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COMUNICACIÓN

y LÍMITES
desde la
CRIANZA RESPETUOSA
PRESENTACIÓN DE DULCE CRIANZA

Para comenzar quisiera presentarme y presentar


Dulce Crianza.
Soy Mariela Cacciola,
psicóloga egresada de la
Universidad de Buenos
Aires. Realicé estudios de
posgrado en psicología
perinatal, clínica infantil y
me especialicé en temas de
crianza. Soy mamá de dos.
Una niña de 8 años y un
pequeño de 5 años.

Dulce Crianza es un espacio pensado


para orientar, guiar y acompañar a padres en la
crianza de sus hijos.
Este espacio tiene como eje la crianza
respetuosa, que implica criar desde el amor, la
empatía y el respeto. Uno de los objetivos de
Dulce Crianza es el fin preventivo, brindando
información a los padres para que estén
preparados para afrontar las diferentes etapas
durante la crianza.
Temas a desarrollar

• ¿Pensando sobre límites y comunicación con los


hijos?
• ¿Qué diferencia comunicar los límites y poner
límites?
• Diferentes formas de comunicación entre padres
e hijos.
•Reflexionando sobre los límites y la sociedad
adultocentrista.
•Permitir a los niños ser niños.
•Pensar los límites de los adultos.
•Creciendo con nuestros hijos.

Límites y Comunicación – Dos temas centrales para


pensar la crianza de nuestros hijos.

“La comunicación de los límites” Queremos poner el acento en la


forma en que transmitimos o comunicamos los límites. Esto implica
establecer la diferencia entre comunicar los límites y “poner límites”.

Si hablamos sólo de “límites” o de “poner límites” estamos acotando el


tema, que es lo que se suele hacer popularmente.

Es diferente que una madre o padre crea que tiene que comunicar un
límite, un límite que existe, a que piense que tiene que poner un límite. La
idea de “poner límites” desorienta a los padres porque no saben dónde ni
cuándo.
LA COMUNICACIÓN DE LOS LÍMITES

Un ejemplo de esto puede ser cuando muchas veces alguien le dice a una
mamá de un bebé de meses o incluso días “no lo tengas mucho en brazos,
tenés que empezar a poner límites desde ahora porque sino te toman el
tiempo”. Este tipo de consejos desconoce las necesidades del bebé o niño y
a la vez desconcierta a los padres quienes se preguntan ¿Desde cuándo
tengo que poner límites? ¿Cómo hago para que mi hijo no me tome el
tiempo?

La idea de que “hay que poner límites” nos enfrenta a los niños, nos
distancia de ellos, de sus necesidades y de sus deseos. Genera en los
padres un sentimiento de tener que crear los límites, de tener que
inventarlos, cuando en realidad éstos existen. Como padres, nuestra
función es transmitirlos y acompañar a nuestros hijos en el encuentro con
ellos, aunque muchas veces les produce grandes frustraciones.

El límite aparece cuando el niño no puede acceder a lo que desea o cuando


no podemos satisfacer lo que el niño quiere, por el motivo que sea. En
estos momentos, como padres, es importante que podamos
acompañarlos, contenerlos y educarlos frente a dicha imposibilidad. Esto
nos acerca a nuestro hijo y sus límites en lugar de alejarnos. Es aquí
donde la forma de comunicación cumple su rol más importante. Tenemos
que poder reconocer el obstáculo y transmitirles a nuestros hijos las
enseñanzas necesarias para poder aprender de la experiencia.

También muchas veces escuchamos la siguiente frase: “A ese chico le


faltan límites”. En general, este comentario va dirigido a niños que lo que
realmente les falta es COMUNICACIÓN. Son niños que más que límites lo
que les falta es ser escuchados.

Desde este espacio queremos poner el acento en la comunicación. En


cómo me comunico con mi hijo y cómo le transmito la realidad. Cómo lo
acompaño a conocer el mundo. De esto se trata “La Comunicación de los
Límites”.
DIFERENTES FORMAS DE
COMUNICACIÓN

Veremos que existen diferentes formas de comunicación y que las mismas están
relacionadas con valores que subyacen a diferentes estilos de crianza.

Es fundamental comenzar pensando las diferencias entre los estilos de


comunicación para comprender que esto se relaciona con una modalidad de
crianza.

Los valores de la crianza se basan en diferentes creencias. Creencias en relación


al accionar de los padres y al lugar de los hijos. Creencias sobre las causas y
consecuencias de los actos de ambos.

Desde aquí se constituirá el “paradigma


familiar” desde donde se comunicarán
los límites.

Desde este punto, haremos referencia a tres estilos diferentes:

 EL ESTILO AUTORITARIO
 EL ESTILO PERMISIVO
 EL ESTILO RESPETUOSO

A continuación resumiremos las características principales de cada uno de estos


estilos.
EL ESTILO AUTORITARIO

 Los padres TIENEN el control absoluto sobre sus hijos.


 Establecen reglas estrictas para mantener el orden.
 Les dicen a sus hijos lo que deben hacer y tratan de
hacerlos obedecer, sin darles explicaciones.
 No les dan opciones para escoger.
 Los niños DEBEN obedecer sin cuestionarlos.
• Ser empáticos con ellos. Comprenderlos.
 Si no obedecen, los padres utilizan el castigo.

La crianza autoritaria es una modalidad muy rígida. Habitualmente no se


escucha ni se observa cuáles son las necesidades de los niños, sino que éstos
tienen que adaptarse a los planteos de los padres. Los niños son considerados
seres a “domesticar”. Estos niños no pueden tener deseos, y en general todo lo
que quieran será considerado un capricho.

En relación a los límites, los padres creen que tienen que ponerlos todo el
tiempo. De lo contrario, los niños no tendrán disciplina. Los límites son
arbitrarios y se “informan” sin que medie explicación. Continuamente se les
dice a los niños “No porque NO”. Esto no propicia que los niños vayan
aprendiendo y comprendiendo las consecuencias de sus actos.

Los castigos son parte de este estilo de crianza, en su forma extrema son los
castigos físico. Desde este espacio estamos totalmente en contra de cualquier
tipo de golpe o maltrato justificado como un modo de educación.

El resultado en los niños criados de esta forma son personalidades que


podemos pensarlas en dos puntos extremos. Niños muy sumisos que aprenden
a ser extremadamente obedientes frente a las normas impuestas por los
padres. O por otro lado, niños muy rebeldes que no encuentran la forma de
expresarse para que sus padres los escuchen y los comprendan.
EL ESTILO PERMISIVO

 Los padres creen que los hijos POR SI SOLOS aprenderán


a regular su propia conducta (auto-regulación).
 Los hijos deben EXPRESAR lo que sienten y lo piensan
siempre, sin intervención de los padres.
 Los padres tienden a aceptar el comportamiento de su
hijo sea este adecuado o no, sin hacer comentarios ni
correcciones.
 Le dan a sus hijos tantas opciones posibles de
comportamiento que ellos no saben cuál opción es la mejor
para ellos y por lo tanto, el niño hace lo que quiere sin
ninguna guía.

La crianza permisiva está relacionada con permitirles todo a los


niños, pero sin una mirada y sin la comunicación que acompañe su
accionar.

Estos padres permiten hacer de todo a sus hijos, pero desde la ausencia,
desde la ignorancia, desde la pereza, la comodidad o la negligencia. No los
escuchan ni los conocen, no pasan tiempo con ellos, y por lo tanto,
tampoco los respetan, sino que en general los ignoran.

La consecuencia de esto es que los niños se quedan sin guía, no


encuentran en sus padres los referentes necesarios para ir conociendo el
mundo.
EL ESTILO RESPETUOSO

Lo fundamental es la EMPATÍA Y RESPETO por las


necesidades de los niños.
Los padres explican a sus hijos las razones de las cosas y
los ayudan a adquirir responsabilidad en sus acciones.
Tienen mucha PACIENCIA y fomentan la
AUTODISCIPLINA.
Les ofrecen opciones de comportamiento y les advierten
las consecuencias lógicas de tomar determinado camino,
según la capacidad del niño.
Basado en la DISCIPLINA POSITIVA: Los límites se
establecen desde la FIRMEZA, EL RESPETO Y EL AMOR.

La crianza respetuosa o democrática se basa en la EMPATIA y el


respeto por las necesidades del niño.

A diferencia del estilo autoritario, desde los estilos permisivo y democrático


se les permite hacer cosas que desde el estilo más rígido de crianza no se
permitirían. Pero mientras el estilo permisivo autoriza desde la ausencia, la
crianza respetuosa da lugar a los deseos de los niños desde la
comunicación, la mirada, la presencia paterna como guía y a la vez
respeto sus necesidades, su condición de niño y su personalidad.

El objetivo es que desde el respeto el niño aprende a respetar a los demás


y a sí mismo.
CRIANZA RESPETUOSA

Hemos hecho mención a que el pilar de Dulce Crianza es la CRIANZA


RESPETUOSA. Donde es necesario detenerse a reflexionar sobre límites y
sobre las estrategias para acompañar a los niños.

Este estilo es lo que elegimos como guía para una crianza saludable de los
niños.

Como padres tenemos que pensar que la educación que les demos a
nuestros hijos va a ser la forma en que los preparemos para insertarse en
la sociedad. Creemos que desde una maternidad y paternidad consciente
es importante detenernos a pensar cómo estamos preparando a nuestro
hijo para este mundo. Qué características tiene y qué recursos le
brindamos al niño para que pueda hacer frente a los obstáculos que se le
presentarán en la vida. Claramente cada estilo de crianza tendrá
consecuencias diferentes en el crecimiento del niño.

Este estilo de crianza, consciente de nuestros actos como padres, nos da la


oportunidad de no repetir ciertas conductas adquiridas o modelos
vivenciados en nuestra infancia, y por el contrario encontrar nuestro
propio camino en la comunicación con nuestros hijos. Es fundamental
detenerse a mirar la propia historia, cuestionarse y pensarse.

Muchas mamás y papás han sido criados de una manera más autoritaria,
y esto es un verdadero desafío al quieres cambiar el estilo en la crianza de
sus hijos.

Para seguir reflexionando en forma personal,


reconocer cuál fue el estilo que vivenciamos de
pequeños, que estilo está primando en nuestra
hogar y cuál quiero o elijo a futuro.
MOMENTO EVOLUTIVO
DE LOS NIÑOS

Una de las cuestiones más importantes de la crianza respetuosa es que


podamos empatizar con los niños. Para poder ponernos en su lugar y
poder comprenderlos, necesitamos conocerlos.

Necesitamos pensar las características del momento en que se encuentra


nuestro hijo, conocer qué necesidades tiene para luego poder comprender
con que límites se encuentran ellos y nosotros a cierta edad.

Es importante aclarar que no hay un desarrollo igual a otro. La subjetividad


del niño y los padres hace que el desarrollo de cada uno se torne singular.

 0 a 8 meses:
Los primeros tiempos de la crianza: todo es
“A LIBRE DEMANDA”
Los padres ponen límites al mundo

 9 a 24 meses:
Mayor autonomía física
Aparición de los límites y las limitaciones

 A partir de los dos años:


Mayor autonomía psíquica
Etapa de berrinches
REFLEXIONES SOBRE LOS
LÍMITES

Los límites son una cuestión personal, son diferentes para cada individuo.

Se van constituyendo y los niños van a ir creando también sus límites


personales. Qué les da vergüenza y qué no. Qué les permite realizar el
cuerpo y qué no. Cuánta destreza física y emocional desarrollan. Cuánta
paciencia y confianza tienen para realizar algo.

En este camino nuestro rol es por momentos lograr que asuma sus límites
y otras veces ayudar a superarlos.

LÍMITES Y SOCIEDAD ADULTOCENTRISTA


Vivimos en una sociedad con poca tolerancia al niño. Con poca paciencia al
comportamiento normal de un niño.

Por naturaleza los niños corren, gritan, juegan, interrumpen, entre otras
cosas. Estos son los comportamientos de un niño. En ciertas
oportunidades no se les permiten estos actos y son pequeños para
incorporar todas las normas al respecto. A veces como padres los
exponemos a situaciones donde no van a poder comportarse de la forma
que quisiéramos y donde no se tiene consideración frente a
comportamiento infantil sino que priman los deseos y el accionar del
adulto.

Muchas veces se les


exige a los niños “que
estén pero que no
sean”.
REFLEXIONES SOBRE LOS
LÍMITES

Por ejemplo, se los lleva a reuniones sociales pero se les impide que se
porten como niños. Tienen que estar quietos, hablar tranquilos, no meterse
en las conversaciones de los adultos, etc.

Esta sociedad no duda en decir que “los niños necesitan límites”. Sin
embargo si nos detenemos a pensar, los niños en su vida cotidiana tienen
muchos límites. Los niños son las personas con mayores limitaciones. No
pueden decidir dónde quieren vivir, ni cómo, ni qué tipo de educación
recibir, ni a qué colegio acudir, en la mayoría de los casos no deciden qué
ropa ponerse ni qué comer, no deciden sus horarios, no pueden ir a
ninguna parte sin ser acompañados y vigilados. No deciden cuántas horas ir
al colegio ni cuánto tiempo pueden destinar a jugar. No deciden cuántas
horas trabajarán sus padres ni cuánto tiempo jugarán con ellos. Los niños
no deciden cuándo ir ni cuándo irse de la plaza.

Piensen cuántas veces durante el día les dicen que no a sus hijos, cuántas
veces les dicen que los esperen. En general son muchísimas.

Sin embargo seguimos escuchando que hay que “ponerles límites”. Esto
proviene de esta misma sociedad que prioriza a los adultos por sobre los
niños.

En este sentido, hay muchas cosas que se le permiten a los adultos pero no
a los niños. En su defecto, hay muchos límites que esta sociedad les quiere
imponer a los niños pero no cuentan para los adultos.

Por ejemplo, se les exige a los niños que compartan sus juguetes que son
sus bienes más preciados, cuando los adultos en general no comparten sus
pertenencias de más valor (pensemos cuántas veces compartimos nuestra
casa, nuestro auto o incluso nuestro celular).

Sin embargo los niños tienen que


poder aprender a compartir e
incluso con extraños.
REFLEXIONES SOBRE LOS
LÍMITES

Los límites en esta sociedad nos tienen que llevar a pensar ¿Por qué pongo
el límite? ¿Por qué le estoy diciendo que no a tal cosa? Porque realmente no
se lo puedo dar, porque realmente considero que no debe o no puede
acceder a lo solicitado o porque vivimos en una sociedad que limita todo
tipo de deseo de los niños considerándolo un capricho.

Esta sociedad es la misma sociedad que reconoce un valor en la obediencia.


Los niños bien educados son los niños obedientes. Desde este lugar creemos
que es muy diferente criar NIÑOS OBEDIENTES y NIÑOS RESPETUOSOS.

Los niños obedientes aceptan las normas impuestas por sus padres o por los
adultos principalmente porque aprendieron a hacer caso o de lo contrario
serían castigados.

Criar niños respetuosos implica que ellos puedan respetarse a sí mismos y


respetar a los demás. Pero también fundamentalmente estos niños aprenden
las consecuencias que tiene el accionar de uno. No por posibles castigos sino
porque se intenta que realmente conozcan, comprendan y acepten las
consecuencias de sus actos. Para que esto sea posible, tenemos que tener la
paciencia necesaria para transmitir esto a nuestros hijos y acompañarlos en
el proceso de comprensión.

Muchas veces escuchamos alabar a padres que tienen niños muy obedientes,
como si esto fuera una virtud. ¿Es una virtud la obediencia? ¿Es bueno para el
desarrollo del niño y para su futuro ser muy obediente?
Criar hijos respetuosos implica criar hijos con criterio para poder saber qué
está bien y mal, para poder actuar, decidir y no acatar. Que tengan valores.
Educar para que puedan resolver y no para que obedezcan sin pensar. Es
importante como padres brindar recursos para que puedan cuestionar o
analizar una orden dada por la autoridad en un futuro.
REFLEXIONES SOBRE LOS
LÍMITES

LÍMITES Y EL RESPETO POR EL OTRO. Normas de convivencias.

“Nuestra libertad termina donde comienza la del otro”. Es el valor


fundamental que tenemos que comunicar a nuestros hijos. Ellos no pueden
hacer lo que quieren a cada momento. A veces por una imposibilidad real y a
veces porque lo que quieran se enfrentará con los deseos de otro. Este
“otro” en primer lugar serán los padres y a medida que vaya creciendo
aparecerán otros personajes.

Poder JUGAR con otros implica


aceptar normas y límites.
Respetar reglas. Saber que hay
roles y diferentes momentos.
Momentos donde participo
activamente y momentos donde
observo. Saber respetar mi turno
y el del otro.

Si un niño no puede comprender todas estas cuestiones no podrá establecer


un juego con otros. Obviamente tenemos que estar atentos al momento
evolutivo del niño y saber que esto es posible en determinado momento de
su desarrollo.

Desde la crianza respetuosa es sumamente importante transmitir a los niños


lo que implica el respeto. Para esto creemos fundamental empezar por
respetarlos a ellos.

PENSAR NUESTROS PROPIOS LÍMITES


También es importante que nos detengamos a pensar qué pasa cuando
aparecen nuestros propios límites. Cuando nuestra paciencia comienza a
agotarse, cuando estamos cansados, etc. Lo que no permitimos, lo que no
aceptamos, lo que no podemos.
REFLEXIONES SOBRE LOS
LÍMITES

Reconocer nuestros límites nos permitirá establecer qué podemos


permitir y qué no.

Una vez una mamá que participó de un taller nos cuenta que para poder
cocinar dejaba que su hijo de un año y medio juegue con harina por toda la
cocina. Otra mamá comentó que a ella ni se le ocurría permitir eso, que
preferiría no cocinar, o darle otra cosa para jugar. No podemos pensar si
está bien o mal que el nene juegue con harina. En este caso, los límites son
los nuestros: si a mí como mamá no me molesta, le doy la harina para jugar.
Si mi límite está en que no voy a limpiar la harina por toda la cocina, no se
la doy.

El problema surgiría si le
doy la harina y le exijo que
no ensucie nada.

Estar atentos a nuestros límites nos facilitará el accionar frente a ciertas


situaciones.
Si nos damos cuenta que nos estamos cansando y que ya no tenemos
paciencia para permitir ciertas cosas, tenemos que actuar antes.

Podemos hablar con el niño, podemos pedir ayuda a nuestra pareja o a


alguien más, antes de que la situación me desborde.
REFLEXIONES SOBRE LOS
LÍMITES

Tener presentes nuestros límites va a hacer que no recaiga el problema


en el niño.

Llegamos cansados del trabajo y nuestro


hijo quiere jugar con nosotros. Él no
entiende que llegamos de trabajar y
tenemos que cocinar, acomodar, o realizar
“X” tarea doméstica.

¿Quién tiene que entender? ¿A quién


“hay que poner el límite”? ¿Al niño, a las
tareas del hogar, a las actividades
laborales? ¿Qué elegimos limitar y qué
priorizar?

Aceptar que como adultos tenemos límites y no podemos con todo, por
más que a veces lo intentemos, nos va a ayudar a establecer prioridades.
En los talleres tenemos muchas madres que trabajan muchas horas al día,
por necesidad o por el motivo que sea, y siempre tratamos de transmitirles
que a veces el problema no son las horas que trabajan, sino que cuando
regresan a sus hogares tendrán que darle la atención a su hijo que tanto
esperó para verlas.

Nuestros límites y nuestros deseos muchas veces entran en conflicto con


los deseos del niño. En algunas oportunidades los padres tienen que
“poner límites” a los deseos de los niños porque se encuentran con los
propios límites u obligaciones. Uno de los desafíos más grandes en la
crianza de nuestros niños es ir estableciendo permanentemente un
equilibrio entre los deseos de ambos.
LOS LÍMITES Y
LA CRIANZA RESPETUOSA

Algunas conclusiones sobre LOS LÍMITES y CRIANZA RESPETUOSA

• Enseñar a entender y respetar las normas pero, ante


todo, a entendernos y respetarnos a nosotros mismos y a
los demás. Es ayudar al niño a saber que existen normas,
a conocerlas y a comprender el sentido que tienen.
• No poner el acento en los límites, sino ayudar al niño a
que construya los suyos propios y reconozca y respete los
nuestros. El acento esta puesto en que el niño
comprenda los límites, no solo en que los acepte.
• Criar hijos respetuosos es diferente a criar hijos
obedientes.
• Cambia la forma de transmitir los límites y las
consecuencias a largo plazo en el desarrollo de la
personalidad.

Desde este punto de vista, dentro de la crianza respetuosa, a los niños


se les dan más libertades y se les tienen en cuenta sus deseos. Ésta es la
forma en que los respetamos. Esto suele ser criticado desde formas de
crianza más estrictas.

Criar con respeto no es criar sin normas y sin límites. Por el contrario, es
transmitir normas de convivencia, las cuales implican el respeto y la
aceptación de los otros. Considerando que la forma esencial es partir
desde el ejemplo. Para que los niños aprendan a respetar, primero hay
que respetarlos a ellos.

No priorizar la norma antes que sus necesidades. Ante todo tener


presentes las necesidades de los niños. Siempre estar del lado de ellos y
comprenderlos.
Crecer junto a ellos

Hemos hablado de límites pero


fundamentalmente de comunicación y de
valores que le queremos transmitir a
nuestros hijos.

Confiamos en nuestra capacidad para,


ante todo, poder respetar y empatizar con
el niño.
Comprendemos que nuestros hijos están creciendo y en este proceso van
apareciendo los límites y que es fundamental como padres acompañarlos
en este camino.

Sabemos que como padres debemos priorizar siempre al niño, ponernos


de su lado, pensar qué quiere y por qué lo quiere. Esto no significa que
siempre podremos acceder a ello sino que vamos a tratar de entenderlo y
de comprender lo que necesita y desde ahí ver cómo resolver la situación
para que se sienta escuchado y contenido.

Ser padres exige mucha paciencia y dedicación. Nos exige mucho tiempo y
la realidad laboral de hoy y demás obligaciones, muchas veces no nos
permite darles esto que necesitan. Cuando estemos con nuestros hijos
simplemente estemos con ellos, brindémosle la atención que se merecen.
Por ellos y por nosotros.

Ser padres implica enfrentarnos con innumerables situaciones para las


que no estamos preparados. Nos tenemos que formar como padres en el
mismo momento que estamos ejerciendo nuestro rol.

Tenemos que permitirnos transitar el camino de la maternidad y la


paternidad desde la exploración y desde el aprendizaje, ya que es en el
crecimiento del niño en que uno crece también como padre.
“Los días más felices de su hijo están
por venir. Dependen de usted.”
-Carlos González-
PARA FINALIZAR

Los invito a seguir en contacto desde las diferentes


redes virtuales.
Desde mi espacio realizo diferentes propuestas
grupales e individuales para acompañarlos en la
crianza de los hijos.

Lic. Mariela Cacciola


www.dulcecrianza.com
dulcecrianza@gmail.com
Dulcecrianza.blogspot.com
Facebook: Dulce Crianza
Instagram: dulce.crianza
whatsapp (5411) 5954-9790

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