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ALTERNATIVAS DE MANEJO DE SUELOS EN

PROCESO DEGRATIVO
Suelos Buena Vista – Sucre Colombia
De
Emel E Berrio Guzmán

Emel Berrio Guzman, 2019


INTRODUCCION

El suelo es el medio fundamental de la producción agropecuaria, sirve de soporte,


suministra agua y elementos nutritivos a las plantas, de ellos depende su crecimiento
y desarrollo, y por consiguiente el rendimiento y la calidad de las cosechas.

En menor o mayor grado el suelo se encuentra sometido a constantes cambios por


efecto de las variaciones del clima, de la atmósfera y de la acción del hombre.
Siendo este último el factor de mayor incidencia e impacto negativo, que se
manifiesta en la perdida de la capacidad productiva del suelo. Esta a su vez es la
propiedad que tiene este recurso para sostener un sistema productivo (agrícola o
ganadero) de manera económicamente competitiva.

La zona de buena vista Sucre nos muestra claramente como los sistemas
productivos son extractores y modificadores de las propiedades físicas químicas y
biológicas del suelo, al punto que le restan toda capacidad para producir bienes y
servicios agropecuarios, finalidad principal para la cual están destinados

Es necesario reconocer la dinámica de cada sistema, esto con el fin de aplicar


tecnologías agrícolas apropiadas, es decir, acorde a las características y condiciones
de los suelos, lo cual implica tener en cuenta su vocación en función de la
producción agrícola, pecuaria o forestal, así como aplicar las técnicas y
procedimientos de mejoramiento y conservación de los suelos, dicho de otra forma
el manejo sostenible de los suelos.
Berrio, Alternativas de manejo de suelos en proceso degrativo

Descripción general - Buena vista Sucre


Esta localidad pertenece a la Subregión sabanas y
piso térmico cálido. Tiene dos épocas definidas: Una seca
que comprende los meses de noviembre a marzo y otra
lluviosa que va desde el mes de abril a octubre
El núcleo caracterizado se encuentra situado a tres (3)
km del corregimiento de Buena vista Sucre, a un lado de la
vía que conduce de buena vista a la vereda Neiva
Demográficamente está conformada por 31 familias
conformadas en promedio por 5 personas/familia las cuales
se dedicadas a labores agrícolas y ganaderas a pequeña y
mediana escala, no hacen parte de ningún grupo étnico
definido. Desarrollan sus actividades económicas en predios
que van desde ¼ ha. hasta 200 ha.
En promedio los predios se distribuyen así: 11 predios de ¼ ha - 2 ha. 7 predios de 2
ha - 5 ha. 5 predios de 5 ha - 10 ha. 3 predios de 10 ha – 20 ha. 4 predios de más de 20 ha
Descripción de perfil de suelo San Marcos – Buenavista
San marcos, corregimiento de Buenavista, vereda
Localización
dividivis finca villa del Carmen
Georreferenciación N 08º 42” 16.17` W 075º 16” 55.95`
Altura sobre el nivel del mar 55 m.s.n.m
Taxonomía Inceptisol
Posición fisiográfica y /o geoforma Lomerío
Litología/sedimentos Sedimentario
Relieve Ondulado
Clima edáfico Udico, isohipertermino
Vegetación natural Pasto nativo
Uso actual Ganaderia
Limitantes de uso Déficit de humedad
Nivel freático Mayor a los 100 cm
Drenaje natural moderado
Profundidad efectiva 80 cm, limitada Material parental
Horizontes diagnostico Ocrico

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Degradación de suelos
La degradación de los suelos se refiere a la disminución o alteración negativa de una o varias
de las ofertas de bienes, servicios y/o funciones ecosistémicos y ambientales de los suelos,
generada por factores y procesos naturales o antrópicos que, en casos críticos, pueden originar
la pérdida o la destrucción total del componente ambiental (IDEAM, 2004).
La degradación del suelo puede ser física, química y biológica; En la degradación física se
destaca la erosión, la compactación, el sellamiento y la desertificación entre otras. En la
degradación química la pérdida de nutrientes y a su desbalance en el suelo, los cambios en el
pH (salinización o acidificación) y la contaminación. En la degradación biológica, la
disminución de la materia orgánica y el carbono de los suelos, por factores y procesos naturales
como el clima, el relieve o por acción humana como la deforestación, las quemas, el uso y
manejo no sostenibles, entre otros.
En Colombia el área degradada por erosión es de 45.377.070 ha (40% de la superficie
continental de Colombia), de las cuales el 20% se encuentran en un grado de erosión ligera, el
17% en grado de erosión moderada y el 3% en grado de erosión severa y muy severa (IDEAM-
MADS, 2014). La erosión de los suelos se define como la pérdida físico-mecánica del suelo,
con afectación en sus funciones y servicios ecosistémicos, que produce, entre otras, la
reducción de la capacidad productiva de los mismos (Lal, 2001). La erosión es un proceso
natural; sin embargo, esta se califica como degradación cuando se presentan actividades
antrópicas no sostenibles que aceleran, intensifican y magnifican el proceso.

 Indicadores de degradación de suelos.


La degradación de un suelo se puede valorar cualitativamente cuando no se requiere
rigurosidad en la estimación. Generalmente los indicadores de ocurrencia son muy evidentes,
especialmente cuando aumenta el grado de afectación del fenómeno. De acuerdo a lo anterior
el indicador más evidente es la perdida permanente de cobertura vegetal o aparición de calvas
en áreas específicas, por lo general, cuando esto ocurre también se presenta afloramientos de
material parental. De igual forma el desarrollo de las especies vegetales presentes y la presencia
de algunas arbustivas espinosas, también indican problemas de degradación del suelo.
Por otra parte cuando se requieren estimaciones más precisas, se aplican determinados
procedimientos que brindan información cualitativa y cuantitativa de la propiedades que
constituyen y caracterizan los suelos.
En virtud de que existen muchas propiedades alternativas para evaluar la calidad del
suelo, Larson y Pierce (1991); Doran y Parkin (1994) y Seybold et al. (1997) plantearon un
conjunto mínimo de propiedades del suelo para ser usadas como indicadores para evaluar los
cambios que ocurren en el suelo con respecto al tiempo, Los indicadores disponibles para
evaluar la calidad de suelo pueden variar de localidad a localidad dependiendo del tipo y uso,
función y factores de formación del suelo (Arshad y Coen, 1992). La identificación efectiva de
indicadores apropiados para evaluar la calidad del suelo depende del objetivo, que debe
considerar los múltiples componentes de la función del suelo, en particular, el productivo y el
ambiental. La identificación es compleja por la multiplicidad de factores químicos, físicos y
biológicos que controlan los procesos biogeoquímicos y su variación en intensidad con
respecto al tiempo y espacio (Doran et al., 1996).

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Indicadores físicos
Las características físicas del suelo son una parte necesaria en la evaluación de la calidad de
este recurso porque no se pueden mejorar fácilmente (Singer y Ewing, 2000). Las propiedades
físicas que pueden ser utilizadas como indicadores de la calidad del suelo, son aquellas que
reflejan la manera en que este recurso acepta, retiene y transmite agua a las plantas, así como
las limitaciones que se pueden encontrar en el crecimiento de las raíces, la emergencia de las
plántulas, la infiltración o el movimiento del agua dentro del perfil y que además estén
relacionadas con el arreglo de las partículas y los poros.
La estructura, densidad aparente, estabilidad de agregados, infiltración, profundidad del suelo
superficial, capacidad de almacenamiento del agua y conductividad hidráulica saturada son
algunas de las propiedades físicas del suelo que se han propuesto como indicadores de su
calidad.
Entre los indicadores físicos mencionados se destacan:
Densidad aparente del suelo; La densidad aparente es el adensamiento de partículas de suelo
y consecuente disminución de la porosidad (macro y microporos) En consecuencia, se
presentan condiciones de anaerobiosis tanto superficial como interna.
Los valores adecuados de la densidad del suelo fueron definidos como aquellos que
proporcionan la máxima disponibilidad de agua y por lo menos 10% de espacio de aire en un
suelo sometido a una succión de 50 mb. Se consideran valores altos de densidad aparente
aquellas superiores a 1,3 g*cm3 en suelos de textura fina (arcillosa o franco-arcillosa), a 1,4
g.cm3 en suelos de textura media (franco a franco-limoso) y a 1,6 g.cm3 en suelos de textura
gruesa (arenoso, franco-arenoso), Pla (1977). La densidad aparente es afectada por el contenido
de materia orgánica, los valores más bajos (menores de 1 g.cm3), se obtienen en suelos
orgánicos. En estos mismos suelos, en la medida que el contenido de materia orgánica
disminuye, se incrementan los valores de densidad aparente (Malagón, 1976).
Resistencia a la penetración: Como consecuencia de la elevación de la densidad, hay
una elevación de la resistencia a la penetración de las raíces mucho más significativa que el
aumento de la densidad. Voorhes et al. (l978), trabajando en un suelo franco arcillo-limoso,
observó, bajo el mismo peso de vehículos, que la densidad del suelo aumentó 20%, mientras
que la resistencia a la penetración aumentó más de 400%. Los valores de resistencia a la
penetración de las raíces que limitan el desarrollo de las plantas varían de un cultivo a otro.
La tasa de infiltración: La taza de infiltración de agua en el suelo determina la rapidez de
infiltración del agua en el mismo y, como consecuencia, el volumen de agua que escurre sobre
la superficie. Cuando la tasa de infiltración es baja, la disponibilidad de agua en la zona de las
raíces puede ser limitante. La tasa de infiltración de agua en el suelo es condicionada por los
siguientes factores: estado de la superficie del suelo, tasa de transmisión de agua a través del
suelo, capacidad de almacenamiento y características del fluido. La infiltración de agua en el
suelo refleja las condiciones de las propiedades físicas.

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Indicadores químicos
Los indicadores químicos se refieren a condiciones de este tipo que afectan las relaciones suelo
planta, la calidad del agua, la capacidad amortiguadora del suelo, la disponibilidad de agua y
nutrimentos para las plantas y microorganismos (SQI, 1996).
Indicadores biológicos
Los indicadores biológicos integran gran cantidad de factores que afectan la calidad del suelo
como la abundancia y subproductos de micro y macroorganismos, incluidos bacterias, hongos,
nemátodos, lombrices, anélidos y artrópodos. Incluyen funciones como la tasa de respiración,
ergosterol y otros subproductos de los hongos, tasas de descomposición de los residuos
vegetales , N y C de la biomasa microbiana (SQI, 1996; Karlen et al., 1997).
Procesos de degradación del suelo por Erosión
Los mayores agentes naturales causante
de erosión son el agua y el viento, de esta
forma la erosión hídrica y la erosión
eólica se expresan de manera negativa,
principalmente sobre las propiedades
físicas de los suelos que constituyen la
capa superficial o capa arable de la tierra,
la erosión también actúa sobre las
propiedades químicas, a través del lavado
o remoción de los elementos
nutrimentales del suelo; y en las
propiedades biológicas, actuando sobre la materia orgánica y la biota edáfica.

 Entre los factores que intervienen en los procesos erosivos se encuentran:


Clima: la ocurrencia de intensas precipitaciones en corto período de tiempo así como la
alternancia de períodos de sequía con períodos de intensas lluvias. Este factor se combina con
otros tales como el relieve y la presencia o no de cubierta vegetal en los suelos, intensificando
su influencia.
Relieve: la presencia de una topografía más o menos abrupta, determinará la intensidad del
fenómeno. Será menos intenso en el llano que en la ondulada y ésta que en la alomada, lo cual
determina la presencia de erosión laminar, en surcos o en cárcavas.
Tipo de suelo: es un factor determinante en la intensidad y tipo de erosión. Los suelos sueltos,
arenosos, de buen drenaje están menos expuestos a la acción erosiva dado el hecho de que
permiten el paso del agua hacia el interior del perfil. Sin embargo, en tal caso, son más sensibles
a la erosión química. Los suelos arcillosos, mal drenados y con topografía ondulada o alomada,
se hayan más expuestos a la erosión física.
Vegetación: Se integra al grupo de factores antes examinados incidiendo positivamente con su
presencia, dado el hecho de que atenúa el golpe del agua sobre las partículas de suelos, favorece
la infiltración y retiene el suelo en contra de la acción de arrastre del agua.

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Hombre: es el elemento que mayores aporte realiza en el comportamiento de la erosión, dada


su capacidad para emplear tecnologías, procedimientos, técnicas e implementos que favorecen
o limitan la erosión.

 Consecuencias de la degradación de suelos


Una de las consecuencias de la degradación es el impacto negativo sobre los rendimientos de
los cultivos los cuales van disminuyendo a medida que avanza el proceso degenerativo del
suelo, de igual forma cambia también el uso que se da a la tierra, generalmente es un proceso
donde el recurso pasa de ser productivo agrícolamente, a convertirse en áreas de pastoreo; luego
se cubre de malezas y finalmente se torna árida (Encina R., Arnulfo y José Ibarra. 2000).
Muchas tierras aptas para cultivo se pierden, pues éstas son destinadas en la actualidad a usos
no agrícolas (FAO, 1984). Para muchos países en desarrollo, la pérdida de ingresos agrícolas
podría causar no solo la escasez de alimentos; también podría ocasionar otros efectos negativos,
dada la importancia del mencionado sector para la economía, su deterioro produciría un atraso
en los planes de desarrollo nacional.
Analizando las consecuencias a un nivel más cercano. la población rural sin duda alguna es la
más afectada por el fenómeno, la incapacidad del suelo de proporcionar bienes y servicios
agropecuarios, aparte de un lugar para construir un alojamiento precario conlleva al
resquebrajamiento económico de las comunidades rurales lo que se traduce en pobreza y
malestar social y descontento político. En menor proporción las comunidades urbanas también
se ven afectadas principalmente por el encarecimiento de algunos alimentos de origen agrícola,.

PROPUESTAS DE MANEJO PARA CONSERVACIÓN DE SUELOS


los sistemas productivos son
extractores y modificadores de las
propiedades físicas químicas y
biológicas del suelo, por tanto es
necesario reconocer la dinámica de
cada sistema, esto con el fin de
aplicar tecnologías agrícolas
apropiadas, es decir, acorde a las
características y condiciones de los
suelos, lo cual implica tener en cuenta
su vocación en función de la
producción agrícola, pecuaria o
forestal, así como aplicar las técnicas
y procedimientos de mejoramiento y
conservación de los suelos, dicho de otra forma el manejo sostenible de los suelos.
Como se citó en apartes anteriores el entorno físico de un terreno puede indicar si existe algún
grado de degradación del suelo, de acuerdo con esto, sin esfuerzos mayores se puede apreciar
áreas totalmente desprovistas de cobertura vegetal, predominio de arvenses y pastos naturales
con poca oferta forrajera y bajo valor nutritivo. Igualmente se pueden apreciar especies
arbustivas espinosas y especies arbóreas con características propias de ambientes con

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limitaciones hídricas y edáficas. hablamos de Caesalpinia coriaria (divi divi) y Handroanthus


serratifolius (polvillo)
No es posible aplicar una receta general para el manejo sostenible del suelo, pues cada sistema
tiene sus propias características que determina la acción o combinación de acciones que se
requieren para garantizar la conservación del recurso suelo en condiciones productivamente
apropiadas, por tanto No existen fórmulas mágicas para la recuperación rápida de un suelo y
así debe tenerlo claro el propietario.
Por lo general las actividades de rehabilitación además de recursos económicos, requieren de
tiempos relativamente considerables para que puedan surtir efectos positivos en el suelo, en
ese sentido como primera medida el productor debe programar de manera que las áreas a
intervenir queden totalmente excluidas de cualquier rotación u otro tipo de aprovechamiento
De acuerdo a las características edafoclimáticas de la zona. la estrategia de recuperación de
las áreas mencionadas debe integrarse al sistema productivo de manera que sea posible el
desarrollo de la actividad económica de manera competitiva, al tiempo que se mejoran las
propiedades que determinan la condición del recurso suelo. En ese sentido los sistemas
silvopastoriles cumplen con estos requerimientos por lo que constituye el eje de la propuesta
de rehabilitación.
El establecimiento de los sistemas silvopastoriles implica una combinación de árboles
(incluyendo arbustivas y palmas) y animales en la misma unidad de producción en un arreglo
espacial o de secuencia temporal que resulta en interacciones económicas y ecológicas
favorables entre el componente leñoso, animal, edáfico y ambiental (Sinclair 1999). Este uso
del suelo es generalmente caracterizado por una mayor productividad comparado con pasturas
en monocultivo. Esta eficiencia se debe a la estratificación en la superficie y debajo del suelo
de los diferentes componentes del sistema. Adicionalmente, los árboles involucrados al sistema
pueden potencialmente enriquecer los micro-ambientes a través de procesos tales como
reciclaje y extracción de nutrientes (Sánchez 1995). En sistemas silvopastoriles multi-especies
se tienen diferentes sistemas de raíces que pueden usar una mayor proporción del agua
disponible en el suelo en comparación al uso de una sola especie vegetal en el sistema (Innis
1997). El mismo principio puede ser aplicado al uso de los nutrientes del suelo. La presencia
de muchas raíces en el suelo reduce la pérdida de nutrientes por lixiviación y de este modo los
nutrientes pueden ser extraídos a diferentes profundidades y densidades con una mayor
eficiencia respecto a los monocultivos, lo que estimula la productividad primaria neta del
sistema (Hogberg 1986)
En sistemas agroforestales y silvopastoriles los árboles pueden enriquecer los suelos a través
de varios procesos y mecanismos biológicos que incluyen: Incremento en el contenido de
materia orgánica debido a los desprendimientos de raíces finas y la caída de la hojarasca (Nair
et al. 1999); Incremento en el aporte de N al suelo a través de la fijación de N2 (Nygren et al.
2001); Cambios en las propiedades físicas, químicas y biológicas debido a la macro y micro
fauna alrededor de las raíces; Aumento de la disponibilidad de nutrientes del suelo asociado a
la actividad biótica (Belsky et al. 1993).
Para la instalación de sistema silvopastoril es necesario como primera medida intervenir el
suelo, las condiciones actuales no garantizan el prendimiento de las distintas especies que
integraran el sistema Los cambios estructurales evidenciados por compactación alteran las

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propiedades volumétricas del suelo, lo que repercute en el desarrollo y crecimiento de las


plantas porque decrece la conductividad hidráulica y la capacidad de retención de agua y se
altera la difusión de gases en su interior. Estos cambios provocan una deficiente aireación y
un suministro inadecuado de oxígeno para el desarrollo de las plantas. Así mismo, la
degradación de la estructura del suelo por compactación provoca una ralentización o
paralización del desarrollo de las raíces.
De acuerdo a lo anterior teniendo en cuenta la evidencia de alta compactación que puede
representar limitaciones para las especies a establecer, se hace necesario aplicar labranzas para
mejorar de manera gradual esta condición
La preparación contempla labranza profunda con subsolador, esta debe aplicarse en todo el lote
con el fin de fracturar el suelo internamente, con esto se busca crear espacios porosos útiles
para la captura y retención de agua lluvias, además sirven de hábitats para la fauna edáfica y
permiten el desarrollo radicular de las especies vegetales entre otros beneficios.
La selección de especies del sistema debe ser basado en información agroclimática de la zona,
procurando en lo posible utilizar componentes forestales nativos de gran aporte ecosistémico
y de frutos que pueden ser consumidos suplementariamente por el componente animal.
En la escogencia de las pasturas, las limitaciones edáficas, sumadas a las condiciones micro
ambientales de la zona, son determinantes en la escogencia de las especies, se tiene
conocimiento del buen desempeño bajo condiciones de sombra de la especie de Cv Mombasa,
sin embrago este pasto como la mayoría de los cultivares de P. máximum, requiere
precipitaciones anules superiores a los 1300 mm. Se adapta a un rango altitudinal de 0 a 1100
msnm y temperaturas entre 20-35 ºC y necesita suelos que mantengan niveles de fertilidad de
medios a altos condición que no cumplen los suelos de la zona, sin embargo en la medida que
se mejore la condición de microambiente y las propiedades físicas y nutricionales del suelo se
podrá adelantar el establecimiento de la pastura.
La propiedades químicas de un suelo definen su nivel de fertilidad, de esta forma un plan
estructurado de mejoramiento, debe partir inicialmente de un análisis de esta condición, esto
es realizado por laboratorios especializados los cuales aplican distintas valoraciones para
determinar y cuantificar la presencia de elementos y relaciones químicas asociadas a la
fertilidad, igualmente se determinan niveles de materia orgánica que también son contrastados
con valores de referencia definidos para tal fin. Este ejercicio finalmente define
nutricionalmente el estado del suelo y en base a esto se establecen los planes de fertilización
de cualquier sistema productivo agrícola.
Independiente de los resultados de laboratorio, para el caso expuesto donde se evidencia
claramente poco desarrollo y/o perdida de cobertura vegetal se puede inferir con alto grado de
certeza que existen limitantes nutricionales considerables que requieren un alto grado de
gestión para superarlas, en ese sentido las medidas correctivas deben encaminarse en primera
instancia a mejorar el aspecto nutricional del suelo. En ese sentido se debe contemplar la
posibilidad de incorporar materia orgánica al tiempo con las labores de preparación del terreno,
existen equipos de labranza vertical acondicionados con tolvas que pueden realizar esta labor
de manera eficiente. la calidad y cantidad de M.O recomendada es de 10 ton/ha sin embargo
esto siempre estarán sujeto al tema de disponibilidad presupuestal. A modo de referencia, se
puede señalar que la aplicación de 10 ton/ha de una enmienda orgánica en estado fresco con 30

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a 50% de humedad, e incorporada en los primeros 20 cm de suelo, genera un aumento de


materia orgánica de 0,06 a 0,12%, según la densidad aparente de este suelo, y una vez que se
ha logrado la completa incorporación y humificación de dicha enmienda.
Para contextualizar resaltamos la importancia que representa la M.O para el suelo.
Según Mustin (1987), la materia orgánica representa del 95 al 99% del total del peso seco de
los seres vivos, pero su presencia en los suelos suele ser escasa y son contadas las excepciones
en las que supera el 2% (Navarro et al., 1995). Para Gros y Domínguez (1992), el nivel deseable
de materia orgánica en los suelos arcillosos medios es del 2%, perdiendo descender a 1,65%
en suelos pesados y llegar a un 2,5% en los arenosos.
La materia orgánica del suelo contiene cerca del 5% de N total, pero también contiene otros
elementos esenciales para las plantas, tales como fósforo, magnesio, calcio, azufre y
micronutrientes (Graetz, 1997). De igual forma La adición continua de materiales orgánicos
al suelo por medio de su trasformación por los organismos del suelo, proporciona capacidad
para la autorrecuperación de la arquitectura del suelo que ha sido dañada. Las sustancias
pegajosas sobre la piel de las lombrices y aquellas producidas por los hongos y bacterias ayudan
a aglutinar las partículas.
En cuanto a las enmienda química será totalmente dependiente de los resultados obtenidos en
los análisis de laboratorio respectivos.
Otras prácticas importantes que necesariamente deben ser tenidas en cuenta en cualquier plan
de rehabilitación y conservación de un suelo son:
 En terrenos inclinados, siembras en curvas de nivel o en sentido contrario a la
pendiente.
 Siembra directa o labranza mínima.
 Evitar uso de maquinarias pesada.
 Evitar las quemas de material vegetal
 Aplicar fertilización orgánica (compost, caldos biológicos, abonos verdes)
 Evitar o racionalizar el uso de agroquímicos
 Evitar la deforestación.
 Aplicar Técnicas de agroforestería (sistemas silvopastoril y agro silvícolas)
 Rotación de cultivos
 Manejo de coberturas
 Uso de agua de riego de buena calidad.

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CONCLUSION.

El Decreto Ley 2811 de 1974 (Código Nacional de Recursos Naturales Renovables y de


Protección al Medio Ambiente), se señala que, el uso del suelo debe realizarse de acuerdo con
sus condiciones y factores constitutivos. Adicionalmente, indica que, se debe determinar su uso
potencial y clasificación según los factores físicos, ecológicos y socioeconómicos de cada
región.
Igualmente en esta norma se señaló que, el aprovechamiento del suelo debe efectuarse
manteniendo su integridad física y su capacidad productora, lo cual es complementado con el
deber de todos los habitantes de colaborar con las autoridades en la conservación y en el manejo
adecuado del mismo.
En ese sentido los suelos observados en buena vista sucre vienen siendo utilizados sin tener en
cuenta ninguna las consideraciones antes descritas, los procesos degradativos en curso requieren
de intervención pronta y efectiva que pueda detener este fenómeno desbastador que cada día
cobra más terreno en Colombia
Algunas consideraciones en ese sentido establecen que el suelo debe ser usado de acuerdo a sus
condiciones y factores constitutivos de tal forma que se mantenga su integridad física y su
capacidad productora, de acuerdo con la clasificación agrológica del IGAC y con las
recomendaciones señaladas por el ICA, el IGAC y Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible.

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Bibliografía

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chemical criteria. American J. of Alternative Agriculture 7: 25-31.
Belsky AJ, Mwonga SM, Amudson RG, Duxbury JM, Ali AR (1993) Comparative
effects of isolated trees on their environments in high- and low- rainfall savannas. Journal of
Applied Ecology, 30:143-155
Encina R.A y Ibarra. J. La degradación del suelo y sus efectos sobre la población.
Extraído de https://www.intagri.com/articulos/suelos/importancia-de-la-materia-
organica-en-la-actividad-biologica-en-el-suelo.
Doran, J.W. y Parkin, B.T. 1994. Defining Soil Quality for a Sustainable
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Madison, Wisconsin, USA.
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GROS, A. Y DOMÍNGUEZ, A., 1992. Abonos guía práctica de la fertilización. 8va.
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GRAETZ, H. A., 1997. Suelos y Fertilización. Traducido por: F. Luna Orozco.
Trillas. México
Larson, W.E. y Pierce, F.J. 1991. Conservation and Enhancement of Soil Quality. In
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MUSTIN, M., 1987. Le compost. Ed. François Dubusc. París, 954 p. 80 p.
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sustainability of tree fodder harvesting: A modelling approach. En: International Symposium
on Silvopastoral Systems. Second Congress of Livestock Production in Latin America. San
José, Costa Rica. 223p.

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Información sobre el autor


Emel E Berrio Guzman; Asistente de Investigación. 20 años en la Corporación
Colombiana de Investigación Agropecuaria AGROSAVIA. el área de suelos y cultivos
permanentes Coautor de publicaciones en temas relacionados con efectos de labranzas en
especies forestales Gmelina arborea y Pachira quinata, Manejo de suelos en arreglos
agroforestales y Caracterización física de suelos en la region caribe al lado del experto en
suelos Dr. Edgar Amezquita Collazoz y la Dra. Judit Martinez Atencia
Estudiante de 6to. Semestre de agronomía de la Universidad Abierta y a Distancia
UNAD.

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