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CARLOS MANUEL CANTILLO DIAZ

Especializado en Derecho Penal


Universidad Santo Tomas
________________________________________________________________

Señora
JUEZ SEGUNDA DE EJECUCIÓN DE PENAS Y MEDIDAD DEL CIRCUITO DE
LA CIUDAD DE CARTAGENA
E. S. D.

Ref.: Hecho Punible: – Fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municione.


– Condenado: - JOSÉ GUILLERMO SALAS TOLOZA. – Rad. No. 13-001-31-87-
002-2013-0667-00

Excelentísima Señoría,

Le escribe, CARLOS MANUEL CANTILLO DIAZ, mayor de edad y de esta


vecindad, identificado con la cédula de ciudadanía No. 73.151.140 expedida en la
ciudad de Cartagena (Bolívar), abogado en ejerció y poseedor de la T. P. No. 103615
del C. S. de la J., actuando en mi condición de procurador judicial del condenado
dentro del proceso de la referencia, por medio del presente escrito, acudo de la
manera más respetuosa ante su honorable despacho con el fin de solicitarle se
estudie la viabilidad jurídica de Sustituir la Detención en Establecimiento Carcelario
que recae sobre el señor JOSÉ GUILLERMO SALAZ TOLOZA por el Lugar de su
Residencia, de acuerdo a lo consagrado en Articulo 314, numeral Quinto y
concordante con el Articulo 461 de la Ley 906 de 2004.

Recuento Histórico

A los Cinco (5) días del mes de Septiembre del año Dos Mil Trece (2013), el despacho
de la honorable Juez Penal Única del Circuito del municipio de Magangué Bolívar,
declara penalmente responsable al señor JOSÉ GUILLERMO SALAZ TOLOZA,
como autor del hecho punible de Fabricación, Tráfico, Porte o Tenencia de Armas de
Fuegos, Accesorios, Partes o Municiones, dentro del proceso radicado con el número
13-001-31-87-002-2013-0667-00; en dicha sentencia el despacho lo condena a purgar
una pena principal de 94 meses y 15 días de prisión, igualmente le impone una pena
accesoria, consistente en la interdicción para el ejercicio de derecho y funciones
publica igual a la pena principal.

Fundamento Jurídico

Su señoría, para la concesión del beneficio de la prisión domiciliaria al padre cabeza


de familia, tenemos que manifestar; que, la prisión domiciliaria es un derecho,
mediante la cual, el funcionario judicial para su reconocimiento se debe sujetar
integralmente al procedimiento fijado en la Ley 750 de 2002 y en la jurisprudencia

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como criterio de interpretación y de solución casuística; por ello lo prudente es


limitarse a los actos de investigación y de juzgamiento.

Señora Juez, ha sido pacífica la jurisprudencia al delimitar el concepto de madre


cabeza de familia, planteado inicialmente en la Ley 82 de 1993 y aplicarlo
análogamente al padre que se encuentre en similares circunstancias que la mujer.

Sobre ese tópico, ha dicho la Corte Constitucional:

“el concepto de miembro cabeza de familia podría ser igualmente aplicado al padre que
se encuentre en similares circunstancias a la mujer, con base en el interés superior
consagrado en el artículo 44 de la Carta Política respecto de los derechos
fundamentales de los niños. La Corte en sentencia SU-389 de 2005 unificó su
jurisprudencia acerca de los requisitos y beneficios aplicables a los “padres cabeza de
familia”. En dicha providencia, la Corte manifestó que será tenido como padre cabeza
de familia, no solo el que provea los recursos económicos para asegurar unas
condiciones mínimas de subsistencia de sus hijos, sino aquél que demuestre ante las
autoridades competentes, que cumplía con algunas de las condiciones que a
continuación se enunciarán:
 Que sus hijos propios, menores o mayores discapacitados, estén a su cuidado, que
vivan con él, dependan económicamente de él y que realmente sea una persona que
les brinda el cuidado y el amor que los niños requieran para un adecuado desarrollo y
crecimiento; que sus obligaciones de apoyo, cuidado y manutención sean
efectivamente asumidas y cumplidas, pues se descarta todo tipo de procesos judiciales
y demandas que se sigan contra los trabajadores por inasistencia de tales
compromisos.
 Que no tenga alternativa económica, es decir, que se trate de una persona que tiene el
cuidado y la manutención exclusiva de los niños y que en el evento de vivir con su
esposa o compañera, ésta se encuentre incapacitada física, mentalmente o moralmente,
sea de la tercera edad, o su presencia resulte totalmente indispensable en la atención
de hijos menores enfermos, discapacitados o que médicamente requieran la presencia
de la madre.
 Lo anterior, sin perjuicio de la obligación que le asiste de acreditar los mismos
requisitos formales que la Ley 82 de 1993, le impone a la madre cabeza de familia para
demostrar tal condición. En efecto, de conformidad con el parágrafo del artículo 2 de
la Ley 82 de 1993: “esta condición (la de mujer cabeza de familia y en su caso, la del
hombre cabeza de familia) y la cesación de la misma, desde el momento en que ocurra
el respectivo evento, deberá ser declarada por la mujer cabeza de familia de bajos
ingresos ante notario, expresando las circunstancias básicas de su caso y sin que por
este concepto, se causen emolumentos notariales a su cargo”.

Si bien la jurisprudencia en comento, analizó el artículo 1° de la Ley 750 de 2002,


como norma relativa al especial apoyo que se le brindaría a la mujer cabeza de
familia en materia de prisión domiciliaria y trabajo comunitario, en esta oportunidad
la Corte Constitucional también consideró la situación del hombre que tuviese a su
cargo el cuidado de los hijos y actuase en ese evento como padre cabeza de familia

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Señoría, la importancia de reconocer el derecho a la detención domiciliaria no tiene


por finalidad principal favorecer a uno u otro padre, sino la efectiva protección de
quienes se encuentran en especial condición de vulnerabilidad y dependencia de sus
padres.

Por ende, debe acotar este profesional del derecho, que el concepto padre o madre
cabeza de familia no es menester que se limite a que se considere como tal, a quien
se encuentre al cuidado de los hijos o soporte económicamente al hogar. Estos
factores no deben sopesarse aisladamente sino de forma integral, valorando también
si el progenitor que reclama tal condición les brinda el afecto, la formación y la
educación que su especial condición de indefensión exige y si es realmente
ineludible su presencia en el núcleo familiar, para que con ella, los menores
obtengan el bienestar necesario, que debe ser garantizado por sus progenitores.

Tales circunstancias es ineludible que sean valoradas por usted honorable Juez al
momento de considerar si se reúnen los requisitos para que se le reconozca la
condición de cabeza de familia a mi prohijado, de forma integral, valorando el
interés superior de la menor MARÍA JOSÉ SALAS SANGUINO y la protección
que el Estado debe brindarle a ésta, atendiendo a la familia, constitucionalmente
consagrada como institución básica de la sociedad.

Ahora bien; a la luz de la ley 906 de 2004, normativa bajo la cual se tramitó este
asunto, que en su artículo 461 prevé la sustitución de la ejecución de la pena, previa
caución, en los mismos casos de la sustitución de la detención preventiva,
remitiendo así al artículo 314, el cual fue modificado por el artículo 27 de la Ley 1142
de 2007, la Corte Constitucional declara su exequibilidad condicionada en sentencia
C – 318 de 2008, que estipula:

“La detención preventiva en establecimiento carcelario podrá sustituirse por la del


lugar de la residencia en los siguientes eventos:

5. Cuando la imputada o acusada fuere madre cabeza de familia de hijo menor o que
sufriere incapacidad permanente, siempre y cuando haya estado bajo su cuidado. En
ausencia de ella, el padre que haga sus veces tendrá el mismo beneficio”.

Así mismo, la Corte Suprema de Justicia en su Sala Penal, a partir del auto de única
instancia, emanado dentro del proceso radicado con el No. 22453 del 26 de junio de
2008, se pronunció acerca de la viabilidad de dar aplicación al artículo 314 numeral
5º, consagrado en la normatividad procesal, en cuanto redujo significativamente las
exigencias para acceder al beneficio de la prisión domiciliaria, señalando esta, que
aun cuando ese precepto hace referencia a la figura de la detención preventiva, es
posible efectuarse la sustitución de la ejecución de la pena bajo ese mismo supuesto,
según lo estipula el artículo 461 del normatividad procesal en mención.

Es decir, que la Ley 906 de 2004, en el artículo 314, describe la internación


domiciliaria, y, aunque si bien es cierto lo hace el legislador como sustitución de la
detención preventiva, esto es, de la medida de aseguramiento, también lo es que a

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la sustitución de la ejecución de la pena puede arribarse por ese mismo sendero, tal
como lo autoriza el artículo 461 de la reseñada en la normatividad procesal vigente.

Pues estando las cosas de esta manera su señoría, las exigencias que demanda la Ley
906 de 2004, en punto al instituto jurídico bajo examen son significativamente
reducidas y ventajosas, como que basta demostrar la calidad de cabeza de familia
respecto de hijo menor o que sufra incapacidad permanente, y además, que ese
menor haya estado bajo su cuidado.

De esta manera Honorable Juez, es claro el numeral 5º del artículo 314 de la Ley 906
de 2004, cuando estableció una serie de condicionamientos para la procedencia de
la sustitución de la detención intramural, por la domiciliaria, cuando es reclamada
por el padre o madre cabeza de familia, para el otorgamiento de la detención en el
domicilio del imputado, en virtud del principio de favorabilidad, como lo ha
reconocido la Corte Constitucional.

Entre esos requisitos, se hallan entre otros:

Que su hijo sea menor de edad o,


Que el descendiente sufra discapacidad permanente, siempre que haya estado bajo su
cuidado.

De igual manera, el artículo 39 de la Ley 1474 de 2011 adicionó el referido artículo


314 del Código de Procedimiento Penal, para consignar en su parágrafo unas
prohibiciones a la concesión del beneficio, cuando se haga referencia a los tipos
penales allí descritos, dentro de los que se cuentan:

“Los de competencia de los jueces penales del circuito especializados o quien haga sus
veces, Tráfico de migrantes; Acceso carnal o actos sexuales con incapaz de resistir;
Violencia intrafamiliar; Hurto calificado; Hurto agravado; Estafa agravada; Uso de
documentos falsos relacionados con medios motorizados hurtados; Fabricación, tráfico
y porte de armas de fuego o municiones de uso personal, cuando concurra con el delito
de concierto para delinquir, o los imputados registren sentencias condenatorias
vigentes por los mismos delitos; Fabricación, tráfico y porte de armas y municiones
de uso privativo de las fuerzas armadas; Fabricación, importación, tráfico, posesión y
uso de armas químicas, biológicas y nucleares; Peculado por apropiación en cuantía
superior a cincuenta (50) salarios mínimos legales mensuales; Concusión; Cohecho
propio; Cohecho impropio; cohecho por dar u ofrecer; Enriquecimiento Ilícito; Soborno
Transnacional; Interés Indebido en la Celebración de Contratos; Contrato sin
Cumplimiento de Requisitos Legales; Tráfico de Influencias; Receptación repetida,
continua; Receptación para ocultar o encubrir el delito de hurto calificado, la
receptación para ocultar o encubrir el hurto calificado en concurso con el concierto
para delinquir, receptación sobre medio motorizado o sus partes esenciales, o sobre
mercancía o combustible que se lleve en ellos”.

Su señoría, la Ley 1709 de 2014, ratifico las prohibiciones establecida el artículo 39


de la Ley 1474 de 2011, así mismo, plasma en el inciso segundo de su Artículo 32 lo
siguiente “Lo dispuesto en el presente artículo no se aplicará respecto de la
sustitución de la detención preventiva y de la sustitución de la ejecución de la pena

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en los eventos contemplados en los numerales 2, 3, 4 y 5 del artículo 314 de la Ley


906 de 2004”.

Es decir, que los instrumentos procesales son muchísimo más ventajosos que los
anteriores, resultando por ello aplicables en virtud del principio de favorabilidad,
pues nadie discute de una parte el carácter sustancial del instituto y de otra la
sucesión de leyes en el tiempo acompañada de la simultaneidad del sistema,
completando y configurando así el trío de elementos necesarios para que
jurisprudencialmente, constitucionalmente y legalmente pueda abrirse paso la
aplicación de aquella garantía fundamentales.

Si bien es cierto, la medida de prisión domiciliaria, por vía del numeral 5º aludido,
está encaminada a garantizar que el padre o madre cabeza de familia no evada la
acción de la justicia protegiendo con ello el funcionamiento de la administración
judicial y el orden justo constitucionalmente consagrados, tiene además, un fin de
garantía del bienestar de los menores de edad, el que podría verse afectado con la
privación de la libertad del progenitor encargado de su manutención y cuidado en
un establecimiento penitenciario.

Sin embargo, la regla en cuestión tiene un fin proteccionista y de respeto al interés


superior del menor, este interés no puede ser absoluto, pues su aplicación debe
atender a las condiciones particulares de los menores de edad involucrados y a la
existencia de una verdadera y manifiesta situación de indefensión que pueda poner
en peligro su bienestar.

Sobre el particular ha dicho la Corte Constitucional:

“Sobre este particular debe decirse que, en primer lugar, es requisito


legalmente impuesto que el menor no cuente con otra figura paterna, es decir,
que a quien debe imponerse la medida de aseguramiento sea la madre cabeza
de familia o el padre que esté en dichas condiciones. La existencia de otra figura
paterna reclama la obligación de cuidado por parte de quien no se ve afectado
por la detención preventiva y elimina el factor de desprotección que haría
operante la disposición.

En el análisis respectivo debe considerarse, por supuesto, la definición de


madre cabeza de familia consagrada por la Ley 82 de 1993 y que se refiere a
aquella mujer que “quien siendo soltera o casada, tenga bajo su cargo,
económica o socialmente, en forma permanente, hijos menores propios u otras
personas incapaces o incapacitadas para trabajar, ya sea por ausencia
permanente o incapacidad física, sensorial, síquica o moral del cónyuge o
compañero permanente o deficiencia sustancial de ayuda de los demás
miembros del núcleo familiar”, así como los criterios identificadores
suministrados por la jurisprudencia de la Corte Constitucional, que en esencia
son los establecidos en la Sentencia SU-388 de 2005, previamente citada.

De otro lado, la norma establece como requisito necesario que quien debe
soportar la medida de detención preventiva efectivamente esté al cuidado del
menor cuya protección se reclama.

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La condición de que el menor deba estar “bajo el cuidado” de la persona que


debe soportar la medida de aseguramiento es un concepto que debe ser valorado
en cada caso por el juez de control de garantías, pero cuya recta aplicación está
dirigida a impedir que por virtud de la retención del padre o la madre en un
centro de reclusión, el menor quede en completo desamparo.

(…)

El juez en cada caso analizará la situación especial del menor, el delito que se
le imputa a la madre cabeza de familia, o al padre que está en sus mismas
circunstancias, y el interés del menor, todo lo cual debe ser argumentado para
acceder o negar el beneficio establecido en la norma que se analiza.

Los límites y controles a la concesión de la medida de detención preventiva


domiciliaria se complementan, además, por las disposiciones legales del
artículo 314 estudiado, que imponen al procesado el cumplimiento de ciertas
obligaciones tendentes a garantizar su comparecencia al proceso, como son
“permanecer en el lugar o lugares indicados, a no cambiar de residencia sin
previa autorización, a concurrir ante las autoridades cuando fuere requerido,
y, adicionalmente, podrá imponer la obligación de someterse a los mecanismos
de control y vigilancia electrónica o de una persona o institución determinada,
según lo disponga el juez”..

Por lo anterior, es usted señora juez competente para determinar la procedencia o


no del beneficio de la prisión domiciliaria, luego de considerar los requisitos
objetivos que consagra la norma procedimental penal, debe realizar un análisis
concienzudo y ponderado de todas las circunstancias fácticas que rodean esta
humilde solicitud, siempre que verifique: i) el interés superior del menor, ii) la
gravedad de la conducta que lesionó el bien jurídico tutelado, iii) la situación de
indefensión en que pueda verse abocado el niño o adolescente y iv) la garantía de
que el beneficiado no vaya a evadir la justicia.

Ha dicho la Corte Constitucional sobre la ponderación que debe hacerse de los


derechos de los menores en el caso del padre cabeza de familia que solicita el
beneficio de la detención domiciliaria lo siguiente:

“aunque la presencia de un principio constitucional de cierto peso abstracto


no hace inocuo el juicio de ponderación, sí demarca una clara línea de solución
a la colisión de principios. El juez constitucional reconoce, por tanto, una
medida que restrinja el esquema de protección del menor, porque limita el goce
de sus derechos fundamentales prevalentes, debe ser sometida a un examen de
constitucionalidad de mayor rigor que establezca si el sacrificio al que se
someten dichas garantías se justifica necesariamente en aras de la satisfacción
de los intereses que se le contraponen. En otros términos, el juicio de
ponderación debe dirigirse a establecer si el sacrificio infligido a los derechos
de los menores es rigurosamente necesario frente al beneficio perseguido por
la norma.”.

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Es decir, es usted honorable Juez, quien tiene una ingente labor constitucional al
resolver las peticiones elevadas por las personas privadas de la libertad y la cual su
despacho ejerce la vigilancia de las penas, sujetos de especial protección
constitucional por su situación de vulnerabilidad, debe, en casos como el que concita
el día de hoy, realizar un juicio de ponderación entre el derecho de los menores y la
satisfacción del orden justo, ambos, axiomas constitucionalmente consagrados, para
determinar si es necesario el sacrificio a que podría someterse uno de estos con la
decisión que se adopte, motivando tal circunstancia debidamente.

Dentro de ese juicio de ponderación realizado por usted honorable Juez, hay que
tener en cuenta la vida anterior del señor JOSÉ GUILLERMO SALAS TOLOZA, el
medio social del que procede, si pudo o no recibir una educación adecuada, si pudo
o no conseguir trabajo, sus posibles antecedentes penales y su personalidad.

No es que el objeto del juicio de reproche sea la vida del delincuente o su carácter,
sino que esos datos son relevantes para determinar si la realización de la acción u
omisión típica y antijurídica le era o no reprochable y, en su caso, en qué medida le
era reprochable.

En cuanto a los antecedentes penales como criterios indicativos de la personalidad,


si bien la Sala Penal ha precisado que no deben ser tenidos en cuenta por los Jueces
para considerar demostrada la comisión de la conducta, ni para individualizar la
pena en detrimento de los intereses del imputado.

Lo anterior, sin perjuicio de que la existencia de antecedentes penales sea


jurídicamente relevante a la hora de predicar otras consecuencias que trasciendan el
propósito de demostrar los hechos materia de acusación o de dosificar la sanción
aplicable al imputado, como establecer la improcedencia del mecanismo sustitutivos
de la detención domiciliaria, cuyo análisis, por supuesto, debe estimarse a la luz de
los fines de la misma.

Ya sea para imponer de la medida de aseguramiento o para disponer la ejecución de


la sanción privativa de la libertad, el estudio de las condiciones particulares del
imputado responde a valores, derechos y principios constitucionales que, por esa
misma razón, no pueden ser obviados ni ignorados por el Juez a la hora de decretar
la detención o prisión domiciliaria, so pretexto de la calidad de cabeza de familia.

Por lo tanto, la privación de la libertad en el lugar de residencia del imputado en


razón de su condición de padre o madre cabeza de familia no puede en principio
suscitar situaciones intolerables de impunidad, es decir, aquellas en las cuales el
derecho reconocido del menor afecta de manera grave o desproporcionada la
realización efectiva de los fines del cumplimiento de las funciones propias de la
pena, todo ello dentro del ámbito de los objetivos que el derecho penal imponga por
mandato constitucional.

Esa finalidad del juicio de ponderación es la maximización de los principios


involucrados en las normas en disputa, cuando el análisis se hace respecto de

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normas jurídicas, de manera que ninguno de los extremos resulte anulado, sino
meramente atenuado por el que lo enfrenta.

Su señoría, la Corte Constitucional, ha insistido en sus pronunciamientos


jurisprudenciales, que el interés superior del menor es el criterio principal que debe
guiar al juez en el estudio de la viabilidad del beneficio de la detención o prisión
domiciliaria. Por ello, la opción domiciliaria tampoco puede ser alternativa válida
cuando la naturaleza del delito por el que se procesa a la mujer cabeza de familia, o
al padre puesto en esas condiciones, ponga en riesgo la integridad física y moral de
los hijos menores. Así las cosas, si la madre o el padre cabeza de familia son
procesados por delitos contra la integridad del menor o la familia, por ejemplo,
acceso carnal abusivo, el juez de garantías o de ejecución de penas y medidas de
seguridad estaría compelido a negar la detención domiciliaria, pues la naturaleza de
la ofensa legal sería incompatible con la protección del interés superior del menor.

Como le he manifestado la Corte Constitucional, que el interés superior del menor,


es el criterio que debe guiar al juez al momento de examinar la viabilidad del
beneficio. Por tanto, una vez que se establezca la condición de padre cabeza de
familia del señor JOSÉ GUILLERMO SALAS TOLOZA, es ineludible que su
honorable despacho examine en concreto la situación de la menor MARÍA JOSÉ
SALAS SANGUINO, en el grado de desprotección o desamparo por ausencia de la
figura paterna o familiar que supla la presencia del progenitor encargado de su
protección, cuidado y sustento.

Honorable Juez, no podemos olvidarnos en estas humildes consideraciones, de


hechos pasados, que sirvieron como sustento jurídico para solicitar una sustitución
de la medida seguridad consistente en reclusión intramural por la de prisión
domiciliaria, si es cierto, que para la época de la visita, por parte de la señora
Comisaria de Familia y su equipo de trabajo del municipio de Santa Rosa Sur de
Bolívar, mi defendido tenía una familia conformado por su compañera permanente
de nombre KELLY JHOANA PEÑA PARADA y sus menores hijos JHOAN ADREY
PEÑA PARADA quien no ha podido ser reconocido por su progenitor y MARÍA
JOSÉ SALAS SANGUINO, así mismo, se estableció que residían en la vivienda de
los padres del señor SALAS TOLOZA, su progenitor cuenta que para sostener los
gastos de manutención de su compañera y sus hijos desde el momento de su captura,
los hermanos mayores les colaboraban; igualmente manifiesta mi defendido, en
entrevista realizada por la trabajadora social adscrita a su despacho, que su grupo
familiar estaba compuesto por su menor hija MARÍA JOSÉ SALAS SANGUINO y
su compañera permanente la cual estaba en estado de gestación al momento de
rendir la entrevista, hasta el día que fue capturado. Así mismo, la doctora LIZETH
LORENA TORRES CAMARGO, actuando en su condición de trabajadora social de
la Comisaria de Familia del municipio de Santa Rosa Sur de Bolívar, plasma en su
concepto social, que se encuentra frente a un caso especial para estudiar la
posibilidad de que el señor LUIS GUILLERMO SALAS TOLOZA se le conceda otra
medida, a fin de que se garantice los derechos fundamentales de sus hijos,
igualmente expresa que SALAS TOLOZA, es hombre Cabeza de Familia y es quien

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asume toda la responsabilidad; así como el que brinda los medios para su desarrollo
físico, psicológico, moral, social y cultural de los menores.

En el asunto que nos ocupa el día de hoy; del acervo probatorio allegado a la
foliatura, le permite inferir a su señoría que efectivamente el señor JOSÉ
GUILLERMO SALAS TLOZA ostenta la condición de padre cabeza de familia, por
las siguientes razones:

La Trabajadora Social adscrita a la Comisaria de Familia del municipio de Santa


Rosa Sur de Bolívar, hace constar que el señor JOSÉ GUILLERMO SALAS TLOZA,
es el padre de la menor MARÍA JOSÉ SALAS REGINFO y en la actualidad se
encuentra bajo el amparo de sus abuelos paternos, en la residencia ubicada en el
barrio los Comuneros del municipio de Santa Rosa Sur de Bolívar.

Así mismo, refiere en su informe que el señor LUIS HERNANDO SALAS


ROMERO, padre de mí protegido, su familia y la menor MARÍA JOSÉ SALAS
SANGUINO, se sostienen con el apoyo económico que le brindan los miembros
que hacen parte de la iglesia en la cual se congregan, igualmente de los vecinos de
buenos corazones, ya que él, ni su compañera pueden trabajar por su estado de salud
que presentan, que su hijo JOSE GUILLERMO era el único apoyo económico y
emocional de ellos y de su menor hija. De igual forma, se plasma en el dictamen
periciado, que KELLY JHOANA PEÑA PARADA, compañera de mi prohijado,
abandono hace cuatro meses aproximadamente la casa, aburrida de las peleas
constante que mantenía con la progenitora de mi asistido, ya que no quería trabajar
y mucho menos ayudar para el sustento económico de la casa, su hijo y de María
José; se fue a vivir a la mina Palma Chica y se tiene conocimiento que está viviendo
con otro muchacho en la mina, dejando a la menor María José al cuidado de sus
abuelos paternos, ya que su progenitora hace tres años decidió entregarle la niña a
JOSÉ GUILLERMO SALAS TOLOZA por no contar con los recursos económicos
necesarios para su cuidado. Así mismo, se extrae de las historias clínicas emanada
por la ESE Hospital Manuel Elkin Patarroyo que la señora HERMELINDA
TOLOZA JAIMES, progenitora de mi defendido sufre de ansiedad generalizada, la
cual se maneja con medicamento psiquiátricos y el señor LUIS HERNANDO
SALAS ROMERO, podre de LUIS GUILLERMO, hace tres años un toro le dio una
patada en la región frontal izquierda y de ese día ha quedado con mareos pasajeros,
y muchas veces no lo dejan parar de la cama, en cuanto a SANDRA MILENA
SALAS TOLOZA, hermana de mi protegido, es una niña que sufre de retardo leve,
que necesita los mismo cuidados de la MARÍA JOSÉ.

La doctora LIZETH LORENA TORRES CAMARGO, trabajadora social adscrita al


despacho de la señora Comisaria de Familia del municipio de Santa Rosa Sur de
Bolívar, expresa en su informe, que constato, que la menor de nombre MARIA JOSE
SALAS SANGUINO de cuatro años de edad, es hija del señor LUIS GUILLERMO
SALAS, TOLOZA, quien asumía la responsabilidad; así, como el brindar los
medios para su desarrollo físico, psicológico, moral, social, esparcimiento y cultural,
igualmente, le garantizaba su derecho a una vivienda digna, a una alimentación, al
vestuario, a la salud y a una educación lo cual generara en la menor una estabilidad
en el desarrollo de su personalidad a nivel individual, familiar y social.

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De igual forma, La doctora LIZETH LORENA TORRES CAMARGO, recomienda,


la presencia del padre en la vida de la menor, para que mejores notablemente las
condiciones de vida de la menor MARÍA JOSÉ SALAS SANGUINO, ya que, por
la ausencia de su progenitor debido a su actual situación jurídica que enfrenta la
condición de la menor es paupérrima.

Su señoría con lo anterior, tenemos que manifestar, que sería de gran motivación
para su desarrollo emocional, MARÍA JOSÉ disfrute de las obligaciones inherentes
que su padre le pueda brindar en cuanto al cuidado, acompañamiento y crianza
teniendo en cuenta su edad y el tiempo que no ha podido compartir con él.

De las declaraciones recolectada por la doctora LIZETH LORENA TORRES


CAMARGO, en su trabajo de vecindad, tenemos la de los señores DENIA
ESQUIVEL y CARMEN MORENOS, mayores de edad y vecinos del municipio de
Santa Rosa (Sur de Bolívar), en donde los declarante manifiestan, que el señor LUIS
GUILLERMO SALAS TOLOZA, es Hombre Cabeza de Hogar y tiene a su cargo a
su hija menor MARÍA JOSÉ SALAS SANGINO; así mismo, desde el día, que la
madre decidió dejar la menor se encuentra al cuidado de su padre, que la actualidad
se encuentra a cargo de sus abuelos paternos.

Su señoría, detengámonos en estos momentos en analizar el núcleo familiar en el


cual se encuentra la menor MARÍA JOSÉ SALAS SANGUINO, el cual está
compuesto por sus abuelos paternos que están muy enfermos y una tía especial que
necesita la misma atención que la menor MARÍA JOSÉ, imaginemos señora Juez en
este instante que la señora HERMELINDA TOLOZA JAIMES, progenitora de mi
defendido sufriera una crisis de ansiedad o bipolaridad, en mismo instante el señor
LUIS HERNANDO SALAS ROMERO, podre de mi protegido, no se pudiera
levantar de la cama por los constantes mareos que padece secuelas dejadas por la
patada de un semoviente, quien cuidaría de la menor en ese momento, será que la
MARÍA JOSÉ recibiría el cuidado necesario para su desarrollo emocional,
sicomotriz y físico; tenemos que recordar que la señora TOLOZA JAIMES, es
tratada con medicación psiquiátrica y la dejan en estado de dopaje con el fin que se
haga daño ella misma y daño a los demás, estas ansiedades generalizadas se han
agudizado más por la problemática que está viviendo su hijo LUIS GUILLERMO,
quien sufragaba el sustento económico de sus familia y de sus podres.

La desintegración del núcleo familiar de mí asistido a descontrolado


emocionalmente a la menor MARÍA JOSÉ SALAS SANGUINO; este desorden
emocional ocasionado por la falta de figura paterna a un constante llanto
reclamando la presencia de su padre, así mismo, de convertirse una niña rebelde y
grasera con los miembros de su nucleó familiar actual y sus vecinos.

Honorable Juez, de lo anterior podemos concluir que mi apadrinado acredita todos


los requisitos establecidos en el artículo 1º de la Ley 750 de 2002, esto es, que su
desempeño personal, laboral, familiar o social le permite inferir a su señoría que no
pondrá en peligro a su hija menor MARÍA JOSÉ SALAS SANGUINO, ni mucho
menos la comunidad a que pertenece junto a su menor hija.

Centro Sector la Matuna Edificio Banco Popular Oficina 803 – Teléfono 6643996 – Celular 3192220035
Cartagena - Colombia
CARLOS MANUEL CANTILLO DIAZ
Especializado en Derecho Penal
Universidad Santo Tomas
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Anexos

 Copia del registro civil de nacimiento de la menor MARÍA JOSÉ SALAS


SANGUINO.
 Copia de certificado médico, expedido por la ESE Hospital Manuel Elkin
Patarroyo de Santa Rosa Sur de Bolívar, en el cual se certifica que SANDRA
MILENA SALAS TOLOZA, quien se identifica con la cédula de ciudadanía
No. 45.622.450 expedida en el municipio de Santa Rosa, padece de Retraso
Mental Leve, y solo curso hasta segundo de primaria.
 Copia del registro civil de nacimiento de SANDRA MILENA SALAS
TOLOZA.
 Copia de la historia clínica del señor LUIS HERNANDO SALAS ROMERO,
mediante la cual se establece su estado de salud actual.
 Copia de la historia clínica de la señora HERMELINDA TOLOZA JAIME,
mediante la cual se establece su estado de salud actual.
 Copia de dictamen periciado, practicado por la Comisaria de Familia del
municipio de Santa Rosa del Sur de Bolívar.

Petición

Le solicito de la manera más respetuosa se estudie la viabilidad jurídica de Sustituir


la Prisión en establecimiento de Reclusión que recae sobre el señor JOSÉ
GUILLERMO SALAS TOLOZA, de acuerdo a lo consagrado en Artículo 314,
numeral Quinto y concordante con el Artículo 461 de la Ley 906 de 2004, por el
principio de Favorabilidad.

De la señora Juez,

CARLOS MANUEL CANTILLO DIAZ


C. C. No. 73.151.140 de Cartagena
T. P. No. 103615 del C. S. de la J.

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