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Pascua 2019

Las seis horas de aquel viernes

Pastor Erich Engler

Desde el momento en que Jesús fue crucificado hasta que entregó su espíritu y murió,
transcurrieron 6 horas. ¿Qué es lo que sucedió durante ese tiempo?

Era la hora tercera cuando le crucificaron. Marcos 15:25 (LBLA)

La hora tercera del horario judío corresponde a las 9 de la mañana de nuestro horario.

Cuando llegó la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y a
la hora novena Jesús exclamó con fuerte voz: ELOI, ELOI, ¿LEMA SABACTANI? , que
traducido significa, DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO? Marcos
15: 33 y 34 (LBLA)

La hora sexta del horario judío corresponde a las 12 del mediodía de nuestro horario, y la
hora novena a las 15 horas.

Desde la tercera hasta la novena hora transcurrieron 6 horas. Estas 6 horas podrían ser
subdivididas en dos fases de 3 horas cada una. La primera fase transcurre entre la tercera y
la sexta hora, y la segunda fase entre la sexta y la novena, tiempo en el cual reinó la
oscuridad sobre la tierra. Esto subdivisión tiene un significado especial.

Por medio de esta enseñanza deseo mostrarte la razón y que es lo que exactamente
sucedió durante ese período de tiempo.

¿Por qué fueron exactamente 6 horas? ¿Por qué no fueron menos o más de 6 horas? ¿Por
qué no fueron sólo 30 minutos?

Como hemos dicho en enseñanzas anteriores, cada detalle mencionado en la Palabra de

Dios tiene un significado especial y no está escrito allí simplemente porque sí nomás.

En la numerología hebrea o Gematría, el número 6 representa al ser humano y también su

obra y su trabajo. Al principio de la creación Dios dijo que el hombre debería trabajar 6 días y
descansar el séptimo.
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Tampoco es casualidad que el anticristo esté relacionado con el número 666. Esto nos
muestra claramente que el anticristo habrá de ser un ser humano.

Los líderes religiosos de aquel tiempo le reprocharon 6 veces consecutivas a Jesús tener un
demonio o actuar y/o hablar por medio de un demonio. La enemistad del ser humano en
relación a Jesús queda demostrada en el número que precisamente identifica al ser humano,
el 6.

Todas estas coincidencias no son pura casualidad. La Biblia utiliza 6 diferentes términos
para referirse al ser humano. Permíteme mostrarte esto por medio del siguiente gráfico:

Los primeros cuatro nombres son hebreos y los dos últimos griegos.

Adán significa: ser humano. Isch significa: varón. Enós significa: hombre mortal.

Enós (Génesis 4:26) fue el hijo de Set, y nieto de Adán. Este nombre le fue puesto como
amargo recordatorio de la caída en el pecado.

Gibar (Esdras 2:20) significa: hombre fuerte. Este nombre, anexado al término EL, que
significa Dios, se utiliza también para decir Dios Fuerte en Isaías 9:6.

Y los términos griegos Anthropos que significa: hombre o raza humana, y Aner que significa:
ser humano o individuo de sexo masculino.

6 horas estuvo Jesús sobre la cruz hasta el momento en que murió. El sexto mandamiento
dice: no matarás, pero el ser humano llevó a Jesús a la cruz para que muriera.

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Visto desde esta perspectiva, el número 6 adquiere un significado especial en relación al ser
humano y las horas en que Jesús estuvo sobre la cruz. 6 fueron las horas en que Jesús hizo
su obra de redención por la raza humana.

No es simple casualidad que Él estuvo 6 horas sobre la cruz hasta el momento de entregar
su espíritu. Esto tiene que ver con el cumplimiento de la ofrenda del holocausto (Tamid) de
la cual nos habla la Biblia en el libro de Números.

Y les dirás: "Esta es la ofrenda encendida que ofreceréis al SEÑOR: dos corderos de un
año, sin defecto, cada día como holocausto continuo. "Ofrecerás un cordero por la
mañana, y ofrecerás el otro cordero al atardecer; Números 28: 3 y 4 (LBLA)

Jesús fue crucificado en la mañana y, murió al atardecer de acuerdo al horario judío, lo que
para nosotros serían las 15 horas.

Siempre hay que tener en cuenta que la forma de calcular el tiempo en Israel es diferente a
lo que nosotros estamos acostumbrados. Los judíos empiezan a contar desde las primeras
luces del alba, o sea al amanecer o lo que equivaldría a las 6 de la mañana. Por lo tanto, la
hora novena (=las 15 horas de nuestro horario) ya es para ellos el atardecer.

Vamos a observar el siguiente gráfico para comprender mejor la relación que existe entre la
ofrenda del Tamid y el sacrificio de Cristo en la cruz.

En la ofrenda del Tamid, a la primera hora o al amanecer, era traído el primer cordero para
el holocausto y puesto sobre el altar. Este permanecía allí por un lapso de tres horas hasta
que era sacrificado.

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Al amanecer de aquel día Jesús fue traído delante de Pilato. Luego del interrogatorio fue
escarnecido, golpeado, maltratado y una corona de espinas fue puesta sobre su cabeza. La
carne de su espalda fue despedazada a causa de los azotes que le propinaron los soldados
romanos. Jesús estaba allí como aquel cordero inocente preparado para la ofrenda del
holocausto. El capítulo 53 del libro de Isaías lo describe en detalle. Esta fue la denominada
“pasión” de Cristo. Lo que sucedió en este período de tiempo tiene que ver con los
sufrimientos de Jesús antes de ser crucificado.

En la ofrenda del Tamid, en la hora tercera del día, lo cual equivale a las 9 de la mañana, el
primer cordero era sacrificado y esta era la ofrenda de la mañana.

Fue exactamente a la tercera hora del día (=las 9 de la mañana) cuando Jesús fue
crucificado (ver Marcos 15:25). Con esto, Jesús estaba dando cumplimiento a la primera
ofrenda del Tamid del antiguo testamento.

De acuerdo al rito de la ofrenda del Tamid, a la sexta hora (=las 12 del mediodía de nuestro
horario) era traído el segundo cordero y colocado sobre el altar.

Mientras Jesús estaba sobre la cruz, era precisamente la hora sexta cuando sobrevinieron
tinieblas sobre toda la tierra las cuales se prolongaron hasta la hora novena (ver Lucas
23:44).

De acuerdo al rito de la ofrenda del Tamid, a la hora novena (= 15 horas) o atardecer, era
sacrificado el segundo cordero.

Y esta fue la hora cuando Jesús, después de haber dicho “consumado es”, entregó su
espíritu (ver Juan 19:30).

Jesús murió exactamente a la hora en que debía ser sacrificado el segundo cordero de
acuerdo a la ofrenda del Tamid. Con su sacrificio perfecto, Jesús cumplió todas y cada una
de las ofrendas del antiguo testamento acerca de la cuales nos habla el libro de Levítico.

Él es la ofrenda del holocausto, la ofrenda expiatoria, la ofrenda por el pecado, la ofrenda de

paz, y la ofrenda del grano o cereal. Cada una de estas cinco ofrendas, revela diferentes
aspectos de la vida y obra de Cristo.

Las 6 horas que Jesús estuvo sobre la cruz hasta el momento en que murió representan el
cumplimiento profético de la ofrenda del Tamid. Por lo tanto, este período exacto de tiempo
no es obra de la casualidad sino el cumplimiento profético de las ofrendas judías.

Lo que sucedió en aquellas 6 horas sobre la cruz

Este período de tiempo de 6 horas se subdivide en dos partes, a saber: las primeras 3 horas
transcurrieron a la luz del día, y las últimas 3 horas transcurrieron bajo la densa oscuridad
que cubrió toda la tierra. Desde la sexta a la novena hora no sólo se cubrió la luz del sol sino
que una tremenda oscuridad sobrenatural cubrió la tierra. ¿Por qué esta diferencia entre luz
y oscuridad durante estas 6 horas?

Para poder entender esto tenemos que comprender primero cuál era el ministerio de Jesús
en el momento en que fue a la cruz.
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El ministerio de Jesús abarca tres diferentes cargos con tres funciones perfectamente
definidas. En el gráfico que observamos a continuación podemos observarlo claramente.
Jesús ocupa la posición de profeta, sacerdote, y rey pero no en forma simultánea sino
cronológica.

Es de vital importancia que comprendamos que el ministerio completo de Jesús abarca

estas tres posiciones.

En su primera venida a la tierra, lo hizo como profeta trayendo un mensaje de parte de Dios
para la humanidad.

Después de su resurrección, y habiendo acabado completamente su obra, subió al cielo y se

sentó a la diestra de su Padre para interceder por nosotros como sumo sacerdote. Este es el
ministerio que todavía ejerce en la actualidad.

Y cuando vuelva por segunda vez a la tierra, lo hará como rey pues habrá de establecer su
reino milenial.

Jesús nuestro sumo sacerdote y nuestro holocausto

Porque convenía que tuviéramos tal sumo sacerdote: santo, inocente, inmaculado,
apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos, que no necesita, como aquellos
sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios diariamente, primero por sus propios pecados y
después por los pecados del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, cuando se
ofreció a sí mismo. Hebreos 7: 26 y 27 (LBLA)

En estos dos versículos hay algo muy interesante. El versículo 26 hace mención de los
sumos sacerdotes que presentaban los holocaustos por los pecados del pueblo, y esto
equivale a las primeras 3 horas de Jesús sobre la cruz.

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En el versículo 27, más precisamente al final del mismo, encontramos que este sumo
sacerdote se ofreció a sí mismo, y esto equivale a las últimas 3 horas de Jesús sobre la
cruz.

Dicho de otra manera, Él es el sumo sacerdote y al mismo tiempo el holocausto.

La Biblia nos dice que hemos sido crucificados, sepultados, y resucitados juntamente con
Cristo. Eso quiere decir, que en las primeras 3 horas de Jesús sobre la cruz, Él estaba
haciendo el papel del sumo sacerdote a favor de nosotros.

Pero, en las últimas 3 horas, cuando la oscuridad se propaga sobre la tierra, y cuando todo
el pecado, la enfermedad, la maldición y la misma muerte fueron puestos sobre el cuerpo de
Jesús, Él viene a ser nuestro holocausto.

Casi todos piensan que Jesús estuvo cargando nuestros pecados y enfermedades todo el
tiempo en que estuvo sobre la cruz, pero esto no fue exactamente así. Todos los pecados y
enfermedades fueron puestos sobre Él en el momento en que las tinieblas cubrieron la tierra.

Preparado de antemano con un propósito eterno

Sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros
padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un
cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo. Porque Él estaba preparado desde
antes de la fundación del mundo, pero se ha manifestado en estos últimos tiempos por
amor a vosotros. 1 Pedro 1: 18 - 20 (LBLA)

El plan de salvación, y más exactamente el sacrificio de Cristo sobre la cruz, estaba ya

preparado desde antes de la fundación del mundo. Sin embargo, para nosotros los seres
humanos, recién se hizo manifiesto aquel viernes hace más de 2000 años atrás cuando fue
crucificado.

Lo que para nosotros los humanos es temporal, para Dios es eterno. Si no fuera así, el plan
de salvación no podría haber sido diseñado y planeado antes de la fundación del mundo.

En el momento en que Jesús está sobre la cruz y cuando todo el pecado de la raza humana
es colocado sobre Él se fusiona lo eterno con lo temporal.

Desde la perspectiva del tiempo, el sacrificio de Jesús en la cruz tuvo lugar en un momento
puntual, día y fecha determinados, sin embargo, este debe ser considerado como un evento
eterno.

El plan eterno de Dios, concebido antes de la fundación del mundo, trasciende por encima
del espacio y el tiempo y va más allá de todos los límites o fronteras.

Las últimas 3 horas de Jesús sobre la cruz tienen que ver con un evento eterno que nunca
deja de ser, aún a pesar de su resurrección. ¡La obra de la cruz perdura para siempre pues
su efecto es eterno!

Tetelestai (=consumado es)

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Cuando Él estaba sobre la cruz dijo: ¡consumado es! Esta expresión, que en el idioma
original griego es “tetelestai”, proviene etimológicamente de la palabra “teléo” que significa
literalmente: pagado, culminado.

Toda la deuda por el pecado fue pagada por Cristo, no debemos absolutamente nada.

En la cultura griega de aquella época, la expresión “tetelestai” se utilizaba en diferentes

ámbitos, pero especialmente, en el de los negocios. Su significado era siempre el mismo:
obra acabada o deuda saldada.

Aquí un par de ejemplos (*):

Cuando un sirviente volvía a la presencia de su amo después de haber terminado una tarea
decía “tetelestai” y con esto quería decir: “El trabajo que me diste está terminado.”

Tetelestai era también un término común en la vida comercial griega. Significaba que una
transacción quedaba cancelada al ser pagada la deuda en su totalidad. Cuando se
realizaba el pago final, se podía decir “tetelestai” o sea, “la deuda ha sido cancelada.” Se
han hallado recibos antiguos de impuestos con la palabra tetelestai escrita en ellos, lo cual
implica que la deuda había sido pagada completamente.

El momento de seleccionar un cordero para el sacrificio en el templo era un hecho

importante. Se buscaba el animal entre el rebaño, y cuando se encontraba el cordero
perfecto, se podía decir “tetelestai”: el trabajo se ha terminado.

Jesús clamó ¡consumado es! y con esto le estaba diciendo literalmente a su Padre: “La obra
que me diste ha sido completada, la deuda está pagada, el cordero del sacrificio pascual ha
sido encontrado.”
(*)Nota de traducción: (Fuente de información: Bible Broadcasting Network).

Hay muchas expresiones famosas y que son conocidas casi por todos, pero la expresión
“tetelestai” (= consumado es) tiene una trascendencia eterna.

Ninguna otra palabra y/o expresión ha tenido, tiene, o habrá de tener un significado tan
profundo como esta para la raza humana. Se hace necesaria la perspectiva eterna para
poder verla manifestada, pues, sobrepasa los límites del espacio y el tiempo.

Resumen:

Jesús cargó sobre la cruz todo nuestro pecado y sus funestas consecuencias. Él es allí el
sumo sacerdote y el holocausto al mismo tiempo. Su obra tiene una trascendencia eterna.

Oración:

¡Gracias Jesús por haber cargado mi pecado sobre ti en la cruz! Tú me has redimido,
liberado y sanado. He sido justificado por tu sangre y sanado por tus heridas. ¡Ayúdame a
tener esto siempre presente, especialmente cuando esté confrontado a desafíos y
problemas de la vida diaria! ¡Gracias por saber que tú ahora me representas delante de tu
Padre y pronto vendrás como rey! Amén.

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