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Para la elección de un tipo determinado de unión deberemos tener en cuenta y conocer las
características principales de la pieza y del encuentro en cuestión, siendo éstas:
- Finalidad de la unión.
Atendiendo a la finalidad de la unión, los distintos tipos de ellas que podemos establecer, son los
siguientes:
I. Ensambles:
Permiten resolver los cruces, encuentros y esquinas de piezas que no están en la misma dirección.
II. Empalmes:
Se realizan en piezas que sí llevan la misma dirección, con la intención de conseguir otra pieza de
longitud mayor.
Todas las uniones deberán cumplir las siguientes leyes generales de la estereotomía de la madera:
2. Los ejes de las diferentes piezas, que concurren en un nudo, coplanarias o no, deben ser
coincidentes en un punto, con lo que se evitan los esfuerzos secundarios que podrían afectar la
seguridad del conjunto.
4. La unión debe tener el carácter que deseamos de ella: libre apoyo, articulación o
empotramientos, y ser adecuada para la absorción de los esfuerzos a compresión, tracción o
esfuerzo cortante que actúe sobre ella.
5. Las piezas, en general, han de estar sometidas a solicitaciones axiales de compresión o tracción
en dirección de las fibras.
6. La resistencia del nudo ha de calcularse, al menos, con el mismo coeficiente de seguridad que el
de la pieza más débil en él concurrente.
7. Los cortes deben afectar al menor número de posible de fibras.
El estudio de la estereotomía de la madera tiene un alto valor pedagógico, ya que fuerza a ver las
uniones en el espacio, y obliga al mismo tiempo a ver el juego de esfuerzos, con su consiguiente
desarrollo de la intuición estructural. Por otro lado, la analogía existente entre las antiguas
técnicas carpinteras y las más modernas soluciones prefabricadas, refuerzan la necesidad de su
conocimiento y estudio.
I. ENSAMBLES:
Los ensambles permiten resolver los cruces, encuentros y esquinas, mediante las siguientes
soluciones tipo:
a. De escopleadura
b. De espiga
d. De barbilla
e. De espera
De escopleadura:
Consisten en hacer rebajes, en forma de caja, de modo que una pieza quede empotrada en la otra.
Los más empleados son los siguientes:
- de simple entalladura, en el que sólo se cajea una de las piezas mientras que la otra queda
enteriza.
De doble entalladura, en el que se cajean ambas piezas.
- a media madera, cuando en piezas de igual espesor, la doble entalladura tiene en cada
pieza una profundidad igual a la mitad del espesor. Si las piezas no tienen el mismo
espesor, las entalladuras se hacen a media madera de la pieza de menor espesor, con lo
que sólo quedan enrasadas por una de sus tablas.
- a testa oculta, es un ensamble de encuentro cuya caja no cala toda la tabla, con objeto
de ocultar el ensamble por uno de sus cantos.
- de doble caja o con almohadón, que evita el posible movimiento en el plano de la junta,
de dos piezas que se encuentran.
en inglete, con corte a 45⁰, sólo aparente en una de las caras de la esquina
por arista, es un ensamble de encuentro, con doble corte oblicuo que no llega hasta el
canto opuesto.
en cruz, es un ensamble de cruce, que pese a ser a media madera, no permite colocar
ambas piezas en el mismo plano. Para conseguir esto, sería preciso combinar un ensamble
a tercio de madera, con otro en cruz también a tercio de madera.
En cruz de San Andrés, es un ensamble clásico de cruce de piezas en ángulo oblicuo, en el
que, para evitar cortes demasiado agudos, se divide cada corte en dos que tienden a
seguir las direcciones de las bisectrices de los ángulos definidos por las dos piezas que se
cruzan.
tronco-piramidal, en el que en una de las piezas se tallan las mortajas, mientras que en
otra, las entalladuras permiten la creación de las espigas que ensamblan el encuentro.
en cola de milano, talladas o incorporadas. En éste último caso la caja tiene que calar toda
la pieza y separar de la cola de milano una doble cuña que se introduce por la cara
opuesta. En carpintería de taller suele emplearse la solución de espiga recta, transformada
en cola de milano mediante el clavado de una cuña en su corte en testa.
a inglete, en el que las piezas definen la esquina con sus testas a 45⁰.
por arista, en el que la espiga toma la forma del ensamble por arista.
De quijera:
Permiten que una de las piezas coja a la otra por sus dos tablas o cantos, gracias a su
forma de horquilla. Sus soluciones más empleadas son:
Canto, simple
Testa, simple
Canto, múltiple
a inglete, en el que se acusa el inglete en ambas caras.
por arista, con cortes oblicuos que no suelen calar ni la mitad de la pieza.
De barbilla:
- pasantes, y por tanto incapaces a transmitir ningún empuje. Puede ser:
Simple pasante o en pico de pájaro, que es el ensamble típico del par que monta sobre el
durmiente o la cumbrera y pasa más allá.
Con rebajo, análogo anterior, pero achaflanando el durmiente o la cumbrera, para evitar
el ángulo cóncavo del corte. Los cortes del durmiente reciben el nombre de picaderos.
A tope o de talón, que pueden adoptar las siguientes variantes:
A tope simple, en el que las piezas se encuentran con corte en diedro cóncavo en testa.
A tope con rebajo, en el que se achaflana la arista del corte en diedro cóncavo.
A tope oblicuo o talón oblicuo, clásico del ensamble de par tirante.
De espera:
Los ensambles de espera permiten la transmisión de empujes, y se diferencian de los de
barbilla en que los cortes en testa definen ángulos diedros convexos en vez de cóncavos.
El plano del cogote debe tener una longitud tal que sea capaz de absorber el esfuerzo
cortante producido. Pueden ser:
simple y enterizo, ocupando todo el espesor en ambas piezas, con o sin espiga de fijación
transversal.
múltiple, con cortes a distinta profundidad con objeto de aumentar la superficie de los
planos que resisten a esfuerzos cortantes.
De compresión:
A media madera:
normal
Con derrame
Doble espera
De entalladura:
Con lengüeta a testa
Centrada
Lateral
En cruz sencilla
En cruz múltiple
De quijera, con las siguientes variantes de:
Normal
Doble en la testa
Doble en profundidad
De tracción
Simple
Múltiple
Simple
Múltiple
ELEMENTOS AUXILIARES DE UNIÓN
Como elementos auxiliares de unión destacan como sistema clásico:
- la unión clavada: Se caracteriza por su sencillez y economía de madera que suponen. En
ellas se emplean todos los tipos de clavos, desde el bellote hasta las puntas de París,
alfileres, tabaques, tachuelas, calamones, etc.
La unión clavada no sólo se basa en el trabajo a esfuerzo cortante de los clavos, sino que
en ella juega un importante papel la presión de la junta, que permite una gran rigidez.
Cuando las tablas o los tablones se han de clavar sobre madera escuadrada o sobre vigas,
según la experiencia práctica de la antigua artesanía se suele escoger una longitud de
clavos que sea de 2,5 a 3 veces el espesor de la tabla. Este enlace trabaja a esfuerzo
cortante sencillo, es decir, con una sola sección resistente a la cortadura.
Cuando un clavo une tres barras o gruesos de madera, de los cuales el de en medio trabaja
en dirección opuesta a los otros dos, se obtiene una unión clavada de esfuerzo cortante
doble con dos secciones resistentes a la cortadura. La fuerza de cada clavo queda
duplicada en este caso. A pesar de todo, en la mayoría de los casos es más conveniente
emplear clavos cortos y delgados con una sección de cortadura, por las siguientes razones:
el clavo abre las fibras y solicita la madera en sentido de desgarrarla tanto más cuanto más
grueso es el clavo y más delgada la tabla. Así pues, a cada espesor de madera le
corresponde un grueso de clavo.
La unión con pletinas: Las pletinas son piezas metálicas de sección rectangular pequeña en
comparación con la longitud, y que según su forma toman las siguientes denominaciones:
Los estribos, son pletinas con forma de U, que sirven para anclar piezas en tracción, y cuyo
empleo más característico es como solución de anclaje del pendolón al tirante de un
cuchillo español.
Los anclajes son pletinas rectas o reviradas, que permiten anclar a modo de tirafondos,
evitando el movimiento lateral de las piezas.
Las bridas, abrazaderas, cepos o bragas, son las piezas más empleadas y consisten en dos
pletinas ligadas por dos pasadores extremos. Con ellas se garantiza la efectividad de los
ensambles y los acoplamientos por tabla. Pueden ser anillos cerrados que se colocan en
caliente o pares de piezas o cuñas de aprieto.
Los tirafondos son pletinas fijadas con tornillos roscados a la madera de gran dimensión y
cabeza cuadrada o hexagonal.