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LAURA VEGARA

El camino de la
recuperación
Cómo acompañar a un hijo a superar
la enfermedad de la adicción
El camino de la
recuperación

Cómo acompañar a un hijo a superar


la enfermedad de la adicción

LAURA VEGARA
EL CAMINO DE LA RECUPERACIÓN

Publicado por:
LAURA VEGARA 

# Calle Aribau 161
Barcelona, 08036, España
www.lauravegara.com
Copyright © 2018, Laura Vegara

Publicado en España
ISBN-9781790105977

Ninguna de las partes de este libro debe ser reproducida sin hacer referencia de
forma correcta al autor/a del mismo.
ÍNDICE

Dedicatoria …….………………………………..9

1. Cartas de un padre y una madre a una hija


que superó una adicción ...............................11
2. Por qué más familias no consiguen
solucionar el problema de sus hijos con las
drogas ...........................................................15
3. El rol de la familia como guías en el camino
de la recuperación ........................................19

• Lo que hay que tener claro.


• ¿Cuál es el objetivo?
• 9 claves para ayudar a tu hijo.
• 9 errores que hay que evitar.

4. Un mapa de los pasos a seguir .................35


5. Unas últimas palabras ................................41
6. Testimonios. ...............................................43
A todas aquellas personas atrapadas en el infierno de
esta enfermedad, les dedico este pequeño libro con el
más sincero y profundo deseo de que puedan encontrar
el camino.
1

Cartas de un padre y una madre a una


hija que superó una adicción

Considero que, en mi caso en particular, no hay


mejor manera de presentarme y de ilustrar el
propósito de este libro, que a través de las
palabras de mis padres.

Hola hija,

Cuántas cosas nos pueden pasar desapercibidas a


los padres sobre el comportamiento de nuestros propios
hijos; los indicios de anomalía están ahí, pero no nos
damos cuenta…
Echando la vista atrás, ahora entiendo lo grave que
es esta enfermedad que, engaño tras engaño, os impulsa

—!11—
El camino de la recuperación

a manipular todo vuestro entorno con el único fin de


conseguir una dosis más.
Recuerdo el día que fuimos a ese psicólogo que nos
informó de que te encontrabas en situación de alto
riesgo debido a una grave adicción, motivo por el cual
era necesario tu ingreso inmediato en un centro
especializado. De repente no pude contenerme y empecé
a llorar, pensando en qué había hecho mal como padre
para que tú terminaras en esta situación. En mi mente
aparecía la imagen de personas que se drogan y que
llegan a morir por sobredosis, lo cual me entristeció
tremendamente y llegó a desestabilizar toda mi vida. A
pesar de ello, nunca abandoné la esperanza de que mi
hija quería curarse y de que existían profesionales que
la podrían ayudar. Esa era mi fuerza, aunque
reconozco que fue una situación muy y muy difícil…
Poco a poco y fruto tanto de tu lucha como de la
nuestra, finalmente conseguimos llegar a un punto en
el que parecía que los avances en tu curación daban
resultado.
Iniciábamos una nueva etapa de bienestar al ver
que empezabas a estar preparada para encaminar
nuevamente tu vida, una vida donde las drogas fueran
el pasado.
Hoy en día puedo decirte que como padre me siento
inmensamente feliz porque tú, mi hija, sigues viva y
estás sana; además, que tomaras la decisión de
dedicarte a ayudar en este ámbito me llena de orgullo.
No puedo evitar sentir un profundo sentimiento de

—!12—
Cartas de un padre y una madre

solidaridad hacia todas aquellas familias que están


pasando por esto.

Te quiere,
Tu padre

¡Hola Laura!

¿Sabes? En este momento estoy sentada en la


terraza disfrutando de una tarde espléndida y como
siempre pensando en ti. Sé que estás con tus tareas
importantes y mi imaginación me lleva a visualizar tus
actuaciones llenas de pasión y con una total
implicación en ayudar a las personas que pasan por ese
infierno que nosotros también conocemos.
Pero hoy…¡es todo tan diferente! Somos
supervivientes de un largo calvario —sobretodo tú—
¡ESTAMOS TAN BIEN! Digo que es diferente porque
recuerdo como, años atrás, te escribía cartas desde esta
misma mesa ya que estabas ingresada en un centro.
Eran cartas de esperanza y de amor. Sabía que
conseguirías salir del pozo. En los momentos más
difíciles me refugiaba en cuando eras pequeña y veía a
esa niña con tantas ganas de hacer cosas. Pensaba en
un cuento que escribiste, cuando apenas sabías de
escritura, sobre esa hormiguita que era ignorada por su
comunidad y que al final terminaba siendo una
heroína. Recordaba el afán con el que preparabas un
arroz —de mentira, claro— en tu cocina de juguete y

—!13—
El camino de la recuperación

nos hacías la cena cuando teníamos invitados; como con


tan solo nueve años arreglaste nuestro viejo ordenador
para que saliera nuestro «logo» en las hojas…y tantas
cosas más. En aquel entonces ya anhelabas hacer
desaparecer el dolor en el mundo y reconstruir los
países destruidos por el paso de las guerras.
Yo siempre te vi así, aunque la sociedad y el entorno
te hiciéramos desaparecer durante tantos años,
evidentemente debido a nuestra ignorancia porque
¡esta niña existía! Y mi esperanza era que volvería a
brillar.
¿Y ahora por qué te escribo todo esto? Es porque
tengo la necesidad de volverte a repetir lo mucho que te
admiro por todo lo que has conseguido con tu esfuerzo,
tu valentía y tu generosidad. Doy gracias al universo de
tener una hija como tú. Si nosotros hubiéramos tenido
una Laura en los momentos más dramáticos, todo
hubiera sido más fácil porque, como siempre te digo, tú
haces fácil lo difícil y posible lo imposible.
Gracias por ayudarme a ser la madre que tú
necesitas.

Con amor,
La teva mare

—!14—
2

Por qué más familias no consiguen


solucionar el problema de sus hijos
con las drogas

Como sucede con todo en la vida, cuando uno


no es capaz de conseguir algo, generalmente es
debido a que ignora cómo debe hacerlo. Ninguno
de nosotros nacemos enseñados y, menos aún, nos
preparamos para algo tan arduo como puede ser
hacerle frente a una adicción. Es más, la mayoría
de veces vosotros, los familiares, no alcanzáis a
comprender por qué os está pasando esto…cómo
puede ser que tengáis que experimentar esta
desgracia acompañada de tanto sufrimiento.

Cuando las familias llegáis a mí, soléis hacerlo


desesperadas, asustadas, con mucha inseguridad y
terriblemente frustradas por haber intentado una y
otra vez, sin éxito, ayudar a vuestros hijos. Algunos

—!15—
El camino de la recuperación

de vosotros, en efecto, estáis al borde de una


depresión.

De entre todas aquellas cosas que ignoráis, la


más importante de todas es cómo funciona la
enfermedad de la adicción y cómo se ha llegado a
este punto —porque toda realidad ha sido
construida con el tiempo y las experiencias…esta
problemática no ha aparecido de golpe — .
Comprender esto significa entender que todo ello
está más allá de cualquier visión esterotipada. Aún
sigue existiendo la idea de que estar enganchado
a las drogas es algo propio de ciertos estratos
sociales que se suelen asociar con bajos recursos
económicos, así como también educativos. Nada
más lejos de la realidad. Para conocer por qué
nuestro hijo se droga, debemos comprender quién
es él o ella de verdad, en lo más hondo de su
corazón. Cuando hacemos esto nos damos cuenta
de que la persona está sufriendo mucho y, el
sufrimiento, no tiene dueño; es algo que
e x p e r i m e n t a n t o d o s l o s s e re s h u m a n o s ,
independientemente de su clase social y estatus,
de su formación académica, de sus bienes
materiales, del número de amistades que tengan,
de su raza o su nacionalidad.

Las formas y las fuentes del sufrimiento pueden


ser muy variadas, pero hay un factor común y se
trata de un sentimiento de incapacidad para
adaptarse al entorno, un anhelo de pertenecer no

—!16—
Por qué más familias no consiguen solucionar el problema

realizado, y el sentimiento de no ser amado, sino


rechazado. Lo que ignoráis y debéis comprender
es que la persona se acerca a la droga buscando
un alivio, un escape, sin ser consciente de que
quedará terriblemente atrapada en la necesidad
compulsiva de consumo ¿Quién sino alguien
enfermo seguiría repitiendo una conducta que lo
está destruyendo?

Es por este motivo, por la profundidad y la


complejidad de esta situación, que no es algo que
podáis arreglar meramente con el diálogo o
intentando hacer razonar a la persona. El proceso
de recuperación es algo que lleva tiempo y
trabajo. Precisa de muchos cambios y de encontrar
un tratamiento adecuado para cada caso y una
estructura externa que os pueda facilitar el soporte
y guía que necesitáis, tanto para vosotros como
para vuestro ser querido. Cuando el grado de
adicción es muy severo y la persona está
totalmente fuera de control, va a ser incapaz de
sostener ni mantener cualquier cosa con la que se
relacione —trabajo, amistades, parejas, estudios—.

Por otro lado, lo que también desconocéis es


cómo actuar, cómo hablar y comunicaros con
vuestros hijos enfermos y, algo muy importante,
qué actitudes debéis tener en el día a día y ante
cualquier situación crítica que surja. La propia
frustración y las ganas de que esto pare, muchas
veces os llevan a enfrentamientos y a choques con

—!17—
El camino de la recuperación

ellos. En lugar de conseguir que hagan lo que


vosotros les digáis o que respeten ciertas normas
de convivencia —en el caso de que viváis bajo el
mismo techo— tan solo conseguís que la relación
se enquiste cada vez más.

La realidad es que:

Cuando un hijo o ser querido sufre una


adicción, toda la familia enferma con él.

Enfermáis en el sentido de que entráis en un


espiral de destrucción que todo lo puede arrasar y
toda vuestra vida solamente gira entorno a la
persona adicta. Entonces yo os pregunto:

¿Dónde quedáis vosotros?

—!18—
3

El rol de la familia como guías en el


camino de la recuperación

Lo que hay que tener claro

Como muy bien ya dijo Albert Einstein, uno no


puede pretender obtener resultados diferentes
haciendo las mismas cosas de siempre, con lo cual,
os pido que paréis atención porque lo que os voy
a decir a continuación, es de vital importancia:

Lo lejos que llegue vuestro hijo tanto en su


recuperación como en su camino de desarrollo
personal para aspirar a llevar una vida plena y
satisfactoria, está íntimamente vinculado y es
directamente proporcional a la profundidad y
ritmo de vuestro proceso de transformación.

—!19—
El camino de la recuperación

¿Cuál es el objetivo?

Vuestro objetivo es doble. Por un lado queremos


un hijo:

• Que no necesite recurrir a las sustancias para


sentirse mejor ni para tapar su sufrimiento.

• Que sea capaz de abrirse a sentir la vida sin


miedo a que el dolor le atraviese, sino
abrazándolo.

• Que pueda vislumbrar y empezar a valorar otras


formas de vivir; que realmente elija
conscientemente, y a voluntad, una forma de
estar en el mundo que le mantenga sano.

• Que aprenda que existen una gran variedad de


recursos disponibles para lidiar con su propia
lucha interna como ser humano.

• Que la vida es el regalo más bello y valioso con


el que contamos y que tenga la oportunidad de
ser feliz.

Por otro lado, si queremos aspirar a que esta


transformación y sanación tenga lugar, son
necesarios una serie de cambios. Cuando trabajo

—!20—
El rol de la familia como guías en el camino

con vosotros para guiaros y acompañaros en este


duro proceso de recuperación, los resultados se
reflejan en unos miembros de la unidad familiar
que:

• Han tomado conciencia y han comprendido en


profundidad cómo funciona la enfermedad de la
adicción tanto para su ser querido como para
ellos.

• Conocen todas sus trampas, escondrijos y tienen


un mapa claro de cómo actuar en cada momento
para ayudar tanto a sus hijos como a sí mismos.

• Son conocedores de los recursos profesionales


en los que poder apoyarse y poder confiar.

• Han aprendido a soltar el miedo y a mirar hacia


delante, con conciencia, pero con ilusión.

• Saben que la recuperación está formada por


altos y bajos.

• Han aprendido a cambiar la culpa por


responsabilidad, aceptando aquello que quizá no
se hizo de la mejor manera —desde la ignorancia
— y siendo conscientes de que ahora pueden
ayudar de nuevas maneras.

• Cuidan de sí mismos y se permiten ser felices sin


sentirse culpables por ello y retoman sus vidas.

—!21—
El camino de la recuperación

• Saben que deben estar fuertes para poder ser de


ayuda.

• Apoyan, sin juzgar, los proyectos de sus hijos


permitiéndoles que sean felices de la manera
que ellos decidan, e impulsándoles a que se
sientan realizados.

Todos los familiares deseáis dejar de sufrir y,


ante todo, que vuestros hijos o seres queridos se
curen. El problema es que vuestras mentes están al
mismo nivel, saturadas y confundidas; ya ni
siquiera sabéis qué aspecto tendría ni vuestra
familia ni vuestro hijo habiendo conseguido una
plena recuperación.

Para ilustraros mejor la importancia de vuestro


papel en este camino, voy a utilizar el siguiente
símil. Imaginaos que os gusta andar descalzos por
casa. Es realmente placentero poder sentir esa
libertad, así como el tacto del parqué y el calor de
la calefacción que brota a través del suelo radiante
de vuestro hermoso piso. De acuerdo. Ahora,
resulta que notáis que tenéis los pies sucios, así
que os dirigís al baño para poder lavarlos. Muy
bien. Al salir, empezáis a caminar por la casa, pero
os percatáis de que nuevamente vuestras plantas
de los pies están llenas de fina arena y polvo.
¿Qué pasó? Pues que antes no limpiasteis el suelo

—!22—
El rol de la familia como guías en el camino

de la casa y, como la suciedad seguía allí, os


ensuciasteis de nuevo.

Y ahora pensaréis…¿pero qué tiene que ver


esto con mi situación? ¡Laura se ha vuelto loca!
Pues no, no es así. Afortunadamente sigo estando
muy cuerda. Os lo explicaré a continuación. La
persona que se lava los pies, es vuestro hijo. La
suciedad de sus pies, simboliza su enfermedad,
aquello que tiene que sanar. El hermoso piso, sois
vosotros, la familia, aquellos que tenéis la
capacidad de arropar, de aportar confort y
seguridad. También aquellos que sois un pilar, ese
lugar, nuestro hogar, al que siempre queremos
volver cuando necesitamos cobijo. El calor que se
desprende a través del parqué representa toda la
ayuda de los profesionales y las herramientas que
se le ofrecen en un centro adecuado; es decir, el
tratamiento. Por último, aquello que es
fundamental: la suciedad de la casa. Esta es
s í m b o l o d e t o d o s a q u e l l o s p a t ro n e s d e
comportamiento, las formas de manipulación, los
enfados, las recriminaciones, las exigencias…las
peleas, los traumas…todo el dolor almacenado
durante años en vuestro interior. Todo esto, todas
las maneras de reaccionar y de actuar que habéis
ido adquiriendo debido a los problemas que
ocasiona esta enfermedad, más lo que pensáis al
respecto, debe sanarse también.

—!23—
El camino de la recuperación

Si vuestro hijo cambia pero, al tener contacto


con vosotros, seguís pensando y actuando
exactamente de la misma manera, ¿cómo queréis
ayudarlo? Una y otra vez sus pies volverán a
llenarse de suciedad y no avanzaremos.

He conocido y conozco a muchas personas


recuperadas, pero muy pocas verdaderamente
libres en su corazón y con una confianza plena en
sus capacidades. Si no avanzáis como familia, si os
quedáis atascados en el pasado, nunca podréis ser
felices. Si no os liberáis, si no confiáis, si no
aprendéis a apoyar e impulsar a vuestros hijos en
lugar de recordarles siempre sus errores del
pasado y vivir con el miedo constante de que
vuelvan a caer, en cierta manera seréis para ellos
como un recordatorio constante de todo el daño
que causaron. Uno puede salir de la droga sin ese
apoyo, pero la verdad es que es extremadamente
difícil hacerlo sin el amor de los seres queridos.

Las 9 claves para ayudar a tu hijo

En resumen, lo que SÍ hay que hacer es lo


siguiente:

1. Buscar ayuda

Es imperativo que actuéis ante la mínima


sospecha de que algo no va bien. Esto que parece

—!24—
El rol de la familia como guías en el camino

tan evidente, es lo que se tarda demasiado en


hacer. ¿Por qué? Por varios motivos, entre los
cuales está el hecho de no querer aceptar que tu
propio hijo se está drogando.

2. Comprender la complejidad y el alcance de esta


enfermedad

Una adicción no es algo que se pueda arreglar


con cambios superficiales, sino que es necesario
completar un tratamiento adecuado. Creer que
haciendo presión para que la persona trabaje —en
el caso de que no lo haga—, o que haga nuevas
amistades, que se ponga a estudiar o se embarque
en actividades y/o proyectos que requieren de un
firme compromiso, constancia y estabilidad, es
como pedirle peras al olmo. No va a funcionar.

3.Poner límites y aprender a decir NO

Es así de simple. Hay que decir NO. No a todo


aquello que sintáis y/o penséis que no queréis que
se haga. Esto implica no aceptar cierto tipo de
comportamiento por parte de vuestro hijo tanto a
nivel de convivencia, como en lo relativo al trato
que os ofrece. ¿Por qué todo esto? Pues porque el
adicto no acepta los límites; es caprichoso,
arrogante y demandante con su entorno. Tiene
graves problemas para aceptar una negativa, con

—!25—
El camino de la recuperación

lo cual, el primer paso a dar para ayudarlo, es


enseñarle lo que, en efecto, es la realidad del día a
día. En la vida de cualquier ser humano, ¡hay más
noes que síes!

4. Firmeza y tenacidad, pero con dulzura

El éxito en todas las etapas por las que tendréis


que pasar al recorrer el camino de la recuperación,
reside en que vuestro posicionamiento sea ¡firme e
inquebrantable! Cuando las familias emprendéis
este duro viaje, no podéis titubear: tenéis que
convertiros en verdaderos muros de piedra. La
persona adicta se resiste al cambio y es capaz de
hacer casi cualquier cosa para seguir
escondiéndose de tal manera que no tenga que
hacerle frente a sus sentimientos —y poder así
seguir drogándose—. Solamente se trata de hablar
poco, con un tono serio, pero amable. Eso creará
un gran impacto en la persona enferma porque
está acostumbrada al conflicto y no se espera por
vuestra parte una respuesta tan asertiva. Eso sí,
recordad siempre que cuando el adicto actúa de
esta manera, es su enfermedad.

5. Tener paciencia

Las familias siempre me preguntáis que cuando


estará curado vuestro hijo, a lo que yo siempre
respondo que el camino de recuperación, es muy

—!26—
El rol de la familia como guías en el camino

largo. Sin embargo, lo más inquietante no es el


tiempo de espera, sino el hecho de que es algo
que no podemos ni prever ni controlar. No hay un
patrón igual para todos; tan solo podemos
enfocarnos en: un día más.

6. Ser resilientes

La resiliencia va muy unida al punto anterior.


Debido a que este sendero está compuesto por
altos y bajos, por pequeñas batallas ganadas y
otras muchas de perdidas, es fundamental ser
fuerte, y desarrollar la capacidad de tolerar las
adversidades que, inevitablemente, aparecerán. Es
algo que veo todos los días en las familias a las
que ayudo. En un principio temen al dolor y al
sufrimiento psicológico, pero a medida que van
progresando, van experimentando una bellísima
transformación. Ya no entran en pánico ante la
adversidad, sino que se posicionan ante la
dificultad con confianza y sintiéndose cada día un
poquito más seguros de sí mismos. Esto les
permite no tan solo recuperarse más rápidamente
de los golpes, sino, además, aprender de ellos y
salir reforzados.

—!27—
El camino de la recuperación

7. Permanecer unidos

Si vosotros como familia no os apoyáis


mutuamente, solo generaréis obstáculos. Ya
bastante tenéis con todo lo que afrontaréis y con
todo el sufrimiento que lleváis en vuestra mochila
individual; si, además, vuestras diferencias
personales y vuestros egos se interponen
queriendo tener la razón y marcando las
directrices, desperdiciaréis una enorme cantidad
de energía que no os podéis permitir malgastar. El
bienestar de vuestro hijo debe estar por encima de
todo.

8. Estar dispuestos a invertir

Cuando invertís cualquier tipo de recurso en


esta lucha, no estáis ni perdiendo el tiempo, ni
malgastando la energía ni tirando el dinero. En su
lugar, es importante que tengáis claro que lo que
estáis haciendo es emplear vuestro tiempo y
vuestra fuerza para hacer todo lo necesario para
ayudar.

9. Nunca dejar de luchar

¿Qué habría sido de mí si mi familia se hubiera


rendido? Después de tantos ingresos y de intentos
fallidos de reconstruir mi vida, de diagnósticos

—!28—
El rol de la familia como guías en el camino

erróneos y de toda la falta de información, de


comprensión y de sensibilidad alrededor de esta
problemática…Con el corazón en la mano os digo
que, muy posiblemente, hoy en día yo no estaría
aquí.

Los 9 errores que hay que evitar


No se trata de culpar a nadie porque no hay
culpables, tan solo formas de hacer que
ignoramos; pero lo que sí debe haber es la
suficiente humildad para uno ponerse en duda y la
responsabilidad para comprometerse a encontrar
la manera de hacerlo mejor. Es imperativo
despertar y ¡ponerse las pilas! Leed estos puntos
con la mente abierta y sed honestos con vosotros
mismos, desde lo más hondo de vuestro corazón.

1. Creer que tu hijo es un drogadicto

Hay que ser muy cuidadoso con el uso que


hacemos de las palabras porque estas crean la
realidad. No es lo mismo pensar que tu hijo es un
drogadicto, que pensar que él o ella ha
desarrollado una dependencia a una sustancia. La
diferencia es esencial y reside en que en el primer
caso, sin darnos cuenta, el uso de ese término

—!29—
El camino de la recuperación

eleva al sujeto a la categoría de “ser” y, cuando


algo o alguien “es”, no puede cambiar.

2. Sentirse culpable

La culpa bloquea, paraliza y no nos es útil —ni


en esta situación, ni en ninguna de nuestra vida—
porque nos mantiene anclados al pasado, y este,
no puede ser modificado. Cuando os quedáis
atascados sobreanalizando aquello que ya sucedió,
lo único que hacéis es ensalzar el dolor y alimentar
el drama. Es mejor invertir todo ese tiempo y
energía en corregir aquello que sí podemos
cambiar a día de HOY.

3. Sobreproteger

En la vida resulta esencial saber lo que es


caerse porque…¡la vida es eso!; caerse y
levantarse, alegrías y tristezas, acuerdos y
desacuerdos, placer y dolor. Las cosas no son
siempre como desearíamos ni el mundo gira
entorno a nosotros. Es por ello que cuando no
permitís que vuestros hijos se caigan, les estáis
haciendo un flaco favor que acabará pasándoles
factura más adelante debido a que la frustración es
una emoción muy fuerte que la persona con una

—!30—
El rol de la familia como guías en el camino

adicción no sabe como manejar y es uno de los


principales motivos que lo llevan al consumo.

4. Gritar y perder el control

Si perdéis el control, perdéis la razón y cuanto


más inestabilidad mostréis, menor autoridad
tendréis sobre vuestros hijos. Hay que evitar a toda
costa la impulsividad y el descontrol emocional. En
lugar de ello —en las situaciones en las que se ha
generado conflicto— respirad hondo varias veces
antes de dirigiros a ellos. Vuestra respuesta
siempre debe ser lo más serena posible y haciendo
uso de las mínimas palabras.

Aquí, poco es más.

Si él o ella no modifica su comportamiento,


simplemente coged y retiraros. Solo accederéis a
hablar cuando se dirijan a vosotros de la manera
adecuada.

—!31—
El camino de la recuperación

5. Victimizar

Que una persona sufra la enfermedad de la


adicción no significa que sea adecuado justificar
todos y cada uno de sus actos pensando que está
totalmente anulada y creyendo que no puede
hacer absolutamente nada. No hay que invalidar al
individuo. Esta manera de ver a vuestro hijos tan
solo consigue anular su voluntad —que aunque su
capacidad de tomar decisiones está nublada por el
deseo de consumir, sigue existiendo— y facilitar
que os tome el pelo.

6. Recriminar

Sacar trapos sucios y señalar con el dedo, no


hará que la situación actual cambie, ni sembrará el
terreno para poder avanzar. No hay cosa más
improductiva que perder el tiempo intentando
cambiar aquello que ya sucedió. Los cambios se
llevan a cabo con conciencia del pasado, pero solo
pueden tener lugar en el presente. Si no conseguís
pasar página, será imposible avanzar.

7. Encubrir el problema

Que tu hijo padezca esta enfermedad no


debería ser motivo para avergonzarse. En cambio,

—!32—
El rol de la familia como guías en el camino

uno debería sentirse orgulloso del esfuerzo que


está haciendo y de ser un padre o una madre que
lucha para sacar adelante a los suyos, ya que todo
ello demuestra una gran valentía y coraje. Si
vosotros que sois quien lo está viviendo no dais a
conocer la realidad de este infierno, ¿como podéis
pretender que vuestra situación y la de otras
familias que viven en la sombra mejore?

8. Presionar

Si plantamos berenjenas, no es coherente


esperar que de la flor ya aparezca un fruto
totalmente maduro y listo para comer, ¿verdad?
Pues lo mismo pasa con vuestros hijos y el proceso
por el que ineludiblemente tienen que pasar. Cada
cosa debe darse en su momento, que es cuando la
persona está preparada para ello. Esto incluye
poner fechas límite a los tratamientos, pedirle
tanto directa como indirectamente que lleve una
vida totalmente normal, empezar a fantasear con
su futuro y un largo etcétera. No debéis olvidar
que con prisas, nunca se llega a buen puerto.

9. Imponer vuestra visión de lo que es la


felicidad

Los padres tendéis a proyectar vuestros deseos


y anhelos frustrados en vuestros hijos. A veces

—!33—
El camino de la recuperación

también le dais una excesiva importancia a los


ideales del éxito que predominan en nuestra
sociedad actual. Hay que abandonar todas esas
historias sobre lo que se supone que debemos
haber conseguido y tenemos que ser cuando
llegamos a la edad adulta. Lo importante aquí son
dos cosas: la primera, es que sigan vivos; la
segunda, respetar lo que ellos decidan porque
solo serán felices si viven la vida que ellos quieren
vivir y…

Un adicto en recuperación sin un proyecto


de vida por el que luchar, es como andar a
oscuras sin luz alguna que le alumbre el
camino.

—!34—
4

Un mapa de los pasos a seguir

A continuación, en la Figura 1. podréis ver un


esquema que engloba los pasos en los que
acompaño a las familias con las que trabajo en el
camino de recuperación tanto de la adicción de
sus hijos, como de su núcleo familiar.

FASE 1: nuestra familia sufre la


enfermedad de la adicción

1. Pedir Ayuda: intervencionistas, terapeutas o


psicólogos especializados en adicciones, todos
nosotros os podemos ayudar. A pesar de que este
punto ya lo he destacado en el capítulo anterior,
deseo enfatizar que cuanto antes detectemos el

—!35—
—!36—
Figura 1.
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El camino de la recuperación

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4
El camino de la recuperación
Un mapa de los pasos a seguir

problema, menores serán los daños provocados


por el mismo; por ello es fundamental estar
atentos a la mínima señal sospechosa que
percibamos y buscar asesoramiento profesional.
En el caso de que estemos seguros de que existe
consumo de sustancias u otras formas de adicción,
es necesario actuar tan rápido como sea posible.

2. Recibir orientación: en este segundo paso,


cuando una familia contacta conmigo, llevo a cabo
varias entrevistas a sus miembros para poder
evaluar la situación y ofrecer una solución
personalizada para el caso de su hijo. Esto implica
poner ciertas pautas familiares y ofrecer
alternativas de tratamientos adecuados.

3. Intervención: una vez nos ponemos de


acuerdo en la estrategia, pasamos a la acción.
¿Qué significa esto? Significa que los acompaño a
realizar los cambios que son necesarios para cortar
la situación de consumo y conseguir que él o ella
acepte la ayuda que se le ofrece para iniciar el
camino de la recuperación. A veces la persona
accede a nuestra propuesta y otras veces, con
firmeza pero con cariño, es necesario poner límites
para no contribuir a perpetuar esta situación y
conseguir que finalmente acceda.

4. Inicio tratamiento: cuando con las familias


logramos que su ser querido inicie tratamiento,
conseguimos ganar la primera de las muchas

—!37—
El camino de la recuperación

batallas que hay que ganar para conseguir que se


recupere. Aún así, siempre les recuerdo que el
camino no acaba ahí y les explico que si él o ella
cambia, pero ellos no, esto solo entorpecerá su
recuperación.

FASES de la 2 a la 4:
Comprendiendo esta enfermedad,
sanando las heridas e impulsando a
vuestro ser querido

Estas fases, que son posteriores al inicio de


tratamiento, representan mi forma particular de
abordar el cambio por el que pasan las familias
que trabajan conmigo, y forman un proceso
completo de transformación personal para
conseguir sanar el impacto que la adicción
produce en el núcleo familiar. Cuando completan
este proceso consiguen tanto ser de máxima
ayuda, como estar en paz con sus hijos y consigo
mismos. Aceptan plenamente la situación, dejan
de ser codependientes y saben cómo actuar en
cada momento.

—!38—
Un mapa de los pasos a seguir

En realidad, os acompaño a cruzar un puente,


el puente que os separa de vuestros hijos, el cual
nace de la mutua falta de comprensión.

Para recorrer estas fases trabajamos juntos para


alcanzar todos los objetivos ya mencionados en
este libro: corrigiendo los errores más habituales y
desarrollando los pilares necesarios.


—!39—
-!40 -
5

Unas últimas palabras

La enfermedad de la adicción puede ser


mortal. Desgraciadamente, a lo largo de mi
proceso personal de recuperación, vi como más de
una persona se quedó en el camino. Yo misma
estuve muy cerca también. Sufrir esta enfermedad
puede ser el peor infierno que uno jamás sería
capaz de imaginar. En una de las varias veces en
las que quise quitarme la vida, si no llega a ser
porqué una persona me encontró, yo también
habría muerto.

No esperes. No lo dudes. Pide ayuda


El momento es: AHORA

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El camino de la recuperación

Si ya estás listo para guiar y acompañar a tu hijo


en el camino de la recuperación, aquí está el
primer paso:

https://lauravegara.simplero.com/primer-paso

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Testimonios

“Laura es una persona que me ayudó mucho en uno


de los momentos más difíciles de mi vida, como madre
de un hijo con problemas de drogas. Le estoy muy
agradecida porque caí en un pozo y ya no tenía ilusión
por nada. Laura hizo que me diera cuenta que, a pesar
de todos los problemas y las dificultades que nos
podamos encontrar, siempre vale la pena luchar para
vivir la vida con ilusión y valorar las pequeñas cosas
que tenemos en el día a día”.

Ma Rosa

“Sería a mediados de febrero, cuando empecé a ver


que el método de curación de la adicción de mi hijo no
había funcionado; lejos de ir a mejor se nos iba de las
manos. Decidimos ponernos en contacto con Laura.

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El camino de la recuperación

Ella ha sido nuestra salvación, las difíciles decisiones


que hemos tenido que tomar habrían sido impensables
sin su ayuda. Me he sentido asesorada, guiada,
acompañada, comprendida y querida en todo momento.
Laura con su seguridad, su fuerza, su conocimiento, su
cariño, su paciencia, su asertividad y con todo su amor
hizo posible que tuviéramos el valor suficiente para
llevar a cabo la terrible decisión de tener que decirle a
tu hijo que si no acepta la ayuda que se le ofrece, se
tiene que marchar de casa. Después del ingreso de mi
hijo ha seguido y sigue con nosotros para darnos
alternativas si alguna opción de las escogidas falla,
para darnos mucho ánimo siempre. No tengo palabras
para expresar mi gratitud hacia ella, me parece una
persona íntegra tanto en el ámbito personal como en el
profesional. Sinceramente creo que su labor no tiene
precio. Mi hijo está en el camino de la curación gracias
a ella, como dicen mis hermanas es un ‘ángel’ que ha
venido a nuestras vidas”.

Carmen T.

“Nuestro hijo nos mentía desde hacía años.


Consumía cocaína además de marihuana y nos dimos
cuenta que no podríamos continuar así. Fue entonces
cuando Laura apareció en nuestras vidas. Mi esposa
había contactado con ella como “intervencionista en
adicciones”, oficio desconocido para nosotros hasta
entonces. La acción emprendida a propuesta de Laura

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Testimonios

Vegara ha sido providencial y oportuna, contundente y


necesaria. Laura llegó como un rayo que iluminó
nuestras conciencias del grave problema de adicción
que nuestro hijo padecía. Las firme decisión que
entonces adoptamos fue que no había otra alternativa
“Ingresas en un centro especializado o continúas con tu
vida sin el apoyo familiar”. Hoy día nuestro hijo sigue
en tratamiento y es perfectamente consciente de la
adicción y también de que necesita una ayuda externa,
la que le ofrecimos entonces y que hoy acepta
libremente. Su vida ha tomado un nuevo rumbo,
camina seguro hacia su curación. Laura estuvo y sigue
estando con nosotros, asesorándonos en todo momento y
dándonos calor y compañía; además se interesa
diariamente por la evolución de nuestro hijo, está en
contacto permanente con sus terapeutas y sobre todo, se
anticipa a las alternativas y nos aconseja sabiamente
con acierto. Sin tu comprensión nada habría sido igual,
gracias Laura por tu apoyo”
Manuel C.

“Nuestra familia llevaba tiempo intentando sacar a


nuestro hijo de sus problemas con las drogas.
Habíamos probado con diferentes terapias y grupos de
ayuda, pero él siempre acababa volviendo a tomar.
Gracias a Laura pudimos ver en qué habíamos estado
fallando e intentamos corregirlo enseguida. Nuestro
hijo finalmente ingresó en un centro de tratamiento

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El camino de la recuperación

adecuado y empezó a recuperarse, lo cual fue el mayor


regalo para nosotros”.

Tere y Juan

“Laura es una persona con la que te sientes muy a


gusto. A pesar de que yo hace ya unos años que superé
este problema, seguía viviendo con temor e inseguridad.
Las sesiones con Laura me han ayudado a
redescubrirme y a saber cómo darle sentido a mi vida
luchando por conseguir mis sueños y aprender una
nueva manera de vivir protegiéndome de las drogas.
¡Muchas gracias Laura!”

Marta S.

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Para más información y reservar
una consulta confidencial y
gratuita, visita mi web
www.lauravegara.com
o escríbeme a
hablemos@lauravegara.com
Un árbol, para que crezca fuerte y hermoso, necesita de la
tierra, de los nutrientes, del agua y del sol, entre muchos
otros factores. Al igual que si mejoramos la calidad de
estos elementos el árbol tendrá más posibilidades de
recuperarse de cualquier enfermedad que pueda padecer,
de la misma manera vosotros, los familiares de una
persona que sufre de una adicción, sois un factor
indispensable para que este dé el primer paso hacia su
recuperación y pueda así salvar su vida.

Los 3 primeros pasos son:

1. BUSCAR AYUDA: contactar con un profesional.


2. RECIBIR ORIENTACIÓN: tener claro qué hay que
hacer.
3. INTERVENCIÓN: pasar a la acción para que vuestro
ser querido inicie un tratamiento adecuado.

En la actualidad, Laura Vegara trabaja como intervencionista


familiar y terapeuta en adicciones, mientras completa su
formación como psicóloga social y desarrolla sus estudios en
filosofía budista.
La autora, tras pasar por una adolescencia muy complicada
en la que sufrió bullying, enfermó a muy temprana edad y
sufrió tanto trastornos de la conducta alimentaria, como una
grave adicción a las sustancias que desembocó en varios
intentos de suicidio.
Tras muchos años de lucha, finalmente consiguió salir de
este infierno y, hoy en día, guía a las familias a través del
camino que lleva a la recuperación.

hablemos@lauravegara.com
www.lauravegara.com

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