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LA DOMINACION MASCULINA

Pierre Bourdieu

Bibliografía
Pierre, B. (1998). La Domination Masculine. Paris: Seuil.

BIOGRAFIA

Pierre Bourdieu nació en 1930 en una aldea de Bearne, en los Pirineos Atlánticos. Hijo
de Noémie Duhau y Albert Bourdieu un campesino bearnés, era obrero agrícola. Su madre
tenía procedencia social similar, aunque de un linaje de los propietarios en Lasseube. Fue
hijo único de la pareja. La provincia en la que nació Bourdieu, exhibía para la época una
situación culturalmente marginal dentro de Francia, debido al predominio del uso de una
lengua regional, el occitano, en su variante bearnesa. Aun siendo criado dentro de este
entorno agrario y de haber adquirido los mismos hábitos pueblerinos de sus compañeros,
desde el inicio de la escolaridad Bourdieu sintió las contradicciones de no pertencer a
todo a la cultura dominante.

Pierre Bourdieu (Denguin, 1930 – París, 2002) fue uno de los sociólogos más relevantes del siglo
XX. Su trabajo se centró en los ámbitos de la sociología de la cultura, la educación, los medios de
comunicación y los estilos de vida. Ejerció como profesor en Francia y Argelia. Fue director de la
École Practique de Hauts Études y del Centro de Sociología Europea, y Catedrático de Sociología en
el College de France desde 1981. Dirigió la revista Actes de la Recherche en Sciences Sociales entre
1975 y 2002, y fue unos de los fundadores de la editorial Liber-Raisons d’agir. En 1989 obtuvo el
nombramiento de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Berlín y, en 1996, por la Universidad
Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt. Durante su estancia en Argelia entre 1958 y 1960 comenzó
las investigaciones que fundamentarían sus posteriores obras de crítica social.

Los primeros trabajos de Bourdieu, Sociologie de l’Algérie (1958) y Les Héritiers. Les étudiants et
la culture (1964), publicados junto a Jean-Claude Passeron, se centraron en la sociología de la
educación y el análisis de las desigualdades sociales en el sistema educativo. En torno a la cultura,
publicó, entre otros títulos, Les fonctions sociales de la photographie (1964), Un art moyen (1965)
y Genèse et structure du champ littéraire (1992), sobre crítica literaria. Aunque sus publicaciones
sobre crítica social son cuantiosas, la de mayor consistencia es La misére du monde (1993), donde
denuncia que el sufrimiento, la exclusión social y las desigualdades derivan de la modernización. En
1996 publicó Sur la télévision, un reproche hacia los medios de comunicación audiovisuales en la
sociedad moderna

OBRAS

 2013 - Manet: Una revolución simbólica - "Manet: Une révolution symbolique", Seuil,
Paris.
 2012 - Sobre el Estado, recopilación de notas por parte de sus colaboradores Patrick
Champagne, Rémi Lenoir, Franck Poupeau y Marie-Christine Rivière en el décimo
aniversario de su muerte.24
 2004 - Autoanálisis de un sociólogo - Esquisse pour une auto-analyse
 2002 - El baile de los solteros - Le Bal des célibataires. Crise de la société paysanne
en Béarn
 2001 - El oficio de científico. Ciencia de la ciencia y reflexividad - Science de la science
et Réflexivité
 2002 - Intervenciones 1961-2001. Ciencia social y acción política
 2002 - La fuerza del derecho
 2002 - Lección sobre lección
 2002 - Pensamiento y acción
 2001 - Capital cultural, escuela y espacio social
 2001 - Contrafuegos 2. Por un movimiento social europeo
 2000 - Cuestiones de sociología
 2000 - Las estructuras sociales de la economía
 1998 - La dominación masculina - La Domination masculine
 1999 - Contrafuegos. Reflexiones para servir a la resistencia contra la invasión
neoliberal
 1999 - Creencia artística y bienes simbólicos
 1997 - Razones prácticas (Sobre la teoría de la acción) - Reedición del mismo libro de
1994 Raisons pratiques. Sur la théorie de l’action
 1997 - Las Reglas del Arte. Génesis y estructura del campo literario
 1997 - Meditaciones pascalianas - Méditations pascaliennes
 1996 - Sobre la televisión - Sur la télévision
 1994 - El sentido práctico - Raisons pratiques. Sur la théorie de l’action
 1993 - La miseria del mundo - La Misère du monde
 1992 - Les Règles de l’art|Les Règles de l’art. Genèse et structure du champ littéraire
 1992 - Réponses. Pour une anthropologie réflexive - con Loïc Wacquant
 1989 - La Noblesse d'État. Grandes écoles et esprit de corps
 1988 - La ontología política de Martin Heidegger - L'ontologie politique de Martin
Heidegger.
 1984 - Homo academicus
 1987 - Choses dites
 1982 - Ce que parler veut dire: L'économie des échanges linguistiques
 1981 - Questions de sociologie
 1980 - Le Sens pratique
 1979 - La distinción - La Distinction ; Critique sociale du jugement
 1975 - Un arte medio - Un Art moyen. Essai sur les usages sociaux de la
photographie con Luc Boltanski, Robert Castel y Jean-Claude Chamboredon
 1972 - Esquisse d’une théorie de la pratique, precedido de Trois études d’ethnologie
kabyle''
 1970 - La reproducción - La Reproduction. Éléments pour une théorie du système
d’enseignement
 1968 - El oficio de sociólogo - Le Métier de sociologue con J.C. Passeron y J.C.
Chamboredon
 1966 - El amor al arte. Los museos europeos y su público - L’Amour de l’art. Les
musées et leur public con Alain Darbel y Dominique Schnapper
 1964 - Los estudiantes y la cultura - Les Héritiers. Les étudiants et la culturecon Jean-
Claude Passeron Extractos (en francés)
El orden de las cosas no es un orden natural contra el que nada puede hacerse, sino que
es una construcción mental, una visión del mundo con la que el hombre satisface su sed
de dominio. Una visión que las propias mujeres, sus víctimas, han asumido, aceptando
inconscientemente su inferioridad. Pierre Bourdieu, con su descripción etnográfica de la
sociedad cabileña, auténtica reserva del inconsciente mediterráneo, ofrece un instrumento
extremadamente poderoso para disolver las evidencias y explorar las estructuras
simbólicas de ese inconsciente antrocéntrico, que sobrevive en los hombres y en las
mujeres de hoy. El resultado es una denuncia, tanto más eficaz políticamente en cuanto
que científicamente fundamentada, de las muchas paradojas que las relaciones entre los
géneros alimentan, así como una invitación a reconsiderar, junto a la unidad doméstica,
la acción de aquellas instancias superiores, la Iglesia, la Escuela, el Estado responsables
en último término de la dominación masculina.

plantea que la división sexual representa formas de diferenciación entre mujeres y


hombres que van más allá de las condiciones físicas o fisiológicas entre ellos. La división
sexual nos remite a establecer diferencias entre mujeres y hombres en su forma de ser y
en su forma de construir el mundo, desde sus modos de vestir, de hablar, y de actuar, así
como desde las maneras de sentir y de pensar los significados o los valores que circulan
y se comparten en la sociedad. Según Bourdieu, la división sexual es un principio básico
de la violencia simbólica en la estructura social y de lo que considera es la dominación
masculina. La dominación masculina presupone que las actividades y actitudes tanto de
mujeres como de hombres, están marcadamente diferenciadas por su género. Tal
principio de diferenciación sexual es adoptado y reproducido desde la base de lo familiar,
mediante disposiciones que se hacen pasar como naturales, al ser incorporadas y
programadas en el juego simbólico del lenguaje, del sentido común, o de lo dado por
descontado. Con este respecto, el Estado, la iglesia o la escuela, son instituciones que se
configuran simbólicamente, según Bourdieu, para perpetuar y reafirmar ese principio de
diferenciación sexual que se reproduce desde el nicho familiar.

La interpretación que Bourdieu hace de la división sexual presupone la asignación de


roles preestablecidos a mujeres y hombres, asignación que predetermina y concreta las
formas de vida y las concepciones de mundo en la sociedad. El enfoque bourdieuano es
relevante porque señala a la dominación masculina como una forma de violencia
simbólica que se caracteriza por hacer legítima la desigualdad entre ellos. Desde dicho
enfoque, el principio de diferenciación sexual representa un principio de construcción de
orden histórico/social, es decir, un princpio de violencia simbólica, en el cual la mujer no
tiene una participación directa en las maneras de organización y transformación de la
sociedad, ya que la dominación masculina confabula un mundo social construido por y
para el hombre: construcción que procura formas de autorreclusión y autocensura tanto
del pensamiento de la mujer, como del sentimiento de lo femenino.

Partiendo de este enfoque, la violencia simbólica de la dominación masculina representa


también la forma de mantener y consolidar el orden social, en el que coexiste el
sometimiento y la subordinación femenina de manera simultánea. Por ello es común
pensar, como lo señala Bourdieu, que las actividades del hombre deben estar relacionadas
con el trabajo y con el sustento de la familia, esto es, con las tomas de decisión y con las
virtudes de ser honrado, respetado o admirado, según el status social adquirido. Por su
parte, la dominación masculina impone que las actividades de la mujer presuponen
relacionarse con la crianza de los hijos y con la organización de la vida doméstica, es
decir, con la sumisión ante las decisiones tomadas por el hombre y con las virtudes de ser
sincera, fiel, emotiva o sentimental. Bourdieu no duda en indicar que la dominación
masculina es una construcción social que implica la permanencia de las formas de
opresión difundidas por la división sexual, mismas que son reproducidas a partir de
esquemas de percepción incorporados tanto en mujeres como en hombres. Esto implica
que, al construir los significados de su realidad inmediata –significados vinculados
implícitamente con el principio de diferenciación entre los sexos-, mujeres y hombres
juegan las reglas del juego de la violencia simbólica, lo que es decir que son susceptibles
de reproducir los principios de dominación masculina de manera inadvertida y cotidiana.

El enfoque sociológico que Bourdieu expone es primordial para comprender las formas
de resistencia social ante la opresión y marginalidad que infunde la dominación
masculina. Desde esta perspectiva, las tendencias feministas emprenden una lucha
política que se enfrenta a una realidad social que las involucra históricamente: su lucha
contra la violencia simbólica es una lucha que se realiza a partir de la construcción de los
significados que ordenan a la sociedad. Pero ello no significa que no exista posibilidad de
resistencia social y de creación simbólica, ya que los feminismos son susceptibles a
emprender un trabajo invisible de transformación del mundo, un trabajo que puede estar
caracterizado por no reproducir los esquemas de dominación incorporados. Este trabajo
implica una doble faceta capaz de establecer una ruptura creativa con los significados que
fijan las identidades, que definen los géneros sexuales y que organizan la historia de la
sociedad. Desde la perspectiva sociológica que Bourdieu plantea, este trabajo silencioso
es capaz de promover una deshistorización de los principios de diferenciación social
relacionados con la división sexual y con la dominación masculina.

El orden de las cosas no es un orden natural contra el que nada pueda hacerse, sino que
es una construcción mental, una visión del mundo con la que el hombre satisface su sed
de dominio. Una visión que las propias mujeres, han asumido, aceptando
inconscientemente su inferioridad.

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