Vous êtes sur la page 1sur 24

El indice entre el libro ahora cerrado, no señala

José Man uel Arango

Alberto Restrepo.
Fotografía de Olga Lucía Echeverri. Medellin, julio de 1984.

“SUS HÁBITOS MEDIO CIVILIZADOS”:


ENSEÑANZA, DISCIPLINAS Y DISCIPLINAMIENTO
en América Latina
Marcelo Caruso
Resumen
“SUS HÁBITOS MEDIO DISCIPLINADOS”: ENSEÑANZA, DISCIPLINAS Y DISCIPLINAMIENTO
EN AMÉRICA LATINA

De la variedad de categorías identifícadas con la obra de Michel Foucault, la de las disciplinas es, sin duda, la que ha causado más
discusiones en la producción académica en educación. El artículo discute la pertinencia de esta categoría para el análisis de la
historia educativa latinoamericana. En tension con paradigmas aplicacionistas que enfatizan la existencia (o no) de una sociedad
disciplinaria, la cuestión de la enseñanza, del aula y de las técnicas de ordenamiento escolar subrayan la eñcacia de las disciplinas
como técnicas concretas de ordenamiento de la vida escolar.

“SES HABITUDES PRESQUE DISCIPLINNÉES”: ENSEIGNEMENT, DISCIPLINES ET APPLICATION


DE LA DISCIPLINE EN AMÉRIQUE LATINE

De la variété de catégories identifiées dans l’oeuvre de Michel Foucault, la catégorie des disciplines est sans doute celle qui a
entraîné beaucoup plus de discussions dans le domaine de la production académique concernant ¡Education. Le texte propose une
discussion autour de la pertinence de cette catégorie pour l'analyse de l’histoire de l’éducation en Amérique Latine. Mise en
tension avec des paradigmes applicationnelles qui mettent l’accent sur l'existence ou non, d’une société disciplinaire, la question
de l’enseignement, de la salle de classe et des techniques d’ordonnément scolaire soulignent l’efficacité des disciplines en tant que
techniques concrètes d’ordonnément de la vie scolaire.

“THEIR HALF- DISCIPLINED HABITS”: TEACHING, DISCIPLINES AND DISCIPLINING


IN LATIN AMERICA
Out of the various categories identified with Michel Foucault's works, that of the disciplines is, doubtless, the one that has
originated most discussion within the academic production on education. This article discusses the relevance of this category to
the analysis oflatin American education history. Differing from application paradigms which emphasize the existence (or non
existence) of a disciplinary society, the issues of teaching, classroom and school governing techniques underline the efficiency of
disciplines as concrete techniques for school life governing.

alabras Llave
Michel Foucault, disciplinas, historia educativa latinoamericana.
Michel Foucault, disciplines, Latin American education history.
“SUS HÁBITOS MEDIO CIVILIZADOS”* :
ENSEÑANZA, DISCIPLINAS Y DISCIPLINAMIENTO
en América Latina**

Marcelo Caruso***

La intervención de Michel antes de morir, genera la sensación de que aún


Foucault en la conforma­ estamos ante una obra incompleta, una obra
ción de una historia de en trance de ser catalogada para después ser
nuestro presente constitu­ periodizada, clasificada, interpretada y discu­
ye una de las referencias tida.1
teóricas centrales en diver­
sas disciplinas sociales de las últimas décadas. La irrupción de las perspectivas foucaultianas
La profusión de su propia obra, sus giros alrededor de la ética, de las técnicas del yo, la
temáticos y epistémicos, amén de sus aproxi­ reconsideración de sus estudios literarios y
maciones poco convencionales a problemas pictóricos, la publicación conjunta de sus es­
hasta entonces difusos en la percepción ge­ critos de actualidad y políticos, el crecimien­
neral han abierto el panorama a una serie tan to de los estudios sobre la gubemamentalidad,
numerosa de comentaristas, exégetas, biógra­ la argumentación viva de las lecciones de la
fos y cartógrafos de su obra que se ha llegado década del setenta y las misceláneas que en
a hablar de la producción de una verdadera diversas lenguas y en diversos formatos sor­
hagiografía de “San Foucault” (Halperin, prenden al lector interesado no merman la
1997). La propia política editorial de sus here­ certeza de que uno de los temas y perspecti­
deros personales e intelectuales y la serie de vas inaugurados por Foucault que han de per­
ediciones sobre sus cursos en el Collège de manecer en los archivos discursivos de una
France en la década del setenta han compleji- serie de saberes sistemáticos sobre la moder­
zado más aún este panorama. Por ejemplo, el nidad será la cuestión de las disciplinas y el
cuarto tomo de la Historia de la sexualidad, disciplinamiento.2 No sólo por las caracterís­
prácticamente concluido pero cuya publica­ ticas específicas de un campo de estudios
ción fue interdicta por el propio Foucault poco educativos que ha visto en la grilla disciplina-
* Domingo Faustino Sarmiento (1998,117).
** Este artículo es producto de discusiones organizadas en el proyecto “Nationalerziehung und Universalmethode:
Globale Diffusionsdynamik und kulturspezifische Aneignungsformen der Bell-Lancaster-Methode im 19.
Jahrhundert” (Educación, nación y el método universal: Dinámica global de disfusión y formas culturales de
aprobación específica del método Bell-Lancaster en el siglo XIX), codirigido por Jürgen Schriewer y Marcelo
Caruso en la Sección de Educación Comparada del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad
Humboldt, Berlín.
*** Universidad Humboldt, Berlín.
Dirección electrónica: marcelo.caruso@rz.hu-berlin.de
1 Entre las últimas publicaciones de Michel Foucault se destacan, In Verteidugung der Gesellschaft (1999), La herme­
néutica del sujeto (2002), Los anormales (2000). Asimismo, véase la edición de sus escritos menores en varios tomos
publicados en francés bajo el nombre Dits et écrits (1994).
2 En el campo de los estudios educativos, esta perspectiva sigue teniendo una gran presencia. Véase, por ejemplo,
Stephen J. Ball, Foucault y la educación. Disciplinas y saber (1997); Mariano Narodowski, Infancia y poder. La conforma­
ción de la pedagogía moderna (1995) ; Anne Querrien, Trabajos elementales sobre la escuela primaria (1979) ; Julia Varela,
Modos de educación en la España de la Contrarreforma (1983); Julia Varela y Fernando Alvarez-Uría, Arqueología de la
escuela (1991).
REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA VOL.XVNo.37 107
"SUS HÁBITOS MEDIO CIVILIZADOS

ria tanto una forma concreta de ordenamien­ lar disciplinaria en condiciones de una débil
to que posiciona los diversísimos elementos penetración de los Estados y de las institucio­
de la institución escolar como un modelo de nes implicadas? ¿Es legítimo hablar de una
amplias repercusiones, estableciendo así una sociedad disciplinada tal como se ha hecho
interdiscursividad de las prácticas institucio­ para la caracterización de las sombras de la
nales, sino también por la relevancia social de modernidad europea?
las instituciones implicadas en el análisis dis­
ciplinario -fábricas, hospitales, escuelas, pri­ Tales preguntas implican la apertura de una
siones-, la cuestión de las disciplinas y el disci- teoría en función de su contraste con diver­
plinamiento sigue constituyendo en las co­ sas condiciones de producción, circulación,
munidades académicas una especie de núcleo sanción y recepción. Por ello, la cuestión de
imaginario, un centro gravitatorio, de la obra la pertinencia de categorías foucaultianas vin­
de Michel Foucault (DreGen, 1982; Frijhoff, culadas a las disciplinas, sus instituciones y
1999, 83-100) su proceso social implica una pregunta por la
mundialización de proyectos de orden, de
En este sentido, las luchas interpretativas por formas culturales de producción de sujetos,
la rigurosidad, relevancia y potencial heurís­ de prácticas e instituciones de origen especí­
tico de las categorías vinculadas con la pro­ fico. Se trata, en suma, de vislumbrar si la re­
ducción de órdenes sociales calificados como cepción de tales programas en contextos di­
disciplinarios han sido el espacio central de versos no posee una capacidad reestructura-
discusión y polémica de su obra.3 Ante la re­ dora de las categorías mismas, en función de
ciente aparición de estudios vinculados a la las propias tradiciones culturales, de sus ca­
potencialidad de la obra foucaultiana para pacidades operativas y de su articulación con
analizar los pasados y los presentes de las rea­ imágenes y símbolos específicos del orden
lidades educativas latinoamericanas, el pre­ preexistentes. Por ello, en este trabajo se per­
sente trabajo intenta mostrar algunas posibi­ sigue algo más que diagnosticar la mera
lidades y límites de estas elaboraciones teóri- “aplicabilidad” de estas categorías a otros con­
co-históricas (Centeno, 2001, 289-308; Trigo, textos -en este caso, el latinoamericano- para
2002). En efecto, como teoría nacida en la Eu­ discutir las capacidades diversificadoras de la
ropa de posguerra -probablemente con la
impronta de los autoritarismos cotidianos en dimensión espacial de la vida social.
Francia, Alemania y Suecia a cuestas, donde
Foucault vivió y trabajó en los años anteriores Para ello, seguiremos el siguiente recorrido.
a los movimientos de 1968-, la pregunta acer­ Presentaremos en un ejemplo reciente la ten­
ca de la validez de tales esquemas para el aná­ dencia “aplicadonista”, esto es, la vinculación
lisis de las instituciones de otros espacios civili- de un “paradigma” y un “territorio” en tér­
zatorios y de realidades extraeuropeas ha sido, minos de mera aplicación y operacionaliza-
desde el comienzo, una pregunta legítima y ción. Ante las aporías de este ejemplo, inten­
plausible. ¿Puede hablarse de un proyecto taremos presentar algunas especificidades,
disciplinario para estas sociedades latinoame­ alcances y límites de las disciplinas en la con­
ricanas, las cuales parecieran resistirse a for­ figuración de las modernidades latinoameri­
mas de ordenamiento racionalizadas? ¿Pue­ canas, básicamente con base en los hallazgos
de hablarse de una experiencia social y esco­ vinculados con la institución escolar. Por últi-

3 Véase particularmente la crítica central de Jürgen Habermas (1985, 273-343), quien diferencia precisamente la
riqueza de Las palabras y las cosas del mundo hermético y del sujeto condicionado que le atribuye a Foucault en
Vigilar y castigar.

108 REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGIA VOL. XV No. 37


FOUCAULT, LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGÍA

mo, presentaremos algunas tesis acerca de las ¿Cómo ha sido definida la disciplina en los tra­
posibilidades analíticas abiertas por Foucault bajos clásicos ligados a la “gran transforma­
para el análisis de la historia y del presente de ción ”?¿Cuáles son sus bases institucionales?
nuestra región bajo perspectivas no “aplica- ¿Cómo podemos comenzar a medir la discipina
cionistas”. con el fin de realizar estudios comparativos?
Esta agenda de discusión será desarrolla­
El PARADIGMA DE LA da por él en un esfuerzo consecuente.
APLICACIÓN: UN EJEMPLO A partir de su propio criterio de claridad y
vigor, Centeno se queja de la polisemia del
En una obra colectiva reciente acerca de la propio concepto disciplina. Inclinado a ver las
pertinencia y del poder explicativo de las di­ polisemias no tanto como una posibilidad, un
versas grandes teorías vistas desde el trabajo enriquecimiento de los objetos teóricos que
de historiadores latinoamericanos, Miguel abren nuevas perspectivas interdiscursivas,
Ángel Centeno, uno de los dos compiladores sino más bien como un obstáculo para una
de esa obra, presenta una aproximación de historia de vigor empírico, Centeno se apre­
sumo interés al tema del valor de la obra sura a clausurar las inespecificidades. Afirma
foucaultiana en general y del foco sobre dis­ que «disciplina implica, obviamente, obedien­
ciplinas y sociedad disciplinaria en particular cia» (292). Recurriendo a las figuras de corte
para la investigación de la historia latinoame­ militar utilizadas por Max Weber para descri­
ricana. Sugestivamente titulado “The Disci­ bir la disciplina, Centeno plantea que debe
haber una obediencia uniforme, ritualizada,
plinary Society in Latín America” (2001), este lejos del éxtasis heroico o de la devoción per­
ensayo de aplicación y de discusión de la teo­ sonal que estarían, por ejemplo, perjudican­
ría nos servirá tanto para puntualizar algu­ do el accionar de un ejército, más que favore­
nos problemas con respecto a la lectura he­ cerlo. «Para Foucault -agrega Centeno- la
cha de las propias categorías como para po­ nueva forma de obediencia está caracterizada
ner en evidencia una serie de problemas de por una respuesta automática que esencial­
tipo historiográfico y teórico. mente desactiva el estadio de la comprensión»
(292). Este tipo de obediencia estaría favore­
El trabajo de Centeno es de un gran nivel de ciendo la creación de una sociedad vigilada,
explicitación: la potencialidad heurística de los una sociedad menos punitiva y más ligada a
conceptos provienen para él de la “claridad la producción de sujetos normales. Así, «la
conceptual” y del “vigor empírico”, criterios versión moderna de la disciplina descansa más
ante los cuales las pocas páginas de Max Weber bien en el yo que en un otro externo» (292),
(1972) sobre disciplina en su monumental obra en tanto los mecanismos institucionales reti­
Economíay sociedad parecen capitular. Foucault ran su instrumentado coercitivo e interpelan
es visto como un autor de afirmaciones «aún a los sujetos en función de elementos persua­
más defectuosas» (Centeno, 2001, 290). A pe­ sivos. En función de este complejo, Centeno
sar de ello, el peso que tanto desde la Escuela determina las propiedades especiales de las
de Frankfurt como desde la obra de Elias se disciplinas:
ha dado al tópico de la disciplina en los pro­ (1) es una obediencia automática que (2) se
cesos de modernización invita a lidiar con sus mantiene por una vigilancia omnipresente, (3)
“afirmaciones enigmáticas” (290). Su aborda­ monitoreada por mecanismos psicológicos in­
je de la cuestión se articula alrededor de tres ternos, (4) que requiere una serie de actos positi­
preguntas básicas: vos y no meramente restricciones, (5) que está

REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA VOL.XVNo.37 109


"SUS HÁBITOS MEDIO CIVILIZADOS

justificada por un sistema de creencias hegemó- foucaultiana existen dos estilos de argumen­
nico y (6) que comprende los privilegios de la tación en tesión. Por un lado, se trata de la
igualdad en conjunto con la responsabilidad mirada genealógica, centrada en la conforma­
(294). ción de una serie de mecanismos diferencia­
dos de producción de disciplinas, biopolítica,
Este desarrollo teórico, en el cual se acude más normalización y demás. Por otro, Foucault
a diversos autores críticos, a Elias y a Weber tiende a asociar con estos análisis un estilo de
que al propio Foucault, muestra la persisten­ argumentación “epocal”, en donde el análisis
cia de narrativas de interpretación sumamente de estos mecanismos y operaciones retrocede
totalizantes. En efecto, la queja acerca del ca­ ante la descripción de efectos a largo plazo
rácter difuso y plurisémico de la cuestión de que estarían fundando verdaderas “épocas”.
las disciplinas y el disciplinamiento puede Mientras la mirada sobre los mecanismos de
entenderse en tanto las consecuencias de la las instituciones particulares -entre ellas la
difusión de las disciplinas son de carácter escuela- estaría asociada a la argumentación
múltiple. Sin embargo, una mirada a Vigilar y estrictamente genealógica, Donnelly pleantea
castigar ahorra al investigador interesado una que afirmaciones vinculadas a la sociedad
serie de dolores de cabeza. Foucault es parti­ carcelaria o a la sociedad normalizada se vuel­
cularmente concreto a la hora de “definir” las ven problemáticas para el historiador. Estas
disciplinas, tan “concreto” como luego “enig­ “épocas” son las que otorgan al análisis fou-
mático” a la hora de presentar su estatuto y caultiano el barniz de hipótesis tan abarca-
consecuencias: doras e inclusivas, la imagen de un mundo
tan suturado por redes de gobierno, que ha
a estos métodos que permiten el control minu­ producido los ataques de numerosos filóso­
cioso de las operaciones del cuerpo, que garanti­ fos y cientistas sociales contra una imagen de
zan la sujeción constante de las fuerzas y les lo social de sumo hermetismo. Sin embargo,
imponen una relación de docilidad-utilidad, es Donnelly puntualiza que ambas argumenta­
a lo que se puede llamar las “disciplinas ” ciones están disponibles y sugiere a los histo­
(Foucault, 1988, 141). riadores una mirada atenta al acercamiento
genealógico, microfísico de las disciplinas, de
Si la extensión, consolidación y penetración la biopolítica y de la normalización, y menos
de las diversas disciplinas en el cuerpo social a las grandes hipótesis epocales vinculadas,
lograron conformar una sociedad disciplinaria por ejemplo, con la sociedad disciplinaria (Do­
es un tema de más amplias consecuencias. En nnelly, 1992, 199-203).
ese sentido, el énfasis elegido por Centeno para
su análisis de las vinculaciones entre la obra Pero Centeno, atrapado en su aproximación
de Foucault y la historia latinoamericana im­ centrada en la “época” disciplinaria, sólo pue­
plica ignorar los mecanismos concretos de la de tener acceso a las disciplinas concretas
disciplina y su funcionamiento de tipo “operacionalizando” su propia definición hí­
inductivo, para preferir el punto de vista de brida de los desarrollos de Foucault, Weber y
una gran teoría' sobre la sociedad disciplinaria Elias. Para ello, se centra en cuatro institucio­
que en sucesivos pasos deductivos será opera- nes que son frecuentemente asociadas al pro­
cionalizada por el historiador. yecto disciplinario: prisiones, milicias, fábri­
cas y escuelas. Consecuente con su lógica
Este tipo de dificultades provienen de una deductiva, Centeno plantea que el mayor pro­
mirada específica. Tal como lo ha señalado blema con el concepto disciplina en este pun­
acertadamente Michael Donnelly, en la obra to es el de encontrar «alguna medida común
4 Sobre el concepto gran teoría y la inclusión de Foucault en el mismo, véase Mark Philp (1985, 65-82).

110 REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGIA VOL. XV No. 37


FOUCAULT, LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGÍA

que permita análisis comparados» (2001, 295). bricas como marcos institucionales de apren­
Por ello, intenta imponer “rigor cuantitativo” dizaje de la disciplina y, más aún, las fábricas
al concepto, tal como «es requerido en las dis­ dieron nacimiento a algunos de los movimien­
ciplinas académicas (norte)americanas». Para tos políticos más radicales del continente (302­
ello, ha intentado construir un “index disci­ 303). Sin importar que en su principal refe­
plinario” que pueda ser la base para algún rencia acerca de las penitenciarías en Améri­
estudio acerca de las relaciones entre discipli­ ca Latina se utilice de manera muy producti­
na y desarrollo. Ante las dificultades de este va el análisis de Foucault del proceso de cons­
proyecto basado en “inferencias causales”, titución de la prisión moderna y que sus au­
plantea que lo único que se podría medir son tores hablen de una difusión parcial, despla­
«los resultados de las prácticas institucionales zada en sus sentidos reformadores y natura­
que tienen poco que ver con el tipo de desa­ listas pero presente como modelo de moder­
rrollo social y psicológico descritos anterior­ nización, Centeno se centra en las limitacio­
mente» (298). Esta conclusión es producto de nes y no en las posibilidades de estos concep­
su propia construcción del problema a estu­ tos (Salvatore y Aguirre, 1996, 1-43).
diar. Mientras que Foucault define claramen­
te las instituciones y no “la sociedad” o la “psi­ El caso de la educación y de la forma escolar
que” como lugar de despliegue de las disci­ es aún más grave. Ante la profusión de la pro­
plinas, Centeno, atrapado en su concepción ducción en historia de la educación de las úl­
de sociedad disciplinaria con todas sus conse­ timas dos décadas, Centeno continúa hablan­
cuencias, no puede valorar la evidencia ins­ do de la poca atención dada a este tema. Esta
titucional misma, claramente presente en los selectividad de la percepción no sólo excluye
análisis de Vigilar y castigar. Este vano intento a la casi totalidad de la producción académi­
cuantificador fracasa ante la poca significa- ca del propio campo educativo, sino que in­
tividad de las correlaciones que dice haber cluso la mayoría de los trabajos recientes de
encontrado, ya que las mismas no están pre­ sus colegas historiadores no son menciona­
sentadas en el texto. dos a la hora de cotejar la capacidad de la ins­
Ante esta situación, Centeno intenta plantear titución escolar de vehiculizar estas prácticas
el peso de los procesos institucionales en la llamadas disciplinas.
implantación de un proyecto disciplinario.
Para ello, presenta resultados de investigacio­
nes acerca de las prisiones, milicias, fábricas y Las disciplinas en las
escuelas en América Latina, en una brevedad escuelas: una perspectiva
que, al menos para el caso de las escuelas, no
está justificada. Centeno explica que tanto en ANALÍTICO -INSTITUCION AL
el campo de las prisiones, como en el de las
milicias y en el de las fábricas nos enfrenta­ La experiencia escolar es, sin duda, un cam­
mos a aparatos institucionales de relativa pre­ po de fuerzas encontradas, de producción de
sencia en nuestros países. A pesar de los in­ hábitos de cierto nivel de mecanización, de
tentos de reforma, la mayoría de los prisione­ apertura a mundos no presentes en el resto
ros sufrían un régimen de encierro predisci- de la vida cotidiana, de ceñimiento a pautas
plinario. A pesar de las largas guerras civiles de dirección y conducción, de generación de
y de la conflictividad social, las cifras de in­ rupturas y legitimaciones. En este sentido, los
clusión de la población masculina en los ejér­ efectos de la experiencia escolar no son
citos parece haber sido menor que en el caso deducibles simplemente de las estrategias más
europeo. Por último, los niveles bajos de in­ o menos explícitas y de diverso nivel de cen­
dustrialización estarían descartando a las fá­ tralización que componen la política escolar.

REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA VOL.XVNo.37 111


"SUS HÁBITOS MEDIO CIVILIZADOS

Sin embargo, en el transcurso de su vida es­ ducción de la modernidad híbrida latinoame­


colar, los sujetos están obligados a vincularse ricana.
con ese orden, aunque esa vinculación pueda
derivar en una serie de posiciones de sujeto En ese mundo del detalle y de su organiza­
diferentes. Se puede rechazar la propia expe­ ción que es la esfera disciplinaria, se reconoce
riencia escolar, se la puede mitificar, se la pue­ como primera operación la del arte de las dis­
de criticar parcialmente, etc. Pero los sujetos tribuciones de los individuos -es decir, de sus
que transcurren una gran parte de sus años cuerpos- en el espacio. Para ello, se organi­
formativos en este tipo de instituciones no zan una serie de funciones vinculadas a este
pueden ignorar esta experiencia.5 espacio; en otras palabras, se organiza una
tabla {tableaux}. En primer lugar, se procede a
En este sentido, es necesario, por un lado, te­ erigir espacios institucionales de relativa clau­
ner presente la observación de Michel de sura. Más aún, en ese espacio delimitado se
Certeau de que a las estrategias disciplinarias anulan “los efectos de las distribuciones in­
-centralizadas, calculadas, de alto nivel de decisas” designando «a cada individuo un
estructuración- hay que confrontarlas con las lugar y en cada emplazamiento un individuo»
tácticas cotidianas de su apropiación -loca­ (Foucault, 1988, 146). En tercer lugar se inten­
les, ligadas a racionalidades de tipo popular y ta imponer una economía del espacio vincu­
de menor nivel de articulación- (Certeau, lada a los emplazamientos funcionales. Para
1988, 85-92). Esta idea, que ha sido procesada ello, «se fijan unos lugares determinados para
por algunos historiadores con cierto entusias­ responder no sólo a la necesidad de vigilar,
mo al habilitar un acceso a la complejidad del de romper las comunicaciones peligrosas, sino
material histórico de mayor flexibilidad,6 no también de crear un espacio útil» (147). Por
implica la impugnación de la existencia y rol último, se organizan los espacios instituciona­
de las disciplinas en el proceso de configura­ les a través de una distribución de rangos, lo
ción de nuestras modernidades. Si De Certeau cual implica la adopción de unos sistemas de
vierte la idea del carácter contradictorio de lo clasificación que abarcan la totalidad de los
social y cultural en la categoría de tácticas cuerpos en cuestión.
populares, éstas se constituyen en tácticas sólo
en tensión con las estrategias de dominación Este primer complejo de operaciones de or­
y de producción de orden. Al puntualizar los denamiento espacial se refuerzan con el con­
límites de la indagación de las estrategias dis­ trol de la actividad. Las disciplinas reactivan
ciplinarias escolares en general, estamos tra­ la vieja herencia del empleo calculado del
zando al mismo tiempo los alcances analíti­ tiempo, en tanto dictan ritmos, prescriben
cos de las próximas páginas, esto es, la mira­ repeticiones y obligan a los sujetos a ceñirse a
da sobre la cotidianidad escolar como un dis­ ciertas ocupaciones. Este empleo del tiempo
positivo de impronta disciplinaria, en tanto necesita de una elaboración temporal del acto,
las disciplinas se definen a través de la visibi­ de una mirada analítica que descompone las
lidad de los cuerpos, sus actividades y sus efec­ acciones en sus partes para recomponerla de
tos de docilidad y utilidad. Esta aproximación una forma ordenada y no casual (155). En esta
no da cuenta de la totalidad de la experiencia reelaboración analítica de las acciones, se pro­
escolar, pero da a las disciplinas como técni­ ducen dos tipos de articulaciones. La prime­
cas de producción de orden institucional y ra es la de la correlación del cuerpo y el gesto;
de subjetividad un rol insoslayable en la pro­ la segunda es la de la vinculación cuerpo y
5 Sobre las relaciones entre sujeto, experiencia y poder, véase Marcelo Caruso e Inés Dussel (1996).
6 Para la historia de la educación, es de especial interés Frijhoff, “Foucault Reformed” (1999). Un caso de adopción
de este marco en el campo de la historia de la literatura puede encontrarse en Peter Teltscher (2002).

112 REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGIA VOL. XV No. 37


FOUCAULT, LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGÍA

objeto. La suma de estas correlaciones es lo operacionalización se ajusta, en primer lugar,


que en el vocabulario militar -pero no sólo en a la especificidad de cada institución en par­
él- es denominado la maniobra (manoeuvre). ticular -la escuela, el ejército, el hospital, la
fábrica, el asilo- y, en este punto abandona­
Tablas de distribución y maniobras detalladas mos la letra foucaultiana, a la especificidad
en función del control del tiempo posibilitan de las historias vividas por las sociedades que
la organización de las génesis. Las actividades “aplican” estas disciplinas y a las significacio­
son planeadas a largo plazo, pero a la vez, con nes que diversas culturas otorgan a las diver­
un alto grado de especificación. La génesis sas herramientas disciplinarias.
implica aquí la organización de los ejercicios.
Sea en la escuela o en el ejército, el planea­ Centrándonos en la institución escolar, inten­
miento de segmentos previamente identifica­ taremos mostrar el avance de técnicas disci­
dos y luego compuestos será una de las bases plinarias a través de transformaciones de la
de la producción de orden institucional, un enseñanza. En otro lugar hemos argumenta­
orden diferente al de las vidas cotidianas do que el abandono de la vieja escena de en­
(exercise). señanza “individual” puede utilizarse como
“indicador” de un avance de diversas pro­
Por último, Foucault plantea que las técnicas puestas disciplinarias en el campo escolar
de docilización a través de operaciones sobre (Dussel y Caruso, 1999). En efecto, la vieja aula
el cuerpo se organizan alrededor de una com­ de la escuela elemental organizaba su coti­
posición de fuerzas, la combinación de los dianidad alrededor de interrogatorios indivi­
cuerpos en tomo a funciones. Básicamente, duales por parte del maestro. El aula no tenía
esta composición de fuerzas sólo es posible una estructura lineal y los alumnos que no
bajo un sistema preciso de mando, se traban eran interrogados, por demás numerosos, te­
relaciones de señalización (170-171) que movi­ nían una serie de ejercicios para realizar, aun­
lizan los cuerpos individuales de manera co­ que el docente no tuviera garantía de ello. Sólo
ordinada. La formación de un sistema de se­ el próximo interrogatorio del docente podría
ñales será una de las formas más económicas proporcionarle alguna información sobre lo
de concretización del mando y de composi­ que el alumno había hecho mientras interro­
ción de los individuos (tactique). gaba a los otros escolares. Este “método”, de­
nominado individual porque no había escenas
Como puede verse, la cantidad de operacio­ de enseñanza directa grupal, parece haber
nes disciplinarias específicas al interior de las sido característico de las escuelas de la mo­
instituciones no es marginal. El concepto mis­ dernidad temprana, tanto en Europa como
mo de disciplinas fue formulado por Foucault en América Latina.7 Esta escena, donde los
con estas características precisas. Sólo el én­ alumnos pasaban gran parte de la jornada es­
fasis en el concepto sociedad disciplinaria -esto colar librados a sus propias ganas de realizar
es, en el momento totalizador- justifica que los ejercicios, fue reemplazada entre media­
Centeno termine y no que comience con las dos del siglo XVIII y mediados del siglo XIX
instituciones. En cambio, el concepto mismo -esto es, en el período en el que las discipli­
de disciplinas se configura al interior de las nas locales se institucionalizan y en el que su
historias y devenires institucionales. Su emblema más puro, la cárcel, es adoptado en

7 El escrito programático de Comenio, la Didáctica magna de 1629, que introduce sistemáticamente la idea de una
enseñanza global o simultánea es un signo de la presencia y del peso de la estructura individual en la instrucción
y constituye a la vez su primera impugnación. Sin embargo, su programa tardaría siglos en realizarse a gran
escala. Véase Gerhardt Petrat (1979) y Michael Sauer (1998). Sobre América Latina, véase el caso colombiano en
Olga Lucía Zuluaga Garcés (1984).

REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA VOL.XVNo.37 113


"SUS HÁBITOS MEDIO CIVILIZADOS

Europa y, en mucha menor medida, en Amé­ tipo de texto utilizado o en clases diferentes
rica Latina- por la enseñanza simultánea y según los niveles de logro en cada contenido
mutua como nuevas formas de control, puni­ (mutuo). Más allá de las especificidades de
ción y corrección. estos sistemas de clasificación, el espacio es­
colar deja de estar poblado por “distribucio­
La enseñanza global o simultánea y el sistema nes indecisas” para asignar a cada individuo
de enseñanza mutua (también conocida como un lugar.
sistema Lancaster por el nombre de uno de sus
fundadores) marcan el declive definitivo de En el caso de las escuelas mutuas, esta distri­
la estructura didáctica individual practicada bución se ve exacerbada por la constante visi­
durante centurias. Si bien la enseñanza indi­ bilidad producida por la lógica monitorial. El
vidual había sido desafiada por los Hermanos monitor sobresale del grupo, pero el ordena­
de las Escuelas Cristianas en Francia y por miento del grupo mismo en el espacio -por
diversas sectas protestantes, es hacia el final ejemplo, ante los “círculos de lectura”- se ve
del siglo XVIII cuando se consolidan alterna­ influido por las respuestas correctas de cada
tivas de corte disciplinario a la vieja forma de niño. De esta manera, el grupo bajo la con­
instrucción. En este proceso, la enseñanza si­ ducción del monitor no es homogéneo, sino
multánea y la enseñanza mutua perfeccionan que es una suma de grados de logro.9 Asimis­
algunos elementos disciplinarios presentes en mo, los diversos monitores de orden, posicio-
la instrucción e introducen otros completa­ nados en lugares de mayor visibilidad, ilus­
mente nuevos. tran la lógica de que los espacios estén asocia­
dos con funciones. En el sistema simultáneo,
En primer lugar, ambas necesitan definitiva­ la elevación para el lugar del maestro, la sepa­
mente de una composición del lugar que ya no ración de los sexos, las tácticas de distribu­
puede ser satisfecha por una simple habita­ ción de los alumnos serán variadas y no se
ción grande en la casa del maestro. La canti­ dejará el espacio y su ocupación a los avata-
dad de bancos, su alineamiento en filas, la res del azar.
producción de un lugar “central” o “frente”
-en la enseñanza simultánea, el maestro mis­ Esta evolución se verá coronada a nivel de la
mo; en la mutua, los centros vinculados a los institución escolar por la escuela graduada por
monitores de enseñanza- no son compatibles edades, criterio que se impuso con posterio­
con la vieja asimilación entre casa del maes­ ridad. Sin embargo, la cuestión de los rangos,
tro y aula o, incluso, entre iglesia y escuela.8 sea por edades, por logros o por cualidades
Estos requerimientos separan al espacio es­ morales, pasa a ser uno de los operadores fun­
colar de otros espacios sociales y, ante la ne­ damentales a la hora de disponer los cuerpos
cesidad de coordinación de un grupo, se ge­ en el espacio. Asimismo, la centralidad del
nera una clausura de ese espacio a través de cuerpo del maestro da lugar a una visibilidad
un horario escolar. Asimismo, ese espacio de que será objeto de otros discursos científicos
clausuras intermitentes es poblado por clasi­ y pedagógicos para su formación. Con ello, el
ficaciones cambiantes: se suceden a partir de cuerpo del docente mismo será codificado a
1750 los sistemas clasificatorios de alumnos, través de los manuales de pedagogía y de las
sea en clases por edad, sea en clases por el doctrinas del buen comportamiento hasta en
8 Por ello, este es el momento histórico de aparición de una verdadera arquitectura escolar. Véase Antonio Viñao
Frago (1993-1994, 17-74) y Thomas A. Markus (1996, 9-50).
9 Para una descripción de la enseñanza mutua, es necesario consultar las obras seminales de Andrew Bell (1797) y
Joseph Lancaster (1995,1-112). Para una de sus adaptaciones latinoamericanas, consultar Anónimo (1826a) y José
María Triana (1845).

114 REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGIA VOL. XV No. 37


FOUCAULT, LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGÍA

sus gestos (Dussel y Caruso, 1999). En suma, escuela de la enseñanza simultánea o mutua
la distribución calculada de los cuerpos en el fue convirtiéndose en un espacio de codifica­
espacio es una de las grandes innovaciones ción de cuerpos y objetos tanto en el momen­
disciplinarias.10 to de saludar a la bandera, como en las for­
mas diversas de marchas escolares, de modos
En segundo lugar, la elaboración temporal del de entrada y salida a la escuela y al aula, etc.
acto será uno de los focos centrales a la hora La escuela, en suma, es un lugar donde se
de regular la cotidianeidad institucional. Se practican los actos codificados denominados
tratará tanto de establecer evoluciones linea­ maniobras.
les que van de la pizarra al cuaderno, del lá­
piz a la tinta, de la cartilla al libro, como de la Este espacio analítico y las maniobras que lo
codificación del cuerpo en cada uno de estos pueblan hacen posible la organización de las
actos. El disciplinamiento de las manos será, génesis. La consolidación de un espacio de­
sin duda, uno de los puntos más tematizados nominado currículo y las didácticas son los
a la hora de coordinar objeto y cuerpo. Sin instrumentos centrales de esta organización.
embargo, esta visibilidad de una mano que Los currículos planifican las génesis a varios
toma un lápiz o de unos dedos que dan vuel­ años y, a la vez, en todo detalle en su progre­
ta una página11 son sólo posibles a partir de sión. Las didácticas van un paso más hacia
una condición casi invisible para estas elabo­ adelante e intentan traducir esa organización
raciones temporales: en las escuelas seriadas, en escenas cotidianas de enseñanza y apren­
en las escuelas donde se conforma un centro dizaje. En las mismas, contando con una in­
y un campo de visibilidad tanto para los do­
centes como para los alumnos, esta serialidad fancia escolar sedentarizada y con una mini-
sólo se logra mientras se consiga tener senta­ mización de los estímulos exteriores gracias a
dos a los niños. La historia del banco escolar la clausura y al ordenamiento, se hace posible
es así no sólo la historia de un mueble que una serie de operaciones sumamente artifi­
produce nostalgias, sino la historia de una ciales y una comunicación específica deno­
sedentarización de la infancia que posibilita minada didáctica. Esta comunicación descom­
las operaciones de enseñanza. Esto es, si en el pone los grandes segmentos de contenido de
aspecto de la distribución del espacio, el ele­ las “asignaturas” para darle una secuenciación
mento central era la asignación de lugares, y un orden en su ejercicio. Amén de las críti­
para la elaboración temporal del acto escolar cas pedagógicas exteriores, estas herramien­
es central que se constituya un campo de tas han producido un reino de la ejercitación,
sedentarización previo a las operaciones de las repeticiones y de las consolidaciones
didácticas. Sin sedentarización de la infancia, insoslayable a la hora de analizar la experien­
no es posible la “actividad” reglada, la activi­ cia escolar.13 Tanto el sistema simultáneo como
dad escolar.12 Amén de estas operaciones, la el mutuo posibilitaban esta organización de
10 Como una forma específica de las operaciones de clausura del espacio escolar y sus marcas en las prácticas
corporales, puede verse la cuestión de los uniformes escolares en Inés Dussel (2001).
11 Véase la imagen de la lectura propugnada por el normalismo argentino y comentada por Rubén Cucuzza como
la escena normalista de lectura, en Cucuzza (2003).
12 Sobre el tema de la sedentarización de la infancia, véase la obra de Eickhoff sobre la sedentarización en la
modernidad (1993). Acerca de este proceso en las escuelas elementales de Zürich, véase Franz Kost (1985). Así
mismo, hemos reconstruido aspectos de esta transformación en el reino de Baviera (Caruso, 2003b, 306-317).
13 Un buen ejemplo de las capacidades selectivas del currículo y de su potencial para la organización de las génesis
puede consultarse en Thomas S. Popkewitz (1987). En el campo de la didáctica, la organización de las génesis
como programa de gobierno puede verse en los diferentes artículos en Hans Rauschenberger (1985) y Marcelo
Caruso (2001, 3-10).

REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA VOL.XVNo.37 115


"SUS HÁBITOS MEDIO CIVILIZADOS

las génesis no sólo en cada institución, sino disciplinas en América Latina se vincula con
también a gran escala.14 la penetración de tales modelos de cotidia­
nidad escolar enfrentándose, fundamental­
Por último, con la caracterización de composi­ mente, con formas de enseñanza informales
ción de fuerzas, el concepto disciplina adquiere o con las viejas formas de la instrucción indi­
una dimensión supraindividual eminente. Esta vidual. De esta manera, preguntarse por esta
composición de fuerzas hace hincapié en el transformación de la institución escolar en
carácter colectivo de estas técnicas, en la ne­ América Latina es una posible perspectiva
cesidad de coordinación de las mismas y en para evaluar la presencia de las disciplinas en
la economía que esta colectividad implica. En nuestro contextos y para producir un pano­
efecto, la economía de una enseñanza simul­ rama acerca de la presencia de una estrategia
tánea o mutua con respecto a la tediosa inte­ disciplinaria en la región con la cual los suje­
rrogación de alumnos individuales fue una tos tuvieron que vincularse más allá de los
certeza para los reformadores escolares de fi­ resultados de esta vinculación.
nales del siglo XVIII y principios del XIX. En
este sentido, estos sistemas de enseñanza no
sólo han creado la composición de fuerzas del
aula, vinculadas a la articulación de los indi­ La enseñanza disciplinaria
viduos alrededor de uno (simultánteo) o va­ en América Latina: alcan­
rios (mutuo) centros, sino que han produci­
do instituciones de mayor escala -las escue­ ces, LÍMITES Y
las con múltiples grados segregados- donde REARTICULACIONES
se componen las fuerzas individuales del
“cuerpo docente”. Por otra parte, se han ge­ La aguda conciencia de muchos “revolucio­
nerado toda una serie de mecanismos y siste­ narios” e independentistas latinoamericanos
mas de señales para la composición de los ele­ de estar fundando un orden nuevo es una de
mentos, de los cuales el sistema de señales de las características fundamentales del optimis­
las escuelas mutuas o lancasterianas es15a la mo transformador de la década del veinte del
vez el más abarcativo y el más famoso. De siglo XIX. En esta empresa, definida en con­
cierta simplicidad, pero no de menor fuerza traposición con el reino de la ignorancia y el
compositiva, es la clásica forma de levantar la atraso que, para muchos -pero no para to­
mano para pedir la palabra en las aulas. Esto dos-, representaba España, el ministro del
es, la comunicación didáctica, pero también interior de la Gran Colombia, José María
la comunicación institucional en las escuelas, Restrepo, encontraba palabras inequívocas
muestra la presencia de estas estrategias de refiriéndose a las tareas educativas: había que
composición para su funcionamiento. «olvidar la mayor parte de lo aprendido» en
En este sentido, si tanto la enseñanza simul­ la educación colonial y «estudiar de nuevo»
tánea como la enseñanza mutua transportan (Zuluaga, 1984, 21).
una nueva mirada sobre los procesos del aula Restrepo no se refería solamente a los estu­
que puede caracterizarse en sus rasgos más dios de latín y superiores, tampoco a la refor­
sobresalientes como disciplinaria, la pregun­ ma de las viejas universidades coloniales; se
ta a realizarse en función de la presencia de refería específicamente a la necesaria multi-

14 Sobre el sistema mutuo como posibilitador de una verdadera política escolar, véase para el caso de Buenos Aires,
Mariano Narodowski (1997, 51 55).
15 Véanse algunos de estos en el libro semioficial para el método mutuo en Colombia, Anónimo (1826a, 79-83).

116 REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGIA VOL. XV No. 37


FOUCAULT, LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGÍA

plicación de escuelas elementales, una multi­ viejas estructuras didácticas.18 Más allá de las
plicación de un signo diferente a la de las ins­ sinuosidades, el camino era claro: se trataba
tituciones coloniales. En efecto, tanto él como de que la cotidianidad escolar se reestructu­
el presidente Francisco de Paula Santander, rara al interior de pautas espaciales, tempora­
siguiendo a Bolívar mismo, eran grandes en­ les, corporales y de actividad que ofrecieran
tusiastas de las promesas de virtud del siste­ una imagen disciplinaria del orden escolar. Este
ma de enseñanza mutua o lancasteriano.16 optimismo, sin embargo, debía medirse con
Ellos no hacían otra cosa que proseguir la ad­ las fuerzas de inercia de la realidad social. Por
miración de Bolívar por este sistema (Guevara, un lado, la expansión educativa fue poco sig­
1968, 81-90; Weinberg, 1997, 203-220), quien nificativa. Incluso, en períodos conservado­
había conocido a uno de sus fundadores, Jo­ res, se verifica el cierre de escuelas y una dis­
seph Lancaster, en Londres, y al que años des­ minución global de la matrícula. Por otro, el
pués convocaría para intalarse en Caracas. reemplazo del viejo método por el nuevo, más
Todos ellos no sólo propiciaban la expansión allá de una serie de problemas edilicios, de
de una escuela elemental a un costo bajo, dado disponibilidad de materiales y demás, hacía
que el sistema de enseñanza mutua prometía que su avance no fuera igualmente intensivo
la educación de grandes grupos de escolares, en todas las regiones. Más allá de los reparos
sino que veían esta incorporación como un puestos a la enseñanza mutua, la lenta adop­
paso hacia el orden nuevo, hacia la reforma ción de la enseñanza simultánea a partir de
de los individuos y como una máquina de mitad de siglo se consolidó con el crecimien­
producción del orden republicano basado en to de 19la formación docente en escuelas nor­
las leyes y su obediencia (Roldán, 1999, 297­ males. Hacia finales del siglo XIX, las escue­
331). las elementales colombianas habían adopta­
do alguna de las formas disciplinarias para la
El antiguo y “vicioso” método no garantizaba vida cotidiana en las escuelas, con una fuerte
las formas disciplinarias y la cotidianeidad tendencia a consagrar la enseñanza simultá­
ordenada que la imagen de una escuela mu­ nea como configuración privilegiada.
tua ofrecía. Aún más, este frente contra el viejo
método heredado de la colonia fue ampliado Lo interesante de este movimiento es que se
por la incorporación de la enseñanza simul­ verifica con diversa intensidad en todos los
tánea como posibilidad de reforma de las es­ países de América Latina. Una búsqueda
cuelas elementales. Si entre 1822 y 1844 la en­ bibliográfica reciente ha constatado la presen­
señanza mutua había sido una especie de cia de escuelas mutuas en todos los países la­
método oficial en Colombia -por intervalos tinoamericanos con excepción de Paraguay
verdaderamente oficial-,17 a partir de 1844 la (Schriewer y Caruso, 2003).20 Sea a través de
lucha contra el método antiguo recomenda­ misionarios, como en el caso destacado de Ja­
ba también la enseñanza simultánea como se­ mes Thomson (Browwning, 1921,49-98; Naro-
gunda forma aceptable de remoción de las dowsky y López, 1999, 45-72), de emigrados

16 Véanse las notas biográficas elogiosas sobre Santander, también por su compromiso con la expansión del méto­
do mutuo, en «Noticia biográfica de D. Franciso de Paula Santander,» (Anónimo, 1826b, 189-200).
17 Sobre la suerte del la enseñanza mutua en Colombia, véase Báez Osorio (1993, 381-397), Echeverri Sánchez (1986)
y Zuluaga Garcés (1984; 2000).
18 Hemos desarrollado esta argumentación en Marcelo Caruso (2003a).
19 Este proceso de transición puede verse ampliamente documentado en Zuluaga (1999).
20 Para la excepcionalidad del caso paraguayo, que a mediados de siglo comenzó a reformar sus instituciones
escolares en función de la enseñanza simultánea, consultar Jerry W Cooney (1983, 413-428).

REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA VOL.XVNo.37 117


"SUS HÁBITOS MEDIO CIVILIZADOS

españoles, como en el caso del matrimonio Jofre, 1990, 84-96), Guatemala (Corts y Calde­
José Joaquín y Estefanía de Mora (Roldán, rón, 1995-1996, 279-300), Uruguay (Jesualdo,
2003), o de misiones pedagógicas enviadas por 1954), Bolivia (Thiessen-Reily, 2002) e, inclu­
los gobiernos americanos a Londres o a Pa­ so, a la Cuba aún bajo dominio colonial (Huer­
rís,21 la promesa lancasteriana, y con ella una ta, 1992).
forma eminentemente disciplinaria de orga­
nización de la cotidianeidad institucional, se Sin embargo, el caso más particular de expan­
extendía por toda la región. Con diversa suer­ sión de la enseñanza mutua se dio en México.
te, esta propuesta se transformó en un mode­ La Sociedad Lancasteriana de la ciudad de
lo de reforma de las escuelas existentes. En el México desarrolló una actividad inusitada,
caso de la Provincia de Buenos Aires (New- convocó a las élites de la ciudad más allá de
land, 1992), fue impulsada tanto para escue­ algunas caracterizaciones ideológicas e inclu­
las de niños como de niñas y se intentó apli­ so, entre 1842 a 1845, pasó a administrar la
carla al nivel secundario, algo no previsto por totalidad de la educación. Asimismo, el mu­
Lancaster o Bell, sus fundadores ingleses. En tuo había sido el método elegido en las refor­
otras provincias de las Provincias Unidas del mas educativas de Gómez Farías para la Capi­
Río de la Plata, el método fue introducido por tal y Territorios de 1833 (Roldán, 1999; Tank,
extranjeros y encontró una protección oficial 1999; 1973, 494-513). Las huellas de escuelas
variable (Salvadores, 1941). lancasterianas en territorio mexicano son in­
numerables. Desde Campeche a Durango, las
Si bien la expansión de la enseñanza mutua escuelas lancasterianas se extendieron y con­
no ha sido estudiada en toda su variedad y solidaron en una serie de ciudades de diverso
riqueza, su influencia en los primeros inten­ tamaño e, incluso, en áreas rurales.24 La per­
tos de producir instituciones escolares disci­ sistencia de escuelas mutuas en México hasta
plinarias es innegable. El caso brasileño es aproximadamente 1890 es un hecho casi úni­
notable por el rápido ascenso del método co­ co en la historia de este movimiento de ex­
mo forma oficial de reorganización de las ins­ pansión internacional por los cinco continen­
tituciones escolares elementales en ese terri­ tes.
torio de gran extensión. La ley de educación
de 1827 establecía explícitamente el método De esta manera, la historia de la enseñanza
mutuo como la forma oficial de enseñanza; mutua coincide con la etapa de gran inestabi­
para ello fueron fundadas escuelas normales, lidad en la construcción de los Estados nacio­
se tradujeron manuales de enseñanza y se in­ nales, de las repetidas guerras civiles, de la
tentó reconfigurar las instituciones existen­ expansión de la violencia en la sociedad y de
tes.22 Cuando el método cayó en descrédito los difíciles balances entre Estados federales y
en la década del cincuenta del siglo XIX, su nacionales. Los resultados de la expansión
reemplazo fue igualmente de sesgo discipli­ lancasteriana, mucho más magros que las
nario: la instrucción simultánea (Camara, pomposas manifestaciones de optimismo nos
2003). Con historias muy diversas, la escuela sugieren, encontró en efecto los límites de los
mutua se expandió a Chile,23 Perú (Bruno- Estados en su propio proceso de constitución,

21 Para el caso de Brasil, véase Maria Helena Camara Bastos (2003).


22 Véanse los numerosos trabajos sobre el tema, que incluyen tanto reconstrucciones de las tramas institucionales
como estudios regionales y la crucial cuestión de la formación docente, en Maria Helena Camara Bastos y Luciano
Mendes de Faria Filho (1999).
23 Consultar el muy completo estudio de Domingo Amunátegui Soler (1895).
24 Véanse como ejemplos, Angela T. Thompson (1994,19 36) para el caso de Guanajuato; Maiy Kay Vaughan (1987,
39-62) para Puebla y Cristina Cárdenas Castillo (1990, 47-63) para el estado de Jalisco.

118 REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGIA VOL. XV No. 37


FOUCAULT, LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGÍA

amén de la oposición de la Iglesia católica y tuvieron una vida limitada, se transforma­


-particularmente en el caso chileno- como de ron con el tiempo y con los elementos positi­
los viejos maestros y de padres que no veían vistas en boga en el modelo institucional-pe-
el sentido de que unos niños enseñaran a dagógico para la consolidación del sistema
otros. escolar argentino.25 Argentina se convirtió
definitivamente con la ley 1884 en un modelo
En este sentido, la enseñanza simultánea regional para los sistemas escolares, como lo
como la segunda posibilidad de reformulación muestra la ley de educación mexicana de 1888
disciplinaria de las instituciones fue cada vez (Vaughan, 1982, 9-39). Esto implicaba la crea­
más aceptada, en consonancia con su fulmi­ ción de grandes cuerpos de inspección y de
nante victoria en aquellos Estados europeos garantías acerca de que el nuevo orden coti­
que habían servido como modelo para la ex­ diano escolar debía cumplirse.
pansión de la enseñanza mutua. La enseñan­
za simultántea parecía ofrecer una serie de La introducción del método simultánteo en
técnicas vinculadas a los cuerpos, que garan­ América Latina no ha sido estudiada a nivel
tizaba tanto el orden espacial, la distribución regional. En la producción histórico-educati-
temporal, la producción de ejercicios, la ela­ va, se ha consignado la caída del método
boración de génesis y la composición de fuer­ lancasteriano -a partir de informaciones muy
zas. Como hemos visto, en el caso colombia­ fragmentarias, dada la tendencia de la
no, se considera a la enseñanza mutua y a la historiografía educativa a producir narracio­
simultánea como dos posibilidades de lucha nes de progreso y no narraciones de fracaso-
contra la instrucción individual colonial. Sin y se da por hecho que la estructura didáctica
embargo, esta equivalencia no duraría dema­ hasta hoy dominante se impuso por algún tipo
siado. Con las noticias que llegaban de Euro­ de fenónemo cuasi natural. Más allá de esta
pa y de Estados Unidos, con las deficiencias falta de estudios específicos, es posible consi­
vistas en la práctica de la enseñanza mutua y derar que la enseñanza simultánea es impues­
con la consolidación de Estados nacionales con ta junto con mecanismos de formación do­
planes ambiciosos, la enseñanza simultánea cente en escuelas normales, en tanto en estas
prometía un orden disciplinario sustentable mismas escuelas normales se utilizó la ense­
y acorde a las modernidades más complejas ñanza simultánea para la organización coti­
de fines del siglo XIX. diana de las instituciones. Esto se constata a
nivel oficial en Colombia en 1844 (Zuluaga,
Ya en su célebre viaje a Europa, Domingo F. 1984-1999). Asimismo, la iniciación de movi­
Sarmiento no menciona la enseñanza mutua mientos normalistas alcanzó tanto a México
y percibe un continente que, con el modelo (Vaughan, 1982) como a Argentina (Dussel,
de Prusia festejado entre otros por Víctor 1997; Tedesco, 1986). Hacia comienzos del si­
Cousin, se vuelca definitivamente a la alter­ glo XX, todos los países latinoamericanos ha­
nativa disciplinaria ofrecida por la enseñanza bían adoptado el sistema de escuelas norma­
simultánea (Sarmiento, 1993). En el caso ar­ les para la formación de sus docentes, impul­
gentino, por ejemplo, la introducción de la sando así definitivamente la hegemonía de la
misma, junto con las innovaciones pesta- enseñanza simultánea (Fell, 1993, 374-379).
lozzianas y froebelianas, se debe a Juana Man­
so, quien por encargo de Sarmiento fundó La consolidación de la enseñanza simultánea
escuelas modelo en la ciudad de Buenos Ai­ fue acompañada de elementos positivistas,
res. Las mismas, aunque generaron polémica cientificistas y ampliaciones curriculares.

25 Sobre la personalidad de Juana Manso, véase Lidia F. Lewcowicz (2000).

REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA VOL.XVNo.37 119


"SUS HÁBITOS MEDIO CIVILIZADOS

Adriana Puiggrós ha mostrado este proceso configuraciones disciplinarias en el sentido


para la fase de consolidación del sistema edu­ descrito anteriormente, existe una gran can­
cativo argentino y ha mostrado los procesos tidad de literatura disponible que permite
de disciplinamiento propuestos por pedago­ hablar de una estrategia disciplinaria patroci­
gos, intelectuales y funcionarios sumamente nada por las élites gubernativas y por los pro­
activos en el sistema escolar (Puiggrós, 1990).26 yectos civilizatorios en todo el continente.
Este tipo de estrategias se encuentran tam­ Ciertamente, la capacidad de penetración de
bién en las políticas educativas provinciales, estos proyectos no sólo es limitada en toda la
a pesar de sus limitaciones.27 El esquema si­ región, sino también desigual en cada uno de
multáneo se impuso asimismo en México, a los contextos nacionales y regionales. Entre
pesar de la larga tradición lancasteriana.28 La los casos argentino, uruguayo o costarricense
imposición de este método para las aulas fue y el boliviano o guatemalteco existe toda una
una transformación tan evidente del orden serie de determinantes socioétnicos que ma­
escolar, particularmente en sus efectos de tizan la capacidad de penetración de las dis­
sedentarización, que se introdujeron en mu­ ciplinas como dispositivos institucionales a la
chos casos excursiones escolares como varia­ hora de producir sujetos con hábitos civiliza­
ción del orden disciplinario (Martínez Mocte­ dos. En efecto, los sujetos que Domingo
zuma, 2002, 279-302). Un caso interesante es Faustino Sarmiento tenía ante sus ojos, y que
la introducción de la gimnasia en el currículo no eran indígenas, poseían hábitos “medio
escolar, particularmente en escuelas urbanas. civilizados”. La impresión del viajero Amadeo
Acompañada de representaciones higienistas, Jacques en la provincia de Santiago del Este­
la didáctica de la gimnasia parecía copiar la ro era similar. Progresista, exiliado, filósofo,
estructura de la enseñanza simultánea y acti­ participante del movimiento parisino de 1848,
vaba el cuerpo de una forma diferenciada que Jacques muestra en sus diarios de viaje su
el paseo escolar. Asimismo, las imágenes rege- extrañeza ante poblaciones cuyo hábitus cor­
neracionistas de los liberalismos y conserva­ poral no es identificable con aquellos sujetos
durismos de argumentación racista explici- disciplinados y organizados -¡aún en las ba­
taban tendencias a la introducción de disci­ rricadas parisinas!- de 1848. Ante esta extra­
plinas en el mundo indígena y popular, como ñeza, no le será difícil participar de las refor­
en el caso de la introducción de la gimnasia mas de la enseñanza secundaria argentina bajo
sueca en Bolivia (Martínez, 1999, 361-386). El un gobierno no precisamente “progresista”
método simultáneo para la configuración de como el de Bartolomé Mitre (Caruso y Dussel,
la cotidianeidad escolar aparecía también en 1996-1997, 37-58). En la empresa de pasar de
los intentos de introducción de trabajos ma­ esos hábitos “medio civilizados” a los com­
nuales en las escuelas y en las cruzadas por la pletamente civilizados, las disciplinas, esas
incorporación de los últimos indios a los Es­ técnicas institucionales que concurren a la
tados nacionales (Godoy, 1995, 71-110; Serra­ conformación de la subjetividad, fueron des­
no, 1995-1996,4223-4474). plegadas como técnicas de producción de or­
den a lo largo y a lo ancho de América Latina.
En fin, si los sistemas de enseñanza mutuo y En el orden escolar, hemos intentado repre­
simultáneo pueden ser considerados como sentar esta expansión a través del cambio de
26 En el caso brasileño, la penetración del positivismo parece haber dejado huellas en los mismos discursos
escolanovistas. Una muestra de ello es la preferencia de I ,om enco Filho por los laboratorios y las experimentaciones
alineados al saber positivo. Sobre la cuestión de la pedagogía, cientifización y disciplinamiento, consultar María
Marta Chagas de Carvahlo (1998-1999, 122-136).
27 Para el caso de la provincia de Buenos Aires, consultar Pablo Pineau (1997).
28 Al respecto, Mílada Bazant (2002, cap. 2).

120 REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGIA VOL. XV No. 37


FOUCAULT, LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGÍA

las matrices de comunicación cotidiana en las mación. En el campo de la educación compa­


aulas. Otros caminos, como la producción de rada, de la historia de los procesos de interna-
un cuerpo de inspectores, la formación de un cionalización y en los estudios de recepción
sistema de certificaciones, la evolución de los se insiste, en cambio, en los efectos disloca­
sistemas de premios y castigos, o las relacio­ dores que la recepción local produce en la
nes entre familia y escuela, podrían mostrar­ importación de instituciones, prácticas, repre­
nos perspectivas diferenciadas acerca de la sentaciones e ideologías. Tanto por el contex­
expansión de las disciplinas como estrategia. to específico de su recepción, como por las
condiciones sociales y culturales de la misma,
Este movimiento hacia la fundación de insti­ la copia de un modelo -en este caso, las insti­
tuciones disciplinarias o hacia la reconfigura­ tuciones disciplinarias europeas- es en el mis­
ción disciplinaria de las instituciones existen­ mo acto de copiado una variación. Un desa­
tes arroja, sin embargo, una serie de interro­ fío interesante, en este sentido, es el de inda­
gantes. En primer lugar, en consonancia con gar la emergencia de una “cultura de las dis­
las preocupaciones cuantitativistas de Miguel ciplinas” de corte latinoamericano, nacional
Ángel Centeno, se trata de ver la penetración o regional. La variación, intensividad, resigni­
real de estas instituciones y la estimación de ficación y reformulación de las disciplinas en
su alcance en los inmensos parajes latinoame­ el proceso de su recepción constituye así un
ricanos. Probablemente, la consideración de enfoque profundamente atento a la historici­
estos problemas dé lugar a una cronología dad y especificidad del proceso de expansión
específica de la densidad institucional de nues­ disciplinaria para la región.
tras sociedades y a una mirada centrada en el
mundo urbano. El segundo problema es el de Estos tres interrogantes, empero, presuponen
integrar la perspectiva del uso de estas insti­ un primer acto de des vinculación: el de reco­
tuciones en este proceso. En efecto, volvien­ nocer el estatuto categorial de las disciplinas
do a la contraposición entre estrategias disci­ -aún como base de una hipotética sociedad
plinarias y tácticas populares propuesta por disciplinaria- más allá de las asociaciones es­
Michel de Certeau, se trataría de ver los mo­ pontáneas y cotidianas que la palabra evoca.
dos de apropiación de estas estrategias, sea a Para ello, la producción de una historia del
través de procesos de subjetivación, rechazo, cuerpo, del cuerpo institucionalizado y de sus
relativización y resignificación. La perspecti­ efectos subjetivantes es de importancia estra­
va de los estudios subalternos, a la búsqueda tégica. En tanto la categoría de las disciplinas
de otras voces en sus propios canales o en los sea vista en el sentido de la “disciplina esco­
intersticios de los documentos oficiales, po­ lar” y no en el sentido de técnicas fijadas al
dría ser una perspectiva fructífera de integrar cuerpo, de carácter histórico, aplicadas en
la presencia de las estrategias disciplinarias a instituciones y de efectos subjetivantes, su
la dinámica de las luchas cotidianas, políti­ estatuto será confundido con el de la totali­
cas, sociales y culturales.29 dad del orden social. Al contrario, la discu­
sión acerca del estatuto y del lugar de las dis­
El tercer problema está vinculado a los proce­ ciplinas en la modernidad no sólo implica una
sos de recepción. Tanto Foucault mismo como amplia gama de respuestas, sino también el
sus seguidores e impugnadores tratan de ver reconocimiento de que, más allá de la adjeti­
en las disciplinas un cuerpo muy compacto vación posible de una sociedad como “disci­
de técnicas de creación de orden cuya expan­ plinaria”, una serie de técnicas productoras
sión sería luego una mera cuestión de confir­ de sentidos de orden se han expandido en el

29 Para una introducción, véase Ileana Rodríguez (2001).

REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA VOL.XVNo.37 121


"SUS HÁBITOS MEDIO CIVILIZADOS

cuerpo político y social por vía de una serie the Master or Parent. Edimburgo: Cadell &
de instituciones. A pesar de las muchas pecu­ Davies.
liaridades del proceso de expansión de las dis­
ciplinas y de su configuración singular en la BROWNING, Webster E. (1921). “Joseph
región, América Latina participó de este mo­ Lancaster, James Thomson, and the Lancas-
vimiento de inclusión de sujetos en institu­ terian System pf Mautual Introduction, with
ciones procesadas bajo la mirada de la estra­ special Reference to Hispanic America“. The
tegia disciplinaria. De otro modo, tendríamos Hispanic American Historical Review. Vol. 4
en la negación de la presencia de las discipli­
nas en la región un nuevo tipo de exotismo, BRUNO-JOFRE, Rosa del Carmen (1990). “La
el de la América Latina siempre rebelde, ines­ introducción del sistema lancasteriano en
table, siempre deficitaria en tanto participan­ Perú: liberalismo, masonería y libertad religio­
te de los procesos sociales y culturales de la sa“. En: BASTIAN, Jean-Pierre (comp.). Pro­
modernidad occidental. testantes, liberales y fracmasones. Sociedad de
ideas y modernidad en América Latina, siglo XIX.
México: Fondo de Cultura Económica.
Referencias bibliográficas
CAMARA BASTOS, María Helena (2003). “O
AMUNÁTEGUI SOLER, Domingo (1895). El ensino mutúo no Brasil, 1827-1854”. Ponencia
sistema de Lancaster en Chile y otros países Sud­ presentada en el VI Congreso Iberoamerica­
Americanos. Santiago de Chile: Imprenta no de Historia de la Educación Latinoameri­
Cervantes. cana, San Luis Potosí.
ANÓNIMO (1826a). Manual del sistema de en­ CAMARA BASTOS, María Helena y MENDES
señanza mutua, aplicado a las escuelas prima­ DE FARIA FILHO, Luciano (comps.). (1999).
rias de los niños. Bogotá: S. Fox. A escola elementar no século XIX. O método
monitorial/mútuo. Passo Fundo: Universidad
ANÓNIMO (1986b). “Noticia biográfica de D. de Passo Fundo.
Franciso de Paula Santander”. Correo literario
y político de Londres. 1 de julio, pp. 189-200. CÁRDENAS CASTILLO, Cristina (1990). “La
enseñanza mutua en Jalisco durante la pri­
BÁEZ OSORIO, Myriam (1993). “La escuela mera época federal en la educación de Méxi­
lancasteriana en Colombia”. Revista de cien­ co”. En: Historia regional. Xalapa Veracruz:
cias de la educación. No. 155. Universidad Veracruzana.
BALL, Sthepen J. (comp.). (1997). Foucault y CARUSO, Marcelo (2001). “Políticas didác­
la educación. Disciplinas y saber. Madrid: ticas: una aproximación a las relaciones entre
Morata. Estado, sujeto y enseñanza”. Propuesta educa­
tiva. Año 11, No. 24.
BAZANT, Mílada (2002). Historia de la educa­
ción durante el Porfiriato. México: El colegio de _______ (2003a). Biopolitik im Klassenzimmer.
México. Zur Ordnung der Führungspraktiken in baye­
rischen Volksschulen, 1869-1918. Weinheim:
BELL, Andrew (1797). An Experiment in Deutscher Studien Verlag. [Biopolítica en las
Education, Made at the Male Asylum of Madras. aulas. Acerca del orden de las prácticas de
Suggesting a System by Which a School or Family conducción en las escuelas populares bávaras,
Teach Ltself under under the Superintendence of 1869-1918],

122 REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGIA VOL. XV No. 37


FOUCAULT, LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGÍA

______ (2003b). “La oficialización del méto­ CUCUZZA, Rubén (2003). “Norma, transgre­
do lancasteriano. América Latina en el con­ sión y anomia: tres momentos en la historia
texto del movimiento mundial por la educa­ de la lectura en Argentina”. Ponencia presen­
ción mutua”. Ponencia presentada en el VI tada en el VI Congreso Iberoamericano de
Congreso Iberoamericano de Historia de la Historia de la Educación Latinoamericana, San
Educación Latinoamericana, San Luis Potosí. Luis Potosí.
CARUSO, Marcelo y DUSSEL, Inés (1996). De DONNELLY, Michael (1992). “On Foucault’s
Sarmiento a los Simpson: cinco conceptos para Uses of the Notion ‘Biopower’”. In: ARMS­
pensar la educación contemporánea. Colección TRONG, Timothy (comp.). Michel Foucault,
Triángulos Pedagógicos. Buenos Aires: Philosopher. New York: Harvester Wheatsheaf.
Kapelusz.
DREßEN, Wolfgang (1982). Die pädagogische
_______ (1996-1997). “Sobre viajes, exilios y Maschine. Zur Geschichte des industrialisierten
pedagogías: la experiencia americana de Bewußtseins in Preußen/Deutschland. Frankfurt/
Amadeo Jacques”. Anuario de la Sociedad Ar­ M. et al.: Ullstein. (La máquina pedagógica.
gentina de Historia de la Educación. No. 1. Historia de la conciencia industrializada en
Prusia/Alemania).
CENTENO, Miguel Ángel (2001). “The Disci­
plinary Society in Latín America”. In: LÓPEZ - DUSSEL, Inés (1997). Curriculum, humanismo
ÁLVES, Fernando y CENTENO, Miguel Án­ y democracia en la enseñanza media (1863-1920).
gel (comps.). The Other Mirror. Grand Theory Buenos Aires: FLACSO/ CBC-UBA
through the Lens of Latin America. Princeton & _______ (2001). “School Uniforms and the
Londres: Princeton University Press. Disciplining of the Appearences: Towards a
CERTEAU, Michel de (1988). Kunst des Comparative History of the Regulation of
Handelns. vol. 140, Lnternationaler Merve Bodies in Early Modern France, Argentina,
Diskurs.Traducido por Ronald Voullié, Berlin: and the United States”. PhD, Universtiy of
Merve [Existe versión en español bajo el títu­ Wisconsin.
lo La invención de lo cotidiano]. DUSSEL, Inés y CARUSO, Marcelo (1999).
CHAGAS DE CARVALHO, María Marta (1998­ La mas
invención del aula. Una genealogía de las for­
de enseñar. Buenos Aires: Santillana.
1999). “Pedagogía moderna. Pedagogía da
escola nova e prácticas disciplinares: ortopedia ECHEVERRY SÁNCHEZ, Jesús Alberto
e moldagen”. Anuario de Historia de la Educa­ (1986). Santander y la instrucción pública, 1819­
ción. No. 2. 1840. Bogotá: Foro Nacional por Colombia.
Universidad de Antioquia.
COONEY, Jerry W. (1983). “Repression to
Reform: education in the Republic of Para­ EICKHOFF, Hajo (1993). Himmelsthron und
guay, 1811-1850”. History of the education Quar­ Schaukelstuhl. Die Geschichte des Sitzens.
terly Vol. 23. Munich y Viena: Carl Hanser Verlag. [Trono
celestial y silla-hamaca. La historia del asiento].
CORTS GINER, Maria Isabel y CALDERÓN
ESPAÑA, María Consolación (1995-1996). “El FELL, Eve-Marie (1993). “La formación de las
método de enseñanza mutua. Su difusión en escuelas normales de maestros en los países
América colonial española”. Historia déla Edu­ andinos: Perú y Ecuador”. Revista de ciencias
cación. No. XIV-XV. de la educación. No. 155.

REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA VOL.XVNo.37 123


"SUS HÁBITOS MEDIO CIVILIZADOS

FOUCAULT, Michel (1988). Vigilar y castigar. HUERTA MARTÍNEZ, Ángel (1992). La ense­
Nacimiento de la prisión. Traducido por Aurelio ñanza primaria en Cuba en el siglo XIX (1812­
Garzón del Camino. México: Siglo XXI. 1868). Sevilla: Expo.
_______ (1994). Dits et écrits. Cuatro tomos. JESUALDO (1954). La escuela lancasteria. Mon­
París: Gallimard. tevideo: s.d.
________(1999). In Verteidigung der Gesell­ KOST, Franz. (1985). Volksschule und Disziplin.
schaft. Frankfurt/M.: Suhrkamp. (En defensa Die Disziplinierung des Inner- und Ausser-
de la sociedad; existe traducción al castellano schulischen Lebens durch die Volksschule, am
bajo el nombre Genealogía del racismo). Beispiel der Zürcher Schulgeschichte zwischen
1830 und 1930. Zürich: Limmat Verlag. (Escuela
_______ (2000). Los anormales. Traducido por popular y disciplina. El disciplinamiento de
Horacio Pons. Buenos Aires: Fondo de Cultu­ la vida intra- y extraescolar a través de la es­
ra Económica. cuela popular en la historia educativa de
________(2002). La hermenéutica del sujeto. Zürich entre 1830 y 1930).
Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
LANCASTER, Joseph (1995). “Improvements
FRIJHOFF, Willem (1999). “Foucault Reformed in Education”. In: LANCASTER, Joseph (ed.).
by Certeau: Historical Strategies of Discipli­ Seven Pamphlets, Bristol/Taipei: Thoemmes
ne and Everyday Tactics of Appropriation”. Press.
In: John Neubauer (comp.). Cultural History
after Foucault. New York: Gruyter. LEWCOWICZ, Lidia F. (2000). Juana Paula
Maso (1819-1928). Una mujer del siglo XIX. Bue­
GODOY C., Lorena (1995). ’’’Armas ansiosas nos Aires: Corregidor.
de triunfo: dedal, agujas, tijeras...’. La educa­
ción profesional femenina en Chile, 1888­ MARKUS, Thomas A. (1996). “Early Nine­
1912”. En: GODOY, Lorena et al. (comps.). teenth Century School Space and Ideology”.
Disciplina y desacato: construcción de la identi­ Paedagogica Histórica. Vol. XXXII, No. 1.
dad en Chile, siglos XIXy XX. Santiago de Chi­
le: Ediciones Sur/ Centro de Estudios para el MARTÍNEZ, Françoise (1999). “¡Que nuestro
desarrollo de la Mujer.
indios se conviertan en pequeños suecos! La
GUEVARA, Darío (1968). “Bolívar y Lancas­ introducción de la gimnasia en las escuelas
ter”. Boletín de la Academia Nacional de Histo­ bolivianas”. Bulletin de l’institut français d’étu­
ria de Venezuela. Vol. IC. No. 201 des andines. Vol. 28, No. 3.
HABERMAS, Jürgen (1985). Der philosophische MARTÍNEZ MOCTEZUMA, Lucía (2002).
Diskurs der Moderne. Zwölf Vorlesungen. “Educar fuera del aula: los paseos escolares
Frankfurt/M.: Suhrkamp. (existe traducción durante el Porfiriato”. Revista Mexicana de In­
al castellano bajo el nombre El discurso filosó­ vestigación Educativa. Vol. 7, No. 15.
fico de la modernidad)
NARODOSWKY, Mariano (1995). Infancia y
HALPERIN, David M. (1997). Saint Foucault. poder. La conformación de la pedagogía moderna.
Towards a Gay Hagiography. Nueva York et at. Buenos Aires: Santillana.
Oxford Uiversity Press.
124 REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGIA VOL. XV No. 37
FOUCAULT, LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGÍA

_______ (1997). “Para volver al Estado. Del RAUSCHENBERGER, Hans (comp.). (1985).
pedagogo de Estado al pedagogo de la diver­ Unterricht als Zivilisationsform. Zugänge zu
sidad”. Propuesta educativa. Voi. 8, No. 17. unerledigten Themen der Didaktik. Viena:
Athenäum.
NARODOWSKI, Mariano y LÓPEZ, Claudina
(1999). “El mejor de los métodos posibles: la RODRÍGUEZ, Iliana (2001). The Latin
introducción del método lancasteriano en American Subaltern Studies Reader. Durham et
Iberoamérica en el temprano siglo XIX”. En: al.: Duke University Press.
CAMARA BASTOS, Maria Helena y MENDES
DE FARIA FILHO, Luciano (comps.). A escola ROLDÁN VERA, Eugenia (1999). “The
elementar no século XIX. O método monitoria1/ Monitorial System of Education and Civic
mùtuo, Passo Fundo: Universidade de Passo Culture in Early Independent Mexico”.
Fundo. Paedagogica Histórica. Vol. 35, No. 2.
NEWLAND, Carlos (1992). Buenos Aires no es _______ (2003). “Variaciones latinoamerica­
Pampa: la educación elemental porteña, 1820­ nas del lancasterianismo”. Ponencia presen­
1860. Buenos Aires: GEL. tada en el VI Congreso Iberoamericano de
Historia de la Educación Latinoamericana. San
PETRAT, Gerhardt (1979). Schulunterricht. Luis Potosí.
Seine Sozialgeschichte in Deutschland von 1750 SALVADORES, Antonio (1941). La instrucción
bis 1850. Munich: Ehrenwirth. (Enseñanza primaria desde 1810 hasta la sanción de la ley
escolar. Su historia social en Alemania entre 1420. Buenos Aires: Talleres gráficos del Con­
1750 y 1850). sejo Nacional de Educación.
PHILP Mark (1985). “Michel Foucault”. In: SALVATORE, Ricardo D. y AGUIRRE, Carlos
QUENTIN, Skinner (comp.). The Return oí (1996). “The Birth of Penitentiary in Latin
Grand Theory in thè Human Sciences. Cambrid­ America: Toward an Interpretive Social History
ge et al.: Cambridge University Press. of Prisons”. En: AGUIRRE, Carlos y SALVA­
TORE, Ricardo D. (comps.). The Birth of the
PINEAU, Pablo (1997). La escolarización en la Penitentiary in Latin America. Essays on
provincia de Buenos Aires (1875-1930). Buenos Criminology, Prison Reform, and Social Control,
Aires: FLACSO/CBC-UBA. 1830-1940, Austin (Texas): University of Texas
Press.
POPKEWITZ, Thomas S. (1987). TheFormation
oí School Subjects. The Struggle for Creating an SARMIENTO, Domingo Faustino (1993). Via­
American Institution. New York: The Falmer jes por África y América, 1845-1847y diarios de
Press. gastos. Buenos Aires: Fondo de Cultura Eco­
nómica.
PUIGRRÓS, Adriana (1990). Sujetos, discipli­
na y curriculum en los orígenes del sistema edu­ _______ (1998). Recuerdos de provincia. Bue­
cativo argentino. Buenos Aires: Galerna. nos Aires: Emecé.
QUERRIEN, Anne (1979). Trabajos elementa­ SAUER, Michael (1998). Vom Schulehalten’zum
les sobre la escuela primaria. Madrid: La Pique­ Unterricht: Preußische Volksschule im 19.
ta. Jahrhundert. Colonia/Weimar/Viena: Böhlau.

REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA VOL.XVNo.37 125


"SUS HÁBITOS MEDIO CIVILIZADOS

(De la “guardería“ a la enseñanza. La escuela TRIANA, José María (1845). Manual de ense­
popular prusiana en el siglo XIX). ñanza mutua para las escuelas de primeras le­
tras. Bogotá: J. A. Cualla.
SCHRIEWER, Jürgen y CARUSO, Marcelo
(2003). Nationalerziehung und Universal­ TRIGO, Benigno (comp.) (2002). Foucault and
methode: Globale Diffusionsdynamik und Latin America. Appropiations and Deployments
kulturspezifische Aneinungsformen der Bell- of Discoursive Analysis. Nueva York & Lon­
Lancaster-Methode im 19. Jahrhundert. Berlin: dres: Routledge.
Informe de investigación. (Educación nacio­
nal y método universal: Dinámica de difusión VARELA, Julia (1983). Modos de educación en
global y formas específicas de apropiación la España de la Contrarreforma. Madrid: La Pi­
cultural del método Bell-Láncaster en el siglo queta.
XIX).
SERRANO, Sol (1995-1996). “De las escuelas VARELA, Julia y ÁLVAREZ-URÍA, Fernando
indígenas sin pueblos a pueblos sin escuelas (1991). Arqueología de la escuela. Madrid: La
indígenas: la educación en la Araucania en el Piqueta.
siglo XIX“. Historia. Vol. 29.
VAUGHAN, Mary Kay (1982). The State,
TANCK DE ESTRADA, Dorothy (1999). La Education, and Social Class in México, 1880-1920.
educación ilustrada (1777-1836). México: El Co­ Dekalb, Illinois: Northern Illinois University
legio de México. Press.
______ (1973). “Las escuelas lancasterianas _______ (1987). “Primary Schooling in the
en la ciudad de México: 1822-1842”. Historia City of Puebla, 1821-1860”. Hispanic American
Mexicana. Vol. 88. Historical Review. Vol. 67, No. 1.
TEDESCO, Juan Carlos (1986). Educación y VIÑAO FRAGO, Antonio (1993-1994). “Del
sociedad en la argentina (1880-1945). Buenos espacio escolar y la escuela como lugar: pro­
Aires: Solar. puestas y cuestiones”. Historia de la educación.
TELTSCHER, Peter (2002). Hombres con hom­ Vol. 12-13.
bres con hombres. Männlichkeit im Spannungsfeld
zwischen Macho und Marica in der argentinischen WEBER, Max (1972). Wirtschaft und Gesells­
Erzählliteratur (1839-1999). Berlin: Tranvía. chaft. Grundriss der verstehenden Soziologie.
Tübingen: Cotta Verlag. [Existe traducción al
THIESSEN-REILY, Heather (2002). “’Puertas español bajo el título de Economía y sociedad\.
tan altas para gente tan baja’: Manuel Isidoro
Belzu and the Foundations of the Bolivian WEINBERG, Gregorio (1997). “Las ideas
Nation, 1848-1855”. PhD. Tulane University. lancasterianas en Simón Bolívar y Simón
Rodríguez”. Anuario de Historia de la Educa­
THOMPSON, ÁngelaT (1994). “Children and ción. Vol. 1.
Schooling in Guanajuato, México, 1790-1840”.
En: BITTON, John (comp.). Molding the Hearts ZULUAGA GARCÉS, Olga Lucía (1984). El
and Minds. Education, Communications, and maestro y el saber pedagógico en Colombia (1821­
Social Change in Latin American. Wilmington 1848). Medellin: Universidad de Antioquia.
Delaware: Scholary Resources.
126 REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGIA VOL. XV No. 37
FOUCAULT, LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGÍA

______ (1999). La educación pública en Colom­ ______ (2000). ‘Entre Lancaster y Pestalozzi:
bia. 1845-1875. Libertad de enseñanza y adopción los manuales para la formación de maestros
de Pestalozzi en Bogotá. Bogotá: IDEE Univer­ en Colombia, 1822-1868”. Ponencia presenta­
sidad de Antioquia. da a la ISCHE XXII, Alcalá de Henares.

REVISTA EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA VOL.XVNo.37 127

Vous aimerez peut-être aussi