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¿Que requiere el orador? La aptitud del orador es tener un conocimiento profundo de las
almas - o de sus conductas-comportamientos- a las que él desea persuadir. Un autentico arte
de la Retorica debe fundamentarse básicamente, en un conocimiento de la receptividad de
la conducta de las personas entusiasmadas y motivadas en los mensajes, es el conocimiento
hermenéutico. La retorica -prosigue Godomer- o el arte retorico es un modelo de lo que
extraña el conocimiento hermenéutico: un modo de verdad no accesible o menos accesible
a las metodologías epistemológicas modernas. La retorica -desde la tradición- ha sido la
única defensora de una pretensión a la verdad que defiende lo probable, y aquello que es
convincente para la razón ordinaria.
Convencer es más difícil que persuadir. Los que convencen son los mas llamados a la
retorica elocuente; los que persuaden son retóricos con poca prudencia. Si no se logra
probar en lo dicho sobre el llamado conocimiento y la persuasión, este modo de verdad es
precisamente común a la Retórica y a la Hermenéutica. Esta firma de verdad -creada e
inventada de maneta personal- es invalidada por ilustres pensadores como Descartes. É1, en
forma manifiesta excluye a la Retorica, del dominio o del conocimiento.
“ORATORIA FORENSE EN EL PROCESO”, RAMOS SUYO J.A. Edit. San Marcos, Primera
Edición 2005, COMPILADO POR MARIO MERCHAN GORDILLO
Es recomendable, que el juicio no debe abstraerse del mecanismo contextual del auditorio,
que es e1 receptor del mensaje. Este es pues, el objeto de la reflexión filosófica referente a
la retorica. Según Aristóteles, la retorica es un estudio del juicio político, encargada de
examinar las cualidades de juicio que han de capacitar a un orador político: en sus arengas
y en sus discursos ante el pueblo. En estos mensajes el orador político progresivamente, en
merito a la realidad contextual va seleccionando los modos y las formas mas satisfactorias
de la actividad persuasiva.
Plantea la relación entre los juicios de las asambleas políticas (mítines, certámenes) y los
procesos de deliberación que han de culminar necesariamente en el juicio (resultado
deliberado) o el extracto del acuerdo. En uno u otro caso, se muestra que el arte de la
retorica es un ingrediente necesario para hacer juicios: del impulsor del mensaje como del
receptor del mismo. Una investigación acerca de la retorica es posible realizar
simultáneamente con una investigación acerca del juicio político.
Tipos de retorica
En la oratoria política hay poco aliciente para decir y hablar de cosas triviales, trata en la
mayoría de casos, de aspectos muy generales. Esto en razón de que la política es pues un
asunto noble y apreciado precisamente para ciudadanos involucrados en hacer extensiva la
práctica política. En cambio, en los llamados juicios jurídicos los asuntos que han de
resolverse pertenecen a otros, ajenos a los intereses de los juzgadores; en consecuencia, es
poco probable que los jueces se esfuercen por juzgar imparcialmente. Se preocupan poco en
la celeridad procesal, más bien arguyen hacer extensivo un Auto o una Resolución,
obstaculizando el desarrollo del proceso.
“ORATORIA FORENSE EN EL PROCESO”, RAMOS SUYO J.A. Edit. San Marcos, Primera
Edición 2005, COMPILADO POR MARIO MERCHAN GORDILLO
En un debate político general, local, regional, congresal u otros, el que está formándose un
juicio está simultáneamente tomando una decisión acerca de sus propios intereses vitales,
que es la razón de ser del aludido debate. En consecuencia, los resultados de la deliberación
son mas inmediatos para aquellos que participan en el juicio. El maestro Aristóteles observa
con sumo cuidado, proponiendo, que en los tribunales se debe prohibir todo aquello que no
viene al caso, debiendo ser más específico en el tratan1iento del juicio jurídico. En la
asamblea publica esa objeción no es necesaria porque es de considerar, quienes tienen que
formarse un juicio, como están en juego sus propios intereses, estamos seguros, que los
asambleístas son capaces de guardarse los que tienen.
¿Por que es conmovedora la retorica? La retorica -continua Aristóteles-" Es una
combinación de la ciencia de la lógica y de la rama ética de la política". Resulta curioso
decir, que se desenvuelve como la dialéctica y como el razonamiento sofistico. Ambos
llegan al usuario en una dimensión diferente. Una parte tiende a conmover y la otra a
persuadir.
Siendo así, la retorica tiene grandes atributos, unos latentes y otros son manifiestos: su
condición no es de ciencia, sino esta revestida de una facultad practica, que establece una
afinidad esencial con la capacidad de juicio que se abstrae. ¿La retorica tiene objetos?
Según Aristóteles, la retorica se operacionaliza -esto es la ejecución- juzgando
probabilidades y contingencias. EI modo de persuasión con el que trata es el enti-mema
(Filos. Silogismo reducido a dos proposiciones en que se elimina una de las premisas por
evidente). Esto es, una persuasión que no admite silogismos estrictos.
"La persuasión del orador político entra en la urdimbre (es el estambre después de urdido.
Trama de un asunto), de la phronesis. Seleccionar entre las contingencias mas probables y
menos probables sobre la base de sus entimemas persuasivos en parte integral del ejercicio
de la propia facultad de sabiduría practica". Phronesis se encuentra no solo del lado del
público que tiene la capacidad de escuchar, juzgar y decidir, sino también del lado del
orador mismo, que en el proceso de encodificación ha de seleccionar el lenguaje, el estilo y
los medios de persuasión mas apropiados.
Estas tres Fuentes de persuasión señaladas por Aristóteles, pretenden agotar el estudio
respecto al arte de la retorica: emoción de los miembros de la Sala Colegiada, carácter del
orador y verdad de los argumentos propuestos. Es decir, la persuasión en cada caso debe
alcanzarse, actuando sobre el estado emocional coyuntural de los jueces y otros
magistrados; proporcionándoles la correcta (y bien estudiada) impresión del carácter del
orador; probando la verdad de las afirmaciones propuestas.
El habla retorica
La oratoria deliberativa tiene la función de recomendar los posibles fines que se deben
seguir. A continuaci6n, el habla retórica fija el "blanco" al que se debe "apuntar" (ambos
términos entre comillas se utilizan con frecuencia en el lenguaje castrense). La retorica
tiene un espacio ganado dentro de la teleología. No es una teleología llamada externa, en la
cual, la retorica solo serviría como un medio orientado a un fin independientemente fijado.
Lo recomendable es, no emplear la retorica para alcanzar fines, -como aparentemente se
quiere entender-, nuestros fines ya están situados en un medio retorico, forjado
constitutivamente por este medio.
Nuestros fines en general, y el fin del orador en particular no son buscados retóricamente,
sino que están a su vez, constituidos retóricamente. Esto significaría, que los fines políticos
están sujetos a deliberación.
El orador forense que elige una manera apropiada y peculiar de discurso, a la distancia se
distingue tener una gran virtud: persona de propósito moral y de juicio. Siendo así, el solo
se esta recomendando, porque el publico lo juzgara en forma imparcial su talento y su
virtud. En Francia, Mirabeau reunía estos requisitos, que superaban ampliamente a su
figura física. La presentación de un discurso, obviamente, mediada por la oratoria, tiene que
desembocar en un juicio, que ha de ser deliberado por los oyentes.
“ORATORIA FORENSE EN EL PROCESO”, RAMOS SUYO J.A. Edit. San Marcos, Primera
Edición 2005, COMPILADO POR MARIO MERCHAN GORDILLO