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Caracterización
De lo establecido en los artículos 1, 5,22, 44, 87, 108 y 109, surge claramente que la forma de
Gobierno en nuestro país es la democracia representativa y republicana de corte presidencialista, y
que la jefatura de gobierno y de Estado se encuentra en el Presidente (art. 88 y 99 inciso 1) con
división de poderes o funciones, estando el poder ejecutivo a cargo del recientemente nombrado,
secundado por ministros en donde resalta la figura del Jefe de Gabinete con características
particulares; el Poder Legislativo a cargo un Congreso de la Nación integrado por dos Cámaras,
senadores y diputados, y el Poder Judicial a cargo de la Corte Suprema y demás tribunales inferiores
de la Nación; cada uno de estos órganos conforman el gobierno federal.
Cabe aclarar que la frase del artículo 1 “según lo establece la presente Constitución” busca dar el
sello particular a la forma de gobierno nacional que tiene por base largos años de luchas y deviene
de una historia institucional y política que ha llevado a adoptar el sistema propuesto en su texto. No
es una forma pura ni copiada fielmente de otros países, sino que es concreta y particular de nuestra
forma de organizarnos.
- Ciudadanía y nacionalidad
Es necesario distinguir entre nacionalidad “a secas” o si se quiere, nacionalidad sociológica que
no dependen del derecho positivo de los estados, de la nacionalidad política, como calificación
derivada del derecho positivo de los estados, y adjudicada por él como cualidad a los individuos,
pudiendo o no coincidir con la nacionalidad a secas.
Definiríamos nacionalidad política como la situación jurídica con que un hombre es investido por
el derecho positivo del estado en relación al mismo estado, según un criterio que aquel derecho
adopta (por ejemplo ius solis, ius sanguinis).
En nuestro encuadre constitucional nos referimos a la nacionalidad política, la cual se identifica
con la ciudadanía.
Art. 20.- Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles del
ciudadano; pueden ejercer su industria, comercio y profesión; poseer bienes raíces, comprarlos
y enajenarlos; navegar los ríos y costas; ejercer libremente su culto; testar y casarse conforme a
las leyes. No están obligados a admitir la ciudadanía, ni a pagar contribuciones forzosas
extraordinarias. Obtienen nacionalización residiendo dos años continuos en la Nación; pero la
autoridad puede acortar este término a favor del que lo solicite, alegando y probando servicios
a la República.
El texto del artículo reconoce a los extranjeros los mismos derechos civiles que al ciudadano (no
utiliza nacional); no desvirtuándose tal identidad por el hecho de que el artículo 75 inciso 12
haya sustituido la terminología ciudadanía natural por la de nacionalidad natural.
Esta norma, el artículo 20, reconoce en un pie de igualdad a los extranjeros y a los nacionales, es
la concreción de lo dispuesto en el artículo 14 al referirse a todos los habitantes. Es producto de
la necesidad de abrir las fronteras para favorecer la inmigración en un país de extenso territorio
que requería una población estable. Esta disposición se encuentra en íntima relación con el
artículo 25.
Nuestro país consagra el principio de “ius solis” lo que significa que la nacionalidad está
determinada por el nacimiento en el suelo argentino, a diferencia de los países europeos que
mantienen el “ius sanguinis” por el cual la nacionalidad está dada por la nacionalidad de los
padres.
La naturalización es optativa, es un derecho, y luego de reunir ciertos requisitos.
Artículo 1º-
Son argentinos:
1. Todos los individuos nacidos, o que nazcan en el territorio de la República, sea cual fuere la
nacionalidad de sus padres, con excepción de los hijos de ministros extranjeros y miembros de la
legación residentes en la República.
2. Los hijos de argentinos nativos, que habiendo nacido en país extranjero optaren por la
ciudadanía de origen.
3. Los nacidos en las legaciones y buques de guerra de la República.
4. Los nacidos en las repúblicas que formaron parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata,
antes de la emancipación de aquéllas, y que hayan residido en el territorio de la Nación
manifestando su voluntad de serlo.
5. Los nacidos en mares neutros bajo el pabellón argentino
Artículo 2
- Son ciudadanos por naturalización:
1. Los extranjeros mayores de 18 años, que residiesen en la República dos años continuos y
manifestasen ante los jueces federales de sección su voluntad de serlo.
2. Los extranjeros que acrediten ante dichos jueces haber prestado, cualquiera que sea el tiempo
de su residencia, alguno de los servicios siguientes:
1. Haber desempeñado con honradez empleos de la Nación o de las provincias, dentro
fuera de la República.
2. Haber servido en cl ejército o en la escuadra o haber asistido a una función de
guerra en defensa de la Nación.
3. Haber establecido en el país una nueva industria, o introducido una invención útil,
4. Ser empresario o constructor de ferrocarriles en cualquiera de las provincias.
5. Hallarse formando parte de las colonias establecidas o que en adelante se
establecieran, ya sea en territorios nacionales o en los de las provincias, con tal que
posean en ellas alguna propiedad raíz.
6. Habitar o poblar territorios nacionales en las líneas actuales de frontera o fuera de
ellas
7. Haberse casado con mujer argentina en cualesquiera de las provincias.
8. Ejercer en ellas el profesorado en cualesquiera de los ramos de la educación o de la
industria
El inciso 15, anterior a la reforma, era absolutamente distinto, pues otorgaba al Congreso la
competencia de conservar el trato pacífico con los indios y promover su conversión al
catolicismo. Este inciso devino anacrónico con el progreso de las valoraciones sociales, por ello
su reforma.
El inciso 17 se hace cargo del “Derecho a la diferencia” que es una expresión del “Derecho a la
identidad personal”. Por medio de éste no se otorgan privilegios ni prerrogativas, sino que se
asume el pluralismo democrático, imprescindibles en un estado democrático.
Este inciso permite aseverar que explícitamente ahora la constitución asume los derechos de las
minorías, lo que en el texto constitucional creemos que es una novedad.
Dominio es el derecho real en virtud del cual una cosa se encuentra sometida a la voluntad y acción
de una persona, el Estado, en su condición de persona jurídica, puede ser titular del derecho de
dominio sobre determinados bienes. El Congreso ha establecido un régimen especial para el dominio
que ejerce el Estado sobre determinados bienes que se encuentran librados al uso público, que se
denomina “dominio público”, diferenciado del que ejerce sobre la generalidad de los bienes que
integran su patrimonio, que se denomina “dominio privado”. Cuando el bien sobre el cual el Estado
ejerce su dominio se encuentra librado al uso público, decimos que éste integra el dominio público del
Estado y se encuentra sometido a un régimen especial que se caracteriza porque dicho bien queda
fuera del comercio y es inalienable, imprescriptible e inembargable.
La incorporación de un bien al régimen del dominio público del Estado requiere de una decisión de
parte de éste de librarlo al uso público, decisión que recibe el nombre de afectación al dominio
público.
Para algunos bienes el acto de desafectación está en la misma ley de fondo y no pueden ser
desafectados sino por otra ley del Congreso Nacional, así ocurre con (según artículo 2340 del Código
Civil) por ejemplo:
- Mar territorial, mares interiores y las playas
- Los ríos y sus cauces y riberas, lagos y lechos, y toda otra agua que tenga o adquiera aptitud de
satisfacer usos de interés general
Jurisdicción es el ejercicio de todas las atribuciones que le son inherentes al poder público en relación
con las personas y las cosas que se encuentran dentro de su territorio, con independencia de quién
sea su dueño. El estado puede o no ser el dueño de un determinado inmueble pero en cualquier caso
estará facultado para imponer restricciones al ejercicio del derecho de dominio sobre él.
El dominio se ejerce sobre las cosas y la jurisdicción sobre las relaciones.
El ámbito territorial del Estado Argentino se determina conforme al artículo 75, inciso 15 de la
Constitución. Establece que es facultad del Congreso arreglar los límites del territorio de la Nación,
fijar los de las provincias y crear otras nuevas.
Islas Malvinas
Tras su ocupación de hecho por Gran Bretaña en el conflicto bélico del año 1982, nuestro país frente
a la comunidad internacional, en las oportunidades pertinentes, realiza a través de los órganos
competentes (PEN-Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto), actos permanentes de reivindicación
pacífica y diplomática a fines de recuperarlas.
El territorio de Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur es de soberanía nacional, y ello ha
sido reconocido por el convencional constituyente del año 1994, que al reformar la CN incorporó la
cláusula transitoria primera cual dispone:... “que la Nación Argentina ratifica su legítima e
imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, y los espacios
marítimos e insulares correspondientes, como parte integrante del territorio nacional. La
recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de
sus habitantes y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo
permanente e irrenunciable del pueblo argentino”.
En consecuencia, corresponde al Estado Federal la competencia para resolver la cuestión relativa a la
recuperación de estas islas y su soberanía.
Hasta 1966 rigió el patronato, que establecía en favor del gobierno nacional el ejercicio de tales
derechos y más específicamente en la figura del Presidente de la Nación, en lo que hace a la
presentación de los obispos, propuestos en ternas por el senado, lo que implicaba la obligación del
presidente que pertenezca a la comunidad católica. Era competencia del Estado el promover a la
conversión de los indios al catolicismo, y el presidente y el vice debían, como requisito, pertenecer a
la comunidad católica apostólica romana.
El concordato de 1966 nació con el fin de arreglar las relaciones entre la Iglesia y el Estado, con la
firma de este concordato el Estado garantiza a la iglesia el ejercicio libre y pleno de su poder
espiritual, las públicas manifestaciones de su culto. Las características de este concordato son las
siguientes:
o Se garantiza a la iglesia el libre y pleno ejercicio de su culto en el territorio nacional
o La santa sede podrá erigir nuevas circunscripciones eclesiásticas y modificar las ya
existentes, con notificación al gobierno nacional.
o El nombramiento de arzobispos y obispos es de competencia de la Santa Sede, no
obstante ello se comunicará previamente al Gobierno para que éste presente objeciones
en un plazo de treinta días.
o Se establece la libertad de las comunicaciones entre la santa sede y sus fieles y
representantes en la Argentina.
o Se establece la libertad de la iglesia de llamar a cuanta orden religiosa o congregación
necesaria para cumplimentar sus fines e instalarse en el territorio nacional.
Con la reforma de 1994 se suprimen las cláusulas sobre el patronato, se mantiene la facultad del Estado
para aprobar o desechar los concordatos con la Santa Sede dándosele a estos acuerdos internacionales
una jerarquía superior a las leyes.
b. Tratados de derechos humanos. El pacto San José de Costa Rica y sus órganos.
La Constitución Nacional tiene 10 Tratados de DDHH explicitados, y otros dos que se incorporaron
con posterioridad a la reforma de 1994, estos son:
Los 10 tratados incorporados explícitamente:
- La declaración americana de los derechos y deberes del hombre
- La declaración universal de los derechos humanos
- El pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales.
- El pacto internacional de derechos civiles y políticos y su protocolo facultativo.
- La convención americana sobre derechos humanos
- La convención sobre la prevención y la sanción del delito de genocidio.
- La convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial
- La convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer
- La convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
- La convención sobre los derechos del niño
Competencia contenciosa
La Corte tiene competencia para conocer de cualquier caso relativo a la interpretación y aplicación
de las disposiciones de la Convención Americana sobre Derechos Humanos que le sea sometido,
siempre que los Estados partes en el caso hayan reconocido o reconozcan dicha competencia, por
declaración especial o por convención especial.
Básicamente, conoce de los casos en que se alegue que uno de los Estados partes ha violado un
derecho o libertad protegidos por la Convención, siendo necesario que se hayan agotados los
procedimientos previstos en la misma, tales como el agotamiento de los recurso internos.
Las personas, grupos o entidades que no son Estados no tienen capacidad de presentar casos ante la
Corte, pero sí pueden recurrir ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La Comisión
puede llevar un asunto ante la Corte, siempre que el Estado cuestionado haya aceptado la
competencia de esta. De todas maneras, la Comisión debe comparecer en todos los casos ante la
Corte.
El procedimiento ante la Corte es de carácter contradictorio. Termina con una sentencia motivada,
obligatoria, definitiva e inapelable. Si el fallo no expresa en todo o en parte la opinión unánime de los
jueces, cualquiera de estos tiene derecho a que se agregue al fallo su opinión disidente o individual.
En caso de desacuerdo sobre el sentido o alcance del fallo, la Corte lo interpretará a solicitud de
cualquiera de las partes, siempre que dicha solicitud se presente dentro de los noventa días a partir
de la fecha de la notificación del fallo.
Competencia consultiva
Los Estados miembros de la OEA pueden consultar a la Corte acerca de la interpretación de la
Convención Americana de Derechos Humanos o de otros tratados concernientes a la protección de
los derechos humanos en los Estados americanos. Además, pueden consultarla, en los que les
compete, los órganos de la Organización de los Estados Americanos.
Asimismo, la Corte, a solicitud de un Estado miembro de la OEA, puede darle a tal Estado opiniones
acerca de la compatibilidad entre cualquiera de sus leyes internas y los mencionados instrumentos
internacionales.
Mercosur
Es un bloque subregional integrado por Argentina, Brasil, Paraguay (Actualmente suspendido por la
violación de la cláusula democrática del protocolo de Ushuaia), Uruguay y Venezuela. Bolivia firmó
su adhesión, falta las ratificaciones de los países miembros.
Además tiene como países asociados a Chile, Colombia, Perú y Ecuador.
Su origen data del 26/03/1991 con la firma del tratado de Asunción. Inicialmente estableció la libre
circulación de bienes, servicios y factores productivos entre países, el establecimiento de un arancel
externo común y la adopción de una política comercial común. Así como la armonización de las
legislaciones para lograr el fortalecimiento del proceso de integración.
Actualmente también permite la libre circulación de los ciudadanos del bloque. Los idiomas oficiales
son el portugués y el español
El tratado de creación fue firmado en Asunción aunque los antecedentes de la integración regional
se remontan al 30/11/1985 con la Declaración de Foz de Iguazú que selló un acuerdo de integración
bilateral entre Argentina y Brasil, a su vez la existencia como persona jurídica de derecho
internacional fue decida en el Protocolo de Ouro Preto de 1994. Este último protocolo fijó un arancel
externo común y desde 1999 existe una zona libre de aranceles entre sus integrantes, aunque
exceptuando algunos productos.