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Este libro es un estudio sobre la naturaleza humana y como este se desenvuelve en la sociedad
el cuales el poder de los hombres terminaría destruyendo al hombre mismo, lo cual en esencia,
Hobbes dedica esta obra como plantear el problema y poner una solución (pasar de ese Estado
de naturaleza en el cual los hombres vivían atomizados, incapaces de cooperar a un Estado de
sociedad, compuesto por un pacto social entre todos los individuos).
El libro consta de 4 partes, o se dedican a analizar 4 subtemas los cuales analizan al hombre,
al Estado, Al Estado cristiano y del Reino de la oscuridad.
Por igual declaró que la imaginación como producto de los sentidos, de la experiencia
sensorial pero a diferencia de la sensación, no es otra cosa “sino una sensación que se
debilita; sensación que se encuentra en los hombres y en muchas otras criaturas vivas, tanto
durante el sueño como en Estado de vigila”[2] ósea, que es la desviación o debilitación de las
sensaciones en el hombre , algo así como que hay una diferencia entre lo que se percibe y lo
que es, eso es la imaginación, el toma como ejemplo que “las estrellas no ejercen menos en el
día que por la noche la virtud que las hace visibles. Pero así como entre las diferentes
solicitaciones que nuestros ojos, nuestros oídos y otros órganos reciben de los cuerpos externos
sólo la predominante es sensible, así también, siendo predominante la luz del sol, no impresiona
nuestros sentidos la acción de las estrellas. Cuando se aparte de nuestra vista cualquier objeto,
la impresión que hizo en nosotros permanece[3]”. Esto significa que el hombre tiene memoria,
ósea, un record de estas experiencias sensibles e imaginativas. Que no son cosas que han
sido percibidas por los sentidos y que este grupo de sensibilidades en el tiempo se les
denominan experiencia. Ósea, la imaginación es en esencia, aquellas cosas que antes han sido
percibidas por los sentidos, de manera fraccional o total, lo cual crea una dicotomía entre
ensueños (Las imaginaciones de los que duermen [4]en palabras de Hobbes) y las
sensaciones. Por eso es que cuando tenemos frío asociamos el frío con algo imaginado, un
ensueño que nos hace pensar en temor sobre algo, y esto a veces da lugar a apariciones y
visiones. Lo cual Hobbes indica que el ser humano, como unidad, anda siempre en modo de
alerta, ya que hay veces que este no puede distinguir estas apariciones y visiones y esto lo
hace dudar, andar con completa cautela , debido a que por ese miedo y esa superstición “se
hallan poseídos por terribles ideas” sobre obscuridad, fantasías, espíritus, fantasmas de
hombres muertos y cosas sobre naturales (que en esencia es contraria al materialismo
Hobbesiano, el cual vemos como más adelante el resuelve este problema luego, ya que hay
unas implicancias que serán analizados en los capítulos siguientes).
Luego que se evidencia que el ser humano es susceptible al pensamiento místico, producto de
su imaginación (similar al mito de las cavernas de Platón, de forma análoga, pero un poco más
sofisticado) hay consecuencias que son inevitables debido al fenómeno de la imaginación, el
cual hay un dilema el cual Hobbes vislumbra diciendo que hay dos clases de pensamientos que
carecen de orientación hay unos que carecen de orientación[5], el primero es una serie de
pensamientos no regulados, arbitrarios y que de manera u otra están subordinados a algo que
pueda canalizarlos (más tarde Hobbes considera que la forma de organizarlos es por medio de
un pensamiento en sociedad) y los otros pensamientos son los pensamientos regulados[6].
Los pensamientos regulados, son en esencia según el autor, aquellos que son designados por
algún deseo, ya que del deseo –según Hobbes– surge el pensamiento de algunos medios que
hemos visto producir efectos análogos a aquellos que perseguimos[7]. Hobbes distingue a estos
pensamientos regulados en dos tipos:
1. Cuando tratamos de deducir o analizar las causas o medios que producen un efecto que
imaginamos.
2. Los efectos posibles que pueden deducirse de este efecto imaginado.
Estos proceso cognitivos los cuales Hobbes trata de vislumbrar como estas categorías logran
construir una teoría del conocimiento (gnoseológica) del ser humano en situación de naturaleza
este distingue dos cualidades que hacen posible esto. Primero descubre sobre la rembreranza
(la invocación de la mente, cuando usamos la mente para hurgar de manea deductiva algún
problema para darle solución). Y la prudencia, cuando el hombre desea saber el curso de una
acción, como este deduce acciones anteriores a ella y en sus consecuencias presuponiendo
que obtendrían similares efectos. Ósea que perfilamos el futuro en relación a nuestro pasado.
Lo cual esto deja dicho bien que nosotros actuamos en relación a nuestro pasado y que por otro
lado, tenemos una mente finita, no podemos concebir el infinito gracias a nuestras limitaciones
mentales y físicas. Por eso, hay una relación entre los signos (acontecimientos pasados que se
repiten), las sensaciones, la prudencia y el acto de usar la mente. Según Hobbes, mientras
más veces se repite ese signo, más certero serán los medios usados para resolver el problema
de manera efectiva, pero esto no se logra sin pensamientos ordenados, que se logren llegar a
uno por medio de las sensaciones y el acto de pensar. Pero para poder comunicar estas
conjeturas del mundo pasado debe de haber un lenguaje.
Hobbes toma el lenguaje de la siguiente manera, ya que “la invención de la imprenta, aunque
ingeniosa, no tiene gran importancia si se la compara con la invención de las letras.”[8] el
lenguaje sirve según Hobbes para recordar las conexiones de causa y efecto a los hombres.
Por ende, el problema empieza aquí, ya que el lenguaje, a la hora de ser comunicado hay
problemas de precisión lingüística que evitan dar el mensaje como tal, lo cual hace que las
personas actúen como y que las sensaciones e imágenes que tienen son erróneas lo cual crea
conflictos entre los seres humanos. Así que el hombre al tratar de acabar con esos impulsos
que tanto Hobbes menciona (en la parte que detalla las sensaciones y las imaginaciones) toma
el lenguaje y la comunicación (osea el Estar en sociedad en el Estado de naturaleza) como si
fuese un problema más al cual agregarle a la imaginación por problemas del lenguaje y su falta
de precisión. Todo esto sucede al momento de los seres humanos compartir sus experiencias,
fuentes de saberes. Por lo tanto, debido a esto el sere humano vive en un “Bellum ómnium
contra omnes”, una guerra de todos contra todos[9].
Entonces el nudo central de Hobbes se encuentra realmente es que hay un problema que el
evidencia en el orden social. Es del atomismo de los hombres, y por ende propone soluciones
a esto. La de pasar de un Estado de Naturaleza a un “Estado de sociedad”. Esto se evidencia
en palabras de Hobbes :
“Los escritores de política suman pactos, uno con otro, para establecer deberes humanos; y
los juristas leyes y hechos, para determinar lo que es justo e injusto en las acciones de los
individuos.” [10] .
Entonces El Estado de naturaleza es según Hobbes, un Estado de competición que hace que
el hombre invada para obtener algo, la falta de confianza respecto a la seguridad (debido al
problema del lenguaje y la socialización) y el problema de la gloria, reputación que es producto
del uso del poder por el hombre[11].
De ahí, el deriva las leyes de la naturaleza. Las cuales de manera axiomática-deductiva, las
otras dependen de sus dos primeras leyes. La primera es que “cada hombre debe de procura
la paz hasta donde se tenga la esperanza de lograrla; y cuando no puede conseguirla, entonces
debe buscar y usar todas las ventajas y ayudas de la guerra”[12] la segunda parte viene del
derecho natural (dado por Dios, ósea que viene de la doctrina clásica del iusnaturalismo)
El pacto social, para Hobbes, era una garantía de la seguridad individual, y así poner fin a los
conflictos que se dan en la situación de guerra gracias a los intereses individuales que Hobbes
concebía como la causa de la situación de guerra. Así que las pasiones (los fines) del hombre
son contrarias a las leyes morales, para esto Hobbes idea lo que viene siendo hoy el Estado,
aquél monopolio de la violencia[13] , esa Cosa Pública (diferente al de la ausencia de
monarquías) sino el poder organizado para administrar los asuntos públicos y se funda a partir
de la suma de voluntades individuales “libres” que deciden actuán para adquirir ventajas en
comunidad. Por lo tanto Hobbes plantea que hay una dicotomía entre libre albedrío y libertad
individual.
El admite que la cosa pública y el interés individual es el mismo en el primero. Ya que la riqueza
del monarca depende de la riqueza de su pueblo, de la reputación de sus súbditos. Por ende,
el considera que en la democracia y la aristocracia, la propiedad pública no da tanta fortuna, y
esto trae problemas de corrupción, problemas de ambición que conllevan a un decaimiento del
orden social.
Parte tres: Estado cristiano.
Hobbes aquí dedica su crítica a la autoridad divina, a un paso de que el soberano sea rey
absoluto, por ende, abroga por la total sumisión de la iglesia al soberano. Este cuestiona la
validez de las escrituras, en cuál debemos confiar y por qué, debemos hacerlo - se pregunta
él- . Esto se debe a que hay una dicotomía entre lo sobrenatural (caos) y lo civil (orden), por
ende lo sobrenatural no puede estar por encima de lo civil porque entonces sería una situación
de fuerza vs. Derecho. Por lo tanto Hobbes no ve compatible la idea de la religiosidad en el
poder, ya que por razones expuestas en los capítulos anteriores es imposible conocer lo infinito
dada la mente humana y así análogamente un clérigo que dice conocer por revelación la
voluntad de Dios es algo carente de contenido.
Luego del cuestionamiento que expone Hobbes, el indaga –con el fin den obtener represalias
de la iglesia en ese entonces, concluye que el Leviatán intentó conciliar la idea de que la el
reino de la oscuridad era en esencia no el infierno, sino la oscuridad que produce la ignorancia
en relación a su antónimo la luz del verdadero saber. Por ende, este ve la mala interpretación
de las escrituras de los clérigos que debido al poder en ese contexto que tenía la iglesia,
personas usaban las mismas para beneficio propio (algo similar a lo que denunciaba Lutero en
sus escritos). Por ende esas personas no dudan en eliminar esa luz de vida que el conocimiento
y el saber realmente brindan. Las causas que el establece son la interpretación de las escrituras
de manera viciada, la demonología de los poetas. La mezcla cultural de las reliquias griegas y
las escrituras cristianas, que dieron lugar a tiranías y oligarquías y a lo último la modificación de
las tradiciones de manera deliberada también dañan la luz que tanto Hobbes dice que es
esencial para el mantener el cuerpo social de manera sana y sostenible.
¿Qué me pareció?
Es un libro interesante, más aún tiene muchas de las típicas fallas que tienen los autores
contractualistas tradicionales una concepción rara de individuo y sociedad, no tienen una
definición clara de libertad y establecen dicotomías como la de libre albedrío y libertad individual
como si fuesen cosas opuestas entre si). En cierto modo, Hobbes toma de Platón (la idea de
que el ser humano está aquí para ser carne de cañón ante una intención o un fin más loable,
supra-humano, por lo tanto ellos pueden ser medios y no fines), y de Aristóteles toma las formas
de gobierno y la idea de que las ciencias políticas/sociales es una ciencia que pueda basarse
en la experiencia (cosa que toda experiencia o evidencia empírica en en esencia evidencia
histórica y por ende interpretable subjetivamente). Pero a pesar de esto no está de más leerlo
porque hay cosas que son interesantes, como la idea de un orden social en el cual haya
bienestar para todos, en el cual se puedan resolver los problemas de manera pacíficamente sin
recurrir a la violencia y la idea de un derecho que viene con los hombres al momento de nacer
(derechos humanos, naturales).
Esto trae conclusiones que valen la pena tomar en cuenta en la forma en la que Hobbes analiza
el tal llamado Estado de naturaleza que en esencia es anacrónico. No pude haber existido un
Estado de naturaleza debido a que el ser humano es un ser cultural, que usa medios culturales
en un entorno natural como evidencia Luis Zanotti, pedagogo y filósofo liberal argentino:
“La cultura es –no nos engañemos– opuesta a la naturaleza. Cultivar la tierra es violentarla, mal
que le pese a las visiones idílicas del trabajo rural. Requiere esfuerzo y sudor, trabajo, en fin.
La tierra no brinda, “generosa”, sus frutos, sino que se los deja arrancar, y sólo si se ha luchado
tenazmente con ella, contra ella, y contra las plagas, las inclemencias del clima, la falta o el
exceso de agua, la invasión de malezas que –ellas sí– crecen espontánea y “naturalmente”. Las
plantas útiles al hombre dan sus frutos sólo mediante el trabajo del hombre. Los ganados
librados a su destino “natural” volverían en corto lapso a ofrecer el aspecto bravío y salvaje de
las razas originarias de las cuales la humanidad aprovecharía –y a duras penas– porcentajes
de productos notablemente menores de los que obtiene hoy […]El hombre es un ser de cultura.
No se conocen sociedades humanas viviendo en estado de naturaleza pura.”[16]
Este problema se debe a los conceptos lógicos que usa tanto Hobbes como los demás
contractualistas que le siguieron (Rousseau y Locke). Al haber un Estado de naturaleza descrito
por Hobbes, el analiza los fenómenos como si sociedad e individuo fuese conceptos lógicos que
no se correlacionan entre sí. Esto significa que preguntarse por el orden lógico de estos
conceptos es algo ilógico como bien deja explícito Ludwig Von Mises en su libro La acción
humana:
“Ahora bien, vana es toda controversia en torno a la prioridad lógica del todo o de las partes.
Son lógicamente correlativas la noción de todo y la noción de parte. Ambas, como conceptos
lógicos, quedan fuera del tiempo."[17]
Esto significa que los conceptos lógicos como individuo y sociedad son ahistóricos, para así
ubicarlos en la historia al aplicar este concepto en un determinado contexto histórico. Esto
significa que el todo (sociedad) actúa por medio de sus partes (viéndolo de manera Weberiana).
El gran problema del Estado de naturaleza es que ese materialismo metódico de Hobbes es el
equivalente a un colectivismo metodológico que asume que la sociedad es algo diferente a la
suma de sus partes individuales lo cual sería tautológico ya que al explicar el comportamiento
de los individuos una metodología como esta diría estos mismos –su comportamiento- está
determinado por sus propias acciones. Por esta razón Hobbes presupone el comportamiento
de los individuos en ese tal llamado Estado de naturaleza. La humanidad no ha florecido en
base a pactar socialmente y que el Estado los domine, sino que antes de eso cooperaban en
la división social del trabajo y esto propició instituciones sociales que fueron generadas por la
acción los individuos que persiguiendo sus propios fines creaban consecuencias no
intencionadas sobre otros[18]
Hobbes entienden a la sociedad como un todo distinto de los individuos que le componen (por
eso hace Rousseau y Hobbes la aclaración de Estado de Sociedad y Estado de naturaleza, en
uno donde la sociedad civil delibera y en otro donde hay atomismo o seres humanos dispersos
por ahí), y esto es un error. El todo (sociedad) actúa por medio de sus partes (individuales),
sostener desde un colectivismo metodológico como hacen ellos es precisamente decir que el
comportamiento de los individuos está determinado por sus propias acciones lo cual es una
tautología. Por ende, los contractualistas ven de manera estéril los fenómenos sociales y por
eso presuponen muchas conductas del individuo gracias a eso. Los colectivos en la realidad
empírica no existen, por ende, para estudiarlos se deben de descomponer la sociedad en sus
partes, los individuos y como estos afectan a otros.
La solución que promete Hobbes con el fin de salvaguardar los derechos lleva como implícito
que el Estado es la institución que consagra el derecho, ya que la situación de guerra vivimos
en una encrucijada en la que no se pueden formular leyes morales –cosa que desde el common
law, viendo el derecho de manera holística es erróneo- que permitan la cooperación social y
pacífica.
De hecho, esto es todo lo contrario, el ser humano siempre ha hecho del uso de la cooperación
social en la división del trabajo para lograr sus fines, los pueblos de hecho pequeños se
organizaban Desde una perspectiva biológica, son los genes ("almacenados" a nivel individual)
quienes existen en primer lugar, y solo más tarde se asocian para formar organismos más
complejos con el objetivo de sobrevivir y favorecer su reproducción. En estos términos, la
sociedad puede explicarse como resultado de la selección natural de aquellos individuos cuyos
genes eran más propensos a la cooperación [19].
Por último, la Historia y la antropología respaldan el argumento biológico. Las sociedades
cazadoras-recolectoras estaban formadas, en un primer momento, por unidades familiares que
se desplazaban a lo largo del territorio para explotar recursos dispersos (vegetales, pequeños
herbívoros), y que solo estacionalmente se reunían en unidades más grandes para aprovechar
las "economías de escala" como por ejemplo, en el almacenamiento, la caza de grandes
herbívoros, etc. . Estas unidades familiares/individuales de cazadores-recolectores solo se
integraron en organizaciones más grandes cuando percibieron que podían obtener ventajas de
ello. Cuando la intensificación económica y la aparición de la agricultura hicieron rentable la
defensa permanente del territorio (congruente con la idea de derechos de propiedad de la tierra
de Locke pero sin la tercera condición, así como lo entienden los neo-lockeanos libertarios
anarquistas como Murray Rothbard, Stephan Kinsella, Roderick Long y otros[20]), en relación a
épocas anteriores, cuando era más rentable la huida hacia otros espacios de caza o recolección,
o cuando la necesidad de infraestructuras como canales o acequias requería de la cooperación
con otras familias o individuos. En todos estos casos, la ventaja derivada de la cooperación
incentivó la cooperación, pero esta tuvo su origen en un cúmulo de decisiones individuales que
trataban de satisfacer intereses individuales[21]. Por lo tanto, el Estado no surge de manera
emergente (ósea por medio de acuerdos voluntarios entre personas como demuestran
algunos[22], sino que fue formada mediante la acción de individuos que eran ajenas a las de
la sociedad económica, y por medio del uso de la fuerza y la coacción. Así fue como el
antropólogo Marvin Harris logró descifrar ( inclusive poner en duda la idea de que el Estado
nace con el capitalismo como un choque entre clases, en la tesis del materialismo histórico de
Marx).
“Los cabecillas-redistribuidores trabajaban igual de duro o más que los otros miembros de la
tribu en la caza o recolección; por lo tanto, en un primer momento la redistribución no impedía
la política igualitaria asociada a estas tribus. Sin embargo, en algún momento estos cabecillas-
redistribuidores fueron reconocidos por su capacidad para organizar festines más y más
suntuoso realizando proyectos de caza mayores o de recolección intensiva. La compensación
que recibían los redistribuidores era la mera admiración de sus congéneres por su capacidad
organizativa. El prestigio era el único pago que recibía el redistribuidor…. Aún en esta situación
el jefe no tenía más que un poder económico sobre los que estaban a su alrededor pero no
tenía capacidad de obligar a nadie violentamente a que obedeciese sus órdenes. Si no hubiese
sido por la guerra y el uso de la violencia la jefatura hubiese sido una mala semilla que no
hubiera llegado a germinar.
Cuando los dominios no eran muy grandes los jefes no podían recurrir a la fuerza directa contra
los desobedientes ya que en el nivel de bandas o aldeas prácticamente todos los hombres
poseían armas y la habilidad necesaria para utilizarlas. Fue cuando el jefe adquirió un control
sobre territorios más extensos y dispuso de recursos almacenados más copiosos cuando pudo
crear un grupo afín, la primera “clase noble”, mediante regalos y favores que sí podía ejercer
una violencia más organizada contra los díscolos. Este grupo afín era tanto la policía como el
ejército del jefe y podía amenazar a aquellos campesinos que se negaran a prestar su trabajo
personal para obras públicas o no donasen las cuotas prescritas al jefe.
Además de la violencia la aceptación voluntaria también pudo jugar un papel importante en el
afianzamiento del jefe en el poder. Los miembros del pueblo llano podían aceptar el poder del
jefe como un medio para aglutinar fuerzas en guerras o en obras públicas o para sentirse
protegidos frente a las amenazas. Muchos de los miembros del pueblo supeditado al jefe
temería más a otros riesgos que el propio poder del jefe y de su séquito.”[23]
Esto es congruente con la teoría del sociólogo y economista Franz Oppenheimer de que hay
dos formas de obtener recursos en el orden social, por medios económicos (trabajo,
intercambio, ocupación por la ley del primer ocupante) y medios políticos (la coacción, el robo y
la violencia)[24]. El Estado, como institución se vale de los medios políticos para obtener riqueza ya
creada previamente por otros para poder concretizar sus fines (entendiendo el Estado como un
conjunto de individuos que realizan un tipo de relación social que ha sido institucionalizada). Lo cual,
para el Estado no está fundado en un pacto entre todos (ni históricamente ni de cualquier otra forma
concebida) por lo tanto es dudoso su emergencia, entendiéndola como proudcto de consecuencias
no intencionadas de decisiones meramente individuales a la hora de concretizar sus fines.
También la idea de que el Estado puede concebir, predecir, toda la información del orden social
es algo ilusoria para resolver problemas de elección racional. El conocimiento en la sociedad
es disperso, asimétrico y a veces contradictorio en manos de los individuos. Así que es
imposible (desde el punto de vista económico y hasta social) que el Estado como institución
pueda poseer más conocimiento que la sociedad y el mercado (ambas entendidas como un
proceso de ajustes sociales, como bien entendía Hayek:
“El carácter peculiar del problema de un orden económico racional está determinado
precisamente por el hecho de que el conocimiento de las circunstancias que debemos utilizar
no se encuentra nunca concentrado ni integrado, sino que únicamente como
elementos dispersos de conocimiento incompleto y frecuentemente contradictorio en poder de
los diferentes individuos. De este modo, el problema económico de la sociedad no es
simplemente un problema de asignación de recursos "dados" –si "dados" quiere decir dados a
una sola mente que deliberadamente resuelve el problema planteado por estos "datos"–. Se
trata más bien de un problema referente a cómo lograr el mejor uso de los recursos conocidos
por los miembros de la sociedad, para fines cuya importancia relativa sólo ellos conocen. O,
expresado brevemente, es un problema de la utilización del conocimiento que no es dado a
nadie en su totalidad.
Temo que muchos de los últimos avances de la teoría económica han más bien oscurecido
en vez de aclarado este carácter del problema fundamental, cosa que ocurre especialmente
en el caso de muchos de los usos que se han hecho de las matemáticas.”[25]
Por lo tanto, la idea de que un Estado, concebido como producto del robo, la ingeniería social,
la legitimación de prácticas ilegítimas como impuestos, manipulación monetaria, legislaciones
que producen efectos sistémicos en la sociedad como proceso de ajustes sociales hechos por
individuos que deliberan, es cada vez más coherente y acorde con la realidad que tomando en
cuenta la idea de Hobbes, los contractualistas en general y sus seguidores.
Muchos teóricos sociales desprestigian el poder de los derechos de propiedad ya sea desde el
punto de vista jurídico o desde el punto de vista sociológico y de cómo esta institución realmente
funciona, no solo para preservar el orden y los conflictos interpersonales, sino también de su
surgimiento[26]
Los derechos de propiedad son no solo el motor de la economía de mercado, sino que el respeto
a estos y una formulación adecuada de unos derechos de propiedad mantiene posible la
cooperación social, ayuda a que los proceso de mercado sean más acorde con las necesidades
de las personas (a diferencia de regímenes neoliberales que si bien su discurso es pro-mercado
pero políticamente hacen lo contrario, como Reagan y Thatcher[27]) y sobretodo ayuda a la
prosperidad de no solo las mayorías sino de minorías que de otra manera no pudieran hacerlo
simplemente con la ayuda de los procesos “democráticos” estatales (que de hecho el armar y
desarmar proyectos sociales por medio de la democracia representativa trae bastantes
consecuencias a nivel institucional en los derechos de propiedad).
El problema del orden social aparte del mencionado por Hayek (no solo que el orden social sus
miembros carecen de todo el conocimiento acerca de los recursos, sino que este se encuentra
disperso y es asimétrico en toda la sociedad, o sea, de los medios adecuado para sus
fines[28]) es el de un sistema en el cual las personas funcionen y deliberen en libertad sin
afectar las libertades de otros (donde se respete las libertades negativas para elevar la esfera
de libertades positivas de la sociedad en su conjunto). Por ende este sistema debe de tener un
alto respeto por la propiedad privada ya que, esta institución es una de las que más se
relacionan con las otras para poder adquirir esa tal sociedad abierta que hablaba Karl Popper.
La propiedad privada es una institución social que su función la de asignar recursos escasos, a
personas conocidas como propietarios[29] (sean privados o públicos y ojo que estos últimos lo
hagan de manera consensuada)[30] Ya que en un orden social donde las personas no tienen
el conocimiento real o total sobre los medios para satisfacer sus fines (sean altruistas o egoístas,
etc.) estos solo pueden obtenerse mediante la cooperación social pacífica y por reglas morales
que ayuden a incentivar la cooperación aún más, esto lo evidencia bien Hans-Herman Hoppe ,
filósofo, sociólogo y economista:
“Sólo porque existe la escasez existe un problema para formular leyes morales; mientras los
bienes sean sobreabundantes (bienes “libres”) no resulta posible que haya conflicto sobre su
uso y no se necesitan acciones de coordinación. Por tanto, se deduce que cualquier ética
correctamente concebida debe formularse como una teoría de la propiedad, es decir, una teoría
sobre la asignación de derechos de control exclusivo sobre bienes escasos. Porque sólo
entonces resulta posible evitar conflictos de otra forma inevitables e irresolubles”[31]
Hayek en su obra, Legislación y libertad logra unir la idea de ver el orden social como un
producto de deliberaciones que no necesariamente son intencionadas (David Hume) con
la tradición Lockeana (John Locke) la cual desde el derecho natural, se justifica la propiedad,
sino que la misma es necesaria para estos ajustes sociales. La propiedad privada debe tener
una cualidad tal que no requiera a quienes cumplen con la ley la verificación constante por parte
de una autoridad distributiva de dicho cumplimiento respecto de la posesión de los bienes. El
carácter privado de la propiedad dependería entonces, a la vez, del reconocimiento social de
un poseedor particular (individual o familiar) y de la unión indisoluble entre la posesión y la
voluntad de su poseedor (en el caso individual, hasta que el individuo decida revocarla). Si la
propiedad es ante todo un fenómeno social y la sociedad es al mismo tiempo una coordinación
de propiedades, esta característica lockeana de la propiedad privada es necesaria para la
coordinación espontánea de expectativas.
En un entorno donde no se respetan las propiedades (ya sea por medio de mecanismos
impositivos o por leyes que regulan su uso que estos son los que más afectan el poder de
coordinación, el evitar conflictos interpersonales y otras funciones que ya hemos mencionado)
la cooperación social es menor, y el orden social se enfrenta a desajustes sociales más
profundos que en una situación contraria. Esto se debe a que para que los derechos de
propiedad puedan ayudar a mediar e incentivar la cooperación social, evitar conflictos y es que
estos deben de ser justos y visibles[33].
Para que las reglas morales como estas funcionen debidamente (que sean justos y
visibles) estos deben de determinarse intersubjetivamente (ejemplo, dónde termina mi
propiedad y donde comienza la de otro), y estos no pueden ser justos porque no pueden servir
a su función de prevenir conflictos si no se
aceptan como tales por lo afectados por las normas[34]. Por lo tanto cualquier set de reglas
morales que no tengan estas estás características hará que tanto la institución de derechos de
propiedad como las que se interrelacionan con el mismo, carezcan de mecanismos que hagan
posible el orden social.
El argumento Hobbesiano, al proponer la solución ante los problemas del hombre un Estado de
sociedad (Un monopolio de la violencia y de la ley/servicio de protección) de hecho no soluciona
el problema del orden social, sino que lo agrava. ¿Ya que quién protege nuestras derechos de
propiedad ante el Estado?
Si el Estado es el único capaz de otorgar estas concesiones en nombre del bienestar común
(como Hobbes mismo decía que el soberano podía destruir o arremeter en contra de la libertad
de expresión si esto “perjudica” el bienestar común o de todos). Esto se debe a la falacia que
cometen tanto contractualistas como social demócratas de ver los intereses individuales como
diferentes al de los intereses colectivos, Ludwig Von Mises tenía un planteamiento similar y
objeciones a esta forma de ver la sociedad:
“La doctrina colectivista no reconoce que la cooperación social sea para el hombre un medio
para el logro de todos sus fines. Da por sentado que hay un conflicto irreconciliable entre los
interés de la colectividad y los intereses de los individuos, y que este conflicto toma partido
incondicionalmente por la colectividad. Sólo la colectividad tiene existencia real. La existencia
del individuo está condicionada por la existencia de la colectividad… Dos preguntas Surgen
inmediatamente. Primera: si fuera cierto que los intereses de la colectividad y los de los
individuos están diametralmente opuestos, ¿Cómo podía funcionarla sociedad? Se puede
suponer que los individuos se verían impedidos por la fuerza de las armas a recurrir una abierta
rebelión. Pero no se puede suponer que se podría lograr su cooperación activa por medio de la
simple compulsión... Segunda: Si la colectividad no es un medio que permita a los individuos
alcanzar sus fines; si el florecimiento de la colectividad requiere sacrificios de parte del individuo
que no son compensados por las ventajas derivadas de la cooperación social. ¿Qué es lo que
mueve a quién aboga por el colectivismo a asignar los intereses de la colectividad sobre los
deseos de los individuos? ¿Puede encontrarse otra razón para la exaltación de la colectividad
que n osean juicios personales de valor? “[35]
El problema es que la doctrina política de Hobbes tiende a pecar del mismo error que muchas
otras filosofías o paradigmas. Ven a la sociedad como algo diferente de la suma de sus
individuos lo cual esto es una falacia circular, evidenciada ya anteriormente por Mises [36]. No
es de extrañarse que la justicia social, el bienestar social, y otros conceptos que utilizan los
defensores del Estado así como el mismo Hobbes carezcan de contenido porque si lo que se
defiende es el Estado de sociedad, el Estado como institución no está compuesta por todos los
miembros de la sociedad, sino que hay un grupo que está subordinado a la jerarquía de aquellos
que usan o profesan del monopolio de la violencia (en el caso de Hobbes, el rey, monarca o
soberano).
Esto tiene bastantes consecuencias respecto a que el Estado es en esencia, por su naturaleza
coactiva un “expropiador protector de propiedad” (en palabras de Hans-Herman Hoppe) por
ende como institución no emergente, producto de la coacción y del robo, extorsión y privilegios
es contraria a un orden social en el cual se logre propiciar la cooperación social y pacífica. Ya
que en esencia estamos en una situación de fuerza vs. Derecho en un orden estatal, donde lo
que podamos conseguir son concesiones y no realmente derechos que vienen otorgados a
personas. Por ende no es de esperarse que en un orden social así, se vislumbren problemas y
desajustes sociales los cuales propicien los actos bárbaros y violentos para obtener sus fines
(de manera más o menos sistemática dependiendo del tipo de gobierno), en vez de orientados
realmente a la cooperación social pacífica.
Por esta razón el orden social concebido por Hobbes carece de muchas herramientas que
ayuden a que las instituciones mantengan la paz y la cooperación social. De hecho, la tal
“situación de guerra” Hobbesiana era en esencia más prolifera en términos relativos ya que al
menos contractualmente, se respetaban más las decisiones individuales como demuestra la
historia anterior a la formación de los Estados, así como la formación de Estados monárquicos
que Hobbes defiende en su obra.
Resumen del Leviatán de
Hobbes
Con respecto al contenido de esta obra de Thomas Hobbes,
básicamente se puede decir que se encuentra conformada por cuatro
libros, cada uno de los cuales sirve para que su autor exponga su
idea sobre la naturaleza del hombre, el comportamiento de este en
sociedad, la necesidad de un estado absoluto y de un contrato social
por el cual se rijan las vidas de los hombre, en paz y armonía, en la
medida de lo posible. Sin embargo, puede que resulte útil revisar de
forma breve el contenido de cada uno de estas cuatro partes, tal
como se verá a continuación:
Parte I: del hombre
Durante la primera parte del Leviatán, Hobbes se encargará de
exponer su visión del hombre como ser social, así también
como individuo de deseos, regido por la pasión y por el deseo de
poder, situación que lleva a que los hombres –según este filósofo-
convivan en un latente estado de guerra, puesto que como expresa
este filósofo “el hombre es lobo del hombre”.
Así mismo, es durante esta parte de la obra, que este filósofo
político expone sus 19 leyes de la naturaleza humana, cada una de las
cuales influirán profundamente en la filosofía política occidental, al
tiempo que justifican o dan pie al planteamiento de este filósofo
sobre la necesidad de un contrato social.
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II. De la imaginación[editar]
"La imaginación que se produce en el hombre (o en cualquier otra criatura dotada con la
facultad de imaginar), por medio de las palabras u otros signos voluntarios es lo que
generalmente llamamos entendimiento." Es la capacidad de crear una imagen o una
sensación en nuestra mente que se va debilitando y el hombre recurre a la memoria, esto se
explica con el hecho de que un hombre pueda imaginar los ángulos de una figura geométrica
muchos años después de estudiar Geometría.
V. De la razón y la ciencia[editar]
"Porque RAZÓN, en este sentido, no es sino cómputo." En este sentido Hobbes cree que la
razón es solo matemática es decir que ante todo debemos ser prácticos y que la razón como
tal está sujeta a diversos errores y que a diferencia de la memoria y la imaginación no es
innata por lo que es común caer en errores.
" la Ciencia es el conocimiento de las consecuencias y dependencias de un hecho respecto de
otro." Es aquí donde Hobbes dice que si el lenguaje es claro, la razón es el paso, la ciencia es
el camino y el beneficio es el fin. Y distingue la ciencia de la experiencia.
XII. De la religión[editar]
En esta última parte Hobbes hace toda una revisión histórica de las religiones en Europa
empezando por el paganismo hasta los problemas religiosos del siglo XVII .
Competencia: Por los medios necesarios para los fines, cuando no alcanza para todos.
Desconfianza: Y la prevención mediante la anticipación.
Gloria
La guerra no es sólo la lucha, sino la propensión continuada a luchar. La paz es todo el tiempo
que no es de guerra.
La vida del hombre en el estado de naturaleza es solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve.
Que la naturaleza del hombre es así, se nota en que todo el mundo cierra sus puertas a la
noche, viaja armado, etc. También quedan algunos ejemplares en América. Y además, los
soberanos se encuentran siempre en ese estado de guerra contra los demás soberanos. En
tal situación de guerra, nada es injusto. Donde no hay poder común, no hay ley, y donde no
hay ley, no hay justicia. Tampoco hay propiedad.
El hombre puede superar esta situación en parte por sus pasiones y en parte por su razón.
Las pasiones del miedo a la muerte y la esperanza de una vida mejor lo motivan a buscar la
paz. La razón sugiere normas de paz: las llamadas leyes de naturaleza.
No desean honores ni dignidad, y por lo tanto no luchan por ello. 2. El bien común no
difiere del individual.
Al no razonar, no ven los errores en el liderazgo.
No tienen lenguaje para hablar del bien y el mal.
No distinguen entre injuria y daño, de modo que mientras no sufren, están complacidas,
mientras que el hombre mientras más a gusto está, más le molestan las pequeñas cosas.
La organización entre ellas es natural, mientras que en el hombre requiere de un pacto y
un poder que lo sostenga.
Estado: Una persona (sea un hombre o una asamblea) de cuyos actos una gran multitud, por
pactos mutuos, realizados entre sí, ha sido instituida por cada uno como autor, al objeto de
que pueda utilizar la fortaleza y medios de todos, como lo juzgue oportuno, para asegurar la
paz y defensa común.
Estado por adquisición: Cuando un soberano adquiere su poder por la fuerza. Por ejemplo los
padres sobre los hijos, o el conquistador sobre los conquistados.
Estado político o por institución: Cuando un soberano adquiere su poder por acuerdo entre los
hombres.
Por generación (dominio paternal): Dominio de los padres sobre los hijos. Tal dominio no
viene de que el padre lo haya engendrado, sino por consentimiento expreso o tácito del
hijo. El hijo le debe obediencia a quien sea que lo haya criado, porque un hombre sólo se
hace súbdito de otro para conservar su vida. Quien tiene dominio sobre sus hijos lo tiene
también sobre los hijos de sus hijos.
Por conquista (dominio despótico): El dominio no viene de la victoria, sino del pacto que
hacen los conquistados para conservar sus vidas. Quien es dueño de un hombre es
dueño también a todo lo que este tiene.
El dominio paternal y despótico coinciden con el del soberano por institución. (De modo que
una gran familia, cuando no forma parte de un Estado, puede ser considerada como una
pequeña monarquía).
Hacer todo aquello permitido por la ley. Esto no implica que el soberano no tenga poder
de vida y muerte sobre los súbditos, porque el soberano no puede cometer injuria o
injusticia. Cuando los antiguos hablaban de libertad, hablaban de la libertad de la polis,
que es igual a la de los soberanos: la libertad en el estado de naturaleza. La libertad de
los ciudadanos era más limitada.
Los súbditos tienen el derecho y la libertad de defender su propio cuerpo, siempre, porque
tal derecho no puede ser transferido nunca, en tanto no puede traer ningún bien. Los
súbditos no están obligados a dañarse a sí mismos, ni a declarar contra sí mismos. Por
eso el desertor no es injusto, sino cobarde, a menos que haya pactado específicamente
que participaría en la batalla.
Las otras libertades dependen del silencio de la ley: donde no hay ley, el súbdito puede
actuar a discreción.
Si el soberano reclama algo a un súbdito en virtud de una ley y no de su poder, entonces
el súbdito puede apelar a los jueces designados para interpretar esa ley, como si el
soberano fuera otro súbdito cualquiera, para ver si debe hacer lo que se le pide o no.
La obligación de los súbditos para con el soberano dura en tanto este tenga el poder para
protegerlos. Si un súbdito es capturado por el enemigo, entonces puede hacer cosas
contrarias a la ley para proteger su vida.
Si el soberano renuncia a su cargo, para él y para sus herederos, entonces los súbditos
recuperan todas sus libertades.
Si el soberano es conquistado y se vuelve súbdito de otro, entonces los súbditos quedan
obligados a su nuevo protector: el soberano conquistador.
Capítulo XXII. De los sistemas de sujeción, política y
privada[editar]
Sistemas: Hombres reunidos por un interés o un negocio.
Regulares: Con representante.
Absolutos e independientes: Sujetos sólo a su representante. Estados.
Dependientes: Subordinados a algún poder soberano.
Políticos (públicos): Constituidos por la autoridad del poder soberano.
Gobiernos provinciales.
Privados: Constituidos por los súbditos.
Legales
Nacionales: Familias
Extranjeros
Ilegales
Nacionales: Asociaciones de ladrones, mendigos y conspiradores.
Extranjeros
Irregulares: Sin representante.
Legales: Ligas entre naciones.
Ilegales: Ligas entre súbditos (facciones).
El poder de los representantes es siempre limitado, excepto el del soberano. Pues si no fuera
así, un representante podría tener el mismo poder que el soberano. Todo aquello que un
representante haga más allá de sus límites, es acto suyo y no de aquellos a quienes
representa. Si el representante es una asamblea, entonces los responsables son la asamblea
misma, y quienes votaron en favor de la acción.
Si existe una ley que obliga a todos los hombres y no está escrita ni expresada de
manera alguna, entonces es una ley de naturaleza.
Si existe una ley que obliga a unos pocos hombres y tampoco esta escrita ni
expresada, entonces también es una ley de naturaleza. Por ejemplo, los ministros
enviados sin instrucciones claras deben intentar actuar según la voluntad de su
soberano (fidelidad).
Las leyes que no son de naturaleza, deben ser expresadas de manera suficiente o
no son leyes. Y debe quedar claro que provienen del soberano. Nadie puede tener
duda de quien es el soberano, sino por su propia culpa.
Todas las leyes, naturales o civiles, necesitan interpretación. Las naturales porque
en los momentos donde hay que recurrir a ellas, el egoísmo puede hacer que los
involucrados las distorsionen. Las civiles porque las palabras son ambiguas, y un
intérprete sagaz puede interpretar una ley en un modo contrario a la intención del
soberano. Como éste es el único que sabe el fin por el cual promulgó una ley, es
el único intérprete último de ella. Los jueces que interpretan leyes cuando dictan
una sentencia lo hacen en virtud de la autoridad que les da el soberano.
Si una ley fue interpretada siempre de tal manera, eso no implica que deba ser
interpretada así en el futuro, porque todos pudieron haber estado equivocados.
Leyes:
Ignorancia
De la ley
Natural: Nadie puede ignorar la ley de naturaleza, por lo tanto declarar tal
ignorancia no exime a nadie.
Civil: La ignorancia de la ley civil exime a veces, cuando esta no está
suficientemente declarada para que cualquiera pueda conocerla si quere.
Del soberano: Nadie puede excusarse alegando ignorancia sobre quién es el
soberano, porque debe saber gracias a quién está protegido.
De la pena: No exime a nadie, porque es obvio que a la transgresión de una ley
sigue una pena, y esta puede ser conocida si se quiere. Pero una pena no puede
aumentarse luego de haberse cometido el delito.
Mal razonamiento
Falsos principios: Como creer que la fuerza hace al derecho, o que la tradición
provee autoridad.
Falsos maestros: Que proveen malas interpretaciones de la ley de naturaleza, o
adelantan sus propias doctrinas como leyes seguras.
Inferencias erróneas: Inferencias erróneas a partir de verdaderos principios. No
eximen, especialmente a quienes tienen cargos públicos, pero a veces atenúan.
Pasiones
Vanagloria: Quienes se creen mejores que los demás tienden a infringir la ley.
Odio, concupiscencia, ambición y codicia
Miedo: Es la pasión que menos inclina a quebrantar la ley. De hecho, el miedo
muchas veces nos retiene de quebrar la ley. El miedo al daño físico directo
(temor) puede excusarnos de un delito. Pero el miedo a peligros no presentes ni
corpóreos que lleva a acciones delictivas no es excusa
Eximentes: Falta de medios para conocer la ley. Estar en poder de un enemigo y tener
que obedecer o morir. Estar en peligro de muerte. Ser el actor, y no el autor, de un delito;
pero si se daña a una tercera persona, entonces ambos son responsables.
Agravantes y atenuantes
Malignidad: Delinquir por confianza en la propia fuerza para resistir a la ley es más
grave que delinquir con la esperanza
de no ser descubierto. Delinquir por malos principios o razonamientos es más grave que
delinquir por malos consejos de maestros o intérpretes. Delinquir cuando hay un historial
de castigos a ese delito es más grave que delinquir cuando el historial es de indultos.
Delinquir tras haberlo meditado es más grave que delinquir siguiendo una pasión.
Mientras más fácil es el acceso al conocimiento de las leyes, más grave es su
transgresión. Si el soberano aprueba tácitamente una acción, entonces atenúa el delito
(por ejemplo, cuando da su consentimiento a los duelos, pese a que están formalmente
prohibidos).