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La Organización Mundial de Salud (2014) define maltrato infantil como los abusos y la desatención
de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico, emocional,
abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan
causar un daño a la salud, el desarrollo o la dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia,
en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.
UNICEF Dominicana estima en base de los pocos estudios en el país que entre 60 y 70 % de los
padres y madres dominicanos corrigen a sus hijos con castigos corporales y hablarle muy duro,
ambas formas de maltrato. O existe un estudio profundo de la prevalencia de la violencia contra
NNA en el país. Expertos muestran que con esta tasa de violencia muy alta la Republica dominicana
se sitúa entre los países más violentos del mundo.
Las dos formas más utilizadas para describir las diferentes formas de maltrato infantil son:
Por acción y omisión
Acción: Maltrato físico, Maltrato emocional – psicológico, Abuso sexual
Omisión: Negligencia y abandono
Por la naturaleza del hecho:
Maltrato físico
Maltrato emocional - psicológico
Abuso sexual
Negligencia y abandono
Explotación sexual, laboral y comercial
Corrupción (inducción a la delincuencia)
Síntomas:
Los síntomas de la violencia contra los NNA son muy diversos.
Maltrato físico : Heridas y moretones
Maltrato emocional : Agresiones verbales, denigración, humillación, aislamiento forzado
Abuso sexual : Tocamientos sexuales inapropiadas, insinuaciones, invitaciones o/y
exhibicionismo, manoseo, masturbación, penetración oral, anal o vaginal,
exposición digital, conducta sobresexualizada.
Negligencia : Retener, dar amor o cariño, rechazo, abandono.
Kevin Browne (2002) describe 4 niveles de gravedad de maltrato infantil en base de los síntomas
principales: menos grave, moderado, muy grave y amenaza de vida.
En la República Dominicana, igual como en muchos países Latinoamericanos, existe una cultura que
favorece la expresión de emociones y de cariño. No obstante, al mismo momento existe una
tradición autoritaria que apoya creencias culturales de tolerancia y justificacion hacia la aplicación
de prácticas violentas en la crianza de los hijo/as.
“Debes hacer lo que yo digo, porque eres mi hijo”: Existe en muchos padres la convicción de
que los niños les pertenecen y que tienen un derecho absoluto sobre ellos.
J. Barudy (2010) define la parentalidad como las capacidades prácticas de que tienen los padres y
madres para cuidar, proteger y educar a sus hijos y asegurarles un desarrollo suficientemente sano.
Otra clasificación (Barudy, 2005) describe 3 grandes categorías de parentalidad además de algunas
subcategorías:
Parentalidad sana y competente: Padres que brindan un modelo de apego seguro,
estimulan pensamiento crítico y reflexivo, autoestima, sujetos sociales altruistas, buscan
apoyo en redes sociales,….
Parentalidad disfuncional, incompetente y maltratante:
+ Parentalidad mínima: Padres y madres que en momentos repetidos fallan en ofrecer
buenos tratos en algunos aspectos
+ Parentalidad parcial: Padres que tienen deficiencias importantes en sus competencias
parentales y fallan en ofrecer buenos tratos con regularidad, aunque poseen el deseo de
que sus hijos tengan una vida mejor que la que ellos tuvieron.
+ Parentalidad disfuncional severa y crónica: Incompetencias graves como son: no
disponibilidad, relaciones inestables y caóticas, falta de empatía, modelos de
comunicación y autoridad incoherente, contradictoria, autoritaria o negligente.
Parentalidad tóxica: Padres y madres que tienen problemas serios y psicopatológicos tan
fuertes que no son capaces de educar a hijos de manera suficientemente saludable, al
contrario siguen maltratando a sus hijos de diferentes formas con castigos crueles y
hablarles muy duro.
La gran mayoría de los padres que maltratan a sus hijos no tienen trastornos psiquiátricos, sino
dificultades emocionales graves para diferenciar entre las necesidades de sus hijos y sus propias
necesidades. La presencia en los padres de problemas de adicción, problemas violentas en la
relación de pareja y trastornos psiquiátricos aumenta el riesgo de maltratar a sus hijos
Detección y evaluación
Los síntomas descritos anteriormente no son específicos, lo cual significa que se debe evaluar cuáles
son sus causas. La mayoría de los padres que maltratan tratan de ocultar lo que pasa o no lo
reconocen o lo minimizan.
Se diferencia las situaciones de violencia en función de tres categorías de complejidad en base de la
gravedad de las señales y la voluntad de los padres en aceptar ayuda profesional.
La detección depende por ende de la competencia de la persona que evalúa la situación.
La importancia del tratamiento: hay solución, ¡pero también existen muchos desafíos!
Los efectos negativos del maltrato dependen de la edad, la forma, la gravedad y la duración del
maltrato. Cuanto más temprano la detección, más fácil a remediar. Hoy en día existen estrategias
terapéuticas para restablecer relacionas protectoras y ayudar a las víctimas de violencia superar los
traumas y desarrollar la capacidad de la resiliencia. Estas estrategias deben formar parte de la oferta
de atención psicológica y social a las víctimas de violencia y su familia.
Sin embargo, en el país, hay muchos desafíos para lograr eso:
Muchas veces se identifican situaciones de maltrato, pero nadie actúa, todos se quedan
callado por miedo ante posibles represalias del agresor.
En otros casos las escuelas o familias buscan ayuda, pero existen pocos servicios con
personal competente, por lo cual después de poco tiempo el maltrato continua.
La coordinación entre los diferentes servicios muchas veces es poco profesional. Las
dinámicas de protagonismo dificultan la calidad de la atención.
Hoy en día existen pocos programas efectivos de tratamiento ambulatorio en el país. En muchos
servicios de protección infantil cuentan con poco personal y poca capacitación. En muchos casos
identificados no se ofrece la atención necesaria, solo una orientación breve que solo ayuda en los
casos de complejidad baja. En los casos de nivel de complejidad mediana y alta se requiere de un
equipo multidisciplinario y especializado en tratamiento de violencia contra NNA. Es necesario que
también el ministerio publico actúa de manera más eficaz en muchos casos.
Es necesario que todos somos conscientes de la necesidad de cambiar las costumbres y creencias
que justifican la violencia contra los NNA. Somos todos parte de la solución:
Dejamos de callarnos en nuestro entorno y familia cuando sabemos de una situación de
violencia contra un NNA. Hablemos con esta persona y buscamos como concientizarle de
los danos y aceptar ayuda (profesional) para cambiar su forma de crianza, además de seguir
asistiendo.
Tenemos que presionar a las autoridades a invertir más recursos para mejorar el sistema de
protección infantil, que actualmente cuenta con muy pocos recursos.
Construimos juntos una sociedad más justa y basada en respeto y amor.
Peter De Wannemaker
UAV-UNIBE