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FOBIAS: ¿QUÉ SON Y CÓMO TRATARLAS?

¿Qué es una fobia?


Las fobias, a pesar de no tratarse de un trastorno psiquiátrico grave, son un trastorno
psicológico con mucha repercusión negativa en la vida diaria de la persona.
El manual de diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-IV) define una fobia como
“un temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la
presencia o anticipación de un objeto o situación específicos”. Se trata de la exageración
de una experiencia común a todos los seres humanos, el miedo, con la diferencia de que
el miedo nos prepara y ayuda a protegernos de situaciones de peligro real o imaginario
(por ejemplo, al ver una película de terror), y las fobias hacen referencia a un hipotético
peligro interno, irracional, intenso e incontrolable que bloquea el desarrollo de la
existencia de la persona, ya que no protege, sino que limita, pudiendo llegar a afectar a
la relación con su entorno y con sus seres queridos.

DIFERENCIAS ENTRE EL MIEDO, LA ANSIEDAD Y LA FOBIA:


El miedo es una emoción básica común, propia de la evolución humana y necesaria para
mantenernos vivos, puesto que nos alerta de un peligro y nos prepara para el mismo,
tanto para enfrentarse a él, como para evitarlo si es excesivo. Por lo tanto, todos los
seres vivos experimentamos el miedo como una emoción adaptativa.
La ansiedad es una reacción de miedo frente a un acontecimiento que lo desencadena
pero que, normalmente, no se considera algo que provoque miedo. La persona no es
capaz de explicar lo que le ocurre y lo acepta como una enfermedad o como parte de su
carácter del cual hay que liberarse. La ansiedad deriva de razonamientos precisos pero
exagerados y transforma algo aparentemente inocuo, en algo extremadamente peligroso,
por lo que no es tanto la reacción externa la desencadenante del miedo, sino lo que el
sujeto piensa sobre ella, la valoración que hace sobre su capacidad de hacerle frente.
En cuanto a la fobia, podríamos decir que surge de la ansiedad que se genera sólo frente
a situaciones u objetos muy precisos junto con la evitación por parte de la persona de
dicha situación u objeto. Es decir, por evitar la ansiedad, el sujeto evita el estímulo
creyendo que de esta manera logra eliminarlo por completo. Aunque lo cierto es que
este patrón de respuesta genera más limitaciones que beneficios a largo plazo.
Por lo tanto, el miedo se trata de una emoción indispensable para la supervivencia, la
ansiedad es una experiencia común en todo ser humano y que en pequeñas proporciones
puede resultar incluso beneficiosa, y las fobias, en cambio, son un trastorno que no tiene
ninguna ventaja, sino que genera muchos daños. En ocasiones puede ser difícil
diferenciar un miedo de una fobia pero la mayor diferencia radica en que ésta última es
irracional, incontrolable y limitante.

Criterios para el diagnóstico de una fobia específica:


Según el manual diagnóstico de trastornos mentales, los criterios para el diagnóstico de
una fobia específica son los siguientes:
1. Temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la
presencia de un objeto o situación específicos.
2. La exposición a dicho estímulo provoca una respuesta inmediata de ansiedad,
que puede llegar a tomar la forma de una crisis de angustia.
3. La persona reconoce que el miedo es excesivo e irracional. Nota: en los niños
este reconocimiento puede faltar.
4. La situación o situaciones fóbicas se evitan o soportan a costa de una intensa
ansiedad o malestar.
5. Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa o el malestar
interfieren acusadamente en la rutina normal de la persona.
6. En menores de 18 años la duración debe haber sido de 6 meses como mínimo.
7. La ansiedad, crisis de angustia o comportamientos de evitación , no pueden
explicarse mejor que por la presencia de otro trastorno mental.

Tipos de fobias:
Las fobias se pueden clasificar en función del estímulo que las desencadena pero,
básicamente, se pueden clasificar en tres tipos:

1. Fobias específicas:
 Tipo animal: El miedo se refiere a ciertos animales o insectos.
 Ambiental: El miedo hace referencia a situaciones propias del entorno natural o
fenómenos climáticos.
 Sangre-inyecciones-daño: Se trata de un miedo a la sangre, inyecciones, cirugía
o cualquier intervención invasiva.
 Situacional: El miedo aparece ante determinadas situaciones específicas como
pueden ser, viajar en avión, estar en un lugar cerrado…
 Otros: Que no se clasifican en ninguno de los otros subtipos ya que existe un
amplio espectro de estímulos que pueden desencadenar una fobia.

2. Fobia social:
En este tipo de fobias, lo que genera el miedo son las situaciones sociales, situaciones
que tienen que ver con la relación de la persona con los demás, situaciones en las cuales,
el individuo experimenta un gran malestar. Las situaciones más comunes pueden ser: el
miedo a estar con mucha gente o lo contrario, el miedo a encontrarse la persona sola, el
miedo a hablar con desconocidos…

3. Fobias generalizadas:
Se trata del conocido trastorno de ansiedad generalizada. En este caso, la persona
experimenta miedo, ansiedad y preocupación elevada ante una amplia variedad de
acontecimientos.

¿Cuáles son las causas?


Las causas de la aparición de una fobia no siempre están claras y puede no existir una
única causa para explicar por qué determinadas personas la padecen.
Muchas fobias pueden tener su origen en la infancia. Puede que la persona, siendo
menor, experimentase un suceso traumático y que después lo haya asociado como el
objeto o situación que genera temor y que, por lo tanto, tiene que evitar. Todos los niños
experimentan miedos y temores infantiles adaptativos y que van remitiendo a medida
que el menor va creciendo, a diferencia de las fobias que lo que hacen es mantenerse e
incluso incrementar con el paso del tiempo. La asociación puede ser directa, es decir, el
elemento fóbico causa el temor en la persona a consecuencia de un suceso (por ejemplo,
un niño que es mordido por un perro y que tras ese hecho, desarrolla la fobia a los
perros), o puede ser una asociación indirecta, lo que significa que la persona tras un
suceso traumático con un elemento concreto, lo desplaza a otros.
Otra de las posibles causas son los factores genéticos y ambientales que pueden
favorecer la aparición de la fobia. También como repetición a través de un
comportamiento aprendido, por ejemplo, que los hij@s repitan las fobias de sus
progenitores.
También puede ocurrir que la persona no recuerde la causa por la que se desarrolló la
fobia, pero de cualquier manera e independientemente del desencadenante, lo común a
todas ellas es la reacción de evitación por parte de la persona y el deterioro que esto
puede conllevar a diferentes niveles: social, laboral, familiar, afectivo….

Sintomatología de las fobias:


La persona que padece alguna fobia, describe la situación o estímulo fóbico con mucha
angustia. La reacción más frecuente de estas personas para rebajar dicha angustia es la
de evitar los estímulos fóbicos. Por lo tanto, uno de los síntomas comunes a estas
personas es, la evitación. Pero dicha conducta evitativa no es controlable a priori por la
persona, sino todo lo contrario, lo que afecta a su bienestar personal, social, familiar,
laboral… pudiendo desarrollar incluso otro tipo de problemáticas, como puede ser la
depresión.
Las personas suelen recordar el momento en el que comenzó todo, recordando que
anteriormente al hecho, todo era normal y tranquilo. Tras una situación negativa, la
persona relaciona dicho estímulo como aversivo y queda condicionado al miedo y
angustia experimentados.
También es importante tener en cuenta alguno de los síntomas físicos que pueden
experimentarse: tensión muscular, sudoración, palpitaciones, mareos, falta de aire,
sentirse inquieto, alteraciones del sueño, irritabilidad…
Es por ello, por lo que la persona que padece una fobia sufre mucho, y más, porque
puede ser consciente de lo que le ocurre y no poder evitarlo, quedando su vida cada vez
más restringida. Además, la persona puede sentirse incomprendida puesto que la gente
de su entorno, no considera grave, negativo, aversivo lo que le ocurre y tienden a
infravalorar la gravedad y la problemática que les supone a las personas que la padecen.

Tratamiento para las fobias:


Por muy curioso que resulte, las fobias no son un trastorno extraño, todo lo contrario, es
muy común que las personas padezcan un tipo de fobia u otro, siendo las mujeres las
que tienen una mayor incidencia.
Es importante saber que una fobia no suele desaparecer por sí sola, por eso es
importante pedir ayuda. Lo primero a tener en cuenta, es poder obtener el diagnóstico de
un profesional, que valore nuestro caso en particular y que nos recomiende la mejor
manera de abordar el problema. Es fundamental que la persona no se someta a ningún
tipo de tratamiento sin antes consultar con un profesional.
Existen diversos tratamientos para poder ayudar a las personas que padecen una fobia, y
dependiendo de cada caso, serán más efectivos unos u otros.
Las fobias específicas suelen tratarse mediante la psicoterapia, tratamiento mediante el
cual el paciente comprende las causas de su fobia a la vez que adquiere técnicas para
reducir la ansiedad ante el estímulo fóbico. Algunas de ellas pueden ser la técnica de
relajación muscular progresiva de Jacobson (para la tensión muscular) u otro tipo
técnicas de relajación y respiración. Es decir, lo que se intenta conseguir es un
conocimiento más rico y articulado del sistema emocional a la vez que se le ofrecen otro
tipo de técnicas.
Dentro de las terapias conductuales se encuentra la técnica de la exposición. En ella se
trata de que la persona, con ayuda del profesional, se vaya enfrontando, de manera
gradual y progresiva, al estímulo fóbico. De esta manera, se intenta que la persona vaya
ejerciendo control sobre la ansiedad y el miedo que le genera. Aquí también se
encuentra la técnica de la desensibilización sistemática, la cual consiste en ir
exponiendo a la persona, de forma imaginaria, a los estímulos que producen la respuesta
ansiógena. A través de la imaginación, y utilizando estrategias de relajación, la persona
se va enfrentando a los elementos fóbicos hasta que su nivel de ansiedad se reduce. Una
vez realizada la fase de imaginación, se puede realizar el mismo ejercicio ante
situaciones reales. Tanto la exposición como la desensibilización sistemática, necesitan
de un listado de temores y una jerarquía de escenas ansiógenas de menor a mayor
intensidad para poder comenzar a trabajar la fobia desde los elementos menos temidos
hasta los que mayor nivel de ansiedad generan.
En la terapia cognitiva, se busca información sobre el estímulo temido y se intentan
detectar los pensamientos ansiógenos que interfieren y afectan sobre él para poder así
modificarlos por otros.
El tratamiento farmacológico también funciona sobre los fenómenos ansiosos, aunque
es importante matizar que nunca debe ser el único tratamiento y que debe
complementarse con la terapia.
Lo fundamental para que el tratamiento sea efectivo es que la persona esté decidida a
trabajar para superarla, saber que va a ser un proceso no lineal, ser paciente y no sentirse
derrotado, sino valorar todos los avances que se vayan dando.

Bibliografía:
 DSM IV: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales
 Miedos y fobias: Causas, características y terapias: De Sandra Sassaroli y Roberto lorenzino
 http://kidshealth.org/kid/en_espanol/sentimientos/phobias_esp.html
 http://www.fobias.org/
 http://www.monografias.com/trabajos14/fobias/fobias.shtml
 http://www.fobias.net

https://www.psicologos-granvia.com/articulos/fobias-que-son-y-como-tratarlas
PSICOLOGÍA CLÍNICA ¿QUÉ ES LA DESENSIBILIZACIÓN
SISTEMÁTICA Y CÓMO FUNCIONA?
Una técnica ampliamente usada en psicoterapia y que es muy útil para tratar
fobias.

La desensibilización sistemática (DS) es una técnica desarrollada por Joseph


Wolpe en 1958 que tiene como objetivo terminar tanto con las respuestas
de ansiedad como con las conductas de evitación propias de los trastornos ansiosos.
Dado que estas conductas son especialmente importantes en el mantenimiento de los
trastornos fóbicos, se trata de una técnica muy empleada en su tratamiento.

Joseph Wolpe, (1915 – 1997), fue un psiquiatra


sudafricano-estadounidense. Se inscribe en las corrientes
de la Psicología conductista, conocido sobre todo por sus
teorías y experiencias sobre el tema de lo que hoy se
conoce como: Desensibilización sistemática de las fobias.
SÍNTESIS BIOGRÁFICA
Nació en Johannesburg (Sudáfrica), y más tarde se
nacionalizó como estadounidense. Fue profesor de
psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Temple
University de Filadelfia, en Pensilvania, entre los
años 1965 y 1988.
Es conocido por su formulación del Principio de la
inhibición recíproca o principio de la inhibición
antagonista, que sirvió de base para el desarrollo de
tratamientos que Inhibían el miedo humano.

LA DESENSIBILIZACIÓN SISTEMÁTICA
La desensibilización sistemática, también conocida como terapia de exposición
graduada es un tipo de terapia conductual que se utiliza en el campo de la psicología
para ayudar efectivamente a superar fobias y otros trastornos de ansiedad. Más
concretamente, se trata de una forma de contra acondicionado, un tipo de terapia
pavloviano desarrollado por Wolpe.
En la década de 1950, Wolpe descubrió que los gatos de la Universidad de Wits podrían
superar sus miedos a través de la exposición gradual y sistemática. El proceso de
desensibilización sistemática se produce en tres pasos. El primer paso de la
desensibilización sistemática es la identificación de una jerarquía de estímulo que
induce la ansiedad. El segundo paso es el aprendizaje de la relajación o técnicas de
afrontamiento. Una vez que el individuo ha sido enseñado estas habilidades, él o ella
debe utilizarlos en el tercer paso para reaccionar ante situaciones y superar en la
jerarquía establecida de temores.
El objetivo de este proceso es que el individuo aprenda cómo hacer frente a, y superar el
miedo en cada paso de la jerarquía.
La DS, tal como la propone Joseph Wolpe, se basa en el condicionamiento clásico. El
principio consiste en que la intensidad de una respuesta como la ansiedad puede ser
reducida a través de la emisión de una respuesta incompatible, como podría ser la
relajación. La aparición de ciertos estímulos fóbicos produce respuestas de ansiedad.
Determinados estímulos produce de forma automática respuestas de ansiedad. De forma
conjunta, se pretende provocar una respuesta automática de relajación que
interfiera con el malestar del estímulo aversivo.

¿Cómo funciona la desensibilización sistemática?


El procedimiento estandarizado de la desensibilización sistemática incluye cuatro
pasos. Entrenamiento en relajación, una construcción de las jerarquías, evaluación y
práctica en imaginación y la desensibilización sistemática propiamente dicha. Antes de
pasar al entrenamiento en relajación, es necesaria la explicación de la técnica al cliente,
para motivarlo y hacerle comprender la estrategia básica y los principios de la eficacia
técnica.
Hay que explicarle qué son respuestas incompatibles y por qué si aparece una, no puede
aparecer la otra (como relajación y tensión), qué es una jerarquía de estímulos, qué es el
contra condicionamiento y la generalización en términos que pueda comprender.

Entrenamiento en relajación
La respuesta de relajación que el paciente usará para combatir la ansiedad será
preferiblemente alguna que ya conozca. Es posible utilizar cualquier procedimiento,
pero si es posible mejor utilizar algún tipo de relajación que el propio paciente pueda
poner en práctica de forma rápida y eficaz.
En caso contrario se pueden enseñar técnicas como la relajación progresiva o el control
de la respiración, que son técnicas fáciles de aprender. Lo fundamental es que ante la
situación ansiosa, estas respuestas incompatibles de relajación puedan ser aplicadas de
forma fácil, rápida, y reduzcan la ansiedad con eficacia.

Jerarquía de ansiedad
Cuando queremos aplicar la desensibilización tenemos que hacer una ordenación
de las situaciones temidas. Esto es lo que llamamos una jerarquía de ansiedad, donde
listamos todas las situaciones potencialmente ansiógenas relacionadas con el tema a
tratar y las ordenamos según el grado de ansiedad que generan. Para cuantificar la
ansiedad que genera se utiliza una escala del 0 al 100, donde la situación con puntuación
0 no genera ansiedad en absoluto y la puntuada con un 100 es la que más ansiedad
genera de todas.
Para elaborar la jerarquía lo hacemos a través de una tormenta de ideas (brainstorming)
donde el paciente genera situaciones que le provoquen ansiedad. Estas situaciones se
anotan, se precisan y se les pone un número en la escala del 0 al 100. Muchas veces
puede ser difícil comenzar a asignar números. Una buena forma de empezar es utilizar
anclajes. Generar primero los ítems que menos y más ansiedad generen, que serán el 0 y
el 100 respectivamente, y un ítem intermedio que será el 50. A partir de aquí los ítems
son más fáciles de ordenar.

Práctica en imaginación
Como utilizaremos la exposición en imaginación, deberemos evaluar la capacidad
del paciente para imaginarse escenas. Se pedirá al paciente que imagine una escena y,
a continuación, se preguntarán los detalles de la misma para ver hasta qué punto es
vívida la visualización en imaginación.

La desensibilización propiamente
Una vez asegurado esto, se procederá la presentación de las situaciones que causan
ansiedad. Esta presentación puede ser en imaginación o bien en vivo. Se comenzará por
la situación que cause ansiedad cero y se irá subiendo por la jerarquía de ansiedad
gradualmente. Las primeras presentaciones se hacen de forma breve, pero se irá
aumentando cada vez más el tiempo de exposición. Al mismo tiempo que se presenta el
ítem ansiógeno, se ponen en marcha las estrategias de relajación que se han aprendido
previamente para interferir con la ansiedad y desaprender la respuesta ansiosa.
Naturalmente, cuanto más tiempo pase el paciente en exposición, mayor
desensibilización. Además, cuando se consigue reducir la ansiedad que produce una
situación, esta se generaliza a las situaciones que están por encima de esta. Los ítems se
dan por superados cuando producen cero ansiedad. Es decir, hasta que una situación no
genera absolutamente nada de ansiedad, no se puede pasar a la siguiente.

Aplicaciones de la desensibilización sistemática


La desensibilización sistemática es un tratamiento apropiado cuando el terapeuta dirige
sus esfuerzos a la eliminación de fobias y ansiedades siempre que se cumplan una serie
de condiciones. Para que una respuesta condicionada sea susceptible de ser modificada
a través de desensibilización sistemática debe ser una respuesta a una situación o un
estímulo específico, que no se deban a creencias irracionales o ideas sobrevaloradas,
que se trate de un miedo irracional y que exista una adecuada respuesta incompatible
con la de ansiedad.
Además de su uso en fobias y trastornos de ansiedad, también puede ser adecuada para
tratar ansiedad a estímulos específicos sin que sean fóbicos. Por ejemplo
en disfunciones sexuales, alcoholismo, otras adicciones, parafilias o insomnio.

Fuentes
 http://cursos.aiu.edu/TEORIAS%20DE%20LA%20PERSONALIDAD%20I/11/PDF/Teorias%20de
%20la%20Personalidad%20I%20sesion%2011.pdf
 http://www.conductismo.es/joseph-wolpe/
LA DESENSIBILIZACIÓN SISTEMÁTICA Y TÉCNICAS DE
RELAJACIÓN
Contenidos

1 Introducción
2 Fundamentos teóricos
3 Condiciones de aplicación de la desensibilización sistemática
4 Procedimiento de aplicación
4.1 Elección de la respuesta incompatible con la ansiedad
4.2 Elaboración de la jerarquía de estímulos
4.3 Entrenamiento en imaginación
4.4 Proceso de la desensibilización sistemática
4.5 Variaciones en la aplicación de la desensibilización sistemática
4.5.1 Variaciones de la técnica.
5 Ámbitos de aplicación y evidencia empírica
6 Técnicas de relajación: introducción
7 Fundamentación teórica
7.1 Modelos de efectos de la relajación
8 Consideraciones generales para aplicar las técnicas de relajación
9 Entrenamiento en relajación progresiva
9.1 Procedimiento de la relajación progresiva
9.2 Indicaciones generales para la práctica de la relajación
9.3 Variaciones del procedimiento: la relajación diferencial y la relajación pasiva
10 Entrenamiento en relajación autógena
10.1 Procedimiento de la relajación autógena
10.2 Indicaciones generales para la práctica del entrenamiento autógeno
11 Técnicas de respiración
11.1 Mecanismos autorregulatorios de la respiración
11.2 Tipos de respiración
11.3 Procedimiento del entrenamiento en respiración
11.3.1 Descripción de algunos ejercicios de respiración
11.4 Indicaciones generales para la práctica del entrenamiento en respiración
12 Principales aplicaciones y efectividad de las técnicas de relajación y respiración
13 Problemas asociados a la relajación
14 Conclusiones y consideraciones finales

Joseph Wolpe, (1915 – 1997), fue un psiquiatra sudafricano-estadounidense. Se


inscribe en las corrientes de la Psicología conductista, conocido sobre todo por sus
teorías y experiencias sobre el tema de lo que hoy se conoce como: Desensibilización
sistemática de las fobias.
SÍNTESIS BIOGRÁFICA
Nació en Johannesburg (Sudáfrica), y más tarde se nacionalizó como estadounidense.
Fue profesor de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Temple University de
Filadelfia, en Pensilvania, entre los años 1965 y 1988.
Es conocido por su formulación del Principio de la inhibición recíproca o principio de la
inhibición antagonista, que sirvió de base para el desarrollo de tratamientos que Inhibían
el miedo humano.
LA DESENSIBILIZACIÓN SISTEMÁTICA
La desensibilización sistemática, también conocida como terapia de exposición graduada es
un tipo de terapia conductual que se utiliza en el campo de la psicología para ayudar
efectivamente a superar fobias y otros trastornos de ansiedad. Más concretamente, se trata
de una forma de contra acondicionado, un tipo de terapia pavloviano desarrollado por
Wolpe.
En la década de 1950, Wolpe descubrió que los gatos de la Universidad de Wits podrían
superar sus miedos a través de la exposición gradual y sistemática. El proceso de
desensibilización sistemática se produce en tres pasos. El primer paso de la
desensibilización sistemática es la identificación de una jerarquía de estímulo que induce la
ansiedad. El segundo paso es el aprendizaje de la relajación o técnicas de afrontamiento.
Una vez que el individuo ha sido enseñado estas habilidades, él o ella debe utilizarlos en el
tercer paso para reaccionar ante situaciones y superar en la jerarquía establecida de temores.
El objetivo de este proceso es que el individuo aprenda cómo hacer frente a, y superar el
miedo en cada paso de la jerarquía.

Fuentes
 http://cursos.aiu.edu/TEORIAS%20DE%20LA%20PERSONALIDAD%20I/11/PDF/Teorias%20de
%20la%20Personalidad%20I%20sesion%2011.pdf
 http://www.conductismo.es/joseph-wolpe/

Introducción

Las técnicas de exposición proceden del procedimiento desarrollado por Wolpe


denominado Desensibilización sistemática (primera técnica de exposición en TC,
primera generación). La técnica consiste en inducir al sujeto una respuesta de relajación
mientras se le expone en imaginación a una jerarquía de estímulos que incrementan su
intensidad. Se han cuestionado algunos de los principios básicos (como la necesidad de
inducir la relajación), pero su efectividad está fuera de toda duda.

Fundamentos teóricos

La DS concebida por Wolpe está basada en el condicionamiento clásico, dando lugar a


que la presentación de un estímulo ansiogénico (EC) cuando no puede producirse la
respuesta de ansiedad (RC) facilitaría la ruptura de la asociación estímulo-
ansiedad. Esta forma de revertir el condicionamiento clásico fue denominada contra-
condicionamiento por inhibición recíproca (no pueden darse dos estados fisiológicos
incompatibles). La idea básica de la DS es que la respuesta de miedo puede ser reducida
o inhibida mediante la generación de una respuesta incompatible con la ansiedad
(inhibición recíproca), tradicionalmente la respuesta de relajación, dando lugar al
debilitamiento de la conexión entre el estímulo y la respuesta de ansiedad que provoca
(inhibición recíproca).

Las asunciones de Wolpe sobre el papel del sistema nervioso simpático y parasimpático
en la eliminación de la ansiedad han mostrado ser erróneas. La relajación no funciona
como un mecanismo inhibitorio, sino que permite que el paciente se mantenga en
contacto con el estímulo temido más tiempo, lo que da lugar a la extinción. La
relajación no es un elemento esencial, sino que facilita la permanencia del individuo y
reduce el malestar. El índice de abandono debido al malestar es similar en la DS y en la
terapia de exposición.

La utilización de la hipnosis como respuesta incompatible ha dado excelentes


resultados. Es probable que el cambio emocional y cognitivo, y las sugestiones
posthipnóticas expliquen mejor el cambio terapéutico que los procesos de contra-
condicionamiento e inhibición recíproca.

Los modelos explicativos de la eficacia de la DS coinciden en que la exposición


repetida al estímulo temido es la variable que permite la extinción del miedo y la
generación de nuevo aprendizaje, bien por reprocesamiento emocional, por variable
cognitivas, o por la ayuda de elementos operantes. La respuesta incompatible, o que
dichos estímulos se presenten en imaginación, parecen elementos de menor relevancia
que la permanencia dilata en contacto con el estímulo temido.

Condiciones de aplicación de la desensibilización sistemática

La DS está orientada a miedos fóbicos (fobia específica y problemas de ansiedad) en


aquellos casos en que existe un estímulo condicionado de ansiedad. La elección de la
DS como técnica de tratamiento deberá tener en cuenta: La DS es más eficas en fobias
que en problemas de ansiedad generalizada, fobia social, agorafobia o TOC. La DS será
más exitosa cuando el problema no se deba a un déficit de habilidades que esté siendo el
problema de ansiedad (ansiedad por tener exámenes sin haber estudiado suficiente da
lugar a una demanda que excede los recursos (DS no indicada), si se ha estudiado y se
siente ansiedad por los exámenes entonces si está indicada la DS). Los problemas
fóbicos no deben estar sustentados por las creencias del paciente, es decir, tiene que
saber que su ansiedad es irracional y sabe a la situación que se expone. Si es un
problema de creencias es necesario un trabajo previo psicoeducacional y de
reestructuración cognitiva para eliminar dichas creencias.

Procedimiento de aplicación

La aplicación de la DS requiere de los siguientes pasos iniciales: 1) Elección de la


respuesta incompatible con la ansiedad y posible entrenamiento, 2) Elaboración de una
jerarquía de ansiedad, 3) Valoración de la capacidad imaginativa y entrenamiento en
imaginación si se requiere. Estas actividades pueden llevarse en paralelo y debe estar
dirigidas por el terapeuta.

Elección de la respuesta incompatible con la ansiedad

Puede utilizarse la relajación, meditación, hipnosis, estados emocionales positivos, auto-


instrucciones asertivas, etc.. La clave es que se pueda usar de forma rápida y fácil. Uno
de los procedimientos más utilizados son los derivados del entrenamiento en Relajación
Progresiva de Jacobson (estructura muy sistematizada, muy valorado por lo pacientes).

En los niños no siempre es posible usar una respuesta incompatible, siendo más
apropiada la utilización de imágenes emotivas (programa de escenificaciones emotivas a
partir de la técnica de Lazarus, exposición en vivo a modo de juego).

Elaboración de la jerarquía de estímulos

La presentación gradual del estímulo temido requiere la elaboración de una jerarquía de


exposición que ordene los pasos que se irán dando en el acercamiento y manejo del
estímulo (graduación subjetiva 0-100). La construcción de una jerarquía es frecuente
que dure más de una sesión (10-15 ítems).

Entrenamiento en imaginación

La DS es un procedimiento que implica la exposición del estímulo temido en


imaginación. Si el paciente no tiene capacidad imaginativa, se deberá realizar un
entrenamiento en imaginación (imaginar cosas concretas añadiendo detalles).

Proceso de la desensibilización sistemática

Una vez se cuenta con el entrenamiento en relajación, la jerarquía de ansiedad y con


capacidad imaginativa, se puede comenzar las sesiones de desensibilización. Antes de la
señal se acuerda una señal para indicar relajación o ansiedad (dedos de la mano). Un
nivel de ansiedad mayor que 25 USAS (0-100 Unidades subjetivas de ansiedad)
equivale a ansiedad. El procedimiento consiste en presentar un ítem, esperar 15-20”, si
la ansiedad es superior a 25 se vuelve a la relajación (40”) y se vuelve a presentar el
ítem y se repite el ciclo, si es menor de 25 se pasa a relajación y se presenta de nuevo el
ítem 25-30”, hasta una tercera vez de 35-50” y si no hay ansiedad se presenta el
segundo ítem y se repite el ciclo (pag. 249 del libro). En una sesión se desensibilizan 3
– 4 ítems.

El ítem manejado debe producir una ansiedad leve y manejable. Si se experimenta


excesiva ansiedad, se debe volver al ítem anterior o generar uno nuevo. La DS requiere
que los niveles de ansiedad experimentada sean manejables. No se puede pasar de ítem
hasta que éste deje de generar ansiedad o sea muy leve.

Variaciones en la aplicación de la desensibilización sistemática

Variaciones de la técnica.

Desensibilización sistemática en vivo

Supone la presentación de los ítems de la jerarquía en el contexto real (subsana


desventajas de la imaginación). Problemas: dificultad para elaborar la jerarquía, y falta
de control sobre la situación (que si se tiene con la imaginación).

Desensibilización sistemática en grupo

Optimización del tiempo de tratamiento al usar grupos de no más de 6 personas. El


ritmo de presentación lo marca el miembro que más lento avance.

Desensibilización sistemática enriquecida

Incorpora algún tipo de estimulación física que enriquezca la escena ansiógena


imaginada (mayor realismo). Util para problemas de concentración, dificultad de
exposición en vivo (tormentas) o cuando las imágenes no suscitan ansiedad.

Desensibilización sistemática automática y auto-aplicada

Auto aplicación de la técnica. Sus resultados son satisfactorios.

Ámbitos de aplicación y evidencia empírica

La DS es considerada por la APA como el tratamiento probablemente más eficaz para


las fobias a los animales. La DS puede aplicarse con cautela a adiciones (alcoholismo),
disfunciones sexuales (parafilias), trastornos alimentarios. Es útil para las nauseas
condicionadas del cáncer. La DS es un procedimiento tan eficaz como la
reestructuración cognitiva en pacientes con cefaleas migrañosas. Es útil como
tratamiento de segunda línea en las pesadillas de origen idiopático.

Técnicas de relajación: introducción

La relajación es la técnica más utilizada en intervenciones psicológicas, y son muy


pocos los problemas donde no se puede usar. Dentro del ámbito de la TCC, son dos los
procedimientos estructurados que han cobrado mayor relevancia: el Entrenamiento en
Relajación Progresiva (Jacobson) y el Entrenamiento en Relajación Autógena.

Fundamentación teórica

Los cambios debido a la relajación están mediados por su influencia en el equilibrio de


las dos ramas del SNA: la rama simpática (funciones de alerta, temperatura, ritmo
cardiaco, respiratorio, circulación de la sangre), y la parasimpático que regula funciones
de ahorro y reposo. Algunos de los efectos de la relajación son: disminución de la
presión arterial parcial de O2 y aumento de la de CO2, aumento de serotonina,
disminución de adrenalina y noradrenalina, disminución de colesterol y ácidos grasos en
plasma (ver pag. 253).

Modelos de efectos de la relajación

Según el modelo propuesto por Benso, la relajación produciría una respuesta única de
desactivación de la rama simpática del SNA que es responsable de los efectos de esta
técnica.

El modelo integrativo de la respuesta de relajación (Schwartz) plantea dos efectos, uno


específico y otro general de reducción de la respuesta ante el stress.

Para elegir la técnica de relajación es útil distinguir los efectos cognitivo, fisiológicos y
somáticos de cada procedimiento (el entrenamiento autógeno está indicado en
problemas vasculares, Raynaud y cefaleas migrañosas).

Consideraciones generales para aplicar las técnicas de relajación

En algunos trastornos como la hipocondría, la agorafobia, o sensaciones físicas intensas,


la relajación pone en contacto al paciente con sus sensaciones internas, produciéndole
una reactividad fisiológica aun mayor. En estos casos la relajación será más progresiva,
con un proceso más o menos largo de habituación.

Durante el entrenamiento en relajación es frecuente que se den calambres musculares,


espasmos, sensación de mareo, etc… Se debe informar al paciente sobre esta
posibilidad.

Entrenamiento en relajación progresiva

Jacobson comprobó que tensando y distendiendo una serie de músculos y percibiendo


las sensaciones corporales que se producían se eliminaban las tensiones y contracciones
corporales (requiere meses, actualmente son procesos más breves). Actualmente el más
utilizado es la adaptación de Bernstein y Borkovec que consiste en practicas con 16
grupos musculares durante 30-40 minutos en las primeras semanas. Algunas diferencias
entre el procedimiento de Jacobson y otros procedimiento modificados son: Jacobson da
mayor énfasis fisiológico y evita la utilización de estrategias de apoyo para evitar
dependencia, los procedimiento modificados dan también énfasis a lo cognitivo y
conductual y pueden utilizar elementos de apoyo.
Procedimiento de la relajación progresiva

El objetivo de la relajación progresiva es reducir los niveles de activación mediante una


disminución progresiva de la tensión muscular. En la fase de tensión muscular se debe
percibir la situación de forma activa, pero no cuando se distienden los músculos
(situación pasiva).

Indicaciones generales para la práctica de la relajación

La secuencia ordenada debe ser la misma en todas las ocasiones (comenzando por las
manos y acabando por los pies, o al revés). Si se olvida algún músculo por tensar y
relajarse, se continúa con el siguiente. La tensión de los músculos debe durar 4
segundos. El músculo debe estar relajado 15 segundos. Lo que se pretende al tensar es
facilitar la distensión (no se debe tensar con demasiada fuerza). Se debe soltar el
músculo de repente (no gradualmente para evitar los músculos antagonistas). Es útil
imaginar el proceso. Es aconsejable concentrarse en la sensación de relajar músculos.
Una vez relajados todos los músculos, es aconsejable un repaso mental de ellos
(autoexploración). No es preciso volver a tensar ningún músculo más en esta última
fase.

Variaciones del procedimiento: la relajación diferencial y la relajación pasiva

La relajación diferencial pretende que el paciente aprenda a tensar sólo aquellos


músculos relacionados con la ejecución de una tarea. Es un entrenamiento en conciencia
corporal muscular. Se requiere un entrenamiento en el procedimiento básico. Está
indicado para personas que tensan la musculatura no relacionada con la actividad que
realizan, o aquellas que han desarrollado patrones tensionales crónicos.

En a relajación pasiva no se utilizan los ejercicios de tensar músculos. Se usa la voz del
terapeuta para dirigir la atención del cliente a los grupos musculares haciendo referencia
a sensaciones de peso y calor. Está indicada para personas de edad avanzada o con
problemas físicos que desaconsejan los ejercicios de tensión.

Entrenamiento en relajación autógena

La relajación autógena fue desarrollada por Johannes Heinrich Schultz y se basa en las
representaciones mentales de las sensaciones físicas (peso y calor). Actúa en el SNA y
reestablece el equilibrio entre la rama simpática y parasimpática. Tiene mayores efectos
que otras técnicas de relajación en la hipertensión y las migrañas. El tipo de paciente es
determinante a la hora de evaluar su adecuación (motivación, autosugestión, niveles
basales). Se basa en tres principios: 1) repetición verbal de descripciones de respuestas
fisiológicas, 2) concentración pasiva, y 3) reducción de estimulación exteroceptiva y
propioceptiva.

Procedimiento de la relajación autógena

Los ejercicios consisten en centrar la mente en fórmulas cortas y repetitivas y en


imaginar de forma intensa lo que sugieren. Es importante cuidar la forma de acabar los
ejercicios (inspiración profunda, fuerte flexión y estiramiento de brazos y piernas). Es
un procedimiento muy estructurado con dos grados o ciclos: el grado inferior de
ejercicios de relajación, y el grado superior de ejercicios de imaginación.

El grado inferior se compone de siete ejercicios que mediante autosugestión dan lugar a
sensaciones sucesivas de reposo, pesadez, calor en brazos y piernas, descenso del ritmo
cardiaco y respiratorio, calor en el plexo solar y frescor en la frente (duración de la
sesión < 3-5 minutos).

En el grado superior se tratan los problemas mediante la sugestión (imaginación) hasta


lograr solucionarlos o mitigarlos. Es requisito imprescindible dominar los ejercicios del
grado inferior. Es habitual lo sueños lúcidos.

Indicaciones generales para la práctica del entrenamiento autógeno

El cliente debe mantener una actitud de observación pasiva de los cambios. Cada
ejercicio es practicado diariamente y no se ha de introducir un nuevo ejercicio hasta que
no se domine el anterior. Se deben repasar y practicar los ejercicios anteriores. Nunca
comenzar con el grado superior sin dominar el inferior. Al iniciar el grado superior el
cliente debe girar los globos oculares hacia arriba y hacia dentro como si intentase mirar
el centro de la frente. Si se desarrollan sensaciones físicas molestar, se puede cambiar la
formula de sugestión. Con pensamientos intrusivos, se debe completar el pensamiento y
volver a la fórmula.

Técnicas de respiración

La respiración es un proceso con las siguientes fases: a) inspiración, b) pausa


inspiratoria, donde se produce el intercambio gaseoso (entra O2 y sale CO2), c)
espiración, donde el CO2 penetra en los alvéolos y es expulsado, y d) pausa espiratoria,
reposo de los pulmones.

Un patrón respiratorio adecuado produce en estado de reposo un aumento del control


parasimpático (mayor nivel de CO2 en sangre). El control respiratorio modula
voluntariamente la acción del SNA e incrementa el tono vagal reduciendo la sobre
activación simpática.

El control respiratorio en la India se conoce como pranayamas. Al conseguir una


respiración diafragmática y un ritmo respiratorio lento se reduce la activación
fisiológica y psicológica.

Mecanismos autorregulatorios de la respiración

Los mecanismos autorregulatorios son: 1) Bostezo, que se produce por una contracción
del diafragma. Se da después de un periodo de respiración superficial, o cuando se
aporta menos oxígeno del que se necesita (cansancio), 2) Elevación involuntario de
hombros y omóplato que permite ensanchar la caja torácica para facilitar la inspiración,
3) suspiros, precedidos de un patrón deficiente de respiración, 4) estiramientos, que
facilitan los movimiento de ensanchamientos para una profunda ventilación y evitan la
disminución del tono muscular.
Tipos de respiración

Respiración costal. La respiración costal superior o clavicular es el patrón respiratorio


más superficial, el más frecuente, a la vez que el menos saludable. El aire se concentra
en la parte superior de la caja torácica y el diafragma permanece con baja actividad.

Respiración diafragmática. Gran movilidad de las costillas inferiores y la parte superior


del abdomen. El tipo de respiración fisiológicamente más adecuado.

Respiración abdominal. El tórax permanece inmóvil y es el abdomen el que demuestra


una extraordinaria movilidad.

Procedimiento del entrenamiento en respiración

El tipo de ejercicio varía en función del objetivo de cada intervención. La inspiración


correcta fisiológicamente es vía nasal (se usará en todos los ejercicios). La espiración
recomendable es la nasal. Previo al comienzo de los ejercicios debe determinarse el
tipo de respiración habitual en diferentes posiciones, evaluando: a) duración d ela
inspiración, b) inspiración nasal o bucal, c) capacidad respiratoria general, d) fluidez de
la respiración, y e) problemas respiratorios.

Descripción de algunos ejercicios de respiración

Respiración profunda

Útil para reducir el nivel de activación general. Consiste en poner las manos en el
abdomen e imaginar una bolsa que se llena y vacía con la respiración.

Respiración contada

Respiración diafragmática con autosugestión de palabras.

Respiración abdominal

Respiración usando únicamente el abdomen

Respiración intercostal o media

Se dirige el aire hacia la zona media del tórax, hacia los costados.

Respiración alternada

Se alternan las fosas por las que se respira tapando con un dedo.

Indicaciones generales para la práctica del entrenamiento en respiración

Se suele establecer un tipo de respiración diafragmático que llene la parte inferior,


media y superior de los pulmones. LA inspiración debe llenar los pulmones por este
orden: abdominal, zona costal media y superior. La espiración debe seguir el mismo
orden. La respiración debe ser fluida, constante y no forzada.
La práctica puede acompañarse de movimiento de brazos.

Principales aplicaciones y efectividad de las técnicas de relajación y


respiración

Los ejercicios del entrenamiento autógeno implican una mayor respuesta del sistema
nervioso autónomo, y están indicados en problemas de desregulación autonómica
(ansiedad, migrañas, cardiovasculares y pánico con componentes respiratorios). La
retención de la respiración es útil en las crisis de angustia. La respiración es útil en
pacientes que no toleran la relajación muscular.

La relajación progresiva tiene mayores efectos sobre los sistemas somáticos, y está
indicada en cefaleas y problemas con el sistema muscular. En la ansiedad es útil
combinada con otras técnicas. Es útil en fobia específica y fobia social. En abuso de
sustancias es útil combinada con otras técnicas en personas muy ansiosas. La relajación
progresiva se ha usado en insomnio, sistema cardiovascular, procesos de dolor, diabetes,
asmáticos con precipitantes emocionales, y vómitos anticipatorios a la
quimioterapia. Es útil para reducir la potencia de los fármacos. En niños es útil para la
hiperactividad y mejora del aprendizaje y rendimiento académico.

Problemas asociados a la relajación

La relajación puede tener algunos efectos secundarios que es necesario tener en cuenta.
No es infrecuente que pacientes con diagnostico de ansiedad generalizada incrementen,
en vez de disminuir, su nivel de tensión durante la relajación, encontrando la
experiencia muy estresante. Dos de las consecuencias adversas son las descargas
autógenas y la ansiedad inducida durante la relajación.

Las descargas autógenas se consideran experiencias físicas y emocionales que incluyen


dolor, ansiedad, palpitaciones, calambres musculares o llorar. Puede dar lugar a
incremento de presión arterial que suponen un peligro para pacientes hipertensos (es
necesario monitorizarlos durante el proceso).

El incremento de los niveles de ansiedad se puede dar durante la relajación, pero se ha


relacionado más con la meditación que con la relajación progresiva.

Las descargas autógenas y la ansiedad inducida por relajación son más frecuentes
durante el entrenamiento autógeno y la meditación que con la relajación progresiva.
Pocos pacientes manifiestan un aumento de ansiedad con la RP, siendo esta técnica más
tolerable que otros procedimientos.

La ansiedad inducida por relajación es un predictor de pobres resultados terapéuticos.

Conclusiones y consideraciones finales

La DS es el primer procedimiento terapéutico sistematizado para el tratamiento del


miedo y el primero en superar el rigor científico.
http://psicologia.isipedia.com/tercero/tecnicas-de-intervencion-cognitivo-conductuales/05-la-
desensibilizacion-sistematica-y-tecnicas-de-relajacion

FOBIA A LOS EXÁMENES


Por: Lic. Carmela Rivadeneira, Lic. José Dahab y Lic. Ariel Minici

La escena más temida: el final oral

Algunos estudiantes ven obstaculizado el desarrollo de sus carreras debido a


dificultades para rendir los exámenes finales, en especial, cuando estos son orales. Estas
dificultades varían de acuerdo con diversas circunstancias como la historia de
aprendizaje con sus experiencias desagradables y/o traumáticas, las características de
personalidad, las habilidades sociales o el grado de reactividad fisiológica. A pesar de
las diferencias, el elemento clave suele ser la ansiedad.

La ansiedad frente a los exámenes es clasificada como un tipo de Fobia Específica,


según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales, -DSM IV-, la
cual posee varias formas e intensidades de manifestación.

En algunos estudiantes se muestra inhibiendo el comportamiento de anotarse para rendir


los exámenes; lo cual indica un mayor grado de evitación (característico de las fobias)
pues ni siquiera logran acercarse a la instancia del examen.

Por otro lado, hay estudiantes que sí logran anotarse pero el día del examen se
descomponen y no pueden asistir; generalmente los síntomas físicos de estas personas
son más acentuados comparados con los del caso anterior, aunque su grado de evitación
no es tan severo.

También hay estudiantes que logran presentarse, se sientan frente al docente


experimentando mucha ansiedad fisiológica y terminan por "bloquearse", no pudiendo
desempeñarse acorde a lo mucho que estudiaron. En este último caso, hay menor grado
de evitación pero lamentablemente la ansiedad logró desorganizar el comportamiento e
incluso alterar los sistemas de memoria.

Contrariamente a lo que se esperaría, es más sencillo solucionar estas fobias cuando el


grado de evitación es menor aunque los síntomas fisiológicos sean elevados, pues la
voluntad del paciente a enfrentar los estímulos fobígenos es crucial para el éxito
terapéutico. Aquellos estudiantes con mucho grado de evitación que ni siquiera logran
anotarse para el examen, suelen ir creando todo un sistema de creencias que sostiene la
fobia; ejemplos de estos pensamientos son "de qué sirve que dé el examen si me va ir
mal", "tengo dos años para darlo", "mejor recurso la materia así la promociono".

Muchos de los estudiantes que presentan fobia a exámenes comienzan a pensar que no
les gusta su carrera e incluso terminan por abandonarla. Otros fluctúan entre distintas
facultades hasta que la frustración de no poder rendir los obliga a dejar los estudios. Los
síntomas suelen aumentar o empeorar a medida que se aproxima la fecha del examen.
Entre ellos, se destacan los vómitos, diarrea, dolor de estómago y de cabeza, llanto,
dificultades para comer y dormir, imposibilidad para leer y concentrarse; todos ellos
indicando el aumento del grado de ansiedad conforme se acerca el impacto del estresor.
Así, usualmente la ansiedad alcanza su pico máximo la noche anterior al examen,
durante el trayecto hacia la facultad o la espera en los pasillos. Paradójicamente, cuando
llaman al alumno y se encuentra sentado para rendir, la ansiedad tiende a disminuir un
poco. Muchos alumnos manifiestan que en ese preciso momento "ya están jugados" y
"como resignados", lo cual los tranquiliza levemente. De no suceder este fenómeno,
ocurren los bloqueos y las lagunas.

Los pensamientos que se tengan durante el período crítico (desde la noche anterior hasta
estar rindiendo) modulan el monto de ansiedad; pensamientos como "me voy a
descomponer", "no voy a poder rendir" o "seguro me van a bochar" son claramente
ansiógenos, es por eso que parte del tratamiento apuntará a modificarlos.

El segundo gran eje de la terapia tendrá como objetivo las conductas de evitación y las
respuestas fisiológicas exacerbadas. Para iniciar un tratamiento cognitivo conductual
exitoso, el primer paso consiste en evaluar si el paciente tiene un método adecuado de
estudio. Por ejemplo, presentarse a rendir un examen habiendo estudiado poco o mal es
un factor ansiógeno por excelencia. De no presentarse esta dificultad o si ya fue
entrenado para estudiar correctamente, se pasará entonces a hacer una evaluación
exhaustiva de las características que tiene esa fobia en este paciente, indagando las
circunstancias que le provocan más ansiedad.

La Desensibilización Sistemática es una de las técnicas más usadas para casos de fobias
específicas. La misma tiene tres pasos. En primer lugar, se entrena al paciente en una
respuesta antagónica a la ansiedad, habitualmente, la relajación muscular profunda
decrementa los niveles de actividad del sistema nervioso. Luego, elaboramos la
jerarquía de estímulos ansiógenos; una serie de ítems relacionados con el tema examen
y ordenados de acuerdo con su capacidad para provocar ansiedad. En forma de
oraciones diagramamos distintas escenas temidas por la persona, por ejemplo, "faltan
dos días para el examen y estoy en casa estudiando". Finalmente, aplicamos la jerarquía
de estímulos mientras el paciente está relajado, es decir, que cada uno de esos ítems será
imaginado por el paciente en forma gradual, avanzando del menos ansiógeno al más
ansiógeno, logrando así que el estado de relajación supere la mínima respuesta de
ansiedad que se presenta con cada ítem cuando se lo imagina. De esta manera, le
enseñamos al Sistema Nervioso a estar calmado ante situaciones que antes lo
hiperactivaban.

La habilidad adquirida durante la Desensibilización Sistemática de manera imaginaria


se transfiere a las situaciones reales. Sin embargo, en algunos tipos de fobias,
especialmente cuando el grado de evitación es muy severo, la Desensibilización
Sistemática "in vivo" resulta más efectiva. En este caso, quizás el terapeuta acompañe al
paciente a la facultad y lo ayude a enfrentar gradualmente las situaciones temidas
ensayando los comportamientos necesarios para rendir el examen.

El éxito terapéutico consistirá en que el paciente no sólo logre rendir los exámenes sin
ansiedad patológica y, en lo posible, con una buena performance académica sino que
también adquiera un adecuado manejo de sus ansiedad en general.
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DE LAS FOBIAS ESPECÍFICAS
O SIMPLES.

Introducción
El inicio de cualquier tratamiento requiere:

 Una valoración diagnóstica precisa


 Un conocimiento exhaustivo de los factores implicados en el origen y desarrollo
del problema: antecedentes, factores desencadenasteis, factores
predisposicionales, factores de mantenimiento, soluciones intentadas, etc.
 Un conocimiento suficiente del paciente y sus circunstancias: grado de deterioro
de la salud y el bienestar, incapacitación e interferencias en planes de acción o
estatus significativos para la persona, recursos personales, atribución de capacidad
y eficacia, rasgos destacados de la personalidad y del sistema de valores, estado
emocional general, etc.
 La formulación de un esquema explicativo que identifique las variables más
relevantes del caso, las relaciones críticas entre ellas, y el proceso que han ido
siguiendo a lo largo del tiempo.
 El establecimiento de una relación adecuada entre el paciente y el especialista que
les permita trabajar juntos de manera eficiente: reconocimiento mutua,
comunicación eficaz, confidencialidad, seguimiento de prescripciones etc.
 Finalmente, en función de todo lo anterior, el establecimiento de unos objetivos
evaluables y unos medios convenientemente ordenados y secuenciados. Estos
últimos, los medios y su despliegue, en función de la demanda formulada por el
paciente, son los que constituyen el tratamiento propiamente dicho.
La intervención terapéutica conjuga, normalmente, tratamientos específicos, en función
del diagnóstico principal, con otros de carácter más general o contextual, en función de
las características personales y circunstancias del paciente. Normalmente, las primeras
intervenciones van encaminadas a reducir los síntomas de ansiedad y la incapacitación
que producen. Posteriormente se analizan y tratan los factores que originan y/o
mantienen la ansiedad y otras alteraciones que puedan acompañarla.
Habitualmente, los tratamientos incluyen aspectos relacionados con la recuperación de
la salud, si se ha perdido, aspectos relacionados con la prevención, y aspectos
relacionados con el desarrollo personal del paciente que de un modo u otro tienen que
ver con lo que le pasa.
Normalmente, al inicio del tratamiento, se acude a consulta una vez por semana.
Cuando el tratamiento está mínimamente encauzado, se espacian las visitas,
efectuándose habitualmente a razón de una visita cada 15 días.
Tratamientos específicos de las fobias simples
Los tratamientos que han demostrado una mayor eficacia en el tratamiento específico
de las fobias específicas son los basados en técnicas de modificación de conducta. He
aquí una relación de aquellas técnicas consideradas más efectivas:
 Información al paciente sobre la naturaleza de la ansiedad en general y de las
fobias en particular: mecanismos básicos, procesos de condicionamiento,
explicación sobre los síntomas y su alcance, relaciones entre pensamiento, emoción
y acción.
 Identificación y neutralización del procedimientos contraproducentes, utilizados por
el paciente para regular su problema, pero que, en realidad, contribuyen, no a la
solución, sino al mantenimiento del problema. Para más información sobre estos
procedimientos puede consultarse el apartado Ir de mal en peor del menú de la
izquierda.
 Respiración diafragmática lenta y relajación muscular progresiva.
 Exposición controlada y progresiva a situaciones temidas
 Desensibilización sistemática: combinación de técnicas de relajación con el
enfrentamiento gradual a estímulos fóbicos.
 Prevención de respuesta o inundación: consiste básicamente en impedir las
respuestas de evitación
 Modelado operante. Inicialmente el paciente observa a un modelo, otra persona, que
se enfrenta a las situaciones que él teme sin sufrir consecuencias desagradables.
Después el paciente, progresivamente, con ayuda del terapeuta trata de emitir
respuestas adaptativas a la situación, a pesar de que persista cierto grado de
ansiedad.
 Medicación: En el tratamiento de las fobias simples no se aconseja el uso de
psicofármacos, salvo en algunos casos al inicio del tratamiento, o si existen
problemas depresivos.
 Materiales de autoayuda: como complemento de la terapia, y/o soporte de las tareas
para casa.
Estos son algunos de los recursos terapéuticos más conocidos y probados en el
tratamiento de las fobias simples. Se ha de tener en cuenta no obstante, que estos
trastornos pueden venir asociados a otros problemas, que requieren también un
abordaje, en el contexto de un tratamiento integrado y convenientemente articulado. El
tratamiento, en rigor, no lo es de la fobia, sino de la persona que lo padece, en relación,
naturalmente, con la demanda que efectúa.
Los tratamientos suelen desarrollarse individualmente, aunque en algunos en
ocasiones, en función del caso y del momento, está indicado el tratamiento grupal, o la
participación de algún acompañante. Los tratamientos suelen durar en torno a unos seis
meses.
__________

Fuente: Clínica de la Ansiedad. Psicólogos especialistas en el tratamiento de la ansiedad. Madrid y Barcelona.


Para saber más
Agras, S. (1989). Pánico. Cómo superar los miedos, las fobias y la ansiedad. Barcelona: Labor
Marks,I.M.(1991a).Miedos, fobias y rituales (2) : Clínica y tratamientos. Barcelona: Martínez Roca
Echeburúa, E. y de Corral, P. (1995). Técnicas de exposición: Variantes y aplicaciones. En F.J. Labrador, J.A.
Cruzado y M. Muñoz (Eds.), Manual de técnicas de modificación y terapia de conducta (pp. 422-456). Madrid:
Pirámide.
Radio3W.com: “Fobias con Rosa León” en Dos mujeres y un diván. Psicóloga Especialista en Psicología Clínica, del
equipo de Clínica de la ansiedad.
http://dosmujeresyundivan.radio3w.com/?powerpress_pinw=262-podcast
Video: Tratamiento de la ansiedad
Videos relacionados
RTVE-1. Comando Actualidad. Programa emitido el 22-10-2014. “Mala vida” (Problemas de salud mental
incapacitantes). A partir del minuto 55:55 reportaje realizado en la Clínica de la Ansiedad, sobre tecnologías
aplicadas para la superación de diversas fobias.
https://clinicadeansiedad.com/problemas/fobias-especificas/tratamiento-psicologico-de-las-fobias-especificas-o-
simples/

¿Y TÚ, A QUÉ LE TIENES MIEDO?: LAS FOBIAS ESPECÍFICAS

David Calvo Medel. Médico psiquiatra CSM Tudela Adolfo Navascués Navascués.
Psicologo clínico CSM Tudela

El término fobia alude a un miedo excesivo a un objeto, circunstancia o situación


específica. La palabra proviene del griego y para su diagnóstico clínico requiere la
aparición de una ansiedad intensa, hasta llegar al pánico, cuando se expone al paciente
al objeto o situación temidos.

Ese miedo suele ser normalmente desproporcionado al peligro real y al contexto


sociocultural de la situación temida. Además, estas situaciones que nos dan miedo se
evitan o se resisten pero soportando altos niveles de ansiedad. Es necesario que ese
miedo sea persistente y dure seis meses o más, causando un malestar importante en
alguna de nuestras áreas de funcionamiento (académico, familiar, laboral…).

La fobia
Muchas veces se puede anticipar el daño, como que me vaya a morder un perro o
desmayarme tras una extracción de sangre, o a veces el malestar proviene de angustiarse
con el pensamiento, como por ejemplo perder el control.

La fobia específica es el trastorno mental más frecuente entre las mujeres y el segundo
más habitual entre los varones, solo precedido por los trastornos relacionados con
sustancias. La prevalencia de la fobia especifica es de más de un 10% en sujetos que
cumplen todos los criterios, pero ese porcentaje es mucho mayor si consideramos a
aquellas personas que tienen miedos intensos a determinados objetos, pero no les
interfiere gravemente en su quehacer diario.

Clínicamente se distinguen cinco categorías: animales, ambientales, sangre-inyección-


heridas, situacionales y otras.

Algunos de esos miedos podrían sorprender al lector, puesto que en la literatura se han
descrito situaciones fóbicas que tienen que ver con situaciones cotidianas y en algunos
casos extrañas, pero que pueden ser objeto de atención clínica. Porque ¿quién no ha
tenido miedo a algo en su vida?

 Acrofobia: a las alturas.


 Ailurofobia: a los gatos.
 Amoxafobia: sería el miedo a los campos electromagnéticos y con este nombre
también se designa el miedo a conducir un vehículo.
 Astrafobia/Brontofobia/Ceraunofobia/Tonitrofobia: a las tormentas y
relámpagos.
 Cinofobia: a los perros.
 Coulrofobia: a los payasos y mimos.
 Crematofobia: al dinero.
 Eisoptrofobia: a los espejos.
 Hilofobia: a los árboles.
 Hoplofobia: a las armas de fuego.
 Ligirofobia: a los ruidos fuertes como los de las explosiones.
 Melisofobia: a las avispas y abejas.
 Misofobia: a la suciedad y a los microorganismos.
 Omfalofobia: a los ombligos.
 Pogonofobia: a las barbas.
 Tapefobia o Tafofobia: a ser enterrado vivo.
 Tripofobia: a los agujeros pequeños y juntos, como un panel de abejas.
 Turofobia: al queso.

Terapia psicológica
El tratamiento de todas estas afecciones, siempre y cuando sean limitantes
evidentemente, se realiza con terapia psicológica de corte conductual. Lo primero que
hay que enseñar al paciente son habilidades y técnicas de relajación, puesto que eso es
incompatible con la ansiedad, para que el sujeto pueda enfrentarse al miedo con más
garantías y probabilidades de éxito. Posteriormente se utiliza la desensibilización
sistemática, que consiste en realizar una escala jerarquizada de menor a mayor
intensidad de situaciones en relación al objeto temido y el sujeto se va exponiendo de
manera gradual y progresiva para superar y tolerar cada una de esas etapas. Para poner
un ejemplo, en el caso del miedo a los aviones, al principio de la lista podría estar acudir
a buscar a alguien al aeropuerto, con prácticamente poca ansiedad, y al final estaría
coger un vuelo solo, que sería la de mayor ansiedad. Muchas veces los fármacos sirven
de ayuda para controlar sintomáticamente la ansiedad en estas exposiciones.
El pronóstico de las fobias simples es bueno, con una recuperación bastante alta.
Además en la actualidad se están realizando muchos programas con el uso de realidad
virtual, que permite recrear las situaciones con una mayor calidad sensorial y parece que
puede ser una herramienta prometedora en la ayuda de estos pacientes, donde como dice
un proverbio chino, el que teme sufrir ya sufre el temor.

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