Vous êtes sur la page 1sur 8

Historia

El consumo de hachís
en las plazas
marroquíes españolas
por Mónica Hinojosa, @Moni_Hinojosa, e Isidro Marín Gutiérrez, @isidromarin

Durante la última década de finales del siglo XIX, el consumo de


cannabis en España era casi inexistente salvo en las plazas
marroquíes españolas. El consumo, poco a poco, irá aumentando,
sobre todo entre los militares asentados en el protectorado
marroquí. Así hasta nuestros días.

96
E
l novelista granadino Pedro An-
tonio de Alarcón que estuvo de
cronista de guerra en Marruecos
(1859-1860) se refirió al kiffi
como una “embriagadora hierba
que no conozco todavía” (de Alarcón, 2005).
Pío Baroja (1872-1956) también realizó labo-
res de corresponsal de guerra en dicha zona.
Curiosamente, no realizó el servicio militar,
que le repugnaba, pero probó el kiffi. En el
diario El Globo del 9 de enero de 1903: “En
los cafés moros, concurridos desde la mañana
hasta la noche, se toma café con posos y se
fuma kiffi, una mezcla de tabaco, cáñamo ín-
dico y salvia, bastante agradable, pero que
adormece a los moros y hace que sus cánticos
sean más lánguidos” (Baroja, 1973: 179).

Pedro Antonio de Alarcón

La Legión y su leyenda
En 1920 se fundó el Tercio de Extranjeros,
lo que se llamará la “Legión”. Comenzaron
unos 200 que iban desde criminales comu-
nes, pasando por veteranos de la I Guerra
Mundial que habían sido incapaces de adap-
tarse a la paz, hasta pistoleros a sueldo de
Barcelona. Millán Astray y Francisco Franco,
Pío Baroja como segundo jefe, imprimieron a la Legión

97
Historia


ENTRE LOS GUSTOS DE LOS
LEGIONARIOS ESTABAN EL
CONSUMO DE KIFFI, GRIFA
Y HACHÍS. EN LA LEGIÓN
FUERON MUCHOS LOS QUE

SE AFICIONARON AL
CONSUMO EN MARRUECOS
una mentalidad de crueldad brutal. La noche de
su llegada por primera vez a Ceuta, los legionarios
aterrorizaron la ciudad, una prostituta y un cabo
de guardia fueron asesinados (Preston, 1999:47-
48). Fue un grupo muy solicitado en la Guerra del
Rif, de 1921 a 1926. Entre los futuros gustos de
los legionarios estaban el consumo de kiffi, grifa
y hachís. En la Legión fueron muchos los que se
aficionaron al consumo de cannabis en Marruecos,
luego se extenderá el hábito por España (Usó,
1996: 116). Incluso se afirma que, por esta época,
Franco consumió grifa (Usó, 1996:169). Tal vez lo
hubiera probado, pero no creemos que se aficio-
nara (no consumía alcohol, no fumaba tabaco y
no tenía ningún vicio aparente, como sus compa-
ñeros de armas). Se extendió el consumo de can-
nabis a partir de 1936 cuando las tropas de Franco
irrumpieron en España. Las autoridades franquis-
tas no hicieron prácticamente nada para detener
su aumento hasta los años 70, con la entrada de
España en la ONU (Usó, 1996: 170).

98
Franco utilizó cuerpos militares bereberes para luchar
en España y les pagaba parte de su salario en kiffi (Hino-
josa & Marín, 2017). Se llegaron a organizar suministros
regulares de kiffi desde Marruecos hasta el frente de guerra
en España. Franco utilizó a los marroquíes como carne de
cañón y como arma psicológica contra los republicanos
(Matthews, 2002:37).


Después de la guerra
Hasta los años 60 el cannabis era considerado una sus-


tancia de pobres y gente de mal vivir. Las zonas donde se
desarrolló el consumo de cannabis fue en capitales espa-
ñolas y en las ciudades litorales más próximas a Marrue-
cos. En el territorio de Ifni se consumió bastante. Durante
la guerra que se inició en 1957 contra fuerzas irregulares
marroquíes la grifa era de uso habitual. Había militares
que estaban constantemente fumándola. Militares a los
que se les comenzó a llamar grifotas, una palabra entre
grifa (el cannabis) e idiotas (como parece que terminaban
después de fumarla). El cannabis ayudaba a aguantar el
calor, el hastío, la presión de la guerra o estar sin la familia
(Marín Gutiérrez, 2003).

INCLUSO SE AFIRMA QUE, POR ESTA


ÉPOCA. FRANCO CONSUMIÓ GRIFA.
TAL VEZ LA HUBIERA PROBADO

99
Historia

Durante esta década el hachís todavía pasaba de con-


trabando de India. En Marruecos no se sabía hacer hachís.
Las plantaciones de cannabis se encontraban en Ketama,
Tamoró y Xauen. El kiffi estaba intervenido por la
tabacalera marroquí.
En diciembre de 1954, en el protectorado es-
pañol en Marruecos, se aprobó un reglamento
para la represión del contrabando de tabaco y
de kiffi (Usó, 1996:192). Para 1955 no se co-
nocía el hachís y en los cafetines de Nador
solo se fumaba el simbsi con kiffi y la nar-
guila. La grifa eran los restos que sobraban
de picar el kiffi. El kiffi se vendía por quimi-


tas (que era una bolsita de kiffi de la cual sa-
lían unas 10 pipitas de sibmsi) y su precio en
Nador año 1955 era entre 2,50 y 3 pesetas
(unos 2 céntimos de Euro actuales).

La grifa y el kiffi


El término grifa que se le da al cannabis
puede provenir de grifos que es un término es-
pañol que se daba al cannabis en el Caribe, que
significa “crespado”, en lo que algunos ven como
los cogollos de la planta de cannabis. Aparece en la
novela del mejicano José Juan Tablada, Las sombras
largas (1928), o en la Resurrección de los muertos
del mismo autor. La palabra grifa probablemente sea

SE LLEGARON A ORGANIZAR
SUMINISTROS REGULARES DE KIFFI
DESDE MARRUECOS HASTA EL
FRENTE DE GUERRA EN ESPAÑA

100

la castellanización de la palabra árabe cuifa, que es
diminutivo de kifi. La grifa en Melilla y Nador no
costaba nada, no se vendía. El que quería grifa no
tenía más que meterse en uno de los muchos cafeti-


nes y recoger las hojuelas del suelo, picarlas y fu-
márselas.
El kiffi marroquí era posible adquirirlo en peque-
ñas porciones envuelto en papel en los puestos de
tabaco del zoco. Estos paquetitos, como dijo Paul
Bowles, recubrían las paredes interiores de los pe-
queños puestos de tabaco: “como si fuera papel de
empapelar” (Green, 2003: 73).

LA GRIFA TAMBIÉN SE HA LLAMADO


"MANITAS DE CRISTO". EN
BARCELONA SE VENDÍA EN LA
CONFLUENCIA DE LAS CALLES
SAN RAMÓN Y CADENA
La grifa también se ha llamado "manitas de cristo".
En Barcelona se vendía en la confluencia de las calles
San Ramón y Cadena. Se ponían los vendedores de
"caramelos" de grifa, cada día, entre las dos y tres de
Historia

la tarde, que era la hora de relevo del cuartel de la Guardia


Civil de San Pablo. Hasta mediados los sesenta los marro-
quíes no conocían el hachís. Hasta que no llegaron los nor-
teamericanos y los holandeses, y les enseñaron a elaborarlo,
no tenían ni idea de lo que era el hachís.


El kiffi es una selección picada con cuchilla del cogollo
al que luego se le añade tabba, que no es otra cosa que
hojas de tabaco joven, blanquecino más que verdoso. El
kiffi se obtiene mezclando las hojas y las flores del canna-
bis, secadas y finamente trituradas, con una igual cantidad
de tabaco negro. Compuesto por dos tercios de hoja de
cáñamo picada y un tercio de tabba (nicotinácea nortea-
fricana). Dicha mezcla, vendida de una manera abierta


incluso en algunos bares, se llevaba encima en la cantidad
suficiente para el consumo del día, en bolsas de piel de
cabra. Para fumar se utilizan las características pipas
(sebsi) constituidas por una caña de madera de una longi-
tud media de 30 centímetros, a menudo torneada y deco-
rada, y por un minúsculo hornillo de terracota (chkaf).

EL KIFFI ES UNA SELECCIÓN PICADA


CON CUCHILLA DEL COGOLLO AL
QUE LUEGO SE LE AÑADE TABBA,
QUE NO ES OTRA COSA QUE
HOJAS DE TABACO JOVEN,
BLANQUECINO MÁS QUE VERDOSO

Cuando son muchos los fumadores el consumo de kiffi


sigue un ritual rígido y bastante complicado. El primer
fumador llena la pipa y la enciende, con un movimiento
de manos y siempre con una sola calada. A continuación,
pasa la sebsi al vecino, que debe fumársela toda y sacar la
ceniza, mediante un golpe seco dado con la mano derecha
abierta sobre la mano izquierda que sostiene el extremo
de la caña, golpe que produce un ruido característico,
como si se tratara de un aplauso. Realizada esta operación,
el segundo fumador restituye la sebsi vacía al primero,
que la rellena, la vuelve a encender y la pasa al tercero,
después al cuarto y así sucesivamente. Entretanto el se-
gundo extrae el kiffi y la sebsi propios y empieza a hacerla
girar del mismo modo. El concepto sería hacer probar a
todos y cada uno el kiffi y la sebsi de cada uno, y todo tipo
de kiffi en todas las sebsi disponibles, pero si los fumadores
son más de tres es prácticamente imposible llegar a fumar
todas las combinaciones (Marín Gutiérrez, 2016).
En 1959, Mohamed V, rey de Marruecos, nombró un
gabinete con una mayoría del Istiqlal (partido nacionalista
marroquí). El gobierno marroquí amenazó con decretar
una prohibición completa de kiffi en toda la región donde
se cultivaba (Ketama, zona de Rif). Los campesinos que
cultivaban el cannabis se rebelaron afirmando que solo
aceptarían la prohibición del kiffi si el gobierno hacía lo
mismo con el alcohol. Finalmente, como el cannabis era
parte de la cultura rifeña, un medio de ganarse el pan,
desistió en la prohibición (Matthews, 2002: 29).

102

En 1962, Mohamed V fue coronado en Ma-
rruecos, se produjo el proceso descolonizador
de Francia y España, el número de consumido-
res europeos de cannabis era ínfimo, y la pro-
ducción de Ketama se destinaba a consumo in-
terno. Pero tuvo problemas para proclamarse
monarca en la zona berebere de Ketama, así
que los rifeños dieron su lealtad al nuevo mo-


narca si mantenían sus cultivos de cannabis.
En dicha zona la cultura del cannabis estaba
muy consolidada, existió una secta llamada hed-
dawa que una de sus tradiciones es el consumo
de cannabis mezclado con tabaco y fumado en

LOS CAMPESINOS QUE


CULTIVABAN EL CANNABIS
SE REBELARON AFIRMANDO
QUE SOLO ACEPTARÍAN LA
PROHIBICIÓN DEL KIFFI SI
EL GOBIERNO HACÍA LO
MISMO CON EL ALCOHOL
pequeñas pipas (Escohotado, 1998:15). En 1962
empezó a advertirse que el hachís marroquí em-
pezaba a irrumpir en Europa. En 1965 Mustafa
entra en Ketama para hacer hachís del kiffi local.
En 1966 se evidencia los esfuerzos guberna-
mentales marroquíes por purgar los cultivado-
res del kiffi de las Montañas de Rif. ¿Así que
cómo llegó Marruecos a ser líder de exportación
de hachís? Pues gracias al cierre del mercado
de hachís de Pakistán y a la invasión soviética
de Afganistán. Pero esto ya es otra historia.

Bibliografía
Baroja, P. (1973). Hojas sueltas, Madrid: Caro
Raggio.
De Alarcón, P.A. (2005). Diario de un testigo de
la Guerra de África. Madrid. Ediciones Irreverentes.
Green, J. (2003). Cannabis, una enciclopedia
ilustrada. Barcelona: RBA Integral.
Hinojosa Becerra, M. y Marín Gutiérrez, I. (2017).
El consumo de cannabis durante la Guerra Civil y la
Autarquía. Cannabis Magazine, 162: 96-103.
Marín Gutiérrez, I. (2003). Historia conocida o
desconocida del cannabis. Málaga: Megamultimedia.
Marín Gutiérrez, I. (2016). Historia General del
Cannabis. Amargord, Madrid.
Matthews, P. (2002). La cultura del cannabis.
Madrid: Alianza Editorial.
Preston, P. (1999). Franco "Caudillo de España",
Barcelona: Grijalbo Mondadori.
Usó, J. C. (1996). Drogas y cultura de masas
(España 1855-1995). Madrid: Taurus.

View publication stats

Vous aimerez peut-être aussi