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Las raíces de la Psicología Positiva

Article  in  Papeles del Psicologo · November 2012

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Edgar Cabanas José Carlos Sánchez González


Universidad Camilo José Cela University of Oviedo
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Artículos Papeles del Psicólogo, 2012. Vol. 33(3), pp. 172-182
http://www.papelesdelpsicologo.es

LAS RAÍCES DE LA
PSICOLOGÍA POSITIVA
Edgar Cabanas Díaz1 y José Carlos Sánchez González2
1
Universidad Autónoma de Madrid. 2Universidad de Oviedo

La Psicología Positiva se apoya en un peculiar modelo de individuo desarrollado en la cultura popular estadounidense desde finales
del s. XVIII. Este modelo, al que hemos llamado individualismo “positivo”, arranca con el Trascendentalismo de Emerson y su defen-
sa, contra el puritanismo, del individuo como una esencia capaz de autodeterminarse, autoconocerse y desarrollarse ilimitadamente,
gracias a que forma parte de la Divinidad. A partir de aquí, nuevos movimientos más “prácticos”, como el Nuevo Pensamiento, o el
Pensamiento Positivo, enfatizaron, a través de cientos de manuales de autoayuda, el poder del pensamiento individual para impo-
nerse a la materia y al mundo y curar directamente la enfermedad, atraer la riqueza y la salud y conseguir la felicidad. Enfoques al-
ternativos, también genuinamente americanos, como el de John Dewey, criticaron en su momento ese modelo de individualidad y
ofrecieron alternativas teóricas apoyadas en ciertos desarrollos del Funcionalismo y en una agenda política diferente. La Psicología
Positiva hoy trata de distanciarse de los aspectos metafísicos más ostensibles del individualismo “positivo”, pero mantiene aquella
concepción ahistórica, asocial y subjetivista del individuo.
Palabras clave: Psicología positiva, Historia crítica, Individualismo, Individualismo “positivo”, Trascendentalismo, Nuevo pensamiento,
Autoayuda.

Positive Psychology is based on a particular model of the individual that was developed in the popular culture of the United States
from the end of the eighteen century. This model, that we have called “positive” individualism, started with Emerson´s Trascendenta-
lism by defending, against puritanism, that the individual, as a part of Divinity, is an essence capable of self-command, self-explora-
tion and endless self-development. On this basis, but in a more “practical” vein and supported by hundreds of self-help manuals,
movements like the New Thought or the Positive Thought emphasized the power of individual´s thinking over the matter and the world
to mentally cure illness, to attract wealth and achievement, and to self-fulfill the promise of happiness. A critical examination and an
alternative to this model of individuality was already offered by genuine american academic psychology, such as John Dewey´s, ba-
sed upon functionalist psychology and anti-essentialist principles and guided by an alternative political agenda. Current Positive Psy-
chology moves away from the most striking metaphysics of “positive” individualism, but maintains its ahistorical, asocial and
subjectivist conception of the individual.
Key words: Positive psychology, Critical history, Individualism, “Positive” individualism, trascendentalism, New thought, Self-help.

os modos de concebirnos como individuos, y de operador, incluyendo las que tienen que ver con la orga-
L serlo, se han transformado profundamente a lo
largo de la historia, tanto como los modos de ver
nización del tiempo de trabajo y ocio, con la definición
de la propia identidad con y frente a los otros, con las
el mundo, y de hacerlo. En Occidente, en particular, los metas de “felicidad” o sentido vital, y con las pautas de
cambios se han acelerado desde el Renacimiento y la juicio moral cuando el laicismo ya aparece en el hori-
Ilustración. A partir de la Ilustración la exigencia de au- zonte como posibilidad.
tonomía y responsabilidad sobre los propios actos y, por No ha sido tampoco un proceso lineal ni uniforme. Ha
extensión, sobre la vida como un todo, como un proceso habido muy diversos desarrollos a través de prácticas e
en algún grado gobernable, y como una obra personal,
instituciones reguladoras de vida: religiosas (transforma-
no ha dejado de crecer. La subjetividad se ha hecho in-
ciones del catolicismo y protestantismo, especialmente
defectiblemente más densa, por así decir. No ha sido un
del puritanismo, como aquí vamos a ver), políticas (repu-
proceso “especulativo” sino una realidad práctica, liga-
blicanismo, anarquismo, socialismo, comunitarismos,
da a nuevas exigencias psicológicas de organización de
progresismos, movimientos obreros, etc.), estéticas (mo-
operaciones productivas y de autorregulación del propio
vimientos estéticos en sentido amplio, como el Romanti-
Correspondencia: José Carlos Sánchez González. Universidad cismo), o científico-filosóficas, especialmente las
de Oviedo. Facultad de Psicología. despacho 223. Plaza Feijoo relacionadas con una visión evolucionista de la vida or-
s/n. 33003 Oviedo. España. E-mail: jocasan@uniovi.es gánica y con una visión histórica de la condición huma-

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EDGAR CABANAS DÍAZ Y JOSÉ CARLOS SÁNCHEZ GONZÁLEZ Artículos

na. La aparición de las ciencias sociales a finales del S. tionar estratégicamente los pensamientos, las emociones
XIX supone una suerte de materialización institucional y los afectos positivos, y evitar desplegar los negativos,
del proceso del que hablamos: las ciencias sociales for- calificados como “perjudiciales”.
mulan concepciones explícitas del individuo en la socie- Debido a su tendencia a conceptualizar la individuali-
dad y de su relación con la evolución y la historia, pero dad como algo derivado de una “naturaleza humana”,
además reelaboran las viejas técnicas para nuevos fines como algo que preexiste a su construcción social, la Psi-
y contextos (militares, laborales, educativos, terapéuticos, cología Positiva defiende una noción ahistórica y asocial
etc.). Tanto las nuevas teorías como las nuevas técnicas del “uno mismo”. La psicología evolucionista, la socio-
se propagan y se ejercen, de modo que las ciencias so- biología, la psicología cognitiva computacional y hasta
ciales comienzan a formar parte activa de ese proceso: el psicoanálisis, ejercen también, en alguna medida, una
las ciencias sociales, que estudian el yo y la sociedad, concepción ahistórica (ligada al peso que el innatismo
comienzan a ser transformadoras del yo y de lo social. tiene en ellas, cada una a su modo). Pero lo específico
Además, las teorías en ciencias sociales, recordemos, no de la Psicología Positiva es su modo peculiar de plantear
son tampoco unívocas, sino que presentan una dinámica y desarrollar una serie de rasgos característicos del indi-
de “pelea de escuelas”, en conexión más o menos estre- vidualismo “positivo”, que hemos cifrado en estos cinco:
cha con determinadas “cosmovisiones” e intereses políti- (1) Autocontrol. El individuo, es para sí mismo objeto de
cos, filosóficos, o incluso religiosos. control a través del pensamiento, donde el pensa-
La Psicología Positiva, tal como vamos a tratar de mos- miento se concibe, no tanto como un tipo de acción
trar, es el último episodio de uno de esos desarrollos his- conectada con la transformación efectiva de la reali-
tóricos de la individualidad. Se trata de un desarrollo dad, sino más bien como una interpretación subjeti-
muy concreto, genuinamente estadounidense, cuyo mo- va, “mental”, que el sujeto se forma de la realidad, y
delo de individuo denominaremos individualismo “positi- sobre la que debe operar (técnicas psicológicas me-
vo”, siguiendo la propia tradición estadounidense de diante) en busca de cambios que mejoren directa-
utilizar el adjetivo “positivo” (“positive thougth”, por mente su estado de bienestar.
ejemplo), y distanciándonos de su pretensión semántica (2) Autodeterminación. El individuo se concibe como un
por medio de unas comillas. El modelo de individualismo ser dotado de un conjunto propio de necesidades,
“positivo” no es estrictamente propio de nuestro ámbito deseos e intereses que ha de satisfacer en el camino
cultural (español, católico, incluso europeo) pero se ha a la felicidad y la consecución del éxito propio. El in-
propagado en él rápidamente. Dos mecanismos cultura- dividuo ha de escribir su propio destino, encontrar su
les vertebrales de la modernidad ayudan a entender di- propio camino, y recorrerlo a su manera con relativa
cha propagación: a saber, una cultura terapéutica cada independencia del éxito y la felicidad de “los otros”,
vez más presente en todos las esferas de la vida cotidia- pues la sociedad se concibe no tanto como el contex-
na, y una nueva cultura empresarial, propia de las nue- to de sentido donde esto es posible (y se constituye
vas formas del capitalismo, que impregna como deseable), como el resultado sumativo del des-
progresivamente el lenguaje y el imaginario popular pliegue de los diferentes intereses de los individuos
(Illouz, 2007, 2010; Marzano, 2012), especialmente a autónomos y autodeterminados.
través de la literatura de autoayuda, de la creciente fu- (3) Autoconocimiento. El individuo se entiende a sí mis-
sión entre el campo de la economía y el de la psicología, mo como un objeto a explorar detalladamente y des-
y de la reciente, que no novedosa, propuesta de la Psi- cubrir en su vasta riqueza. Ahora bien, en la
cología Positiva. La Psicología Positiva se arropa en un tradición del individualismo “positivo” esta explora-
discurso cientificista como garantía de objetividad y ver- ción es principalmente “práctica”: se trata de cono-
dad de una concepción universal de lo que es el indivi- cer aquellos modos de pensar y de sentir que
duo y los logros que, también universalmente, le darían conducen a la infelicidad para eliminarlos, y de
“la felicidad” y que por tanto deben ser perseguidos. Pa- identificar y fomentar aquellos que conducen a la fe-
ra ello propone todo un conjunto de técnicas psicológi- licidad y a una vida sana y adaptada.
cas destinadas a invertir tiempo y esfuerzo en “uno (4) Autocultivo. El individuo se ve a sí mismo como pro-
mismo” con el fin de aumentar el propio “capital huma- yecto de mejora y crecimiento. En buena parte de la
no”: sacar partido de las capacidades personales, ges- tradición del individualismo “positivo” ese desarrollo

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Artículos LAS RAÍCES DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA

se nos presenta como potencialmente ilimitado. No de Binkley (2011), podríamos agrupar estas críticas en
se trata de llegar a cambiar el propio modelo de ser torno a cuatro bloques temáticos estrechamente relacio-
“uno mismo”, sino de ser más y mejor dentro de di- nados entre sí.
cho modelo. Basta trabajar en uno mismo con cons- El primero de ellos hace énfasis en una crítica de tipo
tancia y potenciar las propias virtudes y fortalezas sociológico e institucional. Bajo la idea de “gubernamen-
con suficiente tesón para lograr un perfeccionamien- talidad” de tradición foucaultiana y comprometido con el
to interior incesante y una mejora significativa de las análisis del papel de la Psicología Positiva en la produc-
propias condiciones de vida, y no tanto al revés, esto ción de subjetividades ligadas a los modos de produc-
es, operar sobre las condiciones para que nuestras ción propios del libre mercado, este bloque crítico
capacidades adquieran relevancia y sentido. De nue- estudia cómo la interrelación entre los diferentes agentes
vo, en la tradición del individualismo “positivo”, esta sociales y culturales (desde las corporaciones, el gobier-
mejora y crecimiento se refieren no tanto a un cono- no, la academia y las instituciones mentales y sanitarias,
cimiento desinteresado, universal, que pudiera por pasando por toda una “industria de la felicidad”, la lite-
ejemplo generar angustia, desánimo, perplejidad, ratura de divulgación y de autoayuda, y los programas
conciencia de las limitaciones personales y colecti- de televisión, hasta los consumidores finales) configuran
vas, etc., como al desarrollo de nuevas prácticas que y extienden determinadas nociones de felicidad y bienes-
sigan contribuyendo al bienestar, la felicidad y el tar con diferentes propósitos (véanse, por ejemplo, Rim-
éxito del “uno mismo”. ke, 2000; Ehrenreich, 2009; Ahmed, 2010; Binkley,
(5) Auto-responsabilización. La búsqueda de la felicidad 2011, y los estudios genealógicos de Foucault ,1988;
(salud, éxito y bienestar) se convierte no sólo en un Loredo, 2005, o Loredo y Blanco, 2011).
derecho “natural”, sino en un objetivo universal y, El segundo bloque de estudios críticos explora la histo-
sobre todo, en un imperativo moral. El camino hacia ria y estructura conceptual del modelo de sujeto que sub-
ella es exigente: implica una continua autovigilancia, yace a la Psicología Positiva. Trata de esclarecer su
auto-control y mejora del yo. Puesto que la realidad configuración a través del sentido y utilidad efectivas que
y validez de esa “felicidad” se da por descontada y dicho modelo va adquiriendo en las prácticas culturales
las cualidades para lograrla también, el único res- norteamericanas; desvela las influencias religiosas, filo-
ponsable del éxito o fracaso es el individuo. sóficas, económicas o científicas con las que se teje y re-
La exigencia creciente de autonomía y responsabilidad, teje el modelo, e intenta explicar cómo y por qué la
ya lo hemos dicho, es algo genérico en Occidente a partir Psicología Positiva emerge y es asimilada por la cultura
de la Ilustración. Los rasgos que acabamos de presentar popular y académica (véanse, por ejemplo, Christopher
son rasgos que definen de forma peculiar y conjunta el in- y Hickinbottom, 2008; Becker y Marecek, 2008; Chris-
dividualismo “positivo”; son los modos distintivos en que topher, 1999; o Cabanas, 2011). Por un lado, estos es-
esta tradición define y justifica el sentido de la autonomía, tudios subrayan el acentuado carácter cultural de la
del autoconocimiento, la autodeterminación y la responsa- corriente, destacando su deuda con una tradición occi-
bilidad, así como los modos que tiene de conectarlos con dental concreta (moderna, liberal y dualista), y con un ti-
aspectos tales como la salud, el desarrollo personal, el po de ideología individualista predominantemente
rendimiento profesional, el éxito social o la economía na- utilitarista. Estos mismos estudios rechazan la tesis de los
cional. Nuestra tarea principal en este trabajo será mos- psicólogos positivos de que su corriente es novedosa,
trar cómo se ha generado en una parte de la cultura afirmando que lo que ofrece la Psicología Positiva es “vi-
popular norteamericana ese modo peculiar de caracteri- no viejo en odres nuevos” (Krisjànson, 2012).
zar y ejercer la autonomía y la responsabilidad y cómo la El tercer bloque crítico con la Psicología Positiva apunta
Psicología Positiva se inscribe en esa peculiar tradición. hacia los problemas teóricos del propio modelo (argu-
mentos tautológicos, poca claridad conceptual, simplifi-
LAS MÚLTIPLES CRÍTICAS A LA PSICOLOGÍA POSITIVA: cación terminológica, división interna entre diferentes
SITUANDO EL PRESENTE TRABAJO perspectivas, etc.) y hacia sus insuficiencias metodológi-
Desde su establecimiento como corriente académica de cas (erróneas atribuciones de causalidad, falta de más
estudio de la felicidad, la Psicología Positiva ha recibido estudios longitudinales, excesiva confianza en el método
numerosas y variadas críticas. Ampliando la propuesta correlacional y en los auto-informes, dificultad de la me-

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EDGAR CABANAS DÍAZ Y JOSÉ CARLOS SÁNCHEZ GONZÁLEZ Artículos

dición de las emociones, etc.), y hace énfasis en las difi- rechazar la tentación a través de una autovigilancia im-
cultades no declaradas que se derivan de la aplicación placable y en huir de ese “interior” por medio de la en-
de la disciplina (véanse, por ejemplo, Miller, 2008; No- trega al trabajo. Aunque la laboriosidad puede producir
rem, 2001; Held, 2004; Fernández-Ríos y Novo, 2012). beneficios materiales, no es ése su fin primario, y un dis-
También critica la taxativa diferenciación entre emocio- frute excesivo es también pecaminoso. El destino perso-
nes positivas y negativas, así como las perspectivas evo- nal no se creaba a través del trabajo, ni siquiera se
lucionistas sobre las emociones que adoptan los lograba con seguridad a través de una vida piadosa. El
psicólogos positivos. Sin tener en cuenta el carácter fun- destino estaba más allá de los actos. Cada ser humano
cional y contextual de las emociones, dicen, los psicólo- estaba solo ante su propia angustia, entre los demás,
gos positivos defienden una clasificación discreta y contra sí mismo, bajo un Dios riguroso, sin seguridad en
estática de las emociones, minimizando, además, el su salvación.
complejo proceso psicológico que subyace a la modifi- Emerson reformuló por completo el dogma puritano y
cación de las mismas (Lazarus, 2003). proclamó que la primera mitad del s. XIX sería “la era
Este esquemático panorama de críticas a la Psicología de la primera persona del singular” (Mott, 2000). No
Positiva sirve para mostrar que, sin duda, las tiene, y estaba solo en la revuelta. Walt Whitman o el resto de
desde muy diversos ámbitos de la psicología académica, románticos norteamericanos volvían también su mirada
desde los más generales (históricos, teóricos) hasta los al individuo como un valor en sí mismo. Emerson inte-
que implican la práctica clínica o la metodología de in- gró un conjunto asombrosamente heterogéneo de in-
vestigación. Sirve también para ubicarnos. Si nuestro fluencias (neoplatonismo, las ideas de Swedenborg,
trabajo puede contribuir a la clarificación crítica de la pinceladas de hinduismo, romanticismo inglés, la ética
Psicología Positiva es fundamentalmente en el apartado de la laboriosidad de Benjamin Franklin, la religión
histórico y conceptual mostrando, como decimos, cómo unitarista...) entre las que se encuentra una lectura sui
desde finales del s. XVIII se ha configurado y propagado generis de Kant, de quien tomó el término “trascenden-
y en qué consiste ese modelo peculiar de individualidad tal” para nombrar a su movimiento. El Transcendenta-
que subyace a la Psicología Positiva. Respecto al resto de lismo hizo énfasis en el mundo espiritual que todo
las críticas, Marino Pérez desgrana de modo exhaustivo hombre debía cultivar, precisamente porque vio al indi-
las que aquí sólo de pasada apuntamos, y bastantes viduo como una parte de la divinidad, no como algo
más, añadiendo consideraciones decisivas respecto a la ajeno a ella. Pero la férrea ética puritana no desapare-
muy discutible originalidad, y a las flaquezas conceptua- ció. Emerson enfatizó más que nunca la insistencia en
les, metodológicas y terapéuticas de la Psicología Positi- el autocontrol y la autovigilancia típicas del puritanis-
va (Pérez Álvarez, 2012). mo y de la ética de Franklin, no ya frente al pecado o
la pereza, sino al servicio de la imperiosa necesidad
“UN PALILLO QUE SE SOSTIENE A SÍ MISMO”: SOLO de realizar esa divinidad potencial que el individuo
ANTE DIOS contiene por medio del crecimiento individual: la po-
El Trascendentalismo de Ralph Waldo Emerson es el tencia espiritual y las virtudes de cada hombre se cons-
primer gran movimiento de esta historia. Recogió todo truían mediante el constante “cultivo de uno mismo”
un siglo de agitación política y de liberalización religio- (“self-culture”, en expresión de Emerson), el cual exigía
sa frente a la visión calvinista del hombre y frente al tanto el buen y racional “conocimiento de sí” (“self-ex-
dogma de la predestinación (Weber, 2001). Fue tan de- ploration”) como del correcto y exhaustivo autodominio
cisivo en la configuración del pensamiento norteamerica- (“self-command”).
no que algunos historiadores lo caracterizan como una Según el Trascendentalismo el “uno mismo” era como
nueva “religión americana” (West, 2008, pp.47). un círculo en constante expansión que se desarrollaba a
Para el Calvinismo, la religión más característica del s. través del control y la puesta en práctica de sus virtudes
XVIII en norteamérica, el “interior”, la individualidad, personales. “No hay virtud que sea final; todas son ini-
era algo depravado: no había nada en lo que indagar, ciales”, advertía Emerson (citado en Robinson, 2000,
nada que mereciera la pena “dentro”; sólo certificaría- pp.165), enfatizando el hecho de que el “uno mismo”
mos la existencia de la impureza y la tendencia al peca- nunca estaba acabado, y avisándonos tanto del peligro
do. La pauta de esta vida puritana consistía más bien en de la autocomplacencia como del deber moral de crecer

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Artículos LAS RAÍCES DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA

como individuos (op. cit.). Tener plena confianza en uno cipios del s. XX este movimiento fue adquiriendo com-
mismo era requisito imprescindible para crecer (Mott, promisos crecientes con las ideas, ya tan populares en la
2000). cultura norteamericana, de la autodeterminación, la mo-
Además, para Emerson, al igual que para toda la tra- vilidad social y el éxito personal. Sin duda el Nuevo Pen-
dición utilitarista que él mismo adaptó a su metafísica, el samiento contribuyó decisivamente a la creciente
individuo es un ser con capacidades naturales para au- “emocionalización” del individuo (clave en el desarrollo
todeterminarse con absoluta independencia de cualquier de las nuevas subjetividades liberales, como se puede
orden social. A principios del s. XIX esta idea de autono- constatar en Illouz, 2007), y a la gestión de la delicada
mía impregnaba la cultura popular norteamericana. Me- transición psicológica desde un capitalismo industrial do-
nand (2001) la describe con una metáfora minado por la producción, el ahorro y el sacrificio, hasta
esclarecedora: el individuo como “un palillo que se sos- un capitalismo de consumo dominado por el énfasis en
tiene a sí mismo”. el gasto, la satisfacción del deseo y la gratificación per-
sonal. Como muchos historiadores de la década de los
SALUD Y FELICIDAD A TRAVÉS DEL PENSAMIENTO 60 y los 70 han señalado, esta ideología terminó convir-
Al abrigo del romanticismo norteamericano y del Tras- tiéndose en una “religión del éxito, del consumo y de la
dencentalismo de Emerson surgieron varios movimientos; movilidad social” (Meyer, 1965).
muchos de ellos se agruparon bajo el término “Nuevo El Nuevo Pensamiento se afianzó culturalmente gracias
Pensamiento” (1875-1920). A pesar de sus diferencias al rotundo éxito que cosechó como terapia alternativa
(para un análisis en profundidad véase Satter, 1999), to- para uno de los problemas más graves y extendidos en
dos ellos compartían posiciones anti-materialistas y espi- la sociedad norteamericana de la época: la neurastenia,
ritualistas, de base religiosa, así como un conjunto de una “enfermedad del ánimo” (anhedonia, depresión)
prácticas en común: el Nuevo Pensamiento defendía que con correlatos somáticos (agotamiento, cansancio, debi-
el mundo mental o espiritual era una esfera con entidad lidad, alteraciones del sueño) que afligía severamente a
real, mientras que el mundo material, el de la vida dia- las clases medias y altas. Al contrario que la medicina
ria, era una creación de la mente. Defendía, como Emer- tradicional de la época, el Nuevo Pensamiento proponía
son, que el individuo era un ser dotado de poderes técnicas psicológicas basadas en el poder curativo de la
divinos y creativos con los que podía transformarse a sí palabra y en la idea de “transferencia” mental entre el
mismo y al mundo que lo rodeaba. Y sostenía que si las sanador y el paciente. Ejercicios tales como (1) el escruti-
personas eran capaces de ignorar la información falsa nio del propio pensamiento en busca de creencias que
que procedía de los sentidos y controlaban plenamente fueran las causas de nuestro malestar, (2) el rechazo
sus pensamientos a través de su ejercitación constante, mental de cualquier molestia o dolor procedente del
serían capaces de curar sus males, controlar sus deseos cuerpo, (3) el entrenamiento de la imaginación para ge-
y crecer espiritualmente. La metafísica del Nuevo Pensa- nerar sensaciones agradables y para explorar los pro-
miento sigue siendo hoy en día enormemente popular, pios deseos; (4) la auto-repetición de afirmaciones
como se puede apreciar en influyentes best-sellers norte- positivas para “ahuyentar” a la negativas, (5) el rezo; o
americanos del género de la autoayuda, tales como “El (6) el ejercicio de la gratitud y el perdón, eran de uso
Secreto”, líder en las listas de ventas en países como común entre los autores del Nuevo Pensamiento.
EEUU, Argentina o España; o en populares “talk-shows” Más allá del tratamiento de la enfermedad, el Nuevo
televisivos en EEUU como el de Oprah Winfrey. Pensamiento también desarrolló una particular visión de
En sus comienzos el nacimiento del Nuevo Pensamiento uno de los ideales centrales de la cultura estadouniden-
fue motivado por la proclamación de una nueva “era del se: la felicidad. Con una vena cada vez más “práctica y
mujer” desde la cual romper con la taxativa división de aplicada”, concebía la gestión del conocimiento y del
género característica de la era Victoriana (la cual, apo- mundo afectivo y emocional como una herramienta des-
yada por la ideología del darwinismo social, atribuía el tinada a la consecución de aquello que fuera útil para
intelecto y la racionalidad al hombre, y despreciaba la potenciar el bienestar individual (Dresser, 1919). El Nue-
emoción y la irracionalidad atribuidas a la mujer) y vo Pensamiento, igual que el Trascendentalismo, defen-
construir un nuevo paradigma de la mente humana, la día que el verdadero intelecto es aquel que se dirige
espiritualidad, y la liberalización del deseo. Pero a prin- hacia “uno mismo”, hacia el crecimiento y el progreso

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EDGAR CABANAS DÍAZ Y JOSÉ CARLOS SÁNCHEZ GONZÁLEZ Artículos

del propio individuo. Para autores como Phineas Park- samiento para justificar la necesidad de liberarse de vie-
hurst Quimby la felicidad del hombre está en sí mismo, jos prejuicios y de realizar el deseo: era la forma más
no en el desarrollo de la nación, el progreso social o el saludable de vivir. No cabe duda de que la gestión emo-
afianzamiento de la libertad: “el hombre es el inventor cional y afectiva, uno de los signos más sobresalientes y
de su propia miseria” y su felicidad “es el resultado de significativos de la modernidad, ha jugado un importan-
sus propias creencias” (Quimby, 2008). La salud y la fe- te papel en el avance del capitalismo de consumo. Como
licidad dependían de uno mismo, y se lograban gestio- dice Eva Illouz, “las prácticas y los discursos emocionales
nando creencias, actitudes y deseos. y económicos se configuran mutuamente produciendo un
amplio movimiento en el que el afecto se convierte en un
NUEVO PENSAMIENTO Y CAPITALISMO DE aspecto esencial del comportamiento económico y en el
CONSUMO que la vida emocional, sobre todo la de la clase media,
Como decíamos, un aspecto crítico para el viraje del sigue la lógica del intercambio y las relaciones económi-
Nuevo Pensamiento fue la paulatina transición desde el cas” (Illouz 2007, pp.19-20).
capitalismo industrial al capitalismo de consumo. En la En la décadas de los años treinta y cuarenta, un crítico
primera década del s.XX, toda una nueva generación de observador de la sociedad americana, John Dewey, se-
líderes del movimiento comenzaron a liberalizar la cues- ñalaba que consumir todo lo posible se había convertido
tión de la represión del deseo y a relacionar el ámbito en una “obligación” económica tan acorde con aquella
afectivo y emocional con la adquisición de riqueza. De- época como lo fue el ahorro en la etapa de Franklin. De
fendían que tanto hombres como mujeres eran seres do- hecho, se defendía que quien gastaba sin demasiados
minados por la satisfacción de los propios deseos, y que miramientos no sólo acrecentaba sus posibilidades de
la mujer debía aspirar a ser un individuo tan autónomo desarrollo, sino que “estaba cumpliendo con su obliga-
y tan autodeterminado como el hombre. El medio para ción para con la economía, transfiriendo sus plusvalías
realizar ambas, decían, era sin duda la independencia personales al rendimiento global en el que podrían ser
económica. Una de las pioneras de este cambio fue He- reutilizados con el máximo nivel de efectividad” (Dewey,
len Wilman (1831-1907), cuyo bestseller “The Conquest 2003, pp. 80). La demanda sobre la liberalización del
of Poverty” (1899), creó una corriente a la que se unie- deseo, cuyo motivo era inicialmente emancipatorio, “ter-
ron posteriormente autores como Wallace Wattles minó por desembocar en la principal fuerza ideológica y
(1860-1991), Elizabeth Towne (1865-1960), William productiva de un sistema económico cada vez más des-
Atkinson (1862-1932), Orison Swett Marden (1850- regularizado” (Honnneth, 2004, pp 475), en el cual la
1924) o Charles Fillmore (1854-1948). Todos ellos pen- experimentación constante a través del consumo, el im-
saron que si la doctrina del “poder mental” había perativo del desarrollo personal y el ejercicio de una vi-
podido ayudar en el restablecimiento de la salud, tam- sión optimista sobre el mundo que nos rodea como
bién podía hacerlo con la consecución del éxito, inte- medio para alcanzar la felicidad individual adquieren
grando en sus textos las ideas del Nuevo Pensamiento valores centrales. Como destaca R.Reich,
con el nuevo lenguaje de la psicología y de la gestión “el optimismo…se transfiere a nuestra economía, sien-
empresarial. do una de las razones por las que somos una nación de
En las primeras décadas del s. XX, muchos hombres de inventores y pensadores, de innovadores y emprendedo-
negocios comenzaron a ver que la expansión empresa- res… [así como] también explica por qué nos gastamos
rial requería de una creciente clase media que diera tanto y ahorramos tan poco…: nuestra disposición a en-
rienda suelta al consumo y a la satisfacción de los dese- deudarnos y seguir gastando está íntimamente relacio-
os, algo hasta entonces principalmente relegado a un rol nado con nuestro optimismo” (citado en Ehrenreich,
femenino. Gracias a la entrada del lenguaje psicoanalíti- 2009, pp. 181, traducción nuestra).
co del subconsciente y de las pulsiones humanas, el fé- En 1936 Fillmore, uno de los autores más destacados del
rreo control de los aspectos afectivos y emocionales viraje del Nuevo Pensamiento, pregonaba en sus libros y
podía ser visto ahora como represión, y por tanto como sermones que todo el mundo podía ser rico si creía en ello
algo innecesario e insano. Así, el individuo “hidráulico” lo suficiente; si controlaba sus pensamientos y los encami-
freudiano fue utilizado tanto por las nuevas necesidades naba hacia ese fin. Para él los ricos habían llegado a serlo
de consumo como por los nuevos autores del Nuevo Pen- porque “sus ideas de abundancia están tan arraigadas en

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Artículos LAS RAÍCES DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA

sus pensamientos que son ya parte de ellos mismos”. Para “condiciones voluntarias”: no eran las condiciones socia-
el aspirante a enriquecerse es necesario, pues, un escru- les y políticas las que, estructuralmente, hacían ricas o
puloso proceso de indagación en uno mismo (autoconoci- pobres a las personas, sino la buena o la mala gestión
miento), una estricta reeducación de las emociones, las que cada cual hacía de “uno mismo”, de sus pensamien-
actitudes y las ideas (autocontrol) que conduzca a una tos, conductas y actitudes. Quien no era feliz y próspero
transformación del yo profunda y estable pues, de otro era, bien porque no seguía al pie de la letra los consejos
modo, “la gente que se hace rica de repente, sin construir que estos poseedores de la llave de la felicidad y el éxito
una mentalidad de prosperidad pronto pierde su dinero” les ofrecían, bien porque no quería. Un paralelismo lla-
(Fillmore, 1936, citado en Meyer, 1965, pp. XX). “The mativo lo encontramos en muchos psicólogos positivos
Optimistic Life” (1907), “How to get what you want” cuando sostienen que “la ciencia ha sido capaz de cons-
(1917); “Ambition” (1919) o “Prosterity, how to attract it” truir los cristales correctores que nos pueden ayudar a
(1922), fueron títulos característicos de estos autores y de encontrar...esa pequeña isla denominada felicidad”...:
este nuevo género que ya no dejaría de crecer a lo largo decidir usarlos depende sólo de ti” (Vázquez y Hervás,
del s. XX. Su discurso promovía la autoconfianza en el po- 2009, pp. 252).
der personal y el optimismo, e invitaba a la inversión y el Especialmente en el mundo empresarial, tal como expli-
consumo, claves de la prosperidad de aquel tiempo. Así, ca Michela Marzano, estas ideas acabarían conforman-
con el crecimiento de la clase media se extendían estos va- do a final del s. XX el discurso dominante por
lores de prosperidad y éxito para un individuo que se in- excelencia, estableciendo en la propia conciencia del
terpretaba a sí mismo desde las categorías propias del trabajador la principal instancia de control y vigilancia
individualismo “positivo”. empresarial, y logrando que el asalariado se adhiera de
Uno de los más destacados personajes de esta saga fue forma voluntaria a su propia servidumbre: es el indivi-
el empresario republicano Norman Vincent Peale (1898- duo (el trabajador, sea ejecutivo o empleado) el que, de
1993). Acuñó la expresión “pensamiento positivo” que modo autónomo y espontáneo, debe sentirse totalmente
pronto se popularizó. Su libro “El poder del pensamiento identificado con los objetivos de la empresa, aunque
positivo” (1956) , que fue el libro más vendido de la cambien constantemente; el que debe mantener una sa-
época después de la Biblia, era un manual de autoayu- na competitividad con sus compañeros, limitando la con-
da que defendía el poder del pensamiento y daba ins- fianza y la ayuda mutua; el que debe vivir la empresa
trucciones para disciplinarlo y “condicionarlo”: la como un espacio de auto-realización y desarrollo de sus
eliminación de los pensamientos negativos y la repetición competencias; el que debe reprimir todo pensamiento y
constante de los positivos acabaría automatizándose de actitud “negativos”, es decir, divergentes con los objeti-
tal modo que el comportamiento del individuo, su visión vos marcados; el que debe realizar su trabajo con origi-
sobre sí mismo, quedaría transformada (Peale, 2006). nalidad y autonomía, aunque los objetivos y calendarios
En la obra de Peale puede apreciarse una mayor canti- fijados por la empresa no sean discutibles; el que debe
dad de lenguaje científico, en busca de una respetabili- estar dispuesto a la flexibilidad y al sacrificio en nombre
dad acorde con los nuevos tiempos. En realidad era una de su propio éxito; el que debe integrar el trabajo como
jerga ecléctica. Peale mezclaba el lenguaje psicológico aspecto central de su proyecto vital, aunque esté expues-
del subsconsciente, del condicionamiento, del aprendiza- to continuamente al despido; y, en tal caso, el que debe
je, de las atribuciones, de las actitudes y demás termino- tomar el despido como otra nueva oportunidad de desa-
logía dominante en la psicología académica, todo ello al rrollo personal asumiendo su exclusiva responsabilidad
servicio de la metafísica del Nuevo Pensamiento. en él (Marzano, 2011).
A estas alturas al norteamericano seguidor de estos
manuales le había quedado claro que el único capaz de PSICOLOGÍA POSITIVA: PRÁCTICAS SECULARIZADAS
cuidar de él y de conocerle era él mismo, y que el triunfo DE LA FELICIDAD
o el fracaso personales eran una cuestión exclusiva de A lo largo de este viaje por la formación y desarrollo
mérito o demérito individual. El creciente número de pre- del individualismo “positivo” hemos visto aspectos que
dicadores, pseudopsicólogos, coachers y empresarios cambian radicalmente, adaptándose a las nuevas condi-
seguidores de estas ideas pregonaron sin tapujos que la ciones sociales, y otros, más “de fondo”, que no cam-
riqueza, tanto como la pobreza, eran, en realidad, bian tanto. La sombría consideración puritana

178
EDGAR CABANAS DÍAZ Y JOSÉ CARLOS SÁNCHEZ GONZÁLEZ Artículos

ciertamente se invierte y se lleva al extremo opuesto, conocida inclinación protestante y espiritual tales como
donde el “uno mismo”, a través de su pensamiento, si- la “John Templeton Foundation” hayan financiado con
guiendo instrucciones sencillas, es capaz de todo, incluso más de ocho millones de dólares proyectos dirigidos por
de lograr su propia salvación laica: conquistar la salud, Seligman y asociados, o que uno de los cinco puntos
el éxito social y la riqueza. Sin embargo, la considera- programáticos de la corriente verse explícitamente sobre
ción de ese “uno mismo” como una entidad primaria, la búsqueda del sentido y de la felicidad a través del de-
ajena e independiente de los demás, es decir, como una sarrollo de la espiritualidad, es sólo una pequeña mues-
esencia, permanece. En el caso del puritanismo la justifi- tra de ello. Como dice el texto oficial del “Psychology
cación es evidente: cada alma es un destino, y todo lo Positive Center”, dirigido por Seligman desde la universi-
debe a dios, no a los otros. En el Trascendentalismo y en dad de Pennsilvania, respecto a este punto:
el Nuevo Pensamiento la justificación es similar, pero “George Vaillant dirige dos proyectos relacionados en-
vuelta hacia su polo positivo: no somos esencias marca- tre sí. El primer proyecto versa sobre el papel que tiene
das por el pecado, sino partes luminosas de la divini- la espiritualidad en la consecución de una vida exitosa.
dad, con inacabable potencial de desarrollo y La espiritualidad se define como un conjunto de seis fa-
perfección. Así pues el cimiento religioso (aún bajo for- cetas: la fe, esperanza, amor, alegría, el perdón y el cui-
mas poco convencionales de religiosidad, que cabe lla- dado (la curación) de los demás. El segundo proyecto
mar “metafísicas” de un modo genérico) es crucial en el versa sobre la elaboración y comparación de ocho mo-
individualismo “positivo”, incluso cuando se ha ido delos de investigación empíricos sobre la salud mental
adoptando un tono cada vez más secular, científico y positiva. En el proyecto de Vaillant se combinan la inte-
práctico. En la Psicología Positiva la idea de individuali- gración de los hallazgos de la antropología cultural, las
dad como una esencia primaria no recurre a una justifi- imágenes cerebrales, y las perspectivas evolucionistas
cación religiosa explícita, claro está, sino a una con el estudio de las vidas individuales que reflejan un
justificación científica de la “naturaleza humana” en tér- componente espiritual profundo“ (Positive Psychology
minos evolucionistas, aunque mantenga sus preceptos, Center Summary of Activities, 2005; véase
técnicas y aspiraciones centrales. Respecto de esta cues- www.ppc.sas.upenn.edu/ppcactivities.pdf).
tión, merece la pena subrayar que la apelación a la evo- Aunque con un lenguaje más adecuado a los estánda-
lución no necesariamente justifica, hoy día, una res de la ciencia natural, la Psicología Positiva sigue afir-
explicación geneticista del comportamiento. La interpre- mando consignas, recomendado prácticas y
tación clásica de la evolución durante el s. XX, la neo- prometiendo resultados muy similares a aquellos oferta-
darwinista, sobre la que se apoyaron la Sociobiología o dos por sanadores, predicadores, coachers, escritores y
la Psicología Evolucionista en sus pretensiones de expli- empresarios de décadas anteriores. He aquí algunos
car el comportamiento sobre la base de un programa ejemplos que muestran esa raíz común: establecen una
genético, ha sido y está siendo radicalmente discutida y separación categórica entre emociones y pensamientos
revisada por la actual biología evolucionista del desarro- positivos frente a los negativos, defendiendo que los se-
llo, entre otros muchos frentes críticos. Existen interpreta- gundos, fuente de ansiedad, fracaso o depresión, han de
ciones alternativas, perfectamente darwinianas, pero no ser localizados, reconocidos y cambiados por afirmacio-
geneticistas, como las que siguen la teoría de la Selec- nes más positivas, ya que “el pesimismo es desadaptati-
ción Orgánica, que no sostendrían la pretensión de Se- vo para la mayoría de los esfuerzos, de tal forma que los
ligman de justificar por medio de la evolución esa pesimistas fracasan en la mayoría de los frentes que se
“naturaleza humana” que se conforma a su modelo de proponen abrir (Seligman, 2002, pp. 178); promueven
felicidad o bienestar (véase Sánchez y Loredo, 2009). prácticas tales como el ejercicio de la gratitud y el per-
Desde la respetabilidad y aparente coherencia propia dón como forma de aumentar la emocionalidad positiva
de una corriente psicológica académica (discutida por y la felicidad del individuo (Bono, Emmons y McCu-
Held, 2004), la Psicología Positiva defiende y extiende llough, 2004); defienden el cultivo de la esperanza como
aspectos típicamente característicos del Nuevo Pensa- estrategia para facilitar el cambio personal y ayudar a
miento. Más bien, diríamos que la misma Psicología Po- clarificar, mantener y perseguir las metas deseadas (Lo-
sitiva no es consciente de la deuda histórica y popular pez et. al, 2004); hacen énfasis en la clarificación de los
que mantiene con ella: el hecho de que fundaciones de deseos y la metas propias, estudiando ventajas e incon-

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Artículos LAS RAÍCES DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA

venientes de las mismas, así como en el efecto beneficio- tran algunos trabajos transculturales (Christopher y Hic-
so de la autoafirmaciones (Sherman, Nelson y Steele, kinbottom, 2008).
2000); o aconsejan a los lectores evitar el sobre-análisis Seligman y Csikszentmihalyi (2000) reconocen que la
(“over-thinking”) como una actividad perniciosa y dis- fundamentación de la Psicología Positiva es “ecléctica”.
tractora que impide a los sujetos “dejarse llevar” (“flow”) Numerosos autores han puesto en duda la pretendida ob-
por intereses y deseos que de otro modo desplegarían jetividad y universalidad de su noción de felicidad y bie-
de forma natural y espontánea, impidiéndoles disfrutar nestar humanos. Y es que las categorías psicológicas a
de pequeñas cosas que aportan felicidad e incrementan través de las cuáles los individuos se definen y gestionan
los afectos positivos hacia uno mismo (Lyubomisrsky, sus relaciones consigo mismos y con los demás, incluyen-
2007). do especialmente la definición de su lugar en el mundo,
Muchos psicólogos positivos aducen que su corriente su sentido y, si acaso, lo que sería su “felicidad”, resultan
filtra y mejora científicamente todas estas afirmaciones de un proceso histórico que, aunque involucra, sin duda,
y prácticas que, si bien son populares, “funcionan”. dimensiones naturales (de especie), no se deriva de, ni se
Quizá aquello que “funciona”, aquello que parece in- explica exclusivamente por ellas. Ese proceso es una ver-
tuitivamente válido en la Psicología Positiva, es más dadera construcción sociohistórica constitutiva de la reali-
bien un rasgo genérico de todo proceso de afronta- dad, pero no de la única realidad posible. La Psicología
miento de problemas, cuya importancia asume toda Positiva no “descubre” o “desvela” la “verdadera” natu-
psicoterapia -y sin duda el sentido común-: a saber, la raleza humana. La fabrica (o colabora a ello) en determi-
conveniencia de mantener una actitud abierta que faci- nada dirección. No descubre, construye. Y como no
lite al individuo una mejor comprensión de su situación descubre, lo que construye no es la única opción posible,
y un aprovechamiento eficaz de los recursos que tiene ni es atemporal, ni es ajena a determinadas preferencias
a mano para superar problemas de la vida diaria. Sin políticas sobre cómo conducir la sociedad, la economía,
duda, es deseable afrontar un problema buscando re- y la función del individuo en ellas.
pertorios de respuesta alternativos, reenfocando la si- El mejor y más cercano ejemplo a nuestro favor es tam-
tuación, o manteniendo la confianza y la esperanza bién norteamericano, genuinamente norteamericano. Y
suficientes como para evitar la renuncia precipitada. es el referente de otra cultura psicológica que la Psicolo-
Esta es quizá una de las razones por las que la Psicolo- gía Positiva no parece tomar en consideración. Diversos
gía Positiva sintoniza tan fácilmente con algunas certe- autores dentro del pragmatismo y el funcionalismo, so-
zas del sentido común (el de la calle y el del gabinete) bre todo los más “progresistas” y con más clara dimen-
porque algunas de sus generalidades son sentido co- sión política, como Dewey, criticaron abiertamente
mún (aunque buena parte de sus especificidades, los desde principios del s. XX el modelo de sujeto del indivi-
rasgos de individualismo “positivo”, no son, o no eran, dualismo “positivo” (Dewey, 2010).
tan comunes). El progresivismo (“progressivism”) fue un movimiento
Por otro lado, los psicólogos positivos parecen tener la esencial y masivo en las primeras décadas del s. XX en
intención de crear un cuerpo de técnicas psicológicas Estados Unidos. A pesar de su gran heterogeneidad y
que pudieran funcionar universalmente, bajo el supuesto contradicciones, puede decirse que se trató de un movi-
de que esa naturaleza humana es “universal”. Pero estas miento reformador preocupado por las enormes desi-
prácticas y afirmaciones no son independientemente del gualdades sociales, la pobreza en las ciudades, la
bagaje cultural y moral con el que van cargadas (en este carencias en educación y el excesivo poder y capacidad
caso de la tradición concreta del individualismo “positi- de abuso de las grandes corporaciones, que ya por la
vo”); si funcionan es porque lo hacen para determinados época muchos veían como factor decisivo de la degra-
modos de vida (a grandes rasgos, civilizaciones con de- dación de la vida política y de los viejos ideales demo-
mocracias liberales, con una tradición cultural occidental cráticos. La psicología funcionalista y la filosofía
común y que comparten un sistema económico capitalis- educativa y política de Dewey constituye una de las ca-
ta de consumo más o menos controlado estatalmente) no ras (no religiosa, en este caso) del progresivismo, que tu-
para cualquier modo de vida y en cualquier contexto. vo muchos otros desarrollos religiosos, pero distintos a
Fuera de esos contextos parece que no sólo no funciona- los que hemos visto hasta el momento, mucho más orien-
rían, sino que ni siquiera serían inteligibles, como mues- tados hacia la justicia social y la actividad comunitaria.

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EDGAR CABANAS DÍAZ Y JOSÉ CARLOS SÁNCHEZ GONZÁLEZ Artículos

Pues bien, Dewey y otros progresivistas criticaron la hi- raíces, así como el hecho de que han existido y son posi-
pertrofia de la “interioridad” y el excesivo énfasis en la bles modelos psicológicos alternativos, no menos “respeta-
autosuficiencia propio del individuo “positivo”, el cual, bles”, desde los cuales las limitaciones de la Psicología
con la obsesión por el cambio “mental”, deja en un se- Positiva y sus implicaciones sociales y políticas pueden
gundo plano tanto la necesidad de transformaciones verse con algo más de luz.
efectivas, organizacionales, estructurales y sociales para
lidiar con los conflictos cotidianos como la teorización REFERENCIAS
del afrontamiento psicológico comunitario de dichos Becker, D. y Macerek, J. (2008). Positive Psychology:
conflictos. Enfatizaron, basándose en investigación cien- History in the Remaking? Theory and Psychology, 18
tífica (que ha alimentado y sigue presente en muchas tra- (5), 591-604.
diciones académicas actuales, como los enfoques Binkley, S. (2011). Situating Psychological Well-Being:
evolutivos, vigotskianos y muchos estudios culturales), la Exploring the Cultural Roots of Its Theory and Rese-
formación social del yo, el carácter histórico de los valo- arch. Subjectivity, 4 (4), 371-394.
res sociales y del propio contenido de lo que llamemos Bono, C., Emmons, R.A, y McCullough, M.E. (2004).
“felicidad” o, quizá mejor, sentido vital (Sánchez, Gratitude in Practice and the Practice of Gratitude. En
2005). No ven la individualidad como una entidad pre- Linley, P.A., y Joseph, S. Positive Psychology in Practi-
via a su construcción social, imbuida de un contenido ce. New Jersey: John Wiley & Sons, Inc.
psicológico y/o espiritual inherente y de unas necesida- Cabanas, E. (2011). Revisión de los libros Ehrenreich, B.
des y unos derechos naturales y universales, sino como (2009). Smile or Die: How positive thinking fooled
un sistema de acción y significado que en cada momento America and the world. London: Granta Books; y
histórico y social “refleja un estado de civilización” con- Vázquez, C. y Hervás, G. [coords.] (2009). La ciencia
creto (Dewey, 2004, pp. 112), pero que es capaz, si se del bienestar: fundamentos de una Psicología Positiva.
le da la oportunidad y los recursos, de participar en la Madrid: Alianza Editorial. Estudios de Psicología, 32
transformación social y política de ese estado de civiliza- (2), 278-284.
ción, de modo que nuevos modos de individualidad (de Christopher, J. (1999). Situating Psychological Well-
acción y sentido, de metas y valores) se hagan posibles. Being: Exploring the Cultural Roots of Its Theory and
Dewey, en efecto, frente a los abusos del capitalismo (y Research. Journal of Counseling & Development, 77,
suspicaz ante el colectivismo) pretendía una renovación 141-152.
de la democracia, basada en la educación, y capaz de Christopher, J. y Hickimbottom, S. (2008). Positive Psy-
dar luz a un “nuevo individualismo”. chology, Ethnocentrism, and the Disguised Ideology of
A través de la rápida expansión de la Psicología Positiva Individualism. Theory and Psychology, 18 (5), 563-
el modelo de sujeto que a ella subyace, el individualismo 589.
“positivo”, se expande también. La psicología académica Dewey, J. (2004). La Opinión Pública y sus Problemas.
en general, y cada vez más profesionales, parecen incli- Madrid: Ediciones Morata.
narse hacia ella como si de una moda irresistible se trata- Dewey, J. (2010). La Miseria de la Espistemología. En-
se. Marino Pérez (2012) recoge y amplía la denuncia y la sayos de Pragmatismo. Madrid: Biblioteca Nueva.
preocupación de algunos psicólogos que, con cierto estu- Dresser, H.W. (1919). A History of the New Thought
por, ven crecer sin mayor polémica académica y sin ma- Movement. Electronic Edition Published by Cornersto-
yor resistencia por parte de los psicólogos profesionales, ne Publishing, July 2001.
lo que parece una nueva “moda” cuyo escaso fundamento Ehrenreich, B. (2009). Smile or Die: How positive thin-
muy bien podría cobrarse un alto precio en “respetabili- king fooled America and the world. London: Granta
dad” de la profesión entera, como tantas otras veces. Books.
Compartimos esa preocupación, sin duda. Por nuestra Fernández-Ríos, L., y Novo, M. (2012). Positive Pycho-
parte, hemos tratado de contribuir a explicar cómo y bajo logy: Zeigeist (or spirit of the times) or ignorance (or
qué condiciones las categorías psicológicas del individua- disinformation) of history? International Journal of Cli-
lismo “positivo” se han generado y configuran el trasfondo nical and Health Psychology, 12 (2), 333-344.
de la Psicología Positiva. En pro de una discusión racional Foucault, M. (1988). Tecnologías del Yo. Barcelona: Edi-
y rigurosa, merece la pena conocer y tener presentes esas ciones Paidós ibérica.

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