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Lima, diecisiete de diciembre del dos mil nueve.

SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, vista la causa número mil
novecientos noventa y uno‐ dos mil nueve, en audiencia pública el día de la fecha y
producida la votación, con arreglo a ley; con los acompañados; se emite la siguiente
sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:

Es materia de autos el recurso de casación interpuesto a fojas ciento setenta y uno por
doña María Licla Rivera contra la sentencia de vista de fojas ciento sesenta y dos, su
fecha veinte de abril del dos mil nueve, que confirmando la apelada de fojas ciento
seis, declara fundada la demanda de nulidad de escritura pública del cinco de
setiembre de mil novecientos noventa y cuatro, celebrada entre Juan Maximiliano Jayo
Camargo y Antonieta Gonzáles Flores (como vendedores), y María Licla Rivera (como
compradora).

FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL RECURSO:

Esta Sala ha declarado procedente el recurso mediante resolución de fecha veintidós de


julio del dos mil nueve, por las causales previstas en los incisos 1º y 3º del artículo 386
del Código Procesal Civil: a) Interpretación errónea de los incisos 1º y 5º del artículo
219 del Código Civil, señalando que la Sala de mérito, al conceptuar la simulación
absoluta hace una interpretación errónea de dicha figura jurídica, siendo necesario
remitirse a lo establecido en el artículo 190 del Código Civil, en donde se entiende por
esta figura como la disconformidad entre la voluntad real y la manifestación, siendo
que para la configuración de la simulación existe una manifestación que no concuerda
con la realidad de los hechos, de tal manera que existe una verdad de las partes
intervinientes que se encuentra oculta pero evidenciada por los hechos o con otros
elementos; entonces, en el acto jurídico público sí existe la manifestación del agente y
justamente esa disconformidad entre la realidad y el documento hace la configuración
de la simulación absoluta. Por otro lado, la falta de la manifestación del agente se
configura cuando el titular de un derecho no ha expresado su voluntad dentro de un
acto jurídico, es decir, no hay verdad oculta o intención distinta a la plasmada en el
documento, sino simplemente que nunca existió la voluntad del agente, no siendo
posible confundir ambas causales como lo hace la Sala de mérito, lo que lo conlleva a
dilucidar equivocadamente la controversia materia de autos, por cuanto si hubiera
interpretado correctamente lo que se entiende por simulación absoluta, y sus
elementos o presupuestos para su configuración como causal de nulidad, hubieran
establecido o dilucidado que el acto jurídico cuestionado no adolece de simulación
absoluta, por consiguiente sería infundada dicha causal. En consecuencia, una correcta
interpretación de los incisos 1º y 5º del artículo 219 del Código Civil, como causal de
nulidad, debe ser en el sentido que debe entenderse que ambas causales son
totalmente independientes una de otra, y no se relacionan o se compenetran para
configurar la simulación absoluta, debiendo interpretarse conforme al artículo 190 del
Código Civil, esto es, cuando la manifestación de las partes plasmada en el acto
jurídico cuestionado no corresponde a su real
voluntad, la misma que permanece oculta, existiendo un engaño de las partes en
perjuicio de un tercero, situación que no se ha verificado ni acreditado por la
demandante en la presente causa, por lo que no se configura dicha causal, siendo por
consiguiente infundada la demanda, por cuanto no existe otra causal a pronunciarse; b)
Contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso,
sosteniendo que la resolución recurrida contraviene el artículo VII del Título Preliminar
del Código Procesal Civil, esto es, el principio de congruencia, pues en la demanda se
ha invocado la simulación absoluta, lo que eimporta qu debió verificarse el
pronunciamiento sólo sobre dicha causal, y no relacionar dos causales totalmente
independi entes y distintas, por esto resulta incongruente que, al verificar la causal de
nulidad involucra otra causal como es la falta de manifestación del agente, siendo que
los
magistrados no debieron pronunciarse sobre laaclaus de falta de manifestación del
agente,
porque altera y perjudica el derecho de defensa del recurrente.

CONSIDERANDO:

PRIMERO.‐ Atendiendo a las causales por las que se ha declarado procedente el recurso
de casación, debe ser materia de análisis primero la causal relativa a la contravención
a las
normas tqiuzaengaran el derecho a un debido proceso, pues de declararse
fundada tal
denuncia no será necesario pronunciarse sobre la denuncia in iudicando, dados los
efectos procesales de aquélla.

SEGUNDO.‐ Examinando el cargo de error in procedendo denunciado, en materia de


casación es factible ejercer el control casatorio de las decisiones jurisdiccionales, para
determinar si en ellas se han infringido o no las normas que garantizan el derecho al
debido proceso, tomándose en consideración que éste supone el cumplimiento de los
principios y de las garantías que regulan el proceso como instrumento judicial,
cautelando sobre todo el ejercicio del derecho de defensa de las partes en litigio.

TERCERO.‐ El principio de congruencia implica el límite del contenido de una resolución


judicial, debiendo ésta ser dictada de acuerdo con el sentido y alcances de las
peticiones formuladas por las partes; que, en ese sentido, una de las manifestaciones
de la transgresión al principio de la congruencia lo constituye lo que en doctrina se
conoce como “extrapetita”, figura que tiene varias manifestaciones, siendo una de
ellas cuando se otorga lo pedido pero por “causa petendi” diferente a la invocada, por
lo que el Juez al momento de resolver debe
atenerse a los hechos de dlaademan y de su contestación, que hayan sido alegados y
probados; por lo que de producirse una transgresión al principio de la congruencia,
originará la nulidad de la resolución judicial, conforme al artículo VII del Título
Preliminar, así como de acuerdo al inciso 3° del artículo 122 del Código Procesal Civil.

CUARTO.‐ En ese sentido, se deberá realizar un análisis de los fundamentos de la


demanda y de su contestación a fin de determinar si se está frente a una sentencia
violatoria al principio de congruencia; para ello se debe tener en cuenta que a nivel del
derecho de acción, la demanda en esencia contiene una pretensión, siendo ésta el
núcleo y elemento central de la relación jurídico procesal cuya estructura tiene por un
lado la fundamentación de hecho y de derecho (causa petendi) y por otro lado el
pedido concreto o petitorio (petitum); en ese mismo
sentido, a nivel del derecho de contradicción, la contestación de la demanda tiene la
misma estructura, pero en el sentido opuesto al de la demanda. Así también los medios
impugnatorios, de manera concreta el recurso de apelación, el cual tiene una
pretensión impugnatoria, apoyada en concretos fundamentos de hecho y dehdoe.rec

QUINTO.‐ Por tanto, la sentencia que se dicta debe pronunciarse sobre la cuestión
controvertida, declarando el derecho de las partes (tercer párrafo del artículo 121 del
Código Procesal Civil ), en donde los fundamentos de hecho y de derecho deben de
estar de acuerdo al mérito de lo actuado (numeral 4 del artículo 122 del Código
Procesal Civil); de no ser así se incurrirá en el supuesto de nulidad procesal previsto en
el citado artículo 122.
SEXTO.‐ Entonces, conforme se advierte de la demanda de fojas diecinueve, subsanada
a fojas veintiocho, la representante de Froilán Díaz Camargo interpone demanda
delniduad de acto jurídico de la escritura pública de compraventa del cinco de
setiembre de mil novecientos noventa y cuatro, celebrada por Juan Máximo Jayo
Camargo y su cónyuge Antonieta Gonzáles Camargo (como vendedores), con María Licla
Rivera (como compradora), siendo que en la demanda se alega que Froilán Díaz
Camargo en ningún momento facultó a Juan Máximo Jayo Camargo para vender el
predio, indicando que un bien ajeno convierte al objeto de la compraventa en
imposible.

SÉTIMO.‐ Por su parte, la demandada María Licla Rivera, al contestar la demanda a


fojas
treinta y cuatro, señala que ella compró el inmueblegdíteimsuossle propietarios.
Siendo que
los otros codemandados no llegaron a contestar la demanda dentro del término de ley.
En ese estado, en la audiencia de conciliación de fojas cincuentidos, se ha fijado como
único punto controvertido. “Establecer que el inmueble enajenado objeto de la
escritura de compraventa que en copia legalizada obra del folio veintiséis al veintisiete
le corresponde en propiedad a don Froilan Díaz Camargo”.

OCTAVO.‐ En la sentencia de primera instancia de fojas ciento seis se ha declarado


fundada la demanda de nulidad de acto jurídico, en esencia debido a que “Juan
Maximiliano Jayo
Camargo ha enajenadoeun bien qu no le corresponde, y que pertenece en parte al
demandante” (sexto considerando); y al calificarse la causal de nulidad se señala que,
el acto jurídico cuestionado se ha realizado sin la manifestación de voluntad del
propietario, por lo que se ha incurrido en las causales de nulidad previstas en los incisos
1° y 4° del artículo 219 del Código Civil, refiriendo que el enajenar un predio que no le
pertenece al vendedor, constituye un fin ilícito (sétimo considerando).

NOVENO.‐ En ese contexto, a fojas ciento quince los demandados Juan Maximiliano
Jayo Camargo y Antonieta Gonzáles Flores interponen recurso de apelación,
denunciando en síntesis la existencia de documentos que no habrían sido tomados en
cuenta por el juez, de donde buscan establecer su legitimidad para contratar; por su
parte, la demandada María Licla Rivera interpone recurso de apelación a fojas ciento
veintisiete, señalando que no se han
compulsado las oprtaedbaass ap al proceso, no se ha considerado la buena fe que
tendría, e
indica que tiene un título otorgado por COFOPRI.

DÉCIMO.‐ Al dictarse la sentencia de segunda instancia a fojas ciento sesentidos, se ha


confirmado la apelada y se ha argumentado en esencia que: a) En el numeral cinco de
la
recurrida se indica que, se está ante la causal de simulación absoluta, refiriendo que
ello se lee de la demanda; b) En el numeral siete de la recurrida se indica que, la venta
se realizó con los supuestos dueños, es decir, se trata de un supuesto de simulación
absoluta; c) Enmelenraul
nueve de la recurrida, se presenta un amplio análisis teórico sobre la figura de la
simulación del acto jurídico; d) En el numeral diez se concluye que, se han configurado
las causales de nulidad previstas en los incisos 1° (falta de manifestación de voluntad) y
4° (fin ilícito) del artículo 219 del Código Civil, sin indicar mayor elemento que lo
relacione con la simulación que ha fundamentado.
DÉCIMO PRIMERO.‐ Conforme a lo expuesto, se puede advertir que la resolución
recurrida resulta incongruente con los hechos alegados a lo largo del proceso, basta
advertir ello con la inexistencia de unaxcioón lógica entre un supuesto de
simulación absoluta y el punto controvertido fijado en el proceso; de ello se evidencia
que la simulación absoluta no fue una causal analizada en la sentencia de primera
instancia y ni siquiera fue materia de denuncia en los recursos de apelación. Se debe
tener en cuenta que la recurrente al presentar sus argumentos pretende que se
circunscriba el pronunciamiento a un supuesto de simulación absoluta; sin embargo,
ello no es acorde al punto controvertido fijado en el proceso; pero de los demás
argumentos que presenta, se hace evidente la existencia de la incongruencia procesal.

DÉCIMOGSUE NDO. ‐ Por todo lo expuesto, se concluye que la resolución recurrida ha


incurrido en los supuestos de nulidad procesal indicados en los considerandos tercero y
quinto de esta sentencia suprema, siendo que la Sala Superior se debe volver a
pronunciar, cuidando de respetar el principio de congruencia, y también el principio
del “tantum devolu tum quantum appellatum”, debiendo resolver en atención a los
argumentos presentados en los medios impugnatorios.

DÉCIMO TERCERO.‐ Atendiendo a los efectos de la nulidad procesal que se está


declarando, no viene al caso pronunciarse sobre la denuncia in iudicando formulada.

DECISION:

Por las consideraciones expuestas, de conformidad con el acápite 2.1 del inciso 2° del
artículo 396 del Código Procesal Civil (según redacción vigente al momento de
interponerse el recurso de casación):

Declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas ciento setenta y uno


por doña María Licla Rivera; en consecuencia, NULA la sentencia de vista de fojas
ciento sesenta y dos, su fecha veinte de abril del dos mil nueve.

ORDENARON que la Sala Mixta Descentralizada de Nazca, de la Corte Superior de


Justicia de Ica, expida un nuevo fallo, con arreglo a ley.

DISPUSIERON la publicación de esta resolución en el diario Oficial “El”,Peruano bajo


responsabilidad; en los seguidos por don Froilán Díaz Camargo, sobre nulidad de
escritura
pública; interviniendo como ponente el Señor Juez Supremo Palomino García; y los
devolvieron.

SS.

ALMENARA BRYSON TÁVARA CÓRDOVA PALOMINO GARCIA CASTAÑEDA SERRANO


ALVAREZ LOPEZ

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SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SENTENCIA

CAS. NRO. 1991‐2009. ICA

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