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Punto de ebullición
Punto de fusión
Símbolo
Densidad
Configuración electrónica
Otra forma de pensar como está organizada la tabla periódica es a partir de la configuración electrónica
de los elementos. De esta manera, la tabla se divide en bloques denominados s, p, d y f, de acuerdo con 3
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Todos los períodos comienzan con un metal (excepto el número 1) y terminan con un gas inerte (salvo
el número 7). Los metales se encuentran a la izquierda de la tabla. El carácter metálico disminuye a
medida que se avanza horizontalmente hacia la derecha, mientras empiezan a manifestarse las
propiedades de los no metales. Los elementos del grupo 17 son francamente no metales. Una línea
quebrada que pasa entre el boro y el aluminio, y sigue descendiendo hasta el polonio y el astato marca la
separación entre metales y no metales. Esta separación no debe interpretarse como un límite absoluto
entre metales y no metales. Los catorce elementos denominados lantánidos se disponen en el grupo 3 y
período 6. Al ser imposible representarlos en un solo casillero, se los coloca fuera de la tabla, más
abajo. Lo mismo acontece con los actínidos que ocupan el grupo 3 y período 7. Los elementos situados
después del uranio, reciben el nombre de transuránidos. Estos elementos no existen en la Naturaleza y
han sido obtenidos artificialmente por reacciones nucleares. A partir de su ubicación en la Tabla
Periódica se puede deducir la estructura atómica de un elemento.
Los gases inertes se caracterizan por su casi total inactividad química, es decir, por no
combinarse con otros elementos para formar sustancias compuestas. Esta estabilidad
se atribuye a que tienen su última órbita electrónica completa con ocho electrones, a
excepción del helio que tiene dos. En cambio, los otros elementos, cuya última órbita
está incompleta, reaccionan entre sí para formar compuestos. En consecuencia, existe
una relación entre la estructura electrónica y las posibilidades de reaccionar
químicamente. Un ion es una especie química que, a diferencia de los átomos, tiene
carga eléctrica neta, esta carga eléctrica puede ser positiva o negativa, y siempre es un
número entero de cargas del electrón. Asimismo, se ha visto que tos átomos que
poseen 1, 2 ó 3 electrones en su órbita externa tienen tendencia a perderlos; en este
caso, los átomos se transforman en iones positivos (cationes). Esta propiedad es
característica de los elementos denominados metales, tales como el sodio (Na), potasio
(K), calcio (Ca), magnesio (Mg), cinc (Zn), cobre (Cu), plata (Ag), oro (Au), hierro (Fe),
etc. Por otra parte, los átomos que presentan 5, 6 ó 7 electrones en su última órbita
tienen tendencia a recibir otros electrones para completar dicha órbita. En ese caso se
convierten en iones negativos (aniones) con tantas cargas negativas como electrones
ganan. Esta característica se observa en los no metales, como hidrógeno, oxígeno,
nitrógeno, flúor, cloro, etcétera. En suma, se puede afirmar que:
Los electrones de la órbita externa son los principales responsables de las
características químicas de los átomos.
Por este motivo, a la órbita externa de cualquier átomo se la denomina capa de valencia
Docente a cargo: Dra. Dandan, Mónica
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y a los electrones que se encuentran en ella, electrones de valencia. Así, por ejemplo, el sodio tiene un
electrón de valencia, mientras que el cloro presenta siete.
Sobre la base de su configuración electrónica, los elementos químicos se pueden clasificar en cuatro
grupos:
a) Gases inertes: presentan su órbita electrónica externa completa con ocho electrones, con excepción
del He que tiene dos. En ellos, la estructura electrónica externa es s2p6, salvo en el He que es s2 por tener
un solo nivel de energía. Ocupan el Grupo 18 de la Tabla Periódica.
b) Elementos representativos: son aquellos que tienen su órbita externa incompleta. El electrón
diferencial se encuentra en los subniveles s o p. Comprende a los elementos que ocupan los Grupos 1, 2, 5
13, 14, 15, 16 y 17 de la Tabla Periódica (considerados antiguamente como grupo A de I a VIII).
e) Elementos de transición: se caracterizan por presentar sus dos últimas órbitas incompletas. El electrón
diferencial se encuentra en los subniveles d. Esto significa que el electrón que se agrega lo hace en su
anteúltima órbita. Corresponden a esta .clase los elementos de los Grupos 3, 4, 5, 6, 7. 8, 9, 10,11 y 12 de
la Tabla (considerados antiguamente como grupo B de I a VIII).
d) Elementos de transición interna: son los que presentan sus tres últimas órbitas incompletas. El
electrón diferencial se halla en el subnivel f, es decir, que se incorpora a la antepenúltima órbita.
Constituyen las denominadas tierras raras (Iantánidos y actínidos) ubicadas generalmente al pie de la
Tabla. En base a esta clasificación; en la Tabla Periódica se encuentran cuatro bloques fundamentales s,
p, d y f.
Propiedades Periódicas
1. Radio atómico
Es la mitad de la distancia entre los dos núcleos de dos átomos metálicos adyacentes, que define el
tamaño de un átomo. El tamaño atómico es un concepto muy útil que puede ayudar a entender la química
de los elementos, ya que numerosas propiedades físicas, incluidas la densidad, el punto de fusión y el
punto de ebullición están relacionadas con el tamaño de los átomos.
Para los átomos que están unidos entre sí formando una red tridimensional, el radio atómico es la distancia
entre los núcleos de dos átomos vecinos. Para los elementos que existen como moléculas diatómicas
sencillas, el radio atómico es la mitad de la distancia entre los núcleos de los dos átomos de una molécula
específica.
Dentro de un grupo: el radio aumenta a medida
que aumenta el número atómico, ya que aumenta el
número cuántico principal de los electrones de
valencia y en consecuencia quedan a mayores
distancias del núcleo.
Dentro de un período: el radio disminuye a
medida que aumenta el número atómico. En este
caso, el número cuántico principal de los electrones
es el mismo, pero a medida que aumenta la carga
nuclear, los electrones tienden a ser más atraídos
hacia el núcleo y por lo tanto los átomos se hacen
más pequeños.
de órbitas y, por lo tanto, se reduce la atracción entre el núcleo y los electrones externos. Se requiere
menos energía para arrancar un electrón. En un mismo grupo de la Tabla Periódica, el potencial de
ionización disminuye de arriba hacia abajo.
3. Afinidad electrónica
En determinados casos, no sólo es posible quitar electrones de los átomos sino también adicionarlos.
En las propiedades químicas de los elementos ejerce una considerable influencia la tendencia de un
átomo neutro a capturar electrones para adquirir la configuración electrónica del gas inerte más cercano,
transformándose en anión. Así, los átomos de los halógenos del Grupo 17, al recibir un electrón
adquieren mayor estabilidad pues cada átomo de halógeno adquiere la configuración electrónica estable 7
de gas noble que aparece de inmediato a su derecha, y por eso liberan una cantidad de energía que se
denomina afinidad electrónica. En consecuencia se puede establecer que Afinidad Electrónica es la
energía que se libera (cambio de energía que ocurre) cuando un átomo neutro gana un electrón para
formar un anión. Esta afinidad se mide en electrón-volt (eV). Los no metales, en especial los del Grupo
17, tienen una afinidad electrónica elevada. A modo de ejemplo se pueden señalar los siguientes
valores en eV: flúor = 3,6; cloro = 3,75; bromo = 3,53; iodo = 3,2; oxígeno = 2,2.
En cambio, los metales, y en particular los alcalinos, poseen afinidades electrónicas muy bajas.
En general, la afinidad electrónica varía en la Tabla Periódica de un modo análogo a la energía de
Ionización.
Una afinidad electrónica alta indica que se desprende mucha energía al incorporar un electrón al átomo.
En cambio, si toma valores negativos significa hay que entregar energía para agregar un electrón a un
átomo.
4. Electronegatividad.
Es la capacidad de un átomo de atraer hacia sí los
electrones de un enlace químico. Es decir, la
tendencia de un átomo a ganar o captar electrones
cuando participa de una reacción química.
Dentro de un grupo: la electronegatividad
disminuye a medida que aumenta el número
atómico.
Dentro de un período: la electronegatividad
aumenta a medida que aumenta el número atómico.
Los átomos con electronegatividad alta tienen más
tendencia a atraer electrones que aquellos con
electronegatividad baja. Como es de esperarse, la
electronegatividad se relaciona con la afinidad
electrónica y la energía de ionización. De esta
manera, un átomo con afinidad electrónica y
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energía de ionización altas posee electronegatividad alta. Por el contrario, un átomo con baja energía de
ionización y baja afinidad electrónica tiene electronegatividad baja. Los elementos más electronegativos de
la Tabla Periódica son los halógenos, siendo el flúor el que presenta el valor más elevado.
PROPIEDADES FÍSICAS
Metales
Poseen un brillo característico. Son opacos.
Buenos conductores del calor y la corriente eléctrica.
Maleables y dúctiles, es decir, pueden formar láminas delgadas y alambres.
Con la excepción del mercurio, son sólidos a temperatura ambiente, y la mayoría tiene elevados puntos de
fusión.
Tienden a perder electrones.
Ejemplos: oro, cobre, aluminio, estaño.
No metales
No tienen brillo metálico.
Malos conductores del calor y la electricidad.
A temperatura ambiente pueden ser sólidos, líquidos o gases.
En estado sólido son frágiles.
En general, los sólidos tienen puntos de fusión bajos, y los líquidos tienen punto de ebullición
también bajos.
Tienden a captar electrones.
Ejemplos: azufre (sólido), bromo (líquido), flúor (gaseoso), yodo (sólido).
ejemplo el agua (Oxígeno e Hidrógeno), alcohol, petróleo, etc. Las mezclas están formadas por más de
una sustancia y en la cual no se producen combinaciones o enlaces químicos.
La forma de representar las moléculas (sustancias) es mediante una fórmula molecular que indica los
átomos que la constituyen y la cantidad de cada uno de ellos en la molécula. Por ejemplo, la molécula de
agua está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno: H2O.
Las sustancias compuestas se denominan también compuestos químicos. Estos compuestos químicos
se pueden clasificar, según sea la cantidad de átomos diferentes que contengan en su composición, en:
- Compuestos binarios: Formados por tan solo dos elementos químicos, como el agua (H 2O), la sal de
mesa (NaCl) y los óxidos básicos y óxidos ácidos.
- Compuestos ternarios: Formados por tres elementos químicos, tal como los oxácidos simples (HBO2,
HClO, etc.), los hidróxidos Ca(OH)2, Mg(OH)2 , etc.
- Compuestos cuaternarios: Formados por cuatro elementos químicos, como las sales ácidas sulfato
ácido de potasio (KHSO4), sulfato ácido de sodio (NaHSO4), etc.
- Compuestos orgánicos. Son las sustancias provenientes de los organismos vivos, y se caracterizan por
contener principalmente el elemento químico carbono (formado por cadenas de enlaces de carbono-
carbono). Este tipo de compuestos que son estudiados por la Química Orgánica. Algunos ejemplos son
petróleo, combustibles, madera, alcohol, carbón, azúcar, gas natural, alcohol etílico, ácido cítrico, cafeína,
nicotina, glucosa, ácidos dos grasos (ácido esteárico), aminoácidos (valina, leucina, etc.), nucleótidos
(timina, guanina adenina), fructosa, etc.
- Compuestos inorgánicos. Son sustancias que están formados por distintos elementos, pero en los que
su componente principal no siempre es el carbono, siendo el agua el más abundante y son estudiadas por
la Química Inorgánica. Hay ciertos compuestos que contienen carbono y se consideran como inorgánicos,
dado que no contienen enlaces carbono-carbono y que sus propiedades son semejantes a este tipo de
compuestos, entre los cuales está el monóxido de carbono (CO) y el dióxido de carbono (CO2).
Algunos ejemplos de estos compuestos son: la cal (CaO), agua (H2O), la sal de cocina o cloruro de sodio
(NaCl), monóxido de nitrógeno (NO), ácido clorhídrico (HCl), hidróxido de sodio (NaOH), etc.
Los compuestos inorgánicos tienen altos puntos de fusión y de ebullición, debido a su enlace iónico el cual
es fuerte y estructurado. El enlace covalente es comparativamente más fácil de debilitar por calentamiento,
lo que hace que tengan bajos puntos de fusión y de ebullición.
Los átomos que constituyen los distintos tipos de materia pueden aparecer aislados o unidos, formando
moléculas o cristales (partículas ordenadas geométricamente formando filas y planos que se extienden en 10
las tres direcciones del espacio).
La unión entre dos átomos se llama “enlace químico”. Los átomos se enlazan porque juntos tienen menos
energía que separados; de hecho los átomos tienden a colocarse de forma que tengan la menor energía
posible.
Enlace químico: es una fuerza de atracción que mantiene unidos a los átomos, iones o moléculas. Este
enlace es siempre de naturaleza electrostática. Los átomos se pueden unir entre sí de tres formas que dan
lugar a tres tipos de enlace diferentes: enlace iónico, enlace covalente e enlace metálico.
Cuando los átomos se enlazan entre sí, pueden ceder, aceptar o compartir electrones. Son los electrones
de valencia quienes determinan de qué forma se unirá un átomo con otro y las características del enlace.
Valencia: son los electrones que se encuentran en los mayores niveles de energía del átomo (niveles
de energía externos) y que ese átomo pone en juego en un enlace para la formación de compuestos.
Son los electrones que se ganan, pierden o comparten. Son los responsables de la interacción entre
átomos de distintas especies o entre los átomos de una misma. La valencia no tiene signo.
Número o estado de oxidación: se denomina número de oxidación a la carga que se le asigna a un
átomo cuando los electrones de enlace se distribuyen según ciertas reglas prácticas un tanto arbitrarias.
Se diferencia de la valencia porque tiene signo y porque considera a las uniones como iónicas. Es
positivo si el átomo pierde electrones o los comparte con un átomo que tenga tendencia a ganarlos
(más electronegativo). Es negativo si el átomo gana electrones. La tendencia a ganar o perder depende
de cuantos electrones tengan en el último nivel por cuanto los átomos reaccionan para alcanzar la
configuración de un gas noble por ser ésta más estable. Los metales por lo tanto tienen números de
oxidación positivos porque tienden a ceder electrones. Los no metales por el contrario tienen números
de oxidación negativo porque en una unión iónica tienden a ganar electrones.
Por ejemplo, en el óxido férrico (Fe 2O3):
La valencia del hierro es 3 y la del oxígeno es 2.
El número oxidación del hierro es +3, porque pierde 3 electrones
El número oxidación del oxígeno es -2, porque cada oxígeno gana 2 electrones.
Los átomos reaccionan con otros y se combinan para lograr completar sus niveles externos de energía.
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Regla del octeto: Los átomos de los gases nobles (He, Ne, Ar, etc.) no se
enlazan con otros átomos: son gases monoatómicos, eses átomos ya son
estables y no precisan enlazarse con otros para disminuir su energía.
Se debe a que tienen ocho electrones en la última capa. Los átomos
deberían tener también tendencia a tener ocho electrones en la última capa
(regla del octeto), y eso pueden conseguirlo enlazándose con otros átomos
ganando, perdiendo o compartiendo algunos electrones. Es decir, la teoría del
octeto dice que los átomos de los elementos se enlazan unos a otros en el
intento de completar su capa de valencia (configuración electrónica externa) con ocho electrones. Esta
configuración externa de ocho electrones otorga estabilidad a un elemento, o sea, el átomo queda estable 11
cuando presenta en su capa de valencia 8 electrones (similar al gas noble más próximo). Es por ello que
los elementos tienden siempre a formar enlaces en la búsqueda de tal estabilidad.
Para alcanzar tal estabilidad sugerida por la regla del octeto, cada elemento precisa ganar o perder
(compartir) electrones en los enlaces químicos, de esa forma ellos adquieren ocho electrones en la capa
de valencia. Por ejemplo, en la formación de la molécula de oxígeno (O 2) los átomos de oxigeno poseen
seis electrones en la capa de valencia (anillo externo). Para volverse estables precisan contar con ocho
electrones. Comparten dos electrones, formando una molécula de gas oxígeno (O 2).
Tipos de enlace:
Enlace covalente: ocurre cuando dos átomos comparten sus electrones (doblete electrónico) como, por
ejemplo, cuando se unen dos moléculas de hidrógeno (H + H = H2). Se da entre los no metales, pues
ninguno tiende a perder sus electrones, es decir elementos con electronegatividad elevada. Lo que
mantiene la unión es la fuerza de atracción entre las cargas positivas de los núcleos y las cargas negativas
de los electrones que se comparten. Pueden formar moléculas, como el agua (gases o líquidos), punto de
fusión bajo, no conduce la electricidad) o redes (cristales) como el diamante o el grafito (temperatura de
fusión elevada, muy duros).
Unión covalente no polar y homopolar: no hay entre átomos transferencia de carga eléctrica. Los dos
electrones de cada par o dobletes tienen sus spins opuestos originando momentos magnéticos contrarios,
que con su atracción unen a los átomos.
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En el caso de la molécula de hidrógeno, adquiere cada átomo la estructura electrónica del Helio.
H:H
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Es la atracción entre dos átomos de elementos de alta electronegatividad (no metales) compartiendo, entre
ellos, algunos de sus electrones de valencia. En cada enlace covalente se comparte un par de electrones.
En la formación de la molécula de metano, el hidrógeno adquiere la estructura del Helio y el carbono del
Neón. Cada ligadura, cuatro en total para el átomo de carbono y una para cada átomo de hidrógeno, está
constituida por la coparticipación de un par de electrones: uno del átomo de carbono y otro del átomo de
hidrógeno.
Los enlaces entre dos átomos de hidrógeno, dos átomos de cloro y un átomo de hidrógeno y uno de cloro
son ejemplos de enlaces covalentes. Otros ejemplos:
Estructura electrónica
Fórmula estructural
En un enlace covalente la compartición del par de electrones puede hacerse forma de enlace covalente
normal, doble, triple o en coordinado (dativo).
Las características de los compuestos unidos por enlaces covalentes son:
- Pueden presentarse en cualquier estado de la materia: solido, líquido o gaseoso.
- Son malos conductores del calor y la electricidad.
- Tienen punto de fusión y ebullición relativamente bajos.
- Son solubles en solventes no polares (solventes orgánicos), como benceno, e insolubles en solventes
polares (agua).
- Los átomos no se convierten en iones.
Unión covalente dativa: también llamada unión covalente coordinada nativa o semipolar. Se presenta
cuando es un solo átomo quien contribuye con dos electrones que son aceptados por el otro átomo que así
forma su octeto. Este par electrónico cedido por un átomo es compartido por ambos átomos.
El átomo de azufre es el elemento dador y el del oxígeno el elemento aceptor. La unión dativa se suele
simbolizar con una flecha, apuntando hacia el átomo aceptor:
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Polaridad en el enlace covalente: cuando los átomos que se unen por covalencia para formar moléculas
son iguales, (N2, H2, etc.), el o los dobletes electrónicos se hallan en la zona media de los núcleos y la
molécula es francamente no polar.
Cuando los átomos que se unen por covalencia son diferentes, como en el gas cloruro de hidrógeno, el par
electrónico se desplaza hacia el elemento más electronegativo (el cloro) y la molécula se hace
eléctricamente asimétrica o semipolar.
La polaridad de este tipo de moléculas varía desde la extremadamente polar cuyo límite es la unión iónica
y la no polar cuyo límite es la covalencia pura. La ionización de estas moléculas depende del disolvente
empleado.
Enlace iónico o electrovalente (heteropolar): es debido a la fuerza de atracción entre iones con cargas
de signo contrario como, por ejemplo, un Cl- y un Na +, se atraen y forman NaCl (sal común). Suele darse
entre elementos que están a un extremo y otro de la tabla periódica. O sea, entre no metales y metales
porque entre ellos existe una elevada diferencia de electronegatividad. No forman moléculas sino cristales
de modo que el número de cargas positivas sea igual al de cargas negativas (neutro). Por lo tanto su
fórmula indica la proporción en la que se encuentran los átomos.
Lo que mantiene la unión es la fuerza de atracción entre las cargas positivas y las cargas negativas que
se forman; es decir, la fuerza de atracción entre los cationes y los aniones.
Es la fuerza de interacción que mantiene ligados a los átomos en las moléculas. Es la atracción entre un
átomo de un elemento de alta electronegatividad (no metal) y un átomo de un elemento de baja
electronegatividad (metal). Debido a la considerable diferencia entre sus electronegatividades el metal le
transfiere sus electrones de valencia al no metal. De esta manera los electrones que intervienen en el
enlace son atraídos por uno solo de los núcleos atómicos. Se denomina enlace iónico porque al producirse
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la transferencia y la aceptación, los átomos se transforman en sus correspondientes iones positivo (catión)
y negativo (anión). El sodio (Grupo IA) le transfiere su electrón de valencia al cloro transformándose en el
ion sodio, Na+, y el cloro (Grupo VIIA) al recibir el electrón se convierte en el ion cloruro, Cl-. En algunos
casos, suele escribirse la fórmula del cloruro de sodio expresando las cargas iónicas, es decir como Na +
Cl-. Los átomos de los metales alcalinos (Grupo IA) poseen en su órbita externa un electrón:
Li 2 - 1
Na 2 – 8 - 1
K 2–8–8–1
Los átomos de los elementos del grupo VII (halógenos) poseen en su última órbita siete electrones: 14
F 2-7
Cl 2 – 8 - 7
Br 2 – 8 – 8 – 7
De acuerdo con la teoría del octeto para lograr una órbita externa de 8 electrones (Na, K) o de dos
electrones (Li) los átomos de los metales alcalinos, al combinarse con los átomos de los otros elementos
ceden un electrón y los átomos de los halógenos (F, Cl, Br) lo adquieren. Ambos átomos se transforman
en iones y por consiguiente con cargas eléctricas, aparece una fuerza electrostática que los mantiene
unidos:
La reacción es:
En la formación de los compuestos electrovalentes hay una transferencia de electrones del elemento
electropositivo o metálico al electronegativo o no metálico.
En la unión electrovalente, polar, heteropolar o iónica cada átomo que se combina se convierte en ion y
posee tantas unidades de valencia como electrones adquiere o cede.
Los compuestos formados pos enlaces iónicos tienen las siguientes características:
- Son sólidos a temperatura ambiente, ninguno es un líquido o un gas.
- Son buenos conductores del calor y la electricidad.
- Tienen altos puntos de fusión y ebullición.
- Son solubles en solventes polares como el agua, poco solubles o insolubles en componentes
orgánicos.
- Es propia de sales, ácidos y bases.
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Enlace metálico: en estos casos ninguno de los átomos tiene más posibilidades que el otro de perder o
ganar los electrones. La forma de cumplir la regla de octeto es mediante la compartición de electrones
entre muchos átomos. Se crea una nube de electrones que es compartida por todos los núcleos de los
átomos que ceden electrones al conjunto. Lo que mantiene la unión es la fuerza de atracción entre las
cargas positivas de los núcleos y las cargas negativas de la nube de electrones. Este tipo de enlace se
da entre los metales y sus aleaciones, es decir, de electronegatividad baja.
Las bolas grandes son los cationes del metal, y los puntos móviles
entre ellas son los electrones.
En general los metales son elementos químicos y por lo tanto están constituidos por un solo tipo de
átomos. Salvo el Hg, el Cs y el Ca, todos los otros metales son sólidos a temperatura ambiente y tienen
temperaturas altas de fusión; esto indica que entre los átomos de cualquier metal hay uniones
relativamente fuertes. En el diagrama de Lewis para la unión de dos átomos de Na se observa:
Si a este par se le agrega otro átomo, se puede formar una unión deslocalizada entre tres átomos de Na,
en que se comparten tres electrones:
Dipolo: se forma cuando los centros de carga no coinciden, están separados, pero no forman cargas
aisladas:
Momento dipolar: la magnitud del momento dipolar se incrementa al aumentar las cargas y la distancia de
separación de éstas.
Las fuerzas dipolo-dipolo son generalmente más débiles que las fuerzas ión - dipolo.
En moléculas con masas y tamaños aproximados, la intensidad de las fuerzas dipolo-dipolo aumenta al
incrementarse la polaridad (aumenta el momento dipolar).
El enlace o puente de hidrógeno, es una interacción dipolo-dipolo especial entre el átomo de hidrógeno
presente en un enlace polar N-H, O-H o F-H de una molécula y un par libre de un átomo electronegativo de
O, N o F de otra molécula. Los enlaces de hidrógeno se representan por líneas punteadas. El tamaño
pequeño de los elementos involucrados y la gran diferencia de electronegatividades producen valores
grandes de cargas parciales densidad positiva y densidad negativa.
y
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Las fuerzas del enlace de hidrógeno son más débiles que las debidas a los enlaces químicos, pero son
mayores que las otras fuerzas intermoleculares.
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