Vous êtes sur la page 1sur 12

ELEMENTOS PARA UNA TEORIA DEL SISTEMA DE ESNEÑANZA

Pierre Bourdieu Jean-Claude Passeron

Oscar Sneyder Herrera Mahecha

Docente: Jairo Bejarano

Universidad de Cundinamarca

Fusagasugá

2017
LA REPRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN

El libro se dirigirá desde el comienzo hacia la comprensión del campo cultural, del capital
representado a través de los bienes simbólicos o del mercado de los mensajes culturales.
Los autores introdujeron los temas de autonomía relativa del campo cultural, las funciones
de reproducción de las relaciones de clase existentes, desarrolladas desde el campo cultural.

Se presenta a la escuela desde un principio como la principal instancia legitima, de


legitimización de lo arbitrario cultural, que contribuye a la reproducción de la estructura en
la distribución del capital cultural entre clases y, su trámite a la reproducción de las
relaciones de clase existentes. En las primeras instancias del texto nos hablan de la
violencia simbólica como la acción pedagógica que impone significaciones y además las
impone como legítimas, esto implica autonomía escolar para disimular las relaciones de
fuerza que determinan la acción, sin esta cualidad de discreción o disimulo la función
netamente social seria evidente.

Es así que me propongo un entendimiento más preciso de las principales razones que
llevan, dentro de la cultura social y los ambientes académicos, a una sumisión inconsciente
y activa de los principales parámetros por los cuales se rigen los sistemas de enseñanza
tradicionales, así mismo, identificar las significaciones que cobra la violencia simbólica
existente en los entornos sociales y escolares de cada individuo, todo esto con el fin de
incrementar el apropiamiento que como futuros docentes e impartidores de un currículo
preestablecido habremos de impulsar.
La violencia simbólica vendría a significar la explotación intelectual de una clase por otra,
está presente también en el inculcar los valores o la cultura de una clase sobre otra, en suma
no es más que una arbitrariedad de intenciones disimuladas. La reproducción es para
siempre, cambia a la clase que ejerce violencia y el contenido de la arbitrariedad cultural a
inculcar.

La historia de la sociedad humana y sus relaciones de producción no es una página en


blanco; aunque gire en torno a los intereses de las clases dominantes, ¿Qué se enseña?
lamentablemente aquello que puede ser útil solo a los intereses opresores, es así que uno de
sus máximos logros esta en confundir lo que es necesario con lo que es útil solo para la
clase dominante.

Toda acción pedagógica (AP) es violencia simbólica, imposición, arbitrariedad, definiendo


la fuerza expresada de una simbología asimilada. Las relaciones de fuerza definen el
fundamento del poder arbitrario, este fundamento condiciona la instauración de las
relaciones pedagógicas.

Por otro lado, la AuP nunca se puede reducir a un acto psicológico, menos a una aceptación
de la conciencia; entre más inconsciente sea más completa será. Es así que estamos frente a
la verdad objetiva de una violencia simbólica cuyo rasgo esencial esta en ocultarse como
verdaderamente es.

Para que haya un verdadero reconocimiento de la AP, esta debe ser reconocida tanto por
quienes la ejercen como quienes la reciben, se hace así evidente, de esa manera, la
participación reciproca sobre las influencias de más poder a la hora de hacer de un fuerte
símbolo impositivo, la forma en que las formas subalternas se hagan dueñas en este proceso
de un cierto capital cultural.

Así mismo las relaciones de correspondencia se baten entre la arbitrariedad implantada


desde la primera educación, con todas sus imposiciones y formaciones de bases, la
arbitrariedad que predomina en el entorno social determinado y la arbitrariedad impulsada
desde la AP. También se deben dar espacios, reales distanciamientos entre las
arbitrariedades culturales de las AP dominantes y las AP legadas por la familia.
Un hábito que perpetúe la arbitrariedad en un constante lapso de interiorización, que de
alguna manera consiga ir más allá, con el valor implícito de una ejecución que vaya hasta la
independencia del mismo acto pedagógico.

Reproducir las condiciones en que se han producido los reproductores recayendo de esta
manera, gran parte de la efectividad, en lo asimilable que se muestre la información,
centrándose no tanto en la calidad de la información sino en lo asimilable de esta.

Nos remiten nuevamente al hábito, señalándolo como un principio generador de prácticas


reproductoras cuya estructura proviene del TP y que deberá ser anclado y sostenido en la
representación social de la arbitrariedad cultural específica sobre la que opera. El TP se
hace efectivo por medio de las prácticas reales de una arbitrariedad con anterioridad
definida. También se resalta la delimitación del contenido inculcado, su modo y duración,
como una forma de determinar el grado que se puede alcanzar en un proceso social de
realización, acompañado claro está, de su consecuente reconocimiento. Podríamos decir así
mismo que una conducta antisocial sería una muestra de cuando una arbitrariedad cultural
falla en el proceso de representarse como una interiorización en el individuo.

El producto de la AuP es una necesidad cultivada donde los valores resultantes de la cultura
dominante son el resultado precisamente, de ese capital cultural inculcado desde las bases
de la familia, para bien o para mal.

El TP parece específicamente diseñado para perpetuar su ocultación como parte primordial


de su hacer, una vez resulta establecida la objetivación de un hábito dentro de los
parámetros internos que ocupan a una arbitrariedad cultural. También es labor del TP la
estructuración en las relaciones de fuerza que dominan las clases, bien sea mediante una
influencia efectiva o gracias a la exclusión, lo que termina volviéndose más importante es
el cambio hacia un progreso autóctono que rija los comportamientos según lo perseguido
por los grupos dominantes. En este sentido la autoexclusión terminaría siendo el símbolo de
mayor fuerza dentro de la legitimidad de una arbitrariedad cultural.

Una permanente continuación de hábitos, esta podría ser la dinámica constante en la


adecuada recepción y asimilación del propósito grabado en las mentes de un grupo social, y
en términos generales, a lo referente en los mensajes existentes del subfondo de todo
mensaje cultural.

La correspondencia de las prácticas producidas por todo TP se deriva de las prácticas


inculcadas para obtener un dominio simbólico, que es inseparable e irreductible de un
dominio practico. Ahora bien, el modo de inculcación netamente práctico colinda con las
acciones que se pueden lograr específicamente en ese campo, lo que vendría a llamarse
“pedagogía implícita” en cambio, la inculcación metódica de principios, en lo posible,
establecidos y formalizados pertenece al terreno de la “pedagogía explicita”

Los TP primarios se apoyan no solamente en el proceder de una pedagogía explicita sino


que se encargan de la predisposición que pueda generar desde el dominio practico para así
asegurar la efectividad simbólica de una arbitrariedad cultural. De igual forma los TP
secundarios pueden centrarse, como por ejemplo, en el caso del lenguaje, valiéndose de una
pedagogía implícita que lleve el terreno del aprendizaje a la fuerza que se sostiene por
medio de un dominio excluyente en el que prime la objetivación del capital cultural.

Producción y reproducción, en el SE es vital en la reproducción de todo capital cultural, así


como en la reproducción social donde así mismo es necesario que se reproduzcan las
relaciones entre los grupos. Es de esta manera que el SE procura perpetuarse dentro de un
sistema educativo establecido, ciñéndose a los parámetros de la institución a la vez que
asegura la prevalencia de un hábito fuerte capaz de integrar tanto a los destinatarios sobre
los que opera el TP como a los mismos reproductores de la institución.

En el centro de la cultura escolar hemos de encontrar siempre la rutina como sistema


homogeneizador, él TE como una interminable sucesión de ejercicios repetitivos que en
ultimas llevan especialmente a la institucionalización del aprendizaje valiéndose de la
organización en los principios que ha delimitado previamente él TE.

Llegados a este punto vemos como el SE se especializa, (una vez más) en reproducir los
parámetros según los cuales, la legitimación de la cultura sea capaz de proveer agentes y
controladores a su vez capacitados para manipularla, teniendo siempre presente que la
rutinización es la que se encargara de proveerles los elementos base desde los cuales podrán
hacer más sólidas las practicas pedagógicas.
Todo sistema de enseñanza acapara por principio la producción de esos mismos agentes
encargados de impartirla, estos, siempre dirigidos a reproducir el mismo sistema que los
capacita para ejercer un TE, han de completar su definición en la búsqueda de otros
reproductores que sostengan con firmeza su SE; se busca una continuación, de la misma
manera que un SE demuestra a través de su persistencia que puede hacerse cargo de los
retos que le plantea su propia existencia, además es el SE quien produce y reproduce lo
necesario para el buen ejercicio de una AP institucionalizada, así como para la consecuente
exteriorización de su reproducción.

Sin apenas percibirlo, muchos docentes son la representación de la autoridad misma, de la


arbitrariedad cultural que busca elevar la figura del docente con la suprema intención de
envestirla del poder necesario para establecerla como una fuerza real capaz de inculcar los
lineamientos de una determinada arbitrariedad cultural.

EL MANTENIMIENTO DEL ORDEN (LIBRO 2)

Capítulo 1 Capital cultural y comunicación pedagógica

El rendimiento informativo de la comunicación pedagógica tiende a reducirse a la


manipulación de palabras, así, por ejemplo, el grado de productividad de un TP está
garantizado por el adecuado distanciamiento entre el hábito que promueve la escuela y la
lengua académica, y el TP inculcado en todas sus formas anteriores, especialmente el de la
familia. Las dadivas que ofrece el lenguaje son muchas, al brindar una serie de categorías
que dan la apertura hacia un universo simbólico que, brindado a tiempo, puede accionar la
aptitud necesaria para manipular (o ser manipulado) y entender estructuras interpretativas
más ricas y complejas, dependientes inevitablemente del capital familiar legado.

Siguiendo el mismo curso del lenguaje podemos ver que en los mecanismos objetivos de
orientación para las chicas que ingresan en alguna facultad de letras es preciso el
reconocimiento de las cualidades más femeninas que de alguna manera contribuyan a
reforzar, paulatinamente, desde necesidades externas, la interiorización de esas cualidades
femeninas que encuentren en la amplitud de su sensibilidad, convergencias de estilo y
afinidad con el quehacer literario.
Las variaciones en el grado de competencia según la lengua estudiada solo pueden ser
pertinentes para la formación intelectual de esa misma lengua, o de la clase dominante que
tiene un mayor campo de acción donde ella podría ser determinante. Todo lo anterior sin
olvidar que son las relaciones entre los factores sociales y las trayectorias escolares quienes
objetivaran a la larga los estudios posibles.

La evolución de las probabilidades escolares muestra en la gráfica 2 pág.141 hasta qué


punto son equivalentes las tasas de escolarización en las clases sociales de principios de los
años sesenta en Francia con la estabilidad de la estructura de diferencias en esas clases,
mayormente incorporada en países de Europa y en los Estados Unidos.

Podemos ver también en el ejemplo brindado por la gráfica 3 y 4, como la selección de las
disciplinas más sobresalientes puede trazarse desde una perspectiva social, como en el caso
de las letras clásicas y la sociología cuya predilección está marcada por alumnos de clases
altas, especialmente hombres, u otras como la geografía, idiomas modernos, química o las
ciencias naturales que tienen una adhesión mayor por parte de las clases populares.

Capítulo 2 Tradición ilustrada y conservación social

El enlace necesario entre los pedagogos y el estudiantado en general es muy precario,


hablando de comunicación transmitida como un verdadero puente que permita llevar los
conocimientos asimilados un paso más allá, en medio de las condiciones sociales que
incrementan un verdadero avance apoyado por los debidos medios institucionales.

Inculcación e imposición, así se comporta la dinámica dentro de la acción pedagógica, su


accionar sobre los componentes de su espacio social es determinado por los condicionantes
visibles y ocultos de una cultura legitima construida paso a paso.

El asunto de la transmisión de la información, del mensaje que debe ser constantemente


transmitido por los docentes, por los pedagogos encargados, es de una importancia capital
al estar envuelto en un contexto en un ámbito social, de manera que lleva al pedagogo a una
selección más explícita y decodificada si es posible, de aquello que realmente vale la pena
ser transmitido, así como de sus modos de transmisión.
“El uso profesoral de una lengua profesoral” esta parece ser una herramienta envejecida de
por mas, de una tendencia caduca, organizada a partir de la imposición y la organización
justificada del contenido, en los desmanes de la comunicación, siempre tan dependientes no
solo del contenido sino también del encantamiento con que son transmitidos por un hábil
docente; esto se hace aún más marcado con la figura del docente universitario quien
inevitablemente (así como los mismos alumnos) debe ceñir su comunicación hacia la
obligación que tiene con la institución y de una manera más personal hacia la búsqueda de
un nuevo lenguaje que le permita ser entendido rebasando la barrera y el alcance de su
propia experiencia aplicada desde otros parámetros distintos a los aplicados sobre el
mismo.

Llegados a este punto vemos como existe una gran correspondencia entre las características
sociales de un individuo, que pueden ser hasta cierto punto objetivas, y la práctica en la
cual se fundamentan los modos de la cultura, me refiero a aquellas adquisiciones subjetivas
que hablan al mismo tiempo de eso que somos y representamos. Lo anterior podemos
observarlo en esas raíces de cultura que nuestro entorno familiar nos inserto al mismo
tiempo que empezábamos a observar el mundo; de su distanciamiento con los poderosos
símbolos que ostenta la escuela para su imposición, tales como la disciplina y la tarea
interminables y del entramado en las condiciones sociales que posibilitaron cierto grado de
dominio verbal es del que dependen y han dependido las respuestas de los escolares en
función de las relaciones sociales que les inculca la escuela aun fuera de ella.

La modalidad de un comportamiento lingüístico es imposible de determinar mediante las


preguntas objetivas y generales de una prueba de texto, no obstante un análisis detallado, un
seguimiento minucioso durante pruebas, de por ejemplo, tipo oral, pueden hablarnos de
modalidades como tono, gestualidad, acento, u otras manifiestas en expresiones de
comodidad(o no) con la situación de un examen o la presencia de un docente, es decir la
relación con un examinador, también modalidades de comportamiento como lo son el porte,
la ropa y los cosméticos. En este sentido, el de las mediciones del sistema de enseñanza
francés, fortalecido a través de los años en la transmisión oral y plenamente definido por
medio del dominio de la palabra en su lenguaje es donde hallamos la prioridad que se le da
a las técnicas de su inculcación, esto sin desmeritar el papel clave que siempre ha de jugar
la palabra escrita.

El sistema de enseñanza francés actúa bajo cierto monopolio en las condiciones de


adquisición de un capital cultural, privilegiando esas adquisiciones reafirma la hegemonía
dominante así como la estructura funcional de los valores que anudan los intereses de las
clases privilegiadas a la reproducción escolar encargada de legitimar una cultura.

Capítulo 3 eliminación y selección

Organización y funcionamiento como las misivas claves en la utilización de los exámenes,


esto equivaldría a decir que es por medio de su inculcación, que la cultura dominante se
establece plenamente; así también en este orden cabria resaltar la importancia de separar las
demandas que vienen desde lo externo y la forma de satisfacerlas dentro de los procesos de
selección, todo esto sin olvidar que la competencia promovida en este tipo de pruebas
atienden a necesidades de tipo más “organizativo y funcional” que perpetúan la
jerarquización de roles que benefician al sistema de enseñanza y así mismo al
empoderamiento de las clases dominantes quienes son beneficiarias en primera medida.

El comprender las características del funcionamiento en los condicionantes que mueven la


confluencia de la enseñanza autónoma es de vital importancia para discernir el grado de
libertad con el que se propician los beneficios de las jerarquías dominantes, es decir, la
simbología oculta que bajo apariencias de selección técnica siguen buscando los intereses
de las clases privilegiadas.

De las desigualdades de nivel social a las desigualdades de nivel escolar, de lo abstracto a


lo concreto, es así como se busca una adhesión y consecuente homogenización de las clases
populares al regularse en esa búsqueda de posibilidades igualitarias que les permita un
supuesto asenso en la profesionalización.

Volviendo a la utilidad que representa la utilización del examen sobre los mecanismos de
enseña tradicionales, vemos como este se encarga del reconocimiento en la legitimidad de
los parámetros escolares a fin de establecer las restantes jerarquías sociales que estos
legitiman, esto se hace evidente en el hecho de que estas mismas pruebas se encargan por si
solas de insertar y normalizar a sus alumnos dentro del ámbito social (sin importar si su
ubicación esta entre los menos favorecidos) que ellas determinan, esto lo hace posible
gracias a una selección por aptitud de los estudiantes mejor calificados, por encima de
aquellos a quienes la escuela misma no ha sido capaz de levantar superando los
condicionamientos que les imponen los limites sociales.

Individuos cualificados al servicio de la economía y de la estructura que regula las


relaciones de clase, distribuidos por los sistemas técnicos de producción y certificación que
la escuela misma legítima haciendo que las funciones sociales dependan excesivamente de
una racionalización de los procesos de selección.

Capítulo 4 la dependencia por la independencia

Relaciones de fuerza entre clases sociales, formas diferenciales que nos hablan de la
estructura de esas relaciones dentro de los sistemas de enseñanza abocados a satisfacer las
demandas externas de la economía y la sociedad que terminaran imponiéndose a través de
una reinterpretación y re traducción de las exigencias externas que definen el grado de
autonomía y por consecuente la definición propia de su inculcación.

En cuanto a la cuestión de la reproducción cultural, el autor resalta de alguna manera la


metodología o podríamos decir el plan que el sistema económico y social dominante
imparte a través del sistema educativo, aquí la clave es el encubrimiento. Y no solo del
otro, sino de la ideología dominante que se mimetiza como un camaleón en las prácticas
cotidianas de la escuela. Haciendo de esta manera que el estatus cuo se mantenga.

Es por lo tanto el sistema educativo el aparato reproductor desde una ideología de las clases
dominantes. El cual enarbola un discurso referente a la autonomía, ya que se evidencia la
posibilidad de crear nuevas perspectivas desde un autogobierno. No obstante esta
autonomía es relativa en tanto que existe un fuerte laso entre la autonomía relativa y su
dependencia respecto a la estructura de las relaciones de clases.

Es importante evidenciar en este texto que la función de este aparato educativo o la escuela
o la universidad se constituyen como una función propia de inculcación refiriéndonos al
plano cultural en cuanto a la reproducción de habitus que configuren el sistema económico
político y social. Además que es un proceso de enmascaramiento de la ideología burguesa,
la cual pretende entablar una falsa libertad y una autonomía ilusoria en el marco de poder
adquirir el capital cultural.

Lo anterior se vincula con la visión utilitarista de la educación por parte de las clases
dominantes, la cual pretende mostrar el sistema escolar desde una perspectiva neutral.
Como también se quiere mostrar la ciencia. Todo esto únicamente para poder favorecer la
reproducción de estructuras de relación de clases.

Para esto se hace necesario el elemento del conservadurismo pedagógico el cual exige cada
vez más la competencia y la pelea por acumular títulos académicos y conservar el orden
social y la cultura dominante. Además es importante subrayar la importancia que tiene el
proceso de legitimación del poder ya que es un orden que no necesita llamar al orden. Por
lo tanto son evidentes los elementos ideológicos de la cultura burguesa referentes a la
gracia y al don.

De la misma manera la autonomía en el sistema educativo no puede jugar entre su función


propia de educar y su función externa de reproducir el sistema que mantiene vivas estas
dinámicas sociales de reproducción ya que es un sistema netamente de comunicación.
Haciendo que las clases dominadas den por natural el orden y se forme además una
consciencia de la desposesión. Tomando el laisser-faire como vía de legitimación del orden
social. Dejar hacer dejar pasar.

Sobre el apéndice

En cuanto a las posibilidades generales de acceso a la educación superior en la Francia de


principios del sesenta, vemos como creció para todas las categorías sociales sin que esto
implicara necesariamente una democratización de las probabilidades escolares para estas
categorías, es más, se tendió a expandir la idea de que el bachillerato no era más que un
prerrequisito para la educación superior, esto primeramente sobre las clases superiores y
medias; en este sentido podría hablarse de una mutación de las adaptaciones de las
generaciones a las exigencias de los nuevos determinismos sociales, rebasando el hecho de
ser una simple traslación de las aspiraciones.
Para terminar, podemos constatar como el crecimiento de las probabilidades de acceso a la
universidad entre las clases populares es paralelamente compensado por un refuerzo en los
mecanismos encargados de relegar y distribuir a estas clases en facultades específicas como
en el caso de la facultad de ciencias y letras; además, esta consecución de los niveles
estratégicos sobre los que recaerán las mayores posibilidades de enseñanza tiene su
correspondencia en las oportunidades de éxito que se pueden alcanzar, ya sea en alguna
disciplina o sobre cualquier materia académica o social.

CONCLUSIONES

Personalmente el libro me insto a reconocer esa lucha de fuerzas existente en la hegemonía


de clases superiores, vernos, a los estudiantes, como un producto premeditado de los
sistemas de enseñanza y la arbitrariedad cultural imperante en las clases bajas a las cuales
pertenezco; además, las distintas formas en que se expone el trabajo pedagógico dan
muestras de ese control contundente al cual nos obligan a ceñirnos sin tan siquiera
advertirnos de cuales van a ser los lineamientos por los que nuestra autonomía va a ser
sacrificada, por consiguiente, se puede observar que este proceso de dominación tiene como
objetivo la inculcación cultural y el adoctrinamiento ideológico, por medio de la autoridad
pedagógica y el poder político, haciendo de esta manera que las transformaciones en la
cultura escolar sean demasiado lentas, para que así se haga más fácil la tarea de conservar,
inculcar y consagrar las distintas clases sociales dominadas, manteniendo el monopolio en
la formación y en la imagen de lo culto, generando así la distinción y la exclusión en las
distintas capas del componente social moderno.

Vous aimerez peut-être aussi