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FOTOS: JUAN CARLOS SIERRA
Todos
FOTOS: ISA AC PANIZA
cabemos
Con un festival que muestra ideas creativas en cultura, gastronomía y
emprendimiento, inmigrantes venezolanos buscan abrir espacios de
intercambio con ciudadanos colombianos que permitan incidir en la
disminución de casos de xenofobia en la ciudad.
E
s sábado en la mañana
y hay una escena ya
habitual en el Parque
de los Periodistas de
Bogotá: en medio
de las carpas blancas, un grupo de
funcionarios con chalecos azules
montan unas tarimas que eliminan
límites: son las que soportarán el
nuevo festival ‘Venezuela aporta’:
una ventana de experiencias de
integración colombo-venezolana que
tiene el propósito de abrir espacios
de intercambio entre la población
migrante venezolana y ciudadanos
colombianos que permitan incidir
en la disminución de casos de xeno-
fobia en la ciudad.
Es un programa de la Alcaldía
de Bogotá que realiza a través del
Marcy Instituto Distrital de la Participa-
Alejandra ción y Acción Comunal (IDPAC),
Rangel con el apoyo del Instituto de
Periodista Estudios Migratorios y Paz y la
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que elabora cera depilatoria con
su familia. Era técnico petrolero
jubilado en El Tigre, al oriente de la
costa venezolana, y viajó a Neiva en
2012 atraído por una oferta laboral
en su área, pero fue descartado por
su edad. A los tres años se mudó a
Bogotá para montar una tienda de
estética que hoy opera su esposa.
“Tenemos aquí cuatro hijos, 12 nie-
tos y tres yernos. Me vine con algo
de platica: tenía tres casas y tres ca-
Embajada de Australia. La estrategia busca fortalecer rros. Ahora pasé la página. Ya estoy
iniciativas de emprendimiento y trabajo social para la amañadito trabajando en Bosa de
inclusión de migrantes venezolanos en la ciudad que es-
tén lideradas por ciudadanos venezolanos mayores de 18
manera artesanal”, confiesa.
En realidad, a los migrantes
años o colombianos que hayan vivido más de diez años venezolanos se les hace urgente
en Venezuela y certifiquen que su iniciativa esté siendo encontrar su lugar en la ciudad:
adelantada de la mano con un venezolano. dónde vivir, dónde comer, dónde
La iniciativa incluye tres segmentos: el cultural, que producir dinero. La idea del ‘Vene-
busca proyectos que visibilicen elementos propios de la zuela Aporta’ es esa: visibilizar a los
cultura venezolana y propicien el fortalecimiento de vín- migrantes que de manera artesanal
culos interculturales; el gastronómico, que engloba pro-
yectos que promuevan, difundan, divulguen y visibilicen
han logrado estructurar sus empren-
dimientos y hacer alianzas para que
la gastronomía venezolana; y emprendedor, que compren- los entes públicos puedan facilitar el
de ideas empresariales y productivas que promuevan la acceso de estos microempresarios a
innovación y el desarrollo de experiencias creativas. los documentos de registro, sanidad
Habrá dos jornadas de selección de iniciativas, don- y seguridad social, que les darán
de un jurado evaluador escogerá las mejores 45 inicia- mayores facilidades para insertarse
tivas en cada uno de estos segmentos –15 culturales, 15 en la formalidad de la vida laboral
gastronómicos y 15 de emprendimiento–, que participa- en Colombia.
rán entre los meses de junio y agosto en tres festivales Hasta ahora, muchos de los
locales en La Candelaria, Chapinero y Usaquén. venezolanos que tienen emprendi-
En el mes de septiembre, por ejemplo, se conocerán mientos se asocian con otros que
las mejores propuestas de emprendimiento, y esa es la tengan ciudadanía colombiana
esperanza de Édgar Castillo, de 62 años, un inmigrante para poder constituirlos, ya que
Los muchos del millón y medio de migrantes que hacen
migrantes vida en el país están indocumentados. Otros tienen
venezolanos un Permiso Especial de Permanencia, que les da la
se han tranquilidad de estar en el país con ciertas limitacio-
organizado nes. Los que han tenido más suerte optan por una
en diversas
actividades cédula de extranjería o ciudadanía. Pareciera que con
económicas. ese último documento las condiciones cambiaran,
pero la idiosincrasia es intransferible.
Es el caso de Saggitta Totesaut, quien se alió con
otras tres venezolanas para armar una sucursal de la
agencia de eventos que aún mantiene en Venezuela.
Una de ellas tiene nacionalidad
colombiana y representa legalmente
El objetivo es a las demás, que aún no cuentan con
visibilizar a los documentación. Considera que en
Bogotá hay mucha dificultad para
migrantes que de conseguir empleo, lo mismo que
concretar clientes: “Hemos sentido
manera artesanal mucha desconfianza. Nos dicen
han logrado que no están buscando personas de
afuera, que quieren trabajar con
estructurar sus los de acá, que tenemos culturas
emprendimientos. diferentes, aunque hagamos estudios
de mercado y ofrezcamos lo que les
gusta”, advierte.
Daniel Caridad, del estado
fronterizo del Zulia, llegó a Bogotá hace ocho años,
después de haber trabajado como chef en un restauran-
te internacional. Rápido y Sabroso, su local situado hoy
en el barrio Cedritos, tiene ya año y medio de fundado.
“Hace 12 años, muchos venezolanos vinieron, abrieron
empresas y los colombianos aprendieron a trabajar con
nosotros. Ahora llegan los que sobreviven, y es mucho
más difícil. A nosotros nos toca ahora tener lo que les
tocó a los inmigrantes en Venezuela durante los años
50: mucha paciencia”.