Vous êtes sur la page 1sur 5

BIOLOGIA COMPUTACIONAL

Biología computacional: así es como esta ciencia aspira a resolver algunos de los
grandes problemas de la humanidad

Suena a algo muy nuevo, pero, en realidad, no lo es. La biología computacional es casi tan
antigua como la informática. De hecho, Alan Turing, el matemático y criptógrafo británico
considerado unánimemente uno de los padres de la informática, utilizó los primeros
ordenadores para desarrollar modelos matemáticos de la morfogénesis, que a grandes rasgos
es el proceso biológico que explica cómo un organismo desarrolla una forma determinada.

Turing trabajó en esta área a principios de la década de los años 50, en los albores de la
informática moderna. Este hecho refleja que una de las primeras aplicaciones de la
computación tal y como la conocemos fue, precisamente, la biología, pero los mayores
avances que está propiciando la alianza entre estas dos disciplinas se han producido durante
las últimas dos décadas. Y esto ha provocado que las expectativas de los científicos estén por
todo lo alto debido a una razón de peso: la biología computacional aspira a resolver algunos de
los mayores problemas a los que se enfrenta la humanidad actualmente.

Biología computacional: qué es y en qué difiere de la computación


biológica
Lo mucho que se parecen sus nombres puede provocar que las confundamos, pero la
computación biológica y la biología computacional no son lo mismo. No persiguen el mismo
objetivo, y su ámbito de trabajo tampoco es el mismo. Una forma sencilla de entender qué son
estas dos disciplinas requiere contemplar la biología computacional como la ciencia que
recurre a herramientas informáticas para ayudarnos a entender mejor los sistemas biológicos
más complejos, y la computación biológica como la rama de la informática que estudia cómo
podemos utilizar elementos de naturaleza biológica, como proteínas o moléculas de ADN, para
procesar y almacenar información.

Ambas disciplinas se apoyan en la alianza establecida entre la biología y la informática, pero su


punto de partida es muy diferente. El de la biología computacional son las ciencias biológicas, y
el de la computación biológica es la informática. Y a partir de ahí recurren a la otra disciplina
para proponer soluciones a problemas propios. En este artículo vamos a indagar en la biología
computacional para descubrir por qué es importante y cuáles son los problemas que podría
ayudarnos a resolver a medio y largo plazo, pero si os apetece saber más acerca de la
computación biológica podéis decírnoslo en los comentarios y prepararemos otro artículo que
nos ayude a conocerla un poco mejor.

Una tercera disciplina con la que la biología computacional está emparentada, y que, por esta
razón, merece la pena que la conozcamos, es la bioinformática. Curiosamente, existe cierta
controversia acerca de si realmente es necesario establecer algún tipo de distinción entre
ambas. La prestigiosa revista Nature es una de las publicaciones que considera que biología
computacional y bioinformática son esencialmente lo mismo, y la definición que propone
parece encajar perfectamente en ambas disciplinas.

Sus nombres se parecen, pero la computación biológica y la biología


computacional no son lo mismo. No persiguen el mismo objetivo, y su
ámbito de trabajo tampoco es el mismo
Según Nature «la biología computacional y la bioinformática constituyen un campo
interdisciplinar que desarrolla procedimientos computacionales para analizar grandes
colecciones de datos biológicos, como secuencias del código genético, poblaciones celulares o
proteínas, con el objetivo de realizar predicciones y descubrir nueva biología. Los
procedimientos computacionales que utilizan recurren a métodos analíticos, modelos
matemáticos y simulación». Como veis, esta definición es bastante precisa y no establece
ninguna distinción entre ambas disciplinas.

Por otro lado, una de las instituciones que defienden que la biología computacional y la
bioinformática están en gran medida entrelazadas, pero no son lo mismo, es el Instituto
Nacional de Salud estadounidense, conocido como NIH (National Institute of Health). Según
esta organización «la bioinformática recurre a principios derivados de las ciencias de la
información para conseguir que sea más comprensible y útil el ingente, diverso y complejo
volumen de datos con el que trabajan las ciencias naturales».

Por otra parte, también según el NIH, «la biología computacional utiliza una aproximación
matemática y computacional para dar respuesta a preguntas teóricas y experimentales en el
ámbito de la biología». Y concluye apuntando lo siguiente: «aunque la bioinformática y la
biología computacional son diferentes, se solapan de forma significativa». Como podéis ver, la
distinción que establece el NIH entre estas disciplinas no está muy clara, por lo que es
razonable que nos quedemos con la idea de que ambas recurren a la informática como una
herramienta de resolución de problemas complejos en el ámbito de la biología.

La biología computacional no va solo de biología e informática


La biología computacional, ante todo, es una ciencia interdisciplinar. Como hemos visto, se
ocupa de desarrollar algoritmos y modelos matemáticos que puedan ayudarnos a entender
mejor los sistemas biológicos y las relaciones que existen entre ellos. Antes de seguir adelante
es importante que entendamos bien qué es un sistema biológico, así que podemos definirlo
como un conjunto de órganos o estructuras que trabajan juntos y de forma coordinada para
resolver una necesidad fisiológica de un ser vivo. Nuestro sistema óseo, por ejemplo, nos
ofrece el soporte estructural que requieren nuestros músculos y la protección que necesitan
nuestros órganos internos y tejidos blandos.

El estudio de estos sistemas forma parte del corazón mismo de la biología, pero esta ciencia
tiene un alcance más amplio. Y es que también se ocupa del comportamiento de los seres
vivos de forma individual, de la evolución de las especies en su conjunto, de la interacción que
se produce entre ellas y de su relación con el medioambiente. Afortunadamente, la
informática es una herramienta muy valiosa que puede ayudarnos a entender mejor la
complejidad de todas estas áreas de estudio, pero para utilizarla en este contexto no basta
tener una base muy sólida en biología y conocimientos de programación.
También es importante sentirse cómodo con la estadística, la física, las matemáticas, la
bioquímica, la genética o la biología molecular, entre otras disciplinas científicas. Y es muy
complicado, si no casi imposible, que una persona que se dedica a la biología computacional
tenga conocimientos profundos de todas estas materias, por lo que en los equipos de
investigación suelen convivir biólogos, genetistas, matemáticos, médicos, bioquímicos e
ingenieros en informática, entre otros profesionales, de manera que juntos puedan afrontar el
enfoque multidisciplinar que exige una ciencia tan ambiciosa como lo es la biología
computacional.

Ahora bien, ¿qué herramientas concretas pone encima de la mesa la informática, más allá de
la programación, para contribuir a la resolución de los problemas más complejos que plantea
la biología? Sencillamente, todas aquellas que resultan útiles a la hora de procesar grandes
volúmenes de datos para inferir nuevo conocimiento, como el big data, el aprendizaje
automático o la computación cuántica. Los biólogos actualmente disponen de herramientas
que les permiten recoger muchos más datos que hace unas pocas décadas en su área de
estudio, por lo que el reto lo plantea la necesidad de procesar toda esta información. Esto
explica que el incremento de la capacidad de cálculo que han experimentado los ordenadores
durante las últimas décadas tenga un rol esencial en la biología computacional.

El conocimiento que nos proporcionan estas herramientas informáticas no es valioso


únicamente para entender mejor los sistemas biológicos de los que hemos hablado, sino
también para crear modelos matemáticos y simulaciones por ordenador capaces de predecir el
comportamiento que tendrán en el futuro. Y esto tiene aplicaciones interesantísimas en
campos tan diversos como son la ecología, la neurociencia, la farmacología, la genética o la
oncología, entre otras ramas científicas.

Estos son algunos de los problemas que aspira a resolver la


biología computacional
«La biología es la única ciencia capaz de dar respuesta a los problemas fundamentales a los
que se enfrenta el mundo, como la salud de los seres humanos o la del propio planeta». Esta
declaración que Arvind Gupta, el fundador de la empresa de biotecnología y mecenazgo
IndieBio, hizo a la compañía de capital riesgo NfX refleja bastante bien el alcance que tienen
las ciencias biológicas. Esta última empresa defiende que tres de las áreas en las que la
biología computacional tiene la capacidad de marcar la diferencia durante los próximos años
son las terapias de incremento de la longevidad, la inmunoterapia y las aplicaciones de la
técnica de edición genética CRISPR.

No cabe duda de que son tres áreas de estudio que pueden tener un impacto muy positivo en
la vida de las personas, pero, en realidad, esta es solo una pequeña muestra del alcance de la
biología computacional. Otro campo en el que esta disciplina aspira a alcanzar avances muy
significativos es la neurociencia computacional, que se ocupa del funcionamiento de nuestro
cerebro analizando la capacidad de procesar información que tienen las estructuras que
conforman nuestro sistema nervioso.
Otra área de estudio cubierta por el paraguas de la biología computacional es la farmacología
computacional. Se encarga de estudiar el vínculo que existe entre la información genética que
posee un organismo concreto (este concepto se conoce como genotipo) y la manera en que le
afectan un determinado tipo de enfermedades. También se ocupa de poner a punto los
fármacos que son necesarios para tratar esas enfermedades con la máxima eficacia posible.

La anatomía computacional, por su parte, aborda el estudio de la forma que adquieren los
seres vivos analizando todas las escalas de su morfología, desde las estructuras más grandes
que podemos observar a simple vista hasta las microscópicas. Una de las aplicaciones más
importantes de este campo en medicina consiste en que puede ayudarnos a interpretar con
más precisión la información que recogen los equipos de resonancia magnética nuclear.
Muchos hospitales utilizan estas máquinas para observar las alteraciones en los tejidos que
pueden delatar la presencia de células cancerígenas y otras patologías.

Otra rama muy interesante de la biología computacional es la genética computacional, que


estudia el material genético de un organismo o una especie en su conjunto. Es un concepto
que en biología se conoce como genoma. Esta disciplina ya ha alcanzado hitos muy
importantes, como, por ejemplo, el Proyecto Genoma Humano, una investigación científica
internacional que en abril de 2003 logró cartografiar completamente el genoma humano en la
que es la colaboración internacional más ambiciosa que se ha llevado a cabo hasta ahora en
materia de biología.

Además, la biología computacional aplicada al tratamiento del cáncer se ocupa de predecir las
mutaciones que va a experimentar una determinada manifestación de esta enfermedad con el
objetivo de combatirlas con más eficacia. Para hacerlo posible los biólogos computacionales
que trabajan en esta área diseñan algoritmos específicos que llevan a cabo estas predicciones
a partir de unas colecciones de datos enormes que han recogido previamente gracias al
análisis del ADN, el ARN y otras estructuras biológicas de los pacientes que están siendo
estudiados.

La biología computacional aplicada al tratamiento del cáncer se ocupa de predecir las


mutaciones que va a experimentar una determinada manifestación de esta
enfermedad para combatirlas con más eficacia
Como acabamos de ver, muchas de las áreas de estudio abarcadas por la biología
computacional aspiran a tener un impacto beneficioso en la salud de las personas, pero esta
disciplina también puede ayudarnos a cuidar más y mejor nuestro planeta. Este es,
precisamente, el propósito último de la ecología computacional, una rama de la biología
computacional que se preocupa de resolver los problemas ecológicos que ponen en aprietos a
nuestro planeta, como el calentamiento global o el cambio climático.

Para lograrlo utiliza la enorme capacidad de procesamiento de los ordenadores actuales para
analizar colecciones de datos gigantescas y llevar a cabo simulaciones que pueden ayudarnos a
entender mejor el origen de los retos ecológicos a los que nos enfrentamos y a predecir su
comportamiento. La biología computacional comprende otras áreas de estudio más allá de las
que acabamos de ver, pero las que hemos repasado nos permiten hacernos una idea bastante
precisa del alcance que tiene actualmente esta disciplina científica.

Vous aimerez peut-être aussi