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Introducción

El siguiente trabajo práctico tiene como objetivo, abordar como tema central
el maltrato infantil intrafamiliar, diferenciando las diferentes clases de abusos y
maltratos existentes y las consecuencias que generan en los niños/as este tipo de
situaciones, afectando fuertemente en su desarrollo psicofísico.

Según Gracia Fuster y Misitu Ochoa, hablamos de maltrato infantil


intrafamiliar ante cualquier daño físico o psicológico no accidental contra un menor
de 16 o 18 años (según el régimen de cada país), ocasionado por sus padres o
cuidadores que ocurre como resultado de acciones físicas, sexuales o emocionales
de omisión o comisión y que amenazan el desarrollo normal tanto físico como
psicológico y social del niño.

La violencia familiar es un problema social, afecta a un alto porcentaje de


familias de cualquier comunidad, en todos los niveles económicos y culturales. Se
trata de relaciones que implican un abuso de poder por parte de quienes ejercen el
maltrato.

Estos abusos pueden ser emocionales, físicos, sexuales, financieros o socio


ambientales. La persona abusiva desarrolla su comportamiento en privado,
mostrando hacia el exterior una fachada respetable, insospechable, educada, en
algunos casos. La conducta violenta es compatible con cualquier aspecto,
capacidad, inteligencia, actividad, profesión, entre otras.
El maltrato que los niños reciben de sus padres o de las personas que están
a cargo de su cuidado, generalmente se da en el contexto del castigo, éstos asumen
que es su legítimo derecho castigar y/o corregir al niño mediante agresiones físicas;
la falta de otros recursos comunicativos torna la situación en cotidiana y frecuente.

Los casos de niños maltratados por su entorno, que han sido reportados en
los centros de salud revelan, por un lado, un proceso de toma de conciencia de la
situación de maltrato, cuestionamiento a la conducta abusiva del adulto, y también
que las agresiones físicas y psicológicas han excedido el límite y han puesto en
peligro la integridad de los niños afectados.

Es de total relevancia destacar que quien toma conocimiento de presuntas


situaciones de maltrato, abuso o cualquier otra forma de violencia contra un niño/a
o adolescente, está obligado a comunicarlo. La ley número 114 en su art. 39º
establece que “Toda persona que tomare conocimiento de la existencia de abuso
físico, psíquico, sexual, trato negligente, malos tratos o explotación de niños, niñas
y adolescentes debe comunicarlo inmediatamente a los organismos competentes y
a las defensorías zonales creadas por la presente ley. Si fuere funcionario su
incumplimiento lo hará posible de sanción”.

Si bien los casos de maltrato pueden darse fuera del contexto institucional,
impacta de forma directa en las instituciones, a través de los casos que llegan por
parte de los alumnos o de las familias que trabajan dentro de la institución y padecen
violencia familiar en sus casas.

Tipos de maltrato:
* Maltrato físico: Hablamos del maltrato físico a toda acción que atente contra la
integridad física del niño/a o adolescente, produciendo daño físico, enfermedad. La
violencia es ejercida por los padres, adultos responsables u otras personas en
posición de autoridad respecto de ellos.

* Maltrato emocional: Entendemos por maltrato emocional a la hostilidad, rechazo,


denigración verbal, descalificación constante, indiferencia o cualquier acción que
humille a cualquier niño/a o adolescente en forma crónica, proporcionándole un
contexto de desarrollo emocional, inestable o amenazante ejercido por padres,
adultos responsables o alguna otra persona en relación de autoridad o confianza.

* Negligencia: El maltrato por negligencia refiere a aquellas situaciones donde las


necesidades físicas y/o emocionales de los niños no son cubiertas de manera
temporal o permanente por ningún adulto responsable que cuente con los recursos
psicofísicos, materiales y sociales para dicha función, generando un daño real o
potencial en los niños. Debe considerarse que esta modalidad del maltrato se
establece en un vínculo entre los niños y los adultos responsables, caracterizado
por el desinterés, la desatención o la desactivación de estos últimos, generando
como resultado la omisión de dichas necesidades, redundando en una vulneración
de derechos.

* Maltrato por abandono: Consiste en la des implicación física, psíquica y/o


emocional permanente, frecuente o eventual de la responsabilidad respecto de los
niños por parte de los adultos a cargo.

Debe tenerse en cuenta que para el desarrollo integral de los niños es importante el
vínculo con un adulto responsable que le brinde un ambiente contenedor. El modelo
que los niños construyen de sí mismos, es el resultado de esta vinculación. La
ausencia del otro, significativo en el proceso de subjetivación puede llegar a tener
consecuencias negativas en los niños y adolescentes. El abandono explícito sucede
con el mismo hecho de desentendimiento por parte de los adultos, mientras que el
implícito reside en in cediendo los cuidados de los niños a otras personas para que
se hagan cargo del mismo, perdiendo el vínculo con el adulto.

* Abuso sexual infantil: Se considera abuso sexual infantil cuando un niño/a o


adolescente es involucrado en actividades sexuales con o sin contacto físico que
transgreden las leyes o las restricciones sociales, y que son ejercidas por quien
mantiene con los mismos, un vínculo asimétrico de poder. El abuso sexual es
impuesto por una acción implícita (seducción, manipulación) o explícita (violencias,
amenazas). El agresor raramente utiliza la fuerza física ya que se abusa de un
vínculo de confianza, de autoridad y de poder, este mismo se puede dar en un
contexto intra o extra familiar.

Aún en los casos en los que no pone en peligro la vida de los niños, niñas o
adolescentes, tanto el maltrato en cualquiera de sus formas, como la negligencia o
el abandono son gravemente dañinos por el dolor que provocan y por los efectos
que dejan en el desarrollo intelectual, social y emocional de quienes lo padecen o
han padecido.

INDICADORES:

Síntomas y signos de violencia:

Los indicadores son síntomas y signos físicos, emocionales y conductuales que dan
indicio de que un NNA (niño/a adolescente) podría estar padeciendo una situación
de violencia, estos indicadores se organizan en categorías y dan alerta frente a
posibles situaciones de riesgo. Entre ellas encontramos:

* Indicadores Físicos: Magulladuras, moretones, quemaduras, heridas, falta de


cabello.

* Indicadores emocionales: Estado permanente de alerta, temor manifiesto,


impulsividad y agresividad, sentimiento de culpa, vergüenza, baja autoestima.

* Indicadores conductuales: Participación en actividades impropias para su edad


(vandalismo, prostitución) pedido o robo de comida, objetos y dinero,
incumplimiento en el horario de clases, ausentismo, situaciones en las que se
duerme en la escuela durante las clases, entre otras.
Intervención frente a estos síntomas:

* Creerle, tratarlo con respeto y dignidad. Brindarle confianza y seguridad


manteniendo la calma.
* Escucharlo sin corregirlo ni confrontarlo y sin hacer intentos de cambiar lo que
dice.

* No expresar desaprobación por el supuesto agresor. Es posible que el niño/a lo


quiera y proteja a pesar de haber sido victimizado.
* Desculpabilizar. Decirle que los hechos no fueron producidos por su culpa.

* No obligar al niño/a a comentar sentimientos que aún no está preparado para


compartir.
* Valorar su valentía de haberlo contado.

* No aceptar mantener el secreto de lo develado, pero aclararle que solo lo contara


a personas que puedan ayudarlo.

La violencia familiar y el maltrato contra la infancia y la adolescencia son formas de


vulneración de los derechos de niños, niñas y adolescentes.

El 1990 hubo un avance legal y conceptual significativo a través de la Convención


internacional sobre los derechos del niño, que en el año 1994 se incorpora a la
Constitución Nacional de nuestro país, reconociendo a los mismos como personas
con derechos extraordinarios, así como impuso el tema de las situaciones de
vulnerabilidad como cuestiones de Estado.

La Ley 24.417/94 de Protección contra la Violencia Familiar promulgada en


diciembre de 1994, contiene disposiciones referidas a la problemática de la violencia
familiar en el seno intrafamiliar, y el abordaje judicial e institucional que debe
cumplirse ante este tipo de situaciones. Asímismo establece en su Art n°2: Cuando
los damnificados fuesen menores, los hechos deberán ser denunciados por sus
representantes legales y/o el Ministerio Público. También estarán obligados a
efectuar la denuncia, los servicios asistenciales sociales o educativos, públicos o
privados, los profesionales de la salud y todo funcionario público en razón de su
labor. El menor puede directamente poner en conocimiento de los hechos al
Ministerio Público.

En el 2005, se aprueba la ley 26.061 denominada De Protección Integral de los


Derechos del Niño/a y Adolescentes que viene a derogar la antigua Ley del
Patronato. Ley que en el S. XIX le otorgaba la tutela de los menores de 18 años en
situación de abandono o delincuencia al Estado, atravesando los años de infancia
y juventud en Instituciones de encierro, considerándolos como niños sin derecho.
La Convención sobre los Derechos del Niño establece que:

Artículo 3:

1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones
públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades
administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a lo que se
atenderá será el interés superior del niño.

2. Los Estados Partes se comprometen a asegurar al niño la protección y el cuidado


que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes
de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley y, con ese
fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas.

3. Los Estados Partes se asegurará de que las instituciones, servicios y


establecimientos encargados del cuidado o la protección de los niños cumplan con
las normas establecidas por las autoridades competentes, especialmente en
materia de seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así como en
relación con la existencia de una supervisión adecuada.

Art. 19:
Los estados adoptarán medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas para
proteger al niño y promover (art. 34 y 39) la recuperación física y psicológica y la
reintegración social de todo niño víctima de cualquier forma de abuso.

Artículo 5:
• Los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los deberes
de los padres, o, en su caso, de los miembros de la familia ampliada o de la
comunidad, según establezca la costumbre local, de los tutores u otras personas
encargadas legalmente del niño en impartir, en consonancia con la evolución de sus
facultades, dirección y orientación apropiadas para que el niño ejerza los derechos
reconocidos en la presente Convención.

Ley 26.061 de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes
Artículo 4: Políticas públicas

Las políticas públicas de la niñez y la adolescencia se elaborarán de acuerdo a las


siguientes pautas: 1. Fortalecimiento del rol de la familia en la efectivización de los
derechos de las niñas, niños y adolescentes.

2. Descentralización de los organismos de aplicación y de los planes y programas


específicos de las distintas políticas de protección de derechos, a fin de garantizar
una mayor autonomía, agilidad y eficacia.

3. Gestión asociada de los organismos de gobierno en sus distintos niveles en


coordinación con la sociedad civil, con capacitación y fiscalización permanente.
4. Promoción de redes intersectoriales locales.

5. Propiciar la constitución de organizaciones y organismos para la defensa y


protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes.

Artículo 5. Responsabilidad gubernamental

Los Organismos del Estado tienen la responsabilidad indelegable de establecer,


controlar y garantizar el cumplimiento de las políticas públicas con carácter federal.
En la formulación y ejecución de políticas públicas y su prestación, es prioritario
para los Organismos del Estado mantener siempre presente el interés superior de
las personas sujetos de esta ley y la asignación privilegiada de los recursos públicos
que las garanticen. Toda acción u omisión que se oponga a este principio constituye
un acto contrario a los derechos fundamentales de las niñas, niños y adolescentes.
Las políticas públicas de los Organismos del Estado deben garantizar con absoluta
prioridad el ejercicio de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. La prioridad
absoluta implica: a. Protección y auxilio en cualquier circunstancia. b. Prioridad en
la exigibilidad de la protección jurídica cuando sus derechos colisionan con los
intereses de los adultos, de las personas jurídicas privadas o públicas. c.
Preferencia en la atención, formulación y ejecución de las políticas públicas. d.
Asignación privilegiada e intangibilidad de los recursos públicos que las garantice.
e. Preferencia de atención en los servicios esenciales.

Artículo 7. Responsabilidad familiar

La familia es responsable en forma prioritaria de asegurar a las niñas, niños y


adolescentes el disfrute pleno y el efectivo ejercicio de sus derechos y garantías. El
padre y la madre tienen responsabilidades y obligaciones comunes e iguales en lo
que respecta al cuidado, desarrollo y educación integral de sus hijos. Los
Organismos del Estado deben asegurar políticas, programas y asistencia
apropiados para que la familia pueda asumir adecuadamente esta responsabilidad,
y para que los padres asuman, en igualdad de condiciones, sus responsabilidades
y obligaciones.

Artículo 33. Medidas de protección integral de derechos (fragmento)

La falta de recursos materiales de los padres, de la familia, de los representantes


legales o responsables de las niñas, niños y adolescentes, sea circunstancial,
transitoria o permanente, no autoriza la separación de su familia nuclear, ampliada
o con quienes mantenga lazos afectivos,etc.

¿Qué puede hacer el docente frente al maltrato infantil?

Son innumerables las dificultades que el docente encuentra cuando se enfrenta con
casos de maltrato infantil, desde la primera reacción de sorpresa o descreimiento
de sus propios colegas y superiores hasta su minimización dado lo frecuente de su
ocurrencia. Por lo tanto, plantear situaciones ideales imposibles de llevar a cabo no
resulta práctico pero tampoco llegar al extremos de que lo cotidiano sea
naturalizado.

Estamos de acuerdo con Bringiotti cuando comenta en la Guía de la infancia (1999)


que “las autoridades deben decidir, en colaboración con los diferentes sectores
involucrados, maestros de grado, maestros especiales, profesionales de los
gabinetes, ayudantes de las salitas, personal administrativo y de maestranza, las
acciones a implementar en el caso de detectar la existencia de malos tratos; el
problema es de todos.Las consignas claras y el conocimiento de los pasos a seguir
facilitan la efectividad de la intervención. Así como tener un listado de recursos
preparados a fin de realizar su derivación cuando el caso lo requiera. Todo ello
calma las ansiedades y permite encarar adecuadamente el problema.
Ahora bien, consideramos que si un niño es víctima de malos tratos y se confiesa
ante un docente, esta misma no debe tomarse como un secreto a mantener
guardado sino que el docente tiene la responsabilidad de intervenir en el problema
o realizar las derivaciones pertinentes.

Asimismo, sería interesante que la escuela pueda tener una formación preventiva,
con docentes que tengan la posibilidad de recibir capacitación específica sobre las
características del maltrato, de sus diferentes tipos, indicadores de riesgo,
materiales específicos para la recogida de datos, pautas concretas de actuación y
lugares de derivación.

Porque la violencia y el maltrato infantil vulneran derechos humanos fundamentales


y la escuela es el lugar privilegiado para una real “ visualización” del tema. Además,
la detección del maltrato exige una intervención que tenga como objetivo producir
modificaciones que garanticen el resguardo y la integridad psicofísica de los niños
y adolescentes.
Por otra parte, la justicia es un recurso, una estrategia de intervención que; a través
de sus representantes, los jueces y los defensores de menores , puede ayudar a
restablecer la ley en familias que funcionan fuera de todo orden, que avasallan los
derechos de sus miembros más débiles, y en donde los niños son tomados como
objetos quedando a merced de la arbitrariedad y el capricho del adulto.
“El abordaje del maltrato infantil requiere un enfoque interdisciplinario y la necesaria
articulación intersectorial - educación, salud, justicia, minoridad- en un trabajo en
conjunto que permita restablecer al niño sus derechos fundamentales y haga de
soporte del principio rector de las acciones que se tomen en nombre de la
infancia”.(María Inés Bringiotti:La escuela frente al maltrato infantil)

Con respecto al maltrato en general, en el ámbito escolar podemos detectar los


siguientes indicadores específicos:

En el niño:

● Ausencias injustificadas o repetidas, así como carencia de estímulos que


condicionan un bajo nivel de adquisición de instrucción
● Síndrome inverso de escolaridad: Los lunes el niño desea el inicio de clases
y los viernes rechaza abandonar la escuela. Los lunes ha perdido todo lo que
había ganado en el aprendizaje y el comportamiento durante la semana
anterior.
● Desinterés de llevar al domicilio los trabajos escolares ante la acogida
negativa que tiene en los padres.
● Tendencia a dormirse habitualmente en clase.
● Incertidumbre sobre quién irá a recogerlo a la salida.
● Llama habitualmente la atención a través de la conducta.
● Inesperados cambios en el rendimiento escolar.
● Serias dificultades en la escuela: no hace trabajos, no se concentra,etc.
● Problemas en la presentación de los trabajos: Pueden ser muy deficientes,
se estropean al llegar a la casa o se pierden.
● Fracaso escolar
● Trabaja, mendiga, hace algo más que ayudar en casa.
● Manifiesta tristeza, desánimo, desconfianza, etc.

En los padres:

● Desinformación acerca de los profesores, las actividades, los programas


escolares
● Poco interés por establecer contacto con los maestros del niño
● Crítica dirigida al hijo más que a la propia escuela; no suelen defenderlos.
● Incapacidad para explicar las ausencias escolares de sus hijos. (De Paúl
Ochotorena y otros, 1993,pág 103)

Conclusión Grupal:

A partir de nuestro trabajo de investigación nuestros conocimientos y


aprendizajes se han enriquecido. Luego de indagar y recopilar información a través
de diferentes fuentes, llegamos a la conclusión de que el maltrato infantil es un tema
difícil de abordar, ya que muchas veces no se visualiza debido al negamiento u
ocultamiento de las víctimas, también en el transcurso de esta producción, hemos
detectado que se da mayor atención o importancia a los casos de maltrato físico,
dejando de lado el de índole emocional, siendo este de igual relevancia.

Consideramos que como futuras docentes tenemos la responsabilidad y


obligación de observar, prevenir e identificar este tipo de situaciones o hechos y
actuar conforme al protocolo en aquellos casos que la violencia ya fue ejercida.

En nuestro rol de maestras y teniendo plena conciencia de nuestro accionar


político, nos proponemos respetar y hacer valer los derechos de los niños, evitando
todo tipo de vulneración sobre los mismos. Desde nuestro lugar nos ofreceremos
siempre disponibles ante las necesidades de los niños, generando siempre un clima
de confianza, escucha y diálogo.

A través de esta investigación no solo obtuvimos conocimientos, sino que


nos abastecimos de herramientas y recursos importantísimos, para el
desenvolvimiento de nuestra profesión.

BIBLIOGRAFÍA:
● Ministerio de Educación UNICEF (2010) Por qué, cuándo y cómo intervenir.
Guía conceptual sobre el Maltrato a la infancia y a la adolescencia.
● UNICEF: Buenos Aires. “Guía de orientación para la intervención en
situaciones conflictivas y de vulneración de derechos en el escenario escolar”
● “La violencia cotidiana en el ámbito escolar” María Inés Bringiotti.
● “La escuela frente al maltrato infantil” María Inés Bringiotti.
● Ministerio de Educación. Presidencia de la Nación:“Maltrato Infantil,
orientaciones para actuar desde la escuela”

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