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1.

ACERCA DE LA POESÍA MAPUCHE ACTUAL

Jorge Spíndola C.

Creemos que la actual poesía mapuche, y en particular los textos de las y los autoras
que proponemos, abren un escenario de interés especial dentro de los estudios literarios y
culturales al problematizar el encuadre tradicional que recorta los campos del conocimiento
de la literatura. El mundo mapuche contemporáneo, incluida su poesía, se construye desde
un presente intercultural complejo que interrumpe unas continuidades teóricas,
clasificatorias, “síntesis fabricadas” que creemos deben revisarse y cuestionarse:

“Estas formas previas de continuidad, todas esas síntesis que no problematizamos y que
dejamos en pleno derecho, es preciso tenerlas, por lo tanto, en suspenso. No recusarlas
definitivamente. Sino sacudir la quietud con la cual se las acepta; mostrar que no se deducen
naturalmente, sino que son siempre el efecto de una construcción cuyas reglas se trata de
conocer y cuyas justificaciones hay que controlar; definir en qué condiciones y en vista de
qué análisis ciertos son legítimas; indicar las que, de todos modos, no pueden ya ser
admitidas.”
Foucault, Michel. “Las unidades del discurso”, La arqueología del saber. Siglo
Veintiuno, México, 1979: 41.

¿Dónde clasificar los estudios de estas producciones? ¿En las cátedras de literaturas
latinoamericanas? Es posible, ya que en el continente se hacen cada vez más visibles las
literaturas de las lenguas y culturas de pueblos originarios, en especial a partir de los
afloramientos de las diferencias y las particularidades culturales, idiomáticas, étnicas y de
género tras el fin de la llamada Guerra Fría. Aunque su inclusión en ese recorte también
cuestiona el término “latinoamericanas”, ya que éste hace especial referencia al origen o
contacto latino de sus lenguas dominantes (español, portugués, francés) deja ndo afuera,
justamente, producciones artísticas que actualmente se escriben en lenguas como el
mapuzungun, guaraní, aymará, quechua, náhuatl, entre otras indo-americanas.

Otro punto de cuestionamiento que se abre a la clasificación de estas producciones


dentro de las literaturas “latinoamericanas” es de orden ya no lingüístico sino temporal y
metodológico, nos referimos a los cortes y agrupamientos habituados de estas literaturas
en los anaqueles del pasado. Los estudios de esta literatura no latina suelen detenerse en
un período anterior a la conquista española, pasando así a constituirlas como episodios
precolombinos, o proto-literatura, vista, en el mejor de los casos, desde un humanismo
eurocéntrico a favor de la diversidad, el multiculturalismo y la “tolerancia” por las
expresiones del pasado; una perspectiva aquietante que exotiza y aleja o recuerda “la
belleza de lo muerto”, como afirma Michel De Certeau: “Sólo la violencia política sobre los
estudios de los particularismos y las culturas populares es lo que permitió construir ese
paraíso perdido, esa belleza de lo muerto, como otra victoria del poder” (1996: 67).
¿Debemos pensar entonces estos estudios dentro de las literaturas nacionales? Aquí
nos enfrentamos a la idea misma de “nacionalidad" por parte de una literatura o comunidad
literaria etnocultural con una actividad de diferencia que no se reconoce plenamente en
ellas (hablamos de las identidades nacionales tanto argentina como chilena). La poesía de
autores y autoras mapuche 1 surge hoy como expresión artística entrelazada a los conflictos
que esa cultura mantiene con las sociedades y estados dominantes; nos referimos a la
situación de hegemonía y relación de matriz colonial que ambos estados nacionales
eurocéntricos, en su origen y en sus prácticas, ejercen sobre las identidades ancestrales
como la mapuche y otras.

En este sentido, consideramos que las producciones poéticas que aquí abordamos
se desplazan de los horizontes nacionales latinoamericanos euro-centrados y ponen de
manifiesto, entre otras muchas cosas, la verdad incómoda del doble rostro de nuestros
estados, fundados en una modernidad que traía configurada la colonialidad interna como
lógica de su existencia y de sus metas civilizatorias, como lo expresa Aimé Césaire:

“Una civilización que elige cerrar los ojos ante sus problemas más cruciales es una
civilización enferma. Una civilización que hace trampas con sus principios es una civilización
moribunda. El hecho es que la civilización llamada “europea”, la civilización “occidental”, tal
como le dieron forma dos siglos de régimen burgués, es incapaz de resolver los dos
problemas mayores que originó su existencia: el problema del proletariado y el problema
colonial.”

Césaire, Aimé. Discurso sobre el colonialismo. Akal, Madrid, 2008: 313.

Desde esta perspectiva, podemos conjeturar que la relevancia inicial del estudio de
estas obras, y de sus contextos culturales, pase tanto por lo que de ellas surja en sus campos
de sentidos intraculturales, como por las incómodas preguntas que generan hacia los
cánones, parcelaciones y clasificaciones de nuestras literaturas y sus estudios críticos, desde
su performance conflictiva como representaciones interculturales. Cualquier tipo de
clasificación dentro de nuestras habituadas zonas de estudio de “lo literario” será
incómoda, incompleta, a la vez que necesaria para repensar o poner en crisis los estatutos
estético culturales dominantes, ya que la poesía mapuche contemporánea, vista como
expresión artística híbrida, contiene campos de representación intraculturales, en tanto
que aborda y transfigura elementos de la antigua cultura mapuche pero, a la vez, supone
una apropiación y diálogo creativo y conflictivo con la poesía que domina el panorama de
las literaturas “nacionales” y “latinoamericanas” tanto de Argentina como de Chile, como
lo expresa uno de sus poetas actuales:

“La ingeniería que últimamente están llevando a cabo los poetas mapuche
contemporáneos que recurren ya no sólo a la oralidad, sino también a la lectura

1: No utilizaremos la forma castellanizada del plural “mapuches”, respetando la no utilización de ese morfema
de número dentro de palabra en mapuzungun, la lengua mapuche. (Los plurales en esta lengua se hacen con
el morfema pu, fuera de palabra, existiendo también las formas pronominales que distinguen “el dual”,
distinción que no existe en español).
permanente de la tradición poética universal, de manera de apropiarse de la palabra
del otro.”

Huirimilla, Juan Paulo, Trafkiñdüngun, Intercambio de palabra.


Corporación de desarrollo indígena, Santiago, 2009: 41.

Otro aspecto de la relevancia específica de los estudios literarios de estos textos y


sus contextos de enunciación es el contacto del mapuzungun con los registros de habla del
español a un lado y a otro de la cordillera. Los procedimientos de la actual poesía mapuche
interrumpen las realizaciones habituadas de nuestras “lenguas nacionales”, y filtran,
pliegan, reinscriben el mapuzungun y sus tradiciones retórico-discursivas en el otro cultural
dominante, en una relación de necesidad, de soporte y de ruptura a la vez.

Creemos, en principio, que esta poesía mapuche se construye en los intersticios, en


las negociaciones y negaciones que habitan diversas zonas de conflicto literario y cultural.
Sus autoras y autores ya no expresan, como dice la poeta Adriana Paredes Pinda, “un
universo idéntico en sí” (2005: 08), no constituyen la voz de los antiguos nguenpin
(autoridad religiosa en el nguillatun, o dueño de la palabra) hablando de un universo
representacional antiguo, “esencial” y único en sí. Las y los poetas mapuche actuales
escriben en lengua mapuzungun en contacto con el español, expresan una situación de
conflicto con el otro y con ellos mismos como sujetos culturales. Los procesos de “escritura
winka”2 a los que se somete la actual producción poética mapuche, como lo señala
Huirimilla, también conllevan en sí esa fetichización de la escritura que, según Martín
Lienhard, la cultura europea trajo como pieza clave del pensamiento colonial (1991: 04-05),
pero a la vez, tampoco dejan de inscribir una oralidad transfigurada; ningún debate está
saldado, ninguna integridad o pureza conceptual está a salvo al hablar de hibridación
literaria y cultural:

“El tiempo azul de la memoria, ese que circula por debajo de la tierra, arrastrando
los susurros de los antepasados que traen recados de un sueño azul, es el soporte
oral donde descansa la poesía mapuche actual.”

Bernardo Colipán Filgueira, en Foerster Rolf, “La poética mapuche


huiliche”, Pentukun 10, Universidad de la Frontera, Temuco, 2000: 56.

Los intersticios o desplazamientos entre escritura y oralidad ofrecen una zona


discursiva, comunicativa, en que esta poesía enuncia y reactualiza memorias y saberes
invisibilizados. Procesos de rememoración individual y colectiva que reactivan los pasados
detenidos; en algunos casos, como en las producciones de Paredes Pinda y Ancalao, el
poema se abre a una multidiscursividad de voces y memorias que lo habitan; otras veces,

2
La palabra winka, huinca o wingka, no refiere una idea racial como mayormente se la ha traducido, sino a
una categoría política para enunciar al otro que invade o “que arranca de raíz”, como afirma el ngenpin
Armando Marileo Lefio, en Paredes Pinda, Uï, 2006: 8.
el poema es transfigurado por antiguas y rituales formas retóricas del mapuzungun, como
los pentukun, los epew, las nütram, e incluso los cantos ceremoniales como el tayül y otras
formas de éxtasis y usos sagrados del lenguaje reservados a oradores específicos como las
y los machi.

“La cultura escritural nos convierte en desolados y desoladas, nos hace herederos
de su imperialismo discursivo de su poder simbólico y nos desarmamos (…) estoy enferma
posesa por el wekufe 3 de la escritura”, escribe Adriana Paredes Pinda en el prólogo de su
libro Üi (2005: 09), dejando constancia de ese acto de resistencia y de apropiación
simultánea, o de su “proceder mapuche” como gusta decir el crítico y poeta Paulo Huirimilla
(2009: 35) al hablar de la compleja especificidad de esta zona socio-discursiva, o comunidad
poética intercultural.

Estos son algunos aspectos de relevancia literaria que este trabajo intentará hacer
visibles en el estudio de la poesía de las dos autoras en cuestión. Sin embargo, las lecturas
críticas de sus poemas serán entrelazadas con otras perspectivas vinculadas a los estudios
decoloniales y poscoloniales, a sus contextos de enunciación, a fin de no agotar en la
tradición de la especificidad literaria sus lecturas, sus tramas de sentido, o las implicancias
y tensiones políticas que se abren a partir de los contextos históricos y sociales que habita
la poesía mapuche en la actualidad.

Otros aspectos, ya asociados a la relevancia de estos estudios para la región, se


vinculan con las luchas por el pleno reconocimiento de las y los sujetos de la cultura
mapuche, habitantes del sur de Argentina y de Chile. Los estudios de la cultura mapuche en
la región, hoy se inscriben en un vasto y complejo campo de debates en torno a las
identidades y a los derechos históricos, culturales y sociales; debates jurídicos respecto de
la propiedad ancestral de la tierra y la criminalización de sus luchas por la recuperación de
territorios habitados previamente a la conformación de los estados nacionales tanto
argentino como chileno.

Desde el lado argentino, una corriente de la etnografía e historiografía nacionalista


se ha empeñado en la chilenización de sus orígenes para construir representaciones de los
mapuche como invasores, sujetos peligrosos, amenazantes para la identidad nacional,
destructores de una cultura tewuelche nativa, revestida con la teoría del buen salvaje; en
síntesis, una larga tradición de sospechas en el contexto de la construcción del Estado y de
las hipótesis de conflicto entre ambos países respecto de la propiedad y ocupación del
territorio patagónico 4.

3
Wekufe: ngen, espíritu ligado a estados negativos de la persona, aunque no equiparable a la idea de “mal”
en términos católicos o cristianos, como se ha pretendido.
4
Aquí nos referimos básicamente a algunos estudios etnográficos argentinos, creadores de la teoría de la
“Araucanización o chilenización de la pampa”, sostenida y divulgada por Rodolfo Casamiquela, que hoy sirve
de base argumentativa para jueces que niegan la entidad de “pueblo originario” a los mapuche y con ello
avalan el desalojo de comunidades de sus tierras.
Creemos que la poesía mapuche actual expresa cosmovisiones y modos de entender
el mundo al que adhieren, parcial o plenamente, miles de sujetos invisibilizados por el
modelo monocultural eurocéntrico que predomina en ambas naciones tras el triunfo de los
etnocidios conocidos como Campaña del Desierto en Argentina y Pacificación de la
Araucanía en Chile. La relevancia del presente trabajo, como se advierte, alcanzaría a otros
campos de las ciencias sociales comprometidos en la visualización de una interculturalidad
en curso que no se agota en el parcial reparto de las diferencias y derechos que patrocinan
los estados en la actualidad.

Desde este trabajo asumimos que el “nosotros” desde el cual nos enunciamos
implica un punto de vista situado y articulado desde este lado de las memorias, prácticas
discursivas, culturales y políticas de las víctimas, de las clases y sujetos subalternizados por
aquello que Aníbal Quijano llama sistema mundo dominante (ver 3.1). Asumimos como
hipótesis que las y los poetas aquí seleccionados inscriben un tipo particular de memorias
propias del mundo mapuche (memorias de las víctimas) y con ellas descongelan saberes
que confrontan las descalificaciones de la sociedad dominante hacia los recuerdos, las
prácticas culturales y las subjetividades que se reconocen como parte de esa cultura.
También pensamos que estos poemas, desde su condición de obras de arte interculturales,
fronterizas, cuestionan e interrumpen tanto los relatos nacionales hegemónicos como las
autorizaciones multiculturalistas que otorga el poder. Un tercer aspecto de nuestras
hipótesis, que excede a esta investigación pero que aquí intenta su inicio, se vincula a la
necesidad de un acercamiento a la poesía mapuche que permita dar cuenta de saberes y
procedimientos cognitivos que no se dejan ver desde una epistemología colonial. En este
sentido, nuestras herramientas de lectura se complementan con tradiciones cognitivas
propias del mundo mapuche, como parte de una inflexión decolonial.

Mural callejero con la representación del kultrun mapuche.


Fotografía Andrea Troncoso. 2009

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