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“Introducción

Amigos, extraños,
mendigos, soldados,
sacerdotes y prostitutas.

Jesús sabía tratar a las personas, tenía una habilidad especial para ver a través de sus vidas, a
menudo desordenadas, y saber lo que más necesitaban. Las personas que le conocían no
volvían a ser los mismos.

Todas las historias de este libro tienen un común denominador: un encuentro con Jesús que
cambia una una vida

“Ofrece un cambio de vida

Después de esto, Jesús salió de allí y vio a un recaudador de impuestos llamado Leví, que
estaba sentado en su despacho de recaudación de impuestos. Le dijo: “Sígueme”. Leví se
levantó y, dejándolo todo, lo siguió.

Más tarde, Leví hizo en su casa una gran fiesta en honor de Jesús, y juntamente con ellos se
sentaron a la mesa una multitud de recaudadores de impuestos y de otras personas. Los
fariseos y sus maestros de la ley se pusieron a murmurar y preguntaron a los discípulos de
Jesús: “¿Cómo es que vosotros os juntáis a comer y beber con recaudadores de impuestos y
gente de mala reputación?”

Jesús les contestó: “No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo
no he venido a llamar a los buenos, sino a los pecadores, para que se conviertan.”

Lucas 5,27-32”

“Habla con poder

Desde allí se dirigió a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y pasaba los sábados enseñando. Todos
quedaban impresionados por sus enseñanzas, porque les hablaba con autoridad.

Estaba allí, en la sinagoga, un hombre poseído por un demonio impuro que gritaba a grandes
voces: “¡Jesús de Nazaret, déjanos en paz! ¿Has venido a destruirnos? ¡Te conozco bien: tú
eres el Santo de Dios!”

Jesús lo increpó, diciéndole: “¡Cállate y sal de él!” Y el demonio, tirándolo al suelo delante de
todos, salió de él sin hacerle ningún daño.

Todos quedaron asombrados y se decían unos a otros: “¡Qué poderosa es la palabra de este
hombre! ¡Con qué autoridad da órdenes a los espíritus impuros y estos salen!” Y la fama de
Jesús se extendía por toda la comarca.

Lucas 4,31-37”

“Ve las cosas como realmente son

Un fariseo invitó a Jesús a comer. Fue, pues, Jesús a casa del fariseo y se sentó a la mesa. Vivía
en aquella ciudad una mujer de mala reputación que, al enterarse de que Jesús estaba en casa
del fariseo, tomó un frasco de alabastro lleno de perfume y fue a ponerse detrás de Jesús,
junto a sus pies. La mujer rompió a llorar y con sus lágrimas bañaba los pies de Jesús y los
secaba con sus propios cabellos; los besaba también y finalmente derramó sobre ellos el
perfume.

Al verlo, el fariseo que había invitado a Jesús se dijo para sí mismo: “Si este fuera profeta,
sabría quién es y qué reputación tan mala tiene la mujer que está tocándolo.”

Y volviéndose a la mujer, dijo a Simón: “Mira esta mujer. Cuando llegué a tu casa, no me
ofreciste agua para los pies; en cambio, ella me los ha bañado con sus lágrimas y me los ha
secado con sus cabellos. Tampoco me diste el beso de bienvenida; en cambio ella, desde que
llegué, no ha cesado de besarme los pies ... Por eso te digo que, si demuestra tanto amor, “es
porque le han sido perdonados sus muchos pecados. A quien poco se le perdona, poco amor
manifiesta.” Luego dijo a la mujer: “Tus pecados quedan perdonados.” Los demás invitados
comenzaron, entonces, a preguntarse a sí mismos: “¿Quién es este, que hasta perdona
pecados?.” Pero Jesús dijo a la mujer: “Tu fe te ha salvado. Vete en paz.”

Lucas 7,36-39.44-45.47-50”

“Sana al más olvidado

Cuando Jesús acabó de hablar a la gente que lo escuchaba, entró en Cafarnaún. El asistente de
un oficial del ejército romano, a quien este último estimaba mucho, estaba enfermo y a punto
de morir. El oficial oyó hablar de Jesús y le envió unos ancianos de los judíos para rogarle que
fuera a curar a su asistente.

Jesús fue con ellos. Estaba ya cerca de la casa, cuando el oficial le envió unos amigos con este
mensaje: “Señor, no te molestes. Yo no soy digno de que entres en mi casa. Ni siquiera me he
creído digno de presentarme personalmente ante ti. Pero una sola palabra tuya bastará para
que sane mi asistente.

Al oír esto, Jesús quedó admirado de él. Y dirigiéndose a la gente que lo seguía, dijo: “Os
aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande como esta”. Y cuando los
enviados regresaron a la casa, encontraron curado al asistente.

Lucas 7,1-3.6-7.9-10”

“Reescribe las normas

Los maestros de la ley y los fariseos se presentaron con una mujer que había sido sorprendida
en adulterio. La pusieron en medio y plantearon a Jesús esta cuestión: “Maestro, esta mujer ha
sido sorprendida en flagrante adulterio. En la ley nos manda Moisés que demos muerte a
pedradas a tales mujeres. Tú, ¿qué dices?” Le plantearon la cuestión para ponerlo a prueba y
encontrar así un motivo de acusación contra él. Jesús se inclinó y se puso a escribir con el dedo
en el suelo.

Como ellos insistían en preguntar, Jesús se incorporó y les dijo: “El que de vosotros esté sin
pecado que tire la primera piedra.” Dicho esto, se inclinó de nuevo y siguió escribiendo en el
suelo. Oír las palabras de Jesús y escabullirse uno tras otro, comenzando por los más viejos,
todo fue uno. Jesús se quedó solo, con la mujer allí en medio. Se incorporó y le preguntó:
“Mujer, ¿dónde están todos esos? ¿Ninguno te condenó?”
Ella le contestó: “Ninguno, Señor.”

Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar.”

Juan 8,3-11”

“Cuestiona a los políticos

Se pusieron entonces los fariseos a estudiar la manera de acusar a Jesús por algo que dijera.
Así que le enviaron algunos de sus propios seguidores ... para que le dijeran: “Maestro,
sabemos que tú eres sincero y que enseñas con toda verdad a vivir como Dios quiere; no te
preocupa el qué dirán, ni juzgas a la gente por las apariencias. Danos, pues, tu opinión:
¿estamos o no obligados a pagar tributo al emperador romano?”

Jesús, advirtiendo su mala intención, les contestó: “¿Por qué me ponéis trampas, hipócritas?
Enseñadme la moneda con que se paga el tributo.” Ellos le presentaron un denario, y Jesús
preguntó: “¿De quién es esta efigie y esta inscripción?”

Le contestaron: “Del emperador.”

Entonces les dijo Jesús: “Pues dad al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de
Dios.” Al oír esta respuesta, quedaron estupefactos y, dejando a Jesús, se fueron.

Mateo 22,15-22”

“Plantea qué es lo más importante

En cierta ocasión, un joven vino a ver a Jesús y le preguntó: “Maestro, ¿qué he de hacer de
bueno para alcanzar la vida eterna?”

Jesús le respondió: “¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Sólo uno es bueno. Si quieres
entrar en la vida, cumple los mandamientos.”

Dijo el joven: “¿Cuáles?”

Jesús le contestó: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio,
honra a tu padre y a tu madre y ama al prójimo como a ti mismo.”

El joven respondió: “Todo eso ya lo he cumplido. ¿Qué otra cosa debo hacer?”

Jesús le dijo: “Si quieres ser perfecto, vete a vender lo que posees y reparte el producto entre
los pobres. Así te harás un tesoro en el cielo. Luego vuelve y sígueme.”

Cuando el joven oyó esto, se marchó entristecido porque era muy rico.

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Os aseguro que a los ricos les va a ser muy difícil entrar
en el reino de los cielos. Os lo repito: es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja
que para un rico entrar en el reino de los cielos[…]”
“Los discípulos se quedaron muy sorprendidos al oír esto, y le preguntaron: “Pues, en ese caso,
¿quién podrá salvarse?

Jesús los miró y les dijo: “Para los seres humanos es imposible, pero para Dios todo es posible.”
Mateo 19,16-26”

“Sirve a sus amigos

Con plena conciencia de haber venido de Dios y de que ahora volvía a él, y perfecto conocedor
de la plena autoridad que el Padre le había dado, Jesús interrumpió la cena, se quitó el manto,
tomó una toalla y se la ciñó a la cintura. Después echó agua en una palangana y se puso a lavar
los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.

Una vez que terminó de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a sentarse a la
mesa y les preguntó: “¿Comprendéis lo que acabo de hacer con vosotros? Vosotros me llamáis
Maestro y Señor, y tenéis razón, porque efectivamente lo soy.

Pues bien, si yo, vuestro Maestro y Señor, os he lavado los pies, lo mismo debéis hacer
vosotros unos con otros. Os he dado ejemplo para que os portéis como yo me he portado con
vosotros. Os aseguro que el siervo no puede ser mayor que su amo; ni el enviado, superior a
quien lo envió. Si comprendéis estas cosas y las ponéis en práctica seréis dichosos.”

Juan 13,3-5.12-17”

“Perdona a sus enemigos

Cuando llegaron al lugar llamado “La Calavera”, crucificaron a Jesús y a los dos criminales, uno
a su derecha y otro a su izquierda. Jesús entonces decía: “Padre, perdónalos, porque no saben
lo que hacen.”

La gente estaba allí mirando, mientras las autoridades se burlaban de Jesús ... Los soldados
también se burlaban de él: se acercaban para ofrecerle vinagre y le decían: “Si tú eres el rey de
los judíos, sálvate a ti mismo.”

Uno de los criminales colgados a su lado lo insultaba, diciendo: “¿No eres tú el Mesías? ¡Pues
sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros!”

Pero el otro increpó a su compañero, diciéndole: “¿Es que no temes a Dios, tú que estás
condenado al mismo castigo? Nosotros estamos pagando justamente los crímenes que hemos
cometido, pero este no ha hecho nada malo.” Y añadió: ”Jesús, acuérdate de mí cuando
vengas como rey.”

Jesús le contestó: “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.”

Alrededor ya del mediodía, la tierra entera quedó sumida en oscuridad hasta las tres de la
tarde. El sol se ocultó y la cortina del Templo se rasgó por la mitad. Entonces Jesús, lanzando
un fuerte grito, “dijo: “¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!” Y, dicho esto, murió.

Cuando el oficial del ejército romano vio lo que estaba pasando, alabó a Dios y dijo: “¡Seguro
que este hombre era inocente!”

Lucas 23,33-37.39-47”

“Vence la muerte
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás “el Mellizo”, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de
Zebedeo y otros dos discípulos. Pedro les dijo: “Me voy a pescar.”

Los otros le contestaron: “Vamos también nosotros contigo.” Salieron, pues, y subieron a la
barca; pero aquella noche no lograron pescar nada. Ya amanecía cuando se presentó Jesús a la
orilla del lago, aunque los discípulos no lo reconocieron.

Jesús les dijo: “Muchachos, ¿habéis pescado algo?”

Ellos contestaron: “No.”

Él les dijo: “Echad la red al lado derecho de la barca y encontraréis pescado.”

Así lo hicieron, y la red se llenó de tal cantidad de peces, que apenas podían moverla.

El discípulo a quien Jesús tanto quería dijo entonces a Pedro: “¡Es el Señor!”

Cuando llegaron a tierra, vieron un buen rescoldo de brasas, con un pescado sobre ellas, y pan.

Jesús les dijo: “Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.” Simón Pedro subió a la
barca y sacó a tierra la red llena de peces; en total eran ciento cincuenta y tres peces grandes.
Y, a pesar de ser tantos, no se rompió la red.

Jesús les dijo: “Acercaos y comed.”


“A ninguno de los discípulos se le ocurrió preguntar: “¿Quién eres tú?”, porque sabían muy
bien que era el Señor.

Jesús, por su parte, se acercó, tomó el pan y se lo repartió; y lo mismo hizo con los peces. Esta
fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de haber resucitado.

Juan 21,2-7.9-14”

“Jesús, el Hijo de Dios

Cristo es la imagen del Dios invisible, el primogénito de todo lo creado. Dios ha creado en él
todas las cosas ... todo lo ha creado Dios por Cristo y para Cristo. Cristo existía antes que
hubiera cosa alguna, y todo tiene en él su consistencia.

Dios, en efecto, tuvo a bien hacer habitar en Cristo la plenitud y por medio de él reconciliar
consigo todos los seres: los que están en la tierra y los que están en el cielo, realizando así la
paz mediante la muerte de Cristo en la cruz.

Colosenses 1,15-17.19-20”

“Nota al lector

Si quieres conocer más sobre la persona de Jesús, puedes leer la historia completa de su vida
en la Biblia. Comienza con uno de los evangelios – Mateo, Marcos, Lucas, Juan. También
puedes visitar una comunidad cristiana o hablar con la persona que te entregó esta selección
bíblica.”

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