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Nombre:

Olga Tejeda

Facilitador

Evelin

Nombre de la Asignatura

Salud Familia y Nutrición

Matricula:

14-5000

Practica # 5
ACTIVIDADES UNIDAD V

En esta unidad vamos a realizar una práctica vinculada al contexto de los


centros educativos en la Rep. Dom.

La misma consiste en:

a) Construir tres estrategias o propuestas para fortalecer la


comunicación con las familias y la escuela para contribuir con el
seguimiento en la realización de las tareas de sus hijos en el hogar.

La escuela y la familia forman un equipo, lo que significa que deben trabajar


en acompañamiento constante ya que el uno si el otro no garantiza un
aprendizaje significativo en los y las niñas y niños, y para lograr que ambos
trabajen en equipo se necesitan ciertas estrategias.

1. Convocar a reuniones cada cierto tiempo, esto nos va a mantener en


contacto directo con los padres y de esa manera ellos nos hacen saber que
tan satisfechos están con la competencia alcanzada por el niño desde que
empezó el año escolar hasta la fecha del encuentro de padres.

2.-Los padres que participan en actividades de la escuela tendrán más


oportunidades de comunicarse nosotros como docentes, esa participación
dará al maestro y al padre la posibilidad de interactuar fuera de clase.

 3.-El padre debe asistir de manera periódica al centro, y Las llamadas


telefónicas y visitas al salón de clases son también otras maneras de
cooperar con los maestros y mantenerse informado sobre el progreso
de sus niños. Pero estas visitas o llamadas deben ser autorizadas por
el director del centro. La actitud debe ser abierta, respetuosa, madura
y dialogante.
b) Describe los tipos de alimentos que proporcionan las vitaminas que
necesita el infante en los primeros años de escolaridad para
obtener un buen rendimiento académico.

En el niño/a la alimentación con respecto al adulto son muy importantes ya


que está en continuo crecimiento, por ello necesita un aporte extra de
nutrientes que no necesita el adulto que no crece.

El organismo infantil necesita, para funcionar correctamente, cinco


nutrientes esenciales:

- Las proteínas: son sustancias indispensables para la formación y el


desarrollo del organismo, así como para la regeneración de los tejidos. Se
encuentran en los alimentos de origen animal (carne, pescado, huevos, leche
y sus derivados), y en los de origen vegetal (guisantes, judías, lentejas, etc.).

Deben suponer, aproximadamente, un 12 por ciento del consumo energético


diario del niño.

- Los hidratos de carbono: constituyen la principal fuente de energía del


organismo. Se dividen en simples y complejos: los primeros actúan de forma
inmediata, reponiendo rápidamente la carga energética (azúcar, miel, leche y
fruta); los segundos proporcionan energía a más largo plazo (cereales,
patatas, legumbres, castañas, etc.)

Su aporte debe ser muy importante, un 60 por ciento (10 por ciento, simples
y 50 por ciento, complejos) de la necesidad energética diaria.

- Las vitaminas: sirven para regular y coordinar la actividad de todas las


células. La vitamina A es necesaria para la visión, la piel, el crecimiento y la
circulación. La vitamina C ayuda a potenciar las defensas del organismo, y las
del grupo B son muy valiosas para el sistema nervioso.

Las vitaminas se hallan presentes en casi todos los grupos de alimentos: el


pescado, la carne y los huevos son ricos en vitaminas del grupo B, D, K y PP; la
leche y sus derivados y los vegetales, en vitaminas A y B2; los cereales y los
frutos secos contienen vitaminas del grupo B1 y PP; y las frutas y las verduras
presentan vitaminas A y C.

- Las sales minerales: son elementos fundamentales para el organismo por


múltiples funciones: el calcio (lácteos, verduras y legumbres) , el fósforo
(lácteos, pescados y frutos secos) y el flúor (pescado) sirven para la
construcción de los huesos y los dientes; el hierro (carne, huevos, legumbres
y verduras) forma los glóbulos rojos de la sangre; el sodio y el potasio
(carnes, cereales, verduras y frutas) son beneficiosos para el sistema
nervioso, el corazón y los músculos.

- Las grasas: son los nutrientes energéticos por excelencia. Participan en la


formación del sistema nervioso y de las membranas celulares del cerebro y,
además, son indispensables para que el organismo pueda absorber algunas
vitaminas (A, D, E y K). Se dividen en dos grupos: grasas saturadas (de origen
animal), que se encuentran en la mantequilla, la nata, la carne roja, el queso
y el embutido; y grasas no saturadas (de origen vegetal), presentes en el
aceite de oliva, algunas carnes blancas y ciertos pescados.

Deben representar alrededor del 25-30 por ciento del consumo energético
diario (20 por ciento, grasas no saturadas y 10 por ciento, saturadas).

Una alimentación equilibrada debe incluir estas sustancias a diario, y en cada

una de las comidas.


c) Reflexiona sobre el rol del docente en la nutrición escolar

Los maestros, maestras, pueden contribuir con la Educación Nutricional


conformando entornos nutricionales saludables en el contexto escolar; para
ello deben partir de las necesidades de cada etapa del desarrollo, tomar en
cuenta las necesidades individuales, culturales y de género.

Deben participar conjuntamente con la familia en el desarrollo de habilidades


y destrezas para una adecuada nutrición; así como fortalecer en los y las
escolares sus habilidades para la vida.

Es indispensable la creación de un ambiente basado en espacios físicos


limpios, higiénicos y estructuralmente apropiados para la conformación de
un clima afectivo favorable al crecimiento psicológico y manejo de la
emocionalidad. Este entorno debe involucrar no sólo a docentes y alumnos
sino además al personal administrativo y de servicio del recinto escolar.

Desde la escuela se debe favorecer el conocimiento del valor nutricional de


los alimentos, destacar sus bondades y beneficios, enfatizar acerca de la
importancia del consumo de frutas, legumbres y vegetales, el consumo
ponderado del agua, fomentar actividades recreativas, la práctica del
ejercicio físico dosificado. En aquellos espacios que sea posible, se deben
rescatar y promover los huertos escolares y actividades de conservación y
preservación del ambiente.

Finalmente, debe reconocerse la importancia del trabajo en las primeras


edades de la vida para producir cambios culturales profundos, formar hábitos
de vida saludables y construir las bases de una salud personal y social actual y
futura.

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