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Cuidado de edición y diseño de tapa:

Gerardo Miño

Henry Giroux • Peter McLaren

Sociedad, cultura y educación

O Pedro Miño
Arroyo Fontarrón 111, 2° B (28030)
Madrid España
e-mail: mydavila@overnet.com.ar

Prohibida su reproducción total o parcial, incluyendo fotocopia,


sin la autorización expresa de los editores.

Primera edición: diciembre de 1998

Depósito legal: M 42334 1998


- -
(*lío y Dé ila E•litoros

ISBN 84-923478-3-X
Madrid • Buenos Aires
I MPRESO EN ESPAÑA
Índice

Prólogo
Carlos A. Torres y Moacir Gadotti ................................................. 7

La postmodernidad y la muerte de la política:


un indulto brasileño
Peter McLaren .............................................................................. 11

Los símbolos en el aula y las dimensiones rituales


de la escolaridad
Peter McLaren ............................................................................. 41

Las politicas de educación y de cultura


Henry Giroux ............................................................................... 79

Educación de maestros y la política del compromiso:


el caso pro-escolarización democrática
Henry Giroux y Peter McLaren .................................................... 87

Lenguaje, escolarización y subjetividad: más allá de


una pedagogía de reproducción y resistencia
Henry Giroux y Peter McLaren .................................................. 137

Pedagogía crítica y políticas de cultura popular


Henry Giroux y Roger Simon ..................................................... 171

Pedagogía crítica, las políticas de resistencia y un


lenguaje u. esperanza
Peter McLaren ........................................................................... 215
Play, Nueva York, PAJ Publications (Division of Performing Las políticas de educación
Arts Journal, Incorporated).
y de cultura*
— (s/f) 'Dewey, Dithey, and Drama: An Essay in the
Anthropology of Experience", en Victor Turner y Edward Henry A. Giroux
Bruner (comps.) The Anthropology of Experience,
Champaign, Illinois, University of Illinois Press (en prensa).
— y Turner, E. (1982) "Performing Ethnography", en The
Drama Review, 26 (2).
VAN GENNEP, A. (1960) The Rites of Passage, Monika
Vizedom y Gabrielle Caffee, trad. Chicago, Illinois, University Considero que vivimos tiempos peligrosos y que los educado-
of Chicago Press. Original, 1909. res necesitan empezar a compartir ideas con otros acerca de lo
VICO, G. (1948) The New Science of Giambattista Vico, que significa luchar por la democracia. Los educadores necesitan
Thomas Goddard Bergin y Max Fisch, trad. de la 3' edición, dar a los estudiantes una voz activa en la determinación de su fu-
de 1744. Ithaca, Nueva York, Cornell University Press. Origi- turo y encontrar una noción de pedagogía que dé coherencia a
nal, 1725. varios conflictos y movimientos políticos, enfocándose en los ti-
pos de lenguaje, formas de comunicación y prácticas sociales a
WALLACE, A. (1966) Religion: An Anthropological View, través de las cuales la gente aprenda acerca de sí misma y de sus
Nueva York, Random House. relaciones con temas sobre significado, poder y lucha. Con estas
ZEUSSE, E. (1975) "Meditation on Ritual", en Journal of the preocupaciones en mente quiero analizar brevemente las formas
American Academy of Religion, 43 (3). en las que la teoría educativa preponderantemente ha tratado la
relación entre los curricula educativos, la cultura y el poder. Al
final terminaré con algunas sugerencias para incorporar una teo-
ría del poder cultural dentro del marco de una teoría general de
la educación.

Escuela tradicional

Los puntos de vista dominantes sobre educación y curriculum


generalmente apoyan principios de aprendizaje que conciben el
conocimiento como algo a transmitir y consumir, y a las escuelas

Traducción: Javier Vivaldo Lima, profesor de la ENEP-Zaragoza.


Revisión: Alma Xóchitl Herrera Márquez y Wenceslao Jardón Her
nández (profesores de la ENEP-Zaragoza).
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como escenarios instruccionales diseñados para dar continuidad a diferentes formas de conocimiento (por ejemplo, sobre la pregun-
una cultura "común" y a un conjunto de habilidades que posibi- ta de cuál historia es la que se enseña, o sobre los intereses que
litan a los estudiantes operar eficazmente. subyacen a planteamientos teóricos específicos y al patrón de re-
Dentro de esta perspectiva, el discurso de libertad y de valor lación social que estructuran).
cívico está subordinado a una lógica instrumental que enfatiza el La escuela acalla activamente a los estudiantes a través de
dominio y manejo del conocimiento, y la preparación de los estu- ignorar sus historias, de encuadrarlos dentro de clases con ex-
diantes para el mercado de trabajo. El valor de la escuela se mide pectativas mínimas y de negarse a proporcionarles conocimien-
en función del grado con que ayuda a diferentes grupos a adap- tos relevantes para ellos.
tarse a la sociedad, y no en función del grado en que los posibi- La pregunta ignorada es cómo trabajan en realidad las escue-
lita para tareas morales, intelectuales y de liderazgo político. Los las para producir desigualdades a nivel de clases sociales, raza,
educadores tradicionales se pueden preguntar cómo debería la es- etnia y sexo, junto con los antagonismos fundamentales que las
cuela alcanzar un cierto objetivo predeterminado; pero muy rara caracterizan. ¿De qué manera la dominación y subordinación son
vez se preguntan por qué dicho objetivo podría ser benéfico para introducidas en el lenguaje, en los textos (a través de exclusión)
algunos grupos socioeconómicos o étnicos, y no para otros; o por y en las prácticas sociales (expectativas reducidas)? ¿Cómo se ex-
qué las escuelas, de acuerdo a su organización actual, tienden a presa el poder dentro de las escuelas en relaciones que confirman
bloquear la posibilidad de que grupos y clases específicas logren a algunos grupos en tanto que niegan a otros?
un nivel justo y equitativo de autonomía política y económica. El punto medular aquí es que la escuela, de manera activa, si-
La ideología que guía el punto de vista dominante de educa- lencia a los estudiantes ignorando su historia, ubicándolos en las
ción en los Estados Unidos es relativamente conservadora o se clases con pocas expectativas, rehusándose a proveerlos de cono-
interesa, en primer lugar, en preguntas relacionadas con el cómo cimientos relevantes a su vida. Sabernos, por ejemplo, que mu-
hacer, y rara vez cuestiona la relación entre conocimiento y po- chos educadores conciben diferentes lenguajes y antecedentes de
der, o entre cultura y política. En realidad, la cultura es frecuen- los estudiantes como deficiencias a corregir, más que como as-
temente reducida a un artefacto que da cuerpo a los valores de los pectos positivos en los cuales basarse. También sabemos que en
grupos dominantes; un almacén de fechas, nombres y eventos a los Estados Unidos la población negra está sobrerrepresentada en
ser registrados y grabados en la memoria para un futuro examen. los programas de educación especial, en los referentes a nivel dis-
No hay un intento por entender la cultura como los principios de ciplinario, y en las expulsiones.
vida compartidos por diferentes grupos y clases que emergen den- Es abrumador encontrar estadísticas que señalan que los ne-
tro de relaciones desiguales de poder y de lucha; o por analizar gros representan un 17% de la población a nivel preparatoria en
las formas distintivas en las que los grupos subordinados viven y Estados Unidos; - y por otra parte, observar que representan el
dan sentido, a sus circunstancias. Lo que queda sin explorar es un 41% de la población escolar clasificada corno de retraso mental
punto de vista de la cultura como una relación dinámica, y a me- educable con transtornos conductuales. El discurso educativo do-
nudo antagónica, entre los grupos dominantes y subordinados; minante no sólo carece de una teoría adecuada de la dominación
una relación que produce y honra formas particulares de signifi- y del rol que las escuelas juegan dentro de dicho proceso, sino
cado y acción. que tampoco posee una comprensión crítica de la forma en que la
En la teoría tradicional del curriculum no se tiene conciencia experiencia se define, construye y legitima en las escuelas. Desde
de los tipos de conflicto que se dan en las escuelas en relación a mi punto de vista, este discurso es limitado y a menudo incapaci-
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tante. Ignora los sueños, las historias y las perspectivas que la relaciones. Es igualmente importante la noción de que el lenguaje
gente tiene y trae a las escuelas. Sus preocupaciones fundamenta- del curriculum, en todas sus variantes, tiene íntima relación con
les se centran en aspectos de control y manejo, o guarda silencio preguntas de poder.
acerca de la relación entre cultura y poder. Esto sugiere que las escuelas deben ser entendidas como ins-
tituciones determinadas por una red de culturas contradictorias
Teorías alternativas que caracterizan a la sociedad dominante en la cual están inmer-
sas. Los maestros, y todos aquellos interesados en la cultura do-
Deben desarrollarse nuevas teorías sobre las prácticas educa- minante, deben entender la forma en que ésta funciona a todos
tivas si se pretende que el curriculum educativo, tanto en su con- los niveles del sistema para confirmar (y cuestionar) la experien-
tenido como en sus medios de instrucción, se base en un compro- cias culturales de diferentes estudiantes. El desarrollo de una pe-
miso con la democracia. Tales teorías deberán empezar por un dagogía que reconozca la noción de poder cultural implica asu-
cuestionamiento crítico de los presupuestos del conocimiento y de mir seriamente las formas de lenguaje, las formas de razonamien-
la práctica educativa. Debe hacerse un intento por analizar las to, las disposiciones, y las historias que dan a los estudiantes una
escuelas no sólo corno reproductoras de la sociedad dominante; voz activa en la definición del mundo. También significa trabajar
ello implica investigar sus posibilidades de educar a los estudian- en base a las experiencias que constituyen las vidas de los estu-
tes para convertirse en ciudadanos activos y críticos. Las escuelas diantes. En otras palabras, sus experiencias, formas culturales,
deben ser vistas y estudiadas como escenarios instruccionales y tienen que ser examinadas críticamente, de manera que se reve-
culturales. len tanto sus fortalezas como sus debilidades. Esto significa ense-
Un aspecto importante para empezar a desarrollar un discurso ñar a los estudiantes a apropiarse en forma crítica de los códigos
crítico de educación sería concebir el curriculum en relación con y el vocabulario de diferentes experiencias culturales, de manera
las formas de conocimiento y las prácticas sociales que legitiman que se les proporcionen las habilidades que necesitan para
y reproducen formas particulares de cultura y vida social. En definirse, más que para servir simplemente al mundo moderno.
otras palabras, el curriculum debería ser visto como una represen- Necesitamos entender la riqueza y potencialidades de otras tradi-
tación de un proceso de selección y exclusión; y, en este sentido, ciones culturales, de otras voces, particularmente de aquellas que
corno una expresión de lucha en relación a las formas de autori- apuntan hacia la autoridad.
dad política, de representatividad, de regulación moral, y de las Debemos preguntarnos cómo podemos trabajar con estudian-
versiones del pasado y del futuro que deben ser legitimadas, tes, particularmente con aquellos que pertenecen a las clases y
transmitidas y debatidas en contextos pedagógicos específicos. grupos subordinados, y reconocer que la cultura dominante de
la escuela no es neutra, ni sirve a sus necesidades; pero funcio-
Lenguaje curricular... una relación de poder na para hacerlos sentir impotentes.
Por lo tanto, el elemento fundamental para construir una teo-
En este caso, la teoría curricular no debe condenarse por ser ría crítica de la educación es el desentrañar las relaciones vividas
política, sino por cubrirse este carácter de manera inconsciente. que caracterizan a las culturas escolares. Debemos preguntarnos
Ni la teoría educacional, ni la teoría curricular son ideológica- cómo podemos trabajar con estudiantes de grupos y clases subor-
mente neutras. Constituyen una construcción social vinculada a dinados reconociendo que la cultura educativa dominante no es
un lenguaje e intereses particulares, así como a un conjunto de neutral, y tampoco sirve para solucionar sus necesidades, porque
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su función consiste en hacerlos sentirse impotentes. La respuesta motivadora para la acción misma. Vincularía una decodificación
es, en parte, en desarrollar una pedagogía crítica que cuestione y crítica de la historia con una visión del futuro que no sólo explo-
que ponga de relieve la importancia de generar expectativas; una taría los mitos de la sociedad existente, sino que también conside-
pedagogía enraizada en un lenguaje de posibilidades que aporte raría las necesidades y deseos inherentes a un anhelo por una so-
las habilidades y conocimientos con los cuales sea posible ciedad nueva, libre de la patología del racismo, del sexismo, y de
visualizar un mundo mejor, que dé una participación activa a los la dominación étnica y de clases.
grupos subordinados en el control de sus propias experiencias, y
que respete sus anhelos y ambiciones. Tal pedagogía apunta ha- Intelectuales transformadores
cia un tipo de educación en la que el conocimiento y el poder es-
tén vinculados a la idea de que el optar por la vida consiste en Los maestros y otros educadores deben ser capaces de enfren-
entender las condiciones previas necesarias para luchar por ella. tar cuestiones relacionadas con la función más amplia del curri-
No es necesario decir que esto da lugar a serias preguntas acerca culum y de la escuela, así como manejar las relaciones entre cul-
de cómo los educadores deben desarrollar ópticas críticas acerca tura y poder, conocimientos e intereses humanos, e interés y teo-
del conocimiento; preocupación que comentaré brevemente a con- ría/práctica. Más específicamente, los maestros deben ser algo
tinuación. más que técnicos.
En efecto, un punto de vista crítico del conocimiento escolar La racionalidad tecnocrática y estéril que domina los progra-
resultaría distinto al enfoque tradicional que prevalece en Estados mas de formación de profesores en los Estados Unidos pone muy
Unidos. El conocimiento crítico instruiría tanto a los estudiantes poca atención a aspectos teóricos e ideológicos. Los profesores
como a los maestros en relación a su estatus como grupos inmer- son a menudo entrenados para utilizar varios modelos de ense-
sos en la sociedad. Esto ayudaría a definir cómo dan significado ñanza, administración y evaluación; no obstante, no se les enseña
a sus vidas a través de las formas políticas, culturales e históricas a ser críticos con respecto a los supuestos que subyacen a estos
que conforman y producen. Asimismo, tal conocimiento com- modelos. Fn resumen, se les enseña una forma de analfabetismo
prendería críticamente aquellos aspectos de tradición cultural y conceptual y político (analfabetismo en el sentido de que tal pe-
experiencia cotidiana que resultan formativos. Tomaría seriamen- dagogía no sólo impide a los maestros reflexionar sobre los prin-
te los elementos de voluntad subjetiva y lucha que constituyen las cipios que fundamentan su práctica, sino que también descontex-
vidas cotidianas de los grupos subordinados. Se preguntaría cómo tualizan el acto de enseñanza). A partir de una falsa defensa de
los grupos subordinados crean historias, memorias y narraciones la objetividad, los maestros son llevados a alejarse de sus propias
que dan un sentido de determinación y de entidad, y que nos per- historias, experiencias y valores, dado que éstos afectan y mol-
mitirían como educadores entender las historias particulares, los dean.
intereses subjetivos, y los mundos privados que entran en juego Los maestros y los administradores deben tratar de entender
en la pedagogía del salón de clases. En forma similar, un tipo cómo las ideologías dominantes de etnicidad, clase, género y raza
crítico de conocimiento ayudaría a saber cómo apropiarse las di- han dejado una huella en la forma en que piensan y actúan. Esto
mensiones más progresivas de varias historias culturales, así sugiere que necesitan comprometerse con un diálogo crítico entre
como a reestructurar y apropiarse las dimensiones más radicales ellos, y trabajar con grupos externos a las escuelas para luchar
de la cultura dominante. por las condiciones ideológicas y materiales necesarias para que
Finalmente, tal conocimiento proporcionaría una conexión funcionen de acuerdo a lo que Stanley Aronowitz y yo hemos de-
Educación de maestros
y la política del compromiso:
el caso pro-escolarización democrática
nominado intelectuales transformadores.
Henry Giroux
Los maestros deben operar dentro de condiciones que les per-
Peter McLaren
mitan reflexionar, leer, compartir su trabajo con otros, producir
materiales curriculares, y publicar sus logros dentro y fuera de
sus escuelas locales. En la actualidad, los maestros en Estados
Unidos generalmente trabajan bajo restricciones organizacionales
y condiciones ideológicas que les dejan muy poco margen para el Ya en 1890, un maestro de Nueva Inglaterra, de nombre
trabajo colectivo y para actividades críticas. Las horas de docen- Horace Willard argüía convencido que, en contraste con los
cia son demasiadas, están generalmente aislados dentro de estruc- miembros de otras profesiones, los maestros vivían "vidas de me-
turas celulares, y tienen pocas oportunidades de enseñar con cánica rutina, y estaban sujetos a una maquinaria de supervisión,
otros. Tienen muy poca opción de manifestarse en relación a la organización, clasificación, graduación, porcentajes, uniformidad,
selección, organización y distribución de materiales instrucciona- promociones, pruebas, exámenes" (Powell, 1976: 4). En ninguna
les y de enseñanza; operan bajo cargas de trabajo, y en función parte, declaraba Willard, había lugar en la cultura de la escuela
de horarios industriales que resultan opresivos. Sus salarios son para "individualidad, ideas, independencia, originalidad, estudio,
un escándalo, y recién ahora esto empieza a ser reconocido por el investigación" (ibid: 4). Cuarenta años más tarde, Henry Holmes,
pueblo americano. decano de la nueva Escuela de Graduados de Educación, en la
A través de la lucha por condiciones que promuevan la ense- Universidad de Harvard, se hacía eco de estos sentimientos en su
ñanza conjunta, la investigación y publicación colectiva, y la pla- crítica de la Escuela Nacional de Educación de Maestros en
neación democrática, los maestros abrirán nuevos espacios para 1930. Según Holmes, la encuesta no lograba apoyar a los maes-
un discurso y una acción creativa y reflexiva. A partir de ese dis- tros da como pensadores críticos independientes. En lugar de
curso, podrán desarrollar una pedagogía emancipatoria que rela- esto, sancionaba una visión del maestro como "trabajador rutina-
cione el lenguaje y el poder, que tome las experiencias populares rio bajo la conducción experta de directores, supervisores y super-
en forma seria como parte del proceso de aprendizaje, que con- intendentes" (Counts, en Powell, 1976: 4). Holmes estaba con-
vierta la mitificación, y que ayude a los estudiantes a reorientar vencido de que si el trabajo de los maestros continuaba siendo
las experiencias primarias de sus vidas. A partir de las experien- definido de manera tan estrecha, las escuelas de educación res-
cias que abren la historia, la filosofía y otras disciplinas relacio- ponderían limitándose a formas de entrenamiento que virtual-
nadas, podemos construir un lenguaje de posibilidad, un lenguaje mente frustrarían el desarrollo de los maestros como intelectuales
que proponga cambios amplios en la educación, y que a la vez dé de conciencia crítica.
un nuevo significado a la necesidad pedagógica y política de En diferentes momentos, los dos notables críticos de la educa-
crear las condiciones que posibiliten formas emancipatorias de ción americana reconocieron que cualquier intento viable de re-
potenciación social entre alumnos y maestros. forma educativa debe tomar en cuenta el tema de la educación de

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