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Francisca Rubilar Ibacahe

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Infecciones asociadas a la atención de salud
Las infecciones asociadas a la atención de salud (IAAS) corresponden a todo proceso infeccioso
general o localizado que ocurre como consecuencia de la atención de salud y que no estaba presente
ni incubándose al momento de hospitalizarse. Esta es una denominación más adecuada ya que incluye
la atención ambulatoria y las infecciones detectadas después del alta.
Precauciones estándar (PE):
Su objetivo es establecer una barrera mecánica entre el paciente y el huésped susceptible (personal
de salud u otro paciente), con el objetivo de disminuir el riesgo de transmisión de microorganismos
de fuentes conocidas o desconocidas. Se debe aplicar frente a todos los pacientes.
Contempla:

 higiene de manos
 Uso de guantes cuando sea necesario
 Uso de barreras protectoras para conjuntivas y mucosas (guantes, mascarillas, antiparras y
pecheras impermeables). Se debe utilizar en todos los procedimientos con riesgo de contacto
con fluidos corporales o de salpicaduras.
 Eliminación segura de material cortopunzante, siempre es responsabilidad del ejecutor al
final del procedimiento.
Precauciones (ex aislamientos) adicionales
Para prevenir la transmisión de microorganismos entre un paciente y otro (“infección cruzada”) o
entre pacientes y el personal. Estas son: contacto, gotitas y aérea o respiratoria.

Tabla 2 Tipos de precaución disponibles

Contacto Gotita Respiratorio


Mascarilla No Si Si
Guantes Si No No
Pechera Si No No
Pieza individual De preferencia Si Si doble puerta
En su
Deambulación Restringida En su pieza
pieza

Transmisión por contacto:


Es la vía más frecuente de transmisión de microorganismos en los hospitales, Puede ser a través de:
A) Contacto directo si la superficie corporal colonizada o infectada se pone en contacto con la
superficie del huésped susceptible.

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B) Contacto indirecto si la transferencia de microorganismos ocurre cuando el huésped
susceptible entra en contacto con un objeto, generalmente inanimado, contaminado; por
ejemplo, fomites como fonendoscopio, otoscopio, juguetes, chupetes, etc.
Requerimientos:

 Pieza individual (de preferencia) o aislamiento en cohorte.


 Letrero de identificación de color amarillo
 Guantes y pechera en todas las atenciones y en cualquier actividad que implique entrar la
habitación o tomar contacto con la unidad del niño.
 Equipos e insumos individuales.
 Aseo de la unidad/pieza 2 veces al día.
 Al alta aseo terminal (incluye lavado de frazadas).
 Minimizar traslado del paciente: coordinar y avisar del traslado, mantener la precaución
durante traslado (requiere dos personas) usar letrero en ficha.
transmisión por Gotitas:
En esta forma de transmisión los microorganismos son expelidos en gotas (de > 5 u) mediante la tos,
estornudo, al hablar o durante procedimientos, como aspiración de secreciones. Estas gotas se
desplazan sólo hasta un metro, y luego caen; no permanecen en suspensión.
Requerimientos:

 Pieza individual de preferencia (en pieza compartida debe haber 1 metro o más entre las
camas)
 Letrero de identificación color verde.
 Mascarilla quirúrgica al estar a menos de un metro de distancia del paciente.
 Equipos e insumos individuales.
 Aseo de la unidad diario y terminal.
Si el paciente debe abandonar su unidad (traslado):

 Colocarle mascarilla y mantenerla hasta su regreso


 Coordinar previamente el traslado para mantener la continuidad de la precaución
 Colocar letrero en la ficha del paciente
Transmisión aérea o respiratoria:
En esta vía los microorganismos permanecen suspendidos en el aire en el núcleo de las gotitas de
Pflüger (de < de 5 u) y pueden desplazarse a grandes distancias, incluso fuera de la pieza del paciente.
Es la menos usada en Medicina o Pediatría.
Requerimientos:

 Pieza individual OBLIGATORIA, con acceso de doble puerta (idealmente con presión
negativa).
 Letrero de identificación de color azul.
 Mascarilla quirúrgica, colocar antes entrar y sacársela después de salir de la habitación.
 Mascarilla N° 95 (alta eficiencia) si se trata de TBC pulmonar bacilifera o sospecha de
SAARS.

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 Equipos e insumos individuales.
 Aseo de la unidad diario y terminal.
 Minimizar los traslados del paciente fuera de su unidad. Si es indispensable se debe: Colocar
mascarilla al paciente y mantenerla hasta su regreso (basta la quirúrgica no es necesaria la
N°95), coordinar previamente el traslado para mantener la continuidad de la precaución,
colocar letrero en ficha.

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Capitulo1: Tipos de heridas y úlceras
Herida
Lesión intencional o accidental que puede o no producir perdida de la continuidad de la piel y/o
mucosas, lo que activa mecanismos fisiológicos destinados a recuperar su continuidad y, por ende,
su función (MINSAL). A consecuencia del daño en la piel existe riesgo de infección y/o lesiones en
órganos o tejidos subyacentes (músculos, nervios, vasos sanguíneos, etc.).
Ulcera
Perdida de la continuidad de la piel que inicia un proceso de reparación que cura lentamente. Esta
lesión abierta de piel o mucosas tiene en general un tiempo de cicatrización mayor de 15 días.
Consideraremos lesión para referirnos a una herida o una ulcera.
En el tratamiento de estas lesiones es fundamental realizar primero una val9iracion integral y
exhaustiva de la persona y de la lesión; que permita establecer el tipo de lesión, describir sus
características especificad y su evolución entre curaciones. Solo de esta manera se podrá planificar
los cuidados que requiere cada caso en particular. Una valoración clara, completa y sistemática del
paciente y la lesión, debe acompañarse de un registro que permita acceder a esta evaluación en
cualquier momento y en cualquier lugar, de esta manera de analizar evolución y realizar seguimiento
de las lesiones por distintos operadores o personal de área de la salud. En cumplimiento de lo anterior,
la red de salud ha incorporado un esquema de valoración a la ficha electrónica.
Valoración
Consiste en la recolección, organización interpretación de la información obtenida del paciente en
forma sistemática y organizada a través de diversas fuentes:

 Entrevista clínica
 Observación
 Examen físico
Entre los antecedentes generales del paciente se deben considerar:

 Identificación: Nombre completo, edad, genero


 Nivel educacional
 Antecedentes mórbidos
 Hábitos
 Antecedentes de alergias
 Autovalencia
 Estado nutricional
 Diagnósticos
 Casusa de la lesión
Desde el punto de vista local:

 Ubicación anatómica de la lesión


 Tamaño: ancho, longitud, profundidad
 Presencia de tejidos en la herida (granulatorio, esfacelado, necrótico, etc.)

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 Presencia de exudado (cantidad y calidad)
 Características de la piel circundante (eritema, macerada, hiperqueratósica, etc,)
 Presencia de edema
 Dolor y cuantificación
 Signos de alerta (contaminación, retardo de cicatrización, presencia de biofilm, etc.).
Las heridas y ulceras se han clasificado con el fin de facilitar su estudio, descripción y poder
seleccionar la mejor alternativa de tratamiento y evaluar resultados. Se pueden clasificar:
1 Según etiología:

 Heridas agudas: Sigue un proceso de reparación ordenado, dentro de un tiempo madecuado


(15 días) y que restaura la integridad anatómica y funcional.
‐ Quirúrgicas
‐ Penetrante
‐ Aplastamiento o amputación
‐ Cortaduras
‐ Quemaduras
‐ Mordeduras
‐ Producidas por infección

 Heridas crónicas: No sigue un proceso de reparación ordenado, o sigue un proceso de


reparación que no restaura la integridad anatómica y funcional. Ocurren en pacientes cuyas
condiciones locales son desfavorables para la cicatrización normal.
‐ Ulceras venosas
‐ Ulceras arteriales
‐ Ulceras hipertensivas
‐ Ulceras por presión
‐ Ulceras en el pie diabético
Dada su importancia, cada una de estas ulceras serán abordas en un capitulo separado.
2 Según aspecto clínico

 Incisas
 Quistes, fistulas
 Cavitada
 Plana
 Necrótica
 Infectada
 UPP
 Ostomías

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3 Según cicatrización (tabla 1)

Cicatrización primaria o por


primera intención: Los tejidos
cicatrizan por unión primaria, se
observa en las heridas operatorias y
las heridas incisas. Este proceso
requiere de las siguientes
condiciones:
 Ausencia de infección de la
herida
 Hemostasia perfecta
 Afrontamiento correcto de
sus bordes
 Ajuste por planos
anatómicos de la herida
durante su sutura
Cicatrización secundaria o por
segunda intención: La herida
cicatriza desde las capas profundas y
desde sus bordes. Ocurre en forma
lenta y a expensas de un tejido de
granulación bien definido, la herida
cierra por contracción, dejando
como vestigio una cicatriz larga,
retraída y antiestética. Por lo general
ocurre cuando hay perdida de
sustancia o dificultad para afrontar
los bordes de una herida o también
cuando existe un compromiso
infeccioso en la herida.
Cicatrización terciaria o por
tercera intención (cierre primario
diferido): Así denominada cuando
se unen las dos superficies de una
herida, en fase de granulación, con
una sutura secundaria, previo aseo
prolijo de la herida. Es un método
seguro de reparación.

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Capítulo 2: Anormalidades en la cicatrización
Se define cicatrización como la cura de una lesión, ya sea por sustitución con tejido
conjuntivo (reparación) o por regeneración de las partes afectadas. Aquellos tejidos con alto
grado de especialización (tejido nervioso, músculo) tienen una capacidad de regeneración
mínima.
Puede ser aséptica (por ejemplo, incisión quirúrgica) en que sigue una evolución fisiológica,
o séptica, en la cual no sigue esta evolución y se considera como cicatrización complicada.
Este proceso consta de tres partes:
1. Inflamatoria
2. Proliferativa
3. Maduración y remodelación
En estas etapas participan elementos figurados sanguíneos, glicoproteínas,
glicosaminoglicanos, proteoglicanos, factores de crecimiento, colágeno, fibrina,
fibronectina, elastina, fibroblastos y diversos factores de crecimiento.
De esto se concluye que cualquier situación clínica que altere la presencia de los factores
mencionados, se traducirá en un retardo del proceso cicatricial.
Estas situaciones pueden ser locales o sistémicas:
 Locales: vascularización insuficiente, infección, hematoma, movilización exagerada,
edema significativo.
 Sistémicas: desnutrición proteica y calórica (déficit aporte energético), deficiencia
de vitaminas C y A, deficiencia de minerales (zinc, hierro, cobre), tabaquismo,
hiperglicemia, neuropatía en zona de lesión, alcoholismo, radioterapia,
inmunosupresión, hipercortisolismo o uso de glucocorticides, entre otros.

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Capítulo 3: Valoración de las lesiones
La valoración adecuada y completa de una lesión permite: A) determinar las condiciones
locales que presenta al momento de la consulta, lo que permite planificar los cuidados
necesarios; B) establecer cómo ha sido su evolución al comparar la situación actual respecto
a las curaciones previas; y C) evaluar la respuesta terapéutica. La valoración se basa en la
identificación del tipo de lesión y en la localización y descripción de parámetros cualitativos
(aspecto del tejido dentro de la lesión, tipo de exudado, bordes perilesionales y piel
circundante, signos de alerta) y cuantitativos (largo, ancho, profundidad y área de la lesión,
cantidad de exudado, valoración del dolor).
3.1. Valoración cualitativa
1. Aspecto del lecho de la lesión. Se puede encontrar los siguientes tipos de tejidos.
1A. Tejido epitelial: Tejido que se encuentra sobre acúmulos subyacentes de tejido
conectivo. El epitelio es el tejido formado por una o varias capas de células unidas entre sí,
que puestas recubren todas las superficies libres del organismo y constituyen el revestimiento
interno de cavidades, órganos huecos y conductos del cuerpo, así como también forman parte
de las mucosas y las glándulas. El aspecto externo de este tejido es de color rosado, brillante
y muy frágil (Figura 3.1).
1B. Tejido granulatorio: Tejido de neoformación de carácter reabsortivo y reparativo. Es
esencial para el cierre de la lesión, puesto que llena los defectos y prepara el terreno para la
epitelización. Tiene apariencia granular (nódulos redondos del tamaño de cabeza de alfiler
en el lecho de las lesiones), húmeda, brillante y frágil. Es altamente vascularizado,
hiperémico, lo que le da color rojo oscuro. La hipergranulación es un signo de alerta que
lleva al retraso del proceso de cicatrización. (Ver 2F) (Figura 3.2).

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1C. Fibrina: Proteína insoluble que constituye la porción fibrosa de los coágulos de la
sangre, esencial en la detención de las hemorragias. Se sintetiza a partir de un precursor
soluble, el fibrinógeno, cuando se detecta una hemorragia. La fibrina se deposita en la lesión
y forma un coágulo en el que quedan detenidos los elementos que forman la sangre (Figura
3.3).

1D. Tejido esfacelado: Tejido desvitalizado que contiene células muertas y detritus celulares
que son la consecuencia de su destrucción. Constituye un medio para el desarrollo de
microorganismos y representa un obstáculo mecánico para el correcto proceso de
cicatrización. La apariencia del tejido es de color blanquecino, amarillento, pálido o de color
oscuro, presentándose como una placa necrótica blanda y esfacelos blandos que se sueltan
con facilidad (Figura 3.4).
1E. Tejido necrótico: Tejido compuesto por elementos desvitalizados y células muertas por
falta de perfusión. Puede presentarse también como una escara: costra dura, oscura, seca y
acartonada, que está compuesta por proteínas tales como colágeno, fibrina y elastina, junto
con células y restos bacterianos. (Figura 3.5)

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Figura 3.4 Tejido esfacelado

Figura 3.5 Tejido necrótico

2. Signos de alerta. Son importantes de identificar ya que pueden alterar la velocidad de


cicatrización de una lesión.
2A. Retardo de cicatrización: La cicatrización es un complejo y ordenado proceso mediante
el cual el organismo repara los tejidos dañados. Un desequilibrio o alteración durante este
proceso puede inhibir, dificultar o llegar a impedir una correcta cicatrización (Figura 3.6)

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Figura 3.6 Retardo de cicatrización

2B. Contaminación: La presencia de bacterias o cualquier otro agente patógeno en la


superficie del tejido se denomina contaminación. Puede o no se responsable de infección o
de retraso de cicatrización, y no siempre requiere de tratamiento específico (Figura 3.7).
2C. Excesiva cantidad de exudado: Normalmente un ambiente húmedo facilita la
cicatrización, pero un exceso de exudado puede ser un problema al producir maceración de
bordes y solución de continuidad en piel circundante, reducir la capacidad de barrera
antimicrobiana de la piel y retardar la cicatrización. Se observa ablandamiento, coloración
blanquecina y aspecto arrugado de la piel (Figura3.8).

Figura 3.7 Contaminación

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Figura 3.8 Excesiva cantidad de exudado

2D. Tejido friable: Tejido viable, débil o frágil de color rojo, que sangra y se desprende con
facilidad (Figura 3.9)
Figura 3.9 Tejido friable

2E. Presencia de biofilm: Biofilm es un ecosistema microbiano organizado, conformado


por uno o varios microorganismos asociados a una superficie viva o inerte, con características
funcionales y estructuras complejas. Se observa como una lámina que es fácil de remover
con pinzas (Figura 3.10).
2F. Hipergranulación: Es el crecimiento exuberante y desmesurado del tejido de
granulación durante la fase proliferativa del proceso de cicatrización, que lleva a un retraso
del proceso de cicatrización al impedir la correcta epitelización y comiendo de la fase de
maduración. Se ve como un crecimiento anómalo y excesivo de tejido gratulatorio (tejido
rojo, brillante y húmedo), que rebasa los bordes y nivel superficial de la lesión (Figura 3.11).

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Figura 3.10 Presencia de biofilm

Figura 3.11 Hipergranulación

2G Aumento de tamaño: Una lesión que no regrese hacia la contracción o aproximación de


los bordes tampoco está cursando con una cicatrización normal. En estas, en vez de reducir
su superficie va aumentando el tamaño, no produciéndose el cierre o el afrontamiento de los
bordes (Figura 3.12).
Figura 3.12 Lesión con aumento de tamaño

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3. Tipo de exudado. Secreción que emana de la lesión (Figura 3.13 a 3.16).
3A. SEROSO: Liquido acuoso claro de color amarillo o transparente. Exudado seroso (Ver
3F), considerando “normal”. Puede ser descrito también como seroso.
3B. Hemático: Secreción sanguínea de color rojo.
3C. Serohemático: Liquido combinado con secreción serosa y hemática.
3D. Turbio: Fluido de consistencia densa, opaco.
3E. Purulento: Fluido viscoso, color variable (amarillo, blanco, verde) característico del
microorganismo que lo coloniza, está formado por una mezcla de macrófagos muertos, tejido
desvitalizado y bacterias. Puede tener mal olor.
3F. Hematopurulento: Secreción purulenta teñida de sangre
3G. Otros: Liquido viscoso, de color amarillo verdoso, Orina liquido amarillento y que
contiene componentes urinarios. Fecaloídeo liquido de aspecto oscuro, con olor a material
fecal y que se observan en lesiones fistulizadas.
Figura 3.13 Secreción hemática Figura 3.14 Liquido bilioso

Figura 3.15 Secreción seropurulenta Figura 3.16 Liquido hematopurulento

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4. Piel circundante. Descripción de los bordes de la lesión.
4A. piel integra: Indemne, sin lesión (Fifura 3.17).
4B. Piel Descamativa: Se produce un desprendimiento de la capa cornea de la epidermis en
forma de escamas. Se caracteriza por presentar exfoliación de celular queratinizadas de
tamaño variable, color plateado, blanco o tostado que indica sequedad de la piel. Es un
fenómeno fisiológico, habitual y necesario en cualquier variedad de tejido epidérmico, pero
en determinadas regiones (especialmente, le cuero cabelludo) o en situaciones patológicas
(eritrodermia, ictiosis, psoriasis, etcétera) las escamas tienen un tamaño mayor y son visibles
a simple vista (Figura 3.18).
4C. Borde eritematoso: Hay inflamación superficial de la piel como consecuencia del
exceso de riego sanguíneo que provocara vasodilatación. Elk eritema puede ser el síntoma
de distintas enfermedades de la piel e infecciones., La piel se observa enrojecida, irritada, por
acción mecánica, presión, fricción o dermatitis irritativa. Si se acompaña de calor local puede
ser signo de infección (Figira 3.19).
Figura 3.17 Piel integra

Figura 3.18 Piel descamativa

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Figura 3.19 Borde eritematoso

4D. Piel macerada: La zona afectada presenta ablandamiento, coloración blanquecina o


pálida, esta húmeda y tiene aspecto arrugado, similar al que adopta la piel cuando ha
permanecido mucho tiempo en contacto con agua o con un objeto húmedo (Figura 3.20).
Figura 3.20 Piel macerada

4E. Sequedad: Piel que impresiona deshidratada (Figura 3.21).


4F.Hiperquetosis: Es una hipertrofia cornea causada por alteración de la queratinización,
por roce o traumatismos repetidos. Se observa como un endurecimiento de la piel
(Callosidades) (Figura 3.22)
4G. Piel isquémica: Causada por la disminución transitoria o permanente de perfusión
sanguíneas, con la consecuente disminución del aporte de oxigeno (hipoxia), de nutrientes y
la eliminación de productos del metabolismo. En caso de isquemia crónica, se observa piel
rojiza, brillante, marmórea, con llene capilar enlentecido, fría, con dolor local (Figura 3.23).
En caso de isquemia aguda, la piel es pálida y se acompaña de dolor, disminución de
temperatura, ausencia de pulsos y, eventualmente, alteraciones sensitivas o motoras.

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4H. Piel necrótica: En casos avanzados de isquemia se presenta sufrimiento celular
irreversible, responsable de necrosis cutánea de profundidad variable y carácter progresivo
(gangrena seca). Es susceptible de infección secundaria (gangrena húmeda) (Figura 3.24)
Figura 3.21 Sequedad

Figura 3.22 Hiperqueratosis

Figura 3.23 Piel isquémica

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Figura 3.24 Piel necrótica

3.2. Valoración cuantitativa


Que incluye:
5. Mediciones de la lesión (Figura 3.25 a y b):
 Largo mayor: Medición de la extensión mayor que posee la lesión en centímetros
(cm)
 Ancho mayor: Medición del ancho mayor que posee la lesión.
 Profundidad: Compromiso de tejido en sentido vertical.

Figura 3.25 Mediciones de la lesión

6. Cantidad de exudado:
 0 = Ninguno (0 ml)
 1 = Escaso (1 a 5 ml)
 2 = Moderado (6 a 10 ml)
 3 = Abundante (11 a 20 ml)
 4 = Muy abundante (>20 ml)
7. valoración del dolor: La escala más conocida y aceptada es la escala visual analógica
(EVA), que intenta convertir una variable cualitativa como la percepción del dolor por el
paciente, en variable cuantitativa que puede, según su graduación, dar una idea no solo de la
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intensidad del dolor, sino también de la presencia de alguna complicación de la lesión
(infección, isquemia, neuropatía) y del requerimiento de analgesia necesaria.
3.3. Valoración general del paciente
Comprende los aspectos y/o patologías que influyen en el proceso de cicatrización y
evolución de la lesión. Afectan negativamente el pronóstico:
 Desnutrición calórica y/o proteica: IMC < 18.5 kg/mt2, baja de peso significativa
reciente (> 5% en último mes), albumina < 3.5 g, alteración de test funcionales
(dinamometría, test cutáneos).
 Diabetes mellitus (DM): Mayor riesgo de complicación en presencia de enfermedad
> 10 años, HbA1 > 7% o neuropatía diabética.
 Inmunosupresión: PVVI, tratamiento corticoidal crónico u otros inmunosupresores,
postransplantes, otros estados.
 Insuficiencia arenal crónica

Capítulo 4: Úlceras venosas


Corresponden a un 75 a 80% de las ulceras en extremidades inferiores, que si un adecuado
tratamiento, se pueden prolongar durante meses e incluso años.
Ocurren por insuficiencia venosa crónica profunda (IVCP) caracterizada por daño valvular,
reflujo e hipertensión venosa. Raramente ocurre en insuficiencia venosa superficial por
traumatismo de várices.
La IVCP es la secuela alejada de una trombosis venosa profunda (TVP) ya que al
repermeabilizarse la trombosis, ocurre daño en las válvulas de las venas profundas. Se
manifiesta clínicamente como síndrome postflebítico: La hipertensión venosa aumenta la
permeabilidad capilar, causando edema y fuga de eritrocitos al intersticio. Posteriormente su
hemoglobina se oxida formándose depósitos de hemosiderina, factor responsable de la
hiperpigmentación. El atrapamiento de leucocitos en el subcutáneo libera mediadores que
producen inflamación mantenida que altera las características del tejido subcutáneo y la piel,
formando una capa de lipodermatoesclerosis y cambios en el trofismo cutáneo. Estas
alteraciones locales condicionan la aparición y recidiva de úlceras venosas.
El carácter habitualmente crónico de estas ulceras, determina que se encuentren
frecuentemente colonizadas y con biofilm, que retarda aún más la cicatrización.
Población expuesta: Más frecuente en mujeres (tres veces más que en hombres),
apareciendo generalmente entre los 40 a 50 años, observándose mayor prevalencia sobre los
65 años. Ocurre con mayor frecuencia ante antecedentes de TVP, ulcera venosa previa,
edema vespertino, sedentarismo, obesidad, bipedestación prolongada y omisión en uso de
medias de compresión elástica; estos tres últimos también perpetúan su cronicidad.
Síntomas. Los síntomas por insuficiencia venosa son dolor, sensación de peso,
empastamiento, calambres o edema; característicamente de predominio vespertino y
aumentan si la persona permanece mucho tiempo de pie o sentada con piernas colgando. Los
síntomas son más intensos en IVCP.

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Examen físico. Destacan:
 Edema en la pierna afectada.
 Piel circundante, en cara medial de la pierna, esta hiperpigmentada, reseca y con
lipodermatoesclerosis.
 Varices
 Pulsos de las EEII normales.
 La presencia de dolor debe hacer plantear otra etiología o infección sobreagregada.
Complementar evaluación. Duplex venoso EEII. Cultivo local.
Apariencia local. Se ubican en el tercio distal de las piernas, en la zona supramaleolar
medial. Habitualmente se localizan en el centro de área de hiperpigmentación, encontrándose
el resto de la piel de la pierna brillante y tensa por edema. Presenta bordes irregulares y
abundante exudado. Su extensión es variable dependiendo del tiempo de evolución, llegando
en algunos casos a comprometer la pierna en forma circular (ulcera en manguito). El lecho
de la herida presenta habitualmente tejido granulatorio (rojo), sin embargo, en heridas de
larga evolución, es posible encontrar además esfacelo (fondo amarillo) y/o biofilm. La
contaminación bacteriana es frecuente en ulceras crónicas; pero solo debe tratarse la
sobreinfección, que se diagnostica ante signos inflamatorios locales y secreción amarilla o
verdosa con cultivos positivos (Figura 4.1)
Evolución. Favorablemente con tratamiento precoz y reposo. Tiene riesgo de sobreinfección
(secreción amarilla o verdosa) y de recidiva.
Manejo. El manejo de la ulcera venosa es primordialmente ambulatoria, debiéndose
hospitalizar ante infección severa. Es importante la educación en el uso de medias elásticas
para prevenir recidivas.
Figura 4.1 Apariencia de úlcera venosa

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Capítulo 5: Úlceras arteriales e hipertensivas
Corresponden a un 10 a 15% de todas las ulceras de las extremidades. Si no son tratadas,
tiene alto riesgo de amputación mayor y/0 muerte (75% de los casos).
Ocurren por insuficiencia arterial de extremidades (IAE), al producirse una obstrucción lenta
y progresiva del lumen de las arterias de las extremidades que determina una mala perfusión
o isquemia. La causa más frecuente es la ateroesclerosis (ATE), siendo sus principales
factores de riesgo: tabaco y BM tipo 2; seguidos de hipertensión arterial (HTA), dislipidemia,
obesidad. Otras casusas obstructivas no ATE son: vasculitis, tromboangeítis obliterante,
displasia fibromuscular, trombofilias, intoxicación por ergotamina o arsénico.
5.1. Úlceras arteriales
Población expuesta: Más frecuentes en hombres, y su frecuencia aumenta con la edad.
Afecta a un 3-10% en la población general, lo que aumenta a un 15-20% en mayores de 70
años. Un 40% tiene además enfermedad coronaria, un 19% tiene enfermedad cerebrovascular
y un 9% tiene las tres. Afecta con mayor frecuencia las extremidades inferiores que en las
superiores.
Síntomas: Los síntomas por IAE son claudicación intermitente o dolor de reposo. La
claudicación intermitente es un dolor muscular de muslos, pantorrillas, plantas de los pies;
desencadenado por el caminar, de intensidad creciente hasta detener la marcha, que cede con
el reposo y que se repite a una misma distancia. El dolor de reposo se presenta en áreas más
distales de los pies y aumenta en decúbito dorsal, en especial durante la noche despertando
al paciente por dolor. Se alivia al levantarse o dejar la pierna “colgando” para mejorar la
perfusión.
Examen físico. En el examen físico de la extremidad destacan:
 Disminución (o ausencia) de pulsos y soplos en uno o más sitios.
 Signos de mala perfusión (piel fría, llene capilar enlentecido; presenta palidez y dolor
al elevar la extremidad y rubicundez fría y alivio al bajarla)
 Cambios tróficos (piel fina, brillante y seca, perdida de vello, atrofia muscular, uñas
engrosadas y de crecimiento lento).
 ATE en otros territorios (IAM, AVE, amputación contralateral)
Complementar evaluación. Índice tobillo/brazo (ITB) o pletismografía arterial (PVR).
Cultivo local.
Apariencia local. Lesión dolorosa, distal, demarcada, redondeada, en sacabocado. En sitios
de apoyo del pie o de presión por calzado (punta o costado de ortejos, maléolos, talón,
prominencias óseas), ocultas y profundas entre los ortejos, y en lechos de uñas mal cortadas.
Son de bordes regulares, fondo desvitalizado, pálido- amarillo-grisáceo y que ni sangra, con
exudado escaso. Pueden presentar necrosis (gangrena) seca o con infeccion asociada
(gangrena húmeda), que se manifiesta con escaso eritema y edema (Figura 5.1)

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Figura 5.1 Apariencia de úlcera arterial

Evolución. Con retardo en su cicatrización entre curaciones, pudiendo aumentar de tamaño


y profundidad, o sobreinfectarse. Paciente en riesgo de amputación mayor.
Manejo. El manejo de la ulcera arterial es primordialmente la hospitalización, con urgencia
de revascularización.
5.2 Úlcera hipertensiva o de martorell
Infrecuente, muchas veces subdiagnosticasa, lo que determina manejo inadecuado. Ocurren
por oclusión de vasos pequeños por engrosamiento de la pared arterial, en pacientes con
hipertensión arterial (HTA), principalmete diastólica, de larga data y mal controlada. La
oclusión de estas arteriolas y microcirculación es responsable de isquemia local de la dermis
y gran dolor.
Población expuesta. Mas en mujeres entre 50 7 70 años, hipertensas, sin otros factores de
riesgo de ATE, y sin historia de claudicación ni dolor de reposo. Puede haber antecedentes
de un trauma mínimo.
Examen físico. En el examen físico de la extremidad destacan:
 Pulsos normales
 Sin soplos
 Sin signos de insuficiencia venosa ni calcificación
Complementar evaluación. Control de presión arterial. Cultivo local
Apariencia local. Se ubican en la región antero-lateral de las piernas en su tercio medio o
distal, sobre el tobillo o en tendón de Aquiles. Comienzan como flictenas rojizas en la piel,
que evolucionan rápido a manchas oscuras, y a úlcera de bordes necróticos. Las lesiones son
simétricas, pequeñas. Aisladas, o en satélite. Los bordes son irregulares e inflamados, están
rodeados de piel isquémica, hiperémica o necrótica; siendo el tejido de granulación central
escaso. Pueden ser profundas, con exposición de tendones. Característicamente presentan
intenso dolor, que no cede con los cambios de posición y es desproporcionado al tamaño de
la lesión (Figura 5.2).
Evolución. Rebelde al tratamiento si la HTA no es tratado paralelamente, pudiendo aumentar
de tamaño y profundidad, o sobreinfectarse.
Manejo. El manejo de la úlcera arterial es primordialmente ambulatorio, luego del adecuado
control de la HTA.
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Figura 5.2 Apariencia de úlcera hipertensiva

Capítulo 6: Pie diabético


Ocurre entre 5 a 10% de los diabéticos, siendo mas freecuente en los tipo 2; un 15% de todos
los diabéticos desarrollara una úlñcera en el pie en algún momento durante su vida, y un 14
a 24% de los que la presentan requerirá de amputación.
En general, aparece en diabéticos mal controlados y con mayor tiempo de evolución, que
secundariamente presentan uno o más de los siguientes condicionantes:
 Insuficiencia arterial de extremidades (IAE) por aterosclerosis (10-20%). Los
DM tipo 2 tienen tres a cuatro veces mayor riesgo de desarrollar IAE, cono doce veces
mayor riesgo de amputación mayor (primera causa de amputación no traumática de
EEII), siendo peor factor de riesgo en mujeres. Se presentan como úlceras arteriales,
pudiendo presentar neuropatía adicionalmente.
 Alteración de la inmunidad local. Favorece desarrollo de infecciones locales, que
pueden ser multirresistentes. Es condicionante tanto para la causa A) como para C).
La puerta de entrada es una lesión en la barrera cutánea o un mal manejo podológico.
Los signos inflamatorios locales pueden presentarse atenuados por IAE. Puede
progresar localmente con celulitis o en forma sistemática (sepsis), aumentando el
riesgo de amputación mayor o muerte.
 Neuropatía (50%). Puede ser periférica motora, sensitiva y/o autonómica. La DM
determina condiciones locales desfavorables en el pie: disminución de la sensibilidad
(neuropatía sensitiva); deformación del pie y cambio en sitios de apoyo, atrofia
muscular (n. motora); sequedad de la piel (n. autonómica). Tiene riesgo de
amputación menor. Puede presentarse junto con IAE en un 30-40%. La descripción
del resto del capítulo tratara de úlceras causadas por neuropatías del diabético.
6.1 Ulcera neuropática
Población expuesta. Diabéticos de más de 10 años de evolución y con historia de mal control
metabólico (HbA1c >7%). Se consideran factores de riesgo: historia de úlcera previa,
alteración en sensibilidad de los pies, género masculino, retinopatía y/o nefropatía, no haber
recibido la educación en higiene y cuidados, vivir solo, consultar podólogo no calificado.

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Síntomas. Los síntomas por neuropatía son: dolor (incluye hiperalgesia y anodinia), ardor,
hormigueo y parestesias, calambres, pie dormido. Dolor intenso ocurre ante IAE concurrente
o por infección sobreagregada.
Examen físico. Destacan:
 Alteración de la sensibilidad en ambos pies evaluada con monofilamento, y
disminución de reflejos rotuliano y/o aquiliano con martillo de reflejos.
 Deformidad del pie: ortejos en garra (todos los dedos) o martillo (dedo único), del
arco plantar (artropatía de charcor, pie en secante), hiperqueratosis plantar anterior.
 Atrofia muscular
 Alteraciones de la piel: seca, descamación, perdida de grosor, presencia de
necrobiosis lipoÍdica
 Pulsos de las EEII normales o alterados (IAE)
Complementar evaluación. Evaluar presencia de reflejos distales y sensibilidad del pie con
monofilamento 10 g (de elección) o con diapasón de 128 Hz. Cultivo local.
Apariencia local. Se ubican en plantas de los pies en zonas sobresalientes (prominencias
óseas anormales) en que se produce un aumento de la presión local (articulaciones metatarso-
falángicas, talón), en sitios de compresión del calzado (cara lateral pe) o por trauma (dorso
pie). Son redondeados, demarcadas y presentan bordes regulares, bien definidos. El lecho de
la herida característicamente no tiene sensibilidad al tacto, presenta habitualmente tejido
granulatorio (rojo), sin embargo, en úlceras mixtas (con IAE), en el fondo es desvitalizado y
pálido. La piel circundante presenta hiperqueratosis. Además, debe buscarse dirigidamente
la presencia de bolsillo de pus (cul de sac) y de exposición ósea al fondo de la úlcera. Es
importante consignar la profundidad de la úlcera, la presencia de infección y la extensión de
la necrosis (localizada o extensa) de manera de establecer luego el grado de Wagner.
Figura 6.1 Apariencia de úlcera neuropática

Evolución. Está sujeta a identificación y modificación de factores de riesgos. La valoración


adecuada y los cuidados preventivos, permiten detener el avance y la aparición en otras

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localizaciones. Como todas las úlceras, las UPP pueden desarrollar infecciones graves, lo que
complica aún más su evolución.
Manejo. Es esencialmente preventivo y se debe realizar a través de protocolos probados, que
incluyen: mantención de la piel siempre limpia y seca. Cambios de posición programados,
uso de almohadas y dispositivos que alivien la presión de la zona, hidratación y lubricación
de la piel, entre otros.
Tabla 7.1 Clasificación de UPP (NPUAP/EPUAP)
European pressure ulcer advisory panel/national pressure ulcer advisory panel, 2009
Categoría I: Eritema blanqueable en piel
intacta
 Piel intacta con eritema no
blanqueable de un área localizada.
Puede incluir decoloración de la
piel, calor, edema, endurecimiento o
dolor
 Las pieles oscuras pueden no
presentar palidez visible

Categoría II: Perdida parcial del espesor de


la piel o ampolla
 Ulcera abierta poco profunda, con
un lecho de la herida entre rosado y
rojizo, sin esfacelos. También puede
mostrase como una ampolla intacta
o abierta/rota llena de suero o de
suero sanguíneo. Otras
características: Luce como una
úlcera superficial brillante o seca sin
esfacelos o hematomas.
 Esta categoría no debería emplearse
para describir desgarros de la piel,
quemaduras provocadas por parches
adhesivos, dermatitis asociada a
incontinencia, maceración o
excoriación (perdida de piel por
prurito)

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Categoría III: Perdida total de la piel (grasa
visible)
 Perdida completa del grosor del
tejido, donde la grasa subcutánea
puede resultar visible, pero los
huesos, tendones o músculos no se
encuentran expuestos. Pueden
aparecer esfacelos, cavitaciones y
tunelizaciones.
 Otras características: La
profundidad de las UPP varía según
su localización; en el puente de la
nariz, la oreja, el occipital y el
maléolo que no tienen tejido
subcutáneo (adiposo), la úlcera de
categoría/estadio III pueden ser
poco profundas. Por el contrario, las
zonas con adiposidad significativa
pueden desarrollar úlceras por
presión de categoría/estadio III
extremadamente profundas.
 El hueso o el tendón no son visibles
o directamente palpables
Categoría IV: Perdida total del espesor de
los tejidos (musculo/hueso visible)
 Pérdida total del espero del tejido
con hueso, tendón o musculo
expuestos. Pueden aparecer
esfacelos o escara. Incluye a
menudo cavitaciones y
tunelizaciones. Otras características:
La profundidad de la UPP de
categoría/estadio IV varía según su
localización en la anatomía del
paciente; en el puente de la nariz, la
oreja, el occipital y el maléolo que
no tienen tejido subcutáneo
(adiposo). Estas ulceras pueden ser
poco profundas. La ulceras de
categoría/estadio IV pueden
extenderse al musculo y/o a las
estructuras de soporte (por ejemplo,
la fascia, tendón o cápsula de la
articulación) pudiendo provocar la
aparición de una osteomielitis u
osteítis.

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 El hueso/musculo expuesto es
visible o directamente palpable.

Diagrama de valoración de heridas

Grado I: 10 a 15 puntos
Grado II: 16 a 21 puntos
Grado III: 22 a 27 puntos
Grado IV: 28 a 40 puntos

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Drenajes
Un drenaje quirúrgico es un dispositivo que se utiliza en el campo de la Medicina para
evacuar sangre, pus u otros fluidos de un sitio anatómico en un paciente. Estos fluidos ejercen
presión sobre el sitio quirúrgico, así como sobre los órganos, vasos y nervios cercanos. Toda
herida que no se drene correctamente retrasa la cicatrización, el aumento de la presión
provoca dolor y, además, una acumulación de líquido sirve como caldo de cultivo para las
bacterias.
Los drenajes quirúrgicos son unos tubos que están conectados a un recipiente cerrado con
presión negativa. A través de estos tubos se consigue extraer la sangre y otros fluidos que,
tras la cirugía, se pueden acumular en el paciente. La ventaja más importante del drenaje es
la seguridad.
Un drenaje hace una cirugía mucho más segura, ya que disminuye el riesgo de
complicaciones, disminuye el dolor postoperatorio puesto que hay menos tensión en la zona
y facilita la cicatrización de la herida.
Clasificación de los drenajes
A grandes rasgos los drenajes los podemos clasificar en varios tipos:
Según su forma de drenar:
 Pasivos: Actúan por capilaridad o por gravedad o por diferencia de presiones.
 Activos: En este tipo la salida del material se produce mediante un sistema de
aspiración.
Según su mecanismo de acción:
 Profilácticos: Su función es evitar la formación de una colección, permitiendo su
drenaje al exterior y de esta forma evitar complicaciones.
 Terapéuticos: Se utiliza para dar salida a colecciones ya formadas.
Según su colocación:
 Quirúrgicos: Se colocan en la herida quirúrgica tras una cirugía.
 Punción transcutánea: Su colocación precisa de la realización de una ecografía o
Tomografía Axial Computarizada (TAC) para guiar durante la inserción hacia la
colección a drenar.
Los más conocidos son:
 Drenaje de gasa o dedo de guante: Consiste en una tira de gasa o una gasa enrollada
con un extremo se colocado en una herida y actúa por capilaridad, facilitando el fluido
de las secreciones.
En el caso de dedo de guante se corta un dedo de un guante estéril y se coloca dentro
de la herida asomando una parte fuera de esta, la intención de este drenaje es impedir
que la herida cierre antes de lo necesario para evitar que se quede material dentro que
pueda infectarla.

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 Drenaje de Penrose: Es un tubo de caucho, delgado y aplanado, los hay de varios
tamaños más delegado más grueso más largo más corto, etc que se mantiene
colapsado mientras no pasa líquido por su interior. Se coloca a través de una abertura
cutánea y actúa por capilaridad. Se coloca al finalizar la intervención quirúrgica, antes
de cerrar la pared, a través de una pequeña incisión y se asegura mediante un punto
de sutura. Una vez terminada la cirugía se puede colocar una bolsa de colostomía para
recoger las secreciones.

 Drenaje de Jackson Pratt: Es un drenaje activo aspirativo. Es un catéter de silicona


blanca, aplastada al principio y circular al final y en su extremo puede conectarse a
vacío de baja presión tipo “pera” o a vacío tipo Redón.

 Drenaje de Redón: Se trata de un sistema de drenaje activo, constituido por un tubo


flexible con un extremo en el que hay múltiples perforaciones y que se coloca en la
zona a drenar, y el otro extremo se acopla herméticamente a un tubo o alargadera
conectado a un recipiente de recolección donde previamente se practica el vacío.

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Este mecanismo permite un drenaje constante, que puede regularse según sean las
necesidades de cada caso.

 Drenaje de Blake: Tiene un extremo multiperforado, redondo y con rayas de color.


Es muy parecido al Jackson Pratt.

También existen drenajes utilizados para grandes colecciones y además se pueden hacer
irrigaciones con ellos. Podemos clasificarlos en torácicos y abdominales dependiendo de su
colocación anatómica. Algunos se necesitan para su colocación una cirugía intervencionista.
 Drenaje de Kehr: Es un tubo blando que tiene forma de T, utilizado en cirugía biliar:
los dos extremos cortos de la T se insertan en el colédoco y el conducto hepático, y
la vía más larga se saca a través de la pared abdominal. Asegura el paso de bilis al
colédoco, y así evita que se produzca un incremento de la presión en las vías biliares
Este drenaje actúa por gravedad; se conecta a un sistema de recolección cerrado y
estéril, colocado por debajo del nivel del enfermo, donde se recoge el líquido drenado.

 Drenaje de Saratoga: Consiste en un tubo multiperforado de silicona o polivinilo


con dos luces: la externa permite la entrada de aire y la interna permite la conexión a

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un sistema de aspiración. Se usa en grandes heridas infectadas, o cuando la cantidad
a drenar es muy elevada. Lleva un hilo radio-opaco que permite comprobar su
colocación mediante una radiografía.

 Drenaje de Abramson: Presenta tres luces: una para la entrada de aire, otra que
acoplamos al sistema de aspiración y una tercera que nos sirve para la irrigación de
la zona

 Drenaje de Pleur-evac: Este es el más conocido dentro de los torácicos. El pleur-


evac es un sistema de drenaje torácico con sello de agua y su finalidad es drenar
líquido, aire o sangre del espacio pleural, permitiendo restablecer la presión pleural y
que un pulmón colapsado se reexpanda.

 Drenaje de Pigtail: Para drenar colecciones u orina como por ejemplo en la


nefrostomía.

 Drenaje hemovac: Es un sistema de aspiración cerrado que funciona con presión


negativa y elimina suavemente el líquido y los desechos de una herida por medio de
una sonda perforada conectada a una cámara reservorio de succión.

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Indicaciones de los drenajes
 ABSCESOS: Un drenaje en un absceso es muy importante ya que evacua todas las
sustancias acumuladas evitando el cierre en falso.
 LESIONES TRAUMÁTICAS: Cuando se origina un traumatismo hay mucho
líquido extravasado, por lo que es necesario la colocación de un drenaje.
 PROFILAXIS DE FUGA TRAS CIRUGÍA GENERAL: Después de una cirugía
siempre hay riesgo de líquido acumulado, por lo que se coloca un drenaje para evitar
la presión, el dolor y la sobreinfección. Esto nos indicará también si existe riesgo de
hemorragias.
 TRAS CIRUGÍA RADICAL: Cuando se realizan grandes resecciones, se pierde
gran cantidad de líquido linfático y sangre, que no debe acumularse.
Un drenaje hay que colocarlo cuando sea verdaderamente necesario ya que es una puerta de
entrada de bacterias y microorganismos que pueden dar lugar a una complicación innecesaria.
Además, un drenaje puede obstruirse y el riesgo de infección aumentaría, también es
imprescindible quitar el drenaje tan pronto como sea posible.
Cuidados De enfermería
 Limpieza y desinfección de la zona de inserción del drenaje.
 Revisar periódicamente para detectar posible salida del drenaje o rotura.
 Vaciar el líquido aspirado y apuntar medición en el lugar correspondiente.
 Evaluar el tipo de aspirado su color, aspecto, contenido, etc. y anotarlo todo en
historia clínica del paciente
Electrocardiograma
Examen complementario a examen físico, en que, a través de electrodos colocados sobre la
superficie torácica, se registra la actividad eléctrica del corazón y permite orientar el proceso
de hipótesis diagnostica, a la luz de la anamnesis y examen físico.
Derivaciones electrocardiográficas y su respectiva ubicación

Derivaciones unipolares AVR Registra la actividad usando el


brazo derecho como polo
positivo (+)

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AVL Registra la actividad usando el
brazo izquierdo como polo
positivo (+)
AVF Registra la actividad usando la
pierna izquierda como polo
negativo (+)
Derivaciones bipolares DI Registra actividad usando brazo
derecho como polo negativo (-)
y brazo izquierdo como polo
positivo (+)
DII Registra actividad usando brazo
derecho como polo negativo (-)
y pierna izquierda como polo (+)
DIII Registra actividad usando brazo
izquierdo como polo (-) y pierna
izquierda como polo (+)
Derivaciones precordiales V1 Ubicado en 4° EIC derecho
borde esternal
V2 Ubicado en 4° EIC izquierdo
borde esternal
V3 Ubicado entre V2 y V4
V4 Ubicado en 5° EIC izquierdo
línea medioclavicular
V5 Ubicado en 5° EIC izquierdo
línea anterior axilar
V6 Ubicado en 5° EIC izquierdo
línea medio axilar

Derivaciones posteriores
Son útiles sobre todo ante la sospecha de infarto posterior. Se realizan colocando los
electrodos V4, V5 y V6 en el mismo espacio intercostal que los electrodos precordiales
habituales, pero continuando hacia la espalda.
V7: En el 5° EIC y la línea axilar media posterior
V8: En el 5° EIC y la línea media escapular a la altura del ángulo inferior de la escapula
V9: En el 5° EIC y la línea paravertebral izquierda
RA: Brazo derecho
LA: Brazo izquierdo
LL: Pierna izquierda

Como saber si está bien realizado un electrocardiograma

La forma más rápida de diagnosticarlo es mirar aVR. En esta derivación la onda T, P el QRS
siempre son predominantemente negativo (excepto en enfermedades raras). Ver AVR
predominantemente positiva, ha de hacer sospechar que hay electrodos mal colocados.
La onda P tiene que estar (+) en derivadas DII, DIII y AVF
Tiene que subir dos cuadros hacia arriba y uno hacia al lado, eso quiere decir que esta
estandarizado.

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Evaluar que el QRS este precedido por una onda P
Distancia entre la onda P y el QRS de 0,12 a 0,20 segundos

Velocidad: 25 mm/s
Voltaje: 10 mm/mv
P: Despolarización auricular
QRS: Despolarización ventricular
T: Repolarización ventricular

Catéter venoso central


Son dispositivos de acceso vascular que se introducen en los grandes vasos venosos o en las
cavidades cardiacas derechas, con fines diagnósticos o terapéuticos.
El catéter venoso central consiste en un catéter (tubo) intravenoso especial y es indispensable
en los centros de diálisis actuales. Algunos pacientes empiezan la hemodiálisis sin un acceso
vascular permanente; la mayoría de ellos suele tener un catéter venoso central (CVC).
¿Por qué necesita un CVC?
Si los vasos sanguíneos de un paciente están dañados o son muy frágiles, no se puede crear
una fístula. Además, dado que el acceso es tan rápido, los CVC también se utilizan para los
tratamientos de urgencia. En el caso de que el catéter venoso central sea la mejor elección
para su tratamiento de hemodiálisis, un médico o cirujano se lo insertará en una vena central:
una vena yugular (cuello), una vena subclavia (pecho) o una vena femoral (ingle).
Los catéteres venosos centrales permiten acceder de forma inmediata al sistema circulatorio.
Es posible que los pacientes con CVC noten que pueden mover los brazos y las manos con
libertad durante la diálisis y que puedan evitar los pinchazos con agujas. No obstante, la
complicación de los catéteres a largo plazo - sobre todo de aquellos colocados en la vena
subclavia - consiste en que, a menudo, se produce un estrechamiento anormal (estenosis) del
vaso sanguíneo. El CVC también representa un mayor riesgo de infección y los pacientes
deben ser muy cuidadosos con su higiene diaria o en el caso de que practiquen actividades
de ocio como la natación o el baño. En ocasiones, el CVC dificulta la obtención de una gran
circulación sanguínea, lo cual puede afectar a la eficacia del proceso de eliminación de
toxinas.
Técnica de curación de CVC:
Materiales:
 Bandeja estéril.
 Gasa estéril y/o apósito transparente etc.
 Clorhexidina 0.5%

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 Pinzas estériles
 Guantes estériles
 Suero fisiológico en ampolla.
Procedimiento:
 La periodicidad de curación del catéter venoso central es cada 72 horas, siempre y
cuando la curación permanezca limpia y seca, si no es así se realizara cada vez que
sea necesario para mantenerla en esas condiciones
 Higiene de manos.
 Retirar el parche o gasa del catéter con guantes de procedimientos.
 Evaluar el sitio de inserción del catéter.
 Usando guantes estériles y pinzas, limpiar con la gasa que contiene suero fisiológico
el sitio de inserción de manera de retirar la materia orgánica que pudiese tener (sangre,
exudado, etc.)
 Limpiar con tórula seca y seguir con la que contiene clorhexidina. Su aplicación debe
ser de forma centrifuga, es decir desde el centro hacia fuera.
 Dejar secar el antiséptico. (Clorhexidina)
 Dejar apósito estéril.
 Anotar fecha de curación, de inserción y responsable del procedimiento, en zona que
permita visualizar punto de inserción del CVC.
 Retirar material sucio, lavarse las manos.
 Registro del procedimiento en hoja de Enfermería, describiendo el sitio de inserción.
Cuidados de enfermería en CVC
 Valorar el estado clínico del paciente y cooperar en todo el proceso de curación y
mantención del catéter
 Valorar las condiciones generales del catéter y la piel alrededor
 Evaluar signos locales y sistémicos de complicaciones como: sangramiento,
infecciones, embolias, trombosis, migración del catéter, desinserción del catéter y/o
conexiones
 Valorar la ubicación y posible desplazamiento dl catéter
 Valorar la permeabilizas del catéter y las vías sin uso deben permanecer clampeadas
 Valorar el conocimiento del paciente y familia frente al procedimiento

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