OBJETIVO DEL PROTOCOLO DE BUEN TRATO Y CONVIVENCIA

Este “Protocolo consta en la detección e intervención en situaciones de maltrato

infantil, así mismo proporcionar una buena convivencia y prevenir todo tipo de
violencia física o psicológica, agresiones u hostigamientos causados a través de
cualquier medio o forma. Por lo tanto el trabajo debe ser realizado por las
Unidades de Protección, Buen Trato de la JUNJI y de la Encargada de
Convivencia (considerando un comité de la Educación Parvularia). A través de
este buscamos detectar o constatar en forma más rápida y oportuna algún tipo de
situación que vulnere los derechos de los niños y niñas de nuestra Sala Cuna y
Jardín Infantil, para así actuar de forma coordinada y colaborativamente con los
miembros activos. Como agente social debemos hacernos cargos
responsablemente y delatar cualquier tipo de maltrato infantil que detectemos;
orientando las acciones urgentes y pertinentes de nuestra institución debe realizar
en situaciones de vulneración de Derechos a los niños y niñas.

El buen trato incluye todos los estilos de relación y comportamientos que

promueven el bienestar y aseguran una buena calidad de vida, se basa en las
propias necesidades y las del otro, así como el respeto por el derecho de las
personas a vivir bien. Uno de los factores claves para generar ambientes
educativos garantes de derechos e inclusivos, es el “Buen trato”, que se inicia
desde el nacimiento y se aprende durante la infancia, es decir, ser sujetos de
Buen trato en la primera infancia implica necesariamente que los adultos a cargo
respondan de manera pertinente y efectiva a las necesidades básicas de los niños
y niñas, de adultos disponibles, sensibles y atentos a sus requerimientos.

El Buen Trato implica en las relaciones comunicación, reconocimientos, empatía,

respeto, negociación, interacción igualitaria, adulto sensible y atentos, su efecto en
el aprendizaje, favorece el desarrollo socio efectivo sano, da seguridad, promueve
la confianza, pone las condiciones favorables para futuros aprendizajes, conlleva
una serie de beneficios ya que proporciona a niños y niñas estabilidad, serenidad,
tranquilidad, capacidad de reflexión, de expresar lo que sienten y lo que necesitan.
El protocolo pensado desde el buen trato, implica dejar que el juego, la
imaginación y la libertad sean parte de las estrategias de aprendizaje, pensando
que tiene como perspectiva que el niño y la niña exploren, aprenden y se
equivocan sintiendo que son respetados, valorados y considerados desde sus
propios procesos, por tanto el rol del adulto es importante en un ambiente bien
tratante, la educadora y el equipo técnico, de acuerdo con las bases curriculares
de la Educación Parvularia (2018), genera interacciones respetuosas y desafiantes
dentro de su ambiente enriquecidos y seguros, en los que los niños y niñas se
sientan considerados, confiados y protagonistas de su propio aprendizaje, revela
sus capacidades, intereses y habilidades colaborando y apoyando desde sus
fortalezas aquellas necesidades que presentan para su desarrollo y aprendizaje.
Esto desafía a los adultos a instalar prácticas de reconocimientos, que favorecen
la autoestima, la seguridad y confianza en los niños y niñas.

Teniendo conocimiento de la intervención en los casos de maltrato o agresión

sexual infantil ya que es muy compleja y que presenta una serie de dificultades
para los adultos que intentan velar por el bienestar de los niños y niñas que
asisten a los programas educativos institucionales, se han unido criterios y han
desarrollado orientaciones para la detección y comunicación de diversas
situaciones las cuales pueden involucrar a los niños y niñas como también a los
padres y/o apoderados y funcionarias del establecimiento.

Por lo tanto este protocolo desarrolla procedimientos concretos, así como también
temáticas que puedan orientar a los profesionales y técnicos para orientar sus
intervenciones en caso de alguna problemática, es decir, como actuar, como
hablar, donde cuando y como denunciar algún caso.