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011.

EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

1. Problemática del conocimiento en la actualidad

1.1 Introducción

“El conocimiento es un acto, espontaneo en cuanto su origen, inmanente en


cuanto a su término, por el que un hombre se hace presente intencionalmente
en alguna región del ser”1. Si el conocimiento es un acto, se niega a ser un
movimiento o una producción, y en su término mismo quiere decir que es una
contemplación inmóvil.

El conocimiento es un hecho y una actitud que permite al hombre


descubrirse a sí mismo en relación con el cosmos, siendo consciente de su
finitud y trascendencia. Por el conocimiento, el hombre puede definirse como
ser capaz de interrogarse, de exigir respuestas a sus cuestiones absolutas, ya
sean religiosos, filosóficos, sociales, morales, culturales…También el
conocimiento es un hecho originario, anterior y superior a toda especulación
filosófica; un hecho humano y radical, indefinible y que solo nos acercamos a
el por aproximaciones2.

En el acto de conocer hay que tener en cuenta la unidad real del sujeto que
conoce, pues el hombre es homo singularis, y su actividad lo involucra en su
totalidad, pues quien conoce no es el entendimiento sino el sujeto. Así,
consideraremos el conocimiento desde el hombre real, no desde una
abstracción3. El hombre en medio de las cosas y los acontecimientos no es un
objeto cualquiera, pues él conoce el mundo, lo ha asumido, reflejado y
captado por la conciencia humana; y en su capacidad de conocer se sobrepasa
a si mismo. El conocimiento no solo abarca lo científico, sino también las
experiencias personales, el ver y el oír, el sentimiento y la intuición, las
sospechas y los estados de ánimo4.

1
VERNEAUX, R., Epistemología general, Vol. 2, Curso de filosofía tomista, Editorial
Herder, Barcelona 19857, 103.
2
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, Editorial BAC, Madrid 19742, 39.
3
Cf. Ibídem, 40.
4
Cf. PEURSEN, V., Orientación filosófica, Vol. 5, Biblioteca de filosofía, Editorial
Herder, Barcelona 19822, 31.

1
El problema de la filosofía es el problema del conocimiento. Tenemos la
certeza de muchas afirmaciones relacionadas con el orden ideal y real; pero es
un hecho evidente que los hombres con frecuencia se equivocan en sus
adhesiones. Todo esto ocurre por las ilusiones de los sentidos y los errores del
intelecto. Surge así la pregunta: ¿podemos conocer la verdad con certeza
filosóficamente justificada?, no es un problema nuevo, ya se había tratado en
la antigüedad y en el Medioevo; pero en la modernidad se convierte en el
problema principal5.

La base exclusiva de la persona humana es el conocimiento porque desde


la percepción más sencilla hasta la más profunda penetración metafísica o
trascendente, el conocimiento forma la trama sustentadora de nuestra
existencia consciente y por el pensamiento quedamos enraizados en el mundo
y en la trascendencia. El conocimiento nos convierte en seres personales, en
sujetos conscientes con capacidad de comunicación6. “Por el conocimiento
percibimos y nos centramos en un mundo entorno, formado por cosas que nos
presentan una serie organizada de propiedades; por el conocimiento sabemos
que ese mundo, esas cosas y esas propiedades son y existen o, por lo menos,
pueden existir… El conocimiento nos da a la vez la cosa y la existencia de la
cosa, gnoseológicamente inseparables… El conocimiento se apoya en el ser,
pero en el ser real e independiente de cualquier sistematización”7.

El problema de la validez del conocimiento nace cuando la certeza inicial


que teníamos de las cosas comienzan a cambiar; por tanto nuestro afán de
conocer entra en crisis; entonces surgen expresiones como: ¿no es así?, ¿cómo
es entonces?, ¿cómo es realmente?, ¿quién tiene la verdad o la razón?... Pero a
pesar de estos interrogantes, hay una inquietud para buscar las respuestas, es
decir, hay un deseo de llegar a lo sólido y a lo verdadero8.

1.2 El conocimiento como problema contemporáneo

“Desde sus inicios la filosofía moderna presenta a la epistemología como su


más alto orgullo. Las cuestiones relacionadas con el origen, naturaleza y

5
Cf. DEZZA, P., Filosofía, Editrice Pontificia Universita Gregoriana, Roma 19939, Nº 12.
6
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, 40.
7
Ibídem, 89-90.
8
Cf. VERNEAUX, R., Epistemología general, Vol. 2, Curso de filosofía tomista, Editorial
Herder, Barcelona 19857, 104-106.

2
fundamento del conocimiento constituían el centro de la reflexión filosófica,
la teoría del conocimiento era la disciplina paradigmática de la filosofía”9.

De esta forma se fundamenta la reflexión filosófica moderna dando validez


al conocimiento, mientras que la ciencia crece en las respuestas de nuestras
inquietudes acerca del mundo. El siglo XX ha cambiado esta forma de pensar,
la crítica de la teoría del conocimiento puesta en marcha por Nietzsche y
Heidegger ha descentralizado esta disciplina como núcleo de la filosofía.

Además, la aparición del pragmatismo, ha permitido un cambio de


esquema, pues se ha reducido la verdad a utilidad, dejando de lado todos los
problemas epistemológicos y por ende la metafísica. Richard Rorty, quien
critica la pretensión de Descartes de fundamentar la filosofía en la
epistemología, presenta el conocimiento como una relación entre personas y
proposiciones, y no como una relación entre sujetos y objetos. En este caso
partimos de una verdad necesaria, que sería aquella que hasta ahora nadie la
ha logrado poner en duda10; y no sólo el concepto que surge al referirse a un
término de un ente en el intelecto11.

Por tanto, la verdad más que ser el fruto de representaciones y su


correspondiente, en términos clásicos “adecuación”, es un resultado del
lenguaje; es un cumplido de ciertas oraciones, que cumplen su contenido y
encajan con otras que también lo hacen12. La teoría moderna del hombre
pierde su centro intelectual; en su lugar nos encontramos con una completa
anarquía del pensamiento13.

1.3 Fenomenología del conocimiento

La fenomenología del conocimiento aspira a poner en claro lo que significa


ser objeto del conocimiento, ser sujeto cognoscente, aprehender el objeto. Ella
reconoce la necesidad del sujeto y del objeto, sin precisar en que consiste cada

9
KALPOKAS, D., “¿Superación de la epistemología o final de la filosofía?”, en Revista de
Filosofía, Vol. 12, 22, (1999), 256.
10
Cf. Ibídem, 258.
11
Cf. LLANO, A., Gnoseología, Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona 1984, 27.
12
Cf. KALPOKAS, D., “¿Superación de la epistemología o final de la filosofía?”, 258.
13
Cf. CASSIRER, E., Antropología filosófica, Vol. 12 colección popular, Editorial Fondo
de cultura económica, Bogotá 19962, 43.

3
uno de ellos, sin detenerse a averiguar la naturaleza de cada uno de ellos. La
fenomenología establece que por debajo de todo conocimiento, antes de toda
investigación científica y de toda reflexión filosófica, hay un conocimiento
directo, original, espontaneo, pre-reflexivo, que nos pone en contacto con la
realidad, fundado últimamente en el hecho de que cada persona es un hombre
en el mundo14.

Conocer es aprehender; es decir, el acto por el cual un sujeto aprehende un


objeto; éste debe ser por lo menos gnoseológico, trascendente al sujeto, de lo
contrario no habría aprehensión de algo exterior: el sujeto se aprehendería de
algún modo a sí mismo. Actos como la abstracción, el juicio y la inferencia
son actos de la naturaleza intencional que tienen sus correlatos en puros
términos de la conciencia intencional; ésta aprehende puras significaciones en
cuanto son dadas y tal como son dadas. La fenomenología es una pura
descripción de lo que se muestra por sí mismo, es explorar lo dado15.

“¿Qué es realmente conocer lo que es conocimiento sin poder expresar este


conocimiento? Este conocer es el estar presente en el ser humano cognoscente
que soy yo”16. La fenomenología es un método para establecer un fundamento
o una causa. Todo lo que se pueda decir con respecto al conocimiento
presupone el conocimiento tal como se da, por ejemplo la familiaridad con
una mesa17. La gnoseología demuestra que la verdad no tiene fácil acceso, por
lo que el sujeto tiene un papel activo en el conocimiento y hasta corre algunos
riegos: está condicionado por la herencia, la educación, su temperamento, su
pasado… experimenta el error y sospecha de la seguridad de su conocimiento
que es complejo, oscuro y desconcertante. Por tal motivo, surgen ciertas
actitudes críticas que le llevan a un pesimismo gnoseológico y a una
negatividad extrema18.

14
Cf. DONCEEL, J. F., Antropología filosófica, Ediciones Carlos Lohlé, Buenos Aires,
1969, 289.
15
Cf. “Fenomenología”, en FERRATER, J., Diccionario de filosofía, Vol. 2, Editorial
Ariel, Barcelona 1994, 1237-1242.
16
LUYPEN, W., Fenomenología existencial, Ediciones Carlos Lohlé, Buenos Aires 1967,
77.
17
Cf. Ibídem, 93.
18
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, 89-92.

4
1.4 El conocimiento, parte del fenómeno de la globalización

La sociedad del conocimiento se caracteriza por su gran capacidad de


difusión de la cultura a través de los nuevos medios de comunicación. Esto
hace posible poner al alcance de todos, y en cualquier lugar, toda la
producción literaria, científica y artística elaborada hasta ahora y acumulada
durante siglos de historia, así como incorporar las diversas culturas del mundo
al acervo común. Sin embargo, un gran número de personas tiene dificultades
insalvables para acceder a las diversas manifestaciones culturales o
beneficiarse de los últimos adelantos científicos y tecnológicos, mientras que
pequeños grupos monopolizan la información protegida por leyes abusivas,
con lo que se impide un mayor crecimiento del conocimiento.

Estamos por tanto ante una disyuntiva: por una parte, algunos grupos
pretenden la conquista de ese nuevo mundo, el mundo del conocimiento,
estamos ante la amenaza de apropiación por algunos monopolios del espacio
de este nuevo mundo inmaterial; pero por otra parte, las ideas, el
conocimiento, son básicamente el resultado social de toda la cultura elaborada
durante siglos que nos pertenece a todos. Algunos herederos quieren quedarse
con toda la herencia. No resultará tarea fácil la pretendida expropiación; pero
la tensión estará ahí19.

1.5 Epistemología y metafísica

Los miembros del círculo de Viena, basándose en el principio de


verificación, sostuvieron la carencia de sentido de cualquier aserción
metafísica. En contraposición, los filósofos analíticos, hicieron ver los usos o
funciones (morales, políticas, religiosas y anti-religiosas) de las teorías
metafísicas; puede darse el caso por ejemplo: que aquello que comienza como
metafísica termine siendo ciencia. De esta manera justifican que las
metafísicas tienen sentido, pues constituyen una aurora para la ciencia,
particularmente aquellos epistemólogos que están ligados con el racionalismo
crítico de Popper, quien se basó en el criterio de falsación para afirmar que las
metafísicas tienen sentido, que algunas de ellas han constituido históricamente
programas de investigación que se transforman en teorías controlables; agrega,
19
Cf. GARCIA, E. “Conocimiento en la globalización” en http://elgranerocomun.net/art,
157.html.

5
además, que desde el punto de vista psicológico, la investigación se vuelve
imposible sin la fe en las ideas de naturaleza metafísica.

Joseph Agassi, se propone exaltar toda metafísica como física del futuro,
contra aquellos que hablan de la metafísica como si fuese una física del
pasado. Subraya además que la metafísica puede ser considerada como un
programa de investigación, mientras que las falsas pretensiones de la pseudo-
ciencia son producto acabado. Las teorías metafísicas son visiones acerca de la
naturaleza de las cosas y no suelen ser criticables como lo son las teorías
científicas20.

2. Posturas gnoseológicas

2.1 Escepticismo

Esta doctrina sostiene que la mente humana no es capaz de justificar


afirmaciones verdaderas. Un escepticismo extremo o absoluto sostendría que
no existe ningún enunciado objetivamente verdadero para la mente humana, o
la imposibilidad total de justificar afirmaciones verdaderas. El escepticismo
moderado o relativo sostiene que son pocos los enunciados objetivamente
verdaderos, o bien establece dudas razonadas sobre la capacidad de la mente
humana de poder conocer las cosas y, por lo mismo, la somete a examen21. Así
el hombre no puede llegar a ninguna certeza, y el único estado posible de la
mente es la duda22. El sujeto ignora por completo la significación del objeto,
su atención se dirige a los factores subjetivos del conocimiento humano que
son influidos por circunstancias exteriores23. Son escépticos: los sofistas con
Protágoras, luego los académicos con Pirrón. Ellos sostienen que de todo se
debe dudar. En la modernidad Montaigne hace resurgir el escepticismo griego
y pone la duda como una “blanda almohada” donde debe reposar toda cabeza
bien constituida. En Italia U. Spíritu y A. Banfi afirmaban que en el mundo
nadie posee la verdad, aunque todos la buscan, pero no concluye. Éstos
sostenían que una verdad absoluta no existe o es inalcanzable y que un sistema

20
Cf. REALE, G. – ANTISERI, D., Historia del pensamiento filosófico y científico, Vol. 3,
Editorial Herder, Barcelona 19922, 923-924.
21
Cf. “Escepticismo” en CORTÉS, J. – MARTÍNEZ, A., Diccionario de filosofía en CD-
ROM, Editorial Herder, Barcelona 19963.
22
Cf. DEZZA, P., Filosofía, Nº 15.
23
Cf. HESSEN, J., Teoría del conocimiento, Editorial Losada, Buenos Aires 197113, 36-37.

6
filosófico que pretenda responder a los interrogantes principales es un mito, un
dogmatismo; por consiguiente la filosofía debe ser una problematicidad
siempre abierta, cuyas soluciones son provisionales24.

Entre los argumentos principales figura el relieve al hecho del error, a las
contradicciones entre filósofos y a la diversidad de opiniones humanas, señal
de que las facultades cognoscitivas no son de fiar. Con el argumento lógico de
la demostración imposible, dicen que ninguna proposición puede ser admitida
sin que se deduzca las premisas ciertas; éstas a su vez han de ser demostradas
por otras, y así indefinidamente. Esto hace que no se llegue a una
demostración verdadera y categórica. El conocimiento posee una relatividad
intrínseca con relación al objeto, porque es imposible conocer, pues va
entrelazado al universo y al sujeto porque es variable en sus circunstancias y
en su cultura25.

Concluyendo esta postura, afirmamos que “el escepticismo es una de las


tentativas del espíritu humano para alcanzar lo absoluto”26; por ello no deja de
ser atractivo. Se ve la imposibilidad de ir al absoluto positivo es decir la
divinidad misma, pues el camino que lleva al escéptico a lo más lejos, es el
renunciamiento al absoluto negativo. El escéptico infalible e impasible, es
aquel que se ha despojado de su humanidad sin substituirla por nada. La
seducción de fondo del escepticismo, es la misma seducción de la nada27.

2.2 Agnosticismo

Ésta posición sostiene que no se sabe, o no se pretende saber, donde se


enraíza la doctrina de la incognoscibilidad de lo suprasensible y a la vez la
negación de la metafísica como ciencia en cuanto al conocimiento de Dios 28.
Los agnósticos no quieren ir más allá de los límites que impone el
conocimiento científico, en una fase determinada de la evolución de la ciencia.
Los dogmas o doctrinas metafísicas, van más allá de dichos límites, se hallan
fuera de, y más allá de, toda posibilidad de conocimiento. Desde luego, se

24
Cf. DEZZA, P., Filosofía, Nº 15.
25
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, 239-240.
26
VERNEAUX, R., Epistemología general, 42.
27
Cf. Ibídem, 42.
28
Cf. “agnosticismo” en, BRUGGER, W. Diccionario de filosofía, Editorial Herder,
Barcelona 199513, 47.

7
afirma que un agnóstico no sabe si existe Dios o no. El agnosticismo no
defiende ninguna doctrina, se limita a usar el método científico, en el que
intervienen la experiencia y el razonamiento, cerrando todo pronunciamiento
religioso o metafísico. También se entiende el agnosticismo como la posición
que sostiene la incognoscibilidad en principio de toda supuesta realidad
trascendente y absoluta, la cual ha sido llamada por algunos filósofos lo
“incognoscible”. En la medida en que los teístas han manifestado poseer un
conocimiento de Dios, el agnóstico se ha opuesto a Dios. La posición de
Huxley no se opone al saber sino a la pretensión de saber lo que no se sabe,
pues no se puede predecir el estado futuro de los conocimientos29.

2.3 Empirismo

Conocido con el nombre de filosofía de la experiencia, que sostiene como


única fuente y origen del conocimiento la experiencia. La conciencia
cognoscente saca sus contenidos de la experiencia; el espíritu humano está por
naturaleza vacío, es una tabula rasa, una hoja en la que se escribe la
experiencia30. Por otro lado, afirma que todo conocimiento debe ser justificado
recurriendo los sentidos, de modo que no es propiamente conocimiento, a
menos que sea confirmado por los mismos31. Su máximo exponente es
Hobbes, junto con Locke, Berkeley y Hume; el empirismo ingles reduce el
pensamiento a rex extensa y plantea un conocimiento sensista-nominalista
rechazando toda posibilidad de ideas innatas; planteando la idea como una
representación sensible percibida por la mente32. Entre sus argumentos cabe
destacar que para los empiristas no hay en el espíritu ideas innatas ni
conceptos abstractos; el conocimiento se reduce a impresiones sensibles y a
ideas que son imágenes de estas impresiones; las relaciones entre ideas se
reducen a asociaciones; y el conocimiento está limitado a los fenómenos y
toda metafísica es imposible33.

29
Cf. “Agnosticismo” en FERRATER, J., Diccionario de filosofía, Vol. 1, 73.
30
Cf. HESSEN, J., Teoría del conocimiento, 57.
31
Cf. “Empirismo” en FERRATER, J., Diccionario de filosofía, Vol. 1, 999.
32
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, 247.
33
Cf. VERNEAUX, R., Epistemología general, 44.

8
2.4 Racionalismo

El racionalismo propone la razón como verdadera fuente y base del


conocimiento humano y niega toda posibilidad gnoseológica a la experiencia.
Para ellos, un conocimiento sólo merece este nombre cuando es lógicamente
necesario y universalmente válido. Cuando nuestra razón juzga que una cosa
tiene que ser así y no de otro modo; es ahí entonces cuando nos encontramos
ante un verdadero conocimiento34. Su representante antiguo es Parménides,
quien sostenía que los sentidos nos engañan, que sólo la razón podría conducir
al hombre a la verdad35. En la edad moderna, el racionalismo con Descartes
no tiene en cuenta la experiencia en el conocimiento y hace derivar del
pensamiento la existencia: pienso luego existo. Hay una primacía del sujeto
sobre el objeto36. Se concluye, que el pensamiento es la única realidad desde
donde se prueba la existencia del yo, de Dios y del mundo. Las cosas son
verdaderas en cuanto yo las pienso clara y evidentemente37.

2.5 Idealismo

Los idealistas exaltan el desmedido valor de nuestra capacidad de


conocimiento, quien crea las cosas, ubicando el ser inmanente al pensar38. El
idealismo no niega absolutamente la realidad exterior, lo que niega es que el
mundo exista “en sí”, independiente de todo conocimiento o toda
representación. El mundo es una “realidad” fundada en la actividad del
espíritu, lo mismo que el alma y Dios, que quedan identificados con la
conciencia o con las leyes del conocimiento39. El idealismo pretende reducir el
mundo a una actividad del espíritu, así el mundo no tiene existencia en sí, con
independencia del sujeto; pretende identificar lo real con lo racional, el objeto
con el sujeto40. El idealismo moderno tiene sus orígenes en Descartes, pero
será Kant quien sienta las bases afirmando el principio de la inmanencia que
hasta hoy se mantiene como su tesis fundamental. El noúmeno no existe, toda

34
Cf. HESSEN, J., Teoría del conocimiento, 51.
35
Cf. BARRAGAN, H., Epistemología, Publicaciones Universidad Santo Tomás, Bogotá
19832, 39.
36
Cf. Ibídem, 42.
37
Cf. Ibídem, 65.
38
Cf. DEZZA, P., Filosofía, Nº 26.
39
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, 276.
40
Cf. BARRAGAN, H., Epistemología, 65.

9
la realidad está en nuestro pensamiento; ésto es el idealismo, así lo tomarán
luego Fichte, Schelling y Hegel41. Podemos afirmar que lo que era
trascendente para Kant es inmanente para el idealismo absoluto, pero con
respecto a la conciencia absoluta o divina. Y toda la realidad se describe como
producto de esta conciencia absoluta42. Con el idealismo el hombre se acerca a
una especulativa auto divinización, pues el poder de crear que él mismo
atribuye al espíritu humano, desde una perspectiva cristiana, pertenece al
espíritu divino43.

2.6 Criticismo

El criticismo acepta que el hombre puede llegar a conocer y poseer la


verdad; tener conocimientos que le dan certeza; pero se hace indispensable
justificar racionalmente la forma como llegamos al conocimiento, es decir,
demostrar cómo es que conocemos y en qué forma se nos da la realidad.

En la antigüedad Platón, como crítico, distingue varios grados de


conocimiento: el conocimiento sensible, el racional discursivo y el racional
intuitivo; considerando que sólo de este último puede haber verdadera ciencia.
Aristóteles reafirma la posibilidad del conocimiento, pues los sentidos nos
engañan, pero accidentalmente, pues están hechos para captar los objetos;
también distingue dos formas de conocimiento: el sensitivo y el intelectivo,
como facultades que trabajan en íntima relación, pero privilegia el intelectivo
puesto que conoce las causas y las esencias. El gran representante de ésta
corriente es Kant, quien somete la razón a un análisis detenido para ver sus
estructuras y determinar así la forma como conoce. Quiere fundamentar el
conocimiento humano determinando los aportes que hace el sujeto y los que
provienen de la experiencia. La cual nos da el contenido del conocimiento, y
lo que procede de los sentidos es caótico; el sujeto recibe esos datos, los
organiza y les da forma, a través de estructuras a priori, tanto de la
sensibilidad como del entendimiento y la razón. Las formas a priori que son
aportadas por el sujeto, poseen siempre un carácter necesario y universal44.

41
Cf. DEZZA, P., Filosofía, Nº 27.
42
Cf. PEURSEN, V., Orientación filosófica, 48.
43
Cf. VERNEAUX, R., Epistemología general, 84.
44
Cf. BARRAGAN, H., Epistemología, 36-38.

10
2.7 Existencialismo

Esta doctrina concibe el existir como una posibilidad de hacerse, fruto del
deseo y de la elección, que sólo se plenifica en la libertad humana. En lo que
se refiere al conocimiento afirman que la mente humana conoce las realidades
sólo extrínsecamente y sobre ellas hace abstracciones que son ilusiones puras
de la mente, pues la esencia de las cosas es totalmente incognoscible. Lo único
que se puede conocer es la existencia, sólo por el contacto existencial y no por
el intelectual. Para Kierkegaard el conocimiento se funda en la interioridad
existencial y, por tanto “la verdad es una subjetividad”, es mi verdad, la
verdad por la que yo vivo y con la que me comprometo. La verdad está en
función de mi libertad. Es necesaria una reflexión de tipo existencial subjetiva
que lleve al hombre (sujeto) a la realidad y la interiorice45.

Según Sartre el mundo es fruto del conocimiento, que es una relación


íntima entre el en-sí y el para-sí. El sujeto que conoce crea el mundo y el
mundo cambia según los cambios del hombre. La razón como función
intermedia entre el sensible y el inteligible, no existe46. “Heidegger, más que
una gnoseología estricta, construye una ontología y su sistema puede llamarse
ontología de la existencia. Mientras para Sartre el único existente es el
hombre, para Heidegger lo es el ser”47. El ser se identifica con su
manifestación; así su ontología es fenomenista y relativista48. “El hombre no
es ser, sino custodio del ser, en cuanto el ser se hace patente en el
entendimiento y en el lenguaje del hombre. En el entendimiento se ilumina el
ser, y así nace la verdad. El entendimiento es activo y creador y tiene en sí la
medida del ser”49.

2.8 Realismo

Se presenta desde diversas circunstancias: en el sentido vulgar, según las


cosas son tal y como se presentan, teniendo muy en cuenta el conocimiento
sensitivo; en el sentido filosófico como gnoseológico, existen las cosas reales
independientes del sujeto que conoce; y en el sentido metafísico, afirma la

45
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, 313-315.
46
Cf. Ibídem, 316-317.
47
Ibídem, 318.
48
Cf. Ibídem, 318.
49
Ibídem, 319.

11
existencia de una realidad metafísica de la que se deriva la realidad
fenomenológica. Esta postura realista ha tenido gran influencia en el
pensamiento occidental. Dentro del desarrollo histórico podríamos distinguir
un realismo iluminista presentado por Platón, S. Agustín y S. Buenaventura y
un realismo abstraccionista afirmado por Aristóteles, Santo Tomás, la
escolástica medieval y la neoescolástica50. El realismo sostiene que se puede
conocer la verdad, afirmando la capacidad de la mente para conocer en cuanto
que es conformidad del pensamiento con la cosa en sí51.

3. Crítica a las posturas gnoseológicas

3.1 Escepticismo

El hecho de que el conocimiento humano esté propenso al error no significa


que lo que conocemos este siempre envuelto por la falsedad, pues no siempre
el hombre actúa equívocamente; es imposible dudar de todo, pues no se puede
negar el conocimiento en la práctica, esto supone que la mente está en
capacidad de conocer la verdad52. El desacuerdo que se da entre los filósofos
es las cuestiones más difíciles y complejas53. Al argumento lógico de
demostración imposible debemos decir que toda demostración se apoya en
principios indemostrables o postulados, pues el conocimiento no es solo
racional sino también intuitivo. En cuanto a la relatividad intrínseca del
conocimiento no se duda, pero este hecho no es siempre así, pues es cierto que
un objeto no puede ser integralmente conocido, cosa que indica que no
conocemos todo el objeto, pero se conoce algo que es verdadero 54. Dudar de
todo es imposible; hay verdades que podemos conocer y de hecho la
conocemos, queda por analizar hasta donde puede llegar nuestra capacidad de
conocer la verdad55.

50
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, 431.
51
Cf. DEZZA, P., Filosofía, Nº 37.
52
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, 240.
53
Cf. DEZZA, P., Filosofía, Nº 17.1.
54
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, 240-242.
55
Cf. DEZZA, P., Filosofía, Nº 17.4.

12
3.2 Agnosticismo

El agnosticismo ha negado toda posibilidad de conocimiento metafísico.


Pero si bien es cierto que todo conocimiento humano parte de lo sensible,
también se puede afirmar que se puede conocer a Dios como causa primera de
lo sensible. Debemos partir de los efectos conocidos por la experiencia y
remontarnos a Dios como causa, utilizando el lenguaje analógico. Además, es
indudable que la ciencia experimental no es el único tipo de conocimiento, por
lo que podemos afirmar la vía metafísica como ciencia de lo no fáctico pero
existente56.

3.3 Empirismo

Se le crítica al empirismo negar las posibilidades de conocimiento


metafísico, cayendo en un dogmatismo; pero, el principal defecto es privar al
hombre de su capacidad de razonar, limitando su conocimiento a los sentidos;
de esta manera no le permite superar el nivel zoológico. Por lo tanto, es un
hecho que el hombre puede conocer algo más allá de lo que le ofrecen los
sentidos, por su experiencia57. El hombre es capaz de pensar las esencias
abstractas de lo sensible, de comprender qué son las cosas que ve. El defecto
primordial del empirismo es ser poco empirista, pues da un valor absoluto a
una forma particular de experiencia y niega las demás58.

“El defecto esencial del empirismo es privar al hombre de inteligencia y de


razón, limitando todo conocimiento a los objetos concretos que nos da la
experiencia. En esto es infiel a los datos más claros de la experiencia, pues es
un hecho que el hombre es capaz de pensar las esencias abstractas de lo
sensible, de comprender las cosas que ve”59.

3.4 Racionalismo

El concepto de innatismo se contradice a sí mismo porque no es una idea


innata en sí misma sino que debe ser elaborada (a posteriori). El argumento

56
Cf. GONZÁLEZ, A., Teología natural, Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona
1985, 55-57.
57
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, 268-269.
58
Cf. VERNEAUX, R., Epistemología general, 51-52.
59
Ibídem, 51.

13
que promulga la inteligencia como innata a sí misma y que sólo basta la
reflexión para obtener ideas, es infundado porque el ser humano desprovisto
de sensación está incapacitado para reflexionar. Según el racionalismo, la
única fuente del saber es el espíritu, ya que el espíritu es una actividad que
establece relaciones. No le interesa investigar la conformidad de la
proposición con el ser; lo que le interesa exclusivamente es la mutua
conformidad de las diferentes partes del raciocinio. Atiende a una verdad
sistemática, se confunde con la verdad real60.

“El mayor error del racionalismo… consiste en englobar en el empirismo la


teoría aristotélica de la abstracción. Según esta doctrina nuestros conceptos
son sacados de la experiencia. Pero no quedan limitados a ella, porque el acto
de abstracción consiste en separar de la experiencia una esencia universal”61.

3.5 Idealismo

El idealismo no ha probado que el pensamiento se baste a sí mismo


totalmente. El inmanentismo idealista confunde el “ser en sí” con la
“conciencia de ser”; lo que está indisolublemente ligados es el pensamiento
con la conciencia de pensar el ser y de ninguna manera el ser en sí, a menos
que se demuestre, lo que no se podrá hacer sin presuponer el principio62.
Ninguno cree en la identidad con el absoluto, pues todos tenemos el vivo
sentido de nuestro yo particular y ningún sentido de yo común. La naturaleza
del yo trascendental, que viene propuesta por el idealismo, es contradictoria.
El espíritu es ser que siempre se hace, deviene; así, entonces es infinito y
finito, inmutable y mutable, necesario y contingente. El principio de
inmanencia, que es fundamento de todo el idealismo, es falso, pues es más
supuesto que probado. El argumento, por el que afirma el idealismo que la
realidad no existe si no fuera pensada, contradice los datos evidentes de la
conciencia, la cual atestigua que el objeto del conocimiento es algo distinto de
un sujeto que conoce; existe sin mí63.

60
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, 273-274.
61
VERNEAUX, R., Epistemología general, 67.
62
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, 290.
63
Cf. DEZZA, P., Filosofía, Nº 29.

14
3.6 Criticismo

En la cuestión de la posibilidad del conocimiento, el criticismo es la única


posición justa. Pero esto no significa que sea preciso admitir la filosofía
kantiana. Es menester distinguir entre el criticismo como método y el
criticismo como sistema. En Kant el criticismo significa ambas cosas, el
método de que el filósofo se sirve y el resultado a que llega con ayuda del
método. El criticismo de Kant representa una forma especial del criticismo
general. Al designar el criticismo como la única posición justa, pensamos en el
criticismo general, no en la forma especial que ha encontrado en Kant64. Se
considera que el filosofo alemán, hizo un mal punto de partida, cuando asume
en su criticismo de la razón especulativa que si hay algo universal y necesario
en nuestro conocimiento debe provenir de la mente misma, y no del mundo
real externo; además le faltó la cualidad analítica por la cual el filósofo es
capaz de observar lo que actualmente sucede en la mente. Kant es un
pensador que reduce toda la filosofía a un examen del conocimiento65.

3.7 Existencialismo

Aparece como una filosofía pobre de contenido que, aunque haya tenido
fortuna, inmediatamente después de la guerra, entre el filósofo y el no
filósofo, porque ha tocado diversos problemas que interesan íntimamente al
hombre en su existencia concreta, pero que pronto ha comenzado a decaer
porque no ha sabido dar a estos problemas una solución satisfactoria. Bajo el
aspecto gnoseológico no ha logrado escapar al abstraccionismo que él mismo
condenaba, ¿no son quizá universales y abstractas las nociones de individuo,
persona, existente, de las cuales se habla insistentemente?, ¿no son abstractos
sus análisis acerca de la existencia auténtica e inauténtica, de la angustia, de la
elección, del salto y del fracaso? Es verdad que no es posible obrar de otra
manera con nuestro lenguaje humano, así no debemos condenar en los otros
aquello que nosotros mismos no podemos evitar. El existencialismo es la
filosofía del contingente, de lo singular, del yo empírico con exclusión de toda
otra realidad; el error de éste está en la negación de lo absoluto66.

64
Cf. HESSEN, J., Teoría del conocimiento, 48.
65
Cf. WILLIAM, T. “Crítica al criticismo” en http://www.enciclopediacatolica.com/k/kant
66
Cf. DEZZA, P., Filosofía, Nº 34.

15
3.8 Realismo

El realismo es una teoría del conocimiento, pero mientras las demás son
como extrañas o hasta opuestas al sentido común de la humanidad, éste está
plenamente encajado y exigido por el sentido común; garantía del
conocimiento en la humanidad. Es una teoría florecida a partir de la
funcionalidad del conocimiento de la humanidad. El realismo se podría
considerar opuesto al idealismo, pero hasta dice más que lo negado por el
idealismo; es un anti-idealismo, pero es algo más que eso. El realismo
responde a los escepticismos, empirismos y racionalismos. Frente al
escepticismo afirma la posibilidad de verdad y certeza; frente a los
empirismos y racionalismos sostiene la colaboración esencial entre la
experiencia y la razón; frente al idealismo sostiene que conocemos algo más
que el mismo conocimiento; la realidad no se agota en el acto de conocer, sino
que presupone algo distinto del mismo conocimiento, que no puede ser
creador de su objeto67.

Después de analizar las principales posiciones gnoseológicas con su


respectiva crítica concluimos lo siguiente: el problema del conocimiento no
hace especificidad alguna sobre las ramas a las que dirige su estudio; no toma
una formula específica para evitar ambigüedades, ya que hay diversos tipos de
conocimiento, donde se presentan múltiples problemáticas. La mayoría de
filósofos modernos hacen propuestas escasas de amplitud, suponiendo
caminos y tesis muy discutibles, de forma conclusiva se plantea lo siguiente:
El problema no consiste en descubrir una primera verdad, no se reduce al
problema del mundo exterior ni al problema del origen de las ideas, tampoco
consiste en dar respuesta al origen de las ciencias y los juicios sintéticos a
priori. El verdadero problema de conocimiento se plantea de la siguiente
manera: ¿cual es el valor del conocimiento humano? o de otra forma; ¿como
se puede dar un juicio de valor, motivado por las diversas formas de
conocimiento humano? Esta formula engloba todas las formas de
conocimiento y todos los problemas planteados respecto de el. No presupone
respuestas, sino los datos sobre los que debe desarrollar su cuestión68.

67
Cf. DE ALEJANDRO, J., Gnoseología, 413-414.
68
Cf. VERNEAUX, R., Epistemología general, 14.

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