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LA SEGURIDAD ALIMENTARIA”
Universidad Nacional
“Pedro Ruiz Gallo”
Facultad de Ingeniería Química
E Industrias Alimentarias
ASIGNATURA :
DOCENTE :
INTEGRANTES :
Nº Página
1. Introducción………………………………………………………………………3
2. Objetivos…………………………………………………………………………..4
3. Unidades de concentración…………………………………………………..5
4. La ecuación para la neutralización y la dilución…………………………6
5. El pH……………………………………………………………….………………..6
5.1. pHmetro……………………………………………………………………….8
5.1.1. Los principios generales…………………………………………….7
6. La acidez valorable……………………………………………………………11
6.1. Una visión de conjunto y el fundamento
6.2. Algunas consideraciones generales
6.2.1. La amortiguación
6.2.2. La valoración potenciométrica
6.2.3. Los indicadores
6.3. La preparación de los reactivos
6.3.1. El álcali valorado
6.3.2. El ácido patrón
6.4. El análisis de las muestras
6.5. El cálculo de la acidez valorable
6.6. El contenido de ácidos de los alimentos
6.7. La acidez volátil
6.8. Otros métodos
7. Bibliografía………………………………………………………….……………21
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I. INTRODUCCIÓN:
3
II. OBJETIVOS:
4
III.UNIDADES DE CONCENTRACIÓN
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IV.LA ECUACIÓN PARA LA NEUTRALIZACIÓN Y LA DILUCIÓN
V. EL PH
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Por lo que se pueden relacionar directamente los valores del
pH y del pOH.
En disoluciones no acuosas, o fuera de condiciones normales
de presión y temperatura, un pH de 7 puede no ser el neutro.
El pH al cual la disolución es neutra está relacionado con la
constante de disociación del disolvente en el que se trabaje.
Desde entonces, el término "pH" se ha utilizado
universalmente por lo práctico que resulta para evitar el
manejo de cifras largas y complejas. En disoluciones diluidas,
en lugar de utilizar la actividad del ion hidrógeno, se le puede
aproximar empleando la concentración molar del ion
hidrógeno.
MEDICION DEL pH
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A. El pH-metro
8
B. MANTENIMIENTO
D. PRECAUCIONES
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E. ERRORES QUE AFECTAN A LAS MEDICIONES DE PH CON
ELECTRODOS DE VIDRIO
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VI. LA ACIDÉZ VALORABLE
La amortiguación
Aunque hipotéticamente el pH puede variar desde —1 hasta 14, es difícil
obtener lecturas por debajo del pH 1. Esto es debido a la disociación
incompleta de los iones hidrógenos, a concentraciones de ácido elevadas. A
una concentración 0,1 N, se supone que los ácidos fuertes se encuentran
totalmente disociados.
Todos los ácidos de los alimentos son ácidos débiles. Menos del 3% de sus
hidrógenos ionizables se encuentran disociados de la molécula de origen.
Cuando los iones hidrógenos libres son retirados mediante la valoración,
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pueden surgir nuevos iones hidrógenos a partir de las demás moléculas
originales no disociadas anteriormente. Esto tiende a amortiguar (o nivelar) la
disolución frente a cambios repentinos en el pH. Esta propiedad de una
disolución para resistirse a los cambios en el pH se conoce como nivelación.
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La valoración Pontenciometrica:
La utilización de un PHmetro para identificar el punto final se le conoce como
el método potenciómetro para determinar la acidez valorable. La ventaja de
determinar potenciométricamente el punto de equivalencia es que se
identifica el punto de equivalencia preciso
Los indicadores
Los indicadores Por sencillez en el trabajo rutinario, con frecuencia se utiliza
una disolución indicadora para aproximar el punto de equivalencia. Este
enfoque tiende a sobreexceder el punto de equivalencia en una pequeña
cantidad. Cuando se utilizan indicadores, el término punto de equivalencia es
sustituido por los de punto final o punto final colorimétrico. Esto recalca el
hecho de que los valores resultantes son, aproximados y dependientes del
indicador en concreto. La fenolftaleína es el indicador más comúnmente
utilizado con los alimentos. Cambia de incoloro a rosa en la región de pH entre
8,0 y 9,6. Habitualmente, se presenta un cambio significativo de color hacia el
pH 8,2. Este valor del pH se denomina el punto final de la fenolftaleína. Una
ojeada a los valores del pKa recogidos en la Tabla que se mostrará a
continuación muestra que los ácidos alimentarios que se presentan de forma
natural no amortiguan en la región del punto final de la fenolftaleína. Sin
embargo, el ácido fosfórico (utilizado como agente acidulante en algunos
refrescos) y el ácido carbónico (dióxido de carbono en disolución acuosa) sí
que amortiguan a este pH. Por consiguiente, llevar la disolución desde el punto
de equivalencia verdadero hasta el punto final puede requerir una gran
cantidad de agente valorante para dichos ácidos. Pueden resultar puntos
finales confusos y valores de la volumetría erróneamente grandes. Cuando se
valoran estos ácidos se prefiere, habitualmente, el análisis potenciométrico. La
interferencia causada por el CO2. Puede soslayarse hirviendo la muestra y
valorando la acidez restante hasta el punto final de la fenolftaleína
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Las disoluciones ácidas diluidas (por ejemplo, los ex-tractos de verduras)
requieren disoluciones diluidas de la base valorada, para una exactitud
óptima en la volumetría. Sin embargo, puede ser necesario un volumen
importante de álcali diluido para llevar una valoración desde el punto de
equivalencia hasta el pH 8,2. Algunas veces se utiliza el Azul de bromotimol
como un indicador alternativo en situaciones de baja acidez cambia de
amarillo a azul en el rango de pH 6,0-7,6. Habitualmente, el punto final es una
coloración verde inconfundible. Sin embargo, la identificación del punto final
es algo más subjetiva que la del punto final de la fenolftaleína. Las disoluciones
indicadoras rara vez contienen por encima de unas pocas décimas por ciento
de tinte (m/v).
Todos los indicadores son, o bien ácidos débiles, o bien' bases débiles, las
cuales tienden a amortiguar en la región de su cambio de color. Usadas en
cantidades excesivas,- pueden influir en la volumetría al conferir su propio
carácter ácido o básico a la muestra sometida al análisis. Las disoluciones
indicadoras se deberían limitar al mínimo necesario para impartir un color
eficaz. Típicamente, se añaden dos o tres gotas de indicador a la disolución a
valorar Cuanto más baja sea la concentración del indicador, más marcado
será el punto final.
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La preparación de los reactivos
El álcali valorado
Normalmente, las disoluciones de trabajo se preparan a partir de una
disolución de almacenamiento que contiene un 50% de hidróxido de sodio en
agua (m/v).
El ácido patrón
Se utiliza el hidrogenoftalato de potasio (KHP) para este propósito.
El KHP debería ser secado durante 2 horas, a 120°C, y dejarse enfriar hasta la
temperatura ambiente en un desecador, inmediatamente antes de su uso.
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Cuando se utilizan indicadores de punto final, se prefieren, habitualmente, los
matraces de Erlenmeyer. Se puede utilizar una varilla agitadora magnética;
aunque el mezclado de la muestra por medio de
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cuando la incorporación de aire pueda ser un problema, se pesan las
alícuotas
Con frecuencia, almidón y otros geles débiles similares pueden ser mezclados
con agua exenta de CO2, agitados vigorosamente y valorados de una
manera similar a la de los concentrados. Sin embargo, algunos geles de
pectinas y de gomas alimentarias requieren el mezclado en una batidora para
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desbaratar adecuadamente la matriz del gel. Ocasionalmente, se forman
espumas espesas en el mezclado. Para colapsar estas espumas se pueden
utilizar agentes antiespumantes o el vacio.
𝑚 𝑁 𝑥 𝑉 𝑥 𝑝𝑒𝑠𝑜𝐸𝑞
% 𝑑𝑒 𝑎𝑐𝑖𝑑𝑜 ( ) = 𝑥100
𝑚 𝑊𝑥1
Donde:
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El contenido en ácidos de los alimentos
La mayor parte de los alimentos son tan complejos químicamente como la
vida misma. Como tales, contienen la dotación completa de los ácidos del
ciclo de Krebs (y de sus derivados), los ácidos grasos y los aminoácidos.
Teóricamente, todos y cada uno de ellos contribuye a la acidez valorable. La
valoración rutinaria no es ca-paz de distinguir entre los ácidos individuales. Por
con-siguiente, la acidez valorable se expresa habitualmente en términos del
ácido predominante. Para la mayoría de los alimentos, esto es inequívoco. En
algunos casos, se encuentran presentes dos ácidos en grandes
concentraciones y el ácido predominante puede cambiar con el grado de
maduración. En las uvas, con frecuencia el ácido málico predomina antes de
la maduración mientras que, típicamente, el ácido tartárico predomina en el
fruto madura. En las peras, se observa un fenómeno similar con los ácidos
málico y cítrico. Afortunadamente, los pesos equivalentes de los ácidos
alimentarios comunes son bastante parecidos. Por consiguiente, el porcentaje
de la acidez valorable no se ve afectado sustancialmente por una
predominancia mixta o una elección incorrecta del ácido predominante. El
rango de concentraciones de los ácidos en los alimentos es muy amplio. Los
ácidos pueden estar presentes a niveles por debajo de los limites de detección
o pueden ser la sustancia preponderante presente en el alimento. La
contribución de los ácidos al sabor y la calidad de los alimentos no viene dada
solamente por el contenido de ácidos. La aspereza de los ácidos se ve
reducida por los azúcares. Consecuentemente, la proporción Brix/ ácido (a
menudo denominada, sencillamente, «la proporción») es, habitualmente, un
mejor indicador del impacto de un acido sobre el gusto, que no el Brix o el
ácido por sí solos. Los ácidos tienden a decrecer con la maduración de la
fruta, a la vez que aumenta el contenido en azúcares. Por consiguiente, la
proporción Brix/ ácido se utiliza, con frecuencia, como un índice del grado de
madureción de la fruta. Además, dicha proporción también se puede ver
afectada por el clima, la variedad y las costumbres de la horticultura. Las
verduras de hoja pueden contener, además, cantidades significativas de
ácido oxálico. El ácido láctico es el ácido más importante en los alimentos
lácteos, para los cuales se emplea corrientemente la acidez valorable para
controlar la progresión de las fermentaciones lácticas en la producción de los
quesos y los yogures. Los ácidos orgánicos contribuyen a la lectura
refractométrica de los sólidos solubles. Cuando los alimentos son vendidos
basándose en los «pound solids» (libras de sólidos solubles, incluyendo los
azúcares y el ácido, por caja de cítricos; de 90 lb, en el caso de las naranjas),
las lecturas de los grados Brix se corrigen, algunas veces, considerando el
contenido en ácido. Para el ácido cítrico, se añaden 0,20 °Brix por cada punto
porcentual de la acidez valorable.
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La acidez volátil
En las fermentaciones acéticas, es a veces deseable saber cuánta acidez
proviene del ácido acético y cuánta es aportada de forma natural por otros
ácidos presentes en el producto. Esto se puede conseguir llevando a cabo, en
primer lugar, una volumetría inicial para medir la acidez valorable, como un
indicador de la acidez total. A continuación, se elimina el ácido acético por
ebullición, se deja enfriar la disolución y se lleva a cabo una segunda
volumetría para determinar la acidez fija. La diferencia entre la acidez fija y la
total es la acidez volátil. En la industria cervecera se sigue, algunas veces, una
práctica similar para separar la acidez debida al CO2 disuelto, de la
procedente de los ácidos fijos. Los ácidos fijos se valoran después de que se
haya separado el CO2 por medio de calor suave (40°C) y agitación ligera.
Otros métodos
La cromatografía liquida de alta resolución (HPLC) y la electroquímica han sido
ambas utilizadas para medir los ácidos en las muestras alimentarias. Ambos
métodos permiten la identificación de ácidos concretos. La cromatografía
HPLC utiliza la detección por medio del índice de refracción, la ultravioleta o,
para algunos ácidos, la electroquímica. El ácido ascórbico presenta una huella
electroquímica fuerte y una absorbancia significativa a 265 nm. Para otros
ácidos preponderantes no tiene lugar una absorbancia significativa hasta los
200 nm, o por debajo.
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BIBLIOGRAFÍA:
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