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Alumna:
Yorgelys Casciola C.I: 24.283.721
El arte en América Latina
1
Real independencia e individualidad
La independencia del individuo, depende de su propia libertad y el derecho
de autodeterminación que se otorga, puesto que si la misma del hacer del creer en
el arte de América Latina no descansa en la igualdad de individuos y pueblos que
deben tener entre sí. La libertad no es una abstracción, ya que, la misma
descansa en la realidad, y esta realidad la determina la relación que guarden unos
hombres con otros, unos pueblos con otros pueblos, y el arte con conocerse y
darse de conocer. La libertad, dentro de una situación de desigualdad, resulta
exclusiva de quienes poseen mejores medios para hacerla respetar e imponer.
Donde el cosmopolitismo, reside, es en la clase de personas que se dan el valor
de crear y emplear el sentido de igualdad e integración, ya que en ella reside el
quehacer propio del hombre, contrapuesto a lo que debería de crear a la hora de
hacer arte.
2
Cosmopolita, dicho de una persona: Que se ha movido o se mueve por muchos países
y se muestra abierta a sus culturas y costumbres.
3
Acción y efecto de abstraer o abstraerse.
discurso de lo posible, como lo real, como ir más allá del objeto y hacer posible lo
latente lo que se está pensando en el momento y de esta manera asumir el
“presente activo” de ese instante. Todo en América Latina, referente a la validez
del arte está desbordado, es muy elocuente y difícil de descifrar lo obvio y ver el
resplandor de lo posible.
La personalidad propia tiene que ser del arte, el cual debe tener una
simbolización intuitiva para el que la ejerce. Donde, los artistas deben captar
aquellas ideas latentes que puedan causar impacto. Debemos de conocer mejor lo
que el arte causa en nosotros como hombres liberadores, ya que, el arte tiene
como tarea limpiar el espíritu de los gusanos que se penetran en nuestro ser,
porque, el arte, maneja estereotipos y buenos pensamientos, te eleva a una
conciencia liberadora y te limpia purifica el alma de malos pensamientos que no te
deja ver ese mundo de posibilidades. Se puede, claro, elaborar teorías en que se
estudia el fenómeno artístico desde un punto de vista subjetivo que es lo que se
llamaría Estética: lo que cada escritor cree que es el fenómeno llamado arte, la
emoción artística, el gozo o el dolor o la indiferencia ante una obra de arte.
Bayón, afirma que el arte que se conoce como precolombino, residía en;
“Cuando el muralismo heredero del arte precolombino y de la artesanía popular lo
hace mas como conciencia de que necesita enraizarse en algo que quiere propio,
que como una línea de continuidad” (Bayon, 2000, pág. 36). Es decir, que el autor,
ve mediante el muralismo lo que llega a ser el arte precolombino, pero Zea, lo
logra percibir de una manera diferente; “un pasado cultural menos grande y
antiguo, tal como lo podrían ser los pueblos mestizos, europeos y precolombinos”
(Zea, 1978, pág. 11). Orden simbólico, que costa de un horizonte de posibilidades
que nos dan inicios de su historia a través de lenguaje y conceptos propios. El
orden precolombino, tiene la presencia de culturas que representan gigantes y la
América Latina posee conceptos, mensajes y conjuntos de objetivos que nos
ayudan a descifrar lo que una vez el arte llego a ser y su importancia.
El hombre precolombino resultó ser el conquistador de un hombre sin un
concepto claro y completo de Dios (evangelización). Zea nos introduce a lo que la
Filosofía de América Latina, puede llegar a causar, cuando se habla del proyecto
evangelizador cristiano moderno:
“Proyectos propios de los hombres y pueblos de esta parte del mundo
dependiente. Así el proyecto cristiano-europeo que da justificación a la
primera expansión, en el siglo XVI, sobre América, originará el proyecto
liberador de los latinoamericanos en los inicios del XIX. Proyecto liberador
estimulado por los ejemplos de otro proyecto europeo, el cual es, a su vez,
reacción de la modernidad europea frente al ya viejo proyecto cristiano. Su
expresión será el enfrentamiento entre la cristiandad y la modernidad. La
modernidad en la que se resume el proyecto europeo que tendrá como
meta la hegemonía sobre el planeta, disputando la misma al imperialismo
ibero” (Zea, 1978, pág. 25).
“Hombres que han ido más allá de la conciencia desgraciada del cristiano.
Son éstos la encarnación del hombre nuevo que se expresa en el
Renacimiento; el hombre racional de que habla Descartes; el hombre cuya
historia culminará en la revolución de Francia en 1789. Es precisamente de
este hombre que hablará Hegel, es el burgués de que hablará Marx. Este
hombre, sin negarse a sí mismo como hombre, y enarbolando la idea de
libertad, impondrá nueva esclavitud, pero sin que ella parezca tal” (Zea,
1978, pág. 45).