evidente, pero


que bien mirada no es menos llamativa, es la «enorme variedad de pro-
cesos integradores» (Lashley, 1951) que tienen lugar en la comprensión
y la producción del lenguaje.
E n ciertos aspectos de nuestra conducta, es muy dificil hacer mas de
una cosa a la vez. Como saben muy bien los ninos, es extraordinaria-
mente complicado darse golpecitos en la cabeza y frotarse el estómago
88 El mamifero articulado Los dientes de la abuelita 89

procesos es mucho mas complejo de l o que puede parecer a primera mente esté «pensando» en la /p/ inicial de la palabra «pareja» en el
vista. L a enorme complejidad de los procesos que nos permiten pronun- momento de comenzar a articular la palabra «mejor». Y la hablante que
ciar palabras no se puede apreciar de forma inmediata. Se podrfa pensar dijo Q U E T A N A F E C T A M E N T E N O S D I R E C T A , seguramente tenia activada
que al pronunciar una palabra corno G U I S O , el hablante pronuncia pri- la palabra «afecta» antes del momento preciso.
mero el sonido Igl, luego el sonido / i / , luego /s/ y finalmente lol. Sin
embargo, el proceso es mas complicado.
E n primer lugar, la Igl de G U I S O (/giso/) es muy diferente a la Igl de L A M E J O R [F]AREJA
GUASA, debido a que las vocales que siguen a cada palabra son distintas.
E l hablante anticipa (inconscientemente) la vocal lil o lui y ajusta la
Q U E T A N DIRECTAMENTE NOS AFECTA
pronunciación de la Igl en consecuencia. E n segundo lugar, la vocal l\l I
de G U I S O es mas larga que la misma vocal en la palabra G U I T A R R A , ya
que en el primer caso se halla en una silaba acentuada y en el segundo
Si los humanos hablàsemos en «ràfagas» compactas de tres o cuatro
no. E n muchas lenguas (entre ellas el castellano), las silabas acentuadas
palabras, no resultarla extrano que activàsemos alguna de estas ràfagas
no sólo tienen una mayor amplitud que las no acentuadas, sino que
antes de tiempo. L o que si es curioso es que està activación tenga lugar
también presentan vocales mas largas.
a la vez que se està pianificando un enunciado mucho mas largo. Len-
A s i pues, al pronunciar una palabra, el hablante no ejecuta una se- neberg (1967, p. 107) compara la planificación de un enunciado linguis-
cuencia de movimientos separados, corno:
tico con la contrucción de un mosaico:

1 2 3 4
Igl lil Isl lol, La secuencia de sonidos del habla que constituye una serie de palabras es
un patron sonoro similar a un mosaico; el mosaico se construye piedra a
piedra, aunque su imagen completa tiene que tornar forma en la mente
sino que ejecuta una serie de acciones que se solapan unas con otras,
del artista antes de que éste comience a colocar las piezas.
de tal modo que cada sonido recibe influencias del que le sigue:

Igl . . . Hay oraciones que son muy fàciles de procesar estructuralmente, corno
I\l . . . por ejemplo E L B E B É R O D O P O R L A S E S C A L E R A S , E L G A T O E N F E R M O O
Isl . . . Y O D I M I T I . Sin embargo, otras son mucho mas enrevesadas y obligan al

lol . . . hablante y al oyente a recordar complejas interdependencias entre sus


partes. Pongamos el siguiente caso: s i E L B E B É R U E D A P O R L A S E S C A L E -
RAS O E L G A T O E N F E R M A , E N T O N C E S DIMITIRE O M E V O L V E R E LOCA.
Este solapamiento exige una compleja coordinación neuromuscular, so-
bre todo si, corno es habitual, el habla se emite a gran velocidad. U n E n està oración, el suceso condicional introducido por SI requiere un
hablante normal ejecuta por termino medio 200 silabas por minuto. Mien- suceso consecuente indicado por E N T O N C E S , y la conjunción O expresa
tras tanto, a la vez que pronuncia los sonidos del habla, el hablante una relación disyuntiva entre dos sucesos. Por otra parte, el verbo R U E -
D A tiene que concordar con el sujeto B E B É , lo mismo que G A T O con
activa por anticipado las dos o tres siguientes palabras del enunciado en
E N F E R M A , de lo contrario tendrfamos una oración incorrecta corno * Sì
su forma fonètica. Esto queda de manifiesto en los errores e s pontà ne os
E L B E B É R U E D A N P O R L A S E S C A L E R A S ... Toda està compleja oración
que se cometen al hablar, en los que a menudo se activa accidentalmente
antes de tiempo un sonido situado varias palabras después. U n individuo con sus propiedades interdependientes tiene que ser planificada en su
que dice L A P E J O R M A R E J A , en lugar de «la mejor pareja», probable- conj unto antes de empezar a emitirla.
90 El mamifero articulado Los dientes de la abuelita 91

O
(ema nervioso corno la enfermedad de Parkinson. Para Lenneberg, la
uniclad bàsica de tiempo en la producción del habla es la sexta parte de
un segundo. Està estimaciòn se basa en una serie de experimentos de
precisión y también en la observación de que la tasa normal de pronun-
ciación de silabas se situa en torno a las seis silabas por segundo. N o
obstante, algunos autores han puesto en tela de juicio la idea de que
BIEN -« • O BIEN ^ O exista un «marcapasos» de ritmo estable y proponen a cambio que el
compàs interno se puede fijar a diferentes velocidades (Keele, 1987).
lista propuesta es coherente con la observación de que l a velocidad del
EL BEBÉ RUEDA E LGATO DIMITIRE M E VOLVERE habla puede aumentar con la pràctica aun cuando la longitud relativa de
POR L A S E S C A L E R A S ENFERMA L O C A las diferentes palabras permanezea constante (MacKay, 1987).
Aunque todavia hay muchos detalles por investigar, se puede ofrecer
la siguiente conclusión general: la especie humana se halla fisicamente
Los ejemplos que acabamos de analizar nos indican que en la mayo-
adaptada al lenguaje en un sentido en el que las restantes especies ani-
ria de los enunciados lingùisticos que producimos, la cantidad de plani-
males no lo estàn. L o s órganos vocales, los pulmones y el cerebro hu-
ficación y de actividades simultàneas que realizamos son tan descomu-
manos estàn «presintonizados» para responder a la complejidad del len-
nales que es necesario que estemos especialmente disenados para domi-
guaje de la misma manera que los monos estàn presintonizados para
nar està compleja forma de coordinación. Pero ^qué clase de mecanis-
trepar a los àrboles o los murciélagos para emitir chillidos. E n el próximo
mos son los responsables de elio? Y mas en concreto, ,-cómo hacemos
los humanos para colocar las palabras en el orden apropiado, en lugar capitulo, se presentan una serie de pruebas de està «pre-sintonia biolò-
de pronunciarlas en una amalgama de sonidos segùn nos vienen a la gica» que hacen referencia a la existencia de un «reloj» biològico que
cabeza? ^ C ó m o es que pronunciamos C O N E J O de manera correcta, y no marca el curso de desarrollo del lenguaje desde sus primeras manifestacio-
J O N E C O o C O J E N O , tal y corno hacen algunos pacientes con lesiones nes.
cerebrales?
Segùn Lenneberg (1967), la secuenciación correcta del habla està ba-
sada en un principio ritmico subyacente. Es bien sabido que la poesia
se recuerda mejor que la prosa gracias al «ritmo» que le acompaha corno
si fuera el «tic-tac» de un reloj:

Y A - VIE-NEL COR- TE-JO, Y A - V1E-NEL-COR- TE-JO


(tic-tac-tac-tic-tac-tac-tic-tac-tac-tic-tac-tac
Y A - SEO-YEN-LOS-CLA-ROS-CLA-RJ- NES
tic-tac-tac-tic-tac-tac-tic-tac-tac)
[RUBEN DARIO]

Es posible que haya una especie de «compàs» biològico subyacente


que permita a los seres humanos organizar el lenguaje en una secuencia
temporal. L a alteración de este compàs podria explicar la aceleración
incontrolable del habla que se observa en algunas enfermedades del sis-
Capitulo 4
SURCOS PREDESTINADOS
^Existe un «programa» preestablecido
de desarrollo del lenguaje?

Hubo una vez un hombre que temia


Que en su vida no seria
Mas que una màquina que recorre su camino
A través de surcos fijados por el destino.
Y se decia:
jNo soy siquiera un autobus, soy un tranvia!

[adaptación de unos versos de MAURICE EVAN HARE]

E l lenguaje aparece aproximadamente a la misma edad en los ninos


de todas las culturas. «.[Por q u é los ninos empiezan a hablar espontà-
neamente entre los dieciocho y los veintiocho meses de e d a d ? » , se pre-
guntaba un investigador. «Seguro que no se debe a que todas las madres
comienzan a ensenarles a hablar en ese periodo. D e hecho, no hay prue-
bas de que haya una ensenanza consciente y sistemàtica del lenguaje, de
la misma manera que tampoco se da un adiestramiento especifico para
el mantenimiento de la posición erguida o de la postura» (Lenneberg,
1967, p. 125).
Està regularidad en la edad de aparición del lenguaje se debe atribuir
a la intervención de un reloj biològico semejante al que hace que los
gatitos abran los ojos a los pocos dias de nacer, las crisàlidas se convier-
tan en mariposas al cabo de unas semanas y los seres humanos se hagan
sexualmente maduros hacia los 13 anos de edad. N o obstante, hasta hace
bien poco casi nadie creta que el lenguaje estuviera sometido a una
maduración biològica. Pero en 1967, E . H . Lenneberg, a la sazón biò-
logo de la Harvard Medicai School, publicó una importante obra titulada
Fundamentos biológicos del lenguaje. Buena parte de lo que se dice en
este capitulo està basado en las aportaciones de està obra pionera.

93
94 El mamifero articulado Surcos predestinados 95

Caracteristicas de las conductas biològicamente programadas petencia linguistica en cada cultura. Sin embargo, aunque los ninos di-
fieren sensiblemente en habilidades tales corno hacer punto o tocar el
Las conductas que se hallan bajo control biològico presentan una violin, su dominio del lenguaje presenta una variabilidad mucho mas
serie de caracteristicas especiales. E n las pàginas que siguen, vamos a rcducida.
enumerar estas caracteristicas y a analizar en q u é medida se hallan pre- De igual modo, la segunda caracteristica del lenguaje corno conducta
sentes en el lenguaje. Si logramos demostrar que el lenguaje, lo mismo biològicamente programada suscita pocas dudas: «su aparición no es con-
que la conducta sexual o la locomoción, entra dentro de la categoria de secuencia de una decisión voluntaria». Es obvio que ningùn nino se dice
conductas programadas por la biologia, habremos contribuido a aclarar a si mismo: «Mariana empiezo a aprender a hablar». Los ninos adquieren
lo que se quiere decir cuando se afirma que el lenguaje es «innato». ci lenguaje sin tornar ninguna decisión consciente al respecto. Adquirir
A ù n no està del todo claro cuàntas son las caracteristicas de las con- una lengua no requiere decisiones previas, a diferencia de lo que sucede
ductas biològicamente programadas que se pueden enumerar. Lenneberg con otras actividades corno saltar una valla o golpear una pelota, en las
propuso cuatro, que se pueden subdividir en las seis que se citan a conti- que es preciso fijarse primero una meta y luego someterse a una pràctica
nuación: mas o menos rigurosa con vistas a alcanzar esa meta.
La primera parte de la tercera caracteristica parece asimismo incues-
1 L a conducta surge antes de que sea necesaria. lionable: «La aparición de la conducta no viene determinada por sucesos
2 Su aparición no es consecuencia de una decisión voluntaria. externos». Las ninas empiezan a hablar aunque el ambiente en el que
3 Su aparición no viene determinada por sucesos externos (aunque viven permanezca inalterado. L a mayoria de ellas viven en la misma
el entorno ha de ser lo bastante «rico» para que la conducta en casa, toman los mismos alimentos, tienen los mismos padres y siguen la
cuestión se desarrolle adecuadamente). misma rutina. N o hay ningùn hecho o suceso en su vida cotidiana que
4 L a instrucción explfcita y la pràctica intensiva tienen escasos efec- haga que de repente empiecen a hablar. L o que ocurre es que el reloj
tos. biològico da la hora en el momento previsto.
5 Hay una secuencia regular de «hitos» en el curso del desarrollo Sabemos con certeza que el lenguaje no puede aparecer antes del
de la conducta, hitos que aparecen correlacionados con la edad y momento en que està programado para elio. Nadie ha logrado j a m à s
con otros aspectos del desarrollo. hacer hablar a un b e b é recién nacido, aunque en el momento de nacer
6 Puede haber un «periodo critico» para la adquisición de dicha las cuerdas vocales estàn preparadas para emitir sonidos y a partir de los
conducta. cinco o seis meses el bebé «balbucea» algunos de los sonidos que luego
emplearà en el habla. Sin embargo, antes de los dieciocho meses los
Examinemos estas seis caracteristicas de una en una. Algunas de ellas bcbés producen muy pocas palabras. Es evidente que han de aguardar
parecen poco menos que evidentes. Por ejemplo, la primera (i.e. «la hasta alcanzar el estado biològico oportuno, un «estado» que parece
conducta surge antes de que sea necesaria») corresponde al fenòmeno dcpcnder del desarrollo del cerebro. Las emisiones de dos palabras, que
conocido con el nombre un tanto grandilocuente de «ley de la madura- tradicionalmente se han considerado la primera manifestación autèntica
ción anticipatoria», y apenas necesita justificación. E l lenguaje se desa- de lenguaje, aparecen justo en el momento en que el desarrollo hasta
rrolla mucho antes de que la nina necesite comunicarse para sobrevivir. cntonces exponencial del cerebro comienza a estabilizarse. E l cerebro
Cuando aparece el lenguaje, los padres satisfacen las necesidades pri- del nino no fabrica nuevas neuronas después del nacimiento. A l nacer,
mordiales de alimentación, vestido y otras demandas de la nina. Si no dispone de millones, o incluso miles de millones de estas células. Sin
hubiera un mecanismo innato, el lenguaje no surgirfa hasta que los pa- embargo, al principio no todas las neuronas estàn conectadas entre si y
dres hubiesen abandonado al nino a su propio sustento, por lo que apa- el cerebro tiene muy poco peso (en torno a los 300 grs.). E n ci periodo
receria a edades diferentes y llevaria aparejados distintos niveles de com- quo va desde el nacimiento hasta los dos anos, se multiplican las inter-
96 El mamifero articulado Surcos predestinados 97

conexiones entre las células nervìosas y e l peso del cerebro aumenta Lste mismo informante describe el choque cultural que supuso para él
ràpidamente. A los dos anos, alcanza un peso de casi 1.000 grs. (Len- el ingreso en la escuela, donde se encontró con «un torrente de palabras
neberg, 1967). inconteniblc, en su mayoria desconocidas y ordenadas de mùltiples ma-
No obstante, hay un aspecto de la conducta biologicamente progra- neras» (Brian Jackson en el suplemento del Daily Telegraph). Los ninos
mada que a veces se interpreta incorrectamente: aunque los sucesos ex- necesitan este «torrente incontenible de palabras», y los que se ven pri-
ternos no son la causa de l a conducta, es necesario que el entorno sea vados de él pueden sufrir retrasos en su desarrollo. Por fortuna, el pro-
lo bastante «rico» en sucesos para que està se desarrolle corno es debido. blema es sólo transitorio. Los ninos con un lenguaje empobrecido pue-
Las conductas biologicamente programadas no se desarrollan adecuada- den recuperar enseguida el tiempo perdido si ingresan en un ambiente
mente en ambientes empobrecidos o artificiales. A s i pues, nos encontra- linguisticamente mejor dotado. E n suma, el factor biològico se pone en
mos con la paradoja de que algunos tipos de conducta «naturai» precisan funcionamiento en cuanto el ambiente se lo permite.
de una cuidadosa «educación». D e l mismo modo que Chris y Susie, dos Vamos a examinar a continuación la cuarta caracteristica de las con-
gorilas que se criaron separados del resto de sus congéneres en el Z o o ductas programadas biològicamente: «La instrucción explfeita y la pràc-
de Sacramento, se mostraron incapaces de aparearse satisfactoriamente tica intensiva tienen escasos efectos». Las capacidades que alcanza una
(segùn un articulo aparecido en el Evening Standard), asi también un persona en actividades tales corno escribir a màquina o jugar al tenis
ambiente linguistico empobrecido tiende a retrasar la adquisición del dependen directamente de la ensenanza que reciben y de la pràctica que
lenguaje. Por ejemplo, los ninos criados en instituciones exhiben un re- dedican a su aprendizaje. Incluso sin ser un atleta de primera fila, se
traso en su desarrollo linguistico. Lenneberg ha observado que los ninos puede ganar un torneo de tenis siempre que uno reciba un entrenamien-
que pasan su infancia en orfanatos comienzan a hablar a la misma edad to apropiado y practique esforzadamente. Sin embargo, en el caso del
que los ninos que viven con sus familias. Sin embargo, el lenguaje de lenguaje, la ensenanza explicita no produce fruto alguno. Veamos algu-
aquéllos pronto empieza a mostrar sintomas de retraso, se hace menos nas pruebas de elio.
inteligible y da muestras de pobreza en las construcciones. U n caso me- Cuando se dice que «la ensenanza explicita no produce fruto alguno»,
nos claro de empobrecimiento linguistico es el estudiado por Basii Berns- la gente responde: « N a t u r a l m e n t e , £a quién se le puede ocurrir ensenar
tein, un sociòlogo del Instituto de Educación de la London University. a un nino a hablar?» Pero a pesar de elio, hay muchos padres que, sin
E n su (discutible) opinion, los ninos que pertenecen a cierta clase de darse cuenta, tratan de persuadir a sus hijos a que les imiten. Esto se
familias pueden sufrir una deprivación linguistica (Bernstein, 1972). L a suele hacer de dos maneras: bien corrigiéndolos abiertamente, o bien
adquisición del lenguaje es mas dificultosa en estos ninos debido a que mediante «aclaraciones» inconscientes.
no disponen de la suficiente experiencia linguistica. Para este sociòlogo, L a inutilidad de las correcciones manifiestas ha sido subrayada por
las familias de estos ninos utilizan un lenguaje informai y elfptico, a numerosos investigadores. U n psicòlogo intentò durante varias semanas
diferencia del lenguaje mas formai y explicito empleado en hogares en convencer a su hija para que dijera OTRO + nombre, en lugar de UN
los que el nino aprende con mayor rapidez. P o r ejemplo, en ciertas OTRO + nombre. L a interacción verbal entre ellos dos era mas o menos
familias, la expresión «jAnda por ahi!» equivale a una mas elaborada asi:
corno «Sai fuera a jugar y no me des la lata, que ahora estoy ocupada»,
empleada en otras familias. Por emplear una descripción mas precisa,
Nina: OUIERO U N A OTRA C U C H A R A , PAPA.
El nùmero de palabras empleadas es mucho menor ... hay un constante Padre: O U E R R A S DECIR Q U E QUIERES L A OTRA C U C H A R A .
intercambio de frases hechas, tales corno «Buah, es que hay cada vejes- Nina: si. OUIERO U N A OTRA C U C H A R A , POR F A V O R P A P A .
torio emperifollado, que pa' qué». Los significados no vienen dados tanto Padre: ^ P U E D E S DECIR « L A O T R A C U C H A R A » ?
por las palabras que se usan cuanto por el tono de voz, los silencios, las Nina: U N A ... O T R A ... C U C H A R A .
miradas, los gestos y, sobre todo, el contado fisico. Padre: DI « O T R A » .
98 El mamìfero articulado Surcos predestinados 99

Nina: OTRA. de o/ie constituyen la tercera parte de las respuestas de los adultos. A
Padre: « C U C H A R A » .
este respecto, Brown y Bellugi hicieron el siguiente comentario:
Nina: C U C H A R A .
Padre: «OTRA C U C H A R A » .
Las madres de Adam y Ève respondian a los enunciados de sus hijos
Nina: O T R A ... C U C H A R A . B U E N O , <,ME D A S U N A O T R A C U C H A R A ? utilizando aclaraciones en un 30 por ciento de los casos. Nosotros mismos
[ B R A I N E , 1971, p. 161] lo hemos hecho muchas veces al hablar con nuestros hijos. Es muy dificil
evitarlo. A l oir una frase reducida o incompleta en su lengua, el adulto
Otro investigador intentò en vano que un nino empleara correcta- se ve impelido a convertirla en la oración completa que mas se le parezca.
mente el pasado del verbo S O S T E N E R : [ B R O W N Y B E L L U G I , 1964, p. 144]

A l principio, los investigadores no entendian bien cuàl era el pape! que


Nino: L A PROFE SOSTENIO LOS CONEJITOS Y NOSOTROS L O S A C A R I C I A M O S
debfa atribuirse a las aclaraciones del adulto. Entonces, Courtney Caz-
Adulto: <,HAS D1CHO O U E L A PROFE SOSTUVO LOS CONEJ1TOS?
den llevó a cabo un ingenioso experimento con dos grupos de ninos
Nino: si.
menores de tres anos y medio (Cazden, 1972). U n grupo fue sometido
Adulto: i,OVE H A S D I C H O O U E H I Z O ?
a aclaraciones continuas y deliberadas, mientras que el otro tan sólo
Nino: SOSTENIO LOS CONEJITOS Y LOS A C A R I C I A M O S .
Adulto: <Y LOS SOSTUVO C O N F U E R Z A ?
cscuchaba frases bien formadas que no se utilizaban corno aclaraciones.
Nino: N O , L O S SOSTENIO S U A V E M E N T E . Por ejemplo, si un nino decia P E R R O L A D R A , un adulto «aclarador»
[ C A Z D E N , 1972, p. 9 2 ] respondia «Si, el perro està l a d r a n d o » , en tanto que uno « n o aclarador»
decia «Eso es que quiere asustar al gato», «Per o no m u e r d e » o «Pues
dile que se calle». A ' cabo de tres meses, se evaluaron los avances de
Curiosamente, las correcciones repetidas no sólo carecen de eficacia,
cada grupo. Curiosamente, el grupo sometido a aclaraciones mostrò un
sino que incluso pueden obstaculizar el desarrollo del nino. L a madre
rendimiento linguistico inferior al del otro grupo, tanto en la longitud
de un nino de siete meses llamado Paul habìa depositado grandes expec-
inedia de emisión corno en la complejidad gramatical de sus frases.
tativas en su hijo y le corregfa una y otra vez cuando hablaba. E l nino
Se han ofrecido varias explicaciones a estos inesperados resultados.
acabó desarrollando una falta de confianza en si mismo y sus avances
Ls posible que al hacer aclaraciones los adultos interpreten mal lo que
fueron muy lentos. Sin embargo, la madre de Jane, de catorce meses,
no se mostraba tan ansiosa y respondia a todo lo que le decia la nina los ninos pretenden decir. Las aclaraciones e r r ó n e a s t e n d r à n , consiguien-
sin corregirla. Jane experimentó un desarrollo inusitadamente ràpido y (cmente, un efecto inhibitorio. E n el estudio se apreciaron algunas acla-
a los quince meses ya tenia un vocabulario de ochenta palabras (Nelson, raciones e r r ó n e a s , corno por ejemplo:
1973, p. 105).
A s i pues, es u n grave error obligar a los ninos a que imiten a los Nino: <,QUE H O R A SON?
adultos. L o s ninos no pueden ser adiestrados corno si fueran papagayos. Adulto: SE DICE « O U E H O R A S SON».

L a otra forma de corrección antes aludida, las «aclaraciones» que los


padres efectùan de forma inconsciente a los ninos, es egualmente inùtil. Asimismo, las expresiones novedosas pueden resultar necesarias para
A l hablar con los ninos, los adultos acostumbran a aclarar o completar atraer la atención del nino, ya que es muy probable que éste no reac-
las expresiones de éstos. S i e l nino dice V A C O M E R , la madre suele res- cione a l o que considera meras repeticiones de sus propias frases. Por
ponder «Si, voy a corner». M A M A P A T A T A S se conviene en «Marna està otro lado, se ha dicho que las aclaraciones tienen el efecto de reducir la
friendo patatas» y T I R A P A P A es transformado en «Tirasela a p a p à » . L o s experiencia linguistica del nino. E l habla infantil puede verse empobre-
ninos son objeto de un sinnùmero de estas aclaraciones, hasta el punto cida por causa de un entorno linguistico excesivamente limitado. C o m o
100 El mamifero articulado Surcos predestinados 101

se indicò antes, los ninos necesitan una experiencia linguistica abundante ogasión, una investigadora registrò'el habla normal de una madre con una
y variada. amiga sùya adulta. L a longitud media de sus frases oscilaba entre catorce
Las dos ùltimas explicaciones se vieron confirmadas en un experimen- y quince palabras, y empleaba varios términos médicos polisflabos:
to llevado a cabo con ninos rusos (Slobin, 1966, p. 144). A un grupo de «Estàbamos haciendo una visita de rutina a los enfermos de pulmón.
bebés se les mostraba una muneca mientras se les repetian tres frases Fuimos pasando por todas las salas. Y a sabes que a estos enfermos se
diferentes: «Esto es una muneca», «Coge la muneca» o « D a m e la mu- Ics acumula la mucosidad en el pecho, y hay que ensenarles a respirar
neca». A otro grupo se le ensenaba la muneca, pero en lugar de tres bien para que tosan y vayan eliminando la mucosidad poco a poco.
frases se les repetian treinta, por ejemplo: «Busca la m u n e c a » , «Acuna Bueno pues el caso es que no podiamos esterilizar los instrumentos,
a la muneca», etc. E l n ù m e r o total de palabras que escuchaba cada porque eran de plàstico».
grupo era igual, aunque su combinación diferfa de un grupo a otro. A E n cambio, cuando està mujer hablaba con su nina, utilizaba frases
continuación, los experimentadores les ensenaban a los ninos una serie de cinco o seis palabras. Las palabras eran mas cortas y se referian a
de juguetes y les pedian que senalaran d ó n d e estaban las munecas. Para cosas que la nina podia ver o hacer:
su sorpresa, los ninos del segundo grupo, que habian tenido una expe-
MIRA E L C U E N T O O U E T E T R A E M A M A
riencia linguistica mas variada, realizaron la tarea mucho mejor que los
(.OUIERES V E R E L C U E N T O ?
otros ninos.
MIRA E L C U E N T O .
A s i pues, podemos sacar la conclusión de que los padres que intentan j A N D A , F U A T E , A O U I H A Y U N INDIO!
adiestrar conscientemente a sus ninos a base de simplificar y repetir /.MAS VISTO A L INDIO?
pueden estar, en realidad, interfiriendo en su proceso normal de apren- A V E R , ^ S A B E S DECIR INDIO?
dizaje. D e nada sirve hablar con una nina c o m ò si se tratara de un turista DIMELO.
al que se le està diciendo c ó m o se va a un museo. U n lenguaje empo- [ D R A C H , citado en Ervin-Trìpp, 1971]
brecido resulta a la postre mas dificil de aprender. Los ninos parecen
hallarse preparados para desarrollar una gramàtica por si mismos, siem- Casi todos los padres simplifican automàticamente el contenido y la
pre y cuando cuenten con suficientes datos lingùfsticos. L a ensenanza sintaxis de sus enunciados cuando hablan con ninos. Esto no debe ex-
directa es irrelevante, y los ninos que aprenden antes son aquellos que tranarnos; al fin y al cabo no hablamos igual con el conductor del auto-
se ven expuestos a una experiencia de lenguaje mas rica. E n otras pala- bus y con un amigo. E l ajuste del lenguaje a las circunstancias es un
bras, aquellos cuyos padres les hablan de manera normal. aspccto mas de la capacidad humana del lenguaje.
^Pero q u é quiere decir «hablar de manera normal»? E n este punto, El lenguaje utilizado con los ninos es tan parecido en las distintas
hay que deshacer un malentendido que tiene su origen en Chomsky. culturas que se ha llegado incluso a decir que «puede tener una base
Segùn este linguista, lo que los ninos reciben de su entorno «consiste en innata en las pautas de crianza h u m a n a s » , segùn la controvertida opinion
gran medida en enunciados que violan reglas, ya que buena parte del de una investigadora (Ferguson, 1978, p. 215). E l lenguaje «materna!»,
lenguaje cotidiano està formado por falsos comienzos, frases inconexas segùn se le denomina algunas veces, suele constar de oraciones cortas y
y otras desviaciones del lenguaje correcto» (Chomsky, 1967, p. 441). Es bien construidas que se pronuncian lenta y claramente. E n el capitulo 7
verdad que algunos de las frases que los ninos escuchan son incorrectas. haremos algunos comentarios acerca de la relación entre la estructura
Sin embargo, en recientes investigaciones se ha podido comprobar que del lenguaje adulto y los avances del nino en la adquisición de su primera
el habla que escuchan los ninos no es particularmente anormal. A l diri- lengua. A q u i nos hemos limitado a senalar que la instrucción explicita,
girse a los ninos, los adultos tienden a utilizar frases mas cortas, aunque basada en la corrección y la imitación, no acelera la velocidad de apren-
también cometen menos errores. H a y una diferencia notable en la forma dizaje, e incluso puede llegar a obstaculizarlo.
en que una madre habla con otro adulto y con su propio hijo. E n cierta Volvamos por un momento a la cuestión de la pràctica. E n este te-
102 El mamifero articulado Surcos predestinados 103

rreno, se sostiene que la pràctica no puede dar cuenta por si sola de la sviele acortar la emisión del adulto para ajustarla a la longitud media de
adquisición del lenguaje. Los ninos no aprenden el lenguaje a base de sus Dropias emisiones e incluir las mismas clases de terminaciones y de
repetir e imitar. Està afirmación se apoya en dos clases de pruebas. «particulas» que emplea en las emisiones que no son producto de la
La primera de estas pruebas se refiere al desarrollo de las «flexiones» imitación. N i uno solo de los ninos observados producfan imitaciones
o terminaciones de las palabras. E n inglés (lo mismo que en castellano) mas correctas desde el punto de vista gramatical. Incluso una nina lla-
hay numerosos verbos que se conjugan de manera irregular (vg. CAME, mada Holly produjo imitaciones que eran menos complejas que sus fra-
SAW, WENT, o F U I , V I N E , R O T O , P U E S T O , e t c ) , a diferencia de otros que ses espontàneas. A s i pues, segùn Susan E r v i n ,
son regulares (vg. LOVED, WORKED, PLAYED, O C O M I , T R A B A J E , SUBI-
no hay un solo rastro de evidencia que apoye la idea de que el avance
D O , B A J A D O , e t c ) . Asimismo, algunos de los plurales del inglés son
hacia las reglas de la gramàtica adulta se deba simplemente a la pràctica
irregulares, corno por ejemplo FEET O MICE, frente a los mucho mas de la imitación explicita de las frases de los adultos [ERVIN, 1964, p. 172]
numerosos plurales terminados en -s (vg. CATS, GIRAFFES O PYTHONS).
Los ninos aprenden enseguida las formas correctas de los pretéritos o E n resumen, se puede concluir que la pràctica, entendida corno la
participios de verbos (y también los plurales irregulares de ciertos sus- repetición e imitación directas, no afecta por si sola a la adquisición del
tantivos) muy corrientes, tales corno CAME, SAW y FEET ( O en castellano lenguaje de una manera significativa. D e todos modos, es necesario ma-
V I N E o R O T O ) . Sin embargo, mas tarde abandonan estas formas correctas tizar este aserto a fin de evitar posibles malentendidos. L o que se afirma
y las sustituyen por otras formas incorrectas «regularizadas», corno por cs que sólo con la pràctica no se puede explicar la adquisición del len-
ejemplo COMED, SEED O FOOTS (y en castellano V E N I O R O M P I D O ) (Er- guaje, es decir, que los ninos no aprenden exclusivamente a base de
vin, 1964). Està aparente regresión tiene una enorme importancia, pues repetir frases continuamente. Esto no equivale a decir que los ninos no
indica que la adquisición del lenguaje no puede explicarse corno un pro- necesiten «practicar» el lenguaje, pero si que està actividad no es tan
ceso de «perfeccionamiento basado en la pràctica» o en la pura imita- importante ni tan extendida corno se supone. Los ninos pueden aprender
ción. Si asi fuera, los ninos jamàs reemplazarian formas irregulares muy mucho simplemente a base de escuchar. Se ha demostrado que la canti-
corrientes corno V I N E O R O T O , que oyen y utilizan muy a menudo, por dad de habla manifiesta que el nino necesita ejercitar para aprender el
otras «extranas» corno V E N I o R O M P I D O que j a m à s han podido escuchar lenguaje varia considerablemente de unos casos a otros. Algunos ninos
en su entorno. hablan poco, mientras que otros se pasan la vida parloteando y jugando
Otra clase de pràctica que desempena un papel bastante accesorio en con las palabras. U n a investigadora escribió un libro entero acerca de
la adquisición del lenguaje es la imitación espontànea. L o mismo que los monólogos que su primer hijo, Anthony, producia e s p o n t à n e a m e n t e
los adultos imitan y aclaran inconscientemente las emisiones verbales de antes de quedarse dormido. Estos consistian en una serie de letanias
los ninos, éstos también parecen imitar y «reducir» las frases que oyen corno las siguientes:
decir a sus padres. S i un adulto dice «Me llevaré el paraguas», el nino
V E T E POR LAS G A F A S
dirà algo asi corno È V A P A D A G A ; O cuando oye « A b r ó c h a t e bien los
V E T E POR E L L A S
zapatos», responderà con una emisión reducida corno B O T A T A P A T O . A
VETE ARRIBA
primera vista, puede dar la impresión de que este mecanismo de imita-
VETE A TIRAR
ción desempena un papel relevante en el desarrollo del lenguaje. Sin V E T E POR L A B L U S A
embargo, Susan E r v i n , investigadora de la Universidad de Berkeley en PANTALONES
California, llegó a la conclusión contraria cuando analizó las emisiones V E T E POR LOS Z A P A T O S [ W E 1 R , 1962]
espontàneas de un pequeno grupo de bebés (Ervin, 1964). Para su sor-
presa, observó que cuando una nina imita e s p o n t à n e a m e n t e a un adulto, E n cambio, para disgusto de la madre, D a v i d , su segundo hijo, no era
sus imitaciones no son mas correctas que su habla espontànea. L a nina ni mucho menos tan hablador corno Anthony, aunque aprendió a hablar
104 El mamifero articulado Surcos predestinados 105

exactamente igual. A s i pues, estas letanfas repetitivas no parecen ser A , f i n de ilustrar estos progresos, procedamos a describir las sucesivas
particularmente importantes. Los ninos difieren mucho unos de otros en fases que ha de recorrer una tipica (aunque imaginaria) nina a medida
la cantidad de «ejercicios lingùisticos» que realizan (Kuczaj, 1983). que va aprendiendo a hablar. Bauticémosla con el nombre de Bàrbara,
Hasta el momento hemos examinado cuatro de las seis caracteristicas derivado del vocablo griego que designa a «extranjero» y que significa
de las conductas programadas biològicamente que enumeramos al co- literalmente «alguien que dice 'bar-bar', es decir, que farfulla».
mienzo de este capitulo. Todas ellas se hallan, segùn parece, presentes L a primera actividad vocal reconocible de Bàrbara era el llanto. D u -
en el caso del lenguaje. E l próximo apartado estarà dedicado por entero rante las primeras cuatro semanas de su vida, no era otra cosa que:
a la quinta de estas caracteristicas, que reza asi: «Hay una secuencia
regular de «hitos» en el curso del desarrollo de la conducta, hitos que Un bebé llorando en la noche
aparecen correlacionados con la edad y con otros aspectos del desarrollo». Un bebé llorando hasta el alba
Con su llanto corno ùnico lenguaje.
[TENNYSON]
El programa preestablecido
E n ella podfan detectarse varios tipos distintos de llanto. Llanto de ham-
Cuando adquieren el lenguaje, todos los ninos parecen pasar por una
bre cuando queria corner, llanto de dolor cuando le dolia la tripa e
serie de «etapas» o «hitos» mas o menos fijos. L a edad a la que dife-
rentes ninos acceden a cada una de estas etapas es, sin embargo, muy incluso llanto de piacer cuando se encontraba c ò m o d a m e n t e en brazos
variable, si bien la cronologia se mantiene constante. Las etapas trans- de su madre después de corner. De todas formas, en rigor, no es del
curren normalmente en el mismo orden, aunque algunas de ellas puedan todo acertado referirse al llanto corno una etapa propiamente «linguisti-
hallarse mas próximas entre si para algunos ninos y mas separadas para ca», dado que se trata de una comunicación instintiva que mas se parece
otros. a un sistema animai de llamadas que a un autèntico lenguaje. Està idea
se ha visto confirmada por investigaciones que parecen indicar que los
E n consecuencia, el desarrollo del lenguaje se puede dividir en una
diversos «mensajes» transmitidos por el llanto de los bebés son univer-
serie de fases mas o menos fijas. E l diagrama que aparece a continuación
sales, dado que los padres ingleses podian identificar los «mensajes» de
està considerablemente simplificado, toda vez que las etapas que se in-
un bebé extranjero con la misma facilidad que los de los bebés ingleses
dican en él se solapan entre si y las edades se dan sólo de forma apro-
ximada. E n cualquier caso, este diagrama puede darnos una idea bas- (Ricks, 1975). A s i pues, aun cuando el llanto contribuya a reforzar los
tante precisa de los progresos del nino. pulmones y las cuerdas vocales (órganos necesarios para el habla), no
debe considerarse en si mismo corno parte del desarrollo del lenguaje.
Etapa del lenguaje Seguidamente, Bàrbara paso por dos etapas prelingùisticas claramen-
Edad de inicio
te diferenciadas: la etapa de los arrullos y la etapa del balbuceo. Los
Llanto Nacimiento antiguos estudiosos del lenguaje solian confundir estas etapas, equipa-
Armilo 6 semanas ràndolas algunas veces con el canto de los pàjaros. Taine, autor decimo-
Balbuceo 6 meses nónico, hizo las siguientes observaciones acerca de su hija:
Pautas de entonación 8 meses
Emisiones de una palabra 1 ano Disfruta con su canturreo corno si fuera un pajarillo, sonrie satisfecha con
Emisiones de dos palabras 18 meses él, aunque no es mas que el canto de un ave, que tras los sonidos no
Flexiones de palabras 2 anos oculta significado alguno. [TAINE, 1877, citado en Bar-Adon y Leopold,
Interrogativas, negativas 2 / anos
] 4
1971, p. 21]
Construcciones raras o complejas 5 anos
Lenguaje desarrollado 10 anos L a primera de estas fases, la del armilo, se inició a la edad de seis
106 El mamifero articulado Surcos predestinados 107

semanas. U n observador superficial describiria los sonidos de Bàrbara ces d* articular cualquier sonido de habla posible. E n una ocasión, un
corno un G U - G U . Sin embargo, el arrullo es dificil de describir. E n algu- psicòlogo canadiense llegó a decir lo siguiente:
nos textos, se le denomina «gorgojeo» o incluso «maullido». Superficial-
mente tiene un sonido vocàlico, aunque si se examinan los espectrogra- Durante este periodo comienza un encantador balbuceo infantil que, aun-
mas que produce, se aprecia que es muy distinto de las vocales emiti- que no es mas que un simple gorgojeo, contiene en forma rudimentaria
das por los hablantes adultos. E l arrullo es una forma de expresión uni- casi todos los sonidos que, una vez combinados, conforman el poderoso
versa!. Se le puede considerar el equivalente vocal de la acción de agi- instrumento del habla. E l nino es ahora capaz de producir, con el simple
tar los brazos y las piernas, pues del mismo modo que los bebés ejercicio impulsivo de la musculatura vocal, una ingente variedad de so-
extienden espasmódicamente los mùsculos de los brazos y las piernas, nidos, algunos de los cuales le han de costar un enorme esfuerzo unos
asi también se entrenan en el control sobre su aparato vocal a base meses mas tarde. [ T R A C Y , 1909, citado en Bar-Adon y Leopold, 1971,
de arrullarse. p. 32]
L o s sonidos consonànticos se fueron intercalando poco a poco en el
arrullo de B à r b a r a , hasta que, hacia la edad de seis meses, éste se con- E n investigaciones mas recientes se ha puesto de manifiesto que la va-
virtió en un balbuceo. Daba entonces la impresión de que el bebé emitfa riedad de sonidos utilizados en el balbuceo no es especialmente amplia.
consonantes y vocales unidas, primero en forma de silabas aisladas y Pero dado que el nino no ha adquirido a ù n un control absoluto sobre
luego en series. A l principio, las consonantes eran articuladas con los sus órganos vocales, los sonidos que emite no son equivalentes a los que
labios o con los dientes, dando lugar a sonidos c o m ò M A M A , D I D I D I o producen los adultos y resultan bastante exóticos para el observador no
P A P A P A . A l oir estas secuencias de sonidos, los padres de B à r b a r a esta- adiestrado. E n términos generales, el balbuceo abarca un periodo en e l
ban convencidos e r r ò n e a m e n t e de que la nina se dirigia a ellos. Està que el nino se dedica a experimentar y a adquirir un control muscular
falsa atribución explica que secuencias corno M A M A , P A P A y D A D A se paulatino de los órganos vocales. Para muchos, el balbuceo es una acti-
interpreten en todo el mundo corno palabras que designan a la madre y vidad uni versai, aunque hay datos bastante curiosos de ninos que no
al padre (Jakobson, 1962). B à r b a r a aprendió enseguida que al articular balbucean, lo que supone un problema para està tesis. Por el momento,
M A M A se le dispensaba una atención inmediata, aunque generalmente la
lo ùnico que puede decirse es que el balbuceo està lo bastante extendido
utilizaba para decir que tenia hambre, y no para llamar a su madre. Este
corno para ser considerado una etapa normal del desarrollo linguistico
fenòmeno ha sido advertido por muchos investigadores. Por ejemplo,
infantil.
Charles Darwin senaló que a la edad de un ano, su hijo «dio un gran
Hay estudiosos que han tratado de comparar el balbuceo de b e b é s
paso addante al inventar una palabra para nombrar la comida, a saber,
pertenecientes a distintas comunidades lingùisticas. P o r ejemplo, segùn
la palabra marti, aunque todavia no he conseguido descubrir q u é le hizo
parece, el balbuceo de los bebés chinos es claramente distinguible del
inventar està palabra» (Darwin, 1877, citado en B a r - A d o n y Leopold,
de los b e b é s norteamericanos, rusos o àrabes (Weir, 1966). D a d o que
1971, p. 28). O t r o investigador observó que su hija utilizaba la expresión
el chino es una lengua en la que las palabras se distinguen entre si en
M A M A para pedir un pedazo de pan que él mismo (el padre) estaba
virtud de cambios en el «tono» o el «timbre», los b e b é s chinos tienden
untando con mantequilla.
a producir emisiones monosilabas con marcadas variaciones tonales. Los
Durante el periodo del balbuceo, Bàrbara parecia disfrutar mucho norteamericanos, en cambio, producen un balbuceo polisflabo en el que
ejcrcitando l a boca y l a lengua de mùltiples maneras, ya que no sólo la entonación se extiende a lo largo de toda la emisión. Los bebés de
emitfa balbuceos, sino que también le encantaba hacer burbujas, gorgo- lenguas no tonales suenan parecido en términos superficiales, a pesar de
jeos y otros ejercicios. Superficialmente, parecia capaz de emitir una lo cual las madres de cada lengua son capaces de distinguir a sus propios
enorme variedad de sonidos de l o mas exóticos. H u b o una època en que bebés (las norteamericanas a los bebés norteamericanos, las rusas a los
algunos investigadores pensaban e r r ò n e a m e n t e que los ninos eran capa- rusos y las àrabes a los à r a b e s ) . C o n todo, estas madres no fueron ca-
108 El mamifero articulado Surcos predestinados 109

paces de distinguir el balbuceo de los b e b é s de las otras dos lenguas. dad auditiva puede ser propia de ciertas clases de mamiferos, y no ex-
Este estudio pone de manifiesto que puede haber una «deriva» del bal- elusiva de los humanos. E n suma, la percepción del bebé humano puede
buceo en virtud de la cual el balbuceo del b e b é se va encaminando paso ser mucho mas aguda de lo que se suponia previamente, aun cuando no
a paso hacia los sonidos que éste escucha en su entorno. E s t à idea se alcance el nivel de la del adulto hasta que transcurre cierto tiempo (Four-
ha visto confirmada en estudios posteriores (vg. Cruttenden, 1970; V i h - cin, 1978).
mann et al., 1985). A s i , los adultos franceses distinguen el balbuceo de Simultàneamente al balbuceo, y a partir de los ocho o nueve meses,
bebés franceses del de los no franceses (de Boysson-Bardies et al., 1984). Bàrbara comenzó a- imitar patrones de entonación. Este nuevo elemento
E n este sentido, el balbuceo se aparta claramente del llanto, que carece
hizo que sus emisiones sonaran tan parecidas al lenguaje, que su madre
de relación alguna con lenguas particulares.
comentó: «Estoy segura de que està hablando, aunque no acabo de en-
Llegados a este punto, cabria preguntarse en q u é medida distinguen tender lo que dice». U n investigador alemàn del siglo X V I I I hizo la
los bebés el habla de sus padres. A veces se supone que lo ùnico que siguiente observación con respecto a este estadio del desarrollo linguis-
oyen inicialmente los bebés es una mezcolanza de sonidos, y que sólo tico: «El nino intenta imitar las conversaciones, para lo cual produce una
con el tiempo llegan a distinguir unos sonidos de otros por ejemplo, una cascada de sonidos incomprensibles» (Tiedemann, 1782, citado en Bar-
Ibi de una Ipl). Sin embargo, en un trabajo reciente se ha podido com- A d o n y Leopold, 1971, p. 15). Las madres de habla inglesa observan a
probar que los bebés discriminan mucho mas de lo que suponemos. Pa- menudo que sus hijos utilizan la entonación de pregunta a base de elevar
recen estar especialmente presintonizados con el ritmo y los sonidos del el tono al final de la emisión. Esto puede obedecer a la tendencia habi-
habla, y que està presintonización tiene lugar antes de nacer. Segùn un tual de los padres a dirigirse al nino con preguntas corno «i,Qué quieres
grupo de investigadores (Mehler et al., 1988), b e b é s franceses de cuatro decir?», «^Quieres tomarte la leche?», «^Sabes lo que es esto?», etc.
dias de edad eran capaces de distinguir el francés de otras lenguas. Este
Entre los doce y los dieciocho meses, B à r b a r a e m p e z ó a pronunciar
hallazgo se obtuvo dando a los b e b é s unos chupetes y comprobando su
palabras aisladas. N o obstante, todavia seguia balbuceando, aunque està
actividad de succión. C o m o es sabido, el ritmo de succión del b e b é au-
actividad fue disminuyendo a medida que se iba desarrollando el lengua-
menta conforme se eleva su nivel de vigilancia y su interés por los esti-
je (Stoel-Gammon y Cooper, 1984). E l n ù m e r o de palabras aisladas que
mulos. E n consecuencia, la tasa de succión de los bebés franceses au-
se adquieren en este periodo varia de unos niiios a otros. Algunos sólo
mentaba significativamente cuando escuchaban frases en francés que
aprenden cuatro o cinco, mientras que otros llegan a adquirir hasta cin-
cuando las escuchaban en inglés o en italiano. Es posible que los bebés
cuenta. Bàrbara se situò en el valor medio de quince. Muchas de ellas
se hubieran aclimatado al ritmo y a la entonación del francés desde su
eran nombres de personas y objetos, tales corno G U A U - G U A U (perro),
vida fetal.
B A B À (abuela) o E T À (muneca). Poco antes de cumplir su segundo ano,
Empleando la misma tècnica de registro de la succión, Eimas y co- ingresó en la etapa, mucho mas llamativa, de las dos palabras.
laboradores (1971, 1984, 1985) comprobaron que los bebés de uno a Desde el momento en que Bàrbara comenzó a juntar palabras, pa-
cuatro meses pueden distinguir entre las oclusivas /p/ y Ibi. Los investi- reció entrar en un estado de «explosión linguistica» en el que absorbia
gadores comenzaban presentando repetidas veces al bebé el sonido Ibi, el lenguaje corno una esponja. E l rasgo mas destacable de està etapa fue
a continuación de lo cual presentaban el sonido Ipl. Cuando sucedfa esto un dràstico aumento de su vocabulario. A los dos anos y medio, ya
ùltimo, el ritmo de succión del bebé aumentaba, lo que indica que habia conocia varios cientos de palabras. Entretanto, experimentó un aumento
percibido el cambio. A s i pues, aunque los bebés no escuchen con aten- graduai aunque estable en la longitud media de sus emisiones, un indice
ción lo que dicen sus padres, si son capaces de distinguir los sonidos de desarrollo conocido por las siglas L M E . L a L M E se calcula a partir
desde una edad muy temprana. U n dato sorprendente es que los resul- de las unidades gramaticales denominadas «morfemas»; asi, por ejemplo,
tados de Eimas han sido replicados con monos rhesus y con chinchillas la -s de plural o la terminación del participio pasado regular - A D O (vg.
(Morse, 1976; K u h l y Miller, 1974, 1975), lo que indica que està habili- terminado) o - I D O (vg. comido), cuentan cada uno corno una unidad, lo
110 El mamìfero articulado Surcos predestinados 111

mismo que las palabras corrientes co m ò M A M A o C A S A . Las palabras E n las fases iniciales de la etapa de dos palabras, hacia la edad de
compuestas corno C U M P L E A N O S o G U A U - G U A U también cuentan corno dos anos, el habla de Bàrbara era «telegràfica». Sonaba corno si estu-
una sola unidad (Brown, 1973, p. 54). Muchos investigadores (aunque viera enviando telegramas urgentes a su madre: T E R O L E C H E , ^ D O N D E
no todos) admiten este indice corno un signo de avance, lo que no im- P A T O ? C o m o ocurre con los telegramas de verdad, tendfa a conservar
plica que un nino con emisiones mas largas haya de tener necesariamente los nombres y los verbos en el orden correcto, aunque omitia las palabras
una gramàtica mas sofisticada o con enunciados mas correctos (Bennett- «pequenas» corno E L , U N A , H A , S U o Y . T a m b i é n «se comia» las termi-
Kastor, 1988; Bates et al., 1988). naciones de las palabras, corno la -s del plural o de algunas terminacio-
E l aumento estable en la L M E a partir de los dos anos ha sido puesto nes de los verbos, por ejemplo D O S N E N E o V E N E A Q U I .
de manifiesto por Roger Brown, de la Universidad de Harvard. Brown Mas addante, las palabras «pequenas» y las flexiones se fueron agre-
llevó a cabo un detallado estudio del desarrollo linguistico de tres ninos gando poco a poco. « C o m o si se tratara de un fino tejido que va cre-
distintos, A d a m , È v e y Sarah. L a primera observación fue que la edad dendo, estos elementos comienzan a emerger entre las piezas clave de
cronològica a la que cada nino alcanza cada nivel de L M E difiere con- la construcción, que son los nombres y los verbos» (Brown, 1973, p. 249).
siderablemente (Brown, Cazden y Bellugi, 1968; Brown, 1973). A l com- E n este aspecto del lenguaje, Bàrbara sigue el mismo curso de desa-
parar a A d a m y È v e , se observó que È v e aventajaba mucho a A d a m . rrollo que A d a m , el nino de Harvard, aunque a una edad un poco mas
L a L M E de È v e se situò en dos unidades hacia la edad de veinte meses, temprana (Brown, 1973, p. 271). Entre los dos y los tres anos y medio,
tres unidades a los veintidós meses y cuatro a los veintiocho. A d a m , en Bàrbara adquirió las siguientes formas gramaticales:
cambio, no alcanzó una L M E de dos unidades hasta los veintiséis meses.
Y casi hasta los tres anos de edad no alcanzó una L M E de tres unidades,
2 anos Forma progresiva -NDO Cantando
llegando a las cuatro unidades a los tres anos y medio. Esto supone un
Plural -s Zapatos azules
retraso de un ano con respecto a È v e .
Còpula ES, ESTÀ, SON, ESTAN Està dormido
Articulos E L , L A , U N , U N A Es un mèdico
LME
3 anos 3." persona del singular -S* Quiere (wants) una manzana
Terminación de pasado - E D * Ayudé (helped) a marna
Forma progresiva completa ESTOY,
ESTÀ + - N D O Estoy cantando
Contracción de la còpula* Es (He's) un mèdico
Contracción de la forma progresiva Estoy (l'm) cantando

* Estas formas gramaticales corresponden exclusivamente a la lengua inglesa. Las dos primeras
tienen sus correspondencias en castellano en la aparición de las terminaciones verbales de persona (vg.
la distinción entre 1.", 2.« y 3." persona del singular) o en la adjunción de pronombres cliticos (vg. -me,
-te, -se, -la, -le, -lo) (N. del T.).

Es importante distinguir entre la emergencia o aparición de una forma


edad en meses
gramatical por vez primera, y su verdadera adquisición, esto es, el uso
Suponiendo que Bàrbara no fuera tan avanzada corno È v e , aunque sistemàtico de la misma en posiciones definidas por la gramàtica adulta.
aventajase a A d a m , posiblemente alcanzara una L M E de dos unidades U n a forma gramatical se considera adquirida siempre y cuando aparezca
hacia los dos anos, una L M E de tres unidades a los dos anos y medio y corno minimo en un 90 por ciento de ocasiones en los contextos apro-
una L M E de cuatro a los tres anos. piados (Brown, 1973, p . 258).
112 El mamifero articulado Surcos predestinados 113

L a edad concreta a la que Bàrbara adquirió cada una de estas formas Unos meses después, anadia un verbo auxiliar corno ESTÀ, V A A , o QUIE-
no es un dato significativo, ya que puede variar mucho de un nino a Rh, al verbo principal:
otro. L o que realmente interesa es el orden de adquisición. L a secuencia
resulta ser extraordinariamente similar en todos los ninos de lengua in- >
MAMA OUIERE COMER?
glesa. Roger Brown observó que en el caso de los tres ninos examinados 6O U E

PAPA ESTÀ G R I T A N D O ?
(POR Q U E
en Harvard, el curso evolutivo de estas formas gramaticales fue «increi- V A A ESCONDER?
(.DONDE NENE
blemente consistente». H u b o , no obstante, algunas diferencias de escasa
importancia. Por ejemplo, Sarah adquirió la forma progresiva - N D O (-1NG
en inglés) después del plural, mientras que A d a m y È v e lo hicieron Por ùltimo, poco antes de los tres anos, B à r b a r a advirtió que el sujeto
antes. Pero en todos los ninos, ambas formas (plural y progresiva) apa-
y el verbo tenian que intercambiar sus posiciones, lo que dio lugar a
recieron antes que el morfema de pasado, l a tercera persona del singular
preguntas correctas corno:
y la copula.
U n hecho mas sorprendente si cabe es que, en los ninos de Harvard,
IQVE OUIERE COMER MAMA?
las formas verbales utilizadas corno còpula ( E S , E S T À , S O N , E S T À N ) apa-
(.POR O U E ESTÀ G R I T A N D O PAPA?
recieron antes que cuando estas mismas formas eran empleadas en cons-
(.DONDE SE V A A E S C O N D E R EL NENE?
trucciones progresivas (vg. E S T O Y C A N T A N D O ) . Asimismo, la contrac-
ción de la còpula («he is a bear» —> H E ' 5 A B E A R -él es un oso) se
anticipò a la contracción de la forma progresiva («he is walking» —* HE'S Una vez mas, se ha comprobado que todos los ninos tienden a seguir el
W A L K I N G -él està andando). Este es un fenòmeno bastante curioso, ya
mismo patron de adquisición. Y a hemos advertido que la edad a la que
que aun cuando quepa esperar que todos los ninos sigan un curso pare- tienen lugar estos cambios es un dato irrelevante. L o que importa es el
cido de desarrollo, no hay, en principio, razón alguna por la que la
orden en que se producen.
adquisición de ciertas unidades especificas de la lengua haya de ser exac-
Hacia la edad de tres anos y medio, B à r b a r a ya era capaz, lo mismo
tamente igual dentro de una determinada variante dialectal del inglés.
que casi todos los ninos, de construir toda clase de enunciados gramati-
E n el capitulo 7 examinaremos algunas posibles razones de este fenò-
cales y ademàs su lenguaje era razonablemente inteligible. N o obstante,
meno.
sus construcciones eran menos variadas que las de un adulto. Por ejem-
T a m b i é n se aprecia un orden de adquisición bastante uniforme en plo, tendia a no emplear pasivas «completas» corno E L H O M B R E F U E
otras construcciones mas compiejas, tales corno las interrogativas y las A T R O P E L L A D O P O R U N A U T O B U S . Por otro lado, era capaz de mantener
negatìvas. P o r ejemplo, en la adquisición de las llamadas interrogativas- conversaciones sobre temas diversos.
C U (es decir, las preguntas que se formulan con palabras corno Q U E , P O R A los cinco anos, Bàrbara daba la impresión de haber adquirido el
Q U E , D O N D E , Q U I E N , e t c ) , se ha observado que B à r b a r a , al igual que lenguaje de forma mas o menos completa. Esto, sin embargo, no era
A d a m , È v e o Sarah, paso por tres etapas intermedias hasta alcanzar su mas que una ilusión, ya que la adquisición del lenguaje a ù n continuaba,
formulación correcta (Klima y Bellugi, 1966). E n primer lugar, justo aunque a ritmo mas lento. L a gramàtica de un nino de cinco anos difiere
después de cumplir dos anos, colocaba la palabra-cu delante de la frase: de la del adulto en ciertos aspectos que quizà resultan sorprendentes,
aunque el nino no suele darse cuenta de sus carencias. Cuando se les
somete a pruebas de comprensión, los ninos enseguida atribuyen inter-
COVE MAMA COME? pretaciones a las estructuras que se les presentan, aunque aquéllas son
(.POR Q U E PAPA GRITA?
a menudo erróneas. «Los ninos no manifiestan problemas de compren-
^.DONDE NENE ESCONDE?
sión, aunque sus interpretaciones son muchas veces equivocadas» (Carol
114 El mamifero articulado Surcos predestinados 115

Chomsky, 1969, p. 2). A l objeto de demostrar està afirmación, està un dominio de la estructura de su lengua comparable al de un adulto.
autora efectuó un estudio en el que mostraba a ninos de cinco a ocho A l inicjp de la pubertad, el desarrollo del lenguaje pràcticamente habia
anos una muneca con los ojos vendados y les preguntaba: «(.Està muneca concluido, excepción hecha del vocabulario, dado que las palabras se
es dificil de ver o fàcil de ver?» Todos los ninos de cinco y seis anos, y siguen aprendiendo a lo largo de toda la vida (Aitchison, 1987a).
también algunos de siete y ocho, respondian que era D I F I C I L D E V E R . Los principales hitos en la adquisición del lenguaje que hemos co-
Una respuesta tipica es la que dio una nina de seis anos Uamada Lisa: mentado en estas pàginas van paralelos al desarrollo fisico del nino. Sin
embargo, està claro que no existe una correlación significativa entre el
Chomsky: ^ E S T A M U N E C A ES DIFICIL D E V E R o F A C I L D E V E R ? desarrollo linguistico y el desarrollo motor, y se dan casos de ninos que
Lisa: DIFICIL D E VER. aprenden a hablar y j am às aprenden a andar, y también a la inversa.
Chomsky: COMÒ HACEMOS Q U E SEA FACIL D E VER?
C o n todo, en los ninos normales, ambos tipos de desarrollo corren pa-
Lisa: Q U I T A N D O L E ESTO D E LOS OJOS.
ralelos. A s i , las etapas del desarrollo linguistico presentan una relación
Chomsky: A V E R , E X P L I C A M E POR Q U E E R A DIFICIL D E V E R .
mas o menos directa con estadios del desarrollo fisico. L a transición de
Lisa: (a la muneca) P O R Q U E TENIAS PUESTO ESTO O U E T E T A P A B A LOS OJOS.
la etapa del arrullo a la del balbuceo tiene lugar en el momento en que
el nino adopta la posición erguida, y la aparición de las primeras palabras
Algunos psicólogos han criticado està prueba, aduciendo que, conforme
coincide con la etapa en que el nino comienza a andar. L a gramàtica
a la lògica del avestruz, los ninos creen que cuando se les vendan los
empieza a hacerse mas compleja a medida que se desarrolla la coordi-
ojos, los d e m à s tampoco pueden verlos a ellos. Asimismo, es posible
nación de la mano y los dedos.
que al responder que la muneca con los ojos vendados es dificil de ver,
estén adoptando el punto de vista de la muneca y no el suyo propio. Sin Antes de concluir este capitulo, hemos de examinar una ùltima cues-
embargo, en una rèplica posterior de este experimento en la que se tión. (Es necesario que los ninos adquieran el lenguaje a la edad en que
utilizaban munecos de animales, corno un lobo y un pato, y frases corno: normalmente lo hacen? Segùn reza la sexta y ùltima caracteristica de las
conductas controladas por la maduración biològica, éstas se desarrollan
E L L O B O ES DIFICIL D E M O R D E R dentro de un «periodo critico», aunque no es imprescindible que asi sea.
E L PATO ESTÀ D E S E A N D O M O R D E R ^Sucede l o mismo con el lenguaje? Vamos a considerar està cuestión.

se confirmaron los resultados anteriores (Cromer, 1970). Los ninos de


cinco y seis anos no advierten la diferencia de significado entre dos frases iHay un «periodo critico»?
superficialmente similares corno E L C O N E J O E S T À D U R O P A R A C O M E R y
E L C O N E J O ESTÀ ANSIOSO P O R C O M E R . (.Somos los seres humanos com ò los pinzones o corno los canarios?
E n suma, la distancia entre el lenguaje del nino y el lenguaje del Estas dos especies de aves tienen un canto en parte aprendido. Sin em-
adulto tarda mas tiempo en desaparecer de lo que se creia. Experimentos bargo, el canto de un pinzón permanece fijo e inalterable a partir de los
posteriores realizados en francés, en los que se empleaban artfculos de- quince meses de edad. Si la cria de pinzón no escucha el canto de otros
finidos ( L E / L A ) e indefinidos ( U N / U N E ) , han puesto de manifiesto dife- congéneres antes de esa edad, no aprende a cantar normalmente (Thor-
rencias bastante curiosas entre el uso infantil y adulto de està distinción, pe, 1972). L o s canarios, en cambio, pueden aprender a cantar durante
diferencias que en muchos casos se mantienen hasta los doce anos (Kar- un periodo mucho mas dilatado (Nottebohm, 1984; Marler, 1988). E n
miloff-Smith, 1979). opinion de Lenneberg, los humanos, al igual que los pinzones, dispone-
N o obstante, las diferencias entre el lenguaje de Bàrbara y el de los mos de un estrecho «periodo critico» establecido por la naturaleza para
adultos que vivian con ella fueron desapareciendo poco a poco en los la adquisición del lenguaje. Segùn este autor, dicho periodo abarca desde
anos siguientes. Alrededor de los once anos, Bàrbara habia adquirido la cuna hasta la adolescencia:
116 El mamlfero articulado Surcos predestinados 117

El lenguaje surge entre los dos y los tres anos de edad merced a una de lenguaje y sólo emitia grunidos. Madre e hija pasaban l a mayor parte
interacción de la maduración y del aprendizaje autoprogramado. Entre los del tiempo solas en una habitación a oscuras. Sin embargo, después de
tres anos y la primera adolescencia, las posibilidades de aprendizaje de ser hallada, Isabelle experimentó grandes progresos: «Fue pasando por
una primera lengua siguen siendo favorables; el individuo parece mostrar- las etapa» normales del desarrollo linguistico a gran velocidad. E n dos
se, durante està etapa, altamente sensible a los estimulos, y conservar anos aprendió lo que en casos normales lleva seis. A la edad de ocho
cierta flexibilidad innata para la organización de las funciones cerebrales
anos y medio, ya no se le podia distinguir de otros ninos normales de
responsables de la compleja integración de subprocesos que son necesarios
su misma edad» (Brown, 1958, p. 192).
para una fluida elaboración del habla y del lenguaje. Después de la pu-
bertad, las capacidades de autoorganización y ajuste a las demandas fisio- Por desgracia, Genie no tuvo tanta suerte. Està nina no fue hallada
lógicas del comportamiento verbal disminuyen ràpidamente. E l cerebro hasta casi los catorce anos. Nacida en abril de 1957, Genie habia pasado
parece haber entrado en una fase de estabilidad, en la cual las habilidades casi toda su vida en condiciones infrahumanas y extranas. « A partir de
mas primarias y elementales que no han sido adquiridas hasta ese momen- los veinte meses, Genie fue encerrada en una pequena habitación... Su
to permanecen, por regia general, defectuosas durante toda la vida. [Len- padre la castigaba si emitia algùn sonido. Permanecia la mayor parte del
neberg, 1967, p. 158] tiempo enganchada por una correa a una sillita de b e b é , y cuando no
estaba asi la introducian en un saco de dormir dentro de una cuna y la
Hace veintitantos anos, las opiniones de Lenneberg eran c o m ù n m e n - tapaban con tela metàlica» (Curtiss et al, 1974, p. 529). Cuando fue
te aceptadas. Los ninos empiezan a hablar hacia la edad de dos anos, y encontrada, Genie no tenia lenguaje. E m p e z ó a adquirirlo bastante des-
parece razonable pensar que después de los 13 las habilidades lingùisticas pués de iniciada la adolescencia, es decir, pasado el supuesto «periodo
dejan de desarrollarse. Cualquiera puede recordar lo dificil que era apren- critico».
der inglés en la escuela. Incluso los alumnos mas aventajados tenian un Aunque aprendió a hablar de un modo rudimentario, sus avances
acento algo raro y cometian numerosos errores gramaticales. Resultaba, fueron mas lentos que los de los ninos normales (Curtiss, 1977). Por
por tanto, tranquilizador hallar una explicación biologica a este fenòme- ejemplo, éstos pasan por una etapa en la que producen frases de dos
no. Sin embargo, si se mira detenidamente, el asunto no parece estar palabras ( T E R O L E C H E , M A M A J U E G A ) y que dura unas cuantas semanas.
tan claro. E n cambio, en el caso de Genie, la etapa de dos palabras se prolongó
Son cinco los argumentos que suelen aducirse para defender la idea durante mas de cinco meses.
de un «periodo critico»: el primero de ellos se basa en el caso de los Asimismo, los ninos normales atraviesan una breve etapa en la que
individuos que adquieren el lenguaje tardiamente. E l segundo se refiere forman oraciones negativas colocando la palabra N O delante del resto de
al desarrollo de los ninos con sindrome de D o w n . E n tercer lugar, està la frase, sin modificar nada mas, corno en N O M A M A V E N O N O D A M E
el caso de los ninos que sufren danos cerebrales. E l cuarto argumento M A N Z A N A . Genie empieo està forma primitiva de negación durante mas

se apoya en las dificultades que plantea el aprendizaje de una segunda de dos anos. Los ninos normales empiezan a formular preguntas utili-
lengua. Y por ùltimo, la supuesta sincronia del periodo critico con la zando palabras-cu (quién, q u é ) en la etapa de dos palabras ( ( . D O N D E
lateralización hemisférica. Examinemos estos argumentos. P A P A ? ) . A Genie, en cambio, le resultaba imposible formular este tipo
E l estudio de tres casos de ninos deprivados de contacto social, Isa- de preguntas, y en alguna ocasión lo intentò infructuosamente, produ-
belle, Genie y Chelsea, ha proporcionado evidencia en apoyo de la hi- ciendo frases corno ( . D O N D E E S T À P A R A R D E E S C U P I R ? E l ùnico aspecto
pótesis del periodo critico. Estos tres ninos se vieron privados de expe- del lenguaje en el que Genie superaba a los ninos de su edad era en el
riencia linguistica hasta mucho después de la època en que se supone aprendizaje de palabras. Conocia muchas mas palabras que los ninos
que los ninos criados en circunstancias normales adquieren el lenguaje. normales que se hallaban en la misma etapa de desarrollo gramatical que
Isabelle era hija ilegitima de una mujer sordomuda. Cuando fue en- ella. Sin embargo, la capacidad de memorizar listas de palabras no evi-
contrada en Ohio en los anos 30, a la edad de seis anos y medio, carecia dencia ninguna habilidad linguistica; de hecho, los chimpancés Washoe
118 El mamifero articulado Surcos predestinados 119

y Sarah lo hacian con relativa facilidad. L o importante, en cambio, es que pueden alcanzar este punto màximo de desarrollo a cualquier edad,
adquirir las reglas de la gramàtica, y es precisamente en este aspecto lo que en muchos casos ocurre bastante antes de llegar a la adolescencia
donde Genie tenia mayores dificultades. E l lento desarrollo del lenguaje (Gleitman, 1984).
en Genie, sobre todo en comparación con Isabelle, viene a indicar que L a | posibilidades de recuperación de los pacientes con lesiones cere-
hay un punto de «inflexión» en la posibilidad de adquirir el lenguaje. brales constituye otra prueba aducida por Lenneberg. Segùn é l , si un
Con todo, hemos de ser cautelosos, ya que dos casos individuales no nino menor de dos anos sufria una lesión irreversible en el hemisferio
pueden suministrar pruebas firmes, en especial cuando tales casos siguen del lenguaje (izquierdo), el desarrollo del lenguaje no se veria perturba-
planteando incógnitas. Isabelle no fue estudiada por lingiiistas, por lo do, aunque seria controlado por el hemisferio derecho. Esto se explica
que su nivel de desarrollo linguistico podria haber sido mas deficiente porque a esa edad el «periodo critico» aùn no ha comenzado. Por con-
de lo que se le atribuia. Por otra parte, Genie presentaba sintomas de siguiente, cuanto mayor sea el nino, mayores seràn las posibilidades de
lesión cerebral. E n concreto, las pruebas indicaban una atrofia del he- que una lesión en el hemisferio izquierdo origine alteraciones permanen-
misferio izquierdo, lo que supone que sólo utilizaba una parte del cere- tes. E n un adolescente o un adulto, estas lesiones produciràn trastornos
bro, precisamente aquella que normalmente no se halla asociada al len- irreversibles del lenguaje, toda vez que el «periodo critico» ya habr à
guaje (Curtiss, 1977; Curtiss et al., 191A). concluido.
Chelsea es otro caso de adquisición tardia del lenguaje estudiado L a afirmación de Lenneberg de que el lenguaje de los ninos mas
recientemente (Curtiss, 1988). Se trata de una mujer adulta con proble- pequenos sufre alteraciones menos severas a raiz de una lesión cerebral
mas de audición que comenzó a adquirir el lenguaje hacia los treinta que el de los ninos mayores parece haberse confirmado (Vargha-Khadem
anos. A l igual que Genie, su vocabulario es aceptable, pero su sintaxis et al., 1985). Esto parece bastante lògico, ya que los cerebros jóvenes
es deficiente. Chelsea produce oraciones corno L A M U J E R E S A U T O B U S tienen mayores posibilidades de recuperación. T a m b i é n los bebés de
E L S A L E , N A R A N J A P E D R O C O C H E E N O P L A T A N O E L C O M E R . L a extrana mono con lesiones cerebrales se recuperan mejor que los monos adultos
sintaxis de Chelsea puede obedecer a su adquisición tardfa del lenguaje, (Goldman-Rakic, 1982). N o obstante, a ù n no hay pruebas concluyentes
aunque también puede ser debida a sus problemas de audición. A s i pues, de que el periodo critico se inicie repentinamente a los dos anos y con-
ni Genie ni Chelsea constituyen pruebas claras de la existencia de un cluya abruptamente en la adolescencia.
punto de «inflexión» en la adquisición del lenguaje. Tanto una corno la E n l o que a la edad de inicio se refiere, Lenneberg se equivoca al
otra tienen a d e m à s problemas no lingùisticos, lo que en parte podria suponer que los ninos menores de dos anos no resultan afectados por
explicar su lenguaje rudimentario. lesiones en el hemisferio izquierdo. A l contrario, los b e b é s que han su-
Segùn Lenneberg, otra prueba a favor de la existencia de un periodo frido una ablación de este hemisferio en su primer ano suelen tener
critico procede de los ninos con retraso mental, en especial de los lla- graves problemas de lenguaje (Dennis, 1983). Las lesiones graves en el
mados «ninos mongólicos» o ninos con sindrome de D o w n (Lenneberg, hemisferio izquierdo suelen llevar aparejados trastornos muy duraderos
1967). Estos ninos siguen el mismo curso general de desarrollo que los del lenguaje, sea cual sea la edad del paciente.
ninos normales, aunque a un ritmo mucho mas lento. Lenneberg consi- E n cuanto a la terminación repentina del periodo critico al llegar a
dera, sin embargo, que los ninos con sindrome de Down nunca llegan a la adolescencia, se ha comprobado que, al menos en las sociedades oc-
alcanzar a los normales debido a que sus habilidades lingùisticas decaen cidentales, aùn se pueden producir cambios considerables en el dominio
sensiblemente en la pubertad. Otros autores, sin embargo, rechazan està del lenguaje a estas edades (vg. Cheshire, 1982). Son frecuentes las que-
idea por considerar que el estancamiento de estos ninos en el terreno jas de los adultos acerca del lenguaje «descuidado» e incluso incompren-
del lenguaje se debe a la falta de estimulación. Por otra parte, investi- sible de los adolescentes. Està observación contrasta con la idea de que
gaciones mas recientes han puesto de manifiesto que los ninos con sin- el lenguaje se estabiliza definitivamente a partir de la adolescencia.
drome de D o w n presentan un techo preestablecido en su desarrollo y Sin embargo, £qué mejor prueba del periodo critico que las dificul-
120 El mamifero articulado Surcos predestinados 121

tades que uno experimenta en su adolescencia cuando se ve obligado a izquierdo para el lenguaje (Kinsbourne y Hiscock, 1987). Por consiguien-
aprender otras lenguas en la escuela? Està cuestión ha despertado una te, es fjosible que la lateralización ya esté consolidada a està edad. Para
viva polémica (Hatch, 1983). A l parecer, los jóvenes pueden adquirir
muchos autores (vg. Krashen, 1973-4), el proceso està concluido antes
mejor los aspectos fonéticos de la segunda lengua, mientras que la situa-
de los cinco anos.
ción de la sintaxis es bastante confusa. Los aprendices de mas edad
E n resumen, todos los argumentos esgrimidos en apoyo de la tesis
experimentan ràpidos progresos al principio (vg. Harley, 1986), aunque,
de que hay un periodo critico claramente definido resultan poco convin-
en opinion de algunos investigadores, a la larga los mas jóvenes les
centes. E l deterioro cerebral de Genie y la sordera de Chelsea pueden
ganan la partida (vg. Asher y Price, 1967).
explicar sus problemas con el lenguaje. E l «techo» con que se topan las
Con todo, las dificultades de los aprendices de mas edad también
habilidades lingùisticas de los ninos con sindrome de D o w n no tiene
pueden explicarse por un anquilosamiento de sus habilidades de apren-
relación alguna con la adolescencia. U n a grave lesión cerebral puede
dizaje. Los que siguen practicando se mantienen mas en forma. Està
causar problemas a cualquier edad. U n a pràctica continuada puede fa-
puede ser una explicación plausible de las dificultades de quienes apren-
vorecer la capacidad para aprender lenguas. L a lateralización tiene lugar
den una segunda lengua en la escuela. Bever (1981) ha senalado que hay
mucho antes de la adolescencia. N o hay, pues, pruebas de que el periodo
una discrepancia entre lo que los ninos perciben y producen. Mientras
critico se inicie o termine de manera repentina. Antes bien, da la im-
se mantiene este desequilibrio, es posible que haya un canal directo que
presión de que nos hallamos ante un f enòm eno bien conocido de todo
vincule ambas actividades. C o n el tiempo, la percepción y la producción
el reino animai, a saber, que los cerebros jóvenes son mas flexibles que
se colocan al mismo nivel y entonces el mecanismo que las conecta va
los cerebros adultos.
desapareciendo gradualmente. Sin embargo, en la medida en que el
A s i pues, en este capitulo he intentado mostrar que el lenguaje com-
aprendizaje de segundas lenguas sigue siendo posible, este mecanismo
parte las caracteristicas de las conductas biologicamente programadas.
de conexión no p o d r à desaparecer del todo, aun cuando el cerebro, al
Surge antes de que sea necesario, su aparición no puede explicarse por
igual que el resto del organismo, vaya perdiendo flexibilidad a medida
sucesos externos ni por decisiones voluntarias del nino. L a instrucción
que nos hacemos viejos.
explicita y la pràctica intensiva tienen escasos efectos. L a adquisición
Finalmente, vamos a examinar la idea de Lenneberg de que el su- sigue un curso marcado por una secuencia regular de «hitos» que apa-
puesto critico coincide con el periodo de lateralización, esto es, la espe- recen correlacionados con otros aspectos del desarrollo del nino. E n
cialización de uno de los hemisferios en materia de lenguaje (capitulo otras palabras, hay un mecanismo interno que desencadena y regula el
3). Segùn este autor, el proceso de especialización acontece entre los dos desarrollo del lenguaje. Parece, sin embargo, poco probable que haya
y los catorce anos. Sin embargo, parece que Lenneberg también se equi- un «periodo critico» rigido para la adquisición del lenguaje, aunque la
voca en su estimación, ya que la lateralización se produce mucho antes experiencia temprana con el lenguaje es un factor favorecedor, ya que
de lo que él senala. Hay incluso bebés menores de un ano que dan los cerebros jóvenes tienen mayor plasticidad.
muestras de lateralización. E n un experimento, se presentaba a bebés D e todos modos, seria un error pensar que el lenguaje es una capa-
de cinco y seis meses de edad sonidos y escenas visuales de movimientos
cidad dirigida exclusivamente por mecanismos internos. Estos mecanis-
de labios que podian o no estar sincronizados. L o s b e b é s daban muestras
mos requieren estimulación externa para funcionar correctamente. E l
de advertir la sincronización ù n i c a m e n t e cuando la dirección de su mi-
nino necesita un entorno verbal suficientemente rico durante el periodo
rada estaba controlada por el hemisferio izquierdo ( M a c K a i n et al.,
de adquisición.
1983). Esto parece indicar que la lateralización empieza su andadura en
Esto viene a indicar que la denominada controversia entre naturaleza
los primeros meses de la vida. Por otra parte, tan pronto comò se somete
y cultura mencionada en el capitulo 1 puede estar mal planteada. Ambas
a los ninos a tareas de escucha dicótica (capitulo 3), es decir, a la edad
posturas tienen razón: la naturaleza pone en marcha la conducta y esta-
de dos anos y medio o tres, éstos dan muestras de utilizar el hemisferio
blece su marco de desarrollo, aunque es necesario disponer de una ex-
1 2 2 0 mamifero articulado

periencia adecuada para que la conducta alcance todo su potencial. L a


linea divisoria entre la conducta «naturai» y la conducta «aprendida» no Capitulo 5
es tan nitida corno se suponia. Dicho de otro modo, el lenguaje es una
conducta «naturai», aunque tiene que ser guiada por la experiencia para EL DISENO EN EL CEREBRO
que se desarrolle convenientemente.
Aunque hemos empezado a desbrozar el problema del innatismo,
<*Qué infor mariòli gramatical puede
todavia no hemos respondido a la pregunta fundamental, a saber, iqué considerarse innata?
es exactamente lo que debemos considerar innato? E n el capitulo 1 se-
nalamos que Chomsky era partidario de postular una «compleja estruc-
tura interna». ^ E n q u é consiste està estructura, en opinion de este lin-
guista? A està cuestión vamos a dedicar el próximo capitulo. Existen unos principios muy profundos y reslrictivos que de-
terminan la naturaleza del lenguaje humano y que hunden sus
raices en el caràcter especifico de la mente humana.

CHOMSKY, El lenguaje y el entendimiento

Parece relativamente facil demostrar que los seres humanos se hallan


predispuestos desde su nacimiento a a d q u i r T F é n e n g u a j é . L o dificil, en
cambio, es descubrir qué es exactamente lo innato. Los estudiosos del
lenguaje han especùlado sobre està cuestión durante siglos. Hace mas
de dos mil anos, el rey egipcio Psammetichus tenia la teoria de que si a
un nino se le aisla del lenguaje humano, la primera palabra que pronun-
ciarà procederà del pueblo mas antiguo del mundo. Cuando vio que los
ninos pronunciaban la palabra BEKOS, Psammetichus c o m p r o b ó decep-
cionado que se trataba de una palabra frigia que significa «pan», lo que
le llevó a concluir de mala gana que los frigios eran mas antiguos que
los egipcios.
Hoy dia nadie se toma en serio teorias com ò la de Psammetichus,
sobre todo porque los pocos casos de ninos que se han criado aislados
de todo contado humano carecian por completo de lenguaje al ser en-
contrados. U n caso muy famoso es el de Victor de A v e y r o n , un nino
francés que fue encontrado desnudo buscando bellotas en el bosque de
Caune en 1797. Este nino no hablaba frigio ni ninguna otra lengua, sino
que se limitaba a granir com ò un animai.
Aunque es perfectamente posible ignorar las especulaciones de Psam-
metichus, debemos tornar en serio las ideas de Noam Chomsky acerca
del innatismo. Como ya hemos senalado, Chomsky afirma que para po-
der adquirir el lenguaje, el nino tiene que estar dotado de una «rica

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