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Facultad de Educación
Para comenzar, Badinter (1981) planteó en el apartado de su texto “el amor por la fuerza”,
cómo la maternidad, -que no es biológica-, en siglos pasados pasa de ser una preocupación
por sólo el embarazo a ser una responsabilidad que abarcaba la educación de los hijos,
asignándosele a la mujer/madre mayor cantidad de responsabilidades sobre estos.
Badinter (1981) nos permitió comprender que lo real va cambiando a través del tiempo, en
la medida en que las formas de ser y hacer que tenían otorgadas las mujeres se fueron
transformando con el paso del tiempo. Aunque tal vez sea difícil de concebir como era que Commented [biz2]: Indaguen cuándo esta palabra tiene
tilde y cuándo no.
se pensaba a la mujer o al hombre de antes, en comparación con la realidad actual, no se
puede suprimir que existe una influencia dinámica frente al orden social establecido.
Por otra parte, teniendo en cuenta que el tema que nos concierne en la investigación implica
al hombre como padre, Lamas (1995) nos permite cuestionarnos sobre las prácticas, ideas,
discursos y representaciones sociales que se atribuyen como naturales, de acuerdo con el
orden social, al hombre y la mujer (para nuestro caso al padre y la madre), pero que no
solo se pueden diferenciar por su distinta anatomía masculina o femenina, que suele ser el
proceder común socialmente.
Siendo la sociedad quien construye las ideas sobre lo que hombres y mujeres deben hacer
según su sexo, se establece una simbolización cultural que atañe la manera en que se percibe
lo social, político, religioso y cotidiano, organizando las conductas objetivas o subjetivas
de las personas en función de su sexo (Lamas, 1995)
Así mismo, Lamas (2002) propone el pensamiento simbólico que implica la producción del
lenguaje y las representaciones, fundamental en las estructuras psíquicas y culturales que
nos permiten ser sujetos sociales.
INFANCIA Y FAMILIA: UNA MIRADA RELACIONAL
Para el desarrollo de este escrito, primero se tomará la familia como la categoría más amplia
desde la perspectiva de Donzelot ya que esta constituye “un plexo de relaciones de
dependencia indisociablemente privadas y públicas, una red de hilos sociales que organizan
a los individuos en torno a la conservación de una condición […] otorgada y reconocida
por grupo sociales más amplios” (1998, pg. 51) es decir, no existe una estructura única a la
cual pueda denominarse familia y esto está muy relacionado con lo que postula Alonso
(2008) ya que señala que la familia tiene multiplicidad de formas y por tanto diferentes
maneras de organizarse, funcionar y relacionarse, pero que además se puede definir su
configuración a partir de la conyugalidad y la reproducción (p.22) por lo que se enmarcan
tipologías de familia según los tipos de hogares (uniparentales, sin núcleo, con núcleo).
Y es por ello que la familia tendrá un papel fundamental ya que se establecerá como policía
porque “tiene como misión asegurar el bienestar del estado mediante la sabiduría de sus
reglamentos, y aumentar sus fuerzas y su poder tanto como sea capaz […] de tal forma que
contribuya al bienestar de los miembros que la componen” (Donzelot, 1998, pg. 10) y este
lo pone en tensión cuando se pregunta por la infancia (en la conservación de los hijos) y
se remite a establecer tres causantes que se ven reflejados en las altas tasas de mortalidad:
los hospicios, la crianza de los niños por parte de las nodrizas y la ineficiente educación de
los niños ricos que no cumplen con ese estado de preservación.
Por lo cual, el autor establece que las dinámicas estructurales que se van dando en la
familia, así como sus prácticas repercuten fuertemente en lo social y estos sujetos infantes.
Esto se centró especialmente a elementos relacionados con el cuerpo y a la madre quién
tiene el poder interno del hogar siendo la figura que educa restándole una gran importancia
al padre ya que este está presente generalmente de manera externa.
Actualmente es muy común escuchar que los niños han sido mal tratados, abandonados, o
no han recibido la atención que ellos necesitan o simplemente han sido entendidos como
un adulto miniatura, a este grupo de elementos que se mencionaron es a los que Linda
Pollock denomino “los niños olvidados”. La autora nos brinda otra mirada acerca de la
concepción de infancia, ya que su aporte lo realiza desde las relaciones filiales desde las
actitudes que tenían los padres hacia los niños por lo cual toma como fuentes primarias
para dicha investigación en diarios privados y periódicos que se ubican desde el siglo XVI
al siglo XIX.
Linda Pollock, en particular realiza fuertes críticas a los medios y a las generalizaciones
que se hacen sobre las conductas que tenían los padres hacia sus hijos, ya que indica que
ciertas prácticas se dan en situaciones particulares, es decir,
Aquí se evidencia una fuerte refutación a las múltiples tesis teóricas que le han
antecedido a esta, en temas como el cuidado paterno o la crianza (educación,
sentimientos, alimentación, entre otros) donde ella postula que se debe entender ciertas
alteraciones que han posibilitado estas formas de pensar y ser padre desde la voz de ellos
mismos y sus actitudes frente a sus hijos que de una forma u otra han sido resistentes al
cambio en la historia, ya que muchas conductas parecen mantenerse como lo son: la
atención, el cuidado y el amor a los hijos, sin llegar a caer en el error de dar ideas falsas
ni generalizar.
Sólo una parte muy pequeña de la tesis de los historiadores es correcta: algunos
padres del pasado carecieron del concepto de niñez y algunos fueron también crueles
con sus hijos... pero parece ser imposible, si consideramos la evolución y función
de los cuidados paternos para proteger la descendencia, que todos y ni siquiera la
mayoría de los niños hayan sido maltratados. Para justificar este supuesto, De Mause
y otros tendrían que explicar cómo y por qué se presentó el maltrato; y por qué, si
los padres hoy en día poseen un concepto de niñez, el maltrato de los hijos sigue
estando presente en la sociedad del siglo XX (Pollock, 2004:49).
En segundo momento, entender la familia en sí misma como una variable que está
condicionada a muchas circunstancias y que es parte fundamental (también) de la historia
del niño, esto discerniendo como se ha ido transformando la institución familiar, pero
también la paternidad, creando una irrupción a esas formas tradicionales instauradas que se
han ido restaurando, pero que también pueden seguir plasmadas.
PARENTALIDAD Y DESEO
El autor se cuestiona por el ideal de familia en cada época, aquel que pasa por el -deber
ser-, fundamento de la legislación, aquel que se sobrepone al deseo del otro, en este caso
al deseo de dos sujetos por traer al mundo un tercero. -deber ser- que procura por el
bienestar armónico de todos los miembros de la familia, haciendo de ella una institución
protectora y amorosa, proveedora de las necesidades del niño pero que entra en
contradicción con los hechos dentro de lo real de la experiencia humana, los cuales
interpelan verdaderamente el deseo del otro.
Gallo ubica un punto importante en torno a la forma de inscribir al niño en el vínculo social,
es decir en la vida en común con otros sujetos. La familia viene a operar como el sistema
que le brinda al sujeto las posibilidades de recibir la cultura de su época, a través de la
transmisión la ley y la norma, elementos que demandan un sujeto preparado para vivir en
sociedad. Este es uno de los elementos no menos importante dentro de la investigación, ya
que esta función, se asocia al lugar del padre dentro de la constitución histórica y subjetiva
del niño.
Sobre este punto, Elías (1998) inserta el poder dentro de las relaciones entre padres e hijos,
en la cuales las dinámicas de dominación y obediencia fueron muy características en siglos
pasados, sin embargo, no desconoce sentimientos de buen trato y afecto entre padres e
hijos. Cuando las relaciones de poder son desiguales, se ejercen sin la más mínima
preocupación por el otro, según Elías, los hijos representan el cumplimiento de
determinados deseos y necesidades (1998, p. 419) para sus padres, pero ¿qué ocurre cuando
éstos no representan absolutamente nada?, lo que pone también en tensión el hecho de sí el Commented [biz5]: Muy importante este aporte de Elías,
sobre todo si lo articulan con Hector Gallo. No recuerdo si
amor y el afecto son elementos dados por naturaleza en una suerte de instinto paternal o ya lo tienen en su marco teórico de anteproyecto.
Presentado por:
Badinter, E. (1981). ¿Existe el amor maternal? Historia del amor maternal. Siglos XVII AL
XX. Barcelona: Paidós/Pomaire.
Donzelot, J. (1998). La conservación de los hijos. En la policía de las familias. (pp. 13-50).
Valencia: Pre-textos.
Gallo, H. (1999). Desear un niño hoy. En: Usos y abusos del maltrato: una perspectiva
psicoanalítica. (p.p. 39-63). Editorial Universidad de Antioquia.
Pollock, L. (2004) Los niños olvidados: relaciones entre padres e hijos de 1500 a 1900, 1ª
ed. 3ª. Reimp. México: Fondo de Cultura Económica.
[1] Aunque no siempre pasa ya que algunos de estos se ven relegados a otras instituciones dedicadas al cuidado y protección de estos.