JENNIFER GÓMEZ JARAMILLO

LA COTIDIANIDAD EXPRESADA EN TERMINOS FOUCAULTIANOS

Michel Foucault en su libro el orden del discurso, menciona que el discurso se divide
en muchas formas, partiendo de que en la sociedad los discursos están controlados,
seleccionados y distribuidos por algunos procedimientos que si bien no están dichos
en cada alocución que se invoca, siempre estarán presentes en la producción
discursiva.
Por esto, se ejemplificarán diferentes situaciones de la vida cotidiana para ilustrar la
teoría de Foucault en términos prácticos. De ahí que comenzaré hablando del
discurso como una forma de dominación queriendo permanecer en el poder, sin
dejarse arrebatar dicho poder de otros, los cuales quieren acceder a él. Es por esto
que evoco aquellos tiempos de colegio de travesuras y pequeñas maldades, en las
cuales me toco jugarme el todo por el nada, mostrando el poder de mi palabra
cuando en cierta ocasión me volé del colegio y mi directora de grupo llamo a mi
casa a preguntarle a mi mamá que yo por qué no había ido esa tarde a estudiar, era
un poco sospechoso, puesto que todos mis amigos habían faltado y la docente tenia
algunos indiciosos, pero no estaba segura de su sospecha, por lo que tocó
consolidar entre todo el grupo de amigos una única verdad que sería la absoluta
para todos los padres de familia y directivos de la Institución en la investigación que
estaban llevando a cabo, dejando en evidencia que la verdad era la nuestra y no lo
que ellos creían o tenían como indicio.
Lo expuesto anteriormente, se puede respaldar con lo que afirma Foucault: “En toda
sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y
redistribuida por un cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar
los poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y
temible materialidad”.
En esa misma línea, Foucault habla de procedimientos externos que conciernen a
la parte del discurso que pone en juego el poder y el deseo. Los tres grandes
sistemas de este tipo son:
La palabra prohibida: donde se alude que es el procedimiento más evidente y
familiar, es decir, “uno sabe que no se tiene derecho a decirlo todo, que no se puede
hablar de todo en cualquier circunstancia, que cualquiera, en fin, no puede hablar
de cualquier cosa”. Caso particular, la religión a la cual “pertenezco” puesto que
siembra en mi cantidad de interrogantes a los cuales les he tratado de buscar
respuesta, pero que en el afán de conocer la verdad, me suscita un temor a algo el
cual no lo puedo explicar y es de esta manera que me toca quedarme en tiempos
de oscuridad y crisis por no encontrar una respuesta clara o asertiva a dichas dudas.
De ahí que no pueda andar gritando a los cuatro vientos mis dudas existenciales,
puesto que tengo temor de Dios.
La separación de la locura y la razón: El loco o genio es el que tiene un discurso
incomprensible para la mayoría. Si la mayoría (más bien la parte respetable de la
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sociedad, que dicta las reglas de cómo se tienen que hacer las cosas) no
comprende, no le agradan, o no le convienen las ideas de un iconoclasta, hacen
que éste sea rechazado por el sistema que controlan. Un ejemplo claro de este es
un amigo cercano que tengo y él es un genio en todo el sentido de la palabra, puesto
que viene de una familia bastante inteligente y de la cual se cree que viene su nivel
de locura o de inteligencia, el desde pequeño siempre se inquietó por la música y
los libros y mientras nosotros estábamos en la adolescencia o juventud molestando
por ahí como cualquier joven “normal”, él se interesaba era por aprender, dedicarse
a escribir y a crear música, además de pintar grandes obras de arte, de ahí que los
otros compañeros del salón que no conocían a fondo su situación lo trataron como
el loco del salón y con expresiones un poco despectivas con su forma de ver, sentir
y vivir el mundo.
La voluntad de verdad: ésta es inoculada a la sociedad (a los no locos) por la clase
en el poder. "La verdad depende de nuestras voluntades, y nuestras voluntades
cambian con el tiempo". Un ejemplo que se puede nombrar en este caso, es cuando
los padres de familia le hacen creer a sus hijos desde muy pequeños que el niño
Jesús en navidad le trae regalos en diciembre, de la misma forma que los reyes
magos en enero y se puede decir que la mayoría de los niños creen en eso, porque
para ellos la palabra de sus papás es casi que sagrada, hasta que se crece con una
verdad que es absolutamente falsa y se comienzan a dar cuenta los niños, que el
niño Jesús no existe y que es una vil mentira la de los regalitos, de ahí que se
justifique dicha mentira con la tradición cultural y afirmando que la razón de esto es
la felicidad que sienten de creer en esa tradición compensando dicha mentira.
En cuanto a los procesos internos que afectan al discurso están los principios de
clasificación, ordenación y distribución. En primer lugar: el comentario: Lo que se
diga de un discurso, definitivamente lo afectará, a través de su interpretación, por
ejemplo: la falta de comunicación en la toma del pedido de una orden en un
restaurante, puesto que en ocasiones los clientes llegan susceptibles y al momento
del mesero decir algo, los clientes toman las cosas con ellos por el tono en el que
ellos interpretan X o Y comentario. En segundo lugar: el autor. La sociedad requiere
de una referencia de quién es el creador del discurso, para darle credibilidad,
predisposición y/o interpretación, caso particular, El discurso que maneja el famoso
expresidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez que se caracteriza por ser polarizado,
pasando por tendencias hegemónicas y antagónicas que marcan su línea discursiva
y su forma de gobernar, convirtiendo su discurso a una democracia personal de
“líder-pueblo”. Finalmente: las disciplinas: éstas son dadas por la sociedad en la que
se distribuye el discurso (medicina, filosofía, biología, etc.) Es decir, la voluntad de
verdad se ve afectada a través de discursos.
Para terminar, de acuerdo a lo leído acerca de Foucault se puede afirmar que el
retroceso y la evolución del sujeto afectan notablemente el discurso, puesto que es
a través de los discursos que se conocen las diferentes realidades y de dicha forma
se maneja el poder.