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1.

INTRODUCCIÓN
La política educativa es parte del conjunto de las políticas públicas (no es solo una
cuestión sectorial). Esto implica poner en diálogo: el Estado, el régimen político, el régimen
económico, las relaciones sociales entre los diferentes sectores/grupos/clases, las formas de
entender la cultura.
Las articulaciones dan cuenta d las luchas por el poder entre los diferentes actores
sociales y políticos por dar direccionalidad al sistema educativo. En los diferentes
momentos históricos estas articulaciones han ido variando, y el sistema educativo fue recogiendo
el impacto d ellas en términos d diferentes cristalizaciones pedagógico-políticas.
En el estudio d la política educacional debe haber múltiples enfoques disciplinarios q
permiten enriquecer la comprensión d los fenómenos político-educativos (pedagogía, ciencia
política, economía, la historia, el derecho, la filosofía y la sociología de la educación, etc.)
Paviglianiti, la política educativa como disciplina: “estudia el conjunto d fuerzas
sociales q son las encargadas d dar direccionalidad al proceso educativo. Estudia las
relaciones q s dan dentro del Estado por la configuración y control d la práctica institucionalizada
d la educación, dentro d una formación social históricamente determinada acotada en
determinada sociedad nacional.”
Margaret Archer, considera q la política educativa: “estudia los esfuerzos d los
grupos sociales por influir en los elementos básicos, en los procesos, productos o
resultados d la educación, ya sea mediante la legislación, las actividades d los grupos d
presión y los sindicatos, los movimientos experimentales, tradicionales o regionales, la inversión
privada y colectiva, la propaganda o los debates públicos.”
Nos dedicaremos a explorar la política educativa como política pública,
introduciéndonos en los diferentes modos d conceptualizar las políticas públicas y las formas en
q s construyen las mismas.

4 LA EDUCACIÓN COMO POLÍTICA PÚBLICA: PRINCIPALES DEBATES


La definición d las políticas públicas no es estático, ni lineal, ni neutral, sino q s trata d
un espacio atravesado por disputas q s suscitan entre los diversos actores involucrados en
un determinado campo social. Las políticas educativas, tienen conflictos propios d como
sector.
La comprensión d la dimensión histórica d la conformación del sistema educativo
argentino –desde fines del siglo XIX hasta la actualidad- s presenta como un 1er elemento
para cumplir nuestro cometido.
Indagaremos sobre los debates en torno d la educación como fenómeno
institucionalizado históricamente por medio d las políticas educativas definidas en cada época y
lugar.

4.1. El derecho a la educación como construcción histórica polémica


El derecho a la educación (entendiendo la educación como un bien social y público al
cual deben tener acceso todos los ciudadanos) es una construcción histórica, y es el resultado d
procesos d luchas sociales por el acceso a este bien q históricamente fueron variando la forma d
definir quiénes debían ser educados, quiénes debían educarlos y q contenidos debían
transmitirse.
En el análisis del derecho a la educación hay q comprender q los derechos son
producto d una conformación histórica. El derecho a la educación es parte d esa
construcción, como producto d las luchas por la consecución y ampliación progresiva d los
derechos ciudadanos en el Estado democrático.
El concepto de ciudadanía s encuentra relacionado cuando analizamos el derecho a la
educación: es entendida tb como resultado d un proceso social e histórico. Así como un todo los

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individuos fueron considerados ciudadanos, la educación en sus diferentes niveles no fue un
derecho del q gozaban todos los individuos.
Diferentes momentos históricos s definió el alcance d la ciudadanía y q papel jugó la
educación como derecho.
 El concepto de ciudadanía tuvo una primera acepción en el habitante d la ciudad, d
acuerdo a la antigua idea de polis griega. La polis fue una forma d organización
social y política q s dio en la Grecia d la antigüedad entre los siglos VIII y III a.C. La
forma d traducir la idea d polis en términos actuales es entenderla como una ciudad-
estado.
El ciudadano era portador d los derechos políticos d participar en la “cosa pública” en
tanto fuera portador d determinados requisitos (ser varón, mayor de edad, propietario y,
fundamentalmente, nacido en Grecia).
El régimen político d la polis se era una democracia directa, todos los ciudadanos
participaban d la discusión d las cuestiones que involucraban al grupo social y se
definían como d interés general. La educación (aún no institucionalizada como sistema)
s impartía a todos los ciudadanos con el objetivo d instruirlos en las artes d la dialéctica y
retórica, a los efectos d entrenarlos en el debate, la argumentación y la discusión,
habilidades q luego desarrollarían en el campo d la política.

 Edad Media: la relación política estuvo mediada por la cosmovisión religiosa d la en la q


predominaba una visión organicista d la sociedad: supone q cada uno d los
estamentos sociales (nobleza, el clero, los guerreros y los campesinos) cumplía una
determinada función en el orden social: el gobierno, la protección de la población y por
último, la manutención de todo el grupo social a través del trabajo. El efectivo
cumplimiento d la función q le correspondía garantizaba la armonía social. El
ordenamiento de la sociedad medieval era jerárquico, y distinguía tres tipos de
sociedades: la familia, la sociedad civil y la teocrática El ciudadano era antes q nada
súbdito; no se pensaba en sus derechos sino en sus obligaciones para con la
sociedad.
La educación era monopolio d la Iglesia Católica, institución q s encargaba d
impartir el saber d forma diferenciada: s restringía a la formación d la nobleza y el alto
clero; mientras q a la gran masa sólo s les reservaba un catecismo q incluía los
principios d la doctrina cristiana. Esta forma d distribuir el conocimiento deriva de que no
se necesita formar un ciudadano, sino un “Civitas Dei” (ciudadano d Dios), un ciudadano
para la salvación d su propia alma.

 Modernidad: la relación política se construye desde la perspectiva del ciudadano, y no


desde el punto d vista del soberano. La comprensión d la sociedad parte del individuo y
no d la sociedad como un todo, afirmando una perspectiva individualista sobre la visión
organicista medieval.
La relación ya no s produce entre el soberano y el súbdito, sino entre el Estado y
el ciudadano. Esta nueva forma de definir la relación política implica que el acento está
puesto en los derechos del ciudadano y ya no en los deberes del súbdito.
Los gobernados s transforman d objetos a sujetos d poder. S revierten las
relaciones d autoridad, poniendo en primer plano las reivindicaciones d los
gobernados (conjunto d derechos y responsabilidades frente a los gobernantes) sobre
los privilegios d los q ejercen el gobierno.
En la progresiva conquista d derechos humanos, la educación fue considerada un
elemento central, en particular desde la adquisición del derecho a la participación política
y social.

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El derecho a la educación y la libertad d enseñanza constituyó un reclamo y una
conquista porq había sido monopolio d la Iglesia. Con la Revolución Francesa y el ascenso d
la democracia liberal a fines del siglo XVIII, la ciudadanía se amplía a la participación d la
cultura letrada, y el contenido central del sistema educativo pasa a ser la educación del
ciudadano. La educación s convierte en un derecho d todos y en un deber del Estado el
proveer ese bien.
La constitución d los derechos del hombre no s definió de una vez y para siempre con la
conformación del Estado Moderno, sino q s fueron ampliando paulatinamente en virtud d las
diversas luchas por la defensa de nuevas libertades contra viejos poderes:
 La libertad religiosa es efecto de las luchas de religión
 las libertades civiles son efectos d la lucha d los parlamentos contra los soberanos
absolutos
 libertades sociales son efectos del nacimiento, crecimiento y madurez d los movimientos
d trabajadores asalariados, d los campesinos con pocas posesiones, y d los pobres q
exigen no sólo libertades personales, sino protección al trabajo, educación, seguridad
frente a la vejez e invalidez (todas cuestiones que los sectores acomodados satisfacían
por sí mismos).

Los derechos d ciudadanía son producto d un proceso d expansión registrado en las sociedades
democráticas. Los derechos d ciudadanía dividirse en:
 Los derechos civiles son la libertad individual -incluidos la libertad d la persona, la
libertad d palabra y conciencia-, los derechos d propiedad, el derecho d trabar contratos
y la igualdad ante la ley.
 Los derechos políticos s refieren a esos derechos q crean la posibilidad d participar en
el ejercicio del poder político como integrante d un cuerpo investido d autoridad pública,
o como elector d los miembros d ese cuerpo.
 Los derechos sociales incluyen una amplia gama d derechos, desde el derecho a un
mínimo d seguridad y bienestar económicos hasta el de llevar a cabo la vida d un ser
civilizado conforme a las normas d la sociedad
La incorporación d los tres grupos d derechos fue realizada en numerosos países en tres
siglos sucesivos: los derechos civiles aparecen en el siglo XVIII, los políticos en el siglo
XIX, y los sociales en el siglo XX. S consideran como derechos d 1era generación a los
derechos civiles y políticos, d 2da generación a los sociales y d 3era generación a un conjunto
difuso d derechos como los d protección del medio ambiente y los de acceso a la información por
parte d los consumidores. Actualmente s habla d derechos d 4ta generación, comprendiendo
aquellos q provienen d la manipulación genética.
La ciudadanía s cristaliza en la definición d una marco normativo d derechos y deberes
para el conjunto d los individuos q componen una determinada nación, definida territorial e
históricamente. El marco normativo lo constituyen la Constitución Nacional y las leyes q
reglamentarán esos derechos. La fundamentación d los derechos d los gobernados es lo q
permite su incorporación como tales en las constituciones, leyes e instituciones.
La 1era fundamentación surge d las teorías iusnaturalistas o contractualitas durante
la Modernidad. Según estas teorías el individuo es portador d un conjunto d derechos naturales
desde antes d la conformación del Estado. El derecho positivo (las leyes y normas escritas q
emanan del Estado soberano) nunca puede contradecir u omitir esos derechos naturales.
Actualmente, no hay necesidad d fundamentar los derechos d los ciudadanos pues hay
una gran aceptación y reconocimiento d los mismos; el problema q s suscita gira en torno del
efectivo cumplimiento d los derechos. la existencia d un derecho es posible en la medida en q
s garantiza su traducción concreta en las prácticas cotidianas, por acción el Estado.

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S retoma la idea d q la distribución democrática d conocimientos d calidad a
través d las instituciones educativas es una herramienta para la consolidación d una
ciudadanía plena y el crecimiento económico. Sin embargo, el aumento persistente d las
desigualdades, es una muestra del incumplimiento del derecho a la educación para las grandes
mayorías. el reconocimiento jurídico del derecho a la educación no es condición suficiente para
su pleno ejercicio.
En la Argentina, el derecho a la educación fue considerado desde los inicios d los
intentos d organización institucional del Estado nacional; s incluyó en la Constitución d la
Nación Argentina d 1853-60 como un derecho d los habitantes y s estableció en el art. 14
bajo la fórmula d derecho “d enseñar y aprender”, norma q permanece sin alteraciones
hasta la actualidad. La Reforma Constitucional 1994 incorporó nuevos derechos
relacionados con el d educación e incorporó declaraciones, pactos y tratados internacionales q
refuerzan los alcances del derecho a la educación.
Los textos jurídicos pueden resultar ambiguos en los términos en q regulan las diferentes
cuestiones, por ello es q en ocasiones al momento d reglamentarlos, de tornar operativo su
contenido, su ambigüedad puede conducir a diferentes interpretaciones. En el caso del
derecho de enseñar y aprender las posibles interpretaciones giraron en torno d dos posiciones
contrapuestas:
 algunos ponían el acento en el derecho a enseñar
 otro grupo de actores enfatizaban el derecho de aprender.
Las dos posiciones representaban intereses contrapuestos, y propugnaban definiciones
opuestas sobre cuál debe ser el rol del Estado en materia educativa.

4.2. El rol del Estado en materia educativa: Principalidad o Subsidiariedad


El derecho a la educación tal como se plasmó en la Constitución Nacional
Argentina de 1853-60 suscitó un debate en torno de quien debía ser el encargado de llevar
adelante el papel de educar a los ciudadanos, y por lo tanto cuál debía ser el rol del
Estado en esta materia. Durante el siglo XIX, eran dos las posiciones en disputa: la postura
liberal y la postura conservadora católica.
Ambas posiciones definían en forma opuesta el papel q debía desempeñar el Estado en la
educación. La expresión normativa de este debate se manifiesta en la interpretación
diferente q realizaban ambas posturas sobre el art. 14 d la Constitución Nacional, según el
cual los ciudadanos tienen derecho “d enseñar y aprender”.
Bravo caracteriza 2 interpretaciones diferentes d este derecho con consecuencias sobre el rol
asignado al Estado en materia educativa:
 s interpreta q el derecho fundamental es el d enseñar. propugnada por los defensores
d la libertad de enseñanza. el derecho d enseñar es un derecho individual, q trata del
ejercicio d una profesión u oficio. S considera como una forma específica del derecho a
trabajar. s vincula con la libertad d expresión de los docentes a exponer sus doctrinas
libremente. asocia esta libertad a la de los padres o tutores para la elección d escuela,
doctrinas y maestros, bajo los cuales sus hijos serán educados.
Postura defendida por la Iglesia Católica, institución q había tenido el monopolio
educativo hasta la llegada d la Modernidad. Fundamentando su posición en la necesaria
libertad enseñanza, propugnaba q no s debía otorgar el monopolio d la educación
al Estado, y q éste debía tener sólo un rol subsidiario en materia educativa (rol
secundario).
La Iglesia sostenía q ella es la mediadora educativa, por derecho divino, en su carácter d
madre y maestra d la humanidad. La argumentación eclesiástica s basaba en q existen 3
sociedades necesarias en las q s desarrolla el hombre: la familia, la sociedad civil y la
Iglesia. Las 2 primeras son d orden natural, la tercera es sobrenatural. En su carácter d

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sobrenatural, es perfecta, universal, y suprema; y su fin es la salvación d los hombres.
Por estos atributos concedidos por Dios, la Iglesia propugna q la educación le pertenece
d un modo supereminente, dado q cualquier título natural q pudiera tener la familia y la
sociedad civil es inferior.
La Iglesia define el principio d subsidiariedad del Estado manifestando q este
principio defiende a las personas d una acción monopolizadora del Estado, y
agrega q el mismo no debe encargarse d las tareas q los individuos pueden realizar por
sí mismos.

 Se considera que el derecho de enseñar es accesorio al de aprender. El derecho


fin es el de aprender y el medio el de enseñar. Esta postura s sustenta en considerar
q el aprender es un derecho esencial, asociado al pleno desarrollo d la personalidad a
través d la educación. La educación s entiende como la adquisición y desarrollo d
los conocimientos científicos q corresponden a la época en q se vive, y a la
construcción d las aptitudes para apropiarse d ellos. Se privilegia al sujeto q s educa
como individuo y ciudadano, reconociendo q la función del educador consiste en orientar
la formación.
Postura defendida por los liberales d la generación del ‘80. Sostenían q la función d
mediación educativa le corresponde al Estado, puesto q es la institución social en la q
los ciudadanos delegaron el cuidado del bien común. La educación es la garantía para el
funcionamiento político, y es una necesidad social en el marco d un nuevo orden político.
El Estado debe tener un rol principal en materia educativa debido a q el mismo
representa la voluntad general y le corresponde organizar la totalidad del sistema
y sostener la educación pública. el derecho a aprender es un derecho del cual deben
gozar todos los individuos, el Estado es el q tiene q encargarse d proveer los servicios
educativos, garantizando el ejercicio efectivo d este derecho. Por ello es q el
Estado organizó la instrucción pública con carácter d obligatoria, gratuita y laica.
La postura liberal reconoce el derecho d todos los individuos a expresar libremente
doctrinas e ideas, y por ello uno propone q la educación deba estar únicamente a cargo
del Estado, pero sí le reserva la atribución d regular los alcances y límites d la
participación d las Iglesias y los particulares en la educación
Cada una d las interpretaciones sobre el derecho a la educación demanda una
función diferente del Estado: (ver cuadro). La definición sobre el rol del Estado no culminó en
este debate, sino q a lo largo del siglo XX s fue renovando, transformando los términos d
discusión d acuerdo a las dif coyunturas históricas.
A mediados del siglo XX, se configuró el Estado d Bienestar: el rol q tuvo el Estado
en materia social s orientó a instrumentar mecanismos q equilibren la economía capitalista,
interviniendo en el mercado mediante instrumentos d la política económica y social: el crédito, la
inversión pública, el aumento del consumo, la provisión d diversos servicios públicos, etc.
asimismo, durante este período s desarrollaron los mayores avances en la asistencia social a
todos los ciudadanos, a partir de la legislación social para los trabajadores y el incremento en
el presupuesto público para la atención d los servicios sociales. Ej. La educación.
Este período es resultado del paso del Estado liberal al Estado Social, en este
marco el derecho a la educación deja d ser un derecho individual y s conceptualiza como
un derecho social, diferenciándolo del derecho d enseñar. El Estado renueva su
principalidad en materia educativa, ampliando su función en el aseguramiento y
sostenimiento d la educación pública gratuita al alcance de todos.
“es función del Estado garantizar el derecho a la educación, q obliga a su intervención,
indeclinable e insoslayable, para sostener y promover instituciones de enseñanza pública en

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todos los niveles y para orientar la programación del desarrollo general (público y privado) d los
sistemas educativos en todos sus tipos y modalidades” (Paviglianiti)
Hacia las últimas décadas del siglo XX, la crisis económica puso en jaque la estructura
estatal q había crecido en los años anteriores. S propugnaban políticas d ajuste económico y
s criticaba la intervención del Estado en materia económica. Durante este período s
configuró el Estado Neoliberal. Es un Estado mínimo, en el q los sectores q detentan su poder
s orientaron a reducir el gasto público y a desarmar la regulación política anterior, defendiendo el
automatismo económico y desmantelando las prestaciones sociales q antes ofrecía el Estado.
En este marco desaparece el ciudadano portador d derechos y s convierte en usuario d
servicios. El resultado en materia educativa fue conceptualizar el derecho a la educación d
una forma diferente: “el sistema educativo debe funcionar como elemento diferenciador y
selector d las individuos más capaces porq los individuos son por naturaleza desiguales,
las familias o los individuos deben hacerse cargo d los costos de su educación”
(Paviglianiti)
El rol del Estado s torna subsidiario y s vuelve a la responsabilidad originaria d los
individuos y d las instituciones privadas, religiosas o comerciales en la provisión d la
educación.

4.3. El problema de la igualdad en la educación


La igualdad es una noción q está íntimamente relacionada a los conceptos d ciudadanía
y derecho. Indagaremos sobre el fundamento filosófico d la igualdad desde la perspectiva d la
filosofía política, desarmando la noción de igualdad y exponiéndola desde dos perspectivas
que son estructurantes d los discursos educativos sobre la igualdad educativa: la doctrina
igualitarista y la doctrina liberal.
El concepto d igualdad es en sí mismo una noción compleja, la igualdad es una
relación, por lo tanto, no se atribuye a los hombres como una cualidad en sí misma, sino q
s define en la medida en q s establece un tipo de vínculo entre varios elementos. Existen
modos y formas d igualdad d acuerdo a cómo se responda a estos dos interrogantes: ¿igualdad
entre quienes? e ¿igualdad respecto a q? Conjugando ambas preguntas, existen cuatro
respuestas posibles:
a) Igualdad de algunos en algunas cosas,
b) igualdad d algunos en todo,
c) igualdad d todos en algunas cosas
d) igualdad d todos en todo. (Caracteriza a una doctrina igualitarista)
Las tres primeras respuestas poco dicen acerca d una doctrina igualitarista. Es la última
d estas respuestas, la q caracteriza a una doctrina igualitarista. En términos prácticos, es la q
busca la igualdad del mayor número d individuos para el mayor número d bienes.
A este planteo le falta agregar un 3 interrogante: ¿los bienes a distribuir serán todos
iguales para todos? Estas preguntas involucran el criterio d justicia q s asumirá sobre la
distribución d los bienes.
Una vez considerados los elementos q intervienen en la relación d igualdad,
revisemos cómo son definidos por las doctrinas igualitarista y liberal.
 Doctrina igualitarista, sostiene q todos los individuos deben ser considerados como
iguales y procura la igualdad del mayor número d individuos para el mayor número de
bienes. Afirma q el criterio d justicia es la necesidad. Deviene d suponer q los
hombres tienen más o menos las mismas necesidades en cantidad y calidad, por lo q
este criterio permite, tanto la mayor igualación entre los hombres como la menor
diferenciación entre ellos. Desde la teoría igualitarista, este criterio es más satisfactorio q
otros. la doctrina igualitarista se preocupa por la igualdad en el punto de llegada

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Llevado al terreno educativo, la doctrina igualitarista se emparenta con aquellas
propuestas universalistas en las q s promueve q todos los individuos reciban la misma
educación y sean tratados por igual, independientemente d su talento o su riqueza;

 Doctrina liberal, tb aboga por la igualdad d los hombres, pero parte d la idea d q la vida
social es una competencia en la q los hombres luchan por la adquisición d bienes q son
escasos, y sólo vencerán los más capaces. Las desigualdades son valoradas. El criterio
d justicia para la distribución d los bienes es la capacidad de los hombres. la
doctrina liberal se preocupa por la igualdad en el punto de partida
Llevado al terreno educativo la doctrina liberal s vincula con la idea meritocrática q
supone q sólo el talento puede definir el éxito en la carrera escolar, por lo q el origen
social no puede ser un impedimento para el acceso a la educación.
Bolivar (2005) el autor señala 2 modos adicionales d entender la igualdad d oportunidades:
 el sistema de libertad natural; s opone a cualquier intervención redistributiva por parte
del Estado, por lo q se considera como la negación misma d la igualdad d
oportunidades.
 la igualdad de oportunidades compensatoria, postura según la cual s despliegan
acciones directas adicionales para atender a los grupos más desfavorecidos y q no sean
excluidos por su situación d desventaja.

El modo en q s define la relación d igualdad influye en el campo d las políticas públicas:


 Las doctrinas igualitaristas s expresan en políticas universalistas. Las políticas
universalistas s dedican a abarcar a toda la población, son homogéneas y uniformes, y s
accede a ellas a partir d la condición d ciudadano.
 la igualdad compensatoria s rige por, políticas compensatorias. Las políticas
compensatorias, o aquellas d discriminación positiva, sólo s dirigen a los sectores más
vulnerables, intentando corregir las desigualdades, y s accede a ellas a partir d la
condición d beneficiario, para la cual se debe cumplir con determinados requisitos.
Tenti Fanfani (2007), la definición d los beneficiarios legítimos d política s realiza siguiendo
criterios posibles:
 identificación d unidades territoriales (ej. jurisdicciones del norte del país cuyos
presupuestos destinados a educación son inferiores al mínimo necesario para el
sostenimiento de la infraestructura educativa)
 selección d instituciones (ej. escuelas d modalidad técnica con necesidad d
equipamiento e instrumental técnico)
 identificación d individuos (ej. familias cuyo ingreso está por debajo de la canasta familiar
básica y tienen hijos en edad escolar).
Esta clase d políticas deben ser cuidadosas d 2 errores posibles: excluir individuos q
deberían ser incluidos e incluir individuos q deberían ser excluidos. Estas políticas como no
abarcan a la totalidad d la población sino a ciertos sectores, conllevan algunos inconvenientes
en el proceso d focalización d las problemáticas y grupos q atenderán las mismas. por un
lado, el diseño de estas políticas trae aparejados costos administrativos d identificación q
tienen q ver con la producción d la información, producción d índices, actualización permanente d
los datos, etc.; generan costos políticos, q provienen d la legitimidad del criterio d selección
q s adopte, los riesgos d clientelismo político, et.; y tienen un efecto de incentivo: ej. q la gente
modifique sus conductas para ser elegibles como beneficiarios, el desestimulo al esfuerzo, etc.

5. INSTRUMENTOS PARA EL ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS


Cada tipo d política pública (educativa, económica, industrial, laboral, de salud, etc.) se
enfrenta diferentes grupos sociales y s plantea en contextos cuyos patrones d demandas son

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distintos. El contenido simbólico d las políticas, así como su evaluación, requieren la
construcción d criterios e indicadores específicos. El análisis d las políticas públicas,
precisa incluir instrumentos q nos permitan circunscribir el análisis en el campo educativo.
Podemos distinguir 4 instrumentos d análisis: las posiciones y discursos hegemónicos, la
legislación, los indicadores educativos y los aspectos económico-financieros.

Las posiciones y discursos hegemónicos.


Las posiciones y discursos hegemónicos son un instrumento d análisis d las
políticas educativas en tanto constituyen los fundamentos d los debates y d la definición
d las políticas. Permiten comprender los argumentos q sustentan la direccionalidad específica
q s le otorga al sistema educativo a través d la política. El contenido d las políticas es la
manifestación práctica d una forma particular d conceptualizar lo social y sus componentes (el
hombre, el derecho a la educación, el rol del Estado, el papel de la sociedad civil, la delimitación
de la esfera de lo público y lo privado) cuestiones q responden y varían d acuerdo a posiciones
filosófico- políticas diferentes. Estas posiciones deben rastrearse en la historia d las ideas,
reconociendo las diferentes corrientes d pensamiento, y apreciando los matices con los q el
discurso s cristaliza en el espacio geográfico e histórico específico. Los intelectuales ocupan un
papel estratégico en la legitimación d los discursos y en la búsqueda y logro d consensos por
parte d la sociedad respecto d la introducción de medidas.

La legislación.
El marco normativo es la expresión formal d la regulación q ejerce el Estado, y la política
emanada d él, sobre un determinado campo social. Las normas son reglas imperativas
abstractas dictadas a los efectos d producir un ordenamiento determinado.
El objetivo q persigue el Estado a través del acto d legislar es el de regular su
propia actividad y la d los particulares; y ajustar conductas a los objetivos d una política.
Este conjunto d instrumentos está compuesto por: Constitución Nacional, Leyes
Nacionales, Constituciones Provinciales, Leyes Provinciales, Decretos, Resoluciones,
Ordenanzas, Decisiones Administrativas, Tratados Internacionales, Estatutos,
Reglamentos. Las normas se enmarcan dentro d un orden jurídico y tienen un alcance
diferenciado d acuerdo al lugar q ocupan dentro d ese ordenamiento.

Los indicadores educativos.


Los indicadores son instrumentos construidos a los efectos d organizar la
información q proviene d la realidad empírica. Los mismos varían en función d la información
q s desea conocer, y s utilizan para orientar la conducción y la supervisión d procesos y brindar
información útil para la toma d decisiones cotidiana, identificando los posibles desvíos.
Nos dedicaremos a analizar los indicadores cuantitativos de expansión y
rendimiento del sistema educativo, ej. Las tasas d escolarización y deserción escolar, tasas d
repitencia, porcentaje d alumnos q continúan sus estudios en el nivel d educación superior, nivel
d inversión en educación, crecimiento d la oferta educativa, etc. La información sobre estos
indicadores puede tomarse d los resultados d los Censos docentes d infraestructura y d las
evaluaciones d calidad educativa.

Aspectos económico-financieros.
Los presupuestos públicos constituyen, una herramienta d análisis d políticas. A través d
los mismos es posible visualizar la orientación d las políticas del gobierno y las prioridades
q s establecen. El presupuesto público es un instrumento de planificación, por el cual se
asignan recursos y se determinan gastos, a los efectos de cubrir los objetivos trazados en los
planes de desarrollo económico y social en un período dado.

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Es un instrumento gestión d las finanzas públicas, refleja los procesos d
planificación y d ejecución sobre la entrega d bienes y servicios públicos.
El presupuesto se caracteriza por administrar bienes escasos por lo q su función s
concentra en distribuir bienes y servicios a una parte d la población y excluir d bienes y servicios
a otra parte d la población, y disminuir los ingresos d un grupo d habitantes por medio de
impuestos (función redistributiva).

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