Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
INTRODUCCION:
En esta clase nos parece fundamental tratar las conceptualizaciones que nos permiten
definir “cultura” desde una perspectiva teórica, con el propósito de complejizar no sólo
la noción sino también las miradas de aquellos que se desempeñan en gestión cultural:
¿Para que es necesaria la gestión cultural? ¿Cómo pensamos la gestión cultural?
¿Dirigida a todos o solo a los “cultos”? ¿Cómo desarrollar un proyecto y que a la vez
sea sustentable? ¿Qué es lo que sostiene o une a las personas para desarrollar un
proyecto cultural? ¿Sus técnicas y modos de gestión? ¿Un equipo de trabajo funciona
por la eficacia de su desempeño y por la trama de lazos que ensambla y articula los
proyectos?
Comenzaremos resaltando que la gestión cultural es una disciplina tan reciente como los
espacios consagrados para disfrutar de propuestas culturales en ámbitos acotados para
tal fin. Este es el motivo por el cual se historiza brevemente tales formas
contemporáneas de acceso a la contemplación de producciones artísticas ya sea bajo el
formato de museos, centros culturales, salas de concierto, cines, etc.
Durante siglos la función del arte alcanzaba una legitimación que no se circunscribía a
su arquitectura sino a su función en una determinada comunidad. Es decir, su
protagonismo relucía en la vida cotidiana y en espacios de socialización donde los
sujetos intercambiaban creencias, valores, tradiciones pero sin la existencia de
arquitecturas específicas de contemplación de lo consagrado culturalmente en
exclusividad.
1
Alexander Gottlieb Baumgarten (1714-1762) fue un filósofo alemán, seguidor de Wolf y de Leibniz.
En su trabajo Reflexiones filosóficas acerca de la poesía (1735) introdujo por primera vez el término
"estética", con lo cual designó la ciencia que trata del conocimiento sensorial que llega a la aprehensión
de lo bello y se expresa en las imágenes del arte, en contraposición a la lógica como ciencia del saber
cognitivo. A los problemas del conocimiento sensorial consagró su trabajo inacabado Estética (t. I, 1750;
t. II, 1758). Baumgarten no es el fundador de la estética como ciencia, pero el término por él introducido
en el campo filosófico respondía a las necesidades de la investigación en esta esfera del saber, y alcanzó
amplia difusión.
arcaicas se trataba de producciones con finalidad ritual para toda la comunidad mientras
que en el viejo continente los artistas se encontraban vinculados a una casa familiar a
través de la cual recibían apoyo monetario o simplemente hospitalidad. Se trataba de
casas de la corte real o incluso del patronazgo que ejercía el Vaticano, por ejemplo, que
solicitaba obras de carácter estrictamente religioso. Recién en la época inglesa- isabelina
es donde existen comisiones directas de la corte que promovían el teatro público pago,
siendo este un antecedente de espacio dedicado exclusivamente a las artes.
Mientras cultura y economía son dos términos que a lo largo de la historia marcharon
por separado, este último siglo los intenta reunir. Las fuerzas sociales que asumieron en
cada momento histórico se resistieron generalmente a cuantificar el arte debido
probablemente a su fundacional carácter religioso o por el antiguo valor político que le
asignaron las comunidades de las sociedades primitivas en sus ritos o por las
civilizaciones griegas en sus tragedias o por respeto y prudencia ya que creían en
fuerzas superiores. De un modo u otro los mecanismos no estaban aún lo
suficientemente standarizados y la contabilidad no aparecía ligada a la cultura tal cual
hoy la conocemos. ¿Cómo medir la belleza? ¿Cómo cuantificar la seducción que una
obra suscita? ¿Qué utilidad puede tener el encanto?
A pesar de lo inefable que puede ser el valor de un hecho estético siempre se reconoció
el poder simbólico del arte y su intervención en espacios de socialización. Este aspecto
característico de la obra de arte que podría resumirse en una belleza inexplicable que
provoca la atracción de quienes la contemplan fue denominado por Benjamín “aura
intangible.”
Dicho halo fue aprovechado también desde diversos procesos políticos que requirieron
de los servicios de artistas para acompañar rituales de legitimación del poder en sus
diferentes formas. Se hace referencia tanto a los príncipes-mecenas que subsidiaron a
artistas con ansias de ambición y prestigio de su propia corona como a las religiones con
sus ambiciones de conquista a través de estrategias estéticas tales como los conocidos
vitraux en las iglesias que se utilizaron como elementos de persuasión y evangelización
a través del poder de la magia de las imágenes. Es decir: hubo algunos mecanismos que
establecieron una relación entre el impulso estético y la economía aunque no del modo
en el que estamos acostumbrados en la contemporaneidad. Recién con la revolución
industrial se establece un nuevo tipo de relación entre el objeto artístico y el mundo
del consumo, en el cual la cultura logra ceñir su forma a la de un producto.
Los griegos ya conocían dos procedimientos como el fundir y acuñar bronces, terracotas
y monedas. Lo único que pudieron reproducir en masa ya que las obras eran irrepetibles
y no se prestaban a reproducción técnica alguna. La xilografía y litografía aparecen
mucho tiempo después. Hacia el 1900, la industria había conquistado al arte en su forma
tradicional, lo que Benjamín (1936) llama “el aura”.
Luego de esta apretada trayectoria quizás sólo restar mencionar que en el sector de la
cultura siempre se ha tratado de modalidades de persuasión hacia aquellos sobre quienes
ejerce su encanto. El valor ritual para algunos y de legitimación del poder político en
otros casos es rápidamente captado por la industria que utiliza ese carácter de seducción
para atraer la demanda en la lógica del mercado. Un efecto que vira de respetar lo
sagrado hacia nuevas formas de consagración.
3. CONCEPCIONES TEÓRICAS-
La raíz latina de la palabra cultura es colere que puede significar desde “cultivar y
habitar”, hasta “veneración y protección”, que a través del latín cultus desemboca en
culto. El amplio campo de significación del término encierra, como vemos, posibles
controversias que oscilan entre la libertad y el determinismo, la acción y la reacción, el
cambio y la identidad, lo dado y lo creado. En esta línea, Terry Eagleton -discípulo de
Raymond Williams- propone que:
“Entendida como un control organizado del desarrollo natural, la cultura sugiere una
dialéctica entre lo artificial y lo natural, entre lo que hacemos del mundo y lo que el
mundo nos hace a nosotros. Desde un punto de vista epistemológico, es un concepto
realista, puesto que implica la existencia de una naturaleza o material crudo más allá de
nosotros mismos; pero también posee una dimensión constructivista puesto que ese
material crudo se ha de elaborar de una forma muy significativa en términos humanos.
Más que reconstruir la oposición entre cultura y naturaleza, lo importante es entender
que el término cultura ya incluye en sí mismo esa reconstrucción.” (Eagleton, 2001)
“La cultura, entendida como civilización, toma prestadas las distinciones entre lo
elevado y lo bajo de los primeros antropólogos, según los cuales algunas culturas eran
manifiestamente superiores a otras; pero conforme el debate creció, la visión
antropológica del mundo se volvió más descriptiva y menos evaluativa.” (Eagleton,
001).
En el ámbito de la gestión cultural corresponde estar atento a esa fuerza que alberga a
Thanatos, porque si bien es la fuerza subversiva también es una potencia de sensibilidad
social capaz de vislumbrar las tensiones de una época. En este sentido, si se logra
reconducir ese ímpetu, se construyen proyectos que canalizan el caudal de una fuerza
capaz de fundar no sólo ámbitos de consagración que reemplazan a los antiguos ámbitos
sagrados, sino también nuevos y genuinos espacios de socialización.
“La cultura, en consecuencia, es sintomática de una fractura que ella misma se presta a
superar: Como el escéptico dijo del psicoanálisis: es la enfermedad que ella misma se
propone curar” (Eagleton, 2001)
De modo tal que no estamos pensando aquí la sociedad como un paraíso armónico
donde la cultura es el bálsamo de todos los males, sino como un ámbito de conflicto
donde la cultura opera regulando, articulando las distancias y las proximidades
entre sujetos, para evitar “pinchazos”. Pero si los vínculos sociales están intervenidos
por la cultura: ¿Qué es lo que nos vincula como sujetos de comunidad? ¿Qué es lo que
evita que los sujetos nos matemos unos a otros? ¿Qué es aquello que interviene para que
exista lo que solemos denominar “cohesión social”? Para comenzar a responder a estas
preguntas digamos que la inclusión de los sujetos a un sistema simbólico se encuentra
facilitada por la cultura y por ende, los lazos sociales entre los sujetos se encuentran
atravesados por la cultura, y es ella la que facilita la inclusión social de los mismos , aún
en época o circunstancias de exclusión o crisis sociales.
3. c. El valor de los espacios culturales en nuestra época
¿Qué sentido tienen en nuestra época los espacios o proyectos culturales? ¿Cómo pensar
la relación entre lo que se pretende gestionar y el contexto en el que se ensambla?
¿Cómo gestionar proyectos acordes a un momento histórico en el que ya no prima el
arte en la vida cotidiana, mucho menos en vinculación con lo sagrado y el monopolio de
consagración que ofrecen las grandes industrias se reserva para unos pocos?
Nuestro entorno social fluido, en perpetuo cambio, en el que cambian las reglas del
juego sobre la marcha pareciera que la experiencia de construcción de un proyecto se
presenta como muy complejo. Bauman (2005) complejiza la noción de comunidad y
explica a que la constitución del Estado moderno sustituyó las antiguas lealtades hacia
la parroquia, la comunidad, el vecindario o el gremio artesano, por nuevas lealtades de
corte ciudadano hacia la totalidad abstracta y distante de la nación y de las leyes del
país.
Pero en nuestra época eso ya no ocurre u ocurre cada vez menos, porque nuestros
tiempos son de desvinculación, caracterizados por la alta velocidad, aceleración,
reducción de los términos de compromiso, de flexibilidad, reducción de empleo y
externalización. Bauman sostiene que las lealtades personales disminuyen su alcance a
través del sucesivo debilitamiento de los lazos nacionales, los lazos regionales, los lazos
comunitarios, los lazos con el vecindario, los lazos familiares y finalmente, los lazos
con una imagen coherente de la propia identidad.
La trama social que se establece convoca a la cultura para articular y dar una coherencia
simbólica a las asociaciones que mantienen la vida de espacios, clubes, museos, centros
culturales. La trama de las configuraciones vinculares posibilitan la asociatividad entre
miembros de un determinado grupo. Es en este aspecto que nos interesa pensar el eje
cultural como aquel que articula los vínculos entre los sujetos tanto en un sentido
teórico general como en un sentido estrecho y particular correspondiente a cada equipo
de trabajo.
Así es que podremos entender las formaciones colectivas en una época donde pareciera
que lo que impera es la desvinculación donde los sujetos pierden espacio, porque la era
de la virtualidad establece conexiones fugaces, intempestivas y líquidas, que se
materializan en modelos de industrias culturales monopolizadas. Por el contrario, a
pesar de que nos acechan tiempos virtuales existen aún formas que intentan mantener y
sostener espacios para el encuentro de sujetos que están situados.
Después de todo lo dicho hasta acá convendría recordar que los clubes culturales,
museos, espacios y centros culturales son espacios de socialización. Así es que resulta
relevante revisar como se fundan proyectos culturales para que los sujetos se vinculen
en un marco de coordenadas temporo-espaciales, es decir, en ámbitos definidos de
relación.
Y si la cultura ha existido en su función articuladora, facilitando los vínculos en una
instancia colectiva de intercambio ya sea en un ritual o evento político: ¿Por qué no
pensar que nuestro período histórico podría cumplir quizá ser aquel que podría facilitar
no sólo espacios de consagración cultural, sino de relación entre sujetos?
de este modo con fines pedagógicos para analizar y complejizar dicha clase.
La redacción del plan consiste en elaborar un informe escrito que defina el proyecto
tanto para los involucrados como para instituciones u otros que cooperen en la
realización o desarrollo del mismo. De modo tal que se comuniquen las habilidades,
competencias y capacidades del equipo involucrado, lo cual facilita la comprensión con
mayor precisión del proyecto y sus áreas de incumbencia. Así es que resultará luego
factible distinguir los vínculos que se intentarán establecer con el propósito de diseñar
alianzas estratégicas y obtener líneas de financiación o recursos.
Sólo en caso de que el proyecto cultural ya esté en funcionamiento, bajo el formato que
sea, en este apartado el responsable de la gestión puede describir, de forma más o menos
sintetizada, los antecedentes e historial, indicando su denominación y localización,
relatando en una breve descripción su actividad así como sobre el circuito en el que
opera. Dicha información sirve para conocer la realidad y trayectoria. A continuación,
veamos cómo se organizan los sub-apartados de esta sección.
Breve Historia
• Fecha de fundación/constitución
• Quiénes fueron los fundadores, dónde se ubicó su primera razón social y donde
está la actual,
• Productos/servicios objeto del proyecto original y circuito o comunidad donde
operó inicialmente,
• Hitos clave de la historia: servicios brindados en distintos momentos, apertura
de nuevas ofertas, crecimiento del equipo, cambios estratégicos y de dirección,
etc.
Actividad:
Factores diferenciales:
En este sub-apartado conviene exponer cuáles son las características distintivas del
proyecto. Es decir: se trata de reconocer lo que destacará al proyecto frente a otros por
la distinción del mismo respecto de la oferta existente en esa área, en otros términos: su
ventaja diferencial. Para encontrarla, conviene pensar en qué se diferencia de otros
proyectos ya existentes y que se asemejan al mismo, lo que implica realizar un análisis
comparativo que permite reconocer las principales características que en principio se
destacan por contraposición a otros proyectos existentes pero que con el transcurrir del
tiempo también constituyen la identidad del proyecto.
Veamos un ejemplo; el Club del Disco es un Club que distribuye obras de autores que
constituyen como “discos difíciles” de describir y de accederr, porque no son
exactamente de ningún género y porque no se consiguen en los circuitos habituales.
Este es precisamente su carácter distintivo respecto de la oferta existente: que por su
modalidad de club permite que mes a mes recibas en tu domicilio un disco “raro”
seleccionado. Todas sus selecciones la presentan en el sitio web y en la revista un mes
antes de que las recibas, dándote la posibilidad de que te informes y de que escuches
fragmentos de las obras.
Además de los recomendados también seleccionan otros discos que funcionan como
alternativas para sumar o reemplazar a tu pedido. De este modo se diferencian de los
sellos discográficos porque han logrado imprimirle a la propuesta el formato de un club
y esa es su principal característica diferencial (si lo desean, pueden ver la web:
http://clubdeldisco.com/sitio/)
Para todos los proyectos, estén en funcionamiento o no, este es un punto fundamental.
El equipo a veces resulta más importante incluso más que lo se quiere producir o
concretar porque en el mismo se condensan las diversas formaciones, trayectorias y
también las capacidades y habilidades para llevar a cabo determinado proyecto. Incluso,
cuando se financian proyectos culturales se presta especial atención al equipo promotor
de las diversas ideas.
Resulta relevante detallar como se constituyó el equipo y de ese modo dejar visible
como contribuye cada cual al mismo y lo que facilita la distinción de
complementariedades. De algún modo, es importante que se distinga la trama de
vínculos tendidas tanto al interior del equipo como al exterior, es decir, con otras
asociaciones u organizaciones, distinguiendo:
• Formación Académica
• Trayectoria Profesional
• Experiencia en el área
•
• Características
• Especificaciones técnicas
• Cualidades funcionales detallando los factores diferenciales
• Demandas que atiende resaltando implícitamente una comparación con las que
satisfacen otros productos, servicios o propuestas.
¿Cuáles van a ser las características que van a definir los productos-servicios que
comercialice?
Detalle de la oferta:
En esta sección conviene detallar lo que se ofertará a modo de un catalogo que posibilite
distinguir visualmente y con precisión los servicios o productos. La descripción permite
una visión de la oferta que da soporte al emprendimiento o programa en general.
Incluso, si se trata de una determinada inclusión novedosa el detalle permite configurar
con prolijidad y precisión de que se trata ese aporte nuevo. Ya que a veces se cree estar
realizando algo muy original pero con difícil transmisión por eso conviene realizar este
ejercicio de escritura de un informe porque el plan aclara para todos sus miembros el
proyecto. Asimismo, se despejan supuestos e implícitos que circunstancialmente se
manejan en los equipos ya que no siempre se acuerda en cuestiones básicas que se
omiten y luego sobre la marcha se suscitan malos entendidos. Se enumeran, a
continuación, algunos aspectos a considerar:
En este subapartado se detallan las características del circuito, con la finalidad de definir
el sector específico en el que se pretende centrar el proyecto, así como el grado de
consolidación del mismo. Hay que tener en cuenta que la madurez de los distintos
espectros del ámbito cultural es diversa y muy heterogénea, motivo por el cual se
recomienda evaluar los siguientes aspectos:
• Circuito/ Subsector donde se desarrolla el servicio o se vende la oferta o el
objeto de la iniciativa.
• Segmentos a los que va dirigida la oferta o la propuesta cultural.
• Mecanismo de comercialización o distribución o afín: en este ítem resulta
conveniente identificar los canales habituales de difusión, de venta de los
servicios o productos en el mercado.
• Aspectos logísticos: se pueden identificar los mecanismos de distribución,
programación, difusión existentes.
• Aspectos técnicos se deben valorar dimensiones específicas a la cuestión, como
normativas vigentes, requerimientos regulatorios institucionales, habilitaciones,
patentes, propiedad intelectual, etc.
• Aspectos administrativos y financieros que suelen caracterizar el circuito y lo
diferencian de los procedimientos habituales.
• Grado de consolidación: identificar la madurez del circuito posibilita disponer
de información y estimaciones relevantes para el desarrollo del plan.
Consideremos que en general los circuitos muy desarrollados ofrecen muchas
barreras de entrada, que obstaculizan el ingreso, por lo cual es necesario
desarrollar estrategias de diferenciación.
4. CONCLUSIONES
5. RESEÑAS BIBLIOGRAFICAS