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Hasta 1880 se habían alcanzado a construir más de 2500 kilómetros de vías férreas, y se
concentró inicialmente en Buenos Aires y Rosario. La red ferroviaria alcanzó más de 9400
km y valorizó tres puertos: Bahía Blanca, BsAs y Rosario. La configuración de la red
ferroviaria argentina ha sido representada como parte del modelo agroexportador y de
acuerdo con las necesidades de Gran Bretaña.
el que corresponde a Córdoba, mitad del sur de Santa Fe, y parte del río Paraná, es el
sector de explotación del puerto Rosario;
el que incluye el sur de Córdoba y San Luis y mitad de Buenos Aires, que constituye el
sector del puerto Buenos Aires – La Plata;
el que abarca mitad de Bunoes Aires y rincón este de La Pampa, sector vinculado a los
puertos marítimos de Buenos Aires , Mar del Plata a Bahía Blanca.
El proceso de evolución implicó un cambio total en las formas de producir y de los actores
sociales involucrados. También se desataca: la influencia de los procesos de colonización
en la expansión de la agricultura cerealera en Santa Fe y Córdoba; la extraordinaria
inmigración desarrollada en ese periodo, predominio de italianos (en zona pampeana) y la
aparición de una importante red de comerciantes.
La agricultura requirió de una gran cantidad de población que tuvo lugar a partir de dos
grandes movimientos poblacionales. El de los emigrantes internos, que se desplazaron
desde otras regiones hacia la pampeana y el flujo migratorio del exterior.
Dado el rápido éxito alcanzado en la producción agrícola dominada por las colonias, un
importante sector de propietarios de tierras se volcó al arrendamiento. Estos procesos se
desarrollaron hasta 1895, en que el valor de la tierra comenzó a aumentar
significativamente por el desarrollo del ferrocarril y los altos beneficios que arrojaba la
actividad agrícola.
Por otras parte, los obreros realizaban extensas jornadas de trabajo. Además tenían
salarios muy bajos, corrían riegos, se lastimaban, había malas condiciones de trabajo,
manejaban complejas máquinas.
En 1910 llegaron equipos de tracción llamados locomóviles, lo que suprimió los bueyes o
caballos y a los peones ligados a su manejo.
El sistema bancario estaba conformado por los bancos oficiales y los privados. El Banco
Nación controlaba casi un tercio de las transacciones bancarias directas.
A partir del 1881, el ferrocarril se expandió por todo el territorio de la provincia ampliando
en gran medida la superficie cultivada con caña, lo que provocó a su vez un gran aumento
del valor del suelo. En 1885, se inició un proceso de continua suba las tarifas aduaneras
para los azucares importados.
La expansión del azúcar en Tucumán se dio en un proceso internacional de grandes
innovaciones tecnológicas en los países europeos.
En ese periodo el ciclo productivo del azúcar estuvo permanentemente condicionado por
dos tipos de factores. El primero tiene que ver con el volumen de la producción. La
tendencia central fue que la alta inversión de capital que determinó una gran expansión
de la superficie sembrada también se tradujo en una gran mejora técnica del proceso
industrial, lo cual ocasionó un crecimiento de la oferta. En cuanto a la producción agrícola,
se difundieron prácticas agronómicas como la adecuación del periodo de plantación y
cosecha y las labores culturales adecuadas. En su conjunto incrementó la productividad de
azúcar por hectárea. El segundo factor se relacionó con la demanda nacional, la cual se
caracterizaba por un crecimiento que acompañaba al de la población.
La distribución de la población en las provincias del norte sufrió importantes
modificaciones. Las migraciones intrarregionales adquirieron un carácter masivo
favoreciendo a la provincia de Tucumán.
La explotación de los bosques era realizada por empresarios que tenían una estrecha
dependencia de las compañías procesadoras. Estas monopolizaron el comercio regional de
importación y exportación.
Otra zona relevante de explotación forestal era Misiones, donde el objeto principal de la
actvidad forestal era la explotación de la yerba mate. Los trabajadores argentinos,
brasileros y paraguayos podaban las ramas con hojas y las llevaban a los hornos. Los
empresarios se encargaban de la recolección y recibían un adelanto monetario con el que
contrataban a los peones y compraban insumos.
Las estancias requerían grandes extensiones de tierra dada la escasez de agua. Establecían
su casco en las zonas con mayores pastos donde se llevaban los rebaños de ovejas para su
tratamiento. La instalación de las graserías hacia 1895 y los frigoríficos en el siglo XX
impulsaron la reconversión hacia el ganado de raza Lincoln, de mayor peso y crecimiento
más rápido. La tierra fue siendo apropiada por quienes poseían capital suficiente para
afrontar la instalación, con terrenos disponibles para su libre elección.
La región patagónica tiene ahora una importante cría de ovejas para la producción y
exportación de lanas.