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En México, denominamos milpa (del náhuatl milpan de milli “parcela sembrada” y pan “encima de”) al
sistema agrícola tradicional conformado por un policultivo, que constituye un espacio dinámico de
recursos genéticos. Su especie principal es el maíz, acompañada de diversas especies de frijol,
calabazas, chiles, tomates, y muchas otras dependiendo de la región, por ejemplo a la combinación
de maíz-frijol-calabaza se le conoce como “la triada mesoamericana”.
En este sistema agrícola se aprovechan plantas que crecen de manera natural, principalmente
especies herbáceas conocidas como “quelites” (por ejemplo verdolagas, quintoniles, huazontle, nabos,
romeritos, entre otras). Al mismo tiempo se aprovechan los arbustos y árboles que habitan ahí, al
proporcionar frutos, fibras o semillas de interés local o regional. En este sistema, también, habitan
especies que pueden llegar a afectar a los cultivos, como algunos insectos (gusano del elote) o el
hongo que conocemos como “huitlacoche” que prolifera en el grano del maíz. La milpa también puede
ser sólo el maíz. Por lo anterior, la milpa es un sistema agrícola de temporal con maíz y con otras
especies que son cosechadas o toleradas.
La interacción de una gran cantidad de especies convierte a la milpa en un ecosistema, donde se
aprovechan de manera complementaria los diferentes recursos en el sistema (agua, luz, suelo). En
este ecosistema se favorecen interacciones ecológicas benéficas (control biológico de insectos,
fertilidad del suelo y polinización) brindando diferentes beneficios no solo a las especies que en ella
conviven sino a las comunidades humanas que las manejan, dado que los productos que de ahí se
obtienen, favorecen una dieta equilibrada y en algunas regiones del país sigue siendo la base de su
alimentación.
A la milpa se le conoce también como milpan, chinamilpan, y huamilpa en náhuatl, itzzu, en
mixteca, guela o cue en zapoteco, tarheta en purépecha, huähi, en otomí, kool, en maya, takuxtu, en
totonaco, yaxcol, en tzotzil, ichírari, en tarahumara y tjöö en mazahua.
Diversidad de milpas
No existe un solo tipo de milpa, depende de las características de suelo, clima, de las especies
disponibles, de las tradiciones y saberes locales, así como de los gustos y necesidades tanto culinarias
como alimenticias del campesino. De acuerdo a éstas características, cada milpa tiene
particularidades propias, por lo que no hay una milpa sino muchas.
En algunas regiones del país, sobre todo en el trópico húmedo, la milpa se establece a partir del
sistema itinerante de roza-tumba-quema, este tipo de producción consiste en la limpieza de pequeñas
Las milpas han jugado un papel importante como hábitat de diversas especies. A lo largo del país
existen alrededor de 60 razas de maíz con distintas características, cinco especies de frijol , cuatro
especies de calabaza, chiles silvestres y domesticados con distintas formas, sabores y pungencia,
variantes de jitomates y tomates de cáscara, algunos quelites aprovechados temporalmente (romerito)
y otros que están presentes todo el año por su importancia comercial (verdolaga y quintoniles), al igual
como ocurre para el huitlacoche cuya producción se hace ya de manera controlada.
La gran diversidad de razas o variantes nativas de las especies cultivadas que habitan en las milpas
son gracias a los agricultores, quienes continúan el proceso de domesticación y diversificación al
mantener año con año las semillas de las especies cultivadas, experimentar con nuevos cultivos y
variantes, así como la selección de tipos específicos de su interés, por su adaptabilidad y usos
El segundo paso de la milpa es conocido como desmonte. Primero se realiza una pequeña brecha en
el suelo (jolche' o p'ej-che') desde donde se iniciará la medición. Cada veinte metros se colocará una
mojonera provisional (xu'uk') que tiene la función de señalar los k’aan mecates (tomados como medida
lineal) que se desea sembrar. Los mecates tienen veinte metros de lado por lo que suman
cuatrocientos metros cuadrados. Del joolche se inicia la medición utilizando una vara de medición
conocida como p’iisi-che que es un sexto del mecate lineal. Para ayudar en el proceso hoy en día se
utilizan sogas de veinte metros de largo.
Ya con las mediciones realizadas comienza el corte de arbustos, matorrales y ramas de poca altura.
Posteriormente se talan los árboles dejando los troncos de un metro de alto. La época de desmonte
se da entre los meses de agosto y septiembre para aprovechar la humedad que permite que la madera
se encuentre más blanda que en épocas secas. Dado que la quema se produce durante los meses de
abril o mayo suelen aparecer retoños (k’u’uk’-che) de la vegetación cortada meses antes. Por ello,
quince días antes de la quema se cortan las nuevas plantas (ba’k’u’uk che’). En las partes bajas, donde
hay mayor humedad, el desmonte se realiza en enero por lo que no es necesario la ba’k’u’uk che’ –
poda de retoños -.
El cerco
Luego del desmonte se conforma un cerco utilizando la vegetación que se encuentra rodeando el
terreno. Los tallos se cortan a la mitad para poder doblarlos hacia el exterior de la futura plantación.
Estas ramas se sostienen con grandes horquetas (xa'ay che'). Este cerco debe estar armado antes
de concluir el desmonte para evitar que el ganado acceda a la zona en donde se encuentran los restos
de las plantas taladas (jay ch'ak).
Milpa en la Actualidad
La primera siembra en un terreno recién desmontado se llama ch'akbe'en o milpa rosa, la segunda se
la conoce como milpa caña o simplemente cañada. Cuando los terrenos estaban recubiertos de monte
se realiza una tercera siembra consecutiva conocida como xlab sakab.
La cosecha (jooch)
La cosecha principal es la del maíz tardío conocido como xnuuk nal. Antes de ello, se realiza una
simple construcción de ramas y zacate que servirá como dormitorio y lugar provisional para almacenar
la cosecha.
Cuando la mazorca alcanza el máximo desarrollo se dobla las cañas evitando quebrarlas. Así el maíz
seca más rápido y se lo protege de los pájaros. Esto se lo realiza cuando la Luna se encuentra en
cuarto menguante.
Antes de la cosecha, que tiene lugar entre los meses de enero y marzo, se realiza la ceremonia de
agradecimiento. Se cocinan algunos elotes bajo tierra. Luego se seleccionan los tres más grandes y
se los ubica en el centro de la milpa junto a una vela encendida y una jícara de atole nuevo.
Es durante la cosecha cuando se realiza la selección de semillas para la próxima cosecha.
http://www.historia-mexico.info/2012/08/la-milpa.html
La milpa y las chinampas
Cuando un mexicano ve imágenes de los campos cultivados solamente con maíz en otros países, se
admira de su belleza: plantas muy semejantes de aspecto y tamaño, en terrenos donde no crece otra
cosa. Pero no debe envidiarlos, ya que aquí se desarrolló una de las técnicas agrícolas más sensatas
y productivas del mundo, desde los puntos de vista ecológico y de seguridad alimentaria: la milpa.
Esta forma de sembrar es tridimensional y la ejemplificaremos con una de sus formas más frecuentes.
El eje vertical está formado por las plantas de maíz, donde se apoyan las enredaderas de frijol. Ahí
comienzan los hechos notables: el frijol tiene en sus raíces conglomerados con bacterias capaces de
tomar el nitrógeno del aire para formar aminoácidos y fertilizar la tierra. Además tanto la semilla de
frijol como la de maíz carecen de algunos aminoácidos en cantidad suficiente para la dieta humana,
pero su combinación culinaria los complementa. Por esta razón, un taco con frijoles o cualquier otra
combinación es un platillo más nutritivo que si se comieran por separado.
En el piso de la milpa crecen las guías de las calabazas, cuyas hojas horizontales guardan la humedad
y tienen sustancias capaces de controlar algunas plagas de insectos. De manera espontánea brotan
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Módulo 1: Cocina de la Milpa
en la milpa los quelites o hierbas comestibles silvestres, considerados una plaga en otras regiones,
pero aprovechados aquí para enriquecer con sabores, texturas, aromas y nutrimentos los platillos. En
la periferia de la milpa se suelen sembrar chiles, cuyo papel no sólo es dar sabor y color a la comida,
sino que además contribuyen al control de plagas. El generoso maíz ocasionalmente se infesta por un
hongo de aspecto desagradable pero de exquisito sabor, el huitlacoche o cuijtlacoche.
Ante la abundancia de alimentos, llegan aves, mamíferos e insectos cuyo destino final puede ser
también la cocina y que además agregan variedad a la dieta.
Una notable variante de la milpa es aquella que se siembra en chinampas. Para ello se aprovechan
las orillas de lagos, ríos, zonas pantanosas, donde el agua es constante y relativamente quieta. Se
construyen zonas elevadas, con forma rectangular, por arriba del nivel del agua, aprovechando la
tierra del fondo de las aguas. Para lograr su estabilidad se siembran en su periferia los árboles
conocidos como ahuejotes (Salix bonplandiana), cuyas raíces sostienen la tierra y cuyo follaje da
sombra. Así, cada parcela queda rodeada por un canal por sus cuatro lados y se asegura la humedad
constante. Esta técnica agrícola pervive en Xochimilco, pero en el pasado fue desarrollada en otros
sitios de México. Con ella se pueden lograr hasta tres cosechas de maíz al año. Es uno de los sistemas
de cultivo más eficientes del mundo, ideal para hacer autosuficientes a las familias, aunque cada vez
está menos en uso.
http://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/la-milpa-y-las-chinampas
La Dieta de la Milpa
La dieta de la milpa es un modelo de alimentación saludable basado en la cultura y características
regionales de la alimentación mexicana.
La milpa
La milpa es un agro-sistema productivo alimentario basado en el policultivo que puede incluir distintos
vegetales según la región, aunque generalmente se refiere a la triada maíz, frijol y calabaza. Incluye
y ordena otras actividades asociadas como la cacería, la agricultura de otras especies, la recolección
de otras plantas y frutos comestibles, medicinales e insectos, así como la ganadería de monte.
La milpa se vuelve el eje organizador de la producción. Se complementa con el cultivo de hortalizas,
árboles frutales y hierbas medicinales en el solar, y actividades artesanales y servicios varios como el
pequeño comercio o la atención tradicional de la salud.
Es común que en algunas regiones, los linderos están conformados por hileras de nopales o
magueyes, como elementos retenedores del suelo que proporcionan además, diferentes alimentos y
productos.
La milpa es una de las técnicas agrícolas más sensatas y productivas en el mundo, desde los puntos
de vista ecológico y de seguridad alimentaria.
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Ventajas de la dieta de la milpa para la salud
1. Balance proteico. Es difícil excederse en proteínas por el aporte de fibra que estimula
saciedad.
2. Los alimentos con proteína vegetal aportan fibra soluble e insoluble, que inhibe la absorción
de colesterol disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
3. Favorece el balance ácido alcalino debido a que la proteína vegetal tiene mayor aporte de
calcio y magnesio, por lo tanto, valores más adecuados del potencial renal ácido.
4. Menor aporte de grasas.
5. Favorece el estado de anti oxidación o de balance oxidativo.
6. Un efecto antitóxico. La dieta de la milpa favorece la eliminación de toxinas a través de su
aporte de sustancias que favorecen la menor formación de sustancias tóxicas en los
metabolismos y la optimización en la eliminación de estas sustancias.
Cocina saludable basada en la dieta de la milpa
Se puede aplicar la dieta de la milpa siguiendo los siguientes principios:
1. Definir las compras y diseñar los menús diarios de acuerdo a la proporción de alimentos
especificados en la pirámide nutricional, sustentada en la dieta de la milpa en comparación
con la mediterránea, aprovechando los alimentos y el conocimiento culinario regional.
Recordar que es muy importante reducir de manera significativa el consumo de productos
cárnicos, especialmente de los embutidos.
2. Retirar las recetas y platillos preparados con manteca y exceso de grasas, como fritangas,
capeados y tamales, disminuyendo su consumo. La crema se puede sustituir por el yogurt, de
preferencia no industrializado.
3. El consumo de la tortilla, otras preparaciones a base de maíz, así como el aguacate, los
tubérculos y las frutas dulces, debe de realizarse de acuerdo a la cantidad de energía gastada
al día. Estos alimentos son saludables, pero su contenido calórico produce obesidad, por lo
que a mayor actividad física diaria se pueden consumir en mayor cantidad, y en menor
actividad física se deben de consumir menos. Recordar que son como el combustible de
nuestro cuerpo. Aquí hay que poner mucha atención.
4. Aprovechar los alimentos regionales y consumirlos de preferencia en temporada. Esto los
hace más nutritivos y económicos.
5. Es recomendable conseguir los alimentos de este modelo alimenticio en los mercados locales,
de acuerdo a la estación.
6. Se pueden integrar algunos alimentos saludables de otras regiones del propio país y del
mundo, en este caso de la dieta mediterránea y la asiática, pero bajo los mismos principios, y
El maíz es, junto al trigo y a otros cereales, uno de los alimentos básicos de toda la Humanidad ya
que permite la generación de una gran variedad de preparaciones y platos que son tanto accesibles
en términos económicos como ricos en energía y nutrientes. Por otro lado, el maíz es también
altamente utilizado como alimento de ganado o de animales de los cuales se obtiene otros alimentos
como la leche. De este modo, ya sea para consumo humano o animal, la producción del maíz es
importantísima para numerosos países y regiones que la generan para consumo interno o que la
exportan a aquellas regiones en las que el maíz no puede crecer.
El maíz es el alimento más cosechado en América. Es una planta muy versátil, y se puede sembrar
en diferentes entornos
Hoy en día se produce en todos los continentes excepto en la Antártida y es altamente valorado debido
a que brinda mayor rendimiento que muchos otros granos, por lo tanto no es costoso. Es uno de los
tres cultivos más importantes del mundo, junto con el trigo y el arroz.
La historia de una increíble planta
El maíz tiene un origen muy antiguo e interesante y juega un papel central en muchos mitos y leyendas
nativos de América, quienes en los tiempos remotos lo consideraban el alimento de los dioses que
crearon la Tierra. Además de las creencias divinas, los indígenas tenían razones prácticas para
convertirlo en la base de su dieta. En primer lugar era fácil de cultivar, de hecho en esta zona las
plantas crecieron y se desarrollaron tan rápidamente que era posible realizar dos cosechas en una
misma temporada.
El maíz es una planta que pertenece al género de las gramíneas. Presenta dos tipos de raíz, unas
principales que son fibrosas y otras eventuales que surgen en los primeros nudos, sobre la superficie
del suelo. Estas raíces tienen como función el de mantener a la planta erguida. El tallo se encuentra
integrado por tres capas: una capa exterior la cual es impermeable y transparente, una pared por
donde se trasladan las sustancias nutritivas y una médula con un revestimiento esponjoso y blanco en
donde se guardan las reservas alimenticias. Las hojas son de forma alargada y envueltas al tallo, de
la cual brotan las espigas o mazorcas. La mazorca, es un tronco cubierto de granos que representan
la parte comestible de la planta.
Existen diferentes tipos de maíz, algunos de ellos son:
1. Maíz dulce: este tipo de maíz es cultivado para ser consumido cuando aún las mazorcas se
encuentren verdes, comúnmente se utilizan en la elaboración de asados o hervidos. Se le llama dulce
porque sus granos tienen azúcar en elevadas proporciones, lo que le otorga ese toque dulce.
2. Maíz reventón: esta clase de maíz tiene la particularidad de ser excesivamente duro, esto se debe
al almidón que lo compone que se encuentra en pocas cantidades. Cuando estos granos son
expuestos a elevadas temperaturas, revientan, dejando salir el endospermo.
3. Maíz duro: es aquel que se caracteriza por sus granos redondos y duros, se utiliza principalmente
para la elaboración de fécula de maíz, su producción es destinada en su mayoría para
el consumo humano y el resto es empleado para alimentar a los animales.
4. Maíz dentado: es aquel que más se utiliza, a pesar de ser un maíz propenso a toda clase de
insectos y hongos, además de que se seca muy rápido. Este tipo de maíz resulta de mayor
rendimiento, los granos de tonos amarillos son asignados como alimento para los animales, mientras
que los de color blanco, son para el consumo humano.
5. Maíz harinoso: es muy popular en México, es un maíz con un almidón muy blando, sus granos
presentan diferentes colores y texturas. Es utilizado de manera exclusiva para el consumo humano.
El maíz representa, junto con el trigo, uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo. Entre
sus beneficios y propiedades se encuentra que no posee gluten, lo que lo hace un alimento ideal para
las personas celiacas. Es un alimento que aporta mucha energía, por lo que es ideal para ser
consumido por los deportistas. Es el único cereal que contiene beta-caroteno, además de hidrato de
carbono y una gran cantidad de vitaminas del grupo A, B y E. El maíz ayuda a regular el metabolismo
y mejora el tránsito intestinal. Está lleno de minerales como el hierro, cobre, magnesio y fósforo.
http://conceptodefinicion.de/maiz/
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Los maíces
“De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron los brazos
y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros padres...”
Popol Vuh,
Libro sagrado de los mayas quichés, 1701
Chichicastenango, Guatemala
En México, el maíz forma parte de nuestra alimentación diaria, es el cultivo de mayor presencia en el
país, constituye un insumo para la ganadería y para la obtención de numerosos productos industriales,
por lo que, desde el punto de vista alimentario, económico, político y social, es el cultivo agrícola más
importante (Hernández 1971, Polanco y Flores 2008, SIAP 2008).
El maíz (Zea mays ssp. mays) es un pasto de la familia botánica Poaceae o Gramineae, al igual que
el trigo, el arroz, la cebada, el centeno y la avena. Este cultivo se originó mediante el proceso de
domesticación que llevaron a cabo los antiguos habitantes de Mesoamérica, a partir de los “teocintles”,
gramíneas muy similares al maíz, que crecen de manera natural principalmente en México y en parte
de Centroamérica. Se considera que las poblaciones de teocintle del centro del México (Kato 1984) o
los que crecen en el trópico seco de la Cuenca del Balsas (Matsuoka et al. 2002), pudieron ser los
ancestros de los cuales se domesticó el maíz como planta cultivada.
El proceso de domesticación del maíz inició hace aproximadamente 10,000 años, muy asociada a la
invención y desarrollo independiente de la agricultura en Mesoamérica, y continua en el presente con
el manejo, cultivo y selección que hacen año con año los agricultores y sus familias de sus variantes
de maíces nativos (o criolllos), asimismo con la interacción de este cultivo con sus parientes silvestres,
los teocintles, en las regiones donde coinciden de manera natural.
México es el centro de origen del maíz. Aquí se concentra, muy probablemente, la mayor diversidad
de maíz del mundo y aquí han evolucionado y viven sus parientes silvestres, los teocintles, y otro
conjunto de gramíneas relacionadas, especies del género Tripsacum (maicillos)
El maíz hizo al hombre mesoamericano. El desarrollo de los grupos Aztecas, Mayas, Zapotecas,
Mixtecas, Purhépechas, Totonacas, Mazatecas, Chinantecas, Zoques, etc., se fundamenta en el
cultivo y aprovechamiento de este grano. En sus crónicas, cantares, leyendas, es el maíz motivo,
deidad, materia prima que constituye a los primeros humanos, razón del calendario agrícola y festivo.
La cultura nahua lo nombró “tlaolli”, “nuestro sustento”
No sabemos, a ciencia cierta, la diversidad de maíz que se mantenía en los diferentes focos
civilizatorios, previo a la llegada de los europeos a este continente. Sin embargo, no deja de
sorprender, la diversidad en formas, adaptaciones, usos y manifestaciones culturales que aún
podemos hallar en la actualidad en torno al maíz, particularmente en México y otros países
Latinoamericanos.
Es distintivo entre las plantas cultivadas que al maíz lo podamos consumir en diferentes estados de
su maduración, cuando tierno o elote, previo a su maduración (camagua), o ya como grano maduro.
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Utilizamos sus hojas (totomoxtle), sus mazorcas (élotl) y sus granos (cintle) de cientos de maneras
distintas. Una vez que el maíz ha sido nixtamalizado (cocido con cal), proceso que lo vuelve más
nutritivo, y vuelto masa, se transforma en tortillas, tacos, tamales, panuchos, molotes, quesadillas,
sopes, chalupas, tostadas, tlacoyos, huaraches, memelas, peneques, picadas, enchiladas, chilaquiles,
salbutes, tecocos, tecoyotes, bolitas de masa en el mole de olla y en el mole amarillo. El maíz entero
se utiliza en sopas como el pozole y los menudos y el maíz molido en bebidas como el pozol, tejate,
taxcalate, pinole y una gran variedad de atoles. El maíz fermentado se utiliza en bebidas como el
tesgüino, chicha y tepache. Sólo en México, se han identificado al menos 600 formas de preparar el
maíz en la alimentación.
Razas del maíz
“Hay frecuentemente muchos más tipos de maíz en
Una sola localidad de México que en todos los Estados Unidos”
Edgar Anderson, 1946.
Investigador estadounidense del maíz
El cultivo del maíz en México se hace actualmente en un amplio rango de de altitud y variación
climática, desde el nivel del mar hasta los 3,400 msnm. Se siembra en zonas tórridas con escasa
precipitación, en regiones templadas, en las faldas de las altas montañas, en ambientes muy cálidos
y húmedos, en escaso suelo, en pronunciadas laderas o en amplios valles fértiles, en diferentes
épocas del año y bajo múltiples sistemas de manejo y desarrollo tecnológico (CONABIO 2011,
Hernández X. 1985b). A esta gran diversidad de ambientes, los agricultores, indígenas o mestizos,
mediante su conocimiento y habilidad, han logrado adaptar y mantener una extensa diversidad de
maíces nativos (Muñoz 2003, Márquez 2007).
El maíz como cultivo es un sistema dinámico y continuo. Su polinización es libre y hay movimiento o
flujo de semilla por los agricultores año con año al mantener, intercambiar y experimentar con semilla
propia o de otros vecinos de la misma localidad o de regiones distantes. A diferencia de las plantas
silvestres, esto dificulta la distinción de unidades discretas para clasificar su diversidad. Una
aproximación a su estudio y entendimiento ha sido seleccionar en este continuo las principales
unidades (tipos o formas) que le caracterizan y a las que se han denominado razas.
El término raza se ha utilizado en el maíz y en las plantas cultivadas para agrupar individuos o
poblaciones que comparten características en común, de orden morfológico, ecológico, genético y de
historia de cultivo, que permiten diferenciarlas como grupo (Anderson y Cutler 1942, Harlan y de Wet
1971, Hernández y Alanís 1970). Las razas se agrupan a su vez en grupos o complejos raciales, los
cuales se asocian a una distribución geográfica y climática más o menos definida y a una historia
evolutiva común (Goodman y McK. Bird 1977, McK. Bird y Goodman 1977Ruíz et al. 2008, Sánchez
1989, Sánchez et al. 2000).
Cartel
El estudio de los materiales mexicanos en su totalidad muestra una variabilidad inmensa...
Se halla en todo el material un gran número de formas en transición”
N. N. Kuleshov, 1930
Botánico Ruso
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El concepto y la categoría de raza es de gran utilidad como sistema de referencia rápido para
comprender la variación de maíz, para organizar el material en las colecciones de bancos de
germoplasma y para su uso en el mejoramiento (McClintock 1981, Wellhausen 1988), así como para
describir la diversidad a nivel de paisaje (Perales y Golicher 2011). Sin embargo, cada raza puede
comprender numerosas variantes diferenciadas en formas de mazorca, color y textura de grano,
adaptaciones y diversidad genética.
Las razas se nombran a partir de distintas características fenotípicas (Cónico, por la forma de la
mazorca), tipo de grano (Reventador, por la capacidad del grano para explotar y producir palomitas),
por el lugar o región donde inicialmente fueron colectadas o son relevantes (Tuxpeño de Tuxpam,
Veracruz; Chalqueño, típico del Valle de Chalco) o por el nombre con que son conocidas por los grupos
indígenas o mestizos que las cultivan (Zapalote Chico en el Istmo de Oaxaca o Apachito en la Sierra
Tarahumara) (McClintock 1981, Wellhausen et al. 1951).
En América Latina se han descrito cerca de 220 razas de maíz (Goodman y McK. Bird. 1977), de las
cuales 64 (29%) se han identificado, y descrito en su mayoría, para México (Anderson 1946,
Wellhausen et. al. 1951, Hernández y Alanís 1970, Ortega 1986, Sánchez 1989, Sánchez et al. 2000).
De las 64 razas que se reportan para México, 59 se pueden considerar nativas y 5 que fueron descritas
inicialmente en otras regiones (Cubano Amarillo, del Caribe, y cuatro razas de Guatemala -Nal Tel de
Altura, Serrano, Negro de Chimaltenango y Quicheño), pero que también se han colectado o reportado
en el país.
Las razas de maíz de México se han agrupado, con base en caracteres morfológicos, de adaptación
y genéticos (isoenzimas) en siete grupos o complejos raciales (Goodman y Mck Bird 1977, Ruíz et al.
2008, Sánchez et al. 2000) .
Presentamos, como parte de los resultados del proyecto global “Recopilación, generación,
actualización y análisis de información acerca de la diversidad genética de maíces y sus parientes
silvestres en México”, información preliminar de las razas de maíces nativos que se han reportado y
se conocen para México.
La información deriva tanto de la bibliografía como de los resultados del proyecto global de maíces.
La clasificación de grupos raciales y sus razas se basa en Sánchez et al. (2000) y una consulta con
especialistas en maíz: Drs. Juan Manuel Hernández Casillas, José de Jesús Sánchez González,
Rafael Ortega Paczka y Hugo Perales Rivera, quienes también apoyaron con una primera revisión de
la información.
Los teocintles
“Quetzalcóatl hizo que lloviera fuego del cielo y quitó a Tlacotecutli y puso por sol a su mujer
Chalchitlicue, quien fue sol por 312 años. Durante el tiempo que Chalchitlicue fue sol, la gente
comía de una simiente como maíz que le dicen “cincocopi” [teocintle].”
Leyenda de los Soles (Ángel Ma-Garibay 1973 y Primo Feliciano Vázquez 1975)
La sección Luxuriantes, donde se agrupan dos especies de teocintle anuales de Centroamérica (Zea
luxurians y Zea nicaraguensis), junto a estos una nueva población anual descrita recientemente en el
norte de Oaxaca (Zea sp.), y los teocintles perennes de México (Z. perennis y Z. diploperennis) a lo
que se agregan dos nuevas poblaciones recientemente descubiertas, una en Nayarit (Zea sp.) y otra
en Michoacán (Zea sp.).
La sección Zea, se compone de una sola especie (Zea mays) en el sentido formal o taxonómico, la
cual incluye a su vez una subespecie anual de Guatemala (Z. mays ssp. huehuetenanguensis), las
subespecies de teocintles anuales de México (Z. mays ssp. mexicana, Z. mays ssp. parviglumis) y al
maíz (Z. mays ssp. mays) propiamente (Iltis y Doebley 1980, Doebley 1990).
Dentro de la subespecie Z. mays ssp. mexicana se diferencian las razas Nobogame, Durango, Mesa
Central y Chalco y a los teocintles clasificados bajo la subespecie Z. mays ssp. parviglumis se conocen
también como raza Balsas, en la que se pueden distinguir varias poblaciones con características
diferenciadas (Doebley e Iltis 1980, Doebley 1990, Fukunaga et al. 2005, Sánchez 2011, Sánchez et
al. 1998, Wilkes 1967).
Los teocintles anuales de la sección Zea son muy parecidos al maíz en características de tipo de
planta, lo que dificulta distinguirlos del maíz en diferentes etapas de crecimiento, principalmente en
plántula, aunque los agricultores pueden distinguirlos con cierta facilidad (Hernández 1993 Wilkes
1967).
Diferentes estudios han sugerido que los teocintles del centro de México (Z. mays ssp. mexicana)
(Kato 1984) o los de las zonas del trópico seco de la Cuenca del Balsas (Z. mays ssp. parviglumis)
(Matsuoka et al. 2002), pudieron haber sido los antecesores de los cuales se domesticó el maíz por
los antiguos mexicanos (Beadle 1972).
Figura 1. Teocintle y maíz. A y A’. Planta de teocintle y su infrutescencia dística; B y B’. Planta de maíz
y estructura polística (mazorca).
Estructuras masculinas (♂) y femeninas (♀) (Fotos: Laura Rojas, Carmen Loyola, Suketoshi Taba y
Adalberto Ríos).
Figura 2. Espiga femenina de teocintle con “frutos” en arreglo dístico (A-B) (Zea mays subsp. mexicana
raza Mesa Central) e híbridos de
teocintle y maíz (C-F)(Material colectado por el Dr. Ariel Álvarez, en Erongarícuaro, Michoacán; Foto:
J. M. Hernández).
Entre los parientes silvestres más cercanos al maíz, además de los teocintles, se encuentran las
especies silvestres de maicillos (Tripsacum) que también tienen su centro de diversidad en México. El
género Tripsacum incluye 20 taxa reconocidos que se distribuyen desde el norte de los Estados Unidos
de Norteamérica hasta Paraguay, de los cuales 13 se concentran en México.
Las especies del género Tripsacum ocupan un amplio rango de distribución y adaptación en México,
principalmente a lo largo de los sistemas montañosos que corren paralelos de norte a sur en el país,
a través del sistema transversal del Eje Neovolcánico y hasta las Sierra Madre del Sur y Sierras de
Chiapas. Con excepción de la Península de Baja California y los estados de Yucatán y Quintana Roo,
los maicillos se han reportado en todas las entidades federativas.
Sus poblaciones se presentan desde las tierras bajas de la Península de Yucatán hasta las sierras
altas del estado de Chihuahua; ocupa ambientes áridos y semiáridos en los estados del norte y centro
norte hasta las zonas lluviosas de trópico húmedo de Veracruz, Chiapas y Tabasco. Su mayor
diversidad se concentra en el sistema montañoso con vertiente hacia el océano Pacífico, así como en
los estados del occidente y centro del país, principalmente en ambientes de selva baja caducifolia.
Prácticamente toda la variación del género se puede encontrar en el país y varias especies son
endémicas al territorio. Desde plantas de porte bajo hasta aquellas de mayor robustez, de bajo a
profuso amacollamiento, de pocas a numerosas inflorescencias, plantas con vainas y hojas glabras a
pubescentes y pilosas, con amplia variación de color en espiguillas masculinas y femeninas, así como
en estambres y anteras.
No obstante que los híbridos entre maíz y Tripsacum son esencialmente estériles, lo que dificultado
su uso en el mejoramiento de maíz, se ha empleado como fuente de genes para la resistencia a
enfermedades en este cultivo y se ha estudiado intensamente como fuente de apomixis. El maicillo
Tripsacum floridanum confiere resistencia al tizón de las hojas del maíz (Helminthosporium maydis).
Algunas especies de Tripsacum se han considerado como importantes candidatos para la obtención
de biocombustible y otras (T. andersonii y T. floridanum) son una importante fuente de forraje.
Pocas especies de plantas domesticadas tienen tantos usos en la alimentación como el maíz. Esto
especialmente en México, donde se originó como especie cultivada y donde utilizamos principalmente
el grano en diferentes etapas de su desarrollo. El maíz en México es el principal cultivo de los sistemas
agrícolas que conocemos como milpa. En estos sistemas se asocian o cultivan otras especies para la
alimentación como el frijol, chile, tomates y calabaza, y se aprovechan otras plantas como los quelites
y verdolagas, además de otras especies que atacan o afectan al cultivo: algunos insectos (gusano del
elote) y el hongo que prolifera en el grano del maíz y que conocemos con el término “huitlacoche” o
“cuitlacoche” que deriva de la lengua náhuatl.
El huitlacoche, cuyo nombre científico es Ustilago maydis (DC) Corda, es un hongo parásito del maíz
y el teocintle –pasto del que se domesticó el maíz– del grupo conocido coloquialmente como carbones
o tizones (Ustilaginomycetes) y lejanamente emparentado con los champiñones. Si bien este
organismo pasa una parte de su vida dentro de la planta infectada, las esporas son producidas fuera
de ésta y son capaces de infectar a otra planta, inclusive son susceptibles de cultivar con la finalidad
de ser propagadas a escala industrial para la comercialización de este hongo. Esta y otras
características biológicas, han convertido al huitlacoche en el “conejillo de indias” por excelencia para
el estudio de la genética en hongos, inclusive hace algunos años, el proyecto del genoma del
huitlacoche concluyó con éxito en Alemania.
Sin duda, la parte más conspicua de este hongo son las agallas que crecen sobre la mazorca, las
cuales son una mezcla entre el hongo y el grano de maíz y son la parte que consumimos. Para que
se puedan formar las agallas, al germinar las esporas del hongo (llamadas esporidios) deben unirse
con otro individuo de la misma especie y compatible, el cual por lo general procede también de esporas
de reciente germinación, para así comenzar la fase infecciosa. Frecuentemente, la infección a la planta
se da a través de los “cabellos” del elote (estigmas) desarrollándose por dentro de estos y produciendo
dentro de los granos de elote unas esporas especializadas en resistir el clima adverso, llamadas
teliosporas. Estas estructuras hacen crecer a los granos de la mazorca hasta multiplicar varias veces
su tamaño, y en conjunto, son lo que constituyen las agallas. Al abrir por la mitad una agalla se observa
un polvo fino (las teliosporas microscópicas) mezclado con el contenido natural del grano.
En México, sobre todo en la región central, el huitlacoche es un alimento muy apreciado, considerado
incluso una delicadeza al paladar. Entre los meses de julio a septiembre es común hallarlo en los
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tianguis y mercados; se puede degustar en puestos de quesadillas donde se expenden otros antojitos
a base de maíz. En el campo, es componente de una rica sopa junto con otros productos de la milpa
(granos de elote, calabacitas, flor de calabaza, ejotes, chile y fragante epazote), es relleno de tamal o
guisado con cebolla, ajo, chile y epazote. En restaurantes, forma parte de menús en diferentes sopas,
crepas, lasañas, salsas, cremas o rellenos de pastas y carnes o puede ser preparado incluso como
postre.
El huitlacoche era conocido desde la época prehispánica. A partir de la segunda mitad del siglo XX y
hasta nuestros días, es notable su revalorización propiciada por la demanda local, por ser junto con el
maíz un elemento distintivo de la comida mexicana y por su empleo en la cocina internacional en
países como Francia, Estados Unidos y Alemania, donde se le conoce como “trufa mexicana” o “caviar
azteca”. No es para menos, degustarlo en sus diferentes formas de preparación es un verdadero
deleite. Pero además, vale la pena resaltar algunos aspectos asociados a su valor nutritivo: alto
contenido de aminoácidos esenciales, principalmente lisina (de la cual el maíz es deficiente), ácidos
grasos esenciales (oleico y linoleico que son fuentes de Omega 3 y Omega 6 respectivamente),
azúcares de fácil digestión, sustancias con propiedades antitumorales, inmonoestimulantes y
antioxidantes, bajo contenido en grasas y alto contenido en fibra, que en conjunto, lo hacen un
importante alimento a considerar y disfrutar.
Fuentes
Aguilar-Jiménez, C.E., Tolón-Becerra, A., Lastra-Bravo, X., 2011. Evaluación integrada de la
sostenibilidad ambiental, económica y social del cultivo de maíz en Chiapas, México. Revista de la
Facultad de Ciencias Agrarias. Universidad Nacional de Cuyo 43, 155–174.
Bautista-Zuñiga, F., Estrada-Medina, H., Jiménez-Osornio, J.J.M., González-Iturbe, J.A., 2004.
Relación entre el relieve y unidades de suelo en zonas cársticas de Yucatán [WWW Document]. Terra
Latinoamericana. URL http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=57322301 (accessed 7.14.15).
Buenrostro, M., 2009. Las bondades de la milpa. Ciencias 92-93, 30–32.
Carrera-García, S., Navarro-Garza, H., Pérez-Olvera, M.A., Mata-García, B., 2012. Calendario
agrícola mazateco, milpa y estrategia alimentaria campesina en territorio de Huautepec, Oaxaca.
Agricultura, sociedad y desarrollo 9, 455–475.
Phaseolus Vulgaris
¿Quién no ha comido frijoles alguna vez? Estas semillas son parte de la dieta humana desde hace
miles de años y, pese a su origen americano, actualmente las plantas de frijol se cultivan en todo
el mundo.
Carl von Linné describió a la especie en el siglo XVIII, y supuso que su origen estaba en Asia.
Descripción
Esta planta es una hierba anual, lo que significa que completa su ciclo biológico en el período de 1
año. Tiene muchas variedades, por lo que sus características son ligeramente diferentes entre sí.
Algunas son pequeñas con sus 20 a 60 centímetros de altura, pero otras llegan a crecer y extenderse
hasta alcanzar 2 o 3 metros de longitud. Si se le deja a sus anchas, trepa por estructuras a la manera
de las vides. Tienen una raíz primaria con varias raicillas a los lados.
Orden: Fabales
Familia: Fabaceae
Género: Phaseolus
Sus hojas crecen de forma alterna a lo largo de los tallos. Cada una cuenta con 3 folíolos ovalados de
unos 6-15 centímetros de longitud y 3-11 centímetros de ancho. Su superficie es verde o púrpura y
sus bordes son suaves. Las flores se distinguen por su vivo color rosado, púrpura, rojo-púrpura y a
veces blanco. Crecen solas o en pares a lo largo de racimos, y cuentan con 1 ovario y 10 estambres.
El fruto de la planta no es precisamente el frijol. Se trata de una vaina de 8 a 20 centímetros de largo
de color verde, amarillo, púrpura o negro, que alberga en su interior hasta 12 semillas en forma de
riñón, de unos 1.5-2 centímetros de longitud. El color de los frijoles es muy variado; hay negros,
blancos, marrones e incluso moteados.
Todas estas variedades son de color amarillo, de intenso a claro, y de tamaño regular. Su textura
suave y el sabor agradable de sus semillas, son cualidades que lo hacen sumamente demandado.
Además tiene un alto contenido de proteínas y es fuente importante de minerales. Su mayor consumo
se encuentra en las regiones Norte de México y Altiplano Central, y su mayor producción está en los
estados de Sinaloa, Nayarit y Jalisco. Con ellos se hacen múltiples preparaciones, como los frijoles
charros, con tocino, chorizo, chile serrano y chicharrón.
Pinto
El frijol pinto es el frijol norteño por excelencia. Proviene de los estados de Chihuahua, Durango y
Zacatecas. Se caracteriza por sus manchas de color café. Mayormente se consume entero en caldo
o machacado y refrito, y es el relleno principal de los burritos mexicanos, acompañante perfecto de la
tortilla de harina de trigo. Otros platillos que lo emplean son el chile con carne, y muchos antojitos
como los nachos, sopes, tlacoyos, enfrijoladas, tostadas, tortas y tamales.
De color café claro a oscuro y de distintos tamaños, el frijol bayo se distingue por su textura suave, lo
cual hace que sea una de las variedades más consumidas y apreciadas en todo el país. Se cultiva en
Zacatecas y Guanajuato principalmente, así como en las regiones del Pacífico Norte, Altiplano Norte
y Central. Las enchiladas potosinas, rellenas de queso fresco, se acompañan de cueritos de cerdo en
vinagre, guacamole y por supuesto, de frijoles bayos.
Ayocote, yegua o patole
El frijol de color negro brillante es de los preferidos en la Ciudad de México, y los de tamaño pequeño
son los más valorados. Su mayor consumo se localiza en las regiones Golfo Centro, Golfo Sur,
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Altiplano Central, Sur y Yucatán. Y se producen en los estados de Sinaloa, Nayarit y Zacatecas, pero
para el Chef Ricardo Muñoz Zurita, el frijol negro santanero, proveniente de un pueblo llamado Santa
Ana en Oaxaca, es el de mejor sabor.
El frijol es nuestra legumbre cotidiana, acompañante básico, tan presente como el maíz. Versátil,
altamente nutritivo y protagónico. La cosmovisión totonaca del norte de Veracruz lo pone de esta
manera: la olla de barro donde se cuecen los frijoles, simboliza el Universo; los frijoles a la Tierra; los
trozos de carne de cerdo a los hombres, y el caldo repleto de chile chiltepín molido, al cielo lleno de
estrellas.
Todo se usa de la planta del frijol, el follaje y las flores como quelites; la vaina tierna como verdura o
como guarnición de caldos; las semillas tiernas, crudas o cocidas, como complemento de tamales y
guisos con salsas, y refritas, martajadas o molidas, como base de salsas o sopas. ¡Y que no falte la
manteca a la hora de freír los frijoles!
Otras especies silvestres en México son Capsicum lanceolatum y Capsicum rhomboideum. Al parecer
el grupo de los chiles se originó en las selvas del norte de Bolivia y oeste de Brasil. Actualmente su
mayor diversidad se encuentra en México y Centroamérica. El chile (Capsicum annum) se domesticó
Nota: El grado de picor en los chiles está determinado por una sustancia llamada “capsicina” o
“capsaicina” cuya intensidad se expresa en unidades Scoville.
Chile Ancho
Tipo de semilla: Semilla Criolla
Tipo de siembra recomendada: Directa/Indirecta
Técnica hidropónica recomendada: Sustrato
Características:
Es una planta anual de crecimiento indeterminado, con flores hermafroditas que poseen un ciclo de 5
a 6 meses. Presenta frutos grandes (12 cm en promedio) y carnosos de forma cónica aplanada con
algunas ondulaciones, generalmente de color verde oscuro (en ocasiones verde claro). La piel es
brillante y al ir madurando cambia al color rojo vivo o rojo pálido. Esta tonalidad se vuelve café rojizo
en los frutos secos. Se cultiva mejor en suelos cálidos y bien drenados; la falta de agua y las
temperaturas bajas afectan su desarrollo.
Chile de Árbol
Tipo de semilla: Semilla Criolla
Tipo de siembra recomendada: Directa/Indirecta
Técnica hidropónica recomendada: Sustrato
Características:
Planta anual, arbustiva de crecimiento indeterminado con flores hermafroditas que poseen un ciclo de
5 a 6 meses. Presenta frutos largos y delgados de 7 cm de largo por 1 cm de ancho. Cuando el fruto
está fresco es de color verde, al madurar cambia a rojo y cuando está seco es rojo brillante. Se puede
consumir fresco aunque generalmente se consume seco. La planta es más alta que el promedio de
otras variedades por eso se le llama “de árbol”; esta variedad es de sabor muy picante, se cultiva mejor
en suelos cálidos y bien drenados. La falta de agua y las temperaturas bajas afectan su desarrollo.
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Chile Jalapeño
Tipo de semilla; Semilla Criolla
Tipo de siembra recomendada: Directa/Indirecta
Técnica hidropónica recomendada: Sustrato
Características:
Es una planta anual herbácea de crecimiento indeterminado con porte entre 1 y 2 metros de altura.
Los frutos son firmes, aromáticos, de buen sabor; de aspecto carnoso y alargado que va desde los 7
hasta los 10 cm, dependiendo del manejo del cultivo. Este chile se lo conoce como chile chipotle (del
náhuatl chilpoctli, que significa "chile ahumado") cuando una parte importante de la producción total
se destina al proceso de secado.
Ambos provienen del Poblano, que es el chile con mayor producción en México. El chile Ancho es
ligeramente más dulce y de tonalidad más oscura a contraluz. Se utilizan frecuentemente en moles,
caldos y adobos a los que aportan color e inigualable sabor.
Chile de Árbol
Se le conoce con este nombre dado que el arbusto en el que crece es un poco más grande que el de
otras especies de chiles; su contraparte fresca es denominada chile Cola de Rata. Al deshidratarse
adquiere un color rojo intenso y pungencia característica que lo hace ideal para realizar salsas
martajadas y antojitos mexicanos.
Chile Pasilla
Se llama así pues su textura se asemeja a la de la uva pasa. Al secarse, conserva la forma alargada
del chile Chilaca. Suele ser bastante picante y es muy común encontrarlo en platillos del centro del
país; como el revoltijo, la sopa de tortilla y la salsa borracha.
Son, junto con el chile Catarino, derivados de distintas variedades de chile Mirasol al deshidratarse. El
chile Guajillo o Costeño se utiliza principalmente en caldos, guisos, menudos y moles; mientras que el
chile Cascabel se suele acompañar de tomate o jitomate en la preparación de salsas.
Chile Morita y Chipotle
Estos chiles proceden del chile Jalapeño, también conocido como Cuaresmeño, y son deshidratados
con una particular técnica de ahumado que ha sido utilizada desde la época prehispánica. El chile
Morita es un poco más dulce y se utiliza para hacer salsas picantes para guisos de carne, mientras
que el chile Chipotle sirve para la elaboración de platillos denominados enchipotlados así como
algunos adobos.
El chile ha formado parte de las tradiciones y creencias americanas desde tiempos remotos y es un
elemento tan arraigado a la cultura popular en nuestro país que no puede faltar en la mesa. ¿Qué
sería de los moles, salsas y guisos sin el delicioso sabor y la gustosa pungencia de este fruto
mexicano?
http://foodandtravel.mx/chiles-frescos-y-secos-una-dualidad-muy-mexicana/
Desde hace más de 500 años el chile ha sido sustento alimenticio de los mexicanos; las diversas
culturas prehispánicas, entre ellas, la mexica, teotihuacana y zapoteca, inmortalizaron su imagen en
códices y glifos hechos sobre piedra. Actualmente, sigue siendo ingrediente primordial de las comidas
mexicanas, estando presente hasta en 90% de sus platillos ya sea de forma directa —picado o en
rajas— o como ingrediente fundamental de salsas, adobos, moles y aderezos.
El chile en México es también símbolo de identidad, es el sabor que une a la familia, y es el cultivo
que prevalece en sus tierras.
Del jalapeño al chipotle…
“El chile más consumido por el mexicano es el jalapeño, también conocido como cuaresmeño cuando
aún está verde, y llamado chipotle en seco. El 60% de la producción nacional se utiliza en la industria
de encurtidos, 20% se come fresco y el resto se destina a la elaboración de chipotles”, mencionó el
ingeniero químico Jaime Ortega Zaldivar, quien organizó este año el primer Festival de Chiles, salsas
y molcajetes en el Centro Comunitario Ex Convento de Culhuacán del INAH.
“El chile (palabra que se deriva del vocablo nahua chilli) es por excelencia el alimento representativo
e identitario de México —agregó—, ya que somos uno de los países que más lo consume a nivel
mundial y posee la mayor variedad gracias a sus distintas condiciones climáticas y geográficas, que
permiten que prácticamente en todos los rincones de la República se pueda cultivar una especie”.
El ingeniero señaló que el consumo de este producto es tan recurrente en México debido a que
produce cierto placer al comer, pues se liberan dopaminas que son hormonas o sustancias que ayudan
al disfrute, por ello es fácil comprender por qué 90% de los platillos lo contienen.
Aseguró que el chile más picoso producido en México es el habanero, que se cultiva principalmente
en Yucatán, Baja California Sur, San Luis Potosí, Chiapas, Sonora, Tabasco y Veracruz, el cual
contrario a lo que se cree no procede de La Habana, Cuba, aunque es posible que deba a esa ciudad
su nombre.
Según Víctor Heber Aguilar Rincón, investigador del Instituto de Recursos Genéticos y Productividad
del Colegio de Postgraduados, este tipo de chile proviene de la región del Amazonas, vía comercio
llegó al Caribe y con ello a La Habana de donde quizá tomó su nombre; posteriormente llegó a México,
donde se adoptó principalmente a las tierras y platillos yucatecos.
Por su parte, Jaime Ortega mencionó que el chipilín, también conocido como piquín, es el que sigue
de picante; su producción es en Sonora y Sinaloa. “Éste destaca porque no ha sido domesticado, es
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decir, no se puede cultivar en invernadero, se produce únicamente de forma natural, lo que lo hace
uno de los más caros, costando hasta 120.00 pesos el kilo”.
“Los menos picosos —añadió el ingeniero— son el poblano, que se produce en Guanajuato, San Luis
Potosí, Durango, Aguascalientes, Zacatecas, Sinaloa, Nayarit, Jalisco y Puebla; y sobre todo el
pimiento morrón, que si bien se originó en España, actualmente es cultivado en Sinaloa y Sonora, y
conforme madura su color cambia de tonalidad, de verde a rojo, pasando por el amarillo y el naranja”.
LOS CHILES DE MAYOR USO EN COMIDAS MEXICANAS
Chilaca Pasilla
Güero Chilhuacle
Serrano Serrano
Habanero Habanero
De acuerdo con Enrique Vela (Arqueología Mexicana, Edición Especial 32) “los chiles resultaron
provechosos para los grupos nómadas de cazadores-recolectores, debido a sus propiedades que
retardan la descomposición de los alimentos, cualidad muy útil para su modo de vida que implicaba el
traslado constante y el aprovechamiento total de los alimentos, en especial de la carne”.
Cabe destacar que algunos códices hacen referencia a la importancia de este producto para diversas
culturas prehispánicas, entre ellos el Mendocino y el Florentino, en los que se ilustra cómo se castigaba
a los niños haciendo que aspiraran el humo de los chiles arrojados en fogatas; así como la referencia
a la festividad mexica Huey Tozoztli en la que se ofrecían alimentos, entre ellos chile, a Chicomecóatl,
diosa de los mantenimientos.
“También, en el Códice de Yanhuitlán se encuentra la imagen de chiles almacenados, lo cual hace
referencia a los cultivos coloniales de los habitantes de Oaxaca, en las tierras de Gonzalo de las
Casas, encomendero del sitio.
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“El chile fue uno de los productos que la Triple Alianza —formada por Tenochtitlan, Tacuba y
Texcoco— exigía a sus tributarios, por ejemplo, a las provincias de la Huasteca que entregaban entre
400 y 800 fardos”, comenta Enrique Vela en su texto El chile: una breve historia, publicado en la revista
Arqueología Mexicana, No. 32.
“Se sabe también que era utilizado como pago a los artistas prehispánicos; también se usaba como
producto de cambio en mercados como Tlatelolco o el de Pátzcuaro”, señaló por su parte Jaime Ortega
Zaldivar.
“A pesar de que son pocas las evidencias iconográficas, la figura de este alimento ha aparecido en
algunos vestigios prehispánicos, como en una de las lápidas del Edificio J de la Zona Arqueológica de
Monte Albán, Oaxaca, que muestran pueblos aparentemente conquistados por la capital zapoteca
entre 150 a.C. y 150 d.C. Otro ejemplo, son los restos de braseros localizados en 2005 en un taller
cerámico de Teotihuacan, los cuales son moldes en forma de chile.
“Un caso similar son las imágenes del Códice Mendocino, alusivas a lugares como Chilapan (río de
los chiles) hoy Chilapa, Guerrero, y Chilecpictlan (chilar de chiltepiquines) actualmente Tepintla,
Puebla. De igual forma en el Lienzo de Citlaltépec, donde se narran acontecimientos del señorío
mixteco Citlaltépec-Metlatónoc, se muestra el glifo del sitio Chilixtlahuaca (en el llano del chile) que se
localiza en la región de la Montaña, en los límites de Oaxaca y Guerrero”, comenta en su escrito
Enrique Vela.
Jaime Ortega refirió que a la llegada de Cristóbal Colón, éste llamó al chile pimiento de indias, debido
a su sabor tan fuerte que comparó con la pimienta. Durante la Conquista, en el siglo XVI, los españoles
lo nombraron ají y lo utilizaban para sazonar carnes; posteriormente lo llevaron a España para
cultivarse y al adaptarse a esas tierras perdió su rasgo característico: el picor, convirtiéndose en el
chile dulce conocido como pimiento morrón.
Asimismo, el chile ha estado inmerso en narraciones antiguas como una versión totonaca —que relata
Enrique Vela en su texto— del Niño del Maíz, quien tras infinitos percances se convierte en venado,
“el infante se retira del mundo y al despedirse de su madre le deja, además del maíz, dos gotas de
sangre: de una florece el tomate y de la otra crecen los chiles”.
Además, en el Popol Vuh se cuenta que los Héroes Gemelos pidieron a su abuela que les preparara
un caldo con chile, ello para recuperar los arreos del juego de pelota que les había escondido; en
tanto, en la crónica Historia General de las cosas de la Nueva España, fray Bernardino de Sahagún
cuenta que el dios Tezcatlipoca se disfrazó de vendedor de chiles para enamorar a la hija de Huémac,
señor tolteca.
Finalmente, de acuerdo con la investigadora Janet Long Towell (en el libro El chile. Protagonista de la
Independencia y la Revolución, 2011, Fundación Herdez), los mexicas rendían devoción a Tlatlauhqui
cihuatlichilzintli, diosa del “Chilito rojo”, hermana de Tláloc (dios de la lluvia) y Chicomecóatl; a su vez
los zapotecas de los Valles Centrales de Oaxaca veneraban a Losio, abogado de las sementeras y
del chile.
Chile Dulce Criollo Se distribuye en los estados de Yucatán, Campeche, Tabasco y la parte norte de
Chiapas; su producción es anual. Presenta flor con corola de color blanco, el fruto
es verde y cambia a rojo al madurar, su forma es redonda o ligeramente alargada
con un tamaño que varía de 5 a casi 10 cm de largo y 6.5 de diámetro en promedio.
Es el segundo más importante en Yucatán después del habanero.
Chile Bolita Se cultiva en los traspatios de las casas en la región del Papaloapan, Oaxaca. Su
forma es redonda, de ahí su nombre, con una longitud aproximada de 1.4 cm y 1.1
de diámetro; su coloración es rojo intenso en la madurez y su fruto es
extremadamente picoso.
Chile Cora Es un cultivo tradicional de Nayarit, aunque también tiene presencia en Sinaloa y
Zacatecas. Su fruto comúnmente es ovalado, se considera en peligro de extinción,
posiblemente por la infiltración genética de otros tipos de chiles. Su consumo es
en seco, y es base de salsas locales para la condimentación de mariscos.
*Tomado del libro Los chiles de México y su distribución, 2010. Sinarefi.
El mismo autor relata en su texto que “más tarde, en el Recetario mexiquense o Libro de cocina de
Dominga de Guzmán (valle de Toluca), escrito en 1750 —uno de los más tempranos que se conocen—
se asientan las recetas de 16 salsas: de higaditos, de jitomate (con chile verde crudo), de limón, de
chile verde (conchales verdes grandes) de parra, de mastuerzo, de perejil, de socoyote, de mostaza,
de tomates, una salsa adobada (con chiles colorados), de huevo, de guacamole (con chile verde), de
lechón, de pinole y de chile piquín (con chile piquín seco y chiles verdes curados en vinagre).
“En este recetario se asientan algunas salsas que son para asador; posiblemente se utilizaron para
marinar carnes y pescados. Aparecen, además, otros chiles (chilcoscle, chile ancho, tornachiles) como
parte de las 366 recetas; también podemos ver cómo conviven almirez, mortero y metate, utensilios
que seguramente se utilizaron para hacer este tipo de preparaciones. En la actualidad se producen
múltiples salsas industriales, entre otras: perrins, tabasco, catsup, mil islas, etcétera.”.
De acuerdo con Jaime Ortega, con la gran variedad de chiles mexicanos se pueden realizar infinidad
de salsas crudas, cocidas y mixtas, “entre estas últimas se encuentran los escabeches como los chiles
en vinagre; los adobos como el recaudo de cochinita pibil o el puchero; así como la salsa borracha y
la taquera asada de molcajete”.
Mencionó que entre las salsas crudas más comunes se encuentran la verde, la mexicana y la cebollera
con chile habanero; en tanto, entre las cocidas destacan la verde martajada de chile piquín, la
ranchera, de chipotle, la endiabla en chile pasilla, o la de guajillo con gusanos de maguey.
El chile, es por tanto, uno de los alimentos más consumidos y producidos a lo largo y ancho del mundo,
teniendo una gran aceptación como ingrediente de platillos o aderezo de carnes, independientemente
de su picor. Entre los mexicanos es también símbolo de identidad y parte indispensable de nuestras
comidas en familia, por ello un taco sin salsa, no está completo; y una salsa sin picor, simplemente no
es salsa.
La producción de alimentos es un gran reto que ha venido creciendo en los últimos años, poniendo a
prueba al Ingeniero Agrónomo y su capacidad de producir más con menos.
De México para el mundo, el jitomate hoy en día se consume en cantidades inimaginables en el mundo
y alguien debe producirlo, garantizando su calidad y disponibilidad en cualquier época del año.
Actualmente una gran parte de la producción mundial se lleva a cabo dentro de invernaderos,
protegiendo al cultivo de heladas, plagas y enfermedades, y asegurando altos estándares de calidad
en caso de ser exportado. Tan solo en el 2011 se produjeron 2.5 millones de toneladas en México, lo
que nos coloca en el productor numero 11 a nivel mundial.
http://identidad.queretaro.itesm.mx/2013/06/el-jitomate-de-mexico-para-el-mundo/
En rojo se señalan los estados que utilizan la palabra tomate; en verde, aquellos que lo llaman jitomate.
Náhuatl Quilitl
Totonaco Kaka
Purepechá Xakua
Rarámuri Guilibá
Tzotzil Itaj
http://www.sinarefi.org.mx/redes/red_quelite.html
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/231814/Los_quelites_una_tradicion_milenaria_en_
mexico.pdf