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CONSTRUYENDO CAMINOS:
Sordos y Oyentes pensando en la U
ISBN: 978-958-765-037-2
Fotografía:
William Mauricio Varela Contreras
Modelos:
Catalina Peña T.
Lorena Calero E.
Alexander Lugo H.
Jhonatan Mejía
Alejandro Cabrera P.
Modelo lingüístico:
Carmen N. Díaz
Presentación 11
Capítulo 1
Los sordos: población diversa que se proyecta
a la educación superior
Mónica María Carvajal Osorio 19
Capítulo 2
Reconociendo las competencias de los jóvenes sordos
hacia la formación en el nivel de educación superior
Lilian Tascón Bedoya 61
Capítulo 3
La juventud sorda se organiza para pensar la universidad
Mónica María Carvajal Osorio
Freddy Vásquez Yali 91
Capítulo 4
El Colectivo Sordo propone una universidad
que acoja y responda a la diversidad sorda
Mónica María Carvajal Osorio
Freddy Vásquez Yali
Colectivo Sordo 155
1. Soporte institucional para responder
a la presencia de los sordos en el ámbito
de la educación superior 157
10 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
PRESENTACIÓN
E
l derecho a la educación se estableció como tal desde 1948 en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos y ha sido ra-
tificado a lo largo de la historia a través de varios instrumentos
de orden internacional que buscan brindar condiciones para garantizar
que todas las personas, independiente de sus particularidades físicas,
sensoriales, étnicas, culturales o mentales, puedan ejercer sus liberta-
des plenamente y sin discriminación.
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapaci-
dad (2006)1, ha sido una de las reafirmaciones más significativas de
este derecho fundamental como lo indica en su Artículo 24, literal 1:
Este texto que hoy compartimos con los lectores se ubica en el marco
1
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad fue aprobada en Co-
lombia a través de la Ley 1346 de Julio de 2009 y declarada exequible por la Corte Constitucional
a través de la Sentencia C-293/10.
12 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Esto ratifica que el incremento de aspirantes sordos a la educación
superior, y de manera más específica a la Universidad, no solo va en
aumento sino que las características de esta población se han tornado
diversas. Por tanto, tampoco es innegable que la población sorda que
aspira y que está ingresando a la Universidad es heterogénea. Las dife-
rencias no sólo se definen entre los estudiantes sordos y los oyentes, és-
tas también se consideran entre los mismos sordos. Es justamente este
reconocimiento de sus particularidades lingüísticas, sociales, cultura-
les y educativas las que marcan la identificación, el diseño y la provi-
sión de los apoyos para asegurar que todos cuenten con las condiciones
no solo de acceso a la educación superior sino, mucho más importante,
para su mantenimiento, desarrollo profesional y titulación.
Así, pensar la diferencia ha sido una de las tareas emprendidas en
este camino de construir Universidad inclusiva y no reducirla a un es-
pacio o lugar. La Universidad inclusiva reconoce y acoge a todos desde
la comprensión del carácter diverso, como condición natural y genuina
de su comunidad, que permite establecer la relación con los otros y la
respuesta institucional desde una perspectiva de derechos y de equi-
dad. Un logro importante en este camino lo identificamos en los li-
neamientos de la Asociación Colombiana de Universidades “ASCUN”
(2007), al reconocer las políticas de democratización existentes en
América Latina, así como las metas del Milenio de la ONU en las cuales
se plantea como un deber de las Instituciones de Educación Superior
fortalecer la respuesta para contribuir en la construcción de capital hu-
mano y social. Uno de los objetivos, justamente, se orienta hacia la:
2
Dato que se reporta en el 2009 en la Vicerrectoría de Bienestar Universitario en relación con los estu-
diantes sordos que solicitan el apoyo de monitoría especial para las actividades académicas.
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y acompañar este proceso de la mano de actores fundamentales de la
comunidad universitaria con y sin discapacidad. Por tanto, desde el
año 2008 centramos la atención en la movilización de los estudiantes
sordos de básica secundaria y media, los bachilleres y estudiantes de la
misma Universidad en torno a un asunto específico que demarca ele-
mentos de diferencia al interior de la población con discapacidad: la
reflexión de una Universidad que reconoce y responde a la diversidad
lingüística expresada a través de la presencia de los sordos, entre otros
grupos lingüísticos minoritarios.
Por otra parte, la Secretaría de Educación del Municipio de Santiago
de Cali comprometida con el tema de educación inclusiva con calidad
ha planteado respuestas diferenciales para el estudiantado sordo con
el fin de asegurar el acceso y mantenimiento de los sordos en el sistema
educativo. Desde 1999 esta Secretaría ha provisto de condiciones para
asegurar la finalización de la formación media de los sordos usuarios
de la lengua oral y usuarios de la lengua de señas. Este compromiso ha
contribuido en el incremento del número de sordos que actualmente
aspiran a la educación superior. Por ello, desde el interés común de
construir condiciones para la educación con calidad de los sordos, en
el año 2010 coincidimos en el camino la Universidad del Valle, la Se-
cretaría de Educación del municipio de Santiago de Cali y los sordos
bachilleres para generar una alianza que nos permitiera recoger parte
de una realidad y aportar algunos de los referentes que debemos tener
en cuenta para brindar las condiciones de equidad a esta población
para experimentar plenamente la vida universitaria.
Por tanto, el contenido de este texto, producto del trabajo conjunto
con los sordos que aspiran a la educación superior, esperamos que lo-
gre ser de utilidad para quienes apostamos por una sociedad que edi-
fica mayores condiciones de participación y de aprendizaje para todos
sus estudiantes en los contextos de educación superior.
En la primera parte de este libro ubicamos a los lectores en la po-
blación que motivó este libro: la minoría sorda. La comprensión de
esta población desde algunas de las características que definen su ca-
rácter diverso, es la intención inicial. Para ello consideramos factores
de orden biológico, lingüístico, sociolingüístico, educativo y cultural
que permiten configurar las características diferenciales de cada suje-
to. En este contexto, retomamos un estudio que hicimos en el 2008 en
un ejercicio investigativo conjunto con estudiantes de último año del
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ción vocacional usando la lengua de señas como medio de interacción
y construcción, a pesar de no haber sido la primera lengua de algunos
de ellos. Esto evidencia como dicha lengua, de carácter viso-gestual,
puede ocupar un lugar importante para el desarrollo de los sordos y
convertirse en la lengua dominante de algunos sordos oralizados.
En la tercera parte mostramos, a manera de reconstrucción de la
experiencia, dos procesos y sus productos que se articularon desde una
misma necesidad: la apertura de espacios de ciudad para escucharse,
debatir y construir conjuntamente desde el reconocimiento mutuo y la
interlocución entre los sordos bachilleres (usuarios de lengua de señas
y usuarios de lengua oral) y los oyentes en función del posicionamiento
del tema de “educación superior inclusiva” en la agenda de la comuni-
dad sorda y oyente caleña. Por tanto, compartimos los referentes para
la conformación del “Colectivo Sordo”, así como la metodología y pro-
ductos del “Encuentro Sordos a la U”. Para éste último, la presencia de
la Secretaría de Educación del Municipio de Santiago de Cali corres-
pondió al compromiso con la democratización del sistema educativo
desde el Programa de Educación Inclusiva con Calidad para lo cual
fue evidente el compromiso de tejer puentes entre la educación media
y la superior a través de la generación de espacios de fortalecimiento de
las competencias en español escrito, la orientación hacia la formación
profesional y la mirada hacia la Universidad como un espacio educati-
vo de autorrealización de muchos sordos.
Cerramos este libro con la mirada prospectiva sobre las característi-
cas de un entorno universitario para posibilitar el desarrollo profesio-
nal, personal, social, lingüístico y cultural de todos y todas en el marco
de la interculturalidad en función de la presencia de sordos y oyentes
usuarios de dos lenguas diferentes: la LSC y el castellano.
Tenemos la seguridad que esta propuesta diseñada, en este caso en
el contexto de la Universidad del Valle y denominada “Programa de
Apoyo para la Inclusión de la Minoría Sorda en la Vida Universitaria”,
podrá servir de referente para otras Instituciones de Educación Supe-
rior que trabajan en la construcción de entornos educativos y comuni-
dades universitarias inclusivas.
E
n un mundo que se abre al reconocimiento de las diferentes for-
mas de expresión de la diversidad humana, la presencia hege-
mónica de la oralidad en los sordos y el ostracismo al que fueron
sometidas las lenguas de señas durante muchos siglos ya no tienen lu-
gar. El discurso educativo al que nos enfrentamos en esta década, en el
que se da un valor importante a la individualidad y al reconocimiento
de ser sujetos de derechos, nos convoca a la ruptura permanente desde
los diferentes sistemas en los que participamos para responder a las
necesidades de desarrollo de todos y todas. Si la educación que cons-
truimos y dirigimos a los sordos acoge la diversidad como principio
fundamental para comprender al sujeto que formamos, la discusión
educativa deja de estar centrada en la oposición lengua oral – lengua
de señas para ubicarse en la reflexión sobre las condiciones que man-
tenemos y que debemos generar para brindar un mayor soporte para la
autorrealización de los sordos.
En este sentido, la oferta educativa dirigida a los sordos se ha diver-
sificado gracias a los avances en los desarrollos conceptuales en torno
a la sordera, a la persona sorda y, de manera especial, en el reconoci-
miento del carácter lingüístico de “aquello utilizado por los sordos para
comunicarse”. “Aquello”, llamado lengua, ya no tiene discusión entre los
lingüistas. Todo lo contrario, avanzan los estudios que dan cuenta de la
estructura y funcionamiento de las distintas lenguas de señas existentes
en el mundo de tal forma que ya no se puede negar la presencia de dos
lenguas en la vida educativa del sordo:
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1.1. Factor Individual
24 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
trucción de significados, la mayor o menor experiencia auditiva con
dicha lengua, así como su uso (oral o escrito) determinarán el grado
de comprensión de los significantes del castellano.
Entorno familiar
El gran porcentaje de la población sorda colombiana nace y se so-
cializa en un entorno lingüístico de la lengua oral. Esto se debe a que
la gran mayoría de sordos cuentan con padre y madre oyentes usuarios
de la lengua oficial del país, en nuestro caso el castellano. Tan solo un
4 ó 5 % de la población sorda corresponde a hijos de padres sordos
(Skliar, 1995; Veinberg, 1998), lo cual significa que:
Entorno educativo
Las alternativas educativas que se ofrecen a los sordos son parte de
una historia que se reporta, a nivel internacional, desde el siglo XVI,
y en nuestro país desde 1924, bajo la responsabilidad de comunida-
des religiosas (Ramírez, 1998). En un principio, la discusión sobre las
mejores condiciones para la enseñanza de la lengua oral era el foco de
lo educativo. Hoy en día, sin restar importancia a los procesos de ha-
bilitación oral, se han dado transformaciones que abren espacios para
discusiones de orden educativo y pedagógico en función del desarrollo
del sordo. En estas cuestiones, la lengua (sea la de señas o la oral) ya
no es el fin de la educación; en su lugar se le otorga la función de ser
mediadora del proceso pedagógico.
Miremos, entonces, las alternativas educativas que se identifican en
relación con el uso del castellano, de la LSC o de ambas en nuestro
contexto colombiano.
26 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
bajo de orden terapéutico a partir del soporte tecnológico3. Producto
del proceso de habilitación oral, en un promedio de 10 a 12 años, se
espera contar con un sujeto sordo competente con la lengua oral y con
un nivel de formación que le permita continuar el proceso educativo en
la básica primaria, secundaria y media en colegios para oyentes. El re-
sultado del proceso de oralización es el monolingüismo, es decir, el uso
exclusivo del castellano en su modalidad oral y escrita a nivel receptivo
y productivo en el que encontramos desempeños auditivos, lingüísticos
y comunicativos heterogéneos, como se expuso en el apartado de fac-
tores individuales.
Esta opción educativa, en sus orígenes, según Skliar, Massone y Vein-
berg (1995), correspondió a la concepción clínico-terapéutica de la sor-
dera y del sordo que impuso una visión ligada a la patología y al déficit
biológico para definir, desde sus propuestas, estrategias y recursos de
índole reparador y correctivo. El sordo, desde esta concepción, ha sido
considerado como una persona que no oye y, por lo tanto, que no habla.
Así, se le ha definido desde sus características negativas, desde la falta e
incapacidad y los espacios educativos mantienen un sesgo rehabilitador.
Con las acciones médicas y terapéuticas que se desprenden de esta con-
cepción, se ha pretendido dar al sordo lo que le falta: la audición, y, en
consecuencia, su derivado de máximo valor: la lengua oral.
En la actualidad, y a partir de los avances en audiología (en rela-
ción con el desarrollo tecnológico de los audífonos y del implante co-
clear, principalmente), la situación planteada por Behares, Massone y
Curiel (1990) se mantiene: el modelo oralista sigue siendo un aliado
invalorable del sistema educativo puesto que responde al deseable de
una parte de los integrantes de la sociedad oyente: desmutizar al sor-
do y transformarlo en futuro adulto oyente (Skliar y otros 1995). Esto
quiere decir, que bajo esta concepción, los sordos seguirán siendo una
población objeto de estudio del ámbito médico al tomar la “alteración,
disminución, abolición parcial o completa, pérdida de la función audi-
tiva” (Dumont 1999:71) como la característica relevante que requiere
ser reparada y, más aún, se continuarán ofreciendo alternativas tera-
péuticas que brinden mejores condiciones para el aprendizaje sistemá-
tico y el dominio de la lengua oral de la comunidad hablante a la cual se
espera que el sordo logre asimilarse en algún momento de su existencia
(Carvajal 2009).
3
Entre las ayudas auditivas utilizadas por los sordos para acceder auditivamente a la lengua
oral se encuentra el audífono, el baha y el implante coclear.
28 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
política curricular, así como con la comunidad educativa en un pro-
ceso que permita reconocer y acoger la diferencia para responder
asertivamente a las particularidades del estudiantado.
• Mediaciones discursivas en el acto pedagógico que brinde un so-
porte a la interacción comunicativa maestro-estudiante-maestro en
función del aprendizaje.
• Apoyos en la actividad y situaciones de aprendizaje centrado en
las oportunidades que ofrece la didáctica (en sus relaciones entre el
objeto de estudio y el saber de los estudiantes) para brindar condi-
ciones de aprendizaje a todos los estudiantes: identificación y com-
prensión del contenido del saber de cada actividad, las variaciones
de la actividad de enseñanza en su estructura, complejidad y forma
de presentación; los propósitos de las actividades, los materiales
que se usan como soporte para la enseñanza, entre otros.
• Los apoyos terapéuticos y de manera particular el fonoaudiológico
que brinde el soporte al desarrollo de una mayor competencia lin-
güística y comunicativa en relación con las demandas del contexto.
30 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
En esta condición que viven los sordos en su tránsito por la educa-
ción básica y media, reconociendo su bilingüismo intermodal o bimo-
dal (Plaza y Morales 2008)4, es decir con el manejo de dos lenguas de
diferente modalidad (la LSC de modalidad viso-gestual y el castellano
de modalidad auditivo-vocal), también se requieren de apoyos para
fortalecer su bilingüismo y para contar con condiciones plenas de par-
ticipación, aprendizaje y desarrollo a través de su lengua dominante,
en este caso la LSC y continuar el aprendizaje del castellano escrito.
Siguiendo la tipología de apoyos planteada anteriormente (Carvajal y
Cruz 2011), miremos de qué manera se expresa en este tipo de opción
educativa:
• Apoyos personales están representados de manera significativa
en la provisión del servicio de interpretación el cual permite la
mediación comunicativa entre las dos lenguas que circulan en el
entorno educativo: el castellano oral y escrito y la LSC. Este se debe
proveer para todas las actividades de la vida escolar que impliquen
interacción comunicativa entre sordos y oyentes. El apoyo tutorial,
también es indicado en estos casos, y sigue estando marcado por las
características del modelo de interacción comunicativo que se da al
interior de la clase. En muchas ocasiones, a pesar de la presencia
del intérprete, no se alcanzan a establecer todas las condiciones
pedagógicas requeridas para que el sordo elabore los saberes
en su lengua y alcance a construir interacciones con su maestro
en función del aprendizaje académico. Aquí, habrá que avanzar
en investigaciones que permitan comprender lo que acontece
en el aula de clase cuando el proceso pedagógico es mediado
comunicativamente por el intérprete de LSC ya que aparecen otros
elementos como la planificación lingüística de esta lengua para
contextos académicos y la formación de los intérpretes, entre otros.
• Los productos y tecnologías que aparecen como apoyo para los sor-
dos usuarios de la LSC tienen una estrecha relación con todas las
posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de tal forma que
se diseñen materiales y formas de enseñanza que sean accesibles a
través del canal visual. Además, la videotelefonía ofrece las posibili-
dades de interacción cara a cara, en LSC, a través de la distancia.
• Los apoyos al entorno físico-arquitectónico están caracterizado
por las condiciones de iluminación, así como de organización del
4
Estos términos de bilingüismo intermodal o bimodal son traducción de los términos cross-modal
bilingualism y bimodal, utilizado por Plaza Pust (2008) y Plaza P. y Morales (2008)
32 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
gías propias de la enseñanza de segundas lenguas. De esta manera,
se asegura que los estudiantes continuen construyendo su segunda
lengua a lo largo de los 6 años de educación secundaria y media.
34 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
unieron tras salir de la escuela, los trabajos que tuvieron, la poesía y
el teatro que crearon, y finalmente, el vocabulario que acuñaron para
describir lo que saben” (Padden y Humphries 2005: 2)
Así, Marín (2008) afirma que una cultura incluye un sistema de va-
lores, creencias y reglas que guían cómo una persona piensa, siente y
se comporta. Por tanto, indica cinco áreas para comprender la cultura
sorda: el lenguaje, la identidad, los valores, las reglas de interacción so-
cial y las tradiciones. Cada una de ellas están marcadas por la presencia
de una lengua de carácter viso-gestual que media la interacción con el
entorno, la construcción de la realidad, las relaciones, las actividades
que comparten y, en general, las situaciones en donde convergen los
sordos.
Los factores que hemos presentado hasta aquí, contribuyen a pen-
sar las características de la respuesta institucional acorde con las par-
ticularidades de cada persona sorda, así como desde la necesidad de
mantenimiento y promoción de la diversidad lingüística y cultural pre-
sente en esta minoría poblacional. Por tanto, es importante resaltar la
pertinencia de adoptar un enfoque diferencial para diseñar y desarro-
llar dichas respuestas institucionales al hacer visible la condición indi-
vidual, familiar y contextual de cada persona con el fin de identificar las
vulnerabilidades presentes, tanto de los individuos como de la minoría.
El enfoque diferencial, como lo plantea Castells (1997 citado por
Baquero 2009), debemos considerarlo como un imperativo ético a ser
adoptado en razón a que grupos históricamente excluidos, entre estos
los sordos, están aprendiendo a reivindicar el ejercicio de una ciudada-
nía desde el reconocimiento y la redistribución, desde la libre escogen-
cia de llevar el tipo de vida de acuerdo a sus preferencias y capacidades.
Esta movilización de los sordos ha gestado procesos de autoafirmación
frente a la opción de ser diferente lingüísticamente y es un logro histó-
rico que no podemos desconocer.
A
demás de los factores desarrollados en el punto anterior, im-
portantes por su contribución en la identificación de las con-
diciones de ingreso y de los requerimientos para apoyar la
formación integral de los sordos en el nivel de educación superior, es
importante resaltar otros datos que hemos construido a través del tra-
bajo conjunto con un grupo de jóvenes sordos aspirantes a ingresar a
la Universidad. Para ello, retomaremos, en primera instancia, la infor-
mación ofrecida por el DANE (2005) y por el INSOR (2011), así como
algunos aportes que arroja la indagación documental de un contexto
educativo en la ciudad de Cali (Carvajal 2009). Posteriormente, pre-
sentaremos el resultado de un ejercicio investigativo realizado con los
estudiantes del Programa Académico de Fonoaudiología de la Univer-
sidad del Valle en el marco del desarrollo de su proyecto de “Práctica
Profesional en Fonoaudiología I y II” con un grupo población de 34 jó-
venes sordos que respondieron a la convocatoria de trabajar conjunta-
mente un proyecto para hacer visible la población sorda en la Universi-
dad del Valle y construir una propuesta de apoyo para su participación
en la vida universitaria.
Como se percatarán los lectores, es significativa la presencia de sor-
dos usuarios de la LSC en este proceso de pensarnos y proyectarnos
una universidad que acoja y brinde respuesta a la diversidad. Es posi-
ble que la presencia en mayor porcentaje de la población sorda usuaria
de la LSC en los espacios que se convocan para discutir sobre educa-
ción inclusiva, nos brinde una pista que nos ayude a comprender los
factores que determinan las condiciones y posibilidades de acceso a la
educación superior. Por tanto, los datos que compartimos nos arroja
información, primordialmente, sobre este rubro poblacional a pesar de
que en las muestras de jóvenes hubo presencia de sordos usuarios del
castellano oral.
Es pertinente resaltar que el censo DANE en su reporte del 2005,
a nivel nacional, indica que del 100% de la población colombiana que
presenta algún tipo de limitación permanente en una función corporal,
el 33.3% no ha accedido a ningún nivel educativo. El 29.1% cuentan
con básica primaria incompleta y tan sólo el 2,34 % tiene algún nivel
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acceder a la información lingüística en su modalidad auditivo - vocal
a través del canal auditivo, es decir la recepción del castellano en su
modalidad oral: este 63% de sordos bachilleres, así cuenten con una
ayuda auditiva (audífono, implante coclear, sistema FM, entre otros),
no logran hacerlo por lo cual recurren al canal visual para acceder a
este tipo de información a través de la lectura labio facial (LLF). Aquí
tampoco contamos con datos que nos permita precisar el éxito o las
limitaciones que pueden presentar estos jóvenes para desempeñarse
efectivamente en actividades de la vida escolar que impliquen la inte-
racción comunicativa oral, así como las actuaciones de los interlocuto-
res o las condiciones de ambiente físico que restringen la participación
de esta población en este tipo de actividades cotidianas.
Por otra parte, lo más probable es que un porcentaje significativo de
este rubro poblacional denominado “sordo” sea usuario de la LSC, po-
blación que sí puede acceder plenamente a la información lingüística a
través del canal visual, justo por que esta lengua es de una modalidad
viso – gestual. De ahí que, desde la perspectiva socio-antropológica, la
comprensión de la situación socio-educativa de este último colectivo
no pueden estar centrada en el déficit auditivo, por el contrario, nos
implica asumirlos como sujetos facultados de la capacidad lingüística
construida y expresada a través de una lengua diferente a la de la ma-
yoría (el castellano en su modalidad auditivo-vocal) y que se autodefi-
nen como minoría lingüística o comunidad sorda.
Lamentablemente las estadísticas que ofrecen nuestros sistemas de
información no nos permite establecer estas particularidades desde un
criterio sociolingüístico que nos provea una información que es pri-
mordial en los procesos educativos: la lengua que se usa para mediar
los procesos de aprendizaje y de enseñanza.
Al situarnos en el nivel local, municipio de Santiago de Cali, del 100%
de la población que reporta algún tipo de deficiencia en sus estructuras
y funciones corporales, el 9,03 corresponde a la función auditiva y con
similar porcentaje, el 8%, reporta la presencia de limitaciones en las
actividades de comunicación; en este último rubro poblacional se infie-
re que hay una representación de población sorda que no se especifica
en este tipo de reporte. Es alarmante el reporte de tan sólo el 9% de la
población con discapacidad de Cali accediendo a servicios educativos y
el 90% sin acceso a ninguna forma de educación (Secretaría de Desa-
rrollo Territorial y Bienestar Social del municipio de Santiago de Cali
42 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Valle de Cauca reporta con un cobertura entre el 5 y el 7 % que corres-
ponde a 770 estudiantes sordos (Ibíd).
Existe una situación adicional que es importante precisar pues nos
aporta información para comprender las características de la pobla-
ción sorda que aspira a la educación superior. Es la referida al lugar
otorgado a las dos lenguas (la lengua oral y la LSC) en la educación de
los sordos.
En la Conferencia Internacional de Maestros de Sordomudos cele-
brada en Milán en 18806, se impuso la superioridad de la lengua oral
sobre la lengua de señas basada en la premisa de que la única manera
en la que el espíritu humano podía manifestarse era a través del habla
(Oviedo 1998). Por tanto, se promovió por primera vez, y como un hito
en la historia de lo que han sido los procesos de planificación lingüís-
tica de los usos de estas dos lenguas en la educación de los sordos, la
adopción de una perspectiva de “problema” (Ruiz 1984) hacia las len-
guas de señas. Esta orientación se tradujo en las acciones emprendidas
mundialmente tendientes a diseñar propuestas educativas con propó-
sitos específicos de enseñar la lengua oral de cada país a los sordos con
el fin de resolver el problema de una supuesta ausencia de lenguaje
y como única posibilidad de integrarse a la vida nacional usuaria de
dicha lengua dominante (Carvajal 2009). Este efecto llegó a Colombia
y se puso en marcha a través de propuestas reconocidas en el marco
del enfoque oralista tales como el Instituto de la Sabiduría en Bogotá
(1924) y en el nivel local, el Instituto para Niños Ciegos y Sordos en
Cali (1940). La oralización logró su posicionamiento en la educación de
los sordos y el reconocimiento social por parte de la comunidad oyente
que de esto se pueda deducir que, históricamente, los sordos usuarios
de la lengua oral fueran aquellos que lograran niveles de educación bá-
sica secundaria, media y superior.
Actualmente, con el desarrollo de nuevas tecnologías para optimizar
la capacidad auditiva de los niños sordos, así como las propuestas de
intervención terapéutica para la habilitación oral, mantienen al oralismo
en un lugar importante en la educación de los sordos.
La situación con los sordos usuarios de lengua de señas fue dife-
rente:
“La exclusión a la que fue sometida la lengua de señas a partir del histó-
rico Congreso de Milán en 1880 empezó a recuperar su lugar en la edu-
Este evento se conoce en el medio como el Congreso de Milán.
6
44 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
comprender por qué el 76% de los sordos matriculados en esta insti-
tución educativa reportaron la edad promedio de los 7 años como mo-
mento en el cual lograron tener acceso a la lengua de señas. Por tanto,
en este estudio, se constata que en la gran mayoría de los casos, el ac-
ceso a una primera lengua fue tardío. Esto significa que los primeros
años de vida estos jóvenes no contaron con ningún sistema lingüístico
que fuera un soporte pleno para su desarrollo.
Sumado a lo anterior, se encontró que estos estudiantes, al momen-
to de iniciar su educación secundaria (entre los 13 y los 18 años) lleva-
ban un promedio de 5 años de uso de la LSC y que el 97 % de ellos con-
taban con un entorno lingüístico familiar de castellano oral, es decir,
que la lengua que se usaba primordialmente para todos los propósitos
de la interacción en el hogar es el castellano oral. Por tanto, este grupo
de jóvenes sordos llegaban a la secundaria, en un colegio de oyentes,
con sus dos lenguas en desarrollo: la LSC y el castellano escrito (Car-
vajal 2009).
Si bien estos datos que se obtienen de la población estudiantil sorda
en el nivel educativo de básica secundaria y media son de utilidad para
proyectar la población sorda potencialmente aspirante a la educación
superior, no logra ubicar con precisión información que permita tomar
decisiones sobre los ajustes que se requieren para asegurar el acceso
el mantenimiento y la titulación de los sordos. Los datos nacionales
y locales requieren de mayor precisión y ampliación de tal forma que
se puedan lograr perfiles de entrada de la población sorda, así como la
ampliación de los registros en dicho nivel educación superior.
Por tanto, compartimos los datos que aporta el estudio que realiza-
mos con un grupo de 34 jóvenes sordos que hicieron parte del movi-
miento “Colectivo Sordo” (2009)7. Vale la pena resaltar que la mayoría
de personas sordas que hicieron parte de esta muestra eran bilingües.
Esto significa que contaban con la LSC como lengua dominante y un
uso funcional del castellano escrito u oral. Incluso, fue llamativo iden-
tificar sordos oralizados (castellano oral como primera lengua) que
hacia la adolescencia accedieron a la LSC, convirtiéndose ésta última
7
Este estudio, bajo mi dirección , hace parte de la primera fase de la asignatura “Práctica Pro-
fesional en Fonoaudiología I” del programa académico de fonoaudiología de la Universidad del
Valle que tuvo como objetivo caracterizar la población sorda que hizo parte del “Colectivo Sordo”.
En este proceso participaron los estudiantes de IX semestre de fonoaudiología, Luis Fernando
Segura, Elizabeth González y Paola Gómez, así como el fonoaudiólogo Freddy Vázquez Y.
46 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
dan, necesariamente, en este entorno; en su lugar se desplazan hacia
las asociaciones de sordos, a las instituciones educativas donde hay un
número significativo de sordos, así como a las instituciones de edu-
cación superior. Vale la pena resaltar que, desde estos escenarios, se
jalona el despliegue una serie de funciones sociales que han elevado el
estatus de esta lengua en las dos últimas décadas, a pesar de no ser la
lengua materna de muchos sordos. A partir de las funciones sociales
otorgadas, la LSC se considera de manera implícita o explícita: lengua
vernácula, nativa, educacional, religiosa, literaria, para ser aprendida
como asignatura, y de algunos medios masivos de televisión (Ibíd.).
Historia educativa
En relación con la edad de inicio de la escolaridad, se obtuvo que el
44% del grupo poblacional estudiado empezó entre los 4 y 6 años de
edad; el 35% entre 1 y 3 años de edad y el 18% de los 7 años en adelante;
el 3% no respondió. En relación con el espacio educativo en el cual ini-
ciaron su escolaridad, se reportó que el 50% de las personas iniciaron
su primaria en colegios para personas sordas donde se usa la LSC como
medio de instrucción.8 El 32% estuvieron en colegios para sordos con
énfasis en la oralidad y el 18% inició en colegio regular.
8
En Cali hay dos instituciones educativas que ofrecen la básica primaria bajo un modelo bi-
lingüe que reconoce la LSC como la primera lengua de la minoría sorda y en consecuencia es la
lengua de interacción y de instrucción en el ambiente escolar. El castellano escrito se considera la
segunda lengua y en enseñado a lo largo de todo el ciclo básico.
48 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
comunicativa y como mediador del proceso de construcción de conoci-
miento. No obstante, si esta condición de éxito no se da, significa que
la persona sorda no cuenta con el soporte sensorial auditivo para acce-
der a la lengua oral; por tanto la interacción comunicativa a través de
esta lengua no estará dada para mediar la relación pedagógica y para
un pleno desarrollo de la competencia lingüístico-académico.
50 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Proyección hacia la educación superior
Por último, consideramos pertinente reconocer las tendencias hacia
la educación superior mediadas, en un gran porcentaje, por las oportu-
nidades de acceso que ofrece el entorno educativo de la ciudad de Cali.
Del grupo de bachilleres que hicieron parte del estudio, el 41% no re-
cibió formación posterior a la educación media y las causas reportadas
se relacionaron con factores de orden económico, oferta académica y
temor al rechazo; el 35% logró iniciar su formación a nivel técnico y el
24% no respondió. La totalidad de los bachilleres no se inscribieron en
ninguna universidad pública por no contar con el puntaje mínimo en
las áreas exigidas.
52 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Ninguno de los jóvenes logró un puntaje mínimo en cada una de las
áreas que les permitiera el proceso de inscripción a la Universidad en
los programas académicos que presentan en el rango de sus intereses.
Cada uno de ellos, reportó 1 ó 2 áreas por debajo de lo exigido por la
universidad.
En relación con las posibilidades de formación, se reportó como op-
ción más accesible la oferta y condiciones del SENA. Particularmen-
te para la población usuaria de la LSC, se indicó que esta Institución
ofrecía el servicio de interpretación para sordos, lo cual les permitió
formarse en dos áreas específicas:
• Mantenimiento de Hardware
• Pre-impresión
• Licenciatura 23%
• Diseño gráfico 20%
• Sistemas 13%
• Administración de empresas 10%
• Fisioterapia, odontología, arquitectura, artística y pintura
y electricidad con un 7%.
54 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Por último, el horario preferido para estudiar se reportó con predo-
minio nocturno (47%) mientras que el 41% prefirió el diurno. La acti-
vidad laboral fue uno de los argumentos dados para inclinarse por el
horario nocturno. Esto puede indicar, la necesidad de combinar vida
universitaria con ser apoyo económico para la familia. En este sentido,
del 100% de las personas encuestadas, el 20% indicó contar con vincu-
lación laboral, mientras que el 59% no tiene empleo. El grupo restante,
no respondió.
56 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Bibliografía
58 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
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60 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Capítulo 2
RECONOCIENDO LAS COMPETENCIAS
DE LOS JÓVENES SORDOS HACIA LA FORMACIÓN
EN EL NIVEL DE EDUCACIÓN SUPERIOR
E
l interés de los sordos dirigido a encontrar mejores oportunida-
des de desempeño, nos lleva a buscar estrategias que faciliten
los apoyos para iniciar el recorrido de un nuevo camino. Una
de estas estrategias se enfoca en la educación y particularmente en la
necesidad de obtener oportunidades de acceso a la formación superior,
unida a la visibilización de las competencias desarrolladas en el trans-
curso de la formación secundaria. Desde aquí, planteamos las oportu-
nidades que este colectivo tiene en el mercado, las herramientas con las
que cuenta y cómo éstas facilitan su camino para el logro de la meta: el
ingreso a la educación superior. En este sentido, la población sorda, al
igual que otras poblaciones, tienen incluido en su programa educativo
institucional de secundaria diferentes acciones dirigidas a proveer la
orientación vocacional, de manera que al finalizar su último año lectivo
cuenten con herramientas que les coadyuven a dirigir claramente su
futuro quehacer ocupacional. Lamentablemente no se han unificado en
la educación pública las estrategias metodológicas que garanticen el
cumplimiento de este objetivo con respecto a la orientación vocacional,
razón por la cual existen bachilleres que culminan sus estudios se-
cundarios y miran con incertidumbre su futuro quehacer ocupacional.
En esta medida, se busca un actuar interdisciplinar que promueva en
el estudiante la toma de decisiones acertadas con respecto a su futuro
quehacer ocupacional, para lo cual identificamos como un posible faro
el establecimiento de una camino metodológico para la orientación
vocacional. En éste se identifican las diferentes opciones bajo las cua-
les cada bachiller sordo pudiera iniciar su recorrido hacia la formación
superior, estableciéndolo como un elemento vital en la construcción de
su proyecto de vida y en la generación de diferentes y nuevas opciones
bajo las cuales podrían desarrollar al máximo su potencial y participar
activamente en el desarrollo económico de nuestro país.
Acorde a esto, es necesario que establezcamos unos puntos comunes
en torno a la orientación vocacional, como estrategia para la ingreso a
la educación superior y que direcciona la acertada toma de decisiones
sobre el futuro quehacer ocupacional y/o profesional del ser humano.
64 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
sociedad acorde a la etapa del ciclo vital, por eso es importante identi-
ficar si sobre nuestra vocación contamos con las competencias básicas
para augurar un buen desempeño.
Esta búsqueda vocacional que se plantea es una tarea eminente-
mente personal, donde juega un papel vital la interacción con los inte-
grantes del núcleo familiar en edades tempranas y posteriormente las
interacciones durante la primaria y la secundaria, sumado a esto es ne-
cesario contar con unos recursos y apoyos naturales que orienten el ca-
mino hacia una acertada elección, que potencialicen los recursos per-
sonales o internos, de tal forma que se establezcan cimientos fuertes
para facilitar la efectiva correlación entre los motivadores, intereses,
competencias, ofertas académicas y demandas del mercado laboral.
66 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
para responder efectivamente a las demandas del entorno educativo
superior.
Adicionalmente a esto se encuentran aspectos relacionados con las
oportunidades de ocupación acordes con las características de forma-
ción a la que han tenido acceso. Como lo planteamos en el capítulo
anterior con el estudio realizado con 34 jóvenes sordos en la ciudad de
Cali, el panorama es poco alentador, pues con respecto a la ubicación
ocupacional de la población sorda se identificó en el mercado que las
áreas de mayor empleabilidad estuvieron puestas en oficios operativos
básicos como son servicios generales o manufactura.
Desde aquí, queremos llevar al lector a reflexionar sobre el siguien-
te interrogante: ¿sólo para este tipo de oficios es posible formar a las
personas sordas, o existen otras alternativas de ocupación para esta
población cuya particularidad básica está en su condición auditiva y
diferencia lingüística? Para responder a esto, surge la necesidad de
ubicar al lector en un contexto diferente al de los imaginarios rela-
cionados con las competencias de los sordos para su participación
en el mundo laboral desde actividades más calificadas. Es necesario
volcar la mirada hacia la formación para el trabajo, formación que es
crucial intervenir desde las instituciones de educación secundaria y
media, así como desde las instituciones de educación superior con el
fin de ampliar el horizonte alrededor de las opciones ocupacionales
para esta población.
De esta forma, identificamos como puntos determinantes todas las
acciones enmarcadas desde el proceso de orientación vocacional que
se da a los estudiantes de los grados 9 a 11 de educación secundaria y
media que, hipotéticamente, deberían facilitar la elección acertada de
su formación académica gracias a la visualización de un mayor abanico
de posibilidades para su futura empleabilidad, es decir para su vincula-
ción a la economía formal u otra opción de ocupación productiva.
Por tanto, para dar cuenta de un proceso de formación vocacional
exitoso es fundamental un abordaje sistémico que contemple aspectos
relacionados con el sujeto, la actividad de estudio y el contexto.
En relación con el sujeto, es necesario tener en cuenta sus caracte-
rísticas individuales, sus motivaciones, intereses, competencias y nece-
sidades de apoyo, entre otros.
Con la actividad de estudio, es pertinente considerar sus exigencias,
su oferta, su posicionamiento y demanda en el medio, el perfil pro-
68 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Construyendo caminos. Sordos y Oyentes pensando en la U 69
70 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Acorde a esto y a las posibilidades de intervención desde la orienta-
ción vocacional en las instituciones de educación secundaria y me-
dia, presentamos un camino metodológico que pretende aportar en
la proyección hacia la educación superior de las personas sordas y
ayudarnos a resolver el interrogante planteado.
Fase de identificación
En esta fase se realiza la identificación de la población que será ob-
jeto de orientación vocacional e igualmente se identifican las carreras u
ocupaciones de interés vocacional para lo cual se establecen los siguien-
tes pasos:
72 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
vocacional por competencias que requiere cada carrera de interés. La
construcción de este perfil se realiza estableciendo tres categorías rela-
cionadas con los requerimientos básicos para el ingreso a la educación
superior:
• Competencias de aprendizaje básico y aplicado
• Competencias en la ejecución de tareas
• Competencias en la comunicación
Fase de aplicación
En esta fase se agrupa a los estudiantes por opciones de formación
comunes a una misma familia ocupacional y se les da la instrucción y
consigna de la actividad a realizar, estableciendo un tiempo límite para
su ejecución (se reafirma que la planeación de dicha actividad debe
estar correlacionada con las competencias exigidas para el ingreso a
la carrera de interés). Si uno, o varios de los jóvenes sordos, son
usuarios de la lengua de señas, debe asegurarse la presencia de un
74 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Camino metodológico para acciones de orientación vocacional
76 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
• Montaje y dramatizado de una obra
• Creación de la imagen corporativa de un restaurante
• Generando imagen con estilo
• Enseñando a contar jugando
CARRERA NÚMERO
SEGÚN ESTUDIAN- CANTIDAD
TES POR GRUPO ACTIVIDAD
VOCACION
CARRERA
Ensalada frutas Jugo de
Naranja Sándwich: es im-
Cheff 2 2 portante
identificar el manejo de los
alimentos, la creatividad en
la presentación, entre otras
NÚMERO
ESTUDI-
CARRERA
ANTES CANTIDAD
SEGÚN ACTIVIDAD
POR CA- GRUPO
VOCACION
RRERA
Comunica- “planeando la empresa”: estable-
dor social 1 cer los puntos a considerar para
Administra- 3 iniciar el funcionamiento de una
dor 2 empresa
de empresas
78 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
CARRERA NÚMERO
SEGÚN ESTUDIAN- CANTIDAD ACTIVIDAD
VOCACION TES POR GRUPO
CARRERA
Ingeniera
electrónica Construcción lámpara
1
Ingeniería 4
Construcción objeto con
eléctrica material reciclable estable-
1
ciendo su usabilidad.
Ingeniería de
sistemas
2
CARRERA NÚMERO
SEGÚN ESTUDIAN- CANTIDAD ACTIVIDAD
VOCACIÓN TES POR GRUPO
CARRERA
Educación física 1 “Enseñando a contar ju-
Licenciatura gando”. Planear la forma
básica primaria 2 de enseñar a contar de 1 a
9 a niños de grado
Licenciatura en
español 1 de primaria, utilizando la
1
5 rayuela. El trabajo va diri-
gido a 10 niños de
Terapia
Ocupacional los cuales 2 cuentan con
1
discapacidad motora
80 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Sin embargo, estos resultados no son el final de la orientación voca-
cional; al contrario, es uno de los puntos de partida que debe seguir su
desarrollo especialmente desde la institución educativa. Lo que ocurra
en ella es determinante para la preparación del estudiante, más cuando
presentan condiciones de funcionalidad diversa las cuales requieren de
ciertos apoyos para facilitar su participación efectiva en el proceso de
selección para el ingreso a la institución de educación superior. Adicio-
nalmente, desde este contexto se deben generar acciones de empodera-
miento que movilicen la gestión en el marco de los deberes y derechos
de las personas con discapacidad a la educación superior en igualdad
de oportunidades.
FACULTAD DE SALUD
ESCUELA DE REHABILITACION HUMANA
Objetivo: Identificar los intereses, gustos y motivaciones vocacionales y ocu- pacionales generales de las perso-
nas sordas que puedan orientar la elección de la formación en el nivel de la Educación Superior.
I. DATOS PERSONALES
Fecha__________________________________
Dirección ________________________________________________________
D. ¿Cómo le gustaría ser en 10 años, qué características tendrías y a que de- dicaría su vida?
H. Qué habilidades has desarrollado en tu casa y en el colegio que podrían facilitar la posibilidad de estudiar lo
que quieres?
I. ¿Has trabajado alguna vez? si su respuesta es si escriba en que ha trabajado y que es lo más le gusto de ese
trabajo y lo que menos le gusto.
L. ¡Qué necesita para trabajar en lo que le gusta? M, ¡Qué necesita para trabajar en lo que le gusta? N. Señale con
una x lo que le gustaría estudiar:
a) Ingeniería de sistemas
b) Ingeniería mecánica
c) Ingeniería eléctrica
d) Administración de empresas
e) Contaduría pública
f) Diseño gráfico
g) Educación popular
h) Licenciatura básica primaria
i) ¿Otra? ¿Cuál?
COMPETENCIA 1 2 3 OBSERVACIÓN
COMPETENCIA DE APRENDIZAJE
BÁSICO Y APLICADO
Aprender conjuntos integrados de accio-
nes, tales como seguir reglas y secuen-
ciar y coordinar los movimientos, tal
como aprender a practicar deportes o
utilizar una herramienta de construcción.
84 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
COMPETENCIA 1 2 3 OBSERVACIÓN
Usar o producir símbolos o lenguaje para
transmitir información a un interlocutor.
COMPETENCIA EN LA EJECUCIÓN
DE TAREAS 1 2 3 OBSERVACIÓN
Llevar a cabo acciones sencillas o com-
plejas y coordinadas relacionadas con los
componentes mentales y físicos implicados
en una tarea, como iniciar una tarea, orga-
nizar el tiempo, espacio y materiales para
realizarla, pautar su desarrollo y llevarla a
cabo, mantenerla en marcha o completarla.
Iniciativa – Creatividad
Capacidad de utilizar procesos or- denados para
crear, transformar e innovar elementos del entorno
COMPETENCIA 1 2 3 OBSERVACIÓN
Liderazgo
Capacidad para identificar las necesidades
de un grupo e influir positivamente en él,
convocarlo, organizarlo, comprometerlo
y canalizar sus ideas, fortalezas y recursos
con el fin de alcanzar beneficios colectivos,
actuando como agente de cambio mediante
acciones o proyectos.
Sentido de progreso
Capacidad para reconocer y poner en acción
las potencialidades per- sonales en búsqueda
de una meta.
86 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Manejo de conflictos
Capacidad para identificar intereses contra-
puestos, individuales o colectivos, y lograr
mediar de manera que se puedan alcanzar
acuerdos y respuestas constructivas ante las
emociones propias y las de los demás para
beneficio mutuo
Competitividad
Capacidad de competir consigo mismo y con
los demás, teniéndolos en cuenta, tratándolos
con urbanidad y respeto.
COMPETENCIA EN LA
COMUNICACIÓN 1 2 3 OBSERVACIÓN
COMPETENCIA 1 2 3 OBSERVACIÓN
Comprensión–recepción de men- sajes no
verbales
Comprender el significado literal e implícito
de mensajes expresados con gestos, símbo-
los y dibujos.
Conversación
Iniciar, mantener y finalizar un intercambio
de pensamientos e ideas, llevado a cabo a tra-
vés del lenguaje escrito, de signos u otras for-
mas de lenguaje, con una o más personas
conocidas o extrañas en ambiente formal o
informal dentro del contexto académico.
88 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Bibliografía
U
n colectivo lo podemos definir como la “asociación de los in-
dividuos, en situaciones o procesos más o menos estructura-
dos que están en relación con objetivos finales medianamente
claros y consientes siendo estos significativos desde la perspectiva de
la acción y el sistema social” (Corvalan, 2000). En tanto que en este
proceso partimos de una necesidad que recogía los intereses de todos
hacia un propósito común, fuimos estructurando una acción colectiva
caracterizada por la definición y desarrollo de actuaciones intenciona-
das marcadas por el interés explícito de los protagonistas de este proce-
so para movilizarnos concertadamente (Neveu, 1996). Esta actuación
conjunta la desarrollamos en la lógica de la reivindicación de la defensa
de una causa común: una universidad que responde a la diversidad, en
este caso particular, a la diversidad lingüística.
Por tanto, el “Colectivo Sordo” de la Universidad del Valle se con-
figuró como un espacio de interacción y actuación concertada entre
personas sordas y oyentes interesadas en abrir la reflexión y proposi-
ción en torno al sentido de la Universidad como escenario académico,
social, político y cultural que reconoce y responde asertivamente a la
educación superior de la minoría sorda.
Así, la presencia de los sordos en el “Colectivo Sordo” se definió
como la participacion y expresión de una minoría con condiciones lin-
güísticas y académicas específicas marcadas por el lugar de las lenguas
en su historia educativa (uso de la lengua oral, en este caso el castellano
o de la lengua de señas colombiana - LSC -). Los jóvenes sordos posi-
cionados desde una perspectiva de reconocimiento a la diferencia, en
este caso de orden lingüístico, buscan ser partícipes de su futuro edu-
cativo al interior de la universidad, tras el ejercicio de sus derechos y
deberes. De esta manera, este “Colectivo” tuvo como meta hacer visible
la riqueza de la minoría sorda en tanto diversidad.
Características del “Colectivo Sordo”
Neveu (1996) propone tres criterios para constituir un “colectivo”.
Los enunciamos y presentamos la manera de evidenciarse en la con-
formación y funcionamiento del “Colectivo Sordo”:
94 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
La metodología de trabajo por proyectos desarrollada bajo el princi-
pio de planificación, ejecución y evaluación conjunta (en este caso en-
tre sordos y oyentes) planteó la oportunidad de fortalecer el sentido de
la acción colectiva. En este proceso se organizaron diversas experien-
cias que permitieran vivir la universidad, su espacio físico, tecnología,
gente, dinámicas y relaciones con el fin de plantearle a la Universidad
una propuesta para acoger y responder, con equidad, a las necesidades
de formación de dos comunidades que conviven en este escenario: la
sorda y la oyente 15.
15
Se diseñaron diversas acciones tales como tour lúdico por la universidad, talleres para el
manejo del campus virtual, apertura de un espacio virtual para el “Colectivo Sordo”, participación
en actividades académicas que abordaron el tema de la inclusión y la educación de los sordos,
participación en espacios convocados por el Colectivo de Discapacidad de la Universidad del Va-
lle, apertura de un club de conversación en LSC, así como el diseño y planeación conjunta del
“Encuentro Sordos a la U” en alianza con la Secretaría de Educación Municipal (Abril 2010).
P
ensar en las posibilidades y alternativas que debemos forjar para
que la educación superior sea una realidad permanente para la
minoría sorda, en el contexto colombiano y local, es una tarea
que nos compete a muchos y desde diversas instancias de poder: la
institución educativa de básica secundaria y media, los maestros, las
familias, los jóvenes sordos, las políticas educativas, las directivas uni-
versitarias y sus profesores, entre otros. En la década de los ochenta y
principios de los noventa esta posibilidad no estaba dada en Colom-
bia. La “esperanza” estaba puesta desde un círculo de bajas expectati-
vas, coherente con lo que Graciela Frigeiro plantea como la “profecía
del fracaso”. Ésta se encontraba marcada por una meta común en la
mente de algunos educadores: que el estudiante sordo culminara, al
menos, la primaria (que se desarrollaba a lo largo de diez años) para
luego formarse, por lo menos, en algún oficio. Con esto no queremos
significar que no sea dignificante la formación para el trabajo. Claro
que no. Es necesaria y es una alternativa de educación que debe seguir
planteándose. El asunto un tanto difuso en este momento histórico de
la educación de los sordos en Colombia, fue la apuesta por el sujeto.
Al no ser valorada la lengua de los sordos (la LSC que se reconoció
oficialmente a través de la Ley 324 de 1996) en su carácter lingüístico
y en sus posibilidades de ser mediadora de los aprendizajes, tampoco
se le otorgaba al sordo la posibilidad de desarrollo intelectual, cultural
y político como cualquier ciudadano. En consecuencia, pensar que un
sordo, particularmente usuariosde la LSC, continuara su formación en
la básica secundaria era considerado como un “prodigio” y más aun si
lograba ingresar a formación técnica, tecnológica o universitaria.
Es evidente que el marco legal que ha reconocido los derechos lin-
güísticos y educativos de la minoría sorda ha forjado condiciones para
mejorar la calidad educativa y asegurar la permanencia de esta pobla-
100 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
mico de Fonoaudiología de la Escuela de Rehabilitación Humana de la
Universidd del Valle para propiciar el diálogo entre sordos y oyentes
frente a la temática en cuestión.
El “Encuentro Sordos a la U”, como estrategia adoptada por el “Co-
lectivo Sordo” y delimitada por la metodología del trabajo por proyec-
tos (Jollibert, 1995; Rincón 1998 y 2007) en el cual estuvieron presen-
tes los tres momentos del proceso vivido: la planeación, el desarrollo
y la evaluación conjunta, marcado por un ejercicio transversal de pro-
ducción escrita.
El “Encuentro Sordos a la U” fue la expresión de la puesta en mar-
cha de competencias de orden comunicativo y cognitivo por parte de
los sordos a través de su lengua dominante, pudiendo ser esta la lengua
oral (el castellano) o la LSC. Por esta razón tomamos la decisión que
esta apareciera en la escena del trabajo con un sentido social y prag-
mático, es decir, estando presente a lo largo del proceso como herra-
mienta útil para la expresión, la discusión, argumentación y la planea-
ción. Debido a esto, propusimos un ambiente de trabajo en donde los
jóvenes sordos pudiesen reflexionar y llegar a acuerdos colectivos para
avanzar en cada uno de los momentos del proceso.
De esta manera retomaremos como marco algunas posturas de las
ciencias sociales en las cuales se resaltan las bondades de la teoría de
la acción conjunta; se hace necesario precisar que para el desarrollo
de este proyecto no fue este el marco teórico que brindó la orienta-
ción conceptual para su abordaje y posterior desarrollo, por tal motivo
no pretendemos profundizar sobre esta postura teórica ya que ha sido
fuertemente debatida por diferentes disciplinas —entre las cuales se
encuentran la sociología, la antropología, la economía y las ciencias
políticas— y contiene múltiples aristas sobre las cuales en el presente
documento no se hará un abordaje, ni se tomará una postura frente a
estas. Sin embargo, se retomarán premisas de algunos de sus principa-
les exponentes, por considerar de suma riqueza sus reflexiones y símil
con la postura de trabajo por proyectos y del trabajo colaborativo.
102 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
exclusión de la población sorda. De manera directa, se tuvo la parti-
cipación del programa académico de fonoaudiología.
• La Administración Municipal, representada en la dependencia que
le compete de manera directa el tema de lo educativo (la Secretaría
de Educación Municipal). Esta dependencia se hizo presente desde
su interés de aportar en las competencias escritas de los sordos y en
la transición del colegio a la Universidad.
104 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
TABLA 1. PRINCIPIOS DE LA METODOLOGÍA DE TRABAJO POR PROYECTOS
Característica Descripción
Parte de los intereses de los participantes.
En el trabajo por proyectos no es el facilitador
el que propone. Son los jóvenes sordos los que
Desde la construcción de un proceso
presentan sus necesidades e inquietudes hasta
significativo
lograr un sentido común que les permita to-
mar decisiones en las cuales todos se sientan
identificados.
Precisamente como esta propuesta parte
de los intereses individuales hacia los colecti-
Genera la participación vos, el proceso permite que cada uno se sienta
involucrado con el asunto a ser abordado, con
la estrategia y el producto a ser logrado.
La exploración, socialización y concer-
tación del trabajo en torno a una necesidad o
interés común, lleva a que el proceso y cada
Implica una acción con sentido una de las acciones que se desarrollan sean
asumidas significativamente por parte de los
participantes. Se trabaja en función de un pro-
pósito compartido.
La construcción de un sentido común
desde el principio hasta el final del proceso
implica la acción conjunta. El facilitador no
toma decisiones, este genera el ambiente de
Motiva la acción conjunta interacción entre los participantes con el fin de
propiciar la discusión, la toma de decisiones y
la puesta en marcha de las acciones donde se
requiere de la acción con el otro para lograr
el objetivo.
106 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
no es objeto de discusión institucional. Es posible que, precisamente,
la baja presencia de los sordos en estos contextos educativos sea uno
de los factores que no permite visibilizar la situación para avanzar ha-
cia su comprensión y planteamiento de alternativas de apoyo para el
desarrollo de dicha lengua, que para el caso de los sordos bilingües
es su segunda lengua. Por tanto, la reflexión debe instalarse desde los
mismos usuarios del castellano escrito.
Además, reconociendo, justamente, la situación lingüística de la
mayoría de los jóvenes sordos participantes del proceso, es decir, su
condición bilingüe, era necesario encausar acciones hacia el uso de su
lengua dominante, que para la mayoría de ellos era la LSC. La presen-
cia de esta lengua marcó la mayor parte de los espacios de interacción.
En este sentido, es claro que la movilización de la interlocución en
la lengua dominante de estas personas sordas brinda las condiciones
para fortalecer sus competencias comunicativas y discursivas siempre
y cuando se asegure la presencia de una dinámica reflexiva que les exija
una mirada crítica sobre el asunto que se aborda conjuntamente. Si
este contexto sociocomunicativo se genera, la construcción de modos
discursivos argumentativos y propositivos en los sordos son posibles.
Por tanto, la dinámica de trabajo y de interacción que plantea la me-
todología por proyectos entre sordos y oyentes, posibilita la instalación
de un juego interactivo entre las dos lenguas en busca de intenciones
conjuntas entre la comunidad sorda y la comunidad oyente.
108 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Objetivos dirigidos hacia la acción colectiva:
• Propiciar una postura colectiva de los jóvenes sordos en relación
con sus necesidades de uso y apoyo del castellano escrito como he-
rramienta para organizar su conocimiento, comunicar sus ideas, su
pensamiento y acceder a otros saberes.
110 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
viven la experiencia de la vida universitaria y los aspirantes a acceder
a este nivel de educación. Es necesario precisar que en este tipo de dis-
cusiónes la población aspirante no solo es la bachiller; los jóvenes en
formación en los niveles de educación secundaria y media son de espe-
cial atención. En ellos, se debe sembrar la certeza de su capacidad para
asumir el siguiente nivel de formación y, ante todo, se deben orientar y
formar para que asuman una actitud participativa en la construcción
de espacios educativos en busca de impactar su transformación hacia
el reconocimiento de la riqueza que marca la presencia de la diversidad
lingüística.
A partir del reconocimiento que en la acción colectiva el trabajo por
proyectos plantea una excelente alternativa para cohesionar y trabajar
por un fin común, es necesario precisar que éste se logra a través de la
puesta en marcha de los diferentes pasos que se consideran, a partir
del ejercicio intencionado para definir el qué, por qué, para qué, cómo,
cuándo, dónde y con qué del proyecto. En este orden de ideas, el pro-
yecto se desarrolla en tres fases (Rincón, 2007): Planeación conjunta,
Ejecución conjunta y Evaluación conjunta.
A continuación compartimos con ustedes algunos asuntos que con-
sideramos significativos en el abordaje del trabajo a partir de la me-
todología planteada y en las construcciones colectivas que se fueron
presentando en cada una de las fases del proyecto.
112 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
política, nuestra primera apuesta debía ser, necesariamente, construir
este “nos-otros”. Por tanto, este primer momento fue el soporte para
mantener el proceso y el “nosotros” fue surgiendo en la medida de la
coimplicación, la exposición compartida y la vivencia común de expe-
riencias que fue generando un sentido común para los integrantes del
“Colectivo Sordo”:
Por último, el tercer reto fue elegir cuál de las propuestas se desarro-
llaría después de realizar un análisis de contexto e identificar el nivel
de gobernabilidad sobre las acciones a desarrollar, así como el nivel de
incidencia en estos. Por tanto se opta por una estrategia que recogiera
la intencionalidad de las anteriores para que lograra mayor impacto en
la comunidad sorda, en la Universidad y en la ciudad:
114 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Teniendo definidas las responsabilidades, nos dimos a la tarea de
conformar el Comité Coordinador. La responsabilidad de este comité
fue la de retomar y articular las reflexiones y propuestas producto de la
experiencia de trabajo del “Colectivo Sordo” para afinar la planeación
del “Encuentro” en sus objetivos, metodología y estrategias.16
El ejercicio dialógico, argumentativo y la capacidad de concerta-
ción permitieron a este Comité, conformado igualmente por sordos y
oyentes, priorizar y definir tres ejes temáticos para el desarrollo del
“Encuentro” en correspondencia con la problemática planteada por el
“Colectivo Sordo” y a la actitud receptiva, inquieta y reflexiva de los
jóvenes sordos frente a su participación en el análisis de la problemá-
tica y el diseño de respuestas para contar con contextos de educación
superior más inclusivos. Estos tres ejes fueron:
16
La presencia de la comunidad sorda en este Comité se planteó desde la presencia de la voz
de los jóvenes sordos que hicieron parte del proceso del “Colectivo Sordo” y en representación de
las dos asociaciones de sordos de la ciudad: Asorval y Asorcali.
Objetivo General
Propiciar la reflexión en torno a la proyección hacia la vida univer-
sitaria a partir de la experiencia de los sordos con el fin de contar con
criterios compartidos para la acción colectiva en procura del propó-
sito común: el acceso a la educación superior.
Objetivos Específicos
1. Identificar las barreras actitudinales, de la información y comu-
nicación que limitan la participación de los Sordos en la vida uni-
versitaria con el fin de generar una agenda de incidencia para su
disminución o eliminación.
116 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
nativas y conclusiones de los sordos y oyentes participantes de dicho
Encuentro.
El producto logrado en este primer momento de planeación conjun-
ta del proyecto “Encuentro Sordos a la U” nos permite resaltar la posi-
bilidad de la construcción entre sujetos que viven una realidad desde
perspectivas diferentes. Como lo plantea Melucci (199), en relación la
presencia de una pluralidad de dimensiones en la acción colectiva, que
hacen que en términos analíticos la complejidad sea asumida en todos
sus componentes. Las cuestiones que emergieron a lo largo y extenso
de los momentos de interacción entre sordos y oyentes en el marco del
sentido común, la cooperación, el respeto y la confianza fueron los mó-
viles de la acción, la implicación de los sujetos y la construcción del no-
sotros en la acción, hecho que permitió la estructuración de un modo
de estar juntos, de tejer redes de relaciones afectivas y de plantear es-
trategias para concretar la dimensión política del asunto. Este último
aspecto, como ejercicio central para trascender del plano individual al
de un “nosotros” de “comunidad sorda”, fue el más significativo en el
sentido de posicionarse frente al tema no solo por un interés personal
sino, además, por un sentir de una minoría lingüística que requiere de
condiciones educativas para su fortalecimiento y desarrollo. Para ello,
sacar el tema del plano de lo intímo a la dimensión de lo público, es ne-
cesario. Por ello, se tomó la decisión de introducir el tema en diferentes
instancias sociales, en las agendas de planificadores y tomadores de
decisiones en lo educativo, así como en la comunidad caleña a quién
se le debía plantear la problemática desde una perspectiva de derechos
y de reconocimiento de la diversidad lingüística presente en la comu-
nidad sorda caleña. El resultado de la planeación conjunta se presenta
en la Tabla 6.
118 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
TABLA 6. PLANEACIÓN CONJUNTA DEL “ENCUENTRO SORDOS A LA U”:
ACUERDO DE PROGRAMACIÓN
17
Las experiencias de vida que se comparten en este texto fueron el punto de partida para el panel con
los sordos universitarios. Los escritos conservan las características del texto original.
120 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
La Universidad, una estación compleja y necesaria para sí
mismo y para la comunidad sorda.
La experiencia de Edith en la
Universidad Pedagógica Nacional
122 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
terpretación con la familia, en una reunión, acompañamiento a una
cita médica o en el colegio, el lenguaje que se maneja en la Univer-
sidad debe corresponder al de la carrera o licenciatura para que la
persona sorda alcance un buen nivel tanto de comprensión como de
expresión.
En realidad existen tres problemas en la prestación del servicio de
interpretación: algunos intérpretes no saben cómo hacer los cambios
gramaticales y terminan haciendo español signado, otro problema es
la falta de un vocabulario técnico que permita transmitir la informa-
ción así como la recibe el oyente y el otro problema es que la persona
sorda que ha alcanzado un buen nivel, el intérprete se queda corto y
termina bajándole el nivel de lo que dice la persona sorda.
El proyecto “Manos y Pensamiento” tiene un proyecto “Formación
de intérpretes en contexto pedagógico” quien se encarga de solucio-
nar los problemas que surjan en el servicio de interpretación.Leer y
escribir en la universidad:
Mi interés por la lecto-escritura empieza más o menos cuando cur-
saba 3° de primaria porque tenía una profesora oyente que siempre
nos estaba motivando para que entráramos al “mundo del oyente”
como ella lo llamaba. Aunque no me parecía realmente importancia
la lectura y la escritura en castellano me gustaba hacerlo. Además
ya cuando empecé el bachillerato tuve la oportunidad de conocer a
María Cristina quien es oyente y domina la Lengua de Señas, con ella
empecé a comprender lo simbólico-abstracto que para mí era incom-
presible. Poco a poco fue creciendo mi interés por conocer el significa-
do de muchas palabras en su contexto. Y también la profesora Rosal-
ba me explicó la estructura gramatical de castellano para conocerla
y manejarla.
Mi actitud en la primaria era de rechazo, porque tocaba no porque
me entusiasmara realmente, como lo dije anteriormente en 3° desper-
tó mi interés pero luego se volvió a quedar quieto porque no había un
buen estímulo sino que siempre que corregían lo que escribía me co-
rregían mucho y eso me desmotivaba porque sentía que lo hacía mal.
Mi actitud frente a la lectura y la escritura en la Universidad cam-
bio mucho porque ya era una necesidad empezar a comprender textos
mucho más complejos, yo lo hacía sola por mi cuenta pero había mu-
chas cosas que no comprendía, por eso acudía a la tutoría que me ha
venido haciendo y así podía entender todo lo que antes no me había
Las dificultades más grandes que debo enfrentar son los de inter-
pretación qué es lo que está diciendo el autor del texto, a inferir del
texto propuesto.
124 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
La experiencia de Jhonatan
en la Universidad del Valle
126 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
ces tenía que reclamarle eso, o cuando las personas con las cuales me
comunicaba hablaban demasiado rápido o no vocalizaban bien. Todo
era un sinfín de complicaciones pero con comunicación y paciencia
se logra hacer entender a los demás que existen personas distintas
a ellos, y no aprenden igual; por lo tanto se han de usar formas de
comunicación distintas.
En la biblioteca es fácil desenvolverse, por el simple hecho de que
es un lugar en el cual no se puede hablar mucho, además de que el
pedido de préstamo es sencillo y facilitador -consiste en escribir el
ticket que se busca en el sistema y dárselo al bibliotecario para poder
ser prestado-; en el Restaurante Universitario, también, simplemente
se hace una cola más larga que el MIO y se presenta el carnet para
tomar su almuerzo.
Cuando me quede sordo mi hermana (Maritza Mejía Hurtado) se
preocupó porque nuestra familia es de escasos recursos económicos
y no había posibilidad de pagar las terapias para aprender a leer los
labios o aprender el LS. Por tal motivo ella considero desde el prin-
cipio, enseñarme a leer los labios, repitiéndome palabra por palabra
—al principio, para un post-oyente eso era un complique en todo mo-
mento—, mi hermana me enseño durante dos años y los demás los
pase en el colegio con muchas dificultades.
En el colegio nunca existió ningún sistema de interpretación, senci-
llamente la institución se las arregló para colaborar a un hipoacusico
a mejorar su calidad de vida. Los profesores tuvieron que tenerme
demasiada paciencia porque en aquel tiempo pasaba por una época
en que mi rebeldía consistía en revelarme contra todos porque no me
sentía cómodo conmigo ni con los demás.
Mi comunicación con las personas oyentes -ahora-, es sencilla, a
pesar de que algunas veces no me entienden porque hablo muy rápido
o porque mi nivel de sonido no está al nivel de ser oído debido a las
interferencias ambientales.
La lectura y la escritura en la universidad:
La lectura tanto como la escritura es fundamental para los sordos,
nos permite aclararnos en ocasiones con los oyentes, nos permite ex-
presar ideas, entenderlas y reproducirlas cuando no es posible otro
medio. Es fundamental.
Mi interés en la lectura y la escritura comenzó a los 13 años de
edad, cuando descubrí que por medio de la lectura se podía apren-
128 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Los textos que he de leer, al inicio de mi carrera son de las asigna-
turas básicas vistas durante el bachillerato (física, matemática, álge-
bra, química, política, etc.), después del 4° semestre se comienza a ver
sobre especializaciones en mecánica (Termodinámica, Mecánica de
Fluidos, Matemáticas Especiales, Máquinas térmicas, etc.). Los libros
más difíciles de leer son algunas especializaciones matemáticas, de-
bido a que cuando no se tiene los conceptos claros entonces se presen-
tan dificultades al comprender el texto especializado, por lo tanto se
debe leer de nuevo los conceptos y practicar muchos ejercicios sobre
el tema para dejarlo claro.
130 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
• Acompañamiento poco tiempo del interprete LSC.
• La mayoría de las personas no se interesan en la comunidad sor-
da, y son muy pocos los que aprende nuestra lengua.
Aunque logré relacionarme con mis compañeros oyentes, la mayor
parte del tiempo me sentí sólo, me habría gustado conocer más a mis
compañeros y tener contacto directo con mis maestros y con otras
personas de la universidad. Me hubiera encantado poder compartir
con otros estudiantes sordos, y así comunicarme de una forma más
segura.
132 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
condiciones que respondan a la situación socio antropología y socio-
lingüística de la comunidad sorda.
La Universidad contrató el servicio de interpretación únicamente
para las horas de clase, a veces necesite del servicio para participar
en actividades extraacadémicas como conferencias sobre temas de mi
interés, oportunidades que no pude aprovechar por que no contaba
con el servicio de interpretación. Esta es una manera de sentirse ex-
cluido y desinformado sobre lo que ocurre en la vida universitaria.
Una solicitud importante que quiero hacer es que cuando ingresen
estudiantes sordos a la universidad no los dejen solos, a la deriva;
esto es igual a “abandonarlos a su suerte”, lo anterior lo digo porque
nosotros necesitamos que la universidad nos garantice las condicio-
nes justas para que podamos lograr ser profesionales competentes.
Para esto se necesita más que un intérprete.
Finalmente, considero oportuno que la universidad revise si real-
mente a los estudiantes de minorías lingüísticas se les está ofreciendo
una educación inclusiva que responda a sus necesidades.
18
Licenciada Rosalba Galvis, profesora de la Universidad Pedagógica Nacional. Promotora del pro-
grama de “castellano escrito como segunda lengua” para los sordos universitarios. Ponencia dirigida a los
bachilleres sordos asistentes al “Encuentro Sordos a la U”. Éste se presenta en su versión original.
134 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Debido a que una gran parte de la actividad académica se encuentra
organizada en torno al discurso escrito, el cual se constituye en una
de las formas más usuales de presentar el conocimiento, comprender
textos, interpretarlos adecuadamente y escribirlos son condiciones in-
dispensables en el mundo académico de cualquier sociedad letrada.
Sin embargo, en las instituciones educativas se escucha con fre-
cuencia que las personas sordas no leen ni escriben. Si esta problemá-
tica se evidencia en los estudiantes oyentes, se agudiza cuando se hace
referencia al castellano escrito como segunda lengua para estudian-
tes sordos usuarios de la Lengua de Señas Colombiana como primera
lengua, hecho comunicativo que exige nuevas prácticas pedagógicas
y la generación de estrategias didácticas apropiadas para una situa-
ción educativa que debe ser asumida desde la visión pedagógica del
bilingüismo.
En este contexto se generan procesos investigativos que se desa-
rrollan en tres fases. La primera fase se desarrolla en tres momen-
tos: en primer lugar, consolida el estado de arte sobre las teorías y
estrategias que han orientado la enseñanza de la lengua escrita a
la población sorda entre 1973 y 2003, cuyos resultados permitieron
identificar los enfoques:
• Monolingüista “oralista” con diversas metodologías.
• Bilingüista con sus tres corrientes: lengua de señas “oralismo” len-
gua escrita; lengua de señas-lengua escrita con las metodologías,
Comunicativa, Textual pragmática, Interactiva e instruccional,
Descendente y de Segundas lenguas.
• Logogenia
136 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
c. Evaluación conjunta: reflexiones y conclusiones colecti-
vas
Esta fase de la evaluación tiene dos momentos: primero, recoge los
sentires, reflexiones, demandas y desafíos que se movilizaron durante
la jornada y, segundo, el equipo coordinador recoge lo planeado y lo
ejecutado en función del propósito inicial.
Para la realización de la evaluación del “Encuentro Sordos a la U”,
inscrita bajo la metodología de trabajo por proyecto, se contó con la
participación del grupo de trabajo-comité coordinador, en el cual par-
ticiparon estudiantes y profesionales de fonoaudiología y delegados de
las dos asociaciones de sordos existentes en la ciudad de Santiago de
Cali: Asorval y Asorcali. De esta manera, dicho comité procedió a tener
en cuenta los objetivos que planteamos alcanzar por medio de la reali-
zación del “Encuentro Sordos a la U”.
138 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
de ser una lengua natural, como las lenguas orales, y se le otorga la
importancia de ser aprendida por parte de la comunidad oyente para
el enriquecimiento lingüistico de los oyentes y para acortar la brecha
de interacción entre las dos comunidades, la sorda y la oyente. Al tiem-
po, aprender la LSC brinda la oportunidad de de-construir la repre-
sentación que el oyente tiene sobre esta lengua y sobre los sordos. La
interacción sordo - oyente a través de la LSC permite reconocer la ca-
pacidad lingüística y cognitiva de los sordos, así como la complejidad
natural de su sistema lingüístico. En consecuencia, el planteamiento
realizado en relación con la promoción y uso de la LSC en el espacio
universitario es plenamente legítimo y posible de fortalecer. La apertu-
ra, mantenimiento o ampliación de los cursos electivos u obligatorios
para la enseñanza de esta lengua, toman un lugar importante en los
currículos de los programas académicos. Al estar la comunidad sorda
en interacción permanente con la comunidad oyente, es esperado que
el profesional egresado de la Universidad se enfrente a situaciones de
comunicación con personas sordas usuarias de la LSC a lo largo de su
vida profesional.
La LSC, incluso, termina siendo un gran recurso para aquellos sordos
que vivieron procesos de oralización y que se consideran usuarios del
castellano oral. Muchos de ellos, al llegar a la adolescencia o vida adulta
buscan de manera autónoma, es decir sin la mediación de los padres, la
comunidad sorda y su lengua en la que encuentran mayor confort para
la comunicación informal y para el aprendizaje académico.
El segundo asunto expuesto tiene relación con las condiciones
lingüísticas académicas cognitivas con las que llegan los sordos a la
educación superior y su acomodación a las exigencias de la formación
disciplinar. Justamente desde la propia historia de los sordos, de su
educación y de su lengua (tratadas en el primer capítulo), el pago de
la deuda con la formación integral de los sordos, en nuestro contexto,
no alcanzan los 20 años con la presencia de las propuestas educativas
bilingües que abrió las puertas al uso de la LSC para el aprendizaje
escolar. En consencuencia el desarrollo de la LSC para propósitos aca-
démicos ha sido dado a la par con el ingreso de los sordos a los diferen-
tes niveles de educación básica secundaria, media y ahora en el nivel
de educación superior. Esto implica un proceso comprensivo, coope-
rativo y reflexivo que permita la evolución de dicha lengua, así como
el planteamiento de estrategias de apoyo que le brinden a los sordos
140 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Para cerrar, importante compartir lo expuesto por uno de los pane-
listas sordos, quien se tomó la palabra para plantear sus propias con-
clusiones en relación con la presencia de facilitadores o barreras para
la participación de los sordos en el contexto universitario:
142 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
tante, este proceso no lleva más de 20 años, considerando su ingreso
al espacio escolar desde la atención a la primera infancia, primaria,
secundaria y media en donde se le ha otorgado la función de ser lengua
de instrucción. Su uso en el ámbito universitario es aun incipiente,
maxime cuando cada campo disciplinar tiene sus propias demandas
y exige el dominio de un lengua técnico propio de cada profesión. Por
tanto, ha de reconocerse que la interpretación en este nivel educativo
es todo un campo por construir y que tan sólo será posible avanzar en
ello en la medida que tanto sordos como intérpretes se sitúen en dicha
realidad para asumir formativamente la labor. Esta actitud implica un
reconocimiento mutuo del lugar que cada uno juega en la construcción
del servicio y por ende una actitud colaborativa mutua y comunicación
constante que permita establecer progresivamente acuerdos para que
la información y comunicación en clase sea cada vez más fluida.
Teniendo en cuenta dicho contexto, en la mesa de trabajo sobre el
servicio de interpretación en el ambito educativo, la cual fue liderada
por un sordo universitario, se logró instalar la reflexión considerando
dos de los protagonistas del servicio de interpretación: el sordo y el in-
térprete. Los asistentes llegaron a unos consensos que parten del reco-
nocimiento de la importancia que juega este profesional como apoyo en
el ejercicio de los derechos al acceso de la información y comunicación
de la comunidad sorda. Es así como los sordos proponen un perfil para
las personas que se forman o que ofrecen este servicio en el ámbito de
la educación superior con el fin de garantizar que este sea prestado de
la mejor manera. Para esto se tuvieron en cuenta cuatro dimensiones:
• Conocimiento
• Actitudes y valores
• Técnica
144 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
tas se complementan desde su intención formativa, de acción conjunta
con el intérprete y la construcción y mantenimiento de relaciones mu-
tuas en el marco de los derechos:
Aprendiendo juntos
La planeación, ejecución y evaluación del proyecto denominado
“Encuentro Sordos a la U” en acción conjunta entre sordos y oyentes,
trajo consigo sus bondades para las dos comunidades.
146 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
ción media. Además, para este mismo grupo de jóvenes y para los ba-
chilleres, queda el llamado y compromiso de asumir postura frente a la
situación existente en la educación superior para afrontar este momen-
to desde una actitud reflexiva, crítica y propositiva y desde la acción
colectiva. Esto último significa, trasladar esta discusión como tema
central de trabajo al interior de las asociaciones de sordos y de los gru-
pos de jóvenes sordos que lideran acciones de cambio en la sociedad.
Por otra parte, en relación con el fortalecimiento de la primera len-
gua, sea ésta la LSC o el castellano oral, queda clara la necesidad de
fortalecer las competencias linguísticas de orden académico como so-
porte fundamental para la vida universitaria. Desde el ejercicio mismo
que propició el trabajo por proyectos es posible poner en evidencia la
movilización de diversas habilidades lingüísticas académico cognitivas
(Chamot y O. Malley, 1994) las cuales al ponerlas en uso le brindan
la posibilidad a los jóvenes de ser más competentes en las formas de
abordar situaciones problémicas como las que se enmarcan en la pla-
neación, desarrollo y evaluación de un proyecto. En este caso, la Tabla
8 muestra las habilidades que se propiciaron y cómo su uso permi-
tió cumplir propósitos específicos en cada una de las fases de proyecto
“Encuentro Sordos a la U”. Estas habilidades son requeridas para la
vida académica y han de ser integradas al desarrollo y fortalecimiento
tanto de su primera lengua como de la segunda.
Es valioso poner en evidencia como el trabajo por proyectos brinda
posibilidades para generar formas de trabajo colectivo en el que se re-
conoce y es importante el aporte de cada uno, sea sordo u oyente. De
valor especial y teniendo en cuenta la población sorda que participó de
este proceso, el necesario resaltar las bondades del trabajo por proyec-
tos al dinamizar la construcción de un contexto sociocomunicativo que
pone en juego el uso del lenguaje en toda su dimensión para respon-
der a las demandas lingüístico-cognitivas, de tanta importancia para
su desempeño académico. Esto tan solo es posible si se mantiene el
carácter de “trabajo conjunto”, es decir si se moviliza en los jóvenes la
presencia de situaciones problema para lo cual el momento de la pla-
neación conjunta cobra mayor fuerza pues desde el primer momento
del proceso todos se toman la palabra para analizar, evaluar, argumen-
tar, proponer, organizar, persuadir, entre otras habilidades.
148 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
En relación con el uso social de la lectura y la escritura y su impor-
tancia para la vida universitaria, se recoge que la metodología de tra-
bajo seleccionada logró la movilización de diversos usos de la lectura
y escritura con un interés genuino y con propósitos específicos en co-
rrespondencia con la puesta en escena de textos de caracter expositivo
y argumentativo (Tabla 9).
Vale la pena exponer 4 compromisos que se recogen del ejercicio de
leer y escribir a lo largo del proyecto y en los cuales los jóvenes expre-
san un interés por asumir un rol más activo y propositivo tanto a nivel
individual como grupal. Frente al cuestionamiento en relación con los
compromisos que quedan después de haber planeado, ejecutado y eva-
luado conjuntamente el proyecto “Sordos a la U”, los jóvenes indican la
necesidad de seguir trabajando por:
Planeación Definición
Conjunta de recursos
Carteleras
Solicitar Cartas
150 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Proponer Lectura de las ideas y Escritura de ideas,
y acordar reflexiones escritas por reflexiones en las
los participantes de tarjetas
cada mesa
Relatorías de las
mesas de trabajo
152 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Bibliografía
156 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
1. SOPORTE INSTITUCIONAL PARA RESPONDER A LA
PRESENCIA DE LOS SORDOS EN EL ÁMBITO DE LA
EDUCACIÓN SUPERIOR
P
ensarnos y construir una universidad que acoja la diversidad lin-
güística característica de la minoría sorda hace parte de la tarea
de trabajar por una Universidad para todos. Así que en este pa-
norama, ¿quiénes somos “todos”? Desde esta perspectiva, hablamos de
los sordos y oyentes. Esta es una de las formas posibles de pensar un
escenario universitario en el que pueden converger formativamente las
particularidades individuales, lingüísticas, sociales y culturales de dos
grupos diversos. Entonces, la consigna para pensar esta Universidad
puede ser: pensarnos la universidad “a la manera de todos”.
Reconocer qué somos como universidad y recoger qué piensa la ju-
ventud sorda sólo puede hacerse juntando voces, y en este caso junta-
mos las voces de sordos y oyentes.
Este fue uno de los propósitos del “Colectivo Sordo”. Este se con-
figuró como una forma de expresión de universidad incluyente desde
la perspectiva sorda, es decir, una universidad que reconoce, acoge y
responde a la diversidad, y en el caso de los sordos a la diversidad lin-
güística y cultural. De esta forma, empezamos siendo 4 oyentes en esta
tarea de reconocernos institucionalmente hasta lograr la participación
de 58 personas para emprender la meta de construir colectivamente un
escenario que recogiera las voces de todos y todas en relación con las
condiciones de acceso, de mantenimiento, de enriquecimiento de su
lengua y su cultura, así como del intercambio intercultural entre estos
dos grupos grupos.
Es importante precisar que la presencia de la población sorda usua-
ria de la LSC en el proceso de pensarse una universidad inclusiva fue
realmente significativa. De tal forma, que la propuesta de programa
de apoyo que surge cuenta con un énfasis puesto en esta minoría lin-
güística. Por tanto, sin restar importancia a las acciones de apoyo que
requiere la población sorda usuaria de la lengua oral (el castellano), la
propuesta que se desarrolla aquí está planteada desde una perspectiva
lingüística, social y cultural de los sordos y de la sordera, hecho que
lleva a orientar las acciones de apoyo hacia el fortalecimiento de los
sujetos, de su lengua, cultura y comunidad a partir de su presencia en
el espacio universitario.
Por otra parte, siendo el componente contextual un elemento vital
para diseñar una propuesta de apoyo para la población sorda univer-
sitaria, aquí compartimos lo desarrollado para un contexto particular
como lo es la Universidad del Valle (Cali-Colombia). No obstante, es
un ejercicio que sirve de referente para otros entornos de educación
superior que estén cuestionándose la respuesta que diseñan para esta
minoría lingüística.
Por tanto, antes de emprender el ejercicio de plantear una univer-
sidad que se piense a la minoría sorda como parte de su comunidad
universitaria, es necesario presentar a la Institución desde su posicio-
namiento y acciones ejercidas en respuesta a las características funcio-
nales de varios grupos minoritarios que históricamente han sido vul-
nerados en sus condiciones de acceso, mantenimiento y promoción en
el sistema educativo.
Por otra parte, otra unidad académica que aborda este asunto, cen-
trado exclusivamente en la minoría lingüística sorda, es la Escuela de
Ciencias del Lenguaje. Desde allí, se han gestado proyectos de investi-
gación y el diseño de un programa académico que constribuye con el
mejoramiento de la calidad de vida de dicha población. Entre estos,
vale la pena resaltar:
• En Convenio con el Instituto Nacional para Sordos, “INSOR”, se
trabajó en el diseño del proyecto educativo bilingüe bicultural para
sordos y en la enseñanza del castellano escrito como segunda lengua
en la básica primaria.
• De igual manera, en alianza con la Escuela de Rehabilitación Hu-
mana, se trabaja en el desarrollo del primer programa académico de
formación de intérpretes de la Lengua de Señas Colombiana.
160 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
• En este mismo año se conformó el “Colectivo de Discapacidad”, re-
gistrado en la Vicerrectoría de Bienestar Universitario. Este colec-
tivo está conformado por estudiantes en situación de discapacidad
que de manera autónoma y voluntaria emprenden acciones para
gestar condiciones de participación en la vida universitaria.
• En el año 2007 se gesta la construcción de una propuesta de “Po-
lítica pública de discapacidad de la Universidad del Valle: por una
comunidad universitaria que re-conoce la diversidad”. Este proceso
inicia bajo el liderazgo de un grupo de actores representativos de
los diferentes estamos de la comunidad universitaria autodenomi-
nado como “Grupo Gestor”. El proceso de discusión y construcción
de un primer documento fue acompañado por la profesora Patricia
Quintana C. de la Escuela de Rehabilitación Humana, quien al lado
de Eugenio Rengifo, jefe de la Unidad de Salud Ocupacional y de
Carlos Escobar, empleado, miembro de “Sintraunicol” integraron el
“Comité de Atención a las personas con discapacidad”.
Posteriormente, en el año 2009, este proceso fue asumido por un
equipo dinamizador de trabajo en red denominado “Rediversia”;
éste surgió, precisamente, del trabajo con el “Colectivo Sordo”.
En su momento, se consideró necesario emprender acciones des-
de adentro de la Universidad para hacer visible un asunto más de
fondo que la presencia de estudiantes sordos: la discapacidad, com-
prendida más allá de la condición biológica y funcional de un cuerpo
y redimensionada como un asunto social, cultural, político y econó-
mico. De esta manera, “Rediversia”19 continuó el trabajo de toma de
conciencia al interior de la Universidad con el propósito de aportar
en la reconstrucción social de la discapacidad al descentrar la res-
ponsabilidad otorgada históricamente a la persona y a su familia
hacia una visión más interactiva en la que entra en juego la relación
entre las condiciones individuales de la persona y las características
del entorno físico, social y cultural. De esta manera la discapacidad
la abordamos actualmente como “una desarmonía con el entorno
en la que ambos elementos, entorno y persona, son responsables de
los esfuerzos que se hagan para atenuarla o compensarla” (Gómez
y otros 2001:33-34). “Rediversia”, desde una dinámica de convo-
car, comprometer e incidir en la agenda institucional para que este
asunto de la discapacidad se posicione como tema estructural, con-
19
Proyecto de práctica del Programa Académico de Fonoaudiología coordinado por las profe-
soras Ana Tamayo Marín y Mónica María Carvajal Osorio
162 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
• Monitores académicos (Resolución C.S. No. 040 de julio 15 de
2002).
• Exención a partir de segundo semestre para matrícula financiera
por discapacidad (Resolución No. 1632 del 19 de Septiembre de
1995 de la Rectoría).
• Subsidios de transporte o vivienda y beca alimenticia.
• Apoyo económico al movimiento estudiantil de alumnos —con y sin
discapacidad— que reivindican el derecho de las personas con dis-
capacidad.
• Apoyo en las actividades deportivas, recreativas, culturales y lúdicas
para conmemorar el día de la discapacidad.
164 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
sociocultural pues en este espacio formativo acontece el encuentro de,
mínimo, dos comunidades lingüísticas: la de oyentes y la de sordos-
Desde esta perspectiva, la Universidad no se ha pensado la presencia
de los sordos y es necesario avanzar hacia la construcción de entornos
interculturales en los cuales se reconozca la presencia de diversas len-
guas y éstas logren ser fuente de enriquecimiento mutuo.
A continuación, presentamos una propuesta de “Programa de Apo-
yo” para la población sorda universitaria. Sin desconocer la importancia
de plantear respuestas específicas para cada una de las particularidades
presentes en los sordos, identificarán un énfasis en la consideración de
la población sorda usuaria de la LSC, asumida como comunidad sorda
y como minoría lingüística. Esta comunidad lingüística al ser poseedo-
ra de una lengua de carácter natural como las lenguas orales ha logra-
do su reconocimiento a través de instrumentos de orden internacional
como la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad
(Adoptada en Colombia a través de la Ley 1346 de 2009), así como de
instrumentos de orden nacional como la Ley 982 de 2005, la Ley 361
de 1997 y la Ley 324 de 1996. Por tanto, desde dicho reconocimiento y
la comprensión que el espacio universitario está habitado por sordos y
oyentes, es decir por las dos lenguas que usan estas dos comunidades
lingüísticas, se hizo plenamente pertinente que esta propuesta fuera
el producto de un ejercicio conjunto entre sordos y oyentes. La cons-
trucción de entornos inclusivos que posibiliten la participación de am-
bas comunidades y el enriquecimiento mutuo, solo es posible si ambas
aportan (como en el juego de la pirinola: todos ponen), se ajustan y
se reconocen mutuamente. Esto se logró a través de la conformación
del “Colectivo Sordo” (2009) el cual contó con el soporte y participa-
ción plena de los estudiantes de la asignatura “Práctica profesional en
fonoaudiología” (2009), jóvenes sordos aspirantes y estudiantes en el
nivel de educación superior y sordos universitarios.
Para movilizar la discusión en torno al tema y llegar a planteamien-
tos propositivos, se diseñó una estrategia de trabajo “in situ” en la Uni-
versidad del Valle estructurado por las siguientes actividades:
166 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
2. PROPUESTA DE PROGRAMA DE APOYO PARA LA
PARTICIPACIÓN Y APRENDIZAJE DE LA MINORÍA SORDA
EN LA VIDA UNIVERSITARIA20
170 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
importantes para la transformación de concepciones y, desde allí, para
el diseño y desarrollo de acciones dirigidas hacia el desarrollo de las co-
munidades en correspondencia con sus particularidades y necesidades
de evolución.
Con lo anterior, resaltamos la presencia de las dos comunidades (sor-
da y oyente) en este tipo de propuestas desde el sentido del enriqueci-
miento y transformación mutua. La reconstrucción de las concepciones
en torno a la sordera y a los sordos, es el medio y el fin de este programa
de tal forma que desde una mirada que trascienda a la pérdida auditiva,
como condición biológica innegable de los sordos, se permeen las prácti-
cas sociales y educativas que nos permitan generar nuevos conocimien-
tos desde y para la práctica en una visión compartida.
Por otra parte, toda propuesta de programa de apoyo para cualquier
grupo poblacional que haga parte de la comunidad universitaria o que
potencialmente se prevea que vaya a integrarla, se concreta a través de
acciones institucionales que deben estar articuladas a la misión de la
Institución de Educación Superior y a las apuestas de su plan de desa-
rrollo ya que en éstos se concentran su esencia, sentido y proyección en
la región, el país y a nivel internacional.
A manera de ejemplo, tomamos como referencia el caso de la Uni-
versidad del Valle, por se este contexto en el que surgen las presentes
reflexiones. El diseño y puesta en marcha de un programa como el que
aquí presentamos, se articula con tres de los asuntos estratégicos de su
plan de desarrollo: calidad y pertinencia, vinculación con el entorno,
así como el asunto estratégico de democracia, convivencia y bienestar
(Plan Estratégico de Desarrollo 2005 - 2015 de la Universidad del Va-
lle - una Universidad regional con perspectiva global). Revisemos cada
uno de ellos:
Calidad y pertinencia: la propuesta del programa de apoyo para la
minoría sorda se articula con este asunto estratégico y de manera más
precisa con los programas de Disminución de la deserción, repitencia
y permanencia de los estudiantes en la Universidad y el programa de
Desarrollo integral de los estudiantes. Lo anterior en la medida que se
prevean o se instalen acciones institucionales para asegurar el mante-
nimiento y desarrollo de los estudiantes sordos al contar con el soporte
académico pertinente a su diferencia lingüística y a la historia socioedu-
cativa de su comunidad.
Vinculación con el entorno: la propuesta se articula a la estrategia de
proyección social desde la responsabilidad asumida por la Universidad,
por su carácter público, de constribuir en el fortalecimiento del tejido
172 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
modelos educativos planteados en la educaciíon superior en América
Latina y el Caribe:
Dada la complejidad de las demandas de la sociedad hacia la Edu-
cación Superior, las instituciones deben crecer en diversidad, flexibili-
dad y articulación. Ello es particularmente importante para garantizar
el acceso y permanencia en condiciones equitativas y con calidad para
todos y todas, y resulta imprescindible para la integración a la Educa-
ción Superior de sectores sociales como los trabajadores, los pobres,
quienes viven en lugares alejados de los principales centros urbanos, las
poblaciones indígenas y afrodescendientes, personas con discapacidad,
migrantes, refugiados, personas en régimen de privación de libertad, y
otras poblaciones carenciadas o vulnerables (Ibíd.: 4, numeral 2).
174 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
el sentir de sordos y oyentes sobre el estado deseable y posible de ser
construido en la Universidad para cada uno de asuntos que se abordan.
Para cada una de estas seis dimensiones se proponen estrategias
factibles de ser desarrolladas en la Universidad para lo cual se plantean
algunas acciones sugeridas para su concreción.
Estrategias
• Fortalecimiento del uso de la lengua de señas colombiana en el es-
pacio universitario
• Promoción del intercambio sociolingüístico entre las dos comuni-
des.
• Movilización de información en la comunidad universitaria en rela-
ción con la presencia de la diversidad lingüística en la Universidad
del Valle.
Acciones
• Ofrecer cursos de LSC a profesores, funcionarios y estudiantes de la
Universidad.
• Articular las acciones de la comunidad sorda a los espacios artísti-
cos, culturales, deportivos y recreativos de la Universidad.
• Diseñar y desarrollar campañas de ambientación sobre la diversi-
dad lingüística presente en la comunidad aprovechando los meca-
nismos y estrategias de información y comunicación que tiene la
Universidad.
Estrategias
• Fortalecimiento de la participación de los sordos universitarios a
través de los mecanismos institucionales establecidos.
• Apertura de una cátedra de cultura sorda en la que se estudie, forme
y brinde condiciones para la expresión lingüística y cultural de la
comunidad sorda.
• Fortalecimiento de los mecanismos de interacción e intercambio
académico y cultural con la comunidad sorda universitaria nacional
e internacional.
Acciones
• Promover el mantenimiento del “Colectivo Sordo”, o su vinculación
a grupos ya existentes.
• Articular las acciones del movimiento estudiantil sordo a las agen-
das de trabajo de las instancias responsables del bienestar universi-
tario y desarrollo humano en relación con las minorías existentes en
la Universidad.
• Articularse a los grupos de académicos o de investigación interesa-
dos en el tema de las minorías, los sordos, la LSC y/o la educación
inclusiva.
• Participar de las redes educativas o de universidades por la inclu-
sión y hacer explícita la presencia de la minoría sorda en las univer-
sidades.
• Participar en los estamentos de representación estudiantil.
176 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
• Diseño de mecanismos informativos visuales que brinden seguridad
física a los universitarios sordos y faciliten el acceso a la información
y a los servicios.
• Fortalecimiento de la formación de intérpretes para sordos.21
• Estructuración de un servicio de interpretación para sordos al inte-
rior de la Universidad.
Acciones
• Disponer en los espacios informativos de la universidad a nivel vir-
tual, así como en los espacios de televisión del Canal Universitario
condiciones de accesibilidad para los sordos a través de la interpre-
tación a LSC.
• Disponer de señales o alarmas luminosas en espacios de alto uso
que informe a los Sordos sobre momentos de salida, evacuaciones,
recepción de documentos, etc.
• Tener información en castellano escrito, disponible y a la vista: avi-
sos, listados de precios, folletos, requisitos, etc.
• Articular acciones de los estudiantes, grupos o colectivo estudiantil
donde participen los sordos a los procesos de formación de los intér-
pretes.
• Articular la asignatura de “Práctica” de los intérpretes en formación
con las actividades institucionales en los diversos espacios de la
vida universitaria donde participan estudiantes sordos.
Dimensión curricular
La Universidad del Valle, reconociendo la condición bilingüe de la
minoría sorda, genera condiciones curriculares para el desarrollo de
competencias lingüísticas de orden académico en las dos lenguas: la
lengua de señas colombiana (LSC) y el castellano escrito.
Dimensión Académico-administrativa
La Universidad del Valle genera mecanismos para la adecuación
académico- administrativa y curricular que permita el acceso y de-
sarrollo integral de la minoría sorda en el marco de la flexibilidad
curricular y de la equidad acorde con la historia socioeducativa de los
sordos y de su diversidad lingüística.
178 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Estrategias
• Gestión y aprobación de una condición de excepción para el ingreso
de los aspirantes sordos acorde con la historia socioeducativa y lin-
güística de dicha comunidad.
• Asignación de cupos para estudiantes sordos en los programas aca-
démicos que más demandan.
• Disposición de las condiciones académico-administrativas para la
oferta de un semestre y/o año de fundamentación que permita una
nivelación académica de lo sordos.
• Disposición de condiciones académico-administrativas para la ofer-
ta de asignaturas de apoyo acorde con las necesidades lingüístico-
académicas de los sordos.
• Provisión de monitores usuarios de la LSC que apoyen la participa-
ción de los sordos en la vida universitaria.
• Diseño de alternativas de trabajo conjunto con la comunidad sorda
universitaria para la creación de cursos y programas de formación
acordes con las necesidades de fortalecimiento de los sordos y de su
comunidad.
Acciones
• Diseñar el proceso de ingreso a la universidad por vía de excepción
para la minoría sorda:
• Flexibilización de los mínimos exigidos en las pruebas de estado.
• Diseño y aplicación de una prueba específica de ingreso a los as-
pirantes sordos.
• Selección específica entre aspirantes sordos.
• Diseñar las asignaturas y actividades que le permitan:
• El uso de las nuevas tecnologías para el aprendizaje y autoforma-
ción.
• Orientación para la formación profesional y la vida universitaria.
• Fortalecimiento del aprendizaje del castellano como segunda
lengua.
• Fortalecimiento en el uso de la LSC con propósitos académicos–
cognitivos.
• Formación de tutores entre estudiantes que tengan algún nivel
de proficiencia en la LSC.
• Diseño de, por lo menos, un curso o diplomado dirigido a la co-
munidad sorda.
Dimensión Investigativa
El desarrollo del programa requiere y provee de información perma-
nente que necesita ser tratada para formalizar procesos y producir co-
nocimiento. La inclusión educativa en la educación superior, así como
la presencia de dos lenguas para la formación superior de la minoría
sorda son ámbitos del conocimiento emergentes en nuestro contexto.
De ahí que este espacio se constituye en sí mismo en un laboratorio en
el cual docentes y estudiantes identificarán diversos asuntos para ser
sistematizados e investigados con el fin de aportar a la proyección de
la Universidad en su compromiso social con las minorías vulnerables.
Estrategia:
• Constitucion de una línea de investigación o articulación a una
de las líneas existentes, proyectos de investigación que respon-
dan a la necesidad de abordaje de la problemática educativa de
la comunidad sorda, así como a la construcción de conocimien-
to.
• Articulación de profesionales sordos a los grupos de investiga-
ción de la Universidad.
Acciones:
• Identificar la presencia de grupos académicos o de investigación
que estén trabajo o se interesen en trabajar en el tema de educa-
ción y cultura sorda.
• Diseñar y desarrollar proyectos de investigación en respuesta a
las necesidades que se generar al interior de la misma universi-
dad.
• Diseñar y desarrollar una oferta académica que sea pertinente a
la realidad, necesidades y proyecciones de la comunidad sorda
en la región.
180 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Construyendo caminos. Sordos y Oyentes pensando en la U 181
Las personas con discapacidad deben
tener la oportunidad de participar
activamente en los procesos de adopción
de decisiones sobre políticas y programas,
incluidos los que les afectan directamente.
182 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
LECCIONES APRENDIDAS
E
s claro que en el contexto colombiano se está avanzando en la
configuración de entornos educativos inclusivos. Sin embar-
go, no dejemos atrás el llamado de Deborah Ramos (2008) en
la Declaración de la Conferencia Regional de Educación Superior de
América Latina y el Caribe (CRES 2008): “este asunto, el de la educa-
ción superior inclusiva, es una responsabilidad pendiente de asumir
por parte de los gobiernos y de las Instituciones de Educación Supe-
rior” (Ramos 2008). Por tanto, ésta es una responsabilidad que la de-
bemos seguir abordando como un asunto de justicia social, máxime si
tenemos presente que en Colombia existen grupos en desventaja social
y que uno de ellos, precisamente, es la minoría lingüística que motivó
este texto. En consecuencia, en un estado de derechos como el nuestro,
el planteamiento de mecanismos institucionales para la generación de
oportunidades y condiciones de acceso con equidad considerando las
particularidades de esta población es una tarea inminente.
Para contribuir en esta tarea, es necesario dirigir la mirada, en pri-
mera instancia, hacia la formación de los sordos en la básica secun-
daria y media desde lo que le compete a este nivel de educación para
proyectar formas de articulación hacia la educación superior. En este
sentido, es fundamental no perder la mirada sobre el papel de la orien-
tación vocacional en este momento formativo de los sordos y desde allí,
construirla bajo la estructura de proceso y no de actividad aislada. Esto
requiere como condición fundamental, de acciones sinérgicas con el
nivel de educación superior de forma tal que la efectividad en esta tran-
sición sea cada vez más alta para los estudiantes sordos y, en general,
para toda la población.
En esta medida encontramos diferentes aspectos que se deben aten-
der de manera permanente desde este asunto particular de la orienta-
ción vocacional:
184 Mónica María Carvajal Osorio / Freddy Vásquez Yali / Lilian Tascón Bedoya
Para avanzar en este reconocimiento de la presencia de las diferen-
cias en los entornos educativos y desde allí crear formas que aseguren
la posibilidad de autorealización, es necesario no abandonar la apuesta
por la generación de mecanismos para mantener la participación de los
sordos en estos procesos de construcción institucional. No obstante,
este asunto de la participación ha de plantearse más allá de lo que re-
salta la “Convención de los derechos de las personas con discapacidad”:
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Bibliografía
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