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INDICE
Denominación Pág.
• PREFACIO. 3
• CAPITULO 1: Introducción. 5
• CAPITULO 2: ¿De dónde proceden? 13
• CAPITULO 3: Visitantes en Devoto. 21
• CAPITULO 4: El robo de fetos: 34
• CAPITULO 5: La encuesta Roper, nuestra experiencia. 38
• CAPITULO 6: La hipótesis de recuerdos perinatales. 44
• CAPITULO 7: Abducciones y contactismo. 48
• CAPITULO 8: Entidades, ética y recuerdos. 53
• CAPITULO 9: Aspectos fisiológicos de los visitados. 59
• CAPITULO 10: Epílogo. 65
• Bibliografía consultada. 68
• Sobre los autores. 69
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Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723.
Copyright 1998.
PREFACIO:
Quien lo observara desde la postura del espectador, sentiría sumo respeto y compasión,
que no es lástima, por el protagonista de la historia.
Verían al villano cruel, malvado, fuera de contexto con respecto a los cánones normales
de aspecto físico y valores morales. Después de todo, aquel que atenta contra la
integridad física y psíquica de un ser humano no merece existir en nuestro mundo.
El final de nuestra historia lo deberíamos dejar abierto, para que el lector lo completara
según sus gustos.
Entonces, podría ocurrir que el protagonista triunfara sobre toda iniquidad que atentara
contra él, sentando el precedente adecuado para toda la humanidad.
Entre ellos, gente común que no desea publicidad, hay quienes tienen conciencia de
estas experiencias, habiendo visto, oído y sentido en su propio cuerpo los efectos de esta
realidad. Algunos refieren haber sentido un dolor intenso, como de agonía en zonas de
su cuerpo donde aparecen cicatrices.
Otros, recuerdan como si de sueños se tratara, figuras poco comunes en lugares donde
no deberían estar; también, alguna vaga sensación en su cuerpo que persiste al
despertar.
Ellos son mas afortunados tal vez, pero también presentan cicatrices, que no podemos
dejar de tener en cuenta.
Si todos los relatos se refirieran a sueños, sólo eso serían; no hubiesen llamado la
atención de nadie.
Pero aquellas personas que han vivido estas experiencias, refieren tantas constantes,
repetidas una y otra vez, en tantos países con costumbres e idiosincrasia diferente, que
muchos nos hemos visto obligados a investigar seriamente, tratando de dar con una
explicación.
Pero puede ser la verdad. Una verdad posible, no probable, pero auténtica al fin.
CAPITULO 1
INTRODUCCION:
Desde hace algunos años se han venido produciendo una serie de fenómenos conocidos
en el ámbito ufológico y parapsicológico con las denominaciones de "visitantes de
dormitorio” o “Síndrome de Strieber”, en alusión a las experiencias vividas por el
escritor de novelas de terror y ciencia ficción.
En los últimos diez años los casos se han multiplicado en forma geométrica. A
consecuencia de esto han sido nota de tapa de los prestigiosos periódicos
norteamericanos “New York Times” y “Washington Post”, al igual que el diario “La
Nación” de Argentina. Por otro lado se han producido acalorados debates en
universidades europeas y norteamericanas, incluida una conferencia especial para
científicos en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, el célebre M.T.I., meta de la
investigación científica mundial.
Un autor definió estas vivencias como “el terror que viene cuando cae la noche”, lo que
en nuestra opinión define con claridad las propiedades de la experiencia. Repetimos lo
que dijimos en el prefacio, esto no es ficción, son casos reales que llenan de pavor a los
protagonistas; no es una película, como decía es Doctor Hynek, padre de la moderna
Ufología, “los testigos son gente ordinaria en circunstancias extraordinarias”.
Veremos mas adelante, que no siempre el humano es llevado a bordo del ovni, sin
embargo, son miles de personas en todos los países que han reportado haber sido
secuestradas por seres extraterrestres y llevados a sus naves. Un estudio estadístico
pormenorizado muestra claramente las increíbles similitudes de estos relatos,
independientemente del lugar del mundo donde se produzcan. A esto le denominamos
“pautas de acción” o “pautas de comportamiento”, y son fundamentales para efectuar
análisis y promover hipótesis.
El estado actual de las investigaciones nos inhibe de precisar el origen de estos seres,
sean éstos de otro planeta, intraterrestres, pertenecientes a otro plano de existencia o
simplemente manifestaciones de nuestro subconsciente como el caso de las llamadas
“fantasmogénesis”, tan populares en el siglo 19 y que comentaremos en este capítulo.
Por otro lado si ya tuviéramos estas respuestas habríamos dado un paso gigantesco en la
investigación, por ahora tenemos mas preguntas que respuestas. Expondremos a lo largo
de este trabajo las distintas teorías con respecto al posible origen de estos seres; en
nuestro país hay gran cantidad de estudiosos que han acumulado multitud de
información con respecto a esta pregunta.
Los mitos y leyendas nos relatan cómo estos seres copulaban con el humano, cuando no
lo raptaban y lo llevaban volando hacia una cueva luminosa, embarazaban a las mujeres
de la aldea y les robaban los fetos o sustraían los bebes apenas nacidos.
Estas pautas se repiten paso a paso en la actualidad, revestido todo esto de un contexto
tecnológico.
Dijimos al principio de este capítulo que es difícil encuadrar esta fenomenología dentro
de una rama de una ciencia en especial. Si el testigo no quedara con evidencias físicas
de las visitas (marcas, quemaduras, cortes) podríamos decir que la solución estaría dada
con lo que en Psicología se conoce bajo la denominación de “alucinaciones
hipnopómpicas o hipnagógicas”, o sea aquellas alucinaciones que se manifiestan en el
momento de dormirnos o en el momento de despertarnos. Está de más decir que una
alucinación no produce heridas.
De la misma manera que el llamado Síndrome de Memoria Falsa, del que hablaremos
mas con detenimiento, tampoco produce esta sintomatología.
Las luces comenzaron a bailotear sobre ellos, acercándose a pocas decenas de metros
del matrimonio Hill, éstos en un momento deciden reanudar el viaje aunque se sienten
como somnolientos, pese a eso emprenden la marcha.
Al llegar a su casa se dan cuenta que tienen “tiempo perdido”, o sea momentos que no
recuerdan lo sucedido, desde esa noche Betty comienza a tener pesadillas, en las que
ella forcejea con pequeños seres de ojos rasgados, que intentan dominarla a ella y a su
marido para introducirlos a una nave circular.
Veremos mas adelante que distintos aspectos de este caso, como ser el adormecimiento,
el tiempo perdido, los extraños seres de grandes ojos y sus molestos exámenes físicos,
son moneda corriente en estas experiencias.
Habiendo llegado a este punto del capítulo, se hace necesario describir la secuencia de
hechos comunes en una abducción o experiencia de dormitorio, y el aspecto de las
entidades surgidas de estudios estadísticos realizados por distintas organizaciones
investigativas.
Con respecto a los seres, si bien no existe una uniformidad, la tendencia de los últimos
años nos indica su baja estatura, entre 0,80 y 1,20 metros; macrocéfalos, enormes ojos,
delgados en extremos, brazos largos terminados en cuatro dedos, no hay comunicación
verbal (se presume telepática), el color de su piel es gris o gris-verde.
Dentro de la habitación (o nave) descripta, suele verse un ser similar pero más alto que
los testigos identifican como el líder. Extrañamente la mayoría de los protagonistas
afirman conocer a este ser alto, como si lo hubieran visto en anteriores oportunidades.
Con respecto a este “ser” hay algo sumamente curioso, muchos de los testigos afirman
que se trata de una hembra, aunque no haya ningún rasgo físico que los demuestre. En la
precaria comunicación que se establece con estos seres, el humano “siente” a ese ser en
forma femenina; Este es un dato muy interesante que nos ha llevado a reflexionar sobre
algunos items importantes que veremos cuando expongamos nuestras teorías sobre la
naturaleza de estos “aliens”.
Puede resultar llamativo, o acaso parecer una “locura” el hecho de la salida de escena de
estos seres atravesando materia sólida, algo parecido al fenómeno cuántico denominado
“efecto túnel” o lo que en Parapsicología Científica se llama fenómeno de “aporte”, o
sea la desmaterialización de un objeto y su posterior materialización en otro lugar (muy
común en los casos de Poltergeist o Psicoquinesis Espontánea Recurrente); sin embargo
en el momento de escribir estas líneas, se difunde la noticia que físicos norteamericanos
han logrado desmaterializar partículas y materializarlas en otro lugar del laboratorio,
algo así como el “transportador del Enterprise” de la popular serie de televisión “Star
Trek”. Si esto es así, se han dado los primeros pasos para dominar esta tecnología que
exhiben habitualmente los visitantes.
Una pregunta típica que se nos hace después de una conferencia sobre el tema, es si el
testigo recuerda la experiencia. Budd Hopkins, un escultor e investigador americano del
que hablaremos bastante, dividen los recuerdos del testigo en cuatro categorías
definidas:
Como se puede inferir, la dificultad del investigador para detectar casos es notoria
debido a que sólo un pequeño porcentaje de protagonistas recuerdan lo suficiente
conscientemente.
Como segundo punto importante, queremos referirnos al tema de las cicatrices, marcas e
implantes. En Parapsicología conocemos los fenómenos Parasomáticos de los Estigmas,
Llagas y Ulceraciones, tan comunes en delirios de tipo místico y en otros casos de
Histerias de Conversión. Sin embargo el análisis de estas marcas demuestra que se
realizan siempre en lugares específicos, y a veces el protagonista no sabe que las tiene.
Sin embargo en EEUU, gracias a los esfuerzos del Dr. David Jacobs, fue posible
recuperar de tres abducidos que argumentaban haber sido implantados, pequeños
elementos en lugares donde ellos habían manifestado tener esos implantes; estos
elementos fueron analizados por el Dr. David Pitchard del MIT, demostrándose que era
material biológico, no pudiendo demostrarse fehacientemente un origen artificial. Desde
ya, llama la atención la correlación entre el relato de los protagonistas y lo que se
obtuvo.
De todas maneras es nuestra intención circunscribirnos a los casos nacionales, más aún
a aquellos que hemos podido investigar de primera mano e inclusive en exclusividad.
Esto es fundamental en investigación porque evita el fenómeno de acondicionamiento.
Creemos firmemente que en todo el país se han producido casos similares, es nuestra
intención con esta obra, crear una conciencia de investigación no solamente pensando
en el ufólogo profesional, sino en el público en general y especialmente en aquellas
personas que han sido “visitadas” o abducidas, para que puedan reflexionar sobre lo que
les ha pasado, para incorporarlo conscientemente a sus vidas y para poder ayudar a otras
personas que lo han sufrido y no pueden aceptarlo.
CAPITULO 2
Antes de comenzar con el relato de los distintos casos y el análisis de los mismos,
creemos conveniente exponer al lector las variadas hipótesis (las principales) que
manejan los investigadores con respecto a la posible procedencia del fenómeno ovni y
sus tripulantes.
1. La primera es sustentada por F: Drake y que para nosotros nos parece emanada
de un economista y no de un astrofísico, Drake dice en resumen, que aunque una
civilización fuera capaz de realizar naves que desarrollaran velocidades de hasta
un 5% de la velocidad de la luz, sería mucho más conveniente y “económico”
realizar sus investigaciones y comunicaciones a través de ondas de radio. Por
supuesto, el instrumento a utilizar sería el conocido radio-telescopio; como
ejemplo diremos que el de Arecibo en Puerto Rico (305 metros de diámetro), es
capaz de “oír” señales inteligentes que provengan del otro lado de la Vía Láctea.
2. La colonización se está llevando a cabo en estos momentos pero de manera muy
lenta. Esto fue principalmente sustentado por el conocido y lamentablemente
desaparecido Doctor Carl Sagán, de la Universidad de Cornell.
3. Los ET ya están en nuestro sistema hace mucho tiempo pero somos algo así
como un parque nacional o “reserva animal” que hay que preservar en estado
general. Otra vertiente de esta línea dice que tal vez los ET estén esperando ver
si sobrepasamos esta etapa tecnológica, auto destructiva, para finalmente
mostrarse y proponernos la inclusión en la Confederación Galáctica.
Desde ese momento los físicos tomaron el tiempo como la cuarta dimensión que
acompaña a las tres dimensiones espaciales. Hoy para citar a un amigo le damos
longitud y latitud (dos calles) y altura (piso), pero no nos olvidamos de la fecha y la
hora, es decir el tiempo, esto significa que el universo de nuestras percepciones es
claramente cuatridimensional.
Bien, ese fue el nacimiento de la teoría de la quinta dimensión, sólo para unificar la
física a través de la Teoría de Campo.
Pero el defecto que la teoría adolecía no permitía comprobación: ¿Dónde está esa quinta
dimensión, en realidad, la cuarta espacial?
En 1926 el físico sueco Oscar Klein, encontró la respuesta, también tan simple y
brillante como la teoría de Kaluza. Según Klein, no podemos percibir la nueva
dimensión pues se encuentra “enrollada” hasta alcanzar un tamaño minúsculo. Para
Klein cualquier punto en el espacio tridimensional es en realidad un pequeño círculo en
la cuarta dimensión.
Esto significa, siempre según la teoría, que desde cada punto del espacio parte un
pequeño bucle o rollo en una dirección que no es ni arriba, ni abajo, ni a los costados, ni
ninguna otra en el espacio.
Para nosotros, los observadores, es imposible ver esa dimensión ya que por los detalles
de la teoría no se encuentra en el espacio, además no existen problemas con las órbitas
estables ni la propagación de ondas, como la luz, ya que la materia y las ondas no
pueden moverse ni penetrar en la quinta dimensión. Puede estar aquí, al menos
matemáticamente por la gran imaginación y creatividad de un físico, pero no se puede ir
muy lejos en ella. Y por supuesto, según la misma teoría que explica esta otra
dimensión espacial, no hay ninguna posibilidad de acortar el viaje espacial utilizando la
teoría de Kaluza-Klein ya que ninguna materia, ni onda, ni partícula podría penetrarla.
¿Por qué? Klein consiguió calcular la circunferencia de los bucles en la quinta
dimensión a partir de los valores conocidos. Resultó ser de 10-32 cm., aproximadamente
un uno seguido de veinte ceros menos que el tamaño de un núcleo atómico. Esto
corresponde a una magnitud mucho menor que cualquier estructura percibida hasta la
fecha, incluso en la física de partículas subnucleares. No es posible que un átomo se
mueva en la quinta dimensión. Más bien, debemos pensar en la nueva dimensión como
algo que se halla dentro del átomo.
¿Deben seguir los investigadores ovni emitiendo un juicio a las claras erróneo?
Además, con el tiempo se siguió ampliando esta teoría hasta alcanzar la increíble cifra
de un universo de 11 dimensiones, por supuesto con 7 de ellas enrolladas dentro del
átomo.
Que el ovni en cuestión debería reducir cada uno de los átomos componentes, así como
también los de sus tripulantes millones de veces menos que sus propios núcleos para ir...
a ninguna parte, por lo menos en el universo conocido. Por otra parte, si esos mismos
seres y sus naves hipotéticamente pertenecieran a un universo multidimensional, al
entrar en nuestro espacio de solo 3 dimensiones ¿Qué hacen con sus dimensiones físicas
sobrantes?
Desde nuestro punto de vista, esta referencia sobre el viaje interdimensional o sobre
seres pertenecientes a dimensiones superiores, deberían dejarse de lado por la búsqueda
de explicaciones o en su defecto hipótesis más adecuadas.
Hoy sin embargo, investigadores como Ann Druffel, y los creadores del controvertido
Informe Matrix, insisten con esta teoría absurda.
3 – Viajeros temporales:
Para exponer esta hipótesis hemos tomado el trabajo de la investigadora Ruth Gerstel
(creadora del primer diccionario de ovnilogía argentino), presentado en el 12do.
Segundo Congreso Nacional de Ovnilogía, en 1991, en San Lorenzo, Provincia de Santa
Fe, a continuación algunos párrafos del mismo:
Sin ningún lugar a duda hace falta una buena porción de imaginación para teorías tan
audaces. Pero sabemos perfectamente bien que sin imaginación, ningún invento, ningún
descubrimiento hubiera sido posible en la historia de la humanidad.
Entre las múltiples teorías sobre la procedencia de los ovni, hay una que tiene visos tal
vez más fantásticos que todas las que se han propuesto a lo largo de casi medio siglo y
que, por lo fascinante, me he decidido analizar en esta oportunidad: ¿No será que la
inteligencia que indudablemente se encuentra detrás de esos artefactos misteriosos que
nos visitan, provenga de nuestro propio planeta, aunque sin formar parte de nuestra así
llamada “civilización”?
Esto quiere decir, que podría tratarse de nuestros propios descendientes, seres del
futuro, quienes transpondrían la dimensión del tiempo, viajando a “su” pasado, para
conocer o estudiar lo que para ellos quizás sería una “civilización antigua”, o sea, a sus
antepasados.
Quiero sin embargo, hacer notar, que aquí no se trata de afirmar nada, sino únicamente
de analizar una teoría más sobre el tema ovni, sin desechar ninguna de las otras teorías
existentes y por existir.
4 – Civilizaciones subterráneas:
Desde aquellas épocas, estas naves, en poder de los aliados (incluso de nazis
sobrevivientes), han ido evolucionando sin pausa hasta estos días. Lejos de promover un
origen extraterrestre, Javier nos indica su procedencia humana.
“Este informe está destinado a poner en conocimiento del público en general, y de los
ufólogos aficionados, ciertos avances tecnológicos en aeronáutica, que suelen utilizar
organismos tanto civiles como militares para la investigación aeroespacial, o bien como
instrumentos de espionaje o armas de represalia. Muchos de ellos, pueden ser
confundidos con ovnis o “platos voladores” de presumible origen “extraterrestre”. Los
servicios secretos de diversos países, incluido el nuestro, utilizan estos artilugios y
encubren sus experimentos amparándose muchas veces, no sólo en la ignorancia de la
población civil, sino también bajo la superchería de un posible “enemigo o intruso
extraterrestre”, que les sirve de excelente cobertura para despistar sobre las maniobras
ultrasecretas de prototipos de avanzada””.
El lector puede considerar que todas estas teorías se contraponen, sin embargo, los que
estamos hace muchos años investigando estos temas nos hemos dado cuenta que no
podemos prescindir de ninguna.
Dijimos al principio del capítulo que tampoco tenemos la seguridad que el fenómeno
tenga solamente un origen. Tenemos la certeza que existen ovnis terrestres, como dice
Stagnaro; que existen bases subterráneas como ejemplifica Picco; también tenemos
aquellos seres que no son humanos. El fenómeno ovni es un rompecabezas difícil de
resolver. Sin embargo es un fenómeno físico, real, que deja huellas, que puede ser
fotografiado y filmado, que deja radioactividad y micro ondas. También incontables
testigos humanos que han tenido escalofriantes encuentros con los tripulantes de estos
ovnis. Y este es el tema de nuestro próximo capítulo.
CAPITULO 3:
“VISITANTES EN DEVOTO”
No es una novedad afirmar que el espectro en que se dividen los estudios ufológicos es
cada vez mayor, y que día a día ganan en complejidad. Tanto es así que los
investigadores han tenido que ampliar su horizonte intelectual y nutrirse a través del
aporte de distintas disciplinas, que hoy parecen imprescindibles cuando queremos
abarcar el estudio sistemático del fenómeno ovni.
Hoy asistimos al hecho de contemplar nuevos “fenómenos dentro del fenómeno”. Sin
duda, los llamados visitantes de dormitorio son una muestra de ello, donde a pesar de no
haber ovni asociado (no siempre ocurre así), pertenecen sin duda a la pléyade de los
estudios que abarca la moderna ufología.
En el capítulo 1, nos hemos referido a estos extraños visitantes que por las noches se
introducen en las habitaciones de sorprendidos y aterrorizados testigos.
Por casualidad o por causalidad de estar trabajando, durante varios años en el barrio de
Villa Devoto (Capital Federal, República Argentina), hemos tenido la suerte de
encontrarnos con una docena de casos que en un primer momento creímos
desconectados entre sí, y en los que ahora hemos encontrado coincidencias. Sin duda las
más sorprendentes son la sincronización en espacio y tiempo; todos estos casos ocurren
en un radio de 10 cuadras y en el término de un año.
Por otra parte, en esa época, tuvimos una treintena de denuncias de avistamientos ovni
en la zona, desde la clásica “polvera” hasta un ovni en forma de “heladera” volando a
20 metros de altura en la zona de las calles Nogoyá y Sanabria.
Sería fácil y torpe por parte nuestra, y de cualquier investigador, declarar a todos los
casos como “presencia extraterrestre” sin más trámite. De la misma manera
consideramos que es incorrecto recurrir al principio de “economía de hipótesis” y
asegurar que son casos de alucinaciones, recuerdo reprimidos, o simplemente
elucubraciones de una mente enferma. Como discutiremos en otro capítulo, es necesario
abrirnos a nuevas posibilidades, de una manera racional pero no dogmática. Es tan malo
un creyente a ultranza como un refutador profesional. El camino de la investigación o
del saber no pasa por los extremos.
Vamos pues a referirnos a continuación a cinco de los casos más interesantes que nos ha
tocado investigar en Devoto.
El caso María T:
María T. Despertó sobresaltada esa madrugada con el ruido de una puerta que se abría.
Aterrorizada descubrió que no podía moverse, todos sus músculos estaban paralizados;
tampoco podía gritar, ningún sonido salía de su garganta. Y con todas sus fuerzas
deseaba correr y gritar, para alejar aquello que, amenazador, la observaba desde el
costado izquierdo de su cama, demasiado cerca y demasiado consistente. Real.
Era una figura pequeña, como de 80 centímetros de altura, totalmente envuelto en una
luz fosforescente verde brillante. A pesar del miedo y la parálisis, los ojos de María T.
podían moverse y su mente estaba fresca y despierta. Pudo darse cuenta de que el ser,
esa cosa, tenía una enorme cabeza, con grandes ojos oscuros que la ocupaban casi por
completo.
El cuerpo era muy pequeño, podía ver sus pequeños brazos y sus manos, todo envuelto
en el mismo brillo verde. Pero esas manos no tenían cinco dedos. Ese ser, esa cosa, no
parecía ser humano.
Los relatos se suceden en todo el mundo y también aquí en nuestro país. Este hecho que
acabamos de exponer ocurrió en la Ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Villa
Devoto, en el mes de Marzo de 1990. Tampoco es un caso aislado, ya que desde 1990
hasta mediados de 1992, tuvimos acceso a la investigación de los mencionados doce
casos con las mismas características, que se registraron en la misma zona, en un radio
de 10 cuadras.
Pero vamos por partes. A nuestra mesa de trabajo, comenzaron a llegar desde el exterior
investigaciones similares a partir de 1985.
En ese primer momento dimos poco crédito a estas experiencias, hasta que su sucesión
se hizo mayor y comenzaron a generarse también en Argentina.
Las visitas suelen repetirse a lo largo de la vida del protagonista y entrando más en sus
recuerdos, la primera experiencia se registra en la infancia.
Volvamos ahora al caso específico de María T. En ese momento, 1990, contaba con 54
años de edad. Una dama muy culta, María T., es odontóloga, desempeñándose como
Jefa de Odontología de un importante instituto médico de Bs. As., siendo también
concertista de piano y pintora.
Consultada por la conducta posterior del animalito, que siempre dormía en la habitación
con ella, nos comentó que siguió aletargada y se negaba a volver al lugar.
Sin embargo, unos meses después, en Septiembre de ese año 1990, la visita se repite.
Esa noche siente que alguien la toca en el cuello y al abrir los ojos, vuelve a notar la
rigidez paralizante que le impide mover un solo músculo. Al mismo tiempo escucha una
voz emitiendo un sonido gutural inentendible.
En los días siguientes, un helecho que tenía sobre el televisor junto a la ventana, se fue
secando, sin que quedara nada de él.
Pero, además, María T., notó a partir de ese momento, una marca detrás de su oreja
derecha con apariencia de corte de 1 centímetro de largo, que permanece aún muy
notable ya que no se tuesta al sol. Hasta el día de hoy permanece asustada y temerosa.
Visitantes, experiencias en una familia.
Una tarde febrero de 1992, un caballero se acercó a nuestro instituto para transmitirnos
su experiencia.
Tenía 66 años en ese entonces, mostraba una actitud bondadosa, que se acentuaba con
su cabello completamente blanco y una mirada profunda.
Damián Franco desciende de padres italianos igual que su esposa Rosa. Tienen tres
hijos: Laura, Sebastián y Analía, todos casados.
Una noche de Enero, muy calurosa, despertó sobresaltado por un ruido; con asombro,
vio que a los pies de su cama, brillaba una figura como de 80 centímetros de alto. Su
cabeza muy grande, con ojos oscuros y enormes era lo más visible, ya que el intenso
brillo que emitía no dejaba ver mucho más.
Se dijo asimismo que debía estar dormido, parpadeo y volvió a ver la figura luminosa
que giraba y salía por la puerta del dormitorio desplazándose hacia el comedor de la
vivienda.
Don Damián se levantó y corrió a la figura, o más bien, a la estela luminosa que
atravesó la sala, y la habitación que ocupaban sus hijas cuando eran solteras.
Había desaparecido. Revisó el departamento pero todo estaba en orden y sin saber qué
pensar sobre su experiencia, volvió a su cama y la dejó en suspenso.
No era humano, se parecía más a un insecto grande. No sentía miedo, sólo asombro ante
algo tan inusitado como aquello que estaba viendo.
Esta última visita se había producido dos días antes de que Don Damián se acercara a
nuestra casa. Ante lo reciente del hecho y habiendo investigado otros fenómenos
similares en la misma zona, solicitamos ampliar nuestra investigación “in situ”.
Fue así que se nos permitió la entrada a la casa de los Franco, una familia que ostenta
singularmente el calificativo de este apellido supuesto.
Y fue también el primer paso en el conocimiento de una serie de hechos de los que
fuimos observadores privilegiados.
Entrevistamos a su hija mayor Laura, en ese entonces de 41 años, que nos comentó
haber descubierto manchas de sangre en su cama, a la altura de su espalda, que también
se evidenciaban en el camisón. Su esposo, recuerda haber despertado una madrugada,
cuando una intensa luz azul entraba por la ventana inundando la habitación; Laura
dormía profundamente y él, inexplicablemente, volvió a dormirse sin entender, al día
presente, por qué no se levantó a investigar que pasaba, puesto que la ventana daba a su
patio, de donde provenía la luz.
Cuando despertó, vio la espalda de su esposa con esas manchas de sangre y marcas
como de rasguños en la piel.
Laura no tiene ningún recuerdo consciente de lo que pudo haber ocurrido, no sintió
ningún dolor, aunque las marcas persistieron durante algún tiempo.
En esa época, vivía muy cerca de la casa de sus padres, en el mismo barrio.
Lo que siempre llamó su atención, es una cicatriz queloide que presenta en la pierna
derecha de forma circular, que apareció sin ella saber cómo a sus treinta y dos años. La
cicatriz tiene tres milímetros de diámetro. Los bordes son dentados, como si se hubiese
practicado una extracción de tejido con un sacabocados.
Ante los relatos y la existencia de las marcas en el cuerpo de Laura, interrogamos por
separado a los dos miembros de este matrimonio en busca de otras pautas comunes de
los visitados o abducidos por entidades extrañas.
En los dos, se presenta un silbido en uno de los oídos que por unos segundos impide la
audición.
Reunidos todos los integrantes de la familia una tarde, recordaron un episodio vivido en
el verano de 1966 y protagonizado por Analía, que en ese momento sólo tenía tres años
de edad.
Vivían en una quinta en la zona oeste del Gran Buenos Aires, en ese tiempo. Laura y
Analía ocupaban la habitación cuya ventana daba a la calle, breve jardín y cerca
mediante. Enfrente, se extendía un cerrado bosque de una propiedad abandonada.
“Hacía mucho calor (cuenta Laura) y la ventana tenía levantada la persiana hasta la
mitad y los vidrios abiertos. Me despertó Analía, que lloraba arrodillada en el silloncito
debajo de la ventana”.
Analía, se había despertado como todas las noches sin sobresaltos, pero vio luces que
entrando por la ventana se reflejaban en la pared.
Nuestra amistad con la familia se ha hecho más fuerte en estos años, los hemos visitado
a menudo y ahondado en sus experiencias.
Así, lentamente pudimos llegar a establecer que las visitas de ese extraño ser luminoso
comenzaron para Don Damián a los cinco años.
Pudimos comprobar una mañana que su cama estaba manchada con lunares de sangre a
la altura de las caderas.
Inmediatamente, recordamos que unos días antes otra de nuestras testigos, Hebe (su
caso está expuesto en el próximo capítulo), aparecía con una clara marca en la cadera
derecha.
Rosa, la señora esposa de Damián no había visto las manchas, que descubrimos
nosotros antes que ella arreglara el dormitorio.
En septiembre de 1996, se presenta nuevamente el visitante, hasta ahora por última vez.
Esa noche, Damián tuvo claramente la imagen mental de un paisaje yermo, sin vida, que
percibía mientras contemplaba a la criatura brillante.
El protagonista cree que fue un mensaje telepático enviado por el ser.
La niña despertó una noche al sentir que alguien apretaba su brazo y le quitaba las
sábanas que la cubrían. Con horror, vio que un “muñeco” de cabeza grande, sin pelo y
ojos penetrantes, se encontraba junto a ella en su cama. La habitación estaba muy
iluminada. Sólo cuando la luz se apago, se sintió libre y gritó.
El relato de Florencia, que nos fue referido por ella misma, sin estar presentes sus
padres ni abuelos, nos esta llevando a la conclusión que el fenómeno afecta a toda la
familia.
Elizabeth R., y su marido (ambos de 32 años de edad) fueron testigos del hecho cuando
una noche, a poco de irse a acostar (Mayo de 1992), sienten un ruido y ven ambos un
pequeño ser como los descriptos en los casos anteriores, fosforescente, que los mira
desde los pies de la cama. La ubicación geográfica de la casa de este matrimonio es a
100 metros de la casa de la familia Franco y a 300 metros de la casa de María T.
En días siguientes la pareja hace bendecir la casa por medio de un sacerdote católico. La
creencia de la pareja es que esa noche habían recibido la “visita” de Satanás o de uno de
sus secuaces, tal fue su profunda impresión.
Este caso al que vamos a referirnos a continuación, ocurrió en Julio de 1992, a pocas
cuadras del anterior y también es protagonizado por un matrimonio; en este caso por
Sandra (27 años) y Sergio A. (26 años).
Aquella noche, a poco de acostarse y ya con la habitación oscura, ambos perciben que
son observados y ven a través de una ventana que da hacia un patio interno (ellos
estaban en una planta baja) algo que los sorprende.
Aquí los relatos difieren, ya que Sandra observa un pequeño ser que parecía flotando;
mientras tanto su marido declara haber visto únicamente una esfera luminosa. Después
de un instante esta luz desaparece y Sergio se levanta caminando hacia la ventana para
seguir observándola, aunque sin éxito.
Según lo declarado por Sandra, su vecina del piso superior se asustó esa noche al ver
una esfera luminosa dentro de su casa; éste último detalle hemos podido confirmarlo
personalmente.
Este caso tiene una connotación sumamente interesante, ya que Sandra, al tiempo de
esta experiencia, tenía un fibroma que le causaba cierta preocupación. Tiempo después
de esta vivencia, ella “sueña” que un ser pequeño, de cabeza enorme entra a su
habitación, la paraliza y procede a introducirle una larga aguja en uno de sus ovarios, el
dolor es tan insoportable que ella despierta aterrorizada.
Tiempo después descubre que está embarazada, y al hacer una ecografía se sorprende,
porque el fibroma había desaparecido por completo.
No es la primera vez que los visitados mejoran su salud o sus dolencias después de las
visitas. Actualmente Sandra y Sergio se han mudado al gran Buenos Aires, donde
Sandra tuvo su nuevo niño. Al día de hoy estamos tratando de localizarla para confirmar
si su descendencia cumple con algunos descubrimientos realizados por nosotros y que
describimos en los últimos capítulos.
Recuerda que una noche muy calurosa, despertó escuchando el silbido del viento, muy
fuerte y persistente. Se dijo a sí misma que empezaba una tormenta y miró hacia la
ventana de su habitación, que se encontraba abierta.
Se sorprendió al notar, a la luz de la calle, que las copas de los árboles no se movían, sin
embargo, las cortinas de las ventanas flameaban hacia adentro. El hecho en sí resultaba
más contradictorio aún, ya que dos aparatos de ventilación que estaban funcionando
apuntaban hacia la ventana.
Ana percibió entonces que una “presencia” entraba en su cuarto. En unos segundos,
comenzó a escuchar un jadeo que la paralizó. Estaba tendida boca abajo y su temor
crecía a medida que el jadeo se acercaba haciéndose más fuerte junto a su oído. Su
terror aumentaba y no podía extender la mano para encender la lámpara de noche.
Este es su relato según sus recuerdos conscientes; contaba en ese momento 36 años de
edad.
Este tipo de fenómeno paranormal puede atribuirse a un estado de estrés sufrido por la
protagonista, al cual se suma luego una afección en la piel, de origen psicosomático.
Finalmente, en 1993, otra presencia, esta vez con especiales características, como un
nombre y comunicación a nivel telepático, comenzó a manifestarse de manera regular.
Decidimos con ella, entonces, realizar sesiones de hipnosis regresiva para explorar estas
vivencias y extraer todo lo posible de ellas.
Nuestra impresión inicial, de todos modos, era que la protagonista sufría de algún tipo
de alteraciones por cargas emocionales, conflictos familiares o personales, que
condujeran a estas experiencias.
Primera sesión.-
He aquí el relato.
“Hace calor...
“Es bajo, muy bajo, como de un metro, así. Cabeza grande, o casco, no sé, con visor
negro, o son los ojos. Es gris. Me da miedo...
“Ahora se va. Escucho el viento mas fuerte...No parece caminar. Hay un ruido, como
una aspiradora. Se fue...desapareció con el ruido. La perra...entra y llora”.
Al volver al estado de vigilia, Ana dibujó al ser que percibió, según sus recuerdos en
hipnosis. Se sorprendió de todo lo ocurrido ya que conscientemente, no había recordado
toda la experiencia, que precisó como de 15 minutos de duración y mucho más aún, del
ser.
Segunda sesión.-
Luego dimos la orden que recordara la primera vez que había visto al mismo ser.
Su relato:
“Seis años”. Se corta abruptamente. “Un hombre me viene a matar”. Lo dice temblando.
“Es muy bajito, es feo...tiene los ojos muy grandes y trae un cuchillo en la mano...
(Llora), tengo miedo...”.
“Saca (pausa) tejido, dice que me extrae tejido. Yo lo veo, me saca algo”.
Al concluir la sesión y volver al estado de vigilia, Ana nos relata sus recuerdos de esa
época.
Tenía mucho temor a la noche cuando se iba a dormir, por ese hombre que quería
matarla. Recuerda que deseaba gritar pero no podía y que su hermana no se despertaba,
ni se daba cuenta de la presencia de ese “individuo” en la habitación. Ella deseaba,
recuerda con algunas sonrisas, que su padre la ayudara.
Recuerda las marcas persistentes en el abdomen, algunas de ellas, pueden verse aún
hoy. También una hemorragia vaginal en esa etapa, que no dio comienzo a las
menstruaciones normales.
CAPITULO 4:
El robo de fetos
El Caso Hebe
Recuerda haber aparecido en las cercanías del Colegio donde asistía su hermana, sin
recordar ninguna otra cosa. Habían transcurrido 48 horas. Dos días desde su
cumpleaños vacío y sin memoria.
Sí recuerda que las monjas del Colegio lavaron sus ropas manchadas de sangre.
A los tres meses de este episodio, Hebe vuelve a desaparecer de su casa en Valentín
Alsina y sin saber como, se encuentra en el banco de una plaza en el barrio de Once, en
Capital Federal, llorando y muy desorientada. Habían transcurrido 24 horas.
Un policía la lleva al Juzgado de Menores, es allí atendida por un médico que tras una
revisación exhaustiva, confirma que la niña está embarazada. Ella no entiende que le
ocurría, su mente en blanco no registra absolutamente nada de esas horas perdidas. Es
su padre, un hombre de campo, bondadoso y protector, quien advierte a la niña sobre su
estado. El médico legista decide un aborto terapéutico, ya que se supone violación.
A los dieciocho años, comenzó a trabajar como azafata en una empresa de transporte de
pasajeros que realizaba viajes al interior.
En uno de esos viajes tuvo otra experiencia de tiempo perdido. Al llegar de madrugada a
un pueblo de la Provincia de Buenos Aires, se dirigió al hotel donde siempre pernoctaba
antes de volver a salir con otro contingente. Se quedó dormida, pero al despertar,
comprobó que habían pasado diecinueve horas.
Se sentía mal, dolorida, afiebrada y desorientada. Notó bajo su axila izquierda, sobre las
costillas, tres marcas circulares grandes, de 3 centímetros de diámetro con pequeños
puntos dentro, como punciones.
Los tres círculos formaban un triángulo. Sin saber como habían aparecido, consultó con
un médico. Sus glóbulos blancos estaban un poco altos y se le dio tratamiento con
antibióticos. De todos modos, el profesional no pudo determinar a qué respondían las
marcas, que además, persisten actualmente.
Su vida, sigue un derrotero normal. Se enamora, se casa y a los 27 años nace su primera
hija.
Pero en los cuatro años siguientes, hasta el nacimiento de su segunda hija, Hebe pierde
varios embarazos.
Sin explicarse muy bien, esas interrupciones se produjeron, todas ellas, luego de tres
meses de diagnosticado en embarazo, con una pérdida nocturna, mientras dormía, no
habiéndose encontrado embrión.
Hasta ese momento, no había dado importancia a estos sucesos, que, si bien eran
extraños, no le quitaban el sueño.
Pero, una noche, tiempo después de su separación, despierta por una intensa
luminosidad que enciende su dormitorio.
Sobre ella, observándola, ve dos rostros luminosos. Percibe una especie de diálogo entre
ellos que no entiende. No puede moverse, pero ve la habitación con toda claridad,
justamente a la luz que emitían las dos figuras.
Eran calvas, de rostro con forma de pera invertida, con ojos penetrantes y una boca que
al gesticular semejaba una risa burlona, que atravesaba linealmente entre dos orejas
inexistentes.
Al desaparecer las figuras, de las que no vio sus cuerpos, la habitación volvió a quedar a
oscuras.
Hebe se durmió sin más. A la mañana siguiente despertó con una feroz hemorragia
genital, un prolapso de esos órganos y además, con tres protuberancias en la cabeza.
Como mujer, sintió que esas criaturas le habían robado algo esencial.
Así observamos no sólo su vida como cualquier persona normal, que trabaja y cuida,
sola, de los suyos. Sino también fuimos testigos de la sucesión de vivencias.
En estos años, de la noche a la mañana hemos comprobado la aparición de una cicatriz
rectangular en su clavícula izquierda con apariencia de quemadura de 1 por 3
centímetros con cinco puntos dentro. Una marca circular, similar a las que presenta
desde hace 32 años en su costado izquierdo, pero en el costado derecho de la cadera,
punciones en el cuello y otras marcas en la espalda.
1. Tiempo perdido.
2. Cicatrices aparecidas de manera desconocida
3. Pérdidas de embarazos, sin aparición de fetos.
4. Entidades luminosas dentro del dormitorio.
Por supuesto, todos nos preguntamos qué buscan en las personas con las que
experimentan.
Tal vez Hebe, al igual que otras millones de personas en el mundo, reúne las
condiciones necesarias que los extraños buscan para sus fines.
CAPITULO 5:
La encuesta Roper, nuestra experiencia.
En dicho congreso fue presentado por el investigador Juan Eduardo Faillá, miembro del
Comité de Dirección de la Comisión de Investigaciones Ufológicas (CIU), y Director
para la República Argentina de MUFON (Mutual Ufo Net Work) de EEUU; un trabajo
titulado “Las abducciones y el Informe Roper”. Este trabajo, a nuestro juicio el mejor de
los presentados en el congreso, nos trajo inquietantes noticias y nuevos interrogantes
con respecto a esta realidad.
Con permiso del autor, hemos reproducido algunos párrafos de la brillante exposición:
“Durante los últimos 30 años, la comunidad ufológica mundial se ha visto sacudida por
un número cada vez más creciente de casos de abducción. Con el correr del tiempo, se
han hecho numerosos intentos por explicar el origen y algunas facetas de estas
experiencias, a las que muchos investigadores denominan, no sin prejuicios, secuestro
ufológico o secuestro a bordo de un ovni. Entre estos intentos cabe mencionar:
1. El estudio sobre nueve sujetos abducidos patrocinado por la FUFOR (Fondo
para el Estudio de los Ovni, USA) y conducido por los investigadores ovni
americanos Ted Bloecher, Budd Hopkins y la Dra. A. Clamar.
2. Los experimentos conducidos por el profesor de ingles A. Lawson, secundado
en su tarea por J. De Herrera y el Dr. W. Mc.Call, que dieron por resultado la
enunciación de la hipótesis de imaginería perinatal a fin de dar con la clave del
fenómeno abducción.
3. El proyecto Visit, dirigido por el Ing. de la Nasa, John F. Schuessler, en donde
se clasificaban los daños o efectos mas frecuentes sufridos por los abducidos y
se confeccionaba un retrato robot de la entidad asociada con más frecuencia de
estos eventos.
Así, y de la mayoría de los 130 casos sometidos a estudio por el grupo de investigación
Proyecto Visit, surgía la descripción de seres de alrededor de 1,20 metros de estatura,
calvos, macrocéfalos, y provistos de piel de tonalidad gris-verdosa; que hoy por hoy
parecieran que son compañeros casi inseparables de la mayoría de estas traumáticas
experiencias, a menos en EEUU.
Recientemente ha sido publicada en los EEUU una nueva obra sobre la materia que, a
no dudarlo, contribuirá a aumentar aún más el misterio en torno a los episodios de
abducción, y que podría pasar a la historia de los ovnis como uno de los documentos
mas controvertidos que se hayan publicado alguna vez en torno a los pretendidos
secuestros ufológicos.
Se trata esta vez de un pequeño opúsculo o librito de sólo 64 páginas, que lleva por
título Experiencias Personales Inusuales, con un subtítulo que reza así: Un análisis de
los datos de tres encuestas nacionales llevadas a cabo por la Organización Roper. La
Organización Roper es una de las más respetadas instituciones independientes en lo que
a realización de encuestas se refiere, y su cometido con respecto al fenómeno abducción
fue el de encuestar a casi 6.000 personas pertenecientes a la población adulta
norteamericana, sometiéndolas a un cuestionario de 11 preguntas, cuyo cariz giraba en
torno a ciertas experiencias inusuales que podrían o no haber tenido los entrevistados.
Uno de los principales autores de los comentarios contenidos en este librito es el
inefable Budd Hopkins, pionero absoluto en la divulgación masiva de estos terroríficos
encuentros.
Los otros dos autores del Informe Roper han sido el Dr. David Jacobs, Profesor de
Historia Contemporánea en la Universidad del Temple (Arizona), y autor de verdaderos
hitos ufológicos como La controversia Ovni en América y Vida Secreta, obra ésta
última que versa sobre el fenómeno abducción, y el Dr. Ron Westrum, veterana figura
de la comunidad ufológica estadounidense, que se desempeña como Profesor de
Sociología de la Universidad de Michigan Este.
El Informe Roper, del cual se han distribuido gratuitamente 100.000 copias a distintos
profesionales del área de salud, contiene además comentarios adicionales del Dr. John
Mack, Profesor de Psiquiatría de la Harvard Medical School, y de John Carpenter,
Asistente Social con orientación clínica con base en Springfield (Missouri); los que se
han transformado también en personajes relevantes en lo atinente al estudio científico
del fenómeno abducción.
El alto costo de estas encuestas e informes fue solventado por Robert Bigelow, un
empresario dedicado al negocio de urbanización de bienes raíces y por un segundo
benefactor que desea permanecer en el anonimato.
Volviendo a las 11 preguntas del cuestionario al que fueron sometidas las casi 6.000
personas encuestadas, conviene aquí mencionar que 5 de ellas fueron diseñadas por
Budd Hopkins y el Dr. David Jacobs con el fin de proceder a la identificación positiva
de abducidos potenciales. La condición para ser admitido al, por así decirlo, selecto
grupo de abducidos potenciales consistía en responder con un sí a por lo menos 4 de las
5 preguntas de dicho cuestionario, que eran consideradas clave y que versaban sobre las
siguientes experiencias:
Sin duda alguna, se podrían elaborar variadas interpretaciones acerca de los resultados
de las encuestas llevadas a cabo por la Organización Roper, pero lo cierto es que
algunos de estos resultados han sido más que sorprendentes, para expresarlo de algún
modo.
La encuesta Roper poseía 11 preguntas y la nuestra 12, pero manteniendo invariables las
5 preguntas fundamentales. De la misma manera que en EEUU nosotros
considerábamos “abducido potencial” a aquella persona que por lo menos contestara sí a
4 de las 5 preguntas principales. Nuestra encuesta era la siguiente:
Nombre y Apellido:
Domicilio:
Teléfono:
Edad:
Antes de continuar, tenemos que hacer una aclaración que a posteriori resultaría ser
fundamental (por lo menos en éste análisis preliminar):
La Organización Roper hizo su encuesta a través del “timbréo”, con unas pautas bien
específicas, en el caso nuestro pudimos acceder a los datos proporcionando los
formularios a los asistentes a nuestro Instituto a lo largo de casi un año. Tal vez esto
originó un desvío que no deja de resultar interesante. Para nuestra encuesta se
contabilizaron 99 personas adultas (edad promedio: 41 años).
Los resultados comparativos con la encuesta Roper, que se exponen a continuación, son
los siguientes: (respuestas en %)
1 18 58 Pres. de dormitorio
2 13 41 Tiempo perdido
4 10 56 Sensación de volar
6 8 36 Luces o esferas
8 8 10 Cicatrices
Según el Informe Roper, 119 personas sobre un total de 5947 contestaron sí a 4 de las 5
preguntas fundamentales, eso nos da un porcentaje del 2% de la población encuestada.
De la misma manera tenemos que indicar que del total un 23% asegura haber tenido
experiencias ovni. ¿Es la inclinación hacia estos temas lo que produce este desvío
significativo? O por el contrario: ¿Dicha inclinación a estos temas les posibilita
reconocer las experiencias anómalas? A esta altura de la investigación no podemos
asegurar ninguna de las dos posibilidades.
Tenemos así formado un pequeño grupo de 3 personas con las que hemos podido
conversar en reiteradas oportunidades. De estos estudios hemos confirmado que 2 de
ellas han tenido realmente experiencias con visitantes de dormitorio.
Las correlaciones que se pueden realizar relacionando las diferentes preguntas son
infinitas y de difícil interpretación, no solamente para los ufólogos, también para
psiquiatras que se interesen en el tema; estamos conscientes que recién ahora comienza
la investigación de escritorio y de “diván”. Pensamos que no podemos realizarla sin la
ayuda de los profesionales habilitados para escudriñar los secretos de la mente.
Ahora podríamos preguntarnos que dicen los escépticos. Como expresa el investigador
español Javier Sierra, en un artículo aparecido en la revista Año Cero: “Por regla
general los escépticos han decidido desacreditar el fenómeno sin tener en cuenta el
aspecto humano del mismo, es decir, que hay miles de personas afectadas por algo,
(sean extraterrestres o no) y que requieren de alguna clase de soporte o ayuda. En
cualquier caso los argumentos que esgrimen más a menudo son que los abducidos
padecen de:
CAPITULO 6:
La hipótesis de recuerdos perinatales y el síndrome de memoria falsa.
Si bien no somos psicólogos y por lo tanto no tenemos los elementos suficientes en esa
disciplina para analizar casos patológicos, entendemos que la Hipótesis de Recuerdos
Perinatales con la que A. Lawson pretende explicar los raptos de humanos por
supuestos extraterrestres, a las que llamamos abducciones, carece de consistencia.
Además Lawson tampoco es especialista en materia mental, es profesor de ingles.
Además en estos casos, se produce una expansión mental, sobre todo en personas
sensibles psíquicamente, a través de la cual, el sujeto capta no solo las palabras, sino
también las imágenes mentales del hipnólogo.
Queremos dejar en claro con lo expuesto, que si el hipnólogo conoce las experiencias,
con sus preguntas induce al sujeto bajo condiciones modificadas de conciencia a que
diga lo que el hipnólogo quiere que diga.
Advertimos además que se puede ordenar al sujeto que sólo observe sin volver a vivir el
recuerdo.
En la mayoría de los casos los mismos han tenido visualizaciones de ese momento,
siendo los menos aquellos que bloquearon los recuerdos.
Con respecto a estos recuerdos, los sujetos perciben estar dentro y fuera del feto
alternativamente, ven a su madre en la camilla pero no suelen ver al feto. En el
momento del parto, se sienten comprimidos y empujados, saliendo a un lugar muy
luminoso.
Según la HRP, los abducidos tienen imágenes muy claras del rapto, que en esta
hipótesis se define como alucinación.
En los casos estudiados de regresión al nacimiento, no se percibe rapto, sino la voluntad
del sujeto de habitar o no el pequeño cuerpo.
En los casos de abducción se describen seres con aspecto de fetos o embriones, que
tienen entre 0,80 metros y 1,20 metros de altura, su piel es gris verdosa, la persona
advierte en ellos cuatro o tres dedos, y cuando son tocados queman. Estos seres, siempre
varios, cuatro o cinco, manipulan al raptado, lo someten a exámenes médicos cruentos,
insertando sondas y provocando heridas.
Si esta hipótesis fuese cierta, toda persona que reviviera el trance de nacimiento, debería
traducirlo en un rapto contra su voluntad y sus raptores deberían tener el aspecto de
fetos o embriones.
Pero en los casos investigados por quienes escriben, no se produjeron relatos de esta
índole a pesar de que se encontraron partos traumáticos. En todos los casos se
revivieron nacimientos: normales, por cesárea, con fórceps, pero nacimientos
solamente.
Entendemos desde nuestro humilde punto de vista, que las experiencias con estos
pequeños seres de grandes cabezas y piel gris son reales, y que a partir de ellas se
produce un trauma difícil de explicar para los investigadores.
Con respecto a las comparaciones que se realizan para sostener la HRP, lo cierto es que
podemos encontrar analogías como éstas en cualquier orden de la vida.
Se alega que el entrar por un estrecho túnel a una cámara amplia franqueando una
pequeña puerta dentro de la nave, es una alusión clarísima al útero materno. Pero entrar
por un pasillo, atravesar una puerta y encontrarse con una habitación es algo que
hacemos prácticamente todos los días, sin con ello proyectar nuestros traumas del
nacimiento.
Con respecto a los haces de luz que emitirían las naves observadas por los abducidos, se
infiere que representan el cordón umbilical.
Con este razonamiento verían cordones umbilicales en las patas de las sillas y mesas, en
el tren de aterrizaje de los aviones o tal vez en la emisión fotónica de los faros de un
automóvil.
Pero la gran cantidad de casos de abducciones que vamos encontrando nos refiere los
mismos procesos, las mismas pautas de manera objetiva.
Durante el año 1995, realizamos gran cantidad de experiencias con grupos diferentes de
personas, repitiendo de alguna forma las experiencias de Lawson. Se las llevaba a un
estado modificado de conciencia y se las inducía a un encuentro cercano imaginario con
un ovni.
Los resultados obtenidos en estas experiencias son completamente diferentes a los casos
“reales”. Por lo general los relatos versaban sobre seres de “luz”, rubios y hermosos que
buscaban un acercamiento espiritual con el humano. Sin duda una evocación de la
figura “Crística”, tan común a la mayoría de los ciudadanos. Los enanos macrocéfalos
brillaron por su ausencia en estos relatos.
A continuación pasaremos revista a otra teoría que está “de moda” entre los pensadores
psicosociologístas, la Hipótesis de Memoria Falsa. Trataremos de demostrar porque en
nuestra opinión es sencillamente eso: FALSA.
Con respecto al primer punto, ya hemos visto como Lawson “dirige” la experiencia para
obtener relatos similares a los “verdaderos”.
Sin embargo estos personajes no están presentes en los relatos de abducción (y que
tendrían que estarlo si la teoría fuera verdadera), al contrario, los testigos hablan de
personajes fríos, impersonales, que no hablan, ni emiten chillidos o “beeps” a los que
estamos acostumbrados por las películas; La comunicación en la mayoría de los casos
parece ser telepática, una característica que no es común encontrar en los relatos de
ciencia-ficción.
Lo mismo podríamos decir sobre el mobiliario interior de la nave: gris, monótono, casi
vacío, en contraste con los llamativos puentes de mando de las astronaves de las
películas.
¿Por qué las descripciones tan parecidas sobre la curiosidad de estos seres por aspectos
de la sexualidad humana?
Si las hipótesis que discutimos en este capítulo fueran verdaderas. ¿No sería más lógico
elaborar un caso de incesto o violación?, tan común al pensamiento o a los hechos
cotidianos.
¿No sería más lógico imaginar, con el pasado de nuestro país, que nos secuestra un
Falcon verde con gente encapuchada en su interior? Sin embargo, no hay denuncias de
este último tipo.
Tampoco los testigos tienen la intención de hacerse conocidos con estas experiencias,
todos tienen temor a que su nombre trascienda.
Como bien dice el investigador John Carpenter: “es un club al que nadie quiere
pertenecer, ni siquiera los presentes miembros”. Estamos en presencia de una realidad
tangible que quiebra el libro de la sabiduría de muchos profesionales.
CAPITULO 7:
Abducciones y contactismo.
Tal vez, todo este análisis, llevado a lo largo de tantos años, en todo el mundo y por
tantos hombres y mujeres, nos permita arribar a la verdad (o verdades) del fenómeno
que nos ocupa. Tal vez.
Pero entendemos que todos absolutamente, queremos llegar a ella, sin importar lo que
ésta sea, mas sin engaño.
Queremos discutir en este capítulo, tal vez el punto más controvertido de toda la
ufología: los contactos telepáticos. En este caso, su relación con las abducciones.
Para nuestra obra, hemos seleccionado un caso que nos tocó investigar y que posee
ambos componentes: el contacto y la abducción.
El dato, tan preciso como intrigante, nos llevó a la investigación de un nuevo caso
dentro de otro.
En principio, debíamos saber si esa persona existía y por supuesto si tenía relación con
el caso en cuestión. Cuál no fue nuestra sorpresa al encontrar el nombre en la guía
telefónica de la ciudad.
Pues bien, llamamos a riesgo de que nos creyeran locos, y casi sin saber como empezar.
El hecho en sí era tan extraño como sugestivo; conocíamos el nombre y el apellido de
alguien a través de los sueños de otro, y esos sueños eran el derivado psicológico de un
encuentro cercano del tercer tipo. Pero nos presentamos diciendo que éramos
investigadores del fenómeno ovni y que un testigo de un hecho reciente nos había dado
su nombre. Nuestra sorpresa fue aún mayor cuando Luís, en ese momento un hombre de
51 años, saludable y de amable trato, nos recibió a la mañana siguiente en su oficina de
una importante compañía de seguros.
Desde niño, y por experiencias muy especiales está sumamente interesado en la
temática ovni, haciendo sus propias investigaciones de modo independiente. En ese
verano de 1989, mientras llevamos el hilo de la investigación del caso Viajantes,
tuvimos oportunidad de conocer las experiencias de Luís. Debemos aclarar que hemos
cambiado el verdadero nombre del protagonista por uno ficticio, ya que él desea seguir
en el anonimato.
Sus experiencias comienzan en su pueblo natal Arroyo Dulce, a la edad de ocho (8)
años. Recuerda vívidamente que por la madrugada era “absorbido” por una luz hasta un
avioncito blanco estacionado a cuatro metros del suelo.
Esto sucedió varias veces en su niñez, dejando bien claro el por qué de su interés en
temas de esta naturaleza.
En 1981 en compañía de otras dos personas, realiza un viaje hacia el sur del país,
estipulado en comunicaciones telepáticas con entidades que él afirma, son
extraterrestres.
En Caleta Olivia, los tres son invitados a subir a una nave. He aquí el relato: “Vimos
salir del mar una masa oscura que se acercó a la playa, subimos por una rampa, y nos
encontramos en un recinto circular muy iluminado, pero no pudimos apreciar lámparas
de ningún tipo.
Allí había varios seres muy altos, como de dos metros y medio, rubios de ojos claros,
vestidos con ropa enteriza muy ajustada al cuerpo, de color blanco. Había tanto hombres
como mujeres, que atendían consolas dispuestas alrededor del lugar. En grandes
pantallas se podían ver estrellas.
De pronto por una de las pantallas, vimos como se alejaba de nosotros la Tierra, siendo
evidente que quienes nos alejábamos éramos nosotros.
Dimos una vuelta alrededor de la Luna, viendo su lado oscuro, luego nos hicieron
comprender, siempre en forma telepática, que íbamos hacia el Sol. Lo pudimos
observar, el Sol es negro”. En ese punto de la narración quisimos saber si había visto el
Sol a través de un filtro, pero insistió que no y que el Sol definitivamente según su
observación es negro. Este dato es sumamente importante para nosotros, ya que en otro
caso de abducción investigado con anterioridad a éste, el testigo afirma exactamente lo
mismo.
Por supuesto me hicieron sentar inmediatamente. Entramos a la Tierra, esta vez por el
Mar Caribe, no por el polo como habíamos salido.
Allí vimos cosas increíbles: Había túneles subterráneos y al final de esos túneles,
ciudades enormes, con cúpulas transparentes y muy iluminadas.
El supuesto implante fue realizado detrás de la oreja derecha de Luís y se advierte una
marca muy parecida a un lunar de tamaño considerable.
Este caso de abducción resultó muy interesante ya que tiene infinidad de semejanzas
con otros producidos anteriormente.
Podemos citar por ejemplo el caso de Orlando Ferraudi, que después de ser investigado
por varios integrantes del desaparecido grupo Onife, llega a nosotros a través del mismo
protagonista, a quien pudimos interrogar durante varios meses sobre su aventura.
Orlando es abducido cuando tenía 17 años a orillas del Río de la Plata, en lo que hoy es
Ciudad Universitaria. De la misma manera que el caso Crovara, una “masa oscura sale
del agua”, para subir utiliza una rampa. Dentro, se encuentra en un recinto circular
iluminado sin lámparas, “la luz parece salir de todos lados”. Los tripulantes son altos,
rubios, de ojos claros, encontrándose hombres y mujeres.
También hay consolas y pantallas, pero lo más sugestivo es el viaje que Orlando es
invitado a hacer, treinta años antes que el viaje de Luís: ambos son exactamente iguales,
saliendo por el polo circunvalan la Luna, van hacia el Sol, al cual ambos testigos ven
negro, regresan ingresando por el mar, donde sistemáticamente ven ciudades con
cúpulas en lo profundo de la Tierra.
En estos casos, como en otros en que los seres captores responden a otra tipología, a los
abducidos se le practican análisis físicos.
También implantes cerebrales. Y todos ellos han perdido un lapso de tiempo dentro de
la nave, que de ninguna manera pueden recordar.
Es evidente para nosotros que si bien estos casos están estrechamente relacionados entre
sí, los testigos no tenían acceso a las experiencias de los otros.
Pero, ¿Qué ocurre después del encuentro? ¿El testigo sigue con su vida normal? ¿Qué
sucede con su psiquis?
Los investigadores se ocupan del hecho en sí, sus evidencias físicas, pautas de
comportamiento, confiabilidad del testigo, incluso de su estado físico y psíquico en el
momento del encuentro; pero muy pocos han reparado en las consecuencias posteriores
al mismo.
En la mente del individuo que presencia un acontecimiento de esta naturaleza, mas allá
de los sucesos vividos y aún de sus connotaciones posteriores, se abre una brecha, algo
así como un nuevo horizonte y a veces rápida, a veces lenta, pero inexorablemente se
establece la comunicación.
En la gran mayoría de los casos, éstas comienzan a través de los sueños, que,
curiosamente, son recordados hasta en sus más pequeños detalles, aunque haya pasado
mucho tiempo; y curiosamente también, en ellos se van produciendo más y más
acercamientos con estos seres, a veces totalmente desconocidos por el testigo, que sólo
ha visto aquel extraño aparato.
Y en algún momento, en pleno estado de vigilia, aparecen las imágenes mentales, las
ideas concretas, y las voces.
El protagonista, muchas veces, no puede dar crédito a lo que le está ocurriendo, qué son
aquellas ideas, que si bien sabe que no le pertenecen, están allí; en su propia mente. Se
siente fuera del contexto social, a los demás no le pasa lo que a él.
Sin embargo, esos seres, que en la intimidad de su mente hablan con él, no lo dejan
solo. No, de ninguna manera, la comunicación se hace cada vez mas fluida, hay diálogo
en las dos inteligencias, la relación se establece, se afirma y entonces comienza el
aprendizaje.
Aprendizaje, sí. Y en todos los niveles. Allí están como por arte de magia, temas que el
contactado no soñaba aprehender.
La mente mas evolucionada ejerce una sutil subyugación sobre la otra, una especie de
seducción intelectual y espiritual, que sin embargo, no esclaviza ni impone y deja
siempre el lugar para el desarrollo y la producción de la otra mente.
Estos seres, que aunque afirman ser físicos, no suelen presentarse de este modo ante los
contactados. Van dando a conocer pautas sobre el comportamiento de la naturaleza, y en
pequeñas pero continuas entregas, también dan a conocer parte de sus propios logros
como civilización. Tal vez un adelanto de lo que la civilización terrestre puede alcanzar.
Pero (otra vez la duda), ¿Por qué a él? Sin embargo la inmensa mayoría de estos
contactos no se sienten especiales, no les interesa la publicidad, ni la necesitan.
El mundo interno del contactado suele ser tan fascinante como puede ser enloquecedor,
si no hace prevalecer el sentido común y trata de no caer en misticismo.
A pesar de ello, la mente parece enriquecerse, cambiar y ampliarse. Y esta historia, que
no se investiga a fondo, no tiene fin definido; ningún protagonista sabe a ciencia cierta
por qué la está viviendo.
A fines de los años 80, comenzamos a planear, formar y dirigir un grupo, con personas
seleccionadas por su capacidad en percepción extrasensorial, para tratar de entablar
contacto telepático con entidades supuestamente extraterrestres.
En la generalidad los integrantes del grupo, visualizaban a estos seres como altos,
rubios, de cara bondadosa, hasta que sucedió algo inesperado.
A fines de 1990, en la sede de la antigua ONIFE, los cinco integrantes del grupo de
contacto se alistaron para una comunicación con las entidades habituales. El mensaje
fue corto y conciso: “Se ha terminado nuestra asignación, otros vienen en nuestro
lugar”.
Ante tal respuesta nuestra curiosidad fue en aumento. Reanudando la técnica del
contacto, nos encontramos de pronto ante un ser bajo, gris, macrocéfalo y repulsivo. Su
imagen se plasmó en el centro de la habitación que estaba en penumbras. Cuatro de los
integrantes del grupo lo describieron con posterioridad con exactitud.
La impresión fue tal que el grupo se deshizo, poco después comenzaron los casos en
Devoto.
CAPITULO 8:
Entidades, ética y recuerdos.
Si bien es cierto, que desde los primeros trabajos del investigador brasileño Pereira, se
han desarrollado variados modelos de diversa complejidad sobre las distintas tipologías
de los “visitantes”, históricamente los investigadores ufológicos hemos simplificado las
exposiciones dividiéndolos en tres grandes grupos, teniendo como común denominador
su figura antropomórfica, o sea su configuración humanoide.
1. Seres gigantescos: con más de 3 metros de altura, estos seres han demostrado
mayoritariamente comportamiento “mecánico” como un robot. Son los casos
menos numerosos y se los ha visto en Argentina, Brasil, España y a fines de los
años 80 en Rusia.
2. Seres de estatura normal: entre 1,80 metros y 2,50 metros de altura, fisonomía
similar a la humana, generalmente rubios, de ojos claros, vestidos con un traje
enterizo y botas. Comenzaron a ser famosos en la década del 50 con los
“contactos” Adamski, Menger y más recientemente Edward Meier y Sixto Paz
Wells. En nuestro país, estos seres intervienen en los casos clásicos de Dionisio
Llanca (Bahía Blanca), Orlando Ferraudi (Buenos Aires) y Dique La Florida
(San Luís). También estos seres protagonizan variados casos, sobre todo en Sud
América, donde bajan de sus ovnis ¡hablando alemán! Esto ha llevado a muchos
investigadores, como los nombrados Stagnaro y Picco, ha teorizar sobre su
origen terrestre y más precisamente, nazi. Es curioso notar que en todos los
libros sagrados de la antigüedad (incluida La Biblia), aparecen seres similares a
los descriptos. Muchos han especulado que estos seres son aquellos "dioses” que
han regido mi humanidad y que incluso nos han engendrado a su “imagen y
semejanza”, idea que pregonaba Mme. Blavatski en el siglo 19, y que también
encontramos en tablas de arcilla sumerias de hace 6.000 años. Si nos
remontamos a textos clásicos de la India como el Mahabarata y el Ramayana,
cuyo origen se pierde en el principio de los tiempos, podemos asistir a una
verdadera “guerra de las galaxias” protagonizada por estos seres. Pero, si estas
ideas son verdaderas, estos seres también han demostrado, al igual que nosotros,
su imperfección haciéndonos una raza apocalíptica, destructiva, continuamente
deseosos que un dios (o su oponente) nos saque las castañas del fuego.
Últimamente, según la casuística han perdido su popularidad en beneficio de la
tercera tipología.
3. Seres bajos: de 0,80 a 1,20 metros, macrocéfalos, de grandes ojos negros,
rasgados; brazos largos terminados en cuatro dedos, piel gris o verde
fosforescente, su comunicación parece ser telepática; gran dominio tecnológico
que utilizan para atravesar paredes, desmaterializándose.
Siempre los hemos considerado humanoides por su configuración física, pero también
debemos evaluar su comportamiento y la espontánea expresión de los testigos en el
momento del relato.
10-Se presume en estos seres una comunicación de tipo telepática, aunque de la misma
manera puede ser infrasónica o química.
Características secundarias:
1. No parecen comprender el concepto del dolor, o tal vez su umbral en ese sentido
es muy diferente al nuestro.
2. Son especialmente sensibles a las emociones, aparentemente les sorprenden.
3. Sus víctimas poseen un determinado grupo sanguíneo.
4. Operan en zonas aparentemente seleccionadas.
5. Muestran especial predilección por aspectos de la genética humana. Si su
objetivo es “hibridizar” su raza con la nuestra, es evidente que su ADN es en
gran medida compatible.
6. No se ha observado que usen trajes de ningún tipo, escafandras o equipos
especiales, lo que demostraría que respiran sin dificultad nuestra atmósfera.
7. En correspondencia con el punto anterior, sería lógico suponer que no son
afectados por nuestros virus y bacterias.
8. El contacto con el humano comienza necesariamente en la infancia.
Una pauta que hemos encontrado en estos relatos, sea de nuestros casos o del exterior,
está referida a la primera impresión que causan estos seres en el humano. El testigo, por
lo general, se refiere a ellos como un “insecto gigante”.
A pesar de ser una apreciación subjetiva, llena de una gran carga emocional, no deja de
ser significativa.
Siempre hemos pensado en el hombre como la máxima expresión de perfección
biológica; nosotros, los mamíferos (eso somos los humanos), dominamos el mundo y
mañana seguramente el espacio. Siempre hemos considerado a “los otros”, los
extraterrestres, como seres de concepción similar a la humana; además, su figura
antropomórfica así nos lo indicaba.
Sin embargo, amigo lector, si relee las características primarias podrá encontrar un
sorprendente paralelismo con dos especies terrestres: abejas y hormigas, los insectos
más evolucionados. Habitan en esas comunidades una enorme cantidad de individuos,
obreras, especializadas en distintas tareas, asexuados, que parecen gobernarse a través
de una mente grupal. Seres más altos, a quienes sirven, son sus reinas, las encargadas de
la progenie. Las hormigas por ejemplo, son las inventoras del concepto de “esclavitud”,
capturando especies de hormigas inferiores para que trabajen para ellas. Aquí tenemos
en similitud, los tres estratos que ven los testigos dentro del ovni.
Podemos mutilar un insecto a grado sumo y sin embargo seguirá moviéndose y llevando
a cabo su tarea programada genéticamente, como si el dolor no existiera.
También los insectos moran en zonas determinadas y al agotar los recursos emigran en
masa a depredar una nueva región.
Con estos, ¿Queremos decir que estamos ante una raza de insectoides?
¿Es lógico? Nosotros creemos que tiene que ver con el aprendizaje y el habituarse a su
presencia, dos cuestiones fundamentales para sobrevivir a los encuentros en la adultez,
cuando se llevan a cabo los experimentos más cruentos.
Tal vez nuestros derechos “civiles” queden subyugados por su necesidad de proseguir
sus experiencias, y no nos referimos únicamente al aspecto físico, sino también al
psíquico. El hecho de “borrar” nuestra memoria al finalizar la experiencia vulnera
también principios éticos fundamentales en nuestra cultura.
Ni siquiera la hipnosis profunda trae a la luz todos los recuerdos sumergidos. Los
investigadores sabemos que existe una “amnesia dentro de una amnesia” a la que no
podemos acceder.
Nosotros poseemos dos tipos de memoria, la de corto plazo y la de largo plazo. Los
hechos comunes no nos llaman la atención, en poco tiempo se olvidan; pero si estos
hechos nos interesan vivamente o los fijamos a través de la repetición, pasan a engrosar
los recuerdos a largo plazo.
Nosotros creemos que el acople en el oído de los contactos se produce por un proceso
similar, aunque artificial.
¿Esta señal dispara un mecanismo para hacer aflorar estos recuerdos implantados?
Tal vez sea común en su colmena y ni siquiera se cuestionen o imaginen que tenemos
indignación por esa causa.
No decimos que sea o no correcto, es un hecho cierto que esto ocurrirá con el correr de
los años.
Imagine Usted, lo que pasaría con una civilización de otro mundo, con valores y
conceptos totalmente diferentes. Las consecuencias son inimaginables.
CAPITULO 9:
Aspectos fisiológicos de los visitados.
Nos sorprendió encontrar el mismo grupo y factor en la mayoría, pero, por supuesto no
habiendo una enorme variedad en este caso, sólo podía tratarse de coincidencias.
Sin embargo notamos que algo importante ocurría en cuanto al grupo y factor sanguíneo
de la descendencia.
Los hijos de los protagonistas, no tienen la sangre, esto es, grupo y factor sanguíneo de
ninguno de los dos progenitores.
Genéticamente, por las leyes de la herencia, si el padre es portador de sangre del grupo
0, factor RH+ y la madre, a la vez, tiene sangre del grupo B del mismo factor RH+, los
hijos deberían tener o uno u otro, o sea, o 0RH positivo o bien BRH positivo (cero RH
positivo o B RH positivo).
Pero nos hemos encontrado con descendencia que difiere en grupo con respecto a sus
padres en uno casos, conservando el mismo factor RH. Y en otros casos, cambiando el
factor y no el grupo.
Ejemplos:
Grupo Factor RH
Padre de familia 0 +
Madre B +
Hija A +
Grupo Factor RH
Padre de familia 0 +
Madre A +
Hijo B +
Otro caso interesante. Ambos progenitores con el mismo grupo y factor; los hijos
cambian el factor RH y no el grupo.
Grupo Factor RH
Padre de familia 0 +
Madre 0 +
Hijo 0 -
Hijo 0 -
Por supuesto, nos lleva esto a pensar que se están llevando a cabo en nosotros, algunos
cambios, algunas mutaciones asociadas con los visitantes extraños.
Este dato, que debe revestir importancia, nos lo trae una querida colaboradora, la Sra.
Vilma Echeverría.
También se han registrado hemorragias por nariz, oídos, recto (en los hombres) y
vagina.
Los cortes con apariencia de cicatriz aparecen detrás de la oreja derecha y en la espalda.
Gracias a la investigación de la Sra. Silvia Pérez Simondini, supimos que no sólo ocurre
en los humanos, sino también en animales, en relación con huellas dejadas por ovni.
Tal vez, el fenómeno se deba a algún tipo de radiación remanente que acompaña al
aparato o al visitante.
Otra modificación observada en los visitados, en relación con las marcas del cuerpo,
luego de producidas, es que se advierte un leve aumento de los glóbulos blancos.
Generalmente, los profesionales no encuentran foco infeccioso alguno. Por lo tanto
puede ser una reacción defensiva solamente, ante la intrusión en el cuerpo de elementos
extraños.
Él nos confirmó que por las leyes de la herencia, los hijos llevan la sangre de uno de sus
padres o bien la combinación de ambas.
Por lo tanto los casos investigados presentan anomalías que no podemos explicar
eficientemente, ya que pudimos comprobar que no existe adopción.
Es singular que a pesar de no tener la sangre de sus padres, comprobamos en nuestros
investigados otros rasgos hereditarios como por ejemplo, una deformación de la
vesícula biliar idéntica a la que tiene el padre.
Con respecto al fenómeno de las grandes descargas de orina, el Dr. Arias nos indicó que
el centro disparador de la diéresis se encuentra en la región del hipotálamo en el
cerebro, que puede ser estimulado con una corriente electromagnética. Lo cual podría
explicar esta reacción, asociada con la visita y con el zumbido que se produce en el
oído. Con respecto a esto último, podemos especular sobre algún dispositivo que los
extraños introducen en el cuerpo, que sea capaz de emitir alguna corriente
electromagnética suave (en el capítulo anterior discutimos otra posibilidad).
No hemos podido comprobar en nuestros casos ningún implante, pero en EEUU se han
podido recuperar algunos, extrayéndolos del cuerpo del abducido. Estos están siendo
investigados en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
En la gran mayoría de los casos en que el abducido es de sexo femenino, se produjo una
temprana maduración de los órganos genitales.
En tres de estos casos, las protagonistas recuerdan una pérdida hemorrágica entre los 6 y
7 años de edad. En otros dos casos, la menarca (primer sangrado menstrual) se produjo
a los 9 años de edad.
No podemos dejar de recordar, que en uno de los casos investigados, la testigo sufre una
punción en el vientre, percibiendo un agudo dolor en el útero, que hasta ese momento
presentaba un fibroma (ref: caso Sandra y Sergio, capítulo 3). Este fibroma estaba
produciendo fuertes hemorragias en la mujer de sólo 27 años de edad, que cesaron luego
de la supuesta intervención de estas criaturas. La protagonista de este episodio, lleva a
término un embarazo normal producido a los pocos meses. Las ecografías de control
que se realizaron, mostraron un útero sano, sin rastros del fibroma anteriormente
diagnosticado.
Todos ellos son personas lúcidas, con claro sentido común, que no hacen de estos
episodios la culminación de sus vidas, ni buscan publicidad.
En casi todos los casos, luego de las visitas, nuestros entrevistados han dado muestras
de un aumento en sus capacidades paranormales y también la aparición de psicorragia
(desborde incontrolado de Psi) produciendo los denominados Poltergeist (técnicamente:
Psicoquinesis Espontánea Recurrente), que se asocian a estados de estrés. Es llamativo
el hecho de que la mayor cantidad de fenómenos paranormales de tipo Psi Kappa (es
decir, cuando la mente interfiere o interactúa con la materia) estén relacionados con
elementos eléctricos o electrónicos. Suele ocurrir que las luces de la casa se enciendan o
apaguen solas, como así también las de alumbrado público. Descomponen
computadoras, televisores o cualquier aparato electrónico con solo tocarlo y a veces,
pasando cerca.
La experiencia indica que no atribuyen estas condiciones a los episodios con los
visitantes de dormitorio.
Vemos, con todo lo expuesto, que existe un gran interés por parte de estos extraños en
la genética humana, en su reproducción y en sus emociones.
De este punto en adelante, sólo podemos especular, sin tomar el lector nuestras ideas
como ciencia cierta.
Creemos que están interesados en nuestra constitución genética ya que a de servir a sus
fines científicos, tal vez no sólo para el estudio de nuestra raza, sino también para la
creación de un ser híbrido que lleve las condiciones de ambas especies.
Advertimos que especulamos con una remoción del feto y no una pérdida o aborto
espontáneo, ya que en los casos investigados tanto en el exterior como en nuestro
ámbito, se produjeron pérdidas importantes de sangre, pero no se halló feto. La supuesta
pérdida fue producida durante el sueño, amaneciendo la protagonista bañada en sangre
en su cama sin recordar los dolores y la posterior expulsión.
En estos casos, los embarazos fueron diagnosticados por los medios usuales.
Además, estas mujeres tuvieron una temprana maduración de sus órganos generativos.
Suponemos, por lo tanto, que hay una preparación genética de la persona desde su
infancia para que su cuerpo acepte el embrión y lo alimente durante un tiempo, hasta su
remoción. Es más, dados los casos en que las visitas empiezan en las familias desde los
ancestros podríamos encontrarnos ante la modificación o en su defecto, adecuación
genética programada, hasta llegar a la obtención de un organismo huésped
perfectamente preparado.
En cuanto al híbrido, quienes esto escriben siempre creyeron que mezclar petunia con
cerdo era imposible. Pero la curiosidad nos llevó a averiguar con profesionales idóneos.
En las consultas con un integrante del CONICET (Comisión Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina) sobre este tema, surgió la
confirmación de que se realizó un híbrido entre humano y simio en un laboratorio
europeo (en Italia) y que el embarazo llegó a término.
Pero es evidente que el producto de esta mezcla no debe llegar, o no puede, al término
de gestación normal humana.
Podría esto deberse a que su formación más rápida complete al nuevo ser en sólo cuatro
meses y resista luego una incubación breve. O puede ser que a partir de ese cuarto mes
el organismo materno comience a producir algún tipo de rechazo a lo no humano que
albergue ese hijo y que sea removido antes que eso ocurra. Es muy posible también que
ese ser híbrido, no pueda resistir el medio ambiente terrestre.
¿Qué características tenemos los seres humanos que les son necesarias a "ellos”?
Supongamos por un momento que son una raza análoga a cierto tipo de insectos
terrestres, por ejemplo las hormigas o las abejas, tal como lo tratamos en el capítulo 8.
Como todos saben, son sociedades dominadas por una reina que hace las veces de
aparato reproductor, ya que es la única que debe poner huevos, siendo fecundada una
sola vez por un único macho de la colonia.
La reina dará a luz (por así decirlo) a los integrantes de su colonia entre los cuales habrá
gran cantidad de obreras que nunca podrán reproducir y tal vez una sola entidad hembra
que formará su propia sociedad, a parte de su progenitora.
Supongamos que este hecho puede ser la causa que una colonia de entidades análogas a
las abejas pero ajenas a nuestro sistema esté en vías de extinción por infertilidad.
Podría haberles llamado la atención nuestra anatomía y forma reproductiva. Y tal vez
encontraron que somos compatibles con ellos aplicando algunas pocas modificaciones
en, quizás, ambas especies.
En cuanto a las experiencias en sí, hemos notado que hay una fase de las mismas, tal
vez la más traumatizante, que no se recuerda o que aparecen muy vagas en la memoria
del individuo. Podría deberse, como antes lo tratamos, de una amnesia provocada, tal
vez por inducción de corriente eléctrica.
CAPITULO 10:
Epílogo
Hemos tratado a lo largo de esta sintética obra, de dar a través de testimonios de
primera mano, una inquisitiva mirada dentro de la apasionante y a la vez desconcertante
fenomenología de los “visitantes”.
Hemos notado asimismo que obras similares recurren habitualmente a casos ocurridos
básicamente en EEUU, lo que parecería indicar que sólo ocurren casos en el país del
norte; esto evidentemente no es así.
Por otro lado, con el objeto de sintetizar y no obstruir la fluidez del relato, hemos
“guardado” algunos casos investigados que hubieran reafirmado los publicados, aunque
sin aportar nuevos elementos que ayudaran a comprender mejor la problemática.
Nuevos enfoques y teorías se están desarrollando en nuestro país para explicar esta
fenomenología, los trabajos del Doctor Berlanda y del Doctor Acevedo, ambos de
Rosario, son sumamente interesantes en su desarrollo. Al igual que los del Doctor John
Mack, profesor de la Universidad de Harvard y premio Pullitzer, autor del libro
“Contacto”, donde narra el secuestro de 13 ciudadanos norteamericanos por seres
extraterrestres.
Con nuestras teorías no pretendemos haber llegado a la verdad, solamente elaboramos
una hipótesis que se ajusta a los hechos descriptos. Como dijimos anteriormente, este
tema sobrepasa a los ufólogos e investigadores de hechos insólitos.
Sin embargo queda un tema, un “cabo suelto” sumamente importante: cómo ayudar a
los visitados y abducidos.
Hemos comprobado a lo largo de estos años, que el testigo siente un enorme alivio
contando su experiencia al investigador. El hecho de sentirse escuchado y comprendido,
y de saber que no es un “caso único en el mundo” lo ayuda inmensamente en retomar su
relación con la familia, su trabajo y su vida social; aunque indefectiblemente el testigo
cambia su actitud ante la vida después del encuentro, marcando este hecho un punto de
inflexión fundamental.
Hemos visto como a veces investigadores poco cuidadosos utilizan un caso para subir al
“estrellato”, sin darse cuenta que con esa acción el testigo sufre a su vez un
“estrellamiento” social. Existe indudablemente una enorme cantidad de tabúes en
nuestra sociedad que impiden hablar libremente de estos temas. Estos mismos tabúes
frenan el interés de muchos científicos, temerosos del descrédito profesional y las
consecuencias laborales. Sin embargo los testigos están allí, esperando nuestra ayuda o
consejo.
Tal vez, llegado el caso, debamos tomar el ejemplo de las reuniones de abducidos que
organiza la Fundación Intrusos, formando un auténtico grupo de auto ayuda. Sin
embargo consideramos que la dirección y el tratamiento a realizar para integrar esas
experiencias a sus vidas, deben ser realizadas por profesionales de la salud mental,
especialmente psiquiatras interiorizados en el tema.
Hoy vemos, aunque sea aventurada la confianza, que comienza a notarse una actitud
abierta por parte de ciertos representantes de la ciencia, fuera y dentro de nuestro país;
tal vez podamos vislumbrar en un futuro cercano cambios realmente significativos.
La caída de los velos del secreto del mayor enigma de la humanidad seguramente no
acontecerá nunca.
Tal vez no debemos mirar al cielo en busca de ese ovni, de ese ser superior en
tecnología y conocimiento, sino por el contrario, buscar sutiles e imperceptibles (en un
principio) cambios en el hombre y en su futura descendencia, los que se conviertan
posiblemente en la llave que abra el reino de la “Ciudadanía Cósmica”.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
Nota: Todos los casos relatados, se extraen de investigaciones propias realizadas entre
los años 1988 y 1997.
SOBRE LOS AUTORES:
En 1994 fueron premiados con el premio “Educarte 1994” por su labor de investigación
y labor en el medio radiofónico, premio otorgado por la Secretaría de la Minoridad y el
Ministerio de Educación de la Nación.