Universidad Nacional de Colombia

Introducción a la literatura
Estudiante: Mateo Andrés Díaz Torres
Comentario a Eugenia Grandet

El objetivo del presente texto es analizar Eugenia Grandet y, a partir de ahí, poder comenzar
a dilucidar cómo entiende Balzac a la sociedad francesa postimperialista. Cómo es evidente,
para Balzac el elemento fundamental para entender a la sociedad humana de su época
consiste en el papel que cumple el dinero y las implicaciones de este esquema de valores en
el imaginario francés de la época. En primer lugar, identificaré las características esenciales
de Eugenia Grandet; luego, presentaré cómo el autor francés entiende el problema de la
codicia y la ambición a lo largo de la novela.

Eugenia Grandet es una novela que narra el proceso de maduración de Eugenia, hija de un
acaudalado y avaro hacendado. La trama se desarrolla a partir del conocimiento del amor por
parte de la joven y las implicaciones que conlleva esto tras la lenta realización del
funcionamiento del mundo capitalista en el que se encuentra. A grandes rasgos, la novela se
compone en el salto constante entre la narración de la historia y las intervenciones de un
narrador que es posible identificar con el mismo Balzac.

En lo que compete a la narración, nos encontramos frente a un texto que podemos ubicar con
las corrientes realista y naturalista. Esta característica se presenta por las siguientes razones:
i) sus personajes están retratados de tal forma que el efecto que busca producir el autor es la
plausibilidad de la existencia de estos en un escenario real —son personajes moralmente
grises y su carácter y comportamiento es producto de la vida que han poseído y las
condiciones en las que habitan; ii) una detallada descripción del lugar y objetos que posee la
narración para, así, aumentar la impresión de que los hechos relatados son plausibles de que
ocurrieran en una fecha y lugar dentro de la historia postimperialista francesa.

Al respecto de las intervenciones de Balzac, estamos frente a un texto de carácter casi

argumentativo en los que este despliega sus capacidades inductivas para esclarecer y
complementar los hechos anterior o posteriormente narrados. En estas deliberaciones nos
encontramos frente a una extensa gama de enfoques, ya sean morales, económicos,
científicos, psicológicos, biográficos, entre otros.

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Ahora bien, en la narración las motivaciones e impulsos que inclinan a los personajes a actuar
son principalmente la ambición y la codicia. Los primeros dos tipos de deseos los podemos
encontrar en la mayoría de los personajes con excepción de las tres mujeres que habitan en
la casa Grandet. Estas dos pasiones no son fortuitas, para Balzac son el producto del
imaginario de la época (en donde el capital fue coronado como el nuevo dios de los hombres)
y su intención es retratar sus implicaciones en la psique y moralidad.
“—¿tiene mil toneles este año, padre? […]
—Sí, señorita Grandet.
—Entonces, padre, no le costará mucho socorrer a Charles.
El asombro, la cólera y la estupefacción de Baltasar al ver el Mane-Tekel-Phares no podrían
compararse con la fría cólera de Grandet” (89, cursivas agregadas).
La codicia se representa en forma de avaricia, es decir, en la acumulación de capital. El
personaje que retrata de manera más extensa este deseo es el señor Grandet. Su sometimiento
a esta pasión es tal que pervirtió la idea de dinero, cuyo objetivo original es ser medio de
obtención de otras cosas, para convertirlo en un fin en sí mismo. Por ejemplo, para este es
más condenable socorrer a su propio sobrino en apuros económicos que compadecerse de la
horrible situación por la que acabo de pasar. De esta forma, la crítica que establece Balzac es
considerar la codicia como enfermedad psicológica. En efecto, era tan extensa la obsesión
del señor Grandet que: “permanecía horas enteras con los ojos clavados sobre los luises,
como un niño que, en el momento en que empieza a ver, contempla estúpidamente el mismo
objeto; y, como a un niño, se le escapaba una risa penosa” (177).

La ambición, a diferencia de la codicia, se relaciona con el dinero no como fin sino como
medio. No obstante, las implicaciones de esta pasión no se ven reflejada en una inversión de
los deseos de los hombres, sino más bien en una perversión moral. La ambición en Balzac se
refleja con la idea de que las escalas sociales están condicionadas por la posesión de capital.
Después de todo, la narración históricamente se encuentra en la aparición de la aristocracia
burguesa a principios del siglo XIX que hizo obsoletas las ideas de nobleza. Esta nueva forma
de obtener “títulos nobiliarios” se puede ver reflejada en el siguiente fragmento: “El señor
Grandet obtuvo entonces el nuevo título de nobleza que nunca borrará nuestra manía de
igualdad, se convirtió en el mayor contribuyente del distrito” (12).

¿Cómo se representa la corrupción moral por la ambición y en qué consiste esta? Grosso
modo, el conflicto consiste en que, si bien la revolución industrial posibilitó la capacidad de

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escalar socialmente, esto conllevo a que esta búsqueda fuera tan precipitada y obsesa que no
hubiera límite alguno en los medios para conseguir los ansiados luises. La acumulación
descontrolada de capital como algo digno de un estatus social se refleja en la perspectiva del
pueblo de Saumur frente a la figura del señor Grandet: sentían un respeto y admiración
absoluto. En contraposición con la fortuna de poseer capital se encuentra el gran mal que
conlleva la idea de la bancarrota:

“—¿Qué es, padre, quebrar? —preguntó Eugenia.

—Quebrar —contestó el padre— es cometer la acción más deshonrosa de todas las que
pueden deshonrar al hombre” (84).

Terminando, el ejemplo más claro de corrupción a causa de la ambición se refleja en la

transformación de Charles. Este, si bien al principio de su viaje se dedicó únicamente al
comercio de bienes, al final terminó convirtiendo en un esclavista. Esta transformación
consistió en una inversión de los valores morales (entendiendo por moral un esquema de
valores que dictamina lo que está bien y lo que no). Para él, por la búsqueda del dinero dejó
de parecerle injusto y reprochable el privar individuos de su libertad. De esta forma, convirtió
la idea de vida humana en una mercancía más, en un escalón más para conseguir el deseado
reconocimiento y status social. Esta transformación de los valores, que quizá sería más
adecuado entender como destrucción, es tan aterradora para Balzac porque deja a la sociedad
desprovista de la capacidad de distinguir lo que está bien y lo que no, y más importante aún,
de distinguir la justicia de la injusticia ¿Cómo puede ser justa una sociedad en la que el dinero
prima sobre la misma vida humana, donde los hombres son una mercancía?