Vous êtes sur la page 1sur 2

CARTAS DE LECTORES

Crónica de una derrota


anunciada
Domingo 23 de Junio de 2019
Mientras veo a la distancia los medios nacionales por televisión y los medios
rosarinos por internet, me surgen múltiples preguntas y reflexiones al mismo
tiempo, relacionados con los resultados electorales. Pienso en la soberanía nacional
y en la mayor herida que nuestro pueblo tiene al respecto: las Islas Malvinas, la
guerra que más sufrió nuestro país en el siglo XX y que aún se mantiene abierta.
Al mismo tiempo me pregunto: ¿se puede recuperar la soberanía de un territorio
ilegítimamente arrebatado, cuando no se ejerce con solvencia y consistencia en el
propio territorio nacional? Los justos reclamos argentinos, pierden fuerza concreta,
real, cuando tomamos uno de los muchos datos significativos: el censo del año
2010 estableció que, en total, las cinco provincias patagónicas suman sólo
2.100.118 habitantes, tan sólo el 5,2 por ciento del total nacional. Este dato, entre
tantos otros, me llevan a una de las peores invasiones que sufrió nuestro país en el
siglo XIX y que tuvo su puntapié en Santa Fe: la batalla (o matanza) de Cañada de
Gómez en 1861. Allí, el ejército de Buenos Aires inició la peor masacre que se
realizó en nuestras tierras y que se repitieron en La Rioja, con el Chacho Peñaloza,
y en Entre Ríos, con López Jordán, entre otras. La traición de Urquiza a todas las
provincias del interior, entregó por primera vez, desde que Artigas ondeó la
bandera federal en 1813, el vasto territorio de la Confederación a la barbarie
porteña y sus aliados del interior, como Sarmiento. Santa Fe (y Rosario en
particular) ya habían conocido invasiones y depredaciones durante la década de
1810, con Viamonte y Díaz Vélez a la cabeza. Mariano Vera y Estanislao López
comenzaron la épica que llevó al escudo provincial una frase, que podría parecer
pomposa, si no fuese confirmada por los hechos posteriores: invencible provincia
de Santa Fe. Excelentes historiadores santafesinos, supieron resaltar con exactitud
la imposibilidad que tuvo nuestra provincia para liderar un proyecto político
nacional distinto: una economía endeble que obligó a López a depender de los
fondos porteños. Pero, esta debilidad estructural, lentamente se superó cuando la
mejor versión de Urquiza, potenció las primeras colonias agrícolas y el gran puerto
de la Confederación Argentina: Rosario. Así se forjó en el siglo XX la provincia
que le dio su primera victoria electoral a la Unión Cívica Radical en 1912, la "cuna"
del peronismo en 1945 y el primer gobernador socialista en la historia del país.
Santa Fe no es una provincia más, y si uno lo piensa objetivamente, es "la
provincia" considerando su crecimiento e historia. Entre tantos problemas
concretos y de mayor relevancia, creo, que el socialismo, aunque tuvo sin dudas
aciertos, se olvidó del lema que es esencia en nuestra provincia. Algunos podrán
decir que fue "virtud democrática", vocación de diálogo, pero, sin dudas, el
socialismo fue ambiguo y por qué no, tibio, en cuanto a posicionar a la provincia
con firmeza ante los gobiernos y políticas nacionales, tanto kirchneristas como
macrista. Santa Fe debe ser una vez más, como lo fue en todo el siglo XIX, bandera
de federalismo nacional. Si no lo hacen Córdoba y Santa Fe, aliadas como en el
pasado, ¿quiénes lo harán? La debilidad estructural de nuestro país fue resaltada
hace muchas décadas por un gran intelectual santafesino como Martínez Estrada:
"Hemos hecho una gran ciudad porque no supimos hacer una gran Nación". Para
recuperar las Islas Malvinas, primero tenemos que refundar un país atrofiado con
una cabeza gigante y un cuerpo raquítico; no existe una nación fuerte con veintidós
Estados confederados débiles y "ambas" Buenos Aires absorbiendo todo. Que hoy,
un santafesino de veras, escriba estas palabras tendiendo un puente entre -y desde-
Tierra del Fuego y Santa Fe, tiene que ver en mayor parte con los azares del
mercado de trabajo, pero también, en gran medida con la desilusión que el Frente
Progresista, y el socialismo en particular, me generó durante sus últimos mandatos.
Tal vez, en estas palabras, pueda haber algunos modestos indicios, de por qué hoy
esa fuerza política perdió electoralmente la provincia.

Matías Legrestti
DNI 28.582.673

Vous aimerez peut-être aussi