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DEL LIBRO
Y LA
LECTURA
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ÍNDICE
Primera parte
Segunda parte
DE NUEVAS TÉCNICAS
2
II.I La invención de la imprenta y sus antecedentes históricos:……………...…...….46
II.I.I Incunables…………………………...………………………………………………...54
Tercera Parte
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………... 85
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PRESENTACIÓN
4
ANTES DE
GUTEMBERG
EL LIBRO
MANUSCRITO
Objetivos específicos:
5
Dar a conocer el origen del libro, las bibliotecas
Dar a conocer las universidades y las bibliotecas universitarias
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caña con sección triangular que hendida en arcilla dejaba una marca en forma de
cuña). La usaron los sumerios, acadios, asirios, hititas, persas, babilonias etc.
La invención de la escritura fue un paso en la conquista de la civilización. Pero,
curiosamente, la comunicación escrita no surgió en una cultura concreta, sino en
varias al mismo tiempo: alrededor de los años 4000 y 3000 a.C. En cualquier caso,
el honor de ser los pioneros parece corresponder a los sumarios, que habitaban en
Mesopotámica.
Los primeros sistemas de escritura surgieron con el nacimiento de las ciudades, en
el tercer milenio a.C. En esa época, las relaciones personales comenzaron hacerse
más complejas y fue necesario crear un método para asentar acuerdos comerciales,
comunicar leyes o registrar el pago de un impuesto.
Se cree que los primeros inventores fueron los sumarios, que habitaban en
Mesopotámica. Allí se creo el primer código de escritura en el año 3100 a. C; poco
después apareció otro código en Egipto. Aunque hubo relación entre ambas culturas,
los símbolos que utilizaban eran muy diferentes.
Alrededor del 2500 a.C., los elamitas – que vivían en lo que hoy es Irán – y los
habitantes del rió Indo – actual Pakistán – también inventaron sus propios sistemas
de comunicación. Después ocurrió lo mismo en la isla de Creta, en Asia Menor y en
el valle del rió Amarillo, actual China. La única gran civilización que no escribía era la
Inca.
Pero al paso definitivo se dio con la invención del alfabeto; es decir, con la utilización
de un signo para cada sonido. Tanto la escritura jeroglífica egipcia como la
cuneiforme de los sumerios tenían ciertos de caracteres. Ambos sistemas, los mas
utilizados en el mundo antiguo, fueron poco a poco reemplazados por el alfabeto,
que utiliza pocos símbolos y es el mas fácil de aprender.
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Fueron los emitas – habitantes de la península del Sinai – los que crearon el primer
alfabeto, asignado a los símbolos de los jeroglíficos egipcios nombres de objetos
cotidianos en su propio lenguaje. A través de los fenicios – mercaderes viajeros - ,
esos nombres pasaron al griego, y finalmente se convirtieron en las letras de nuestro
abecedario. Otros pueblos visitados por los fenicios adaptaron el alfabeto a su
manera y así surgieron, además del griego, el arameico – que derivo en los
alfabetos hindú, árabe y hebreo – y el cirílico – que dio origen a los alfabetos de la
lengua eslavas -. Sin embargo, algunos pueblos nunca incorporaron el alfabeto: los
chinos siguen utilizando los signos derivados de dibujos que crearon hace más de
3.500 años. Su escritura tenía más de 50.000 caracteres. La nuestra, 29 letras.
Se cree que los primeros libros del Lejano Oriente estaban escritos sobre tablillas de
bambú o madera, que luego se unían entre sí. Otro tipo de libros eran los
constituidos por largas tiras de una mezcla de cáñamo y corteza inventada por los
chinos en el siglo II d. C. Los chinos fueron los primeros en experimentar la
fabricación de papel (extraído de la morera y del bambú) y de tintas, pues desde
muy antiguo usaban líquidos coloreados, y el negro de humo, y desde el 3000 antes
de Cristo lograban hacer esas tintas indelebles y vivas, que hasta hoy se usan: la
tinta china.
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modo de que se tenga noticia, el Sutra del diamante, data del año 868. El Tripitaka,
otro texto budista, que alcanzaba las 130.000 páginas, fue impreso en el 972. Por
supuesto, imprimir libros a partir de bloques reutilizables resultaba más rápido y
cómodo que tener que escribir las distintas copias del libro a mano, pero se
necesitaba mucho tiempo para grabar cada bloque, y se podía utilizar para una sola
obra. En el siglo XI, los chinos inventaron también la impresión a partir de bloques
móviles, que podían ensamblarse y desensamblarse entre sí para componer
distintas obras. Sin embargo, hicieron muy poco uso de este invento, debido a que el
enorme número de caracteres (kanji o ideogramas) del chino -unos 7,000- hacía
prácticamente inabordable la utilización de este sistema.
En Europa, se comenzaron a imprimir trabajos a partir de bloques de madera en la
edad media, idea que debió llegar como consecuencia de los contactos que por
entonces ya se tenían con Oriente. Los libros impresos con bloques de madera
solían ser obras religiosas, con grandes ilustraciones y escaso texto.
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imprenta llegó muy pronto a España, y se supone que el primer libro español se
imprimió en 1471, aunque este hecho no está documentado.
Se sabe que en 1472 Johann Parix imprimió el Sinodal de Águila fuerte, que se
considera hoy en día, (a falta de datos sobre otros) el primer libro impreso español.
El primer libro fechado impreso en España fue Comprehensorium de Johannes
Grammaticus, que salió de la imprenta valenciana de Lambert Palmart el 23 de
febrero de 1475.
En los siguientes años, y auspiciados por la política cultural de los Reyes Católicos,
aparecerían otros muchos libros, como la primera gramática española, la Gramática
Castellana del humanista Elio Antonio de Nebrija, impresa en Salamanca en 1492, y
que resultaría fundamental para la fijación de nuestro idioma. Esta Gramática fue
publicada en el Siglo XX por la Edición de la Junta del Centenario MCMIXLVI,
Madrid, 1946, en 2 volúmenes, en la que el segundo es una reproducción del
incunable, sobre la edición "princeps" de 1942, y un apéndice con reproducciones de
gramáticas románicas.
La prensa fue el primer instrumento usado por la imprenta, con la que se imprimía
por presión.
La imprenta llegó a América algo más tarde, en 1540, año en que comenzó a
funcionar la primera en México. La edición de libros se inició en seguida y se
multiplicó vertiginosamente. Los impresores renacentistas italianos del siglo XVI
establecieron algunas tradiciones que han sobrevivido hasta nuestros días. Entre
ellas se encuentran, por ejemplo, la del uso de caracteres de tipo romano e itálico,
de composiciones definidas o de portadas de cartón fino, a menudo forradas en piel.
Utilizaban también las planchas de madera y de metal para incidir en ellas las
ilustraciones y establecieron los distintos tamaños de los libros -folio, cuarto, octavo,
duodécimo, 16º, 24º y 32º.
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forma cuatro hojas (ocho páginas), y el libro consiguiente se denominará cuarto, y
así sucesivamente. Los editores europeos contemporáneos y las imprentas
tradicionales continúan utilizando esta terminología. A partir de la Revolución
Industrial, la producción de libros se fue convirtiendo en un proceso muy
mecanizado. En nuestro siglo, se ha hecho posible la publicación de grandes tiradas
de libros a un precio relativamente bajo gracias a la aplicación al campo editorial de
numerosos e importantes avances tecnológicos.
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forma, si su finalidad es hacer circular las palabras e ideas, reales o de ficción, sigue
siendo un libro.
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CALVET, LOUIS-JEAN
"Historia de la escritura. De Mesopotámica hasta nuestros días"
Editorial: EDICIONES PAIDÓS IBÉRICA, S.A. (Barcelona: 2001)
Alfabeto: palabra de origen griego formada a partir de alpha y beta, nombre de las
dos primeras letras de su abecedario, serie de signos escritos que cada una
representa un sonido o más de uno que se combinan para formar todas las palabras
posibles de una lengua dada.
El alfabeto trata de representar cada sonido por medio de un solo signo, lo que se
consigue Pocas veces, excepción hecha del coreano (que es el más perfecto) y, en
menor grado, de los silabarios japoneses. Los alfabetos son algo distinto a los
silabarios, pictogramas e ideogramas. En un silabario un solo signo representa una
silaba (secuencia de fonemas, entre dos y cuatro, que se emiten sin pausa). Por
ejemplo, el japonés posee dos silabarios completos – el hiragama y el katakana –
inventados para complementar los caracteres que poseían de origen chino. Un
sistema pictográfico representa por medio de dibujos los objetos que así lo permiten,
por ejemplo, el dibujo de un sol significa la palabra sol. Un sistema ideográfico
emplea la combinación de varios pictogramas para representar lo que no se puede
dibujar, como las ideas y los verbos significación abstracta. Así se combinan los
pictogramas chinos sol y árbol representan la palabra del punto cardinal Este. Casi
todos los alfabetos poseen entre veinte y treinta signos, aunque el rokotas, de las
islas Salomón, solo contiene once letras, mientras que el khmer cuenta nada menos
que con setenta y cuatro letras.
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pasa a representar un sonido. Normalmente, el sonido es el sonido inicial de la
palabra hablada indicada por el pictograma original. Así en el semítico temprano, un
pictograma que representaba una casa, paso a ser la escritura de la b, primera letra
de la palabra beth que en este idioma es como se decía casa. El símbolo primero
significo casa, luego la idea del sonido b y mas tarde es la letra b, tal y como ha
llegado al alfabeto español.
Los primeros inicios de escritura alfabética fueron hallados en antiguas minas del
sinal, que habían pertenecido a los egipcios. Petrie, el autor del hallazgo, observo
que la escritura, por su pequeño numero de caracteres, parecía ser alfabética, y que
plasmaba el idioma semítico.
¿Qué hacia escritura semítica en estas minas egipcias? Como se supo mas tarde,
los egipcios se habían valido de los cananeos como esclavos para explotar dicho
yacimientos, por lo que es fácil deducir que los mineros habían aprendido el sistema
en Canaan antes de ser apresados. Así, todo apuntaba a que la escritura alfabética
había nacido en Canaan, a partir de escrituras protocananeas semiprotograficas: las
letras tomaban el nombre del pictograma que representaban antaño (la primera letra,
que tiempo atrás se asemejaba a un buey, se llamaba “aleph” – buey -). Siendo los
cananeos, habitantes de una región de paso para egipcios, babilonios, hititas y
cretenses; y siendo, como eran, comerciantes natos; parece lógico que necesitasen
valerse de un sistema rápido, sencillo y sin ambigüedades.
Con el tiempo, la idea de que escriturase fue contagiando a otras regiones. En l siglo
XIV a de C., los habitantes de Ugarit, mercaderes en su mayoría, persuadidos por el
descubrimiento cananeo, adoptaron el cómodo sistema alfabético para transcribir su
idioma, con un total de 30 signos cuneiformes. Esta forma de escritura desapareció
por la crisis de Ugarit en el 1200 a. de C. Tras otras invenciones como el lineal A
(sistema de escritura silábico que tuvo un lapso de uso que va desde el siglo XVIII a.
C. al XV a. C., donde el sentido de la escritura es horizontal de izquierda a derecha)
o la escritura pseudos-jeroglífica, la idea del alfabeto parece resurgir de nuevo en
zonas de Israel. Quienes rescataran el sistema alfabético del desuso serán los
fenicios, comerciantes viajeros empedernidos, que a partir del siglo XI a. de C.
Comienzan a usar una escritura alfabética, inspirados en los antiguos cananeos.
Contaba con 22 caracteres, ninguno de ellos vocálico.
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Mas tarde, los griegos comerciantes aparecieron la comodidad que podía permitir un
sistema alfabético: es por eso que tomaron los caracteres fenicios con un nombre
aproximado al de estos (“alfa” en lugar de “aleph”; “beta” en lugar de de “beth”).
Además, convirtieron cinco consonantes débiles en vocales.
La adopción del alfabeto fenicio por los griegos entre el 1100 al 800 a. de C. No
significa que antes fueran iletrados: como ya hemos visto se valían anteriormente del
lineal B (sistema de escritura silábico que tuvo un lapso de uso que va desde el siglo
XVI a. de C. al XI a. de C., donde el sentido de la escritura es horizontal de izquierda
a derecha). Respecto a la razón a la que responde ese cambio de sistema tan
repetitivo, los expertos discrepan. Unos defienden que se basa en razones
comerciales y otro, los románticos, consideran que se debe al deseo de algún culto
coetáneo a Homero de conservar la belleza de la iliada y la Odisea en un sistema
aproximado para escribir poesía épica: sin duda, el sistema fenicio con la
introducción de las vocales era ideal.
Así, los etruscos tomarían mas tarde el sistema alfabético de los griegos, y los
romanos a su vez de los etruscos, expandiéndose así el sistema alfabético ideado
por los fenicios a lo largo de Europa y, mas tarde, de todo el mundo.
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de ambas escrituras es diferentes, pero las diferencias son puramente formales: la
mayoría de los signos coinciden.
EL ALFABETOS CIRÍLICO: fue, según dicen, ideado por san cirilo en el siglo IX por
petición del rey de Moraría, para tener un alfabeto diferente al que exigía la Iglesia
de Roma. Tenia en su origen 43 letras, aunque hoy apenas cuenta con 30.
LOS ALFABETOS SEMÍTICOS: su característica común es la de que solo anotan
22 símbolos, todos ellos consonánticos. Los sonidos vocálicos han de ser intuidos
por el lector a partir de una serie de “puntos” cuya posición indica el sonido
pertinente en cada caso. Dos ejemplos de escritura semítica son el HEBREO y el
ARAMEO. El hebreo es la lengua de los judíos ortodoxos, con sus modalidades; y el
arameo fue el sistema oficial de varios imperios, llegando incluso hasta la India.
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CROATTO, JOSÉ SEVERINO SJ.
"Origen y evolución del alfabeto"
Editorial: COLUMBA. (Buenos Aires, 1968)
Sin embargo, algunos autores culturalistas hacen llegar la Antigüedad tardía europea
hasta los siglos VI y VII, mientras que, en lo político, los partidarios de la escuela
“mutacionista” francesa la extienden hasta algún momento entre los siglos IX y XI,
cuando el Estado central, la propiedad pública y los impuestos dieron lugar al
feudalismo y sus censos.
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El concepto más tradicional de Historia Antigua presta atención al descubrimiento de
la escritura, pero las orientaciones mas recientes procuran atender al sistema social
o el nivel técnico. Según estos criterios la Edad Antigua se inicia con la vida urbana,
considerada en un sentido amplio, y tiene su fin en diversos momentos según el
área geográfica de la que hablemos. Así algunos pueblos cazadores-recolectores
actuales aun no habían abandonado la prehistoria mientras que otros entraron
violentamente en la edad moderna o contemporánea de la mano de las
colonizaciones del siglo XVI o XIX.
Los pueblos cronológicamente contemporáneos a la historia escrita del Mediterráneo
Oriental pueden ser objeto de la Protohistoria, pues las fuentes escritas por griegos,
fenicios, hebreos o egipcios, además de las fuentes arqueológicas, permiten hacerlo.
Conceptos como Edad Media o Edad Moderna pueden considerarse validos solo
para Europa; así Asia, África o América deben recibir una periodizacion propia y
original, coordinando sus cronologías para entender mejor como los logros de una
cultura acabaron por influir en las otras.
Libro
Libro, obra impresa o manuscrita no periódica que consta de una serie de hojas
(más de 49 según la definición de libro dada por la UNESCO) de papel, pergamino,
vitela u otro material, cosida o encuadernada que se reúne en un volumen. Un libro
puede tratar sobre cualquier tema. Es cada una de las partes de dicha obra y los
códigos y leyes de gran extensión.
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Un libro es una colección de uno o más trabajos escritos, usualmente impreso en
papel y envuelto en tapas para proteger y organizar el material impreso.
Tras la caída del imperio formado por Alejandro Magno, Ptolomeo I fundó un
poderoso reino en el valle del Nilo, cuya capital, Alejandría, sería el albergue de uno
de los centros culturales más importantes del mundo antiguo.
El final de la magna biblioteca no ocurrió, como suele suponerse, de una sola vez.
Cuando César conquistó Alejandría en el año 47 a. de n. e., parte de la colección
ardió a consecuencia del descuido de las tropas romanas; se dice que Antonio
compensó a Cleopatra por la pérdida regalándole 200,000 rollos de la biblioteca de
Pérgamo. Finalmente, en el año 391 de nuestra era, el arzobispo Teófilo de
Antioquía y sus hordas cristianas destruyeron el templo de Serapis y con él, los
restos de la colección.
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Inicios de la edad media
Edad media,"
21
gente. Fue en Antioquía donde a los discípulos se les llamó “cristianos” por primera
vez» (Biblia, Nueva Versión Internacional).
Ramas
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Existen otras denominaciones e iglesias las cuales se identifican como cristianas
pero que se alejan por su propia voluntad de la clasificación descrita anteriormente.
Estas incluyen a las Iglesias Indígenas Africanas con cerca de 110 millones de
miembros (las estimaciones varían significativamente), la Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los Últimos Días (llamados también mormones) con más de 12 millones
de miembros, los Testigos de Jehová con aproximadamente 6,5 millones de
miembros, y otros grupos (Fuente:[2]). Los primeros líderes de la mayoría de estos
grupos fueron originalmente adherentes protestantes.
Las Iglesias de la Comunión Anglicana dicen ser los seguidores de la "vía media," un
camino entre el Catolicismo Romano y el Protestantismo y por ende, a menudo se
listan separadamente.
Desarrollo de las ramas del cristianismo desde la raíz del cristianismo primitivo.
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La historia del cristianismo es difícil de separar de la de Europa occidental (y de
varias otras culturas y regiones) en general. En resumen, podemos notar la
expansión inicial del cristianismo a través de la cuenca del Mediterráneo, su
legalización bajo Constantino I el Grande y el establecimiento como religión oficial
del Imperio Romano bajo Justiniano I; el desarrollo de antiguas comunidades
minoritarias en Persia, India, y China; la conversión de varios reinos europeos; el
Gran Cisma donde se separó el cristianismo ortodoxo de oriente del catolicismo
romano (fechado convencionalmente en 1054); la pérdida del norte de África y el
Medio Oriente a manos del Islam; la Reforma Protestante con la publicación por
parte de Martín Lutero de sus 95 tesis en 1517); expansión del cristianismo en las
Américas, Oceanía, las Filipinas y Corea del Sur; la división del protestantismo en
cientos de denominaciones destacando últimamente el rápido crecimiento del
pentecostalismo y el evangelicalismo; y los debates modernos de la ciencia,
criticismo bíblico y el feminismo.
Cristianismo
La reconquista cristiana
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En este proceso el núcleo central, que llegó a agrupar Asturias, Galicia, León,
ambas Castillas y gran parte de Andalucía, fue el más poderoso. Navarra, en el
centro, es el más pequeño y, en el este peninsular, Aragón y Cataluña, llegaron a
ser, con su unión, la fuerza política y económica muy poderosa.
Vidal social
Esta división debida a procesos históricos muy marcados se manifiesta en
diferencias sociales y culturales que se mantienen hasta el presente. El núcleo
central, castellano, más preocupado con su extensión hacia el sur, permanece en la
vida política, relativamente aislado de Europa. El núcleo del Este, Aragón y, en
especial, Cataluña, mantuvieron relaciones, políticas y comerciales, más estrechas
con las naciones de Europa.
Vida religiosa
Cristianos
El establecimiento de los nuevos reinos representa también el regreso a la tradición
latina y cristiana. En este proceso de reintegración cultural contribuyeron de manera
muy notable las órdenes monásticas francesas, de Cluny y más tarde del Cister
invitadas inicialmente por los reyes peninsulares. Los monjes franceses mantuvieron
estrechos contactos con los monasterios franceses de que procedían, estableciendo
así en la Península una extensión de las tradiciones religiosas, literarias y artísticas
francesas. Aunque el concepto de Cruzada contra los infieles no fue nunca popular
en España, como lo fue en Francia, el predominio religioso de los cristianos en la
sociedad y en las estructuras políticas quedó firmemente establecido con la
consideración de ser tierra de cristianos y la importancia que tuvieron las llamadas
Órdenes militares.
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marcadas donde mantuvieron sus formas de vida. Ambos grupos tuvieron gran
importancia, aunque de manera distinta, en la vida económica de los reinos
cristianos.
Vida cultural
La contribución de los monjes y, en general, de los eclesiásticos al desarrollo de la
vida cultural de este tiempo no se puede exagerar, tanto en la educación y cultura
artística como en su servicio de consejeros en las cortes de los reyes y ayuda en el
desarrollo económico de los reinos. A ellos se debe también la creación de
instituciones de enseñanza, escuelas, de las que se derivaron las universidades.
Los traductores
Una actividad de importancia en la que participaron no sólo los monjes, sino también
colaboradores moros y judíos es la traductora, que permitió la llegada a Europa de
muchos adelantos científicos de los árabes.
La literatura
De gran importancia es el desarrollo lingüístico que llega a estabilizarse a partir del
siglo XII, dando lugar a derivaciones del latín que ahora se fijan con la escritura
dando lugar a los idiomas de España, gallego, catalán y castellano, éste
absorbiendo otras formas dialectales (leonés y aragonés). Comenzando en todos
ellos una literatura de gran importancia todavía: poesía lírica y épica, narraciones en
prosa, tratados jurídicos e históricos.
El arte
A los monjes se debe también la introducción en España de los dos grandes estilos
medievales, a los monjes de Cluny el románico, a los del Cister el gótico, aplicado
especialmente a construcciones religiosas. La diferencia que se percibe entre ambos
estilos, son, unas, técnicas, otras de expresividad. Todas responden a la diferente
espiritualidad de ambas órdenes. Mientras la orden de Cluny envisionaba el mundo
espiritual según las estructuras feudales francesas, los del Cister preferían ver los
momentos íntimos y emotivos de las relaciones del hombre con Dios. Consecuencia
de la constitución social de la Península fue el desarrollo de un estilo de arquitectura
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y decoración en el que los elementos árabes, se mezclan con los franceses, creando
el, típicamente hispano, estilo mudéjar.
* BIBLIOTECA
La voz biblioteca (del griego βιβλιοθήκη biblion = libro y thekes = caja). Literalmente
sería "caja de libros", o de guardar libros, pero por extensión se sustituye "caja" por
edificio, departamento, o habitación. También se da el nombre de biblioteca a la
colección o conjunto de dichos libros o al mueble que los contiene. Existen también
las bibliotecas ambulantes cuyos libros pueden circular en vehículos apropiados
para prestarlos a los lectores en distintos lugares. También se define como una
colección de documentos (tanto libros, CDs, DVDs, CD-ROMs) organizados para su
uso.
Casi todas las capitales y ciudades importantes del mundo poseen una buena
biblioteca con un número elevado de publicaciones.
Historia
Biblioteca de Alejandría.
Son escasas las noticias de bibliotecas que ofrecen los historiadores o que hayan
revelado las exploraciones científicas. Diodoro de Sicilia refiere la existencia de la de
un faraón que él denomina Osymandyas (probablemente, Ramsés II) y que estaba
en la ciudad de Tebas, donde los exploradores Champollion y Wilkinson
descubrieron señales de una biblioteca que debió existir catorce siglos a. C. Sin
embargo, vale por todas la famosa biblioteca greco-egipcia de Alejandría, fundada
por Ptolomeo I Sóter (año 323 a.C.) la cual llegó a poseer 700.000 volúmenes según
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Persio. Para ella hizo traducir Ptolomeo II Filadelfo (285 a.C.) la Sagrada Biblia de
los judíos del hebreo al griego, traducción conocida con el nombre de Versión de los
Setenta. Pereció definitivamente aquel centro del saber antiguo al ser conquistada la
ciudad por los árabes en el 641, según dicen los historiadores, aunque ya en tiempo
de Julio César sufrió otra destrucción por los soldados del mismo. De entre los
griegos, tiene su celebridad histórica la Biblioteca de Pérgamo, fundada por
Eumenes II y Atalo II (198-137 a.C), la cual contaba con unos 200.000 volúmenes al
tiempo de ser transportada por Antonio u Octavio Augusto a Alejandría y, asimismo,
la que se dice fundada en Atenas por Pisístrato (siglo VI a. C.), que pasa por ser la
más antigua de Grecia. De mediados del siglo V fue la biblioteca de Nehemías a que
alude el Libro II de los Macabeos (cap. II, vers. 13) y que, sin duda, llegó a ser griega
y hebrea.
BERGUA, JUAN B.
Historia de las Religiones: El Cristianismo.
Colección "Tesoro literario".
Ediciones: IBÉRICAS Madrid, 11/1977
28
Manuscrito alcoránico del siglo XV.
Ayuntamiento de segorbe. Detalle de la Manuscrito alcoránico del siglo XV.
iluminación Ayuntamiento de segorbe. Detalle de
la restauración
Como se sabe, la educación en sí, nace cuando nace el hombre. Los conocimientos,
la información, la educación, etc., existe muchos años antes que se formara la
institución conocida como Universidad. Grecia y Roma formaron una muy buena
base de educación, saber e investigación, con maestros, alumnos; fue la época de
los grandes eruditos, de la grandes escuelas y liceos, de los grandes sabios, como
Aristóteles o Platón, que sin existir el término Universidad, supieron forjar una
excelente masa de conocimientos que hasta nuestros Días influyen. La Universidad
es una institución de larga y compleja historia, que ofrece caras diversas al
observador según las épocas y según los países. Sirve a la vez a distintos fines que
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no siempre es fácil reducir a una idea central. La aparición de la burguesía
acompaña el nacimiento de las Universidades. Esta naciente burguesía se organiza
por medio de las asociaciones, en el principio asociativo hallará la clave de su
fuerza. Fruto de ese espíritu asociativo son las universidades, estudiantes y
maestros de las escuelas antiguas, se asocian en corporaciones autónomas.
. La Universidad Medieval
30
La Universidad Napoleónica
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el fin principal de ésta es la educación liberal de sus discípulos, este ultimo punto
para Newman tenía carácter general.
El problema de la educación liberal se plantea encuadrado en una agria polémica
que agitó el campo universitario durante al juventud del cardenal y que bajo distintos
aspectos se ha prolongado hasta hoy.
Cuando en 1800, la Universidad de Oxford reformó su sistema de exámenes para
acabar con el ambiente de relajación que en el siglo XVIII había alcanzado
proporciones alarmantes se dio que el examen intermedio que debían alcanzar
todos lo candidatos al grado de bachelor of arts, comprendía tres pruebas, una de
religión otra lengua y cultura clásica y otra tercera de matemática y ciencias físicas.
Contra este sistema se alzaron voces de los que propugnaban una rigurosa
especialización profesional.
Contra esta posición surgió la defensa del sistema de Oxford concebido con un
espíritu de educación liberal, que es el conjunto de conocimientos y la disciplina
intelectual que un hombre ha de tener como tal, con independencia de su concreta
actividad profesional o de su especialización. No es un medio para alcanzar otros
fines, sino que es un fin en sí misma, que tiene un fin tangible, real e idóneo.
Newman sostiene que la investigación no es uno de los fines esenciales de la
Universidad, tampoco lo es la formación de científicos. Ha de basarse precisamente
en la idea de la unidad del conocimiento, es decir en la idea de que todas las ramas
del saber están entre sí en íntima relación, porque son en realidad parte de un todo.
El fin de la educación liberal, es la formación intelectual del estudiante, su misión es
conferirle unos hábitos y unos modos de pensar que dilaten su horizonte espiritual y
disciplinen y ordenen su capacidad de juicio y el ejercicio de su inteligencia, esa
formación intelectual va dirigida a su vez a modelar un tipo humano determinado
Para lograr estos fines la Universidad ha de convertirse en imperio del saber y la
cultura, en que reine un ambiente de mutuo intercambio de ideas y en que se
discutan el ámbito y la función de cada rama de la Ciencia y sus relaciones
recíprocas. La obra de Newman refleja el ideal de la educación inglesa en la época
victoriana, creación de una élite de hombres dotados de una preparación general y
de una determinada actitud ante la vida.
32
BAYEN, MAURICE.
33
La ilustración va a suponer un espíritu nuevo en todos los órdenes. Con la dinastía
borbónica el sometimiento de la Universidad al Estado, perdiendo su autonomía.
Aunque entre las múltiples reformas Carlos III, intenta la de las enseñanzas, pero la
expulsión de la Compañía de Jesús, se interpreta hoy como una forma de terminar
con el poder de estos para poder llevar a cabo la reforma, ya que controlaban buena
parte de los centros. Pero pese al interés de las reformas de Carlos III, no
supusieron el fruto que se hubiera deseado.
34
esta época se crean nuevas facultades, que no acompañó de un incremento en el
mismo grado del personal de biblioteca.
BAYEN, MAURICE.
35
I.4 AMÉRICA PRECOLOMBINA
Se admite, que el hombre americano, es de origen asiático, que deriva de las hordas
siberianas que franquearon el estrecho de Bering, 35.000 años antes de nuestra
Era, extendiéndose luego hacia el sur en lentas emigraciones. Las más antiguas
culturas han sido encontradas en Arizona, Nueva México y Nevada (Folsom,
Cochise). Las primeras civilizaciones de América Central aparecieron hacia 1500 a.
J. C., con la alfarería y el cultivo del maíz. La historia comienza desde el período de
los olmecas, sobre las altas mesetas mexicanas. Pero el logro de una brillante
civilización es obra de los mayas (sur de México, Guatemala, Honduras), a partir de
siglo ll d. J. C. Las ruinas de Palenque, Copán y Tikal dan testimonio de una
organización compleja, con cálculos precisos del tiempo y los movimientos de los
planetas, una escritura jeroglífica y una religión que dominaba todas las actividades
sociales del Antiguo Imperio (desde los siglos lll al X). En la misma época, otras
civilizaciones brillaron más al norte: zapotecas, El Tajín, Teotihuacan. En los siglos IX
y X, invasores procedentes del norte transformaron las altas mesetas mexicanas, y
los toltecas fundaron un Imperio. Su encuentro con los mayas dio lugar a un Nuevo
Imperio Maya, en el que diversos pueblos se unieron en la liga de Mayapán (siglos X
al XII). Después, los aztecas, recién llegados, dominaron, a su vez, las altas
mesetas, luego de haber fundado su capital de Tenochtitlán - México, llegando a ser,
en los siglos XIV y XV, dueños de un vasto Imperio, dominador de los pueblos
vencidos mediante una tiranía militar y una religión de sangrientos sacrificios. Por
esta razón, los españoles encontraron numerosos aliados entre los oprimidos,
impacientes por sacudirse del yugo de los aztecas. Más al sur todavía, en las
montañas de los Andes, otro pueblo, los incas, organizaron, a partir del siglo X, un
notable Imperio cuyo centro se encontraba en el actual Perú. Una red de caminos,
36
de almacenes, de mensajeros, un sistema de impuestos, así como una especie de
socialismo de Estado y el culto al Sol son las características de esta civilización que,
a comienzos del siglo XVI, sucumbirá con la llegada de los conquistadores
españoles.
La palabra códice viene del término en latín codex, que significa "libro manuscrito", y
se utiliza para denominar los documentos pictóricos o de imágenes que fueron
realizados por los indígenas de México y América Central.
38
En ellos están plasmados temas derivados de la tradición indígena antes de la
llegada de los españoles y las nuevas preocupaciones o intereses aportados por
estos últimos, como la religión cristiana, los problemas económicos y sociales
originados por el contacto y la vida indígena en el periodo de la Colonia. La
producción de códices continuó llevándose a cabo, hasta el siglo XVIII. Se les ha
llamado "testimonios" manuscritos pictóricos o pictográficos: pictóricos porque son
imágenes y pictográficos por estar escritos por medio de dibujos, los cuales
presentan una codificación completa de estas pinturas, que son estilizaciones
extraídas de manifestaciones plásticas muy antiguas y elaboradas.
SISTEMA DE ESCRITURA
Un mismo sistema puede servir para muchas lenguas y una misma lengua puede
estar representada por diferentes sistemas. Los grafemas fundamentales de una
escritura pueden completarse con la utilización de diacríticos, de ligaduras y de
grafemas modificados.
CALVET, LOUIS-JEAN
"Historia de la escritura. De Mesopotámica hasta nuestros días"
Editorial: EDICIONES PAIDÓS IBÉRICA, S.A. (Barcelona: 2001)
La lectura oral o expresiva nos permite mejorar la pronunciación de los sonidos que
conforman las palabras, así como el ritmo o la entonación que tiene un texto. En
general, contribuye enormemente a mejorar nuestra comunicación porque nos
habitúa a hablar en voz alta ante un público, con soltura y naturalidad.
Por otra parte, se acostumbra a la lectura en voz alta, que se la pueda desarrollar en
los años inferiores. Cuando los niños repasan sus lecciones y tareas en sus casas,
también repiten este proceso, que va creando dificultades progresivas, pues leer en
voz alta no se lo puede hacer siempre y en cualquier espacio.
Es preferible no emplear la lectura oral en los grados superiores, pues los niños y las
niñas para lograr una cabal asimilación del texto leído, deberían ejercer total
concentración y esto solo es posible en la medida en que lea en silencio.
40
Por su parte, la lectura silenciosa resulta más útil para el estudio y la investigación,
porque reclama mayor concentración y atención. Es un instrumento efectivo de auto
educación y un medio de enriquecimiento de experiencias.
(Directores)
41
DESDE GUTEMBERG
HASTA LA
INTRODUCCIÓN
DE NUEVAS TÉCNICAS.
42
Objetivos específicos
Los fundamentos de la imprenta ya habían sido utilizados por los artesanos textiles
europeos para estampar los tejidos, al menos un siglo antes de que se inventase la
impresión sobre papel. El arte de la fabricación de papel, que llegó a Occidente
43
durante el siglo XII, se extendió por toda Europa durante los siglos XIII y XIV. Hacia
mediados del siglo XV, ya existía papel en grandes cantidades. Durante el
renacimiento, el auge de una clase media próspera e ilustrada aumentó la demanda
de materiales escritos. La figura de Martín Lutero y de la Reforma, así como las
subsiguientes guerras religiosas, dependían en gran medida de la prensa y del flujo
continuo de impresos.
44
(1475). En esas mismas fechas había también imprentas en Barcelona, y existen
noticias de impresión en Zaragoza por el libro Manípulus curatorum (1475). Se sabe
de la existencia de una imprenta en Sevilla en 1473, y siete años más tarde en
Salamanca. Hacia 1484 ya se conocían en Burgos las impresiones realizadas por
Fadrique de Basilea; fue en esta ciudad donde se imprimió, en 1499, la copia más
antigua que se conserva de La Celestina. Un año después se realizaron las
segundas ediciones en Toledo y Salamanca, de las que sólo se conserva una de
Toledo, que el editor titula Comedia de Calisto y Melibea. La primera imprenta que se
creó en Madrid data de 1566 y fue obra de Alonso Gómez. En esta ciudad vio la luz
la primera edición de la primera parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la
Mancha en 1605 (la segunda parte apareció en 1615); en aquel año se hicieron
cinco reimpresiones de la obra. Desde los comienzos de la imprenta en España
hasta el siglo XVIII, en que se produce una profunda renovación de la misma, se
suceden importantes nombres de editores, entre ellos, Sancho de Nebrija, en
Granada, o Juan de Ayala, en Toledo. A partir del siglo XVIII cabe destacar a Antonio
Espinosa de los Monteros, Benito de Monfort, Pedro Ifern, Joaquín Ibarra o
Francisco Manuel de Mena, que llevaron a la imprenta española a la altura de las
grandes de Europa.
Los impresores del norte de Europa fabricaban sobre todo libros religiosos, como
Biblia, salterios y misales. Los impresores italianos, en cambio, componían sobre
todo libros profanos, por ejemplo, los autores clásicos griegos y romanos
redescubiertos recientemente, las historias de los escritores laicos italianos y las
obras científicas de los eruditos renacentistas. Una de las primeras aplicaciones
importantes de la imprenta fue la publicación de panfletos: en las luchas religiosas y
políticas de los siglos XVI y XVII, los panfletos circularon de manera profusa. La
producción de estos materiales ocupaba en gran medida a los impresores de la
época. Los panfletos tuvieron también una gran difusión en las colonias españolas
de América en la segunda mitad del siglo XVIII.
45
* LA INVENCION DE LA IMPRENTA Y SUS ANTECEDENTES HISTÓRICOS
IMPRENTA
HISTORIA:
parece ser que fueron naipes las primeras obras que se produjeron, a la vez que
imágenes de santos, ya que en el museo de Bruselas se conserva una xilografía de
1418, que representa a la virgen rodeada de cuatro santos que es la más antigua
que se conoce.
46
Por esta fecha se empezaron a grabar planchas con textos en letras góticas, a
imitación de los códices de aquella época, como donatos, ars moriendi, Biblia
pauperum, y otros.
El trabajo y el tiempo que invertían en grabar estas planchas fueron sin duda lo que
indujo a buscar un medio de lograrlas con más facilidad y rapidez. Pero la verdadera
invención se atribuye hoy casi sin dudas a johannes gutemberg, cuyo mérito fue el
de fundir letras sueltas y adaptar una prensa de uvas renana para la impresión de
pliegos de papel, que es lo que constituyó la imprenta primitiva (1440); le sigue en
importancia peter schöffer, que fue quien concibió los punzones para hacer las
matrices y fundirlas en serie, y finalmente, Johann fust, que aportó el capital para
llevar a buen término la genial empresa.
47
ilustraciones, impresión a más de un color, la primera que pasó directamente del
impresor al encuadernador, sin pasar antes por los ilustradores, y finalmente, la
primera que contiene una errata (que sería corregida en la edición de 1459): en el
colofón dice spalmor(um) en lugar de psalmor(um).
Por lo que se refiere a España, la primera imprenta la instala Johann parix en 1472
en águila fuente (Segovia), donde imprime un sinodal en tipos romanos, primer libro
español de que se tiene noticia.
En América, el primer país que cuenta con imprenta es México (1539), pero al resto
del continente llega en los siguientes siglos, con gran retraso, debido a la oposición
de las metrópolis que preferían enviar libros impresos antes que permitir que se
imprimieran allí.
JOHANNES GUTEMBERG
Fue el inventor de la imprenta y de una tinta que permitía la impresión del papel por
las dos caras.
En 1447 se asoció con peter schöffer, a quién había enseñado su técnica, e imprimió
el mainzer psalterium (salterio maguntino), estampado con capitales a dos tintas.
48
vivir en su residencia de eltwil. Falleció en 1468, como ya ha mencionado
anteriormente.
Este proceso citado (el de las copias de los monjes) era demasiado lento lo que
dificultaba la expansión de libros (con lo cual también dificultaba la expansión de la
cultura). Para los nuevos tiempos, en Europa, se necesitaba una sociedad más culta
y por eso hizo falta que la información saliera de los muros de los conventos.
Llegado este punto y bajo estas circunstancias surgió el invento desarrollado en
estas páginas: la imprenta.
Este proceso también es impulsado por el auge de la tinta (procedente de china) que
se da en esta época.
49
Con la imprenta se pudo conseguir una mayor información para todas las personas y
para todos los lugares, ya que el fácil manejo de este aparato hizo posible una
rápida impresión de todo tipo de texto. la aparición de la imprenta y, por lo tanto, de
grandes cantidades de un mismo texto, significó, no sólo una mayor difusión de la
cultura, sino también una nueva forma de recibirla. La transmisión de unos
conocimientos a través de un libro se hace por medio de signos que hay que
razonar, comprender y aceptar. Ese proceso supone un examen crítico de lo leído y
la posibilidad de recurrir a la información transmitida tantas veces como sea posible.
Estas peculiares condiciones no podían darse en una transmisión oral de la cultura
en la que el maestro, el sacerdote o el jefe siempre o casi siempre, adoptaban una
postura dogmática que no solía permitir la discusión ni, por la inmediatez del
discurso, ni por la reflexión sobre los contenidos transmitidos. Es por lo tanto la
sociedad un punto clave (como en todos los inventos) para la invención de la
imprenta.
Con todo esto estamos mostrando unas posturas de claro rechazo a la idea de que
los inventos surjan por inspiración divina de una sola persona (en nuestro caso de
gutemberg).
pero todo esto no sólo se da en la imprenta, sino que es característico de todos los
inventos, así que después de todas estas páginas escritas llegamos a la conclusión
de dos ideas: de que para que se realice un fenómeno de este tipo tiene que darse
una sociedad que necesite este invento y que detrás de esos inventores tan
renombrados se esconden multitud de personas que han colaborado en la invención,
ya sea de manera directa (colaborando en la invención) o de manera indirecta
50
(obteniendo dinero, con sus trabajos, para invertir en los inventos, y aquí se incluyen
a los jornaleros, campesinos, siervos esclavos...). .
CLAIRE, COLIN.
* Enciclopedia Encarta
* Enciclopedia Larousse
* Enciclopedia, Salvat
II.1.1 INCUNABLES
51
anteriores y después siguieron otros caracteres de fantasía con la gran variedad
hasta los de hoy en día.
Los protoincunables son los libros impresos en los primeros talleres, entre 1472 y
1480. A su vez, se denominan post-incunables aquellos libros impresos a principios
del siglo XVI que por error o debido a una insuficiente información han sido
clasificados como incunables.
Las mayores colecciones del mundo, con el número aproximado de incunables que
poseen, son:
52
Cuando esta declaración de amor, te la ponen delante cual espejo, denotas, -que es
el reconocimiento público de una patología que compartes con un grupo de
personas innominadas e indeterminadas-, y todas, tenemos en común “el amor
incondicional al libro”. Nos consideramos bibliófilos, -literalmente “hijos del libro”- y
más poéticamente “Amor por el libro”.
Durante los años 50 estábamos alrededor de la revista “Bibliófila” que dirigía Antonio
Rodríguez Moñino desde Castalia, después en los ochenta con la revista
“Cuadernos de Bibliofilia” de Cátedra e Infantes,”Noticias Bibliograficas”que dirige
Pablo Torres(1988) y próximamente celebrara su numero 100 y al final de los 90
“Pliegos de Bibliofilia” que dirige actualmente Fermín de los Reyes. Nosotros los
bibliófilos no tenemos registro, asociación, club o como queramos llamarlo donde
poder inscribirnos. Nadie nos da el marchamo de bibliófilos, -no existe-. El ser
bibliófilo es un sentimiento y lo concede uno a si mismo, cuando empieza a notar
unas sensaciones extrañas en tu cuerpo y en tu mente y como San Pablo que
recibió un “fogonazo”, -descubres que tienes una adicción sobre los libros, que
transforma tu tiempo y tu mente.
A partir de ese momento sin darte cuenta descubres que estas enganchado a la
Bibliofilia.
53
Como pueden comprobar estamos poniendo el acento de la definición en el
continente del libro más que en el contenido, en factores exógenos más que
endógenos, en el cuerpo más que en el alma, porque al alma -la obra, el texto- el
valor se le supone, la obra es el único motivo del nacimiento del libro, siempre
debemos tener muy claro, como un axioma, el texto, la obra, el alma, el contenido es
lo que da valor al libro y el continente lo acrecienta.
Díaz Maroto en “La Pasión por los libros”, dice que la Bibliofilia: -es la manía de
coleccionar libros, y somos muy condescendientes con nosotros mismos llamándole
biblio-filia, porque el sufijo filia (hijos de) ennoblece la manía, -si no le tendríamos
que llamar biblio-manía, declarando con el sufijo “manía” la pasión desaforada por el
libro. La patología del coleccionista fue estudiada-muy exageradamente- por el
Doctor Descuret que publico en 1844 su Patología de las Pasiones cuyo
protagonista -el Notario bibliómano- Monsieur Boulard, después de la Revolución
Francesa, llego a poseer 600.000 libros. La historia es como sigue: Monsieur
Boulard llego a un acuerdo con su mujer, no compraría más libros, sino que de
ahora en adelante, solo emplearía su tiempo -en leer y clasificar los que ya
poseía-.Durante varios meses cumplió su palabra, pero cada día se encontraba más
enfermo y más triste, y sin motivo ni causa se “tumbó” (2)
54
suma de tiempo y paciencia, dará riqueza a nuestra biblioteca temática. Téngase en
cuenta que algunos libros -tan solo aparecen en el mercado cuando el anterior
coleccionista se ha desecho de su biblioteca- y si tiene la suerte de encontrarse con
el ejemplar, -no debe desaprovechar”el encuentro.”
Es de todo conocido que una obra de varios volúmenes cuando falta algún tomo, su
precio, queda reducido al 50%, por tanto aplicando este mismo criterio al
coleccionismo en general, a una colección completa, habría que aplicar el 50% de
incremento.
BAYEN, MAURICE.
55
exposición requiere que esta sección dedicada a la geografía imprenta se aborde
desde los factores que condicionaron y marcaron su desarrollo. En una Europa
donde, como punto de partida, las casas reinantes configuran la administración
territorial, carece de sentido ofrecer una división geográfica coincidente con las
fronteras actuales. Flandes e Italia son dos ejemplos elocuentes.
De forma esquemática, estos factores, por ser los que más afectan a la selección de
Fortuna de España, y los que mejor resumen las razones que determinaron que los
textos españoles se imprimiesen en prensas extranjeras, se pueden agrupar en
técnicos y culturales; política, economía, religión quedarían englobados en este
último apartado. Cada uno de ellos traza un mapa geográfico diferente, aunque, a
veces, las fronteras que dibujan se superponen o coinciden parcialmente.
Problemas técnicos
56
técnicos de España. Otro de los remedios buscados al problema de una industria
deficitaria fue la importación de libros y la exportación de textos.
CLAIRE, COLIN.
57
talleres hispanos, dado que su uso continuado por los niños requería que fueran
repuestos con frecuencia.
58
última parte que comprende los libros de entretenimiento, según los gustos del
lector: literatura, historia, etc.
El tamaño de la colección suele ir acorde al nivel social del propietario, y así vemos
que las colecciones más pequeñas se reducen a uno o varios libros de devoción,
mientras que las de tamaño medio contienen libros religiosos y técnicos, en tanto
que faltan los libros de entretenimiento, que sólo aparecen en las bibliotecas de la
nobleza, los intelectuales y los profesionales; tampoco encontramos libros de
literatura en muchas de las colecciones de los clérigos, donde predominan los libros
de teología y espiritualidad.
JOHANN GUTEMBERG
En 1455 Fust entabló un pleito contra Gutemberg, reclamando el dinero que había
invertido en la empresa, por lo que el impresor se vio obligado a ceder su
participación en la misma. Después de su ruptura con Fust, Gutemberg siguió
imprimiendo, tanto en Maguncia como en la cercana ciudad de Eltvile. En 1465
Adolfo II, arzobispo de Maguncia y elector de Nassau, se convirtió en su mecenas,
como reconocimiento a su invento. Gutemberg murió el 3 de febrero de 1468 en su
ciudad natal, donde se ubica hoy un museo que recrea su prensa y su taller.
CHARTIER, ROGER.
Las tertulias y salones dominaron buena parte de la vida social y cultural chilena, en
el siglo que va desde mediados del XIX en adelante. El salón literario era un grupo
mixto que se reunía en la casa de alguna dama. Las tertulias intelectuales y
políticas, en cambio, reunían preferentemente a varones. El sociólogo Hernán
Godoy indica que estas tertulias se transforman posteriormente en "círculos
informales anexos a los cafés o peñas, a revistas o periódicos. Después se
reunieron en las trastiendas de las librerías. Finalmente se extinguieron, "ahogados
por los medios de comunicación audiovisual".
Fernando Bravo Valdivieso las describe como "reuniones de carácter social, político
y cultural, a las que asistían casi exclusivamente miembros de la clase social alta o
intelectuales. Se efectuaban en casas particulares, en días fijos -normalmente uno a
la semana- y para acudir no se requería invitación de los dueños de casa". Así, los
"habitues" a una tertulia podían invitar a algún amigo, y éste, a su vez a otros.
60
El salón -según Vicuña- alentó un ideal de persona cultivada al alcance de hombres
y mujeres, que coincidía con la figura del diletante, del escritor amateur y del esteta,
más que con la del profesor universitario.
A pesar de que antes afirmó que el salón chileno no cumplió con una de las
funciones del europeo, que era la de reunir gente de distintas clases, y jugó más
bien contra este propósito, al alentar una cultura de elite social, afirma luego que por
su carácter mixto y por las disparidades en la educación de quines participaban en
los salones nacionales, es difícil encontrar otra institución capaz de estimular en esa
medida las conversaciones culturales y aminorar las diferencias de género en el
ámbito cultural. Afirma que al participar en debates sobre literatura y arte
contemporáneo los hombres, y en especial las mujeres, ampliaron los horizontes de
sus conocimientos.
61
Una biblioteca pública es un una biblioteca accesible por el público, sin distinción y
que a menudo es administrada por funcionarios públicos y financiada con fondos
públicos o estatales. Los usuarios de una biblioteca pública tienen acceso libre a las
colecciones e instalaciones de ella. Además de existir, previa inscripción, un servicio
de préstamo de libros a domicilio.
Considera como una parte básica y esencial para mantener a una población letrada
y culta. Se le considera un espacio democrático de información y comunicación para
las comunidades en que se insertan.
BIBLIOTECA
La voz biblioteca (del griego βιβλιοθήκη biblion = libro y thekes = caja). Literalmente
sería "caja de libros", o de guardar libros, pero por extensión se sustituye "caja" por
edificio, departamento, o habitación. También se da el nombre de biblioteca a la
colección o conjunto de dichos libros o al mueble que los contiene. Existen también
las bibliotecas ambulantes cuyos libros pueden circular en vehículos apropiados
para prestarlos a los lectores en distintos lugares. También se define como una
colección de documentos (tanto libros, CDs, DVDs, CD-ROMs) organizados para su
uso.
Casi todas las capitales y ciudades importantes del mundo poseen una buena
biblioteca con un número elevado de publicaciones.
Historia
62
Egipto y Grecia
Biblioteca de Alejandría.
Son escasas las noticias de bibliotecas que ofrecen los historiadores o que hayan
revelado las exploraciones científicas. Diodoro de Sicilia refiere la existencia de la de
un faraón que él denomina Osymandyas (probablemente, Ramsés II) y que estaba
en la ciudad de Tebas, donde los exploradores Champollion y Wilkinson
descubrieron señales de una biblioteca que debió existir catorce siglos a. C. Sin
embargo, vale por todas la famosa biblioteca greco-egipcia de Alejandría, fundada
por Ptolomeo I Sóter (año 323 a.C.) la cual llegó a poseer 700.000 volúmenes según
Persio. Para ella hizo traducir Ptolomeo II Filadelfo (285 a.C.) la Sagrada Biblia de
los judíos del hebreo al griego, traducción conocida con el nombre de Versión de los
Setenta. Pereció definitivamente aquel centro del saber antiguo al ser conquistada la
ciudad por los árabes en el 641, según dicen los historiadores, aunque ya en tiempo
de Julio César sufrió otra destrucción por los soldados del mismo. De entre los
griegos, tiene su celebridad histórica la Biblioteca de Pérgamo, fundada por
Eumenes II y Atalo II (198-137 a.C), la cual contaba con unos 200.000 volúmenes al
tiempo de ser transportada por Antonio u Octavio Augusto a Alejandría y, asimismo,
la que se dice fundada en Atenas por Pisístrato (siglo VI a. C.), que pasa por ser la
más antigua de Grecia. De mediados del siglo V fue la biblioteca de Nehemías a que
alude el Libro II de los Macabeos (cap. II, vers. 13) y que, sin duda, llegó a ser griega
y hebrea.
Roma
La primera biblioteca pública de Roma se debió a Asinio Polión (38 adC) quien la
fundó en el Atrium libertatis sobre el Monte Aventino. El Emperador Octavio Augusto
reunió la segunda en el templo de Apolo sobre el monte Palatino y entre otras varias
que se fundaron por entonces en Roma durante el Imperio, destacó la Ulpiana de
63
Trajano. Antes de las bibliotecas públicas hubo colecciones particulares que los
nobles romanos buscaban y se procuraban a gran precio o se llevaban de las
ciudades griegas conquistadas y este afán continuó activo en los demás siglos del
Imperio. La primera colección de esta clase privada fue la de Paulo Emilio, año 160
a.C. En el siglo IV, contaba Roma con 29 bibliotecas públicas que la invasión de los
bárbaros destruyó casi por completo y sin duda, que en otras ciudades romanas se
hallarían magníficas colecciones de libros cuando sólo en Herculano se ha
descubierto una con más de 1.800 piezas de papiro que debieron componer unos
800 rollos.
En cuanto los cristianos pudieron disfrutar y dedicarse a las letras, fundaron también
sus bibliotecas aun antes del triunfo de Constantino y la Historia nos ha transmitido
los nombres de algunas más célebres. Éstas fueron
Todo ello, sin contar las colecciones de volúmenes sagrados que todas las Iglesias
poseían. El Emperador Constantino reunió más de 6.900 volúmenes en la biblioteca
por él fundada en Constantinopla la cual contaba 1000.000 a la muerte del
Emperador Teodosio y fue incencidada en el año 477.
Edad Media
Desde la invasión de los bárbaros, refugiadas las ciencias y las letras en los
monasterios y catedrales como únicos centros del saber en aquélla época, a éstos
debe acudirse para hallar bibliotecas en la Europa occidental hasta finales de la
Edad Media. En los documentos de los siglos IX, X y XI, se habla con frecuencia de
colecciones de libros que los obispos dejaban en testamento a las bibliotecas de
iglesias y monasterios y notoria es la solicitud que los monjes desplegaban para
conservarlas y enriquecerlas. Pero no solían constar de muchos ejemplares tales
bibliotecas pues aun la de los Papas en el palacio de Aviñón que fue una de las más
completas en el siglo XIV, sólo llegó a reunir unos 2.000 códices. La primera de que
se tiene noticia en España fue la de San Martín Dumiense en su monasterio de
64
Dumis (Portugal) hacia el año 560, después obispo de Braga; le siguieron en el siglo
VII la de San Isidoro de Sevilla y las de San Braulio y Tajón en Zaragoza.
65
SIGLO XX
EL LIBRO MASIVO
Objetivos específicos:
66
III.1 LOS NUEVOS SISTEMAS DE IMPRESIÓN EN OCCIDENTE
Los fundamentos de la imprenta ya habían sido utilizados por los artesanos textiles
europeos para estampar los tejidos, al menos un siglo antes de que se inventase la
impresión sobre papel. El arte de la fabricación de papel, que llegó a Occidente
durante el siglo XII, se extendió por toda Europa durante los siglos XIII y XIV. Hacia
mediados del siglo XV, ya existía papel en grandes cantidades. Durante el
renacimiento, el auge de una clase media próspera e ilustrada aumentó la demanda
de materiales escritos. La figura de Martín Lutero y de la Reforma, así como las
subsiguientes guerras religiosas, dependían en gran medida de la prensa y del flujo
continuo de impresos.
68
cinco reimpresiones de la obra. Desde los comienzos de la imprenta en España
hasta el siglo XVIII, en que se produce una profunda renovación de la misma, se
suceden importantes nombres de editores, entre ellos, Sancho de Nebrija, en
Granada, o Juan de Ayala, en Toledo. A partir del siglo XVIII cabe destacar a Antonio
Espinosa de los Monteros, Benito de Monfort, Pedro Ifern, Joaquín Ibarra o
Francisco Manuel de Mena, que llevaron a la imprenta española a la altura de las
grandes de Europa.
Los impresores del norte de Europa fabricaban sobre todo libros religiosos, como
Biblias, salterios y misales. Los impresores italianos, en cambio, componían sobre
todo libros profanos, por ejemplo, los autores clásicos griegos y romanos
redescubiertos recientemente, las historias de los escritores laicos italianos y las
obras científicas de los eruditos renacentistas. Una de las primeras aplicaciones
importantes de la imprenta fue la publicación de panfletos: en las luchas religiosas y
políticas de los siglos XVI y XVII, los panfletos circularon de manera profusa. La
producción de estos materiales ocupaba en gran medida a los impresores de la
época. Los panfletos tuvieron también una gran difusión en las colonias españolas
de América en la segunda mitad del siglo XVIII.
CLAIRE, COLIN.
69
La idea de una biblioteca electrónica, virtual o digital, según se la ha denominado
durante los últimos años del siglo pasado, remite a un concepto y un modelo de
lejana evocación en el tiempo. Pero para abandonar el mundo de las ideas y
hacerse realidad necesitó de una infraestructura tecnológica que tuvo que recorrer
un largo camino: desde las máquinas perforadoras, relatores y co- tejadores de
fichas electromecánicas de IBM, hasta la consolidación de una red en la que por
primera vez en la historia cualquier ciudadano del planeta puede acceder a
grabaciones, imágenes y textos digitalizados con tan sólo teclear
Una dirección web.
Ya desde principios del siglo XX hubo quien, como si se tratara de otra más de las
ficciones de Verne, describió con absoluta claridad lo que hoy nadie dudaría en
llamar la verdadera y necesaria biblioteca del siglo XXI. Porque en este siglo que
ahora empieza no cabe idear algo distinto a aquella «mesa de trabajo» en la que
pensó Otlet o a aquella máquina que imaginó Bush.
Ya en 1934, Paúl Otlet aludía a una «mesa de trabajo» en la que en lugar de libros
se apoyaban una pantalla y un teléfono. Lejos de ella, en un inmenso edificio, se
almacenarían todos los libros, catálogos, bibliografías e índices, constituyéndose, de
esta manera, en lugar de distribución a distancia. Desde allí se haría aparecer sobre
la pantalla la página que se va a leer para conocer la respuesta a las cuestiones
planteadas por teléfono, con o sin hilos. Añadía, además, que esta pantalla podría
ser doble, triple o décuplo, si se tratara de multiplicar los textos y los documentos.
Igualmente, se podría disponer de un altavoz, cuando se requiriera la ayuda de un
dato oído, o en los casos en los que la visión debiera completarse con una audición
2 (Otlet, P., 1934; Sagredo, F.; Izquierdo, J., 1983).
Unos años más tarde, y al otro lado del mundo, Vannevar Bush describía una
máquina, a la que bautizó con el nombre de Memex, capaz de funcionar como
suplemento de la memoria humana (Memory Extended System) y, por tanto, capaz
de recuperar la información de manera asociativa y relacional (Bush, V., 1945).
Sentaba, así, los fundamentos teóricos de lo que medio siglo más tarde sería el
entorno hipertextual en el que se basa Internet, que pone a disposición de millones
70
de usuarios documentos, catálogos, bibliografías y bases de datos en forma
electrónica.
En la actualidad, en los albores del siglo XXI, las tecnologías permiten hacer realidad
el sueño de todos aquellos teóricos que preconizaron la urgencia y necesidad de
idear nuevos sistemas acordes con la producción masiva de documentación y con
las necesidades de una nueva sociedad en la que el acceso y recuperación de
información son pilares fundamentales del desarrollo de ciencia y tecnología.
El siglo XX fue testigo de toda una serie de cambios que revolucionaron la idea de lo
que debían ser aquellos lugares consagrados a convertirse en los guardianes de la
memoria de pueblos, civilizaciones y culturas. La producción científica experimenta
un crecimiento exponencial desde principios del siglo que «explota» al finalizar la
Segunda Guerra Mundial, lo que hizo necesario idear nuevos sistemas capaces de
controlar un ingente volumen de información desconocido hasta entonces y, de esta
forma, hacer accesible el conocimiento a los distintos tipos de demandas
informativas. Se empieza a cuestionar, en consecuencia, la validez de sistemas,
mecanismos y técnicas manuales al uso para lograr este fin.
71
práctica y dinámica profesional quebrantó los más sagrados principios que desde
finales del siglo XIX regían la formación y el desarrollo de colecciones, la descripción
y el análisis de los fondos, y la elaboración de catálogos y repertorios que permitían
acceder a ellos.
No cabe olvidar, tampoco, las implicaciones de índole emocional que surgen entre
quienes creen que la biblioteca digital es amenaza para el futuro del libro y la lectura
y constituye, por tanto, un ataque a la cultura. En el otro lado se sitúa un significativo
número de teóricos, filósofos y ciudadanos que defienden la imperiosa necesidad de
abandonar la idea de que conocimiento y cultura sólo pueden transmitirse mediante
soportes impresos y en sus formas más tradicionales y, en consecuencia, sólo
pueden almacenarse, procesarse y hacerse accesibles a través del clásico modelo
de biblioteca pública, universitaria o nacional. Y ante este mar de incertidumbres,
sospechas y recelos, sólo un dilema permanece claro: según el punto de vista desde
el que se analice, la biblioteca digital supone el fin de las bibliotecas o, por el
contrario, su salvación como instituciones principales de acceso al conocimiento.
Esta nueva realidad, así como la necesidad del inminente cambio, empieza a
gestarse en la década de los años sesenta, cuando comienzan a desarrollarse los
primeros sistemas de recuperación basados en herramientas informáticas. En el año
1978 Lancaster dedica una obra a analizar un tipo de sistemas de información a los
que califica de «sin papeles» y de modo insistente, en 1985, retoma esta idea en su
artículo The paperless society revisited (Lancaster, 1978; 1985). En 1984 Dowlin
72
publica The Electronic Library (1984), obra en la que identifica como principales
características de este modelo las siguientes:
Todo ello entronca directamente con el concepto de lo que se decía debería ser la
verdadera biblioteca del siglo XXI, que los bibliotecarios de la Fenwick Library of
George Mason University, en un intento de clarificación la definieron como:
Un concepto de servicio más que un lugar, como una organización de información
que hace uso de las nuevas tecnologías con el fin de alcanzar la misión y los
objetivos para los que se ha creado. Según esta idea, los usuarios acudirán al
bibliotecario, no a la biblioteca, pues la posibilidad de acceder a información en
forma electrónica hace que pierdan valor las colecciones locales (Hurt, C. S., 1992).
Esta nueva idea de biblioteca forma parte de un nuevo entramado económico, social
y cultural, y es el resultado de tres revoluciones que modificaron tanto la naturaleza y
razón de ser de las viejas bibliotecas, como la actividad profesional que en ellas se
llevaba a cabo. Se trata de la revolución de la información, la revolución de los
ordenadores y la revolución de las comunicaciones (Corbin, J., 1988).
73
El crecimiento exponencial de la producción bibliográfica desde principios del siglo
pasado hizo imposible que ninguna biblioteca, por sí sola, fuera capaz de desarrollar
y mantener una colección adecuada a las demandas de sus usuarios. La revolución
tecnológica habida desde la segunda mitad del siglo XX dio lugar al desarrollo de
sistemas de información no convencionales, formatos de intercambio de datos,
sistemas en línea y empresas de servicios bibliográficos.
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temporales que desde siempre han servido para definir diversos tipos de bibliotecas
se diluyen entre el más amplio universo de información jamás pensado.
Los límites de las colecciones, los criterios para su proceso y mantenimiento, y los
instrumentos creados para acceder a ellas se definen todos ellos por parámetros
muy distintos. Algo, sin embargo, permanece inalterable: las necesidades
informativas de los usuarios finales, la única razón de ser de cualquier tipo o modelo
de biblioteca.
BIRKERTS, SVEN
"Elegía a Gutenberg. El futuro de la lectura en la era electrónica"
Alianza Editorial S.A. (Madrid., 1999)
RESUMEN: Intentamos exponer algunas ideas sobre los fenomenología actual del
libro tradicional y de los modernos modelos técnico-librarios, hoy ya denominados
libros electrónicos.
Pero fue el CD-ROM, que surgió en la primera mitad de los 80, cuando parecía que,
al encontrarse un modelo de tal capacidad y versatilidad, era razonable que
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comenzara a hablarse decididamente del tal libro electrónico. Incluso alguien lo
denominó "The New Papyrus ", refiriéndose a aquel soporte milenario del mundo
egipcio, que sí constituyó un verdadero soporte dúctil y ampliamente utilizado en la
antigüedad, y en buena parte del alto medievo.
Fue sin embargo en una revista de finales de los 70, cuando se utiliza una memoria
flexible para ubicar información utilizable en un periférico distinto del ordenador.
No obstante en ese prototipo circular, que luego ha adoptado múltiples versiones por
lo que a capacidad y tamaño se refiere, apenas existían las características
esenciales del libro tradicional es decir su ergonomía y accesibilidad universales.
Lo único que aportaban estos nuevos prototipos eran capacidades muy superiores a
las que tradicionalmente manejamos al leer un libro convencional, una notable
transportabiolidad de la información y la posibilidad de ponerlos en red o recuperar a
distancia dicha información.
Por ello han tenido un éxito muy notable en las empresas e instituciones que
manejan grandes cantidades de datos e información; pero casi nulo éxito por lo que
hace referencia al uso como tal libro.
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Lo que acabamos de afirmar latía en numerosas experiencias en este sentido,
alimentadas por la tecnología e incluso por el riesgo intelectual y económico.
Recalquemos, que cuando hablamos de "libro ", no rompemos por tanto el cordón
umbilical con el prototipo que nos dio e hizo lo que ahora conocemos y somos.
Y ello por varias razones: porque, en primer lugar, ese modelo se ha adaptado
ergonómicamente a nuestro ser intelectual y psico-físico de forma determinante. Y
además, porque no debe de haber tanta distancia entre lo que el modelo libro es en
sí, y lo que puede ser el libro nuevo, al menos intelectualmente hablando.
A ello tendían los intentos, en 1981, de la firma Microsoft, dentro de la cual Bill
GATES, y Dick BRASS trabajaban sobre modelos normalizados, para evitar desde
un principio problemas de incompatibilidad entre productos y sistemas.
Este nombre recibió en los EE. UU., un prototipo librario que tenía muy poco de
semejante con el tradicional libro. "At last -indica el folleto de presentación- the
technology exists to make the ideal information acces tool a reality. A five
ounce plastic CD-ROM disc can hold more information than 500 textbooks, but
until now, the only way to use that information was from your computer.
DynaBook puts the incredible power of CD-ROM into a compact 14´5"x 2
´75"electronic book weighing a mere 16 pounds... DynaBook makes reading
from CD-ROM data as confortable as sitting down with a good book".
No era sino la expresión tecnológica en una pantalla LCD (Liquid Crystal Display)
(15) de simple lectura, ajena al ordenador y conectada a el como periférico
necesario, que actuaba a manera de concentrador de información o disco duro.
El denominado "Dyna Book "era por tanto, más bien una pantalla táctil, transparente
como un cristal, y exenta de teclado alguno.
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Utilizaba un ¨driver¨ CD-ROM con convertidor analógico digital.
Tenía posibilidades audio. Utilizaba asimismo un chip 80286 CPU. Sus posibilidades
de reloj a 10 MHz, le permitía correr a velocidades mayores que las de los
computadores contemporáneos.
Incluía entre sus unidades un disco duro de 20 Mb., a una velocidad de acceso de
25 ms.
Uno de sus mayores logros era la interacción por tacto con la pantalla. Sin embargo,
el modelo DynaBook apenas hizo fortuna y se extinguió del mismo modo que había
llegado.
Y ello porque, en realidad, lo que de nuevo presentaba ese modelo no era otra cosa
sino un lector particular de CDS.
Poco después las firmas Canon, Fujitsu, IBM, JVC, Matshushita, Microsoft, Minolta,
Ricoh, NEC, y la misma Sony junto con otras varias emprendieron un proyecto que
tenga todas las condiciones adecuadas para, si no de forma inmediata, sí en un
corto período de tiempo, intentar una alternativa digital al modelo tradicional
No son muchas sin embargo las patentes y aplicaciones que en los últimos años 90
se han acercado en menor o mayor medida al libro electrónico-digital ideal.
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Las más han mimetizado el modelo computacional en sus primeras experiencias
para permitirle prácticamente las mismas virtualidades que posee el ordenador.
En fin, que los libros electrónicos se encuentran, hoy, en una encrucijada. Apenas
habiendo despertado en sus potencialidades, sin demasiado éxito editorial por el
momento, y siempre dispuestos a disolverse en documentos electrónicos (no
necesariamente paginados, multimediales, hipertextuales, y abiertos tanto a la
interpretación como a la escritura), su uso avanza lentamente, mucho más
lentamente de lo que esperaba una parte de la industria editorial,
sobredimensionada en sí misma, que no acaba de ver una fuente alternativa de
ingresos. La encrucijada se resolverá, quizá en unos pocos años, y sin duda los
libros electrónicos la decantarán ofreciendo más y mejores funcionalidades de
lectura. Pues, no lo olvidemos, por encima de cualquier otra consideración sobre su
uso, soporte o almacenamiento, los libros existen sólo para ser leídos.
LIBRO ELECTRÓNICO
Hay mucha controversia sobre los libros electrónicos, así como mucho 'vaporware',
pues una parte de la industria editorial ha visto en ellos un futuro posible. De hecho,
las previsiones realizadas por la Unión Europea hace unos años (Informe El_PUB,
1996) situaban en aproximadamente un 10% del total el porcentaje que
correspondería a las publicaciones electrónicas hacia el 2002, más en unos sectores
que en otros, y sólo una pequeña parte en libros electrónicos –que dicho sea de
paso no existían como ebooks en ese momento. El punto de inflexión en estos años
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lo ha marcado la edición electrónica de una novela de Stephen King, con resultados
muy contradictorios sobre su aceptación por el mercado.
Por tanto, y a pesar de que podamos mirar los ebooks con otros enfoques, la
discusión sobre ellos (y otros conceptos/productos afines, como la eink o el epaper)
está muy unida a su éxito comercial, y a cómo algunas empresas editoriales quieren
transferir parte de su producción a este nuevo medio. Problemas aparentemente
alejados de la lectura y de sus soportes se colocan en primer plano: los derechos de
autor, la seguridad y las formas de pago, la consiguiente protección de los ebooks
frente a la copia, los tipos y variedades de aparatos para leer los ebooks (también
llamados ebooks ellos mismos, cuando son máquinas dedicadas y sólo tienen la
función de leer libros electrónicos [sobre terminología, véase. N. del E.]). Cuestiones
que tienen más importancia de la que parecen, pues los ebooks transforman algunos
parámetros de la industria editorial, como la distribución, o los costes de 'impresión,
o la duplicación, por poner ejemplos claros, de una manera nueva, tanto como la
idea misma de libros electrónicos.
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trata con detalle ese concepto. Cuando el usuario ha leído la explicación de esa
palabra puede volver a la ventana anterior para continuar con el trabajo que estaba
haciendo.
El libro electrónico añade otras ventajas como se verá en las explicaciones
siguientes.
DAHL, SVEND.
SÁEZ, CARLOS. “
El libro electrónico"
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BIBLIOGRAFÍA
Bayen, Maurice. Historia de las Universidades. Colección ¿que se? Editorial oikos-
tau S.A. Barcelona, España. 1978
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Checa Cremades, José Luís "El Libro Antiguo" (Madrid: Acento Editorial, 1999)
Checa Cremadas, José Luís "El Libro Antiguo" (Madrid: Acento Editorial, 1999)
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Dahl, Svend. "Historia del libro" (Madrid: Alianza Editorial S.A., 1999)
Morles, Víctor. Educación, Poder y Futuro. Una teoría sobre la educación avanzada.
Universidad Central de Venezuela (UCV). Caracas, Venezuela. 1988.
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