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Identificación y Representación

Estamos en la fase de la identificación del problema y en este momento del


proceso se busca dar cuenta de los interrogantes, de los aspectos de la realidad
que lo conforman. Es por ello que en esta primera etapa es necesario caracterizar:

▪ El eje o nudo de la situación problema.

▪ Los elementos que la componen.

▪ Quiénes son los involucrados, especificando si esos involucrados perciben


la situación como problemática.

▪ Las razones por las que la situación se percibe como problemática.

▪ Cuál es el grado de generalidad de la situación (es decir cuántos casos


abarca).

▪ El origen de la información sobre el problema.

▪ Preguntas que surgen de esa descripción.

▪ Cuál es el interés científico o práctico.

▪ Condiciones contextuales.

▪ Antecedentes o experiencias previas sobre el tema.

También es importante poner de relieve las preguntas que se formularán y la


construcción de supuestos que orientarán en la búsqueda de solución del
problema.

Seguramente las preguntas guiarán el trabajo de resolución, dado que el solo


hecho de interrogarse implica el reconocimiento de la existencia de un problema.
Nadie investiga aquello que no se advierte como problema. Recordemos que las
experiencias anteriores, la comparación con ellas y el contexto contribuyen a que
se pueda focalizar claramente cuál es el problema.

Llegado a este punto es muy importante tener presente que se va a transitar un


camino en el cual la tensión interrogativa será permanente. El indagar afanoso y la
interpretación constante desde la realidad que se “conoce” dará el marco al trabajo
de búsqueda de soluciones.

Más allá de todas las consideraciones anteriores, reconocemos la dificultad que


supone pensar un problema, y también sabemos que lo haremos desde nuestros
conocimientos previos, desde nuestras intuiciones, desde nuestro “sentido
común”, desde nuestra formación profesional, social y cultural. Con esto estamos
diciendo que no todos ven lo mismo ante una misma escena.

Es importante tener en cuenta que si bien no podemos prescindir de nuestros


conocimientos y juicios previos, es necesario saber que existen y que muchas
veces es muy difícil y necesario reconocerlos y explicitarlos.

También hay que tener en cuenta que al definir una situación como problemática
implica siempre una carga valorativa, la situación problema se va construyendo
según los significados que las personas involucradas le atribuyen.

Todo problema comienza con una pregunta y con ideas, intuiciones, hipótesis que
guían el pensamiento. Pero las preguntas se convierten en problemas cuando:

▪ Están formuladas como interrogantes sobre lo que no se conoce y se


considera necesario realizar una investigación para explicarlo, conocerlo
o comprenderlo.

▪ Están redactadas en forma clara y sin ambigüedades, expresando


aspectos o relaciones fundamentales, ya sea derivados de una teoría o
de la interrelación entre teoría y empiria.
▪ Pueden traducirse en referentes empíricos u observables, ya sea a
través de la observación directa o de otras técnicas de obtención y
análisis de la información empírica.

Para trabajar el tema de la representación proponemos leer el texto de Juan


Ignacio Pozo “La solución de problemas como contenido procedimental”

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