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D O S I E R

Clericalismo y
anticlericalismo
en Andalucía
COORDINADO POR JUAN MANUEL BARRIOS ROZÚA

AH UNIVERSIDAD DE GRANADA
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Aguafuerte Aquellos polvos. Nº 23 de la serie de 80 estampas de Los Caprichos de Francisco de Goya, publicada en 1799.

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L os fenómenos del clericalis-


mo y el anticlericalismo no
contaron con el favor de los
historiadores hasta tiem-
pos recientes. La dictadura
del general Franco no fue
propicia para investigar en este campo y
cuando llegó la democracia otros temas lla-
maron más la atención de los investigado-
res. Durante mucho tiempo la única obra
no. Afortunadamente, en los últimos lus-
tros numerosos historiadores se han aproxi-
mado con sólidas investigaciones al estudio
del anticlericalismo, las destrucciones ico-
noclastas, las derechas católicas o la impli-
cación en política de la Iglesia. Algunos de
esos investigadores colaboran en este do-
sier, cuyo arco cronológico arranca de la cri-
sis del Antiguo Régimen y llega hasta la dic-
tadura de Franco. Los enfoques de los diver-
prano y con singular fuerza el anarcosindi-
calismo y el socialismo.
Frente a quienes la cuestionaban, la Igle-
sia respondió con un enroque; si durante la
Guerra de la Independencia sufrió serias fi-
suras en su seno, tras ella depuró a buena
parte de los que se habían destapado como
afrancesados y liberales.
El proceso de cohesión se aceleró tras la
revolución liberal y puede decirse que desde
cionalismo a los ojos de ciertos sectores de la
sociedad y se prestó ante ellos a la fácil cari-
catura.
A diferencia de países como Estados Uni-
dos, donde el catolicismo debía competir
con otras religiones y actualizar sus discur-
sos y prácticas evangélicas, la Iglesia espa-
ñola prefería vivir con la ficción de que Es-
paña era católica y de que el Estado tenía la
obligación de reprimir la herejía y favorecer
monográfica disponible fue la escrita por un sos trabajos son muy distintos, lo que nos los tiempos de Isabel II mostró una extraor- a los sacerdotes de la fe patria. Cuando el Es-
antropólogo, Julio Caro Baroja. Por otra par- muestra cuán vivo está hoy el debate sobre dinaria unidad y firmeza doctrinal frente a tado faltaba a esas obligaciones, como ocu-
te, había numerosos clérigos que elabora- estas cuestiones. los cambios que experimentaba la sociedad rrió en varias ocasiones entre 1898 y 1936,
ron una “literatura martirial” centrada en Aunque el anticlericalismo tuvo rasgos y a la renqueante modernización del país. perdía su legitimidad.
la denuncia de las violencias que había su- específicos en cada periodo histórico, An- A diferencia de la aristocracia, que tras la Ante la creciente secularización de la so-
frido la Iglesia, pero era endogámica y nun- dalucía siempre estuvo en la vanguardia revolución liberal se fue aburguesando y di- ciedad y las políticas laicizadoras de algunos
ca tuvo interés por ahondar en las mo- del fenómeno. No en vano, y en contraste solviendo en la sociedad, el clero mantuvo gobiernos los prelados y seglares católicos
tivaciones del anticlericalismo. con las regiones del norte, era uno de los una fuerte conciencia de casta que no se de- promovieron organizaciones (sindicatos,
Para estos autores la “persecu- territorios de menor práctica religiosa, bía sólo a la endogámica educación de los se- partidos, medios de comunicación…) que
ción religiosa” era producto las más allá de la espectacularidad con la cual minarios y a la introversión de los claustros, desbordaron el ámbito de la labor evangeli-
más de las veces de conspira- sus habitantes celebraban las festividades sino también a una consciente resistencia a zadora para entrar en la arena política; sus
ciones liberales, judeo-masó- religiosas. De Andalucía era José Blanco la modernidad. objetivos iban más allá de la defensa de los
nicas y marxistas; basta con White, en Cádiz se forjó la primera Consti- Para el clero la modernidad liberal sólo intereses eclesiásticos, pues aspiraban a es-
ojear la obra más destacada tución con sus medidas para separar la había traído desamortizaciones y seculari- tablecer mecanismos para tutelar al con-
de este género, Historia de la Iglesia y el Estado, todas sus capitales pro- zación, y con toda lógica añoraba el Antiguo junto de la sociedad. El enfrentamiento con
persecución religiosa en Espa- vinciales fueron pioneras en la proclama- Régimen, del que tenía una visión idealiza- los que lejos de aceptar esa tutela querían la
ña, publicada en 1961 por ción de juntas liberales, y en sus campos y da y al cual creía posible retornar. De esta completa separación de la Iglesia y el Estado
Antonio Montero More- barrios obreros arraigaron desde muy tem- manera el clero encarnó el más rancio tradi- se tornó cada vez más agudo. ■
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Iconoclastas frente a
cruzados

11 de mayo de 1931. © ICAS-SAHP. Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano.


Del laicismo republicano a la recristianización franquista

JUAN MANUEL BARRIOS ROZÚA


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os quince meses que van del exilio Cuando la dictadura de guiente se transformaron en actos icono-
de Primo de Rivera a las elecciones Miguel Primo de Rivera clastas, mientras que en numerosas provin-
TÍTULO DOSIER

que trajeron la República fueron de cias eran convocadas manifestaciones anti- Restos carbonizados de la imagen de San Francisco, de la capilla de San José, exhibidos por un grupo de jóvenes en el puente de Triana (Sevilla).
entró en crisis a principios
extraordinaria conflictividad: oleadas de monárquicas. En Andalucía, esas manifes-
huelgas, rebelión de Jaca, movilizaciones de 1930 la “cuestión taciones derivaron en ataques contra edifi-
estudiantiles… En aquellos años, Andalu- religiosa”, que tanto había cios religiosos y sedes derechistas en mu- masas anticlericales del huracán políti-
cía era uno de los territorios de España don- polarizado a la sociedad chos lugares. Los hechos más graves se pro- hizo que muchos lu- Tras las elecciones de 1931, los hechos más graves se produjeron en co. La iglesia siem-
de el anticlericalismo tenía más arraigo y la dujeron en Málaga, donde los incidentes gares los actos reli- pre había estado po-
durante las dos primeras Málaga, donde los incidentes provocados por nutridos grupos se
indiferencia religiosa estaba más difundi- provocados por nutridos grupos en distintos giosos al aire libre sicionada contra los
da. Son innumerables las pruebas que tene-
décadas del siglo, no sólo no puntos de la ciudad se prolongaron durante (procesiones, viáti- prolongaron durante dos días, con un saldo de 41 edificios quemados sindicatos, había
mos de ello: el acentuado declive de las voca- estaba solucionada, sino dos días, arrojando un saldo de 41 edificios cos…) desaparecie- llamado a los traba-
ciones sacerdotales, que obligaba a “impor- agravada por el favoritismo quemados. En Sevilla, Cádiz, Granada y ran o se refugiaran en los templos hasta el reformas en términos apocalípticos, y el pa- jadores asalariados a la resignación y había
tar” clérigos de las regiones del norte donde otras ciudades y pueblos hubo también ata- bienio radical-cedista. pa Pío XI comparaba la situación del clero y cortejado a la oligarquía. Esta actitud iba a
del dictador hacia el clero.
su número era mucho más elevado, el fraca- ques anticlericales durante esos días, pero de los creyentes en España con la que por acentuarse más si cabe, e implicándose ac-
so del sindicalismo católico, la baja asisten-
En aquella época, Andalucía era con escasos daños. En Jerez de la Frontera DIVORCIOS Y BODAS CIVILES.Las eleccio- esas fechas se vivía en México y Rusia. Com- tivamente en la creación del partido católico
cia a misa, etc. uno de los territorios de España los disturbios empezaron más tarde y los nes del 218 de junio dieron lugar a un parla- paración disparatada, pues cualquier obser- y accidentalista Acción Nacional, pronto re-
La campaña previa a las elecciones mu- donde existía un mayor desapego iconoclastas fueron menos numerosos pero mento dominado por los socialistas y diver- vador ecuánime sabía que la legislación lai- bautizado como Acción Popular, se situó co-
nicipales de abril de 1931 fue vivida con pa- hacia la Iglesia, tendencia que se más destructivos. sas formaciones republicanas, que aborda- ca española era más moderada que la apro- mo parte contendiente en todos los conflic-
sión por la Iglesia y los movimientos católi- Si algo queda claro, pese a todas las voces ría la redacción de una Constitución laica y bada en Francia a principios de siglo. Tras tos que vivía el país.
acrecentó durante los años de la
cos seglares. Su prensa no se cansó de pro- que hablaron sin pruebas de una conspira- diversas medidas para separar la Iglesia y el los cambios legislativos todo español que lo Por su parte, la Iglesia demostró una só-
nunciarse a favor de las formaciones dere- Segunda República, teñidos por ción, es que los disturbios tuvieron un ca- Estado (libertad religiosa, matrimonio ci- deseara podía continuar sus tradiciones, o lida cohesión durante todo el periodo. Los
chistas y de anunciar catástrofes si ganaban estallidos iconoclastas en diversas rácter espontáneo, extendiéndose de Ma- vil, divorcio, secularización de los cemente- sea, bautizarse, casarse y enterrarse como rarísimos clérigos que manifestaron postu-
los republicanos. Así, la victoria de las can- ciudades andaluzas. La drid a las capitales de provincias y de éstas a rios...). Las propuestas para suprimir todas católico, todas las iglesias estaban abiertas, ras republicanas fueron aislados o expulsa-
didaturas republicanas en las ciudades y la poblaciones menores. En la mayoría de los las órdenes religiosas, como se había hecho no había un solo sacerdote encarcelado y las dos. Así, las dos posiciones que podemos en-
intransigencia del clero, muy
caída de la monarquía en medio de una im- lugares fueron actos de masas de composi- un siglo antes durante la revolución liberal, órdenes religiosas, a excepción de una, se- contrar en la Iglesia difieren en la estrate-
presionante movilización de masas, dejó a cohesionado, que calificaba ción política diversa, siempre desde luego fueron desestimadas y finalmente se prohi- guían operativas. Eso sí, en un plazo breve gia, pero no tanto en las aspiraciones; estas
la Iglesia y sus organizaciones seglares en cualquier tipo de reforma del izquierdista y popular. Madrid, Andalucía y bió sólo la Compañía de Jesús, que para ellos los católicos practicantes deberían de soste- tendencias coinciden además con las de las
una delicada posición. Toda la virulencia gobierno de la República en Levante registraron los incidentes más gra- era la encarnación más señalada del poder ner a su clero, que perdería las asignaciones derechas. Por un lado, tendríamos los acci-
desplegada en la más apasionada ves, mientras que Barcelona permaneció económico eclesiástico y la intransigencia del Estado. La campaña que lanzó la Iglesia dentalistas, que apuestan por la labor de za-
términos apocalípticos, corrió
campaña electoral vivida hasta en- tranquila, a pesar de su activo movimiento religiosa. Los debates y medidas se desarro- para implicar económicamente a los feligre- pa de José María Gil Robles, líder de Acción
tonces fue la que como un boomerang
pareja con la férrea actitud de la obrero y del precedente iconoclasta que fue llaron en un clima de polarización social; ses en su sostén fue un fracaso, pues las Popular. Y por otro, los catastrofistas, aline-
se volvió contra la Iglesia cuatro sema- derecha católica española, cerrada a la Semana Trágica de 1909. las organizaciones obreras no acababan de “gentes de orden” se mostraron más gene- ados con aquellas tendencias monárquicas,
nas después en la llamada “quema de con- cal y canto a la negociación Estas movilizaciones de masas pillaron estar satisfechas con estas medidas y en las rosas financiando a los partidos derechistas carlistas o fascistas que hablan de derrocar
ventos”. por sorpresa a todas las formaciones políti- huelgas y movilizaciones que sacudieron el que al clero. violentamente la República. La primera po-
sindical.
El 10 de mayo, pocos días después de cas y mostraron la impaciencia de las bases campo y las ciudades andaluzas era fácil ver El problema clerical era uno, y no el más sición será la que se imponga —sobre todo
unas imprudentes palabras del cardenal Se- republicanas ante lo que consideraban len- expresiones iconófobas. importante, de los que debía enfrentar el tras el fracaso en agosto de 1932 del golpe de
gura contra el nuevo régimen y tras unas titud en las reformas y exceso de tolerancia Por otra parte, las derechas y sus podero- nuevo régimen. La crisis económica con su Estado del general Sanjurjo— en la esperan-
provocaciones monárquicas, se iniciaron con las fuerzas de la dictadura y el caciquis- sos medios de comunicación hicieron causa secuela de paro y la desigualdad social tras za de que sea posible desmontar las refor-
en Madrid unos disturbios que al día si- mo. Por otra parte, la toma de la calle por común con el clero. La Iglesia hablaba de las décadas de caciquismo estaban en el centro mas modernizadoras y sociales desde den-
1933. © ICAS-SAHP. Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano D O S I E R D O S I E R

© ICAS-SAHP. Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano.


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Pintadas de protesta social contra los fascistas y la Semana Santa y a favor del gobierno obrero. Incendio de la sevillana iglesia de San Julián, en abril 1932.

tro de la propia República. cosindicalismo había un sector muy radical les. Los actos de vio- mientras bandas de
Las derechas católicas españolas, a dife- aglutinado en la FAI y en las Juventudes Li- lencia iconoclasta pistoleros fascistas
El desapego La campaña que lanzó la Iglesia para implicar a los feligreses en su
rencia de otras derechas europeas, estaban bertarias que, guiado por análisis poco rea- provocaron la lógica empezaban a actuar
cerradas a la negociación y no se mostraban ■ Del desapego de los andaluces hacia listas sobre la coyuntura, consideraba posi- indignación entre
sostén fue un fracaso, pues las “gentes de orden” se mostraron de manera impune
dispuestas a ceder a ninguna de las deman- la Iglesia hay cifras muy expresivas; ble desencadenar una revolución social. los sectores conser- más generosas financiando a los partidos derechistas que al clero en buena parte del
das socioeconómicas planteadas por el mo- según el cura de Pinos Puente, en esta Sus actos de sabotaje y piquetes violentos vadores y reforza- país. Se produjo un
vimiento sindical, ni aceptaban medidas localidad residían unas 10.000 fueron muy activos en Andalucía, donde ron los argumentos de los catastrofistas. ción, sino que la retórica de la CEDA y de su renacer de las procesiones, al tiempo que la
laicistas porque todas las estimabna ilegíti- personas de las cuales sólo 20 hombres tenían fuerte implantación en la mayoría caudillo, José María Gil Robles, se parecían enseñanza laica se paralizaba mientras re-
mas para un país católico. En todas ellas hay y 200 mujeres iban a la misa de las ciudades y buena parte del campo. “BAUTIZANDO” LA REPÚBLICA. La divi- demasiado a la del austriaco Dollfuss que, verdecía la confesional. Sin embargo, las iz-
hostilidad a la modernidad, distintos gra- dominical antes de la República. Llegaron a lanzar incluso tres insurreccio- sión de las izquierdas, en contraste con la tras evolucionar del catolicismo conserva- quierdas fueron capaces de ir recomponién-
dos de nostalgia hacia un Antiguo Régimen Meses después de la proclamación de nes que fueron completos fracasos por su aglutinación de las derechas, abrió en las dor al fascismo, aplastó con un autogolpe de dose durante 1935 mientras que la represión
idealizado y una creciente admiración por la ésta, las cifras habían descendido a 10 incapacidad para convertirse en levanta- puertas a un gobierno de los republicanos Estado a los socialdemócratas que goberna- las unía en los objetivos comunes de la am-
capacidad del fascismo italiano y más ade- y 40, respectivamente, con el mientos de masas, pero que condujeron a conservadores de Lerroux apoyado por la coa- ban el Ayuntamiento de Viena. Por otra par- En embargo,
nistía y el cambio de gobierno. Sin paralelo
lante del alemán para aplastar al movi- agravante de que sólo una pequeña sucesos tan dramáticos como el de Casas lición católica CEDA. Aunque Lerroux había te, las Juventudes de Acción Popular, con la el Partido Republicano Radical entró en un
miento obrero y construir naciones fuertes. minoría de éstos comulgaba los Viejas. La estrategia de los anarquistas más sido un iracundo anticlerical en el pasado y aquiescencia de sus mayores, comenzaron a proceso de descomposición debido en parte a
Las profundas divisiones en la izquierda domingos. El párroco reconocía que la radicales los convirtió en referencia de los parte de las bases sociales del Partido Radical transformarse en una organización de ma- las contradicciones que conllevaba tener orí-
iban a ser el otro gran problema político de mayoría del pueblo era muy poco más descontentos con la lentitud de las re- continuaban siéndolo, su giro hacia posicio- sas con una parafernalia muy parecida a la genes anticlericales y pactar con las dere-
la República. Los socialistas confiaban en religiosa desde antiguo y que estaba formas, pero a la postre fueron contrapro- nes derechistas y su alianza con los católicos de las juventudes hitlerianas, pero con chas católicas. En este ambiente de gran po-
las mejoras graduales introducidas por un fuertemente penetrada por las ducentes al desgastar al gobierno republi- le llevaron a practicar una política de blo- constantes referencias a la religión y a Dios. larización social se convocaron elecciones.
gobierno en coalición con los repu- doctrinas izquierdistas. Este hecho lo cano-socialista frente a las derechas. queo o desmantelamiento de la legislación La larga huelga general iniciada el 5 de
blicanos de Azaña, a la par que favo- explicaba el sacerdote por “la conducta Las acciones de la FAI tuvieron como ob- laica. Como señaló un clérigo, la estrategia octubre de 1934, y que dio lugar en Asturias a LA VICTORIA DEL FRENTE POPULAR. La
recían a su sindicato, la UGT, frente a totalmente irreligiosa de muchos jetivos habituales las iglesias, conventos o de Gil Robles era “bautizar” la República. un levantamiento revolucionario, fracasó en victoria por mayoría absoluta que Gil Robles
los anarcosindicalistas. Para la CNT los ricos, y tal vez más aún la de aquellos cruces, siendo numerosos los ataques en También hubo marcha atrás o bloqueo Andalucía, que observó impotente como en venía anunciando no se produjo y las iz-
cambios eran lentos e insuficientes, y patronos que llamándose católicos no provincias como Sevilla o Granada. Pero es- de las conquistas sociales y, sobre todo, una el norte eran aplastados los mineros con mé- quierdas coaligadas en el Frente Popular ob-
desconfiaba de lo que llamaba “república procuraron el bien espiritual y tos incidentes iconoclastas no pueden ser fuerte represión contra la izquierda obrera, todos de guerra colonial. La represión se tuvieron un ajustado triunfo. De él salió un
burguesa”. Sus duras campañas de huel- material de sus obreros, atribuidos sólo a anarquistas radicales, ya con encarcelamientos, cierres y saqueo de agravó de manera extrema en toda España, gobierno republicano débil en el que no se
gas, que en ocasiones lograron éxitos nota- desprestigiando así y haciendo odiosa que en muchos barrios y pueblos donde los sedes sindicales, sustitución de muchos de tal manera que la República moderniza- implicaron los socialistas. Mientras el go-
bles, hicieron temer a los socialistas que la ante el pueblo la religión que decían socialistas eran mayoritarios, o incluso la ayuntamientos por gestoras, etc. Con el re- dora y social parecía ya algo del pasado. El bierno de Azaña reactivaba la aplicación de
CNT le arrebatara sus bases sociales. profesar”. única fuerza obrera presente, también hu- torno de las derechas al poder parecía no só- nuevo ministro de defensa, Gil Robles, pon- la legislación laica sin premura, las masas
Pero en el complejo mundo del anar- bo conflictos con derivaciones anticlerica- lo retrocederse a los tiempos de la Restaura- dría a Francisco Franco al frente del ejército, izquierdistas tomaron la calle de nuevo,
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Huelva, del 18 al 23 de julio de 1936


■ La provincia de Huelva es un caso muy
interesante de la primera ola iconoclasta
desatada tras el 18 de julio de 1936, porque
7 de mayo de 1936. © ICAS-SAHP. Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano.

la ocupación por los sublevados tardó el


tiempo suficiente para que el
anticlericalismo de cada localidad se
retratase en los primeros días de la guerra,
la mayor explosión iconoclasta de la época antes de que pudieran llegar milicias
contemporánea. foráneas, y nos dejó una “imagen
La oleada iconoclasta tuvo un desarrollo congelada” del proceso iconoclasta en su
cronológico bastante claro en Andalucía. primer paso. Las fuentes documentales
La primera y más devastadora ola anticleri- muestran la celeridad del proceso y cómo
cal se desató entre el 18 y el 23 de julio en el hubo una participación masiva y local que
contexto de la respuesta a la sublevación y implicó a las bases del movimiento obrero
el inicio de desiguales procesos revolucio- de todas las tendencias políticas.
AH narios. Afectó incluso a localidades en las
que el golpe de Estado triunfó (Sevilla, Cá-
AH
OCT diz, Córdoba) o fueron rápidamente ocupa-
OCT
2011 das en los días siguientes (Huelva). 2011
La segunda fase iconoclasta podemos
32 decir que se desarrolló a partir del 24 de ju-
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Queipo de Llano en la salida extraordinaria del Gran Poder en acción de gracias por la victoria. lio y se extendió hasta septiembre y, en al-
gunos casos, octubre. Consistió en la expor-
tación de la revolución a áreas montañosas bierno republicano la publicitó para mos- de los españoles no se ajustaban al molde del ta a la que se había desarrollado durante las
aunque en ella chocaron no sólo con las clastia sería devastadora. La Iglesia debe- y localidades pequeñas que habían perma- trar al mundo que se habían superado los nacional-catolicismo clerical por las buenas, décadas precedentes a la guerra. Las condi-
fuerzas policiales, sino también con los pis- ría haber llamado a la prudencia dada su necido expectantes, caso de las milicias le- días de inseguridad del comienzo de la gue- deberían hacerlo por las malas, y el clero co- ciones para la resacralización de la sociedad
toleros falangistas. La gran mayoría de los vulnerabilidad; sin embargo, nada hizo vantinas en las Alpujarras, o a zonas en las rra y que los católicos podían vivir libre- laboró de manera activa en la metódica de- estaban dadas y, sin embargo, en la segunda
incidentes violentos se saldaron con iz- por evitar esta vía. Cuando varios días an- que inicialmente había triunfado el golpe mente en la España “leal”, de lo que no cabe puración de izquierdistas que los sublevados etapa de la dictadura franquista pudo verse
quierdistas muertos, lo que enardecía aún tes de la sublevación el general Queipo de pero que fueron reconquistadas por las co- duda es de que la completa supresión del practicaron desde el primer día de la guerra que la recristianización quedó lejos de sus
más los ánimos. La primavera tomó un ses- Llano visitó al arzobispo de Sevilla monse- lumnas milicianas (Motril...). culto católico había creado una situación de hasta muchos años después de acabada ésta. objetivos iniciales.
go iconoclasta que no dejaba lugar a dudas ñor Ilundain para avisarle del inminente En este contexto de guerra y revolución anormalidad que tarde o temprano debía Ni qué decir tiene que la ejecución de 40.000 La Iglesia había visto a España como un
sobre las consecuencias que podía tener la golpe, el prelado no trató de disuadirlo ni la recomposición del gobierno republicano acabar, aquella por la cual los católicos republicanos andaluces, la masiva mortan- órgano enfermo que se podía sanar extir-
desintegración del Estado. En muchos pue- dio aviso a las autoridades. fue un proceso largo y difícil. Cuando el go- practicantes no podían celebrar ningún ri- dad en campos de concentración o en cárce- pando los tumores que la invadían cual me-
blos andaluces piquetes de obreros cerraron bierno empieza a dominar la situación, la to de su credo… les con condiciones inhumanas, así como el tástasis: anarquismo, comunismo, socia-
los templos y expulsaron a los párrocos; ENARDECIMIENTO. Los que promovieron iconoclastia ya se ha consumado. Se inicia La apertura de templos al culto no tuvo terror o el exilio de los supervivientes, dieron lismo, liberalismo, ateísmo, laicismo... A
aunque nunca se llegó a la agresión física, la sublevación militar-fascista alegando el entonces una etapa en la cual el gabinete de mucho tiempo para acometerse, entre lugar a una Andalucía sensiblemente distin- falta de Inquisición, las herramientas en las
los sacerdotes comprendían que las amena- caos, al cual contribuían con sus grupos de Largo Caballero legaliza la “desamortiza- otras cosas, porque los sacerdotes habían cuales se apoyó fueron el ejército sublevado
zas no eran una broma. pistoleros, convirtieron una situación difí- ción” de bienes eclesiásticos e intenta ra- muerto o huido, y los que estaban ocultos y las milicias fascistas y carlistas. Pero estos
Los incidentes anticlericales más gra- cil en una catástrofe inconmensurable. Los cionalizar el uso de los inmuebles seculari- no se atrevían a salir. La Iglesia había des- grupos tenían su propia agenda, y para ellos
ves se produjeron en la primera quincena incidentes violentos, incluidos los icono- zados, que se convierten en almacenes, aparecido en la zona republicana, sin que Más información la Iglesia también era una herramienta. Si
de marzo, cuando varias ciudades españo- clastas, estaban ya en clara disminución cuadras, refugios, sedes obreras, cines, hubiera un culto clandestino de la más mí- algunos clérigos, como el cardenal Segura,
las vivieron nuevas “quemas de conven- desde hacía varias semanas, aunque los etc. Los episodios de destrucción de bienes nima relevancia. La represión republicana ■ Barrios Rozúa, Juan Manuel acabaron por sentirse decepcionados con la
tos”, destacando las de Cádiz y Granada. asesinatos del teniente Castillo y del mo- eclesiásticos que se producen a partir de es- segó la vida de cientos de clérigos andalu- Iconoclastia, 1930-1936. La ciudad de Dios dictadura o tuvieron roces con ella, no fue
En abril hubo otras “quemas de conven- nárquico Calvo Sotelo parezcan desmentir- te momento se limitan a las bombas de la ces; una decimotercera parte de las cerca de frente a la modernidad. por la falta de generosidad de Franco hacia
tos” en Jerez de la Frontera, iniciada tam- lo. El golpe militar-fascista era una aventu- artillería y de la aviación que impactan con- 8.500 víctimas de la represión republicana EUG. Granada, 2007. la Iglesia, sino porque esa generosidad no
bién por la provocación de pistoleros fa- ra incierta en la que sólo estaba asegurada tra inmuebles religiosos. En cualquier caso pertenecía al clero. ■ Casanova, Julián colmó las infinitas aspiraciones de quienes
langistas, Lebrija, Grazalema y Ronda. la sublevación de algunas guarniciones; lo ,esas bombas suelen causar sólo daños ais- La Iglesia de Franco. deseaban una abierta teocracia, o porque el
Los sucesos iconoclastas, las ocupaciones que implicaba dejar a la Iglesia, allá donde lados en Andalucía. “LA NUEVA ESPAÑA”. Por el contrario, en Crítica, Barcelona, 2005. dictador pidió un apoyo y lealtad sin fisuras
de fincas y las huelgas hicieron ve- fracasara el golpe, a merced de aquel sector Después de las jornadas de mayo de 1937 la “nueva” España de Franco las ciudades y ■ Cueva Merino, Julio de la y a un régimen que tan generoso se mostraba
rosímiles a los ojos de las gentes de de la población que la odiaba. No eran po- el nuevo gobierno dirigido por Negrín res- pueblos liberados de los “enemigos de Dios” Montero, Feliciano (eds.) con el clero.
derechas los anuncios alarmistas cos los clérigos y seglares mentalizados pa- tauró el culto católico. No creo que sea justo se engalanaban por cualquier motivo mili- Laicismo y Catolicismo. El conflicto político- Sólo la renovación emprendida desde Ro-
sobre una inminente “revolución ra el incierto horizonte que se abría, pero calificar ésta como una medida meramente tar, civil o religioso, siguiendo pautas que re- religioso en la Segunda República. ma por el Concilio Vaticano II, el fracaso de
marxista”. En las derechas católicas la pocos intuyeron que se iba a desencadenar oportunista. Aunque es cierto que el go- cordaban al barroco, pero con el añadido de Universidad de Alcalá. Alcalá de la autarquía y la rápida propagación de valo-
opción accidentalista estaba cada vez más la retórica nacional y fascista de los subleva- Henares, 2010. res modernizadores en la sociedad tras el
desacreditada. dos. Se repararon cruces y templos, utilizan- ■ Lannon, Frances plan de estabilización de 1959, convencieron
En este clima, era evidente que la rebe- Días antes de la sublevación el general Queipo de Llano visitó al do a veces como mano de obra a presos repu- Privilegio, persecución y profecía. La Iglesia a una parte significativa del clero de que
lión no podía triunfar simultáneamente blicanos. La asistencia a misa se hizo multi- Católica en España 1875-1975. una sociedad sacralizada y tutelada por la
en todas partes y que allá donde fraca-
arzobispo de Sevilla, monseñor Ilundain, para avisarle del inminente tudinaria, convertida en un acto de adhe- Alianza Editorial. Madrid, 1990. Iglesia no sólo no era posible, sino ni siquie-
sara y tardara en imponerse la icono- golpe. El prelado no trató de disuadirlo, ni dio aviso a las autoridades sión a la “cruzada nacional”. Si buena parte ra deseables. ■

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