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Fernando s/ sobreseimiento”.
Expte. n° 22.080/2001
Reg. n° 32.148
Y VISTOS Y CONSIDERANDO:
recursos de apelación deducidos por el Sr. Fiscal, Dr. Luis H. Comparatore; y por los
querellantes Daniel A. Straga y María del Cármen Verdú, Rodrigo D. Borda -con el
(Fundación Liga Argentina por los Derechos Humanos); todos contra el auto obrante a
modificaron el panorama respecto del cual se expidió esta Alzada. En ese contexto,
del pronunciamiento, pues ante este tipo de supuestos, la doctrina autoriza a apartarse
superior en el caso concreto (C.S.J.N., Fallos 310: 1129; 311:1217; 316:35; 320:650 y
323:2649; C.C.C.F., Sala II, causa n° 20.961 “Beraja”, reg. n° 23.744 del 2/6/05). Por
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Fundación Liga Argentina por los Derechos Humanos, de que se invalide la resolución
legitimidad formal de la pieza apelada, pues se advierte que la solución -se comparta o
no- contiene su correlato lógico en los argumentos que la fundamentan, y que los
agravios introducidos por los impugnantes, ya sea en pos de la revocatoria del auto por
prematuro o para que se dicte una medida incriminatoria, exceden a esta vía y
Riva, Carlos Almirón, Gustavo Benedetto y Alberto Márquez, y por las lesiones
elevación a la etapa oral de los casos de Víctor Belloni, Orlando J. Oliverio, Carlos J.
banco-. Los cargos contra los nombrados giran en torno a su intervención en los
de armas, que damnificaron, entre otros, a Marcelo Dorado, Sergio Sánchez, Alberto
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En este contexto, la situación de Fernando de la Rúa es, en lo que
hace a la imputación por homicidios y lesiones culposas -en concurso ideal- producidos
requerimiento presentado por el fiscal el mismo día de los eventos, donde se pidió que
se lo legitime pasivamente en los términos del art. 294 del C.P.P.N. (ver fs. 6/7). Fue
temperamento que fue homologado por la Sala I -con intervención del Dr. Irurzun,
de la Rúa por los delitos de homicidio imprudente y lesiones culposas -por cinco y
ciento diecisiete casos respectivamente- en concurso ideal (res. del 22/10/07), medida
que fue revocada por esta Sala porque no se había modificado en nada el cuadro
probatorio existente cuando se dictó la falta de mérito del imputado (causa n° 26.115,
reg. n° 28.368 del 29/4/08). Un año después, el a quo entendió correcto sobreseerlo
(res. del 7/4/09); y en esta instancia encontraron acogida favorable las impugnaciones
de los acusadores, dejándose sin efecto aquel criterio desvinculante (causa n° 27.900,
en declaración a una serie de testigos (Lautaro García Batallán -fs. 10.320/2-; Ana C.
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Cernusco -fs. 10.365/6-; Carlos A. Becerra -fs. 10.370/1-; Héctor G. Giacosa –fs.
entre otras cosas. Con el resultado de estas medidas a la vista, volvió a expedirse sobre
pruebas de la causa permiten descartar que haya ordenado a sus subalternos reprimir
las manifestaciones aquel día y, con ello, que tuviera el deber -originado en su
jornada; c) que no hay medidas pendientes que puedan alterar el cuadro de convicción
actual.
del año 2002 por Marcela A. Bordenave, Luis F. Zamora y José A. Roselli acerca de lo
que les habría manifestado el día de los eventos Lautaro García Batallán (fs. 477/8,
479/80 y 549/50).
suficientes para procesar a de la Rúa. Ambas -por sus propios argumentos- coinciden
que la conducta asumida por el ex Presidente -al decretar el estado de sitio por
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violentos mientras se concretaban, entre otras cosas- permite asignarle responsabilidad,
probatorio que exhibe hoy la instrucción revela que no es posible alcanzar un grado de
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conocimiento mayor que el actual, y que aquellas cuestiones fácticas que el Tribunal
profundizadas y esclarecidas.
Se volverá con más detalle sobre esta cuestión más adelante. Por el
momento, cabe dejar sentado que, a nuestro modo de ver, se encuentran dadas las
condiciones para evaluar en esta oportunidad la totalidad del cuadro reunido en estos
casi nueve años de investigación, para así definir si los agravios introducidos por las
definitivo del juez (art. 336 del C.P.P.N.). Las consideraciones expuestas en el párrafo
que antecede, más el holgado tiempo transcurrido desde que se afectó a de la Rúa a la
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directivas generales de carácter estratégico el 20 de diciembre de 2001. Ello pues
Seguridad Interior Enrique J. Mathov, quien entre sus funciones tenía las de coordinar
y supervisar los operativos policiales -deberes que, con el dictado del estado de sitio
cabeza del Poder Ejecutivo Nacional. Argumentan, para eso, que él tenía una posición
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de los ministros, secretarios y funcionarios del Poder Ejecutivo (ver art. 100 de la CN y
cuarta edición ampliada y actualizada, Tomo II, Arts. 44 a 129, Ed. La Ley, pág. 359).
Fernando de la Rúa, quien poseía, en última instancia, el mando sobre las fuerzas de
delegadas en funcionarios menores (conf. de la Sala I, causa 35.853 “de la Rúa”, reg.
competentes, lo cierto es que dicho papel de supervisión, por regla, le imponía como
poder por parte de todos aquellos integrantes del Poder Ejecutivo por debajo suyo en la
que recibió esos datos en las condiciones –de tiempo y modo- suficientes para imponer
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seguridad interior (art. 1)- disponía al momento de los hechos (y lo sigue haciendo) que
sgtes.).
de la Constitución Nacional establece que, una vez tomada esa decisión, el Presidente
deba hacerse cargo de custodiar personalmente cómo las fuerzas de seguridad cumplen
sus tareas en todo el territorio de la República (ver arts. 23 y 99 inciso 16); y segundo,
porque según la Ley 22.520, al momento de los sucesos competía al Ministro del
Interior “Entender en las cuestiones institucionales en que estén en juego los derechos
parte, tenía por debajo suyo al jefe de gabinete con el deber de ejercer la
administración general del país- los funcionarios políticos a cargo del área de seguridad
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que, por su especial posición, tenían la obligación de intervenir ante los excesos de la
inmediato un curso de acción diferente (conf. lo señalado en Sala II, causa n° 26.115
“de la Rúa”, reg. n° 28.368 del 29/4/08 y causa n° 27.900 “de la Rúa”, reg. n° 30.328
del 7/9/09).
resultado (ver fs. 1169/71, 1173/6 y 1192/4). Además, que el Gobierno Nacional
recibió pedidos de auxilio de la Provincia de Buenos Aires y otras provincias (ver fs.
en los Considerandos del Decreto 1678/01- fue “…resguardar el libre ejercicio de los
provocado daños y puesto en peligro personas y bienes, con una magnitud que implica
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Desde la óptica de la imputación penal que aquí se formula -que,
como se dijo más arriba, para ser corroborada requiere probar que el encausado omitió
actuar del modo exigido-, debe considerarse que el contexto legal y fáctico en que se
fijó la medida es, sin dudas, relevante. Es que aquél demuestra que, frente a una
constitucionales, procurando hacer cesar con ello una situación lesiva para derechos de
personas.
debida, sino que, por el contrario, todo indica que efectuó el control que su posición le
encomendaba.
debate que excede a este proceso. Lo único esencial, a estos efectos, es que la
exclusivo resorte del Presidente (arts. 23 y 99 inciso 16); y que tuvo la finalidad de
conmoción interior, sin que se haya alegado ni menos aún probado que obedeciera en
debida por parte del imputado dentro de sus funciones propias, son, a nuestro modo de
persona. En el caso de sucesos regidos por las leyes naturales, todo riesgo debe ser
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tome en cuenta si el riesgo es previsible, pues las otras personas son también seres
responsabilidad. Dicho con otras palabras: por regla general, no se responde por la
falta de cuidado ajeno, sino que el derecho autoriza a confiar en que los otros
cumplirán sus deberes de cuidado (cf. Stratenwerth, Günther, “Derecho Penal, Parte
especiales hacen probable, en el caso concreto, la lesión del deber de cuidado por parte
del otro. Por otro lado, no podrá invocar el principio de confianza el que obra
cualquiera sean las razones, se convierte en resultado (ver Stratenwerth, obra cit., págs.
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con respecto a la actuación de las autoridades policiales (ver causa n° 34.059 “Santos”,
específicas en materia de seguridad que tenía Mathov y la supervisión general que era
propia del ex Presidente de la Nación. También se dijo que este último ejecutó las
del Poder Ejecutivo Nacional existía una cadena jerárquica (integrada, por ejemplo, por
que probarse que tuvo razones especiales para creer que todos y cada uno de esos
objetiva que permita tener por configurada esa excepcional situación y a consecuencia
esta forma incorporando al elenco de imputados a todo aquél que de alguna forma u
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decisiones…” (Sala III, causa n° 7558, rta. el 15/8/07 -voto del Dr. Riggi-; publicada en
Mestre, quien convocó a una reunión sobre el asunto en Casa de Gobierno. Estuvieron
fs. 1960; declaraciones espontáneas de Santos a fs. 488/504, Andreozzi a fs. 514/9 y
sitio en todo el territorio nacional. Además, se dispuso que la Policía Federal Argentina
dirigió a participar en reuniones con otros actores políticos y sociales (como la mesa de
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realizar ciertos cambios en el gobierno y conformar un gabinete de unidad (fs. 1378/97,
jefe. De la Rúa no estaba allí y ninguna probanza sugiere que participara en la toma de
fuerza policial durante la jornada (ver relato in extenso y evidencias citadas en causa n°
cantidad de personal como sea posible a los fines de reforzar el servicio implantado.
Ese curso de acción fue calificado de imprudente por esta Sala, ya que no se impartió
ningún tipo de directiva acerca de la clase de elementos que debían llevar consigo los
decisiones, que la ley delegaba en funcionarios menores. Las órdenes fueron emitidas
que ellos tenían en la materia, y a las directivas previas que diera su superior
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condiciones tuvo una relación causal directa con las muertes y lesiones que se
episodios en que perdieron la vida Diego Lamagna, Carlos Almirón, Marcelo Riva y
presidido por Mathov, como la autoridad más alta presente (ver fs. 161/7, 588/9 y
3478/80).
políticas, que procuraban lograr un acuerdo con la oposición (fs. 2111/3, 3478/80,
USO OFICIAL
3887/92 y 3917/24).
acaecidos superadas las 16:00 hs. llegó a conocimiento de las autoridades en Casa de
Gobierno a través de los medios de difusión masiva, poco tiempo antes que el
entregue al Congreso, y dejara Casa Rosada a las 19:53 hs. (ver desarrollo in extenso
evaluar si los resultados fueron el efecto directo de una actividad antijurídica de todos
y cada uno de los funcionarios subalternos que tenían a su cargo el manejo y control
del operativo de seguridad -desde las autoridades policiales hasta las ministeriales
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Y aquí es menester señalar que la doctrina es conteste al decir que
“…la recognoscibilidad individual [es decir: la posibilidad del autor de conocer una
Zipf “Derecho Penal, Parte General”, T° 2, “Formas de aparición del delito y las
consecuencias jurídicas del hecho”, Ed. Astrea, Bs. As. 1995, traducción de la 7°
edición alemana de Jorge Bofill Genzsch, pág. 187 –lo volcado entre corchetes no
bienes jurídicos no pueda ser enjuiciada sin la conducta de estas otras personas. De
ahí que en general, y correctamente, se acepte que no sea necesario que la persona
que se comporta adecuadamente y con respeto a las normas sociales deba contar con
reflexión, con las cuales debe contarse de acuerdo con una consideración sensata de
todas las circunstancias del caso…”; por lo que “…puede sostenerse que la conducta
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de terceros…” y “…asimismo cuando sea previsible la conducta inadecuada de
división funcional jerárquica de roles como estructura generadora del riesgo al bien
jurídico, corresponde también tener presente lo sostenido por Edgardo Alberto Donna
en punto a que “…rige el llamado principio de confianza -en general-, que fue tomado
por el Tribunal Supremo español, el cual consiste en suponer que cada uno de los
subordinados o ayudantes tareas que excedan de los propios cometidos de éstos y les
Autoría y participación criminal”, Rubinzal – Culzoni Editores, Santa Fe, 2009, págs.
259/260 -lo escrito entre corchetes no pertenece al texto original-; y también confr.
la teoría del delito”, Ed. Civitas, Madrid, 2000, traducción de la 2° edición alemana de
Nación con relación al Jefe de Gabinete y el resto de los Ministros, inclusive en orden a
aquellas atribuciones no delegadas por él sino imputadas por ley -como ocurre en el
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constitucional argentino”, T° II-B, Ediar, Bs. As. 2005, nueva edición ampliada y
actualizada 2002-2004 – 1° ed., pág. 286 y ss. Y María Angélica Gelli, obra cit., págs.
Nótese sin ir más lejos, los antecedentes del Ministerio del Interior
responsabilizarlo por una conducta negligente, puesto que aún así, dada la inminencia
de los hechos, carecía de elementos que lo llevasen a interpretar que ellos se debieron a
presente, para ello, que en anteriores intervenciones en el legajo (ver causa n° 22.150,
causa n° 26.115 y causa n° 27.900, ya citadas) esta Sala ha descartado que aquellos
sucesos pudieran ser tomados como desencadenantes del accionar policial -originado,
en primer lugar, por la orden impartida por Santos a las 9:15 hs. del 20 de diciembre de
2001- ni, por ende, de una fuente generadora de una posición de garante del ex -
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- Y cuarto, porque con fundamento en lo dicho hasta aquí, no cabe,
a nuestro juicio, entender que de la Rúa haya contado, mientras ocurrían los incidentes,
con datos certeros y directos sobre un peligro surgido como consecuencia del
comportamiento descuidado de todos y cada uno de los funcionarios que estaban por
establecido no sólo que Fernando de la Rúa obró con la diligencia requerida para el rol
que venía desempeñando sino también que no tuvo injerencia en la implementación del
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diciembre de 2001.
observó que varios elementos del legajo daban cuenta de la existencia de un objetivo
operativo de seguridad (ver de la Sala I, causa n° 35.853, reg. n° 498 del 2/6/04; y de la
Sala II, causa n° 26.115, reg. n° 28.368 del 29/4/08 y causa n° 27.900, reg. n° 30.328
del 7/9/09).
concretas, cuál fue el alcance que desde aquella instancia gubernamental se impuso al
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establecer el grado de acreditación de la versión que, a principios del año 2002,
Ministerio del Interior, Lautaro García Batallán, les manifestó que, en horas de la
mañana, había participado de una reunión en la quinta de Olivos con de la Rúa, Mestre
Sala en más de una oportunidad- se había diluido con el resultado de las pruebas
presidente durante la jornada estuvo orientada a otro tipo de cuestiones, que tenían por
la causa, García Batallán negó haber participado de una reunión con de la Rúa, Mathov
y Mestre o de cualquier otra atinente a materias de seguridad. Indicó, además, que sólo
había manifestado a los diputados su opinión personal sobre la situación (ver fs. 552/6,
648/9 y 650/1);
pasado, se mantuvo en sus dichos. Agregó que sus palabras fueron malinterpretadas
por sus interlocutores, que sólo se trató de una conversación reflexiva donde intentó
calmar los ánimos, y que no poseía competencia funcional para participar de una
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- que esa última afirmación es congruente, además, con las
actividades que el testigo realmente tenía. En efecto, las funciones del Subsecretario de
Nacional 20/99).
evidencias: él dijo que aquella mañana sólo se encontró en Olivos con el Jefe de
Gabinete Colombo, quien arribó al lugar pasadas las 9hs. (ver ampliación de
hizo el Edecán Presidencial, Héctor Giacosa, quien aseguró haber estado con el ex
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presidente hasta que un helicóptero lo llevó hasta la Casa de Gobierno (fs. 10.376).
Según lo informado por el Jefe de la Agrupación Aérea a fs. 10078, de la Rúa salió de
sobre el ingreso de visitas de aquél día a la Casa Rosada y a la quinta de Olivos (ver fs.
conocimiento actual.
el apelante a fs. 10441 sobre los dichos del imputado en declaración indagatoria. Ello
así, pues no surge de allí que él asumiera la faz práctica del operativo policial ni que
haya contado con información clara y directa sobre desvíos de poder; extremos que,
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además, ha negado en sus descargos a lo largo de la investigación (ver fs. 3586/97 y
10.325/9 -en especial referencia a consulta de Mathov a Santos sobre muertes, con
respuesta negativa-).
montado por las autoridades de la Policía Federal, bajo el control que -por mandato
de la presente revelan que los datos objetivos colectados durante estos casi nueve años
una perspectiva estrictamente penal -única que corresponde aquí abordar-, resultaba
necesario acreditar para endilgar a Fernando de la Rúa responsabilidad criminal por los
esta pieza.
virtud de los recursos de apelación interpuestos por el Sr. Fiscal, Dr. Luis H.
Comparatore; y por los querellantes Daniel A. Straga y María del Cármen Verdú,
Rodolfo N. Yanzón (Fundación Liga Argentina por los Derechos Humanos); todos
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contra el auto obrante a fs. 10.395/10.418, que dispuso el sobreseimiento de Fernando
siguientes:
tomada desde la órbita del por entonces Presidente de la Nación y que, en virtud de
ello, cuando se enteró de los resultados dañosos del operativo, el imputado tenía la
seguridad de los ciudadanos forma parte de los deberes específicos del cargo que
cumplía.
implicó desoír las directivas realizadas por esta Alzada cuando dejó sin efecto el
C.P.P.N.).
pruebas colectadas en el sumario son suficientes para procesar a de la Rúa por los
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homicidios imprudentes y lesiones culposas producidos el 20 de diciembre de 2001 en
esta ciudad.
un decreto que estableció el estado de sitio por conmoción interior, suspendiendo con
ello derechos fundamentales de todos los habitantes del país. A esa decisión debe
personas. Para ellos, dichas conductas generaban en cabeza del imputado el deber de
hacer cesar los resultados dañosos que fueron consecuencia directa de su conducta
penal al respecto.
310: 1129; 311:1217; 316:35; 320:650 y 323:2649; C.C.C.F., Sala II, causa n° 20.961
cierto que las medidas efectuadas no coincidieron exactamente con las que esta Sala
encomendó realizar en su anterior intervención (ver causa n° 27.900, reg. n° 30.328 del
7/9/09), también lo es que el criterio del juez se apoyó en un cuadro probatorio distinto
puede conducir a la nulidad de la pieza en crisis y hace al fondo del asunto que debe
definirse en la apelación.
que invaliden la decisión, en la medida en que aquella contiene los argumentos que le
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cuando, según jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la sola
con otros elementos de juicio (Fallos: 310:2376 y sus citas; 326:4230 y 329:2206)
“Garros Calvo”, reg. n° 13.698 del 11/11/96; causa n° 14.154 “Maintenu”, reg. n°
USO OFICIAL
15.108 del 17/2/98; causa n° 16.003 “Burlando”, reg. n° 17.217 del 3/2/00; causa n°
24.481 “Romani”, reg. n° 27.425 del 4/10/07; y causa n° 24.583 “Alderete”, reg. n°
partes revela con claridad que aquel supuesto se ha presentado en la causa. En efecto, a
las bases necesarias para descartar o confirmar el juicio de reproche sobre el imputado,
punto a que se han reunido suficientes evidencias para avanzar en el proceso seguido
remito.
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Paso a explicar, en lo seguido, las razones que me conducen a esa
solución:
durante la jornada siguiente; y que no podía desconocer los serios incidentes que se
produjeron ese día. Todo ello, concluyen, ponía al encausado en una posición de
Fabián J. Di Plácido, Editor, Pág. 296, Buenos Aires, 1999; citado en causa n° 27.900,
manera. En ese sentido, se acepta que la posición de garante puede tener lugar a raíz de
un mensaje emitido por cadena nacional a las 22:50 hs. (ver informe de fs. 1591/5).
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Del texto de ese decreto surge lo siguiente: “VISTO los hechos de
acontecido en el país actos de violencia colectiva que han provocado daños y puesto
en peligro personas y bienes, con una magnitud que implica un estado de conmoción
interior…Que esta situación merece ser atendida por el Gobierno Federal ejercitando
declaración del estado de sitio entre los asuntos a considerar en el actual período de
del original).
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redundaron en algunos casos en enfrentamientos entre manifestantes y funcionarios de
la policía local que arrojaron como saldo numerosos heridos e incluso muertos (cf.
Buenos Aires las manifestaciones que, al día siguiente, empezarían a registrar múltiples
incidentes.
cortantes, ante lo cual debieron refugiarse detrás de las columnas de ese edificio (ver
fs. 347/52). Los subcomisarios allí destacados coincidieron en que se trató de una
situación límite y admitieron haber oído explosiones que pudieron tratarse de disparos
de armas de fuego (ver fs. 4182/4, 4186/, 4188/90). También, varios agentes
reconocieron haber hecho uso de sus pistolas reglamentarias (ver citas en reg. n°
23.914).
Jorge D. Cárdenas, quien debió ser intervenido quirúrgicamente por haber recibido dos
impactos de arma de fuego -uno en la zona inguinal y otro en el muslo, que pusieron en
peligro su vida y lo incapacitaron por más de un mes-, y falleció tiempo después (ver
interior.
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La Sala I, al expedirse sobre la situación de otros imputados,
destacó que “El caso que nos ocupa, con relación a las muertes y lesiones producidas
de diciembre, debe ser tratado como una circunstancia especial, dado que los
principio de confianza. A lo largo de ambas jornadas era evidente que las fuerzas de
20) en las escalinatas del Congreso un agente había hecho uso de su arma
USO OFICIAL
herido en dicho episodio Jorge Demetrio Cárdenas –ver fs. 2048 de la causa que
instruye la Fiscalía Nro. 5-. Este hecho fue captado por las cámaras de televisión del
canal “Azul TV” y reiterado a lo largo de esa noche y del día siguiente…Con la
producción de ese hecho, está claro que a partir de dicha circunstancia debió haber
vivieron durante los días 19 y 20 de diciembre en todo el país- utilizaran del mismo
modo las armas de fuego que portaban en las represión de las manifestaciones” (ver
causa n° 34.059 “Santos”, reg. n° 748 del 26/7/02, el resaltado no es del original).
penal, rige en ámbitos donde existe una división de funciones y, según aquella, se
cargo el cuidado de las fuentes de riegos (ver Jakobs, Günther, “Derecho Penal, Parte
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General, Fundamentos y teoría de la imputación”, Marcial Pons, Madrid, 1995,
conducta incorrecta del tercero. En la división vertical del trabajo, la superior posición
que ostentan algunos sujetos implica un mayor poder de decisión o dirección y puede
el sujeto ya no puede esperar a que haya motivos en el caso concreto que hagan pensar
atención a determinados aspectos que pueden dar lugar a la conducta incorrecta del
tercero (Mario Maraver Gómez “El principio de confianza en Derecho Penal”, págs.
con respecto a los eventos dañosos causados por las fuerzas de seguridad durante el 20
de diciembre de 2001.
inmediata de la imposición del estado de sitio y su difusión por cadena nacional, son un
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desencadenó, desde un primer momento, una reacción popular y excesos por parte de
miembros de las fuerzas de seguridad que pertenecían al aparato coactivo del Estado y
muy conflictiva y los resultados dañosos eran, en ese marco, previsibles. Y el propio de
también muchos funcionarios allegados a Fernando De la Rúa (Aiello, fs. 585/7, Gallo
fs. 606/8, Jorge De la Rúa a fs. 609/10; declaración espontánea de Rubén J. Santos a fs.
1960/7).
inferiores que fueron afectados al operativo: César O. Tapia, destacado en Paseo Colón
e Hipólito Irigoyen, dijo que “la misión era la de no permitir el acceso de personas al
sector de la Plaza de Mayo y la Casa de Gobierno (f. 6608/9 del Expte. n° 22.082/01);
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declaró que “había que bloquear el lugar para impedir el paso de los manifestantes”
(f. 4384/7); Juan Carlos Migliozzi, a cargo del I Batallón del COF, en Carlos Pellegrini
y Roque Sáenz Peña, señaló que “la directiva era reestablecer el orden y obturar esa
esquina” (f. 4389/92); Alejandro D. D´Alessio, Jefe del Servicio del Área Caballería
del COF, en Bolivar e Hipólito Irigoyen, aseguró que “el objeto [era] impedir el
del III Batallón del COF, destacado en la zona Congreso, afirmó que la orden fue “que
se colocara con un grupo, obturando el ingreso de manifestantes por Av. Entre Ríos,
esquina Hipólito Irigoyen…La misión era tratar de contener a estas personas a fin de
ameritaba que se extremaran todos los recaudos a fin de evitar la reiteración de estos
éstas que debían encaminarse no sólo a contener a los manifestantes sino también a
prevenir una reacción policial similar. Por el contrario, ya las primeras decisiones
adoptadas en la mañana revelaron que no fue esa la prioridad sino, antes bien, impedir
obvia referencia a la inquietud manifestada desde el ámbito político y aún pese a que el
establece que ésta “…no podrá ser utilizada para ninguna finalidad política
Rúa de la fijación del objetivo mencionado, pues todos los elementos de cargo
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desarrollados en la presente sugieren que la directiva partió desde las más altas esferas
jornada anterior, de decretar el estado de sitio en todo el territorio del país por la
manifestaciones a pesar de las consecuencias dañosas que, como era público y notorio,
USO OFICIAL
conducta negligente de no haber actuado para que cesaran los resultados lesivos, pese a
ocasionados no puede alterar las conclusiones anteriores, pues cuando esos hechos se
de garante.
comprobar positivamente que no haya determinados aspectos que pueden dar lugar a la
medida en que haya realizado todos los controles oportunos. Sólo una vez efectuado el
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V- En mérito de todo lo expuesto, considero que con los alcances
propios de esta etapa preparatoria, de la Rúa debe responder a título culposo por el
riesgo generado a partir de sus propias decisiones (imposición del estado de sitio en
todo el país y fijación del objetivo político de impedir manifestaciones) que se realizó
riesgo (ver en este sentido, causa n° 22.150 “Gaudiero”, reg. n° 23.914 del 7/7/05, con
intervenciones, a esta altura parece claro que están corroboradas las exigencias
objetivas necesarias para afirmar su intervención en los hechos, pues los elementos
positivos que se colectaron hasta aquí son superiores en fuerza conviccional a los
proporcionar conocimiento (Cafferata Nores, José “La Prueba en el Proceso Penal -con
especial referencia a la ley 23.984-, 3° edición, Depalma, 1998, pag.9, citado por esta
ideal- que se tuvieron por acreditados la causa n° 22.150 (ya cit.), y con ello, dejar su
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Por ende, voto porque se revoque el sobreseimiento del imputado y
se dicte la medida cautelar del art. 306 del C.P.P.N. a su respecto -en los términos
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