Vous êtes sur la page 1sur 4

Metamorfosis “Una mañana, tras un sueño

intranquilo, Gregorio Samsa


se despertó convertido en un
monstruoso insecto”
(Kafka, 2003)

Hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX, Europa se encontraba amenazada
entre guerras, el hombre europeo se hallaba alienado entre avances tecnológicos, que lo
desplazaba de sus ámbitos laborales, con una crisis existencial a sus espaldas y como
Sartre describió posteriormente “El pensamiento moderno ha realizado un proceso
considerable al reducir lo existente a la serie de las apariciones que lo manifiestan”1

Sin embargo, el arte y la literatura intentaron darle vida a ese hombre y explicar ese
vacío y Munch, dentro de la corriente artística expresionista, fue quien dio las
pinceladas exactas a ese grito existencial. “El Grito” representó a nivel mundial la
desesperación y la angustia del hombre moderno. Por su parte, la literatura desplegó su
intención de revelar este sentimiento general mediante las obras de Kafka o de Camus,
donde lo absurdo, lo inesperado, la confusión eran características de estos textos que
pretendían obtener la complicidad de una sociedad que dentro de este tremendo marco
histórico, necesitaba expresarse.

A continuación, fue la corriente futurista la que cambia el panorama cultural e intenta


plasmar la admiración del hombre hacia la maquina. De la mano de su fundador,
Filippo T. Marinetti, mediante el manifiesto, firmado en 1910, expresa su ruptura con la
estética del pasado dándole la bienvenida a estructuras del movimiento: tiempo,
velocidad, energía, fuerza estrechamente vinculadas a las nuevas tecnologías,
urbanización, automóviles, entre otras cosas.

1
Sartre, Jean Paul. (1954). El ser y la nada. Introducción “En busca del ser”. Recuperado el 10 de junio
de 2017 de https://elartedepreguntar.files.wordpress.com/2009/06/sartre-jean-paul-el-ser-y-la-
nada.pdf
Paralelamente, en 1916, surge otro movimiento artístico en Europa, precisamente en
Suiza, llamado “Dada”. Este movimiento, propuesto por Hugo Ball y posteriormente
liderado por Tristán Tzara, se opone a toda forma positivista que proponía el Futurismo
de Marinetti.

El dadaísmo creó siete manifiestos, el primero de ellos fue escrito por Tzara en 1918, el
cual reza: “Dada no significa nada. Si alguien lo considera inútil, si alguien no quiere
perder tiempo por una palabra que no significa nada….El primer pensamiento que se
agita en estas cabezas es de orden bacteriológico…, hallar su origen etimológico,
histórico o psicológico por lo menos”.2 De esta forma es como Tzara, mediante el
humor, la sátira y el juego de palabras, expresa en siete manifiestos las críticas al ideal
y la razón, al progreso científico y al hombre burgués de la época.

El dadaísmo logra convertirse en el modus vivendi de muchos artistas y personajes de la


época y se manifiesta con la provocación al orden establecido, del canon artístico y
cultural. Sin embargo propone una libertad de expresión, lo inmediato, lo espontáneo y
los atemporal en distintas áreas del arte y la literatura, lo cual podría juzgarse como
ilógico o totalmente incomprensible para el público en general.

2
Tzara, Tristán. (1963). Sept manifestes Dada. Ed. Jean Jacques Panvert.
Tercer mundo
“Hace muchos años un hombre
soñó un imperio un imperio muy
grande”

Fito Páez - Tercer mundo-1990

Los movimientos culturales europeos, así como los terrestres, no tardaron en tener
réplicas, estas vanguardias artísticas tuvieron un impacto especial en Latinoamérica.

De modo, que los intelectuales que hicieron carreras en el viejo continente y volvieron de
Europa con el perfume de estas vanguardias culturales.

Artistas latinoamericanos como, Tarsila do Amaral; Antonio Berni; Emilio Pettoruti; Xul Solar,
Diego Rivera; David Alfaro Siqueiros, entre otros, fueron quienes dieron los primeros pasos
entre las vanguardias europeas aplicadas al arte latinoamericano.

Pero, en principio, estas corrientes no podían materializarse sin que Latinoamérica no les
impregnase algo propio, ya que la problemática social no era la misma, ergo la concepción de
arte, tampoco.

Así fue como Oswald De Andrade y Tarsila do Amaral, del Grupo Dos Cinco en Brasil, dan un
marco teórico, la antropofagia, a la corriente vanguardista latinoamericana escribiendo el
“Manifiesto Antropófago”, Latinoamérica despertaba bajo una nueva estética artística.

Volviendo al manifiesto, este se publica en Brasil en mayo de 1928 en la revista


“Antropofagia”,

Vous aimerez peut-être aussi