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Sesión 12: Principales variables

económicas.

Nombre de Alumno: Miguel Ángel Argaez González

Carrera: Ma. En Administración de Negocios

Materia: Entorno Económico de México

Profesor: Mario R. Ochoa Núñez

Fecha: 20 de Noviembre del 2018


Introducción
En el capitalismo actual, el Estado participa activamente en la economía a través de la
política económica, la cual se define cono aquella parte de la ciencia económica que
estudia las formas y efectos de la intervención del Estado en la vida económica en el
sentido de que no sería posible la previsión de los efectos de la de la intervención del
Estado sin un conocimiento de las leyes económicas.

A lo largo del curso de problemas económicos de México, se han planteado la evolución


de la economía nacional, detectando sus principales problemas; sin embargo, las
medidas de política económica seguidas hasta hoy por el Estado mexicano, han sido de
corte inmediatista y monetarista, cuyo eje central es la austeridad en busca de la
estabilidad económica, lo que ha provocado que los problemas se agudicen y la crisis
siga presente.

Muchos autores que analizan el comportamiento de la economía nacional ya apuntaban


ciertas tendencias y posibles soluciones a los graves problemas del país; sus
planteamientos siguen vigentes.

La política económica es el conjunto de mecanismos, instrumentos y acciones que


aplica el Estado con el objeto de regular los hechos y fenómenos económicos. El
objetivo principal de la política económica es lograr el desarrollo socioeconómico del
país.

El Estado, como organización social importante, también se identifica como sector


público o administración pública, para diferenciarlo del sector privado o del sector
externo, que intervienen en la economía.
Elementos de seguridad económica y financiera por parte de las
autoridades gubernamentales como SHCP y Banxico.
Asumió la presidencia el 1° de diciembre de 1988, el Lic. Carlos Salinas de Gortari, en
un periodo extremadamente complicado para México, pues la crisis continuaba
afectando la economía nacional.

Durante este sexenio se continuó con la política económica basada en la planeación


indicativa, a cargo de la Secretaría de Programación y Presupuesto.

A través de lo que los especialistas llamaron "Terrorismo fiscal", Salinas obtuvo más
ingresos; y se deshizo de muchas empresas propiedad del gobierno que funcionaban
como pérdidas para reducir los gastos.

Renegoció la deuda externa reduciéndola en un 26% e incluso, en 1991, se reportó el


primer superávit en muchos años.

Durante su sexenio, la red de carreteras se reestructuró y se puso en marcha el


Programa Nacional de Solidaridad, que se encargó de dotar de agua, electricidad, o
banquetas a pueblos lejanos de la ciudad. A nivel internacional se firmó el Tratado de
Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá y se lograron muchos intercambios
comerciales y culturales con diversos países.

El TLC, si bien su diseño e implantación benefició a nuestra nación, paradójicamente


también llevó a la economía a integrarse comercialmente con los EEUU, y no a abrirse
con respecto del resto del mundo; en efecto, cerca del noventa por ciento de nuestras
exportaciones se dirigen hacia dicho país. Paralelamente, esta variable se convirtió en
el motor del modesto crecimiento del PIB.

Esto trae como consecuencia que se dependa en exceso del desempeño del vecino del
norte. Naturalmente, cuando aquél entra en depresión económica, deja de adquirir
nuestros productos, lo que ocasiona que ese motor de nuestro crecimiento –
exportaciones hacia los EEUU- se vea deteriorado.

Para apreciar esto, considere la composición de las exportaciones que arroja una
explicación muy convincente. Antes es conveniente hacer una pequeña digresión:
existen productos que no pueden dejar de consumirse, como los alimentos; por otra
parte, hay bienes que uno puede dejar de adquirir, como los automóviles o los
electrónicos, en caso de enfrentar dificultades. Pues bien, son este segundo bloque de
productos los que México le exporta en mayor medida a los EEUU. Es decir, la
composición de nuestras exportaciones desafortunadamente no se encuentra
debidamente diversificada. De aquí que cuando los problemas financieros de ese país
afloran, lo primero que hacen es dejar de importarnos los productos. Si a esto se le
agrega que el principal componente de aumento de nuestra economía lo constituyen
precisamente las exportaciones, el resultado obvio es que el país decrezca
abruptamente. En este sentido, nuestra recuperación depende en gran medida de que
nuestro vecino del norte se recupere. Se espera que México decrezca en 8 puntos
porcentuales para este año de 2009, con lo que se convierte en el país de la región de
la América Latina que más caerá.
Las crisis de 2008 y la de 2015, ¿qué tan severas han sido?
Mucho se dijo que la peor crisis fue la del 2008/2009. Esto se debe a que porque en
1932 (cuando Pascual Ortiz Rubio era presidente), la economía se desplomó 14% y en
el 2009, el PIB disminuyó 6.5%, que fue la baja más grande desde entonces e incluso
mayor a la de 1995. Sin embargo, esta conclusión sólo toma en cuenta el PIB y no los
demás indicadores coincidentes; además, toma en cuenta la caída anual del PIB, lo que
no deja precisar de manera correcta las fechas. En cambio, si analizamos bien los ciclos
a partir del índice compuesto, encontramos que la recesión del 2008/2009 no fue la más
larga ni la más profunda.

La recesión del 2008/2009 no fue una crisis interna provocada por un desequilibrio en
la balanza de pagos, un régimen cambiario inflexible y un agotamiento en las reservas
internacionales, más bien, fue una crisis importada en su totalidad que vino en un
momento en que la estabilidad macroeconómica, por fortuna, no andaba mal. ¿Cuáles
fueron las consecuencias? La caída en el consumo privado en el 2009 fue casi una
tercera parte de lo que fue en 1995 y la disminución en la inversión privada no llegó a
estar cerca del desplome observado 14 años antes. El gasto del gobierno aumentó en
el 2009 en comparación con una disminución en 1995, lo cual significa que el gobierno
pudo realizar una política contra cíclica en el 2009 que no pudo hacer en 1995. Si
hacemos el mismo ejercicio de excluir las exportaciones netas de la ecuación del PIB,
la disminución fue de 5 por ciento. A final de cuentas, la gran diferencia está en que, en
vez de vernos beneficiados por un aumento de 30% en las exportaciones, sufrimos una
caída de, aproximadamente, 20 por ciento.

El PIB en México será menor para este 2016, que al esperado para 2015, al igual que
sucedió en el 2014, el déficit presupuestal y la deuda externa mayores. Los hogares
para este año redujeron sus ingresos, la mayoría de las empresas medianas y pequeñas
se quejan de menores ventas y de una baja en la actividad económica, el dólar sube y
presiona sobre los precios. La mayoría de los analistas habla de una tormenta
financiera.

Hay quienes atribuyen la creciente crisis en México, a partir del nuevo gobierno, a
factores externos: la expectativa del aumento de tasas en EUA, el fortalecimiento del
dólar, la crisis griega, y la baja internacional del precio del petróleo.

Esos factores influyen, pero no son la causa fundamental de la cada día peor situación
de la economía mexicana, sino las decisiones equivocadas de política económica del
actual gobierno, por darle preferencia a ganar elecciones más que a prepararse de las
presiones externas que se sabía iban a venir.

La primera decisión equivocada fue enfrentar una esperada reducción de los ingresos
públicos con un incremento de impuestos en lugar de una reducción de los gastos. Esa
decisión se tomó básicamente para ganar el control del Congreso en las elecciones
intermedias a mediados del 2015. El partido en el poder necesitaba dinero en las arcas
del gobierno federal y en las de los gobiernos estatales. Aumentaron los ingresos del
gobierno a costa de reducir los de los ciudadanos. El incremento de impuestos, que
implica una traslación de recursos del sector productivo a un gasto improductivo, fue el
detonante de la crisis mexicana y no factores externos.
Describe la canasta básica mexicana con la que se determina el
INPC en México
La Canasta Básica es el conjunto de bienes y servicios indispensables para que una
persona pueda cubrir sus necesidades básicas a partir de su ingreso.

La Canasta Básica mexicana se obtiene a partir de la Encuesta de Ingreso-Gasto de los


Hogares (ENIGH) emitida por el INEGI. Dicha encuesta proporciona los gastos
asociados de los hogares en 580 bienes y servicios.

Con esta base el Banco de México selecciona algunos productos y servicios y los integra
en una canasta básica y calcula el peso de cada uno en la construcción del Índice
Nacional de Precios del Consumidor (INPC), a esto se le conoce como ponderación.
Además, el Banco de México, mide la inflación a través del comportamiento del INPC.

La canasta básica está compuesta por 89 bienes y servicios agrupados en las


categorías siguientes: Alimentos, bebidas y tabaco; ropa, calzado y accesorios;
vivienda; muebles, aparatos y accesorios domésticos; salud y cuidado personal;
transporte; educación y esparcimiento, así como otros servicios.

La canasta básica tiende a actualizarse, a través de cambios en su ponderación o en la


aparición o desaparición de algunos de sus componentes, dados los cambios
tecnológicos, aparición de bienes y servicios, o bien un aumento del ingreso familiar y
los cambios en los hábitos y preferencias de consumo de los consumidores.

Entre los primeros 10 elementos que conforman la canasta básica encontramos: 1.-
Arroz; 2.- Los aceites y grasas vegetales comestibles; 3.- Huevo; 4.- Pan de caja; 5.-
Galletas populares; 6.- Harinas de trigo; 7.- Pasteles y pastelillos; 8.- Pollo en piezas;
9.- Leche; 10.- Pasta para sopa.

Actualmente si una familia quiere adquirir al menos 25 de ellos, tiene que destinar casi
10 salarios mínimos, lo que nos refleja nuevamente que las personas con ingresos
menores no tienen posibilidad de consumir lo indispensable. Durante el gobierno de
Felipe Calderón, el precio de la canasta básica de consumo registró un incremento
acumulado de 29%, según el INEGI. Al menos 53 de los 80 bienes y servicios que la
conforman mostraron un aumento superior a esa cifra. En contraste, el ingreso laboral
per cápita en términos reales pasó de 1,342 pesos en diciembre del 2006 a 1,097 pesos
en el primer trimestre de 2012, es decir, una caída de 18.26%, de acuerdo con el
Coneval.
Conclusión
Podemos concluir diciendo que, al terminar la gestión de un gobierno federal, deja logros
y avances, pero también retos pendientes y problemas. Pensar que luego de seis años
de gobierno un país se entrega sólo con activos es suponer que el ser social es inerte.

Los problemas no se gestan de la noche a la mañana. Pero las crisis sí se pueden


desencadenar en un corto tiempo. Errores y decisiones equivocadas pueden desatar
una crisis en cuestión de horas. Hay crisis cambiarias que explotan cuando se rompe la
credibilidad de los ahorradores y de los inversionistas.

El crecimiento con estabilidad, la meta de millones de mexicanos desde hace varias


décadas, sólo se da cuando coinciden dos factores: el primero es el crecimiento de la
productividad combinado con una disciplina fiscal y monetaria que permita elevar el
ahorro interno; el segundo es la confianza. Sin confianza difícilmente responderán los
ahorradores, los inversionistas o los trabajadores.

En síntesis, se debe aplicar una política con una visión de largo plazo que permita sentar
las bases de un auténtico crecimiento y sobre todo desarrollo; el gobierno actual debe
cambiar ciertas estrategias en su política económica por otra que busque el
mejoramiento del nivel de vida de todos los mexicanos y no de unos cuantos.

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